El documento discute cómo la desigualdad digital puede frenar el progreso hacia sociedades más justas al crear brechas en el acceso y la inclusión, exacerbar las desigualdades existentes a través de los algoritmos y poner en peligro la privacidad y los derechos civiles. Propone que se deben explorar soluciones como la innovación social, los bienes comunes digitales, la solidaridad digital y la autonomía para crear sociedades digitales más equitativas.