La industria química debe adoptar buenas prácticas ambientales para reducir su impacto en el medio ambiente. Esto incluye mejorar la eficiencia energética, reducir la contaminación del agua y el aire, y promover el reciclaje y reutilización de recursos. La industria química también debe cumplir con las regulaciones ambientales y obtener certificaciones para demostrar su compromiso con la sostenibilidad.