RESULTADOS DE LA EVALUACIÓN DIAGNÓSTICA 2024 - ACTUALIZADA.pptx
Sobre Arte Contemporáneo
1. DISEÑO S5
CINCO CUESTIONES SOBRE ARTE CONTEMPORÁNEO
La incomprensión del arte de vanguardia suele ir acompañada de una serie de
observaciones o preguntas. Una reflexión detenida sobre las más comunes puede
aproximarnos a la raíz de algunos problemas que impiden la comprensión de un
fenómeno que, indudablemente, supone una ruptura.
NO ENTIENDO LO QUE SIGNIFICA
Ciertamente el arte contemporáneo es complejo. No es fácil sintetizar en pocas
palabras el significado de las obras de arte de vanguardia, ni dar unas pautas únicas
para su comprensión. De manera innata, el ser humano siente atracción o rechazo
por unas formas, colores u objetos a los que dota de significado. El alcance del
significado en el arte contemporáneo no es equiparable al de otras épocas. Una obra
de vanguardia PUEDE NO SIGNIFICAR COSAS RECONOCIBLES. En general, no cuenta
historias, sino que evoca sensaciones o presenta otras formas de ver el mundo.
Marel Duchamp, Rueda de bicicleta, 1951
2. ESO LO HACE CUALQUIERA
Una de obra de arte encierra, siempre, un pensamiento en un objeto. En ninguna
época pueden separarse esos aspectos. Pero, en general, los artistas del siglo XX han
reivindicado su condición de intelectuales frente a la de artesanos. La creatividad
que hay en un objeto cualquiera, con independencia de que lo consideremos
artístico, no radica en su adecuada existencia física sino en la idea de haberlo
concebido así. En todas las épocas aceptamos que los edificios son obra de un
determinado arquitecto, aunque nunca interviene físicamente en la construcción. Es
el pensamiento que encierra la obra de arte donde verdaderamente radica la
creatividad artística. Por otra parte, en el arte contemporáneo, valores como la
espontaneidad o la ingenuidad no son fáciles de conseguir. Muchas obras que parecen
fáciles son, en realidad, muy difíciles de realizar. Exigen una depuración y un punto
de vista perceptivo que demuestran excepcionales habilidades.
Tom Wesselmann; Según Matisse, 1959
3. YO NO PAGARÍA NADA POR ELLO
Todo el mundo sabe que el precio de las cosas no tiene nada que ver con su valor. El
precio está sometido a ciertas leyes de mercado. Existen valores sentimentales o
simbólicos, difíciles de traducir a términos monetarios universales para quien no
comparta esos afectos. De todas maneras, existen algunos valores a los que se suele
poner alto precio, como la originalidad, o la condición de obra única.
Carlo Carrà, Persecusión, Milán.
NO MERECE ESTAR EN UN MUSEO
Tenemos tendencia a ver los museos como templos, a la manera del siglo XIX, y, en
consecuencia, considerar que todo lo que guardan es sagrado. Pero en un museo,
especialmente de arte contemporáneo, es algo mucho más próximo a la realidad
cotidiana. Por eso, contemplar una obra de arte en un museo debe considerarse un
hecho de importancia relativa, algo que nos permite acercarnos al objeto para poder
apreciarlo, pero que no significa necesariamente su consagración definitiva como tal
pieza artística.
Kataryna Kobro, Composición espacial,
1929
Por otra parte, en la clasificación de
una pieza artística reciente como
objeto “museable” intervienen muchas
personas, desde críticos, historiadores,
conservadores, patrocinadores o los
mismos artistas. Aún así, se trata de
decisiones arriesgadas que, en todo
caso, se ven confirmadas o rechazadas
con el paso del tiempo. Con cierta
perspectiva histórica el riesgo se
reduce: no hay que olvidar que los
museos guardan la memoria de lo
sucedido.
4. CÓMO LLEGAR A PRECIAR ARTE CONTEMPORÁNEO
Exige el mismo proceso de estudio que conocer y apreciar el arte de cualquier época.
Es necesario realizar una contemplación detenida, analizar el proceso creativo, las
repercusiones de la obra en su tiempo y su valoración histórica. Pero, ante todo, es
muy importante reflexionar de manera general sobre lo que ha significado el arte en
épocas pasadas, es decir, la teoría del arte: la mayor causa de incomprensión del
arte contemporáneo deriva de la suposición de que todo arte anterior obedece a
unos principios únicos que, repentinamente, se hubiesen cambiado en el siglo XX. Por
otra parte, difícilmente podemos llegar a apreciar el arte contemporáneo si las
ideas, el talante que late tras la creación, no nos resulta, de algún modo, afín. Desde
luego no es que sea necesario asumir el pensamiento que ha impulsado toda la
creación artística contemporánea, como tampoco el de épocas pasadas; pero sin una
traslación vital, afín. Desde luego no es que sea necesario asumir el pensamiento que
ha impulsado toda la creación artística contemporánea, como tampoco el de épocas
pasadas; pero sin una traslación vital, afectiva, del espíritu que impulsó a los artistas
de vanguardia, es difícil llegar a asumir sus propuestas estéticas.