A una gorila para aumentar de glúteos le ofrecieron varias opciones, el problema radicaba en que solo contaba con unos cuantos cocos para pagar la operación, lo que no alcanzaba para ir a un lugar seguro.
Ella deseaba biopolímeros, pero nadie la advirtió que el tratamiento estético debía ser realizado por un especialista en cirugía plástica.
Muchas modelos de la selva se habían realizado rellenos permanentes con biopolímeros sintéticos, que para el caso de la gorila no eran aconsejables debido a su voluptuoso cuerpo, ya que podía presentar complicaciones.
A excepción de la grasa de la propia paciente, la inyección de cualquier sustancia para aumentar el volumen de los glúteos con biopolímeros, era riesgosa e ilegal en aquel reino.
La gran mayoría de hembras que se habían inyectado esa sustancia sufrían quebrantos de salud, porque al poco tiempo de haberlo realizado, aparecieron síntomas de decoloración, quemazón, inflamación, dolores o infecciones.
Los biopolímeros que escogió la gorila correspondían a un producto derivado de la silicona, de origen sintético, no absorbible que producía diversas respuestas inmunológicas en el organismo.
El aumento de glúteos practicado a ella consistió en una inyección de endoprótesis, sustancia de relleno que se comercializaba en la selva, con el objetivo de acrecentar las posaderas, reafirmarlas, modelarlas y levantarlas.
El peligro de haber utilizado biopolímeros se presentó porque quien practicó la inoculación fue un chimpancé que no tenía conocimiento de la paciente, y no evaluó la biocompatibilidad de la sustancia en la gorila.
Así comienza este cuento que no es cuento y por eso lo cuento.
Estrategia de prompts, primeras ideas para su construcción
BIOPOLÍMEROS
1. David Francisco Camargo Hernández. Nacionalidad Colombiano.
Escritor, humanista y economista con especialización, maestría y
doctorado. Artista plástico. Inventor. Guionista. Becario de
universidades europeas. Director Fundación Sueños de Escritor y
ediciones Dafra. Premios literarios y académicos en los años 2001-
2005-2008-2010-2016-2017 en eventos internacionales. Profesor de
posgrado. Investigador CVLAC Colciencias. Conferencista
internacional basando los temas en sus propios libros. Propende
por una economía «más humana, más igualitaria, capaz de
contribuir a mejorar la calidad de vida de la comunidad». En 2010
algunas de sus publicaciones fueron traducidas a varios idiomas.
Una de las más destacadas se titula: “cómo regionalizar el país”. Y
por «su sobresaliente trayectoria literaria y pensamiento
comprometido con los problemas de la cotidianidad».
A una gorila para aumentar de glúteos le ofrecieron varias opciones, el problema
radicaba en que solo contaba con unos cuantos cocos para pagar la operación, lo
que no alcanzaba para ir a un lugar seguro.
Ella deseaba biopolímeros, pero nadie la advirtió que el tratamiento estético debía
ser realizado por un especialista en cirugía plástica.
Muchas modelos de la selva se habían realizado rellenos permanentes con
biopolímeros sintéticos, que para el caso de la gorila no eran aconsejables debido a
su voluptuoso cuerpo, ya que podía presentar complicaciones.
A excepción de la grasa de la propia paciente, la inyección de cualquier sustancia
para aumentar el volumen de los glúteos con biopolímeros, era riesgosa e ilegal en
aquel reino.
La gran mayoría de hembras que se habían inyectado esa sustancia sufrían
quebrantos de salud, porque al poco tiempo de haberlo realizado, aparecieron
síntomas de decoloración, quemazón, inflamación, dolores o infecciones.
Los biopolímeros que escogió la gorila correspondían a un producto derivado de la
silicona, de origen sintético, no absorbible que producía diversas respuestas
inmunológicas en el organismo.
