El poema celebra la victoria de la vida, el amor y la paz sobre la muerte, el odio y la violencia. Pide que se derrame el espíritu sobre la gente para que haya paz, canto y alegría, y para que se levanten los pobres liberados. También pide que los hombres canten nuevas canciones, que las mujeres determinen su destino, y que los niños jueguen libremente. Concluye pidiendo que América sea un solo pueblo resucitado y renovado en Cristo.