PRESENTACION PLAN ESTRATEGICOS DE SEGURIDAD VIAL - PESV.pdf
EL ORGULLO DE SER REVOLUCIONARIOS CUBANOS
1. EL ORGULLO DE SER
REVOLUCIONARIOS
CUBANOS…
Por: Pedro Fulleda Bandera
Lo que conforma el alma de los pueblos es su historia. Ella es el compendio de nuestra razón de
ser. Conocerla y defenderla es la única forma de construir identidad nacional, esa que, en nuestro
caso, nos otorga el orgullo de ser cubanos…
Escribiendo historia es como los pueblos se han erigido en naciones en todos los rincones
del planeta, han luchado por la independencia y defendido el sagrado derecho a la libertad. Un
filósofo afirmó que “los seres humanos van en dos bandos: los históricos y los historiadores. Los
primeros ejecutan los hechos; los segundos los estudian y dan a conocer. Por eso ambos son
necesarios para la conformación de las naciones”. Otro pensador completó la idea al afirmar que
“la historia la escriben los vencedores”, sentando el principio de que los historiadores del bando
ganador tienden a tergiversar la historia, incluso a costa de desacreditar a los históricos derrotados.
El gran reto planteado a todo quien, como yo, desea disfrutar de la historia como historiador, es
actuar de modo absolutamente objetivo, otorgando a cada histórico su justo valor, al margen de si
está en el bando de los ganadores o de los perdedores. Eso es actuar con respeto a quienes forjan
naciones. Así lo refirió José Martí, quien tuvo la grandeza de combinar en sí mismo al hombre
histórico y al historiador:
“Cuentan que un viajero llegó un día a Caracas al anochecer, y sin sacudirse el polvo del
camino, no preguntó dónde se comía ni se dormía, sino cómo se iba a donde estaba la
estatua de Bolívar. Y cuentan que el viajero, solo con los árboles altos y olorosos de la plaza,
lloraba frente a la estatua, que parecía que se movía, como un padre cuando se le acerca
un hijo. El viajero hizo bien, porque todos los americanos deben querer a Bolívar como a un
padre. A Bolívar, y a todos los que pelearon como él porque la América fuese del hombre
americano. A todos: al héroe famoso, y al último soldado, que es un héroe desconocido.
Hasta hermosos de cuerpo se vuelven los hombres que pelean por ver libre a su patria (…)
En el mundo ha de haber cierta cantidad de decoro, como ha de haber cierta cantidad de
luz. Cuando hay muchos hombres sin decoro, hay siempre otros que tienen en sí el decoro
2. de muchos hombres. Esos son los que se rebelan con fuerza terrible contra los que les roban
a los pueblos su libertad, que es robarles a los hombres su decoro. En esos hombres van
milesde hombres, va un pueblo entero, va la dignidad humana.Esos hombresson sagrados.
Se les deben perdonar sus errores, porque el bien que hicieron fue más que sus faltas. Los
hombres no pueden ser más perfectos que el Sol. El Sol quema con la misma luz con que
calienta. El Sol tiene manchas. Los desagradecidos no hablan más que de las manchas. Los
agradecidos hablan de la luz”.
Abundan por ahí supuestos historiadores que quieren disminuir la grandeza de Bolívar como forjador
de naciones, acusándolo de debilidades