Catalina de Siena le pide a Nicolás que haga las paces con alguien. Ella explica que el segundo mandamiento de Dios es amar al prójimo, y que quien odia a otro no está en la gracia de Dios. También dice que aunque uno esté en pecado, debe seguir haciendo el bien, ya que Dios recompensará cualquier buena obra. Por eso, Catalina quiere que Nicolás viva siguiendo los mandamientos de Dios y en paz con los demás.