2. Cuando sobre el pecho inclinas Cuando sobre el pecho inclinas la melancólica frente, una azucena tronchada me pareces. Porque al darte la pureza, de que es símbolo celeste, como a ella te hizo Dios de oro y nieve. Gustavo Adolfo Bécquer
3. ¿De dónde vengo?... El más horrible y áspero ¿De dónde vengo?... El más horrible y áspero de los senderos busca. Las huellas de unos pies ensangrentados sobre la roca dura; los despojos de un alma hecha jirones en las zarzas agudas, te dirán el camino que conduce a mi cuna. ¿Adónde voy? El más sombrío y triste de los páramos cruza, valle de eternas nieves y de eternas melancólicas brumas. En donde esté una piedra solitaria sin inscripción alguna, donde habite el olvido, allí estará mi tumba. Gustavo Adolfo Bécquer
4. Besa el aura que gime blandamente Besa el aura que gime blandamente las leves ondas que jugando riza; el sol besa a la nube en occidente y de púrpura y oro la matiza; la llama en derredor del tronco ardiente por besar a otra llama se desliza; y hasta el sauce, inclinándose a su peso, al río que le besa vuelve un beso. Gustavo Adolfo Bécquer
5. Me ha herido recatándose en la sombra Me ha herido recatándose en la sombra, sellando con un beso su traición. Los brazos me echó al cuello y por la espalda partióme a sangre fría el corazón. Y ella prosigue alegre su camino, feliz, risueña, impávida. ¿Y por qué? Porque no brota sangre de la herida, porque el muerto está en pie. Gustavo Adolfo Bécquer
6. Del salón en el ángulo oscuro Del salón en el ángulo oscuro, de su dueña tal vez olvidada, silenciosa y cubierta de polvo, veíase el arpa. ¡Cuánta nota dormía en sus cuerdas, como el pájaro duerme en las ramas, esperando la mano de nieve que sabe arrancarlas! ¡Ay!, pensé: ¡cuántas veces el genio así duerme en el fondo del alma y una voz como Lázaro espera que le diga: «Levántate y anda»! Gustavo Adolfo Bécquer
7. ASTURIAS Asturias, si yo pudiera, si yo supiera cantarte. Asturias verde de montes y negra de minerales. Yo soy un hombre del sur; polvo, sol, fatiga y hambre, hambre de pan y horizontes.... ¡Hambre! Bajo la piel resecada ríos sólidos de sangre y el corazón asfixiado sin venas para aliviarte. Los ojos ciegos, los ojos ciegos de tanto mirarte sin verte, Asturias lejana, (*) hija de mi misma madre.
8. ASTURIAS Dos veces, dos, has tenido ocasión para jugarte la vida en una partida y las dos te la jugaste. ¿Quién derribará este árbol de Asturias, ya sin ramaje, desnudo, seco y clavado con su raíz entrañable que corre por toda España crispándonos de coraje. Mirad obreros del mundo su silueta recortarse contra ese cielo impasible, vertical, inquebrantable, firme sobre roca firme, herida viva su carne. Millones de puños gritan su cólera por los aires, millones de corazones golpean contra sus cárceles. Prepara tu salto último lívida muerte cobarde prepara tu último salto que Asturias está aguardándote sola, en mitad de la tierra, hija de mi misma madre. (1937) Pedro Garfias
9. Ciudad del paraíso A mi ciudad de Málaga Siempre te ven mis ojos, ciudad de mis días marinos. Colgada del imponente monte, apenas detenida en tu vertical caída a las ondas azules, pareces reinar bajo el cielo, sobre las aguas, intermedia en los aires, como si una mano dichosa te hubiera retenido, un momento de gloria, antes de hundirte para siempre en las olas amantes. De "Sombra del paraíso" 1939 V. Aleixandre MALAGA
10. A CÓRDOBA Córdoba. Lejana y sola. Jaca negra, luna grande, y aceitunas en mi alforja. Aunque sepa los caminos yo nunca llegaré a Córdoba. Por el llano, por el viento, jaca negra, luna roja. La muerte me está mirando desde las torres de Córdoba. ¡Ay qué camino tan largo! ¡Ay mi jaca valerosa! ¡Ay, que la muerte me espera, antes de llegar a Córdoba! Córdoba. Lejana y sola. Federico García Lorca
11. Esparcido el cabello por la espalda Esparcido el cabello por la espalda que fue del sol desprecio y maravilla, Silvia cogía por la verde orilla del mar de Cádiz conchas en su falda. El agua, entre el hinojo de esmeralda, para que entrase más el curso humilla; tejió de mimbre una alta canastilla y púsola en su frente por guirnalda.
12. Mas cuando ya desamparó la playa, «Mal haya, dijo, el agua, que, tan poca con su sal me abrasó pies y vestidos». Yo estaba cerca y respondí: «Mal haya la sal que tiene tu graciosa boca, que así tiene abrasados mis sentidos». Lópe de Vega
13. To Nellie I ask thee for a kiss no more. As once I asked (and not in vain); For now thy spirit I adore, To wed thy spirit I am fain.
14. The Caterpillar Caterpillar on the wall, Whither, whither do you crawl? You know not, yourself, methinks, Strange and wandering little sphinx!
15. May-Day Song Rainbow showers of sunlight falling Tint the dew on every spray, Loud across the valley calling, Hark the jolly cuckoo’s lay! Children, bringing Wreaths, are singing "Come away"