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Lerma, 08 de Enero de 2017 (Génesis 3:1-24)
LA EXPRESIÓN DE MUCHOS CRISTIANOS ¡¡¡ES QUE SE DIÓ HERMANO!!!
El diablo me hizo hacerlo. Muy a menudo hemos escuchado de la boca de pastores,
ministros, de las Sagradas Escrituras que han caído en pecado, utilizar la famosa
frase "el diablo me hizo hacerlo". Es una aseveración que se hace hoy muy a menudo
solo para sentirse libre de toda culpa, pero, ¿Cuan cierto será esto? Es verdad que el
diablo es un malhechor y desea por todos los medios que hagamos lo que va en contra de
Dios; pero ¿Quién es últimamente responsable por los pecados cometidos, el diablo o la
persona quien comete el pecado? (Santiago 1:13-15) “13 Cuando alguno es tentado,
no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el
mal, ni ÉL tienta a nadie; 14 sino que cada uno es tentado, cuando de su propia
concupiscencia es atraído y seducido. 15 Entonces la concupiscencia, después que ha
concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte”. De
acuerdo a la lectura en Santiago, podemos comprender la forma como el pecado se
desarrolla hasta que llega a suceder en la vida del ser humano. Podríamos entonces
decir que el pecado es un proceso que comienza con un simple mal pensamiento al cual
las Sagradas Escrituras lo llaman “TENTACIÓN”. Significa que algo te atrae de
forma irresistible, aunque esto resulte inconveniente. Siempre el diablo te va a
engañar haciéndote pensar que nadie se va a enterar, y te pone argumentos que te hacen
pensar que de verdad nadie lo sabrá. El ser tentado no constituye pecado, el ceder a la
tentación, si constituye pecado. El Diablo o Satanás puede de alguna forma, quizás, crear la
situación para que se produzca la tentación, pero el jamás podrá hacer que nadie haga algo
que la persona no quiera hacer.
De acuerdo a las Sagradas Escrituras, podemos ver que el ser cristiano será
siempre responsable por todas sus acciones, malas o buenas. Qué pensaría si
dijéramos a alguien que ha hecho algo bueno que la recompensa por esta buena obra será
dada a Dios. Pues si el diablo es quien se lleva la culpa por todo lo malo que se hace, sería
de igual forma pensar que Dios debe llevar la recompensa por todo lo que se hace bueno.
Seguramente algunos protestarían ante tal proposición aunque es muy cierto que
toda buena dadiva viene de Dios; (Stg 1:17) “Toda buena dádiva y todo don
perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni
sombra de variación”. Sin embargo cuando cometemos alguna falta o hacemos algo
indebido rápidamente tratamos de buscar a quien echarle la culpa de lo sucedido.
Acusamos a alguien que esté cerca o que directa o indirectamente esté relacionado con lo
sucedido; si la ofensa es muy clara y sabemos que somos los únicos responsables por lo
cometido, entonces podemos fácilmente decir: "el diablo me hizo hacerlo" y así quitar de
nosotros toda culpa.
Tomemos el ejemplo de Jesucristo mismo: (Mateo 4:1-11) “1 Entonces Jesús fue
llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el diablo. 2 Y después de haber
ayunado cuarenta días y cuarenta noches, tuvo hambre. 3 Y vino a ÉL el tentador, y le
dijo: Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan. 4 El respondió y dijo:
Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda Palabra que sale de la
Boca de Dios. 5 Entonces el diablo le llevó a la santa ciudad, y le puso sobre el pináculo del
templo, 6 y le dijo: Si eres Hijo de Dios, échate abajo; porque escrito está: A sus
ángeles mandará acerca de ti, y, En sus manos te sostendrán, Para que no
tropieces con tu pie en piedra. 7 Jesús le dijo: Escrito está también: No tentarás al
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Señor tu Dios. 8 Otra vez le llevó el diablo a un monte muy alto, y le mostró todos los
reinos del mundo y la gloria de ellos, 9 y le dijo: Todo esto te daré, si postrado me
adorares. 10 Entonces Jesús le dijo: Vete, satanás, porque Escrito está: Al Señor tu
Dios adorarás, y a ÉL sólo servirás. 11 El diablo entonces le dejó; y he aquí vinieron
ángeles y le servían”. El problema no está en ser “solicitado a pecar”, sino ceder ante
tal solicitud.
