2. Esta tarde ando un poco nostálgico, arrastro un montón de sentimientos de los cuales no me quiero desprender, aunque algunos consigan entristecerme… un poquito. Me he dedicado a la enseñanza desde los inicios del año escolar, y me ha apasionado cada día. La satisfacción más grande que me queda es el haber podido ayudar, haber sido capaz de conectar lo suficiente con ustedes como para que me permitieran entrar a un poco más allá del salón de clases, entrar en su mundo interior.
3. Y si a alguien supe ayudar en algún aspecto que fue más allá del programa del curso, como algunos que me confesaron sus miedos, sus sueños o sus problemas, tengan por seguro que es lo que más me ha motivado y lo que me ha hecho poner los pies en tierra, haciéndome consciente de que la labor de un maestro es mucho más que transmitir unos conocimientos.
4. A todos aquellos a los que no supe ayudar, y que me necesitaron en un momento les pido una disculpa. No todos tuvieron la oportunidad de trabajar conmigo habiendo estado yo al cien por ciento, pero espero al menos que nuestro resultado final no haya diferido tanto de unos a otros por estos altibajos míos. Esta primera aventura de ser maestro me llevó a ser mejor, me llevó hasta ustedes, al cabo de un paréntesis de casi ocho meses.
5. Seguiré mejorando, eso ténganlo por seguro, y espero que también ustedes lo sigan haciendo, yo no descarto volver algún día a esta escuela que tanto me ha dado, aunque quizás ustedes ya no estén En este tiempo encontré entre ustedes amistad, cariño, atención, curiosidad, sueños, humildad y deseos de superación y a cambio recibo, guardo y llevo siempre conmigo cada enseñanza de ustedes, porque tengan por seguro que yo también he aprendido de ustedes.
6. Los voy a echar mucho de menos, los voy a extrañar y lo único que puedo decir es que espero encontrarlos en el camino de la vida. Gracias por su paciencia, por su entrega, por su cariño y sobre todo, por su amistad. Los quiere, admira y aprecia… El profesor Emmanuel