El aumento de glúteos practicado a ella consistió en una inyección de endoprótesis,
sustancia de relleno que se comercializaba en la selva, con el objetivo de acrecentar
las posaderas, reafirmarlas, modelarlas y levantarlas.
El peligro de haber utilizado biopolímeros se presentó porque quien practicó la
inoculación fue un chimpancé que no tenía conocimiento de la paciente, y no
evaluó la biocompatibilidad de la sustancia en la gorila.
Así comienza este cuento que no es cuento y por eso lo cuento.
2. Así como en el desarrollo de políticas dirigidas a la
formación académica, las Universidades tienen el
compromiso de centrar su atención en los estudiantes
como los ejes transformadores de la sociedad, de igual
manera por ser éstos los protagonistas principales tienen
la responsabilidad y el reto de aportar herramientas que
les permitan interactuar armónicamente con las
instituciones educativas.
Es por ello que desde las aulas de clase se debe gestar la
investigación dirigida hacia la construcción de valores
fundamentales que tengan como resultado la formación
de profesionales íntegros. Por tal razón este Código de
Ética va dirigido a los estudiantes de educación superior,
su finalidad es contribuir a la orientación de los
comportamientos individuales y colectivos, enfatizar en
los derechos, el cumplimiento de los deberes
procurando entregar un contenido crítico que permita
adoptar posiciones que impulsen la toma de decisiones
que beneficien al grueso de la población estudiantil.
David Francisco Camargo Hernández. Nacionalidad Colombiano.
Escritor, humanista y economista con especialización, maestría y
doctorado. Artista plástico. Inventor. Guionista. Becario de
universidades europeas. Director Fundación Sueños de Escritor y
ediciones Dafra. Premios literarios y académicos en los años 2001-
2005-2008-2010-2016-2017 en eventos internacionales. Profesor de
posgrado. Investigador CVLAC Colciencias. Conferencista
internacional basando los temas en sus propios libros. Propende
por una economía «más humana, más igualitaria, capaz de
contribuir a mejorar la calidad de vida de la comunidad». En 2010
algunas de sus publicaciones fueron traducidas a varios idiomas.
Una de las más destacadas se titula: “cómo regionalizar el país”. Y
por «su sobresaliente trayectoria literaria y pensamiento
comprometido con los problemas de la cotidianidad».
A una gorila para aumentar de glúteos le ofrecieron varias opciones, el problema
radicaba en que solo contaba con unos cuantos cocos para pagar la operación, lo
que no alcanzaba para ir a un lugar seguro.
Ella deseaba biopolímeros, pero nadie la advirtió que el tratamiento estético debía
ser realizado por un especialista en cirugía plástica.
Muchas modelos de la selva se habían realizado rellenos permanentes con
biopolímeros sintéticos, que para el caso de la gorila no eran aconsejables debido a
su voluptuoso cuerpo, ya que podía presentar complicaciones.
A excepción de la grasa de la propia paciente, la inyección de cualquier sustancia
para aumentar el volumen de los glúteos con biopolímeros, era riesgosa e ilegal en
aquel reino.
La gran mayoría de hembras que se habían inyectado esa sustancia sufrían
quebrantos de salud, porque al poco tiempo de haberlo realizado, aparecieron
síntomas de decoloración, quemazón, inflamación, dolores o infecciones.
Los biopolímeros que escogió la gorila correspondían a un producto derivado de la
silicona, de origen sintético, no absorbible que producía diversas respuestas
inmunológicas en el organismo.
El aumento de glúteos practicado a ella consistió en una inyección de endoprótesis,
sustancia de relleno que se comercializaba en la selva, con el objetivo de acrecentar
las posaderas, reafirmarlas, modelarlas y levantarlas.
El peligro de haber utilizado biopolímeros se presentó porque quien practicó la
inoculación fue un chimpancé que no tenía conocimiento de la paciente, y no
evaluó la biocompatibilidad de la sustancia en la gorila.
Así comienza este cuento que no es cuento y por eso lo cuento.