Como vemos, Jesús fue tentado, solicitado a pecar, pero ÉL no pecó. (Heb. 4:15)
“Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras
debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado”.
Aunque Jesús tenía un cuerpo de carne, no tenía una concupiscencia pecaminosa.
Esto prueba que cuando las Sagradas Escrituras se refieren a “LA CARNE”, no se
refiere a lo físico sino a la naturaleza caída. Jesucristo no tenía una naturaleza
caída aunque tenía un cuerpo carnal. A diferencia de Jesucristo nosotros tenemos ambas
cosas, un cuerpo de carne, y una naturaleza caída, por esta razón debemos
depender constantemente de Jehová Dios y del Espíritu Santo para vencer las
tentaciones y controlar la naturaleza carnal.
Si somos creyentes, y estamos en obediencia, el diablo no tiene poder sobre nuestras vidas,
(1Jn 5:18) “Sabemos que todo aquel que ha nacido de Dios, no practica el pecado, pues
Aquel que fue engendrado por Dios le guarda, y el maligno no le toca”. Pues ya no
le pertenecemos a él. El que no ha nacido de nuevo no es de Dios, son del diablo, este
tiene control de sus vidas. Pero esto no quita la responsabilidad por sus hechos, pues son
ellos quienes han escogido seguir en pos del "príncipe de este mundo" (Efesios 2:1-3) “1 Y
ÉL os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados, 2 en los
cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al
príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia, 3
entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de
nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por
naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás”.
Entonces si cualquiera de nosotros sigue practicando el pecado, Jehová Dios les va a
entregar a las concupiscencias de sus corazones. (Romanos 1:24-32) “24 Por lo cual
también Dios los entregó a la inmundicia, en las concupiscencias de sus corazones,
de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos, 25 ya que cambiaron la
Verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador,
el cual es bendito por los siglos. Amén. 26 Por esto Dios los entregó a pasiones
vergonzosas; pues aun sus mujeres cambiaron el uso natural por el que es contra
naturaleza, 27 y de igual modo también los hombres, dejando el uso natural de la mujer, se
encendieron en su lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres
con hombres, y recibiendo en sí mismos la retribución debida a su extravío. 28 Y como
ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada,
para hacer cosas que no convienen; 29 estando atestados de toda injusticia, fornicación,
perversidad, avaricia, maldad; llenos de envidia, homicidios, contiendas, engaños y
malignidades; 30 murmuradores, detractores, aborrecedores de Dios, injuriosos, soberbios,
altivos, inventores de males, desobedientes a los padres, 31 necios, desleales, sin afecto
natural, implacables, sin misericordia; 32 quienes habiendo entendido el juicio de Dios, que
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los que practican tales cosas son dignos de muerte, no sólo las hacen, sino que
también se complacen con los que las practican”.
CONCUPISCENCIA: El significado de deseos de la carne, deseos del viejo hombre, deseos
pecaminosos, por lo cual, un deseo que es contrario a su Voluntad. Es evidente en
(Romanos 8:5-8) que los deseos de la carne no son para nada agradables a Dios. Ahí
leemos: “5 Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son
del Espíritu, en las cosas del Espíritu. 6 Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el
ocuparse del Espíritu es vida y paz. 7 Por cuanto los designios de la carne son enemistad
contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden; 8 y los que viven
según la carne no pueden agradar a Dios”. Deseos que provienen del corazón,
perturban la mente que van contra la ley de Jehová Dios. Por esta razón es tan
importante que estemos llenos del Espíritu, para controlar los malos deseos de la carne. Las
Sagradas Escrituras, apuntan hacia “la carne” o la naturaleza carnal como el origen
de los pecados: (Mateo 15:19) “Porque del corazón salen los malos pensamientos,
los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las
blasfemias”. Los malos deseos de la mente son los que provocan al hombre o la
mujer para que haga lo indebido que es el pecado.
(Gálatas 5:16-21) “16 Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos
de la carne. 17 Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra
la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis. 18 Pero si sois
guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley. 19 Y manifiestas son las obras de la carne, que
son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, 20 idolatría, hechicerías, enemistades,
pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, 21 envidias, homicidios, borracheras,
orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he
dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios”.
