En el cruce del jirón Moyobamba con la avenida Malecón Rímac, en el distrito de San Martín de Porres, se vive una pesadilla. Esta zona se ha visto afectada por el aumento del caudal del río, ocasionando el derrumbe parcial de una casa y la muerte de una madre y su hijo. ¿Qué están haciendo las autoridades?
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El ciclón que se lo llevó todo-Ensayo fotográfico
1. Julio Vargas, uno de los vecinos afectados por los
derrumbes, muestra lo que quedó de la casa más
afectada de esa zona del malecón Rímac,
perteneciente a sus familiares. Está partida a la
mitad, con serias señales de inestabilidad ante otro
posible derrumbe. Aún se conservan los objetos que
se encontraba usando la familia en la zona del
lavadero de la casa en el momento del
deslizamiento.
Foto: Sebastián Cerrón
2. Así quedó la zona del
lavadero de la casa
más afectada tras el
derrumbe. Entre
tuberías y restos
rocosos, se encuentra
el extenso socavón que
conduce directamente
a las aguas del río
Rímac. Casacas,
zapatillas, botellas,
entre otros
objetos yacen
alrededor de la zona de
la tragedia, en donde
perdieron la vida dos
personas, mientras que
cruzando el río se
encuentran las casas
colindantes con la vía
Expresa Línea Amarilla.
Foto: Sebastián Cerrón
3. Una de las viviendas
colindantes con la
casa derrumbada se
encuentra rodeada
por cintas que
señalan el peligro de
la zona y de cierta
forma tratan de
impedir el paso de
los habitantes hacia
la zona inestable.
Esta vivienda se
encuentra en
abandono, tras
varios días de
sucedido el
desastre.
Foto: Sebastián
Cerrón
4. La imponencia del río
Rímac en su máximo
esplendor tomando
toda su extensión en
sus bordes. El caudal
del río ha crecido
debido a la
inclemencias
climatológicas. Este
es el panorama que
se puede encontrar a
las espaldas de las
viviendas afectadas
del malecón Rímac.
Prácticamente al
borde del colapso
ante un movimiento o
deslizamiento.
Foto: Sebastián
Cerrón
5. A una cuadra de la zona
afectada por el
derrumbe, se encuentran
las carpas temporales
que instaló la
Municipalidad de Lima
para que los
damnificados puedan
pasar la noche. Se
encuentran armadas en
una losa deportiva del
jirón Bella Unión. Las
carpas yacen vacías
durante el día, pues los
afectados salen a
trabajar e incluso optan
por recurrir a otros
lugares para habitar,
pues ya pasaron varios
días de la tragedia.
Foto: Sebastián Cerrón
6. Una pequeña y
acogedora capilla
religiosa se
encuentra justo al
lado de la vivienda
que quedó colapsada
parcialmente. En esta
capilla, los vecinos
que aún continúan
habitando por la zona
se reúnen para rezar
y prender velas.
Foto: Sebastián
Cerrón
7. La inocencia de un
niño ante la tragedia,
quien yace acostado
sobre una banca
sostenida por una
madera y ladrillos.
Como él, varios
menores son los que
juegan en los
alrededores de la
zona inestable quizá
sin entender la
magnitud del
desastre.
Foto: Daniela
Orellana
8. Este es el panorama
de la profundidad del
socavón que dejó el
derrumbe del pasado
21 de marzo. Se
pueden observar
restos rocosos,
escombros
y grandes rocas que
formaban parte de la
base de la casa. En
lo profundo, se
encuentran
amontonadas
pequeñas rocas entre
las que se
encontraron los
restos de María
Reyes Lizárraga (36).
Foto: Sebastián
Cerrón
9. Una cama colocada en
una de las veredas del
jirón Malecón Rímac,
justo en frente de la
zona inestable. Así
como esta, muchos
muebles más se
encuentran
acomodados a lo largo
de esta calle. Los
vecinos afectados
optaron por sacar y
dejar sus cosas a la
intemperie ante la
incertidumbre de un
posible deslizamiento, y
ante la esperanza de
una reubicación para
llevar sus pertenencias.
Foto: Daniela Orellana
10. El damnificado Julio Vargas ingresa a la vivienda de su
vecino, que quedó totalmente inhabitable. Dicha casa fue
el epicentro de los deslizamientos ocurridos. La toma se
muestra desde la puerta de ingreso de la casa, desde las
escaleras hacia el segundo piso y el pasillo que conduce
hacia el socavón que termina en las aguas del río Rímac.
Foto: Sebastián Cerrón
11. El intenso e
incontrolable río
Rímac. Aún se
conservan restos y
escombros del
derrumbe a la
orilla del río. Son
las aguas que
bañan la avenida
Malecón Rímac, la
más afectada por
la fuerza de la
corriente.
Foto: Sebastián
Cerrón
12. Una de las viviendas
de la avenida
Malecón Rímac luce
envuelta en cintas
de peligro,
ahuyentando a los
transehúntes. Las
cintas se extienden
hasta un pequeño
callejón en donde se
ubican los hogares
que también se han
declarado en peligro
y que todavía siguen
siendo habitados.
Foto: Sebastián
Cerrón