Tentación la propia concupiscencia actúa de estas tres formas, para tentarte por
medio de: PRIMERO ATRACCIÓN; Como se atrae una víctima con una carnada para
poder atraparla, el diablo sabe cómo usar los deseos de la carne y tratará de atraer a
la víctima para que caiga en pecado. Aunque Jehová Dios no envía la tentación,
ésta es de cierto modo permitida por Él quien en medio del problema nos da la salida
para que podamos vencer contra el pecado. (1 Cor. 10:13) “No os ha sobrevenido ninguna
tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de
lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida,
para que podáis soportar”.
SEGUNDO SEDUCCIÓN & ENGAÑO: La seducción es el acto que consiste en inducir y
persuadir a alguien con el fin de modificar su opinión o hacerle adoptar un
determinado comportamiento y actitud. La palabra seducción tiene connotación del ser
engañado. La concupiscencia engañara al individuo con el fin de hacerlo hacer
aquello que es indebido.
Y TERCERO CONCEPCIÓN: (Stg 1:15) “Entonces la concupiscencia, después que ha
concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte”.
Jehová Dios por medio de Santiago compara esta etapa del pecado con la de la
etapa de gestación o desarrollo de un niño en el vientre de la madre. La concepción
es el momento cuando la criatura se comienza a formar u obtiene vida dentro del
vientre de su madre. Una vez este proceso ha comenzado, si la criatura no es abortada,
pronto nacerá como el fruto de aquella semilla que fue implantada en el vientre de la madre.
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EL PECADO ES CONCEBIDO CUANDO (1. Atracción) se comienza a dar vueltas en
nuestra mente las posibilidades de cometer aquello que aunque sabemos va contra la ley de
nuestro Padre Celestial, nos promete algo que deseamos llegar a tener o alcanzar.
Puede ser una relación con aquella bella joven, o aquel apuesto caballero, o quizás,
aquella posición que tanto he deseado, o aquel dinero que me viniera tan bien en
este tiempo de dificultad económica, o poderme vengar de aquella persona que me
hizo algún daño, o quien sabe qué otra cosa. (2. Seducción & Engaño) Tan pronto le
damos cabida en nuestra mente a estos pensamientos ya accedemos y caemos.
(3. Concepción) Si no se aborta, entonces empieza ya la gestación, hasta que se comete el
pecado. "El pecado, cuando ha sido concebido, es muerte". El primer pecado que se
comete normalmente será más difícil, pero mientras pase el tiempo y cuando la persona se
va acostumbrando a pecar, este proceso se hará cada vez más fácil. La persona se
"puede" llegar a convertir en uno que practica el pecado. El tal no es de Dios de
acuerdo a (1 Juan 3:8) “El que practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca
desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo”,
pues se ha puesto bajo el dominio del diablo.
Después de haber sido consumado el pecado, este comenzará a producir su
consecuencia, la muerte. (Romanos 6:23) “Porque la paga del pecado es muerte, más la
dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro”. Ahora veamos el ejemplo de
Adán y Eva; Un ejemplo de este proceso, lo podemos observar en el primer pecado cometido
en el huerto del Edén. Dónde Eva, fue Atraída, Seducida & Engañada y Concepción.
Atracción (Gen. 3:6) “Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era
agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y
comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella”. El origen del pecado es
siempre algo deseable y bueno a nuestros deseos.
(Gen. 3:1-5) “Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que
Jehová Dios había hecho; la cual dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis
de todo árbol del huerto? 2 Y la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles
del huerto podemos comer; 3 Pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo
Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis. 4 Entonces la serpiente
dijo a la mujer: No moriréis; 5 sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán
abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal”. Satanás habló a
Eva a través de la serpiente de manera que cuestionó lo que Dios había ordenado respecto al
árbol que estaba en medio del huerto. Ella dijo a la serpiente que no morirían, sino que sus
ojos serian abiertos y serian como Dios.
Eva fue engañada (2 Corintios 11:2-7) “2 Porque os celo con celo de Dios; pues os he
desposado con un solo esposo, para presentaros como una virgen pura a Cristo. 3 Pero temo
que como la serpiente con su astucia engañó a Eva, vuestros sentidos sean de alguna
manera extraviados de la sincera fidelidad a Cristo. 4 Porque si viene alguno predicando a
otro Jesús que el que os hemos predicado, o si recibís otro espíritu que el que
habéis recibido, u otro evangelio que el que habéis aceptado, bien lo toleráis; 5 y
pienso que en nada he sido inferior a aquellos grandes apóstoles. 6 Pues aunque sea tosco
en la Palabra, no lo soy en el conocimiento; en todo y por todo os lo hemos demostrado.
7 ¿Pequé yo humillándome a mí mismo, para que vosotros fueseis enaltecidos, por cuanto
os he predicado el Evangelio de Dios de balde?”; (1 Timoteo 2:13-14) “13 Porque
Adán fue formado primero, después Eva; 14 y Adán no fue engañado, sino que la
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mujer, siendo engañada, incurrió en transgresión”. (Gálatas 1:6) “Estoy maravillado
de que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un
evangelio diferente”. (Gálatas 3:1-5) “1 !Oh gálatas insensatos! ¿Quién os fascinó
para no obedecer a la Verdad, a vosotros ante cuyos ojos Jesucristo fue ya
presentado claramente entre vosotros como crucificado? 2 Esto solo quiero saber de
vosotros: ¿Recibisteis el Espíritu por las obras de la ley, o por el oír con fe? 3 ¿Tan necios
sois? ¿Habiendo comenzado por el Espíritu, ahora vais a acabar por la carne? 4
¿Tantas cosas habéis padecido en vano? si es que realmente fue en vano. 5 Aquel, pues,
que os suministra el Espíritu, y hace maravillas entre vosotros, ¿Lo hace por las
obras de la ley, o por el oír con fe?”.
CONCLUSIÓN: Ciertamente hemos podido ver como las palabras en las Sagradas Escrituras
claramente se pueden aplicar a todo pecado, pues el pecado no es un simple hecho (es
un proceso). Quiera Dios que entendamos el poder destructor del pecado en nuestras vidas
y confiemos en Jesucristo para poder vencer las tentaciones que se nos presentan a diario.
Las Sagradas Escrituras dicen que: (Santiago 4:17) “y al que sabe hacer lo bueno, y no
lo hace, le es pecado”. El que no hace lo bueno esta en desobediencia y por lo cual está
en pecado. Ha sido tentado a desobedecer y ha cedido a la tentación. Lo bueno es no dar
lugar al diablo, a la carne y a la tentación. Somos nosotros quienes hemos que dar
cuenta a Dios por nuestros pecados, no el diablo, ni el vecino.
El mismo Dios está dispuesto y nos da la ayuda que necesitamos para no caer en la
tentación. Las Sagradas Escrituras nos dicen: (1 Corintios 10:13) “No os ha
sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejara ser
tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la
salida, para que podáis soportar”. Y también nos dice: (Santiago 1:12) “Bienaventurado
el varón que soporta la tentación, porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona
de vida, que Dios ha prometido a los que le aman”.
Enseñanzas Prácticas: (Stg. 4:7) “Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de
vosotros”. Primero: tenemos que someternos a Jehová Dios, humillándonos;
reconociendo que no estamos exentos a caer. Segundo: Resistir al diablo, bajo el
Poder de Jehová Dios, por medio de Jesucristo y Vivir guiados por el Espíritu Santo,
Edificando nuestra alma sobre las Sagradas Escrituras para el Conocimiento de la
Sana Doctrina de Cristo sea nuestra Verdad y Permanecer Firmes en esta Verdad.
Tercero: Huirá de nosotros, si Velamos en Oración en todo tiempo. (2 Corintios
12:10) “Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en
necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte”.
Quiero terminar con estas palabras que me han ayudado en mi vida: Tengo la
seguridad que el diablo conoce cuál es nuestra debilidad, a lo cual yo digo; También sé cuál
es mi debilidad. Por lo tanto no demos lugar al diablo para que tome provecho de nuestra
debilidad, antes debemos fortalecernos en el Señor Jesucristo y en el poder de su fuerza,
como lo dice la Sana Doctrina de Cristo: (Efesios 6:10) “Por lo demás, hermanos míos,
fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza”.
PREDICADOR DE LA SANA DOCTRINA DE CRISTO: Pastor Víctor Ramón Preciado Balderrama; Mi interés
es que me des la oportunidad de servirles pues me queda muy claro que mi llamado no es de ser titular sino el de servir y que la Sana Doctrina de Cristo corra
como un río poderoso arroyando toda basura de ignorancia. Por favor si les interesan estos materiales escríbanme pidiéndomelos a cualquiera de los siguientes
correos, y con mucho gusto y en el amor a Cristo se los enviaré inmediatamente sin cuestionar nada y que el Espíritu Santo los dirija y los lleve por buen camino, solo
les pido en este mismo amor NO LO VENDAN: lo recibes de gracia dalo de gracia. 52 (722) 506-3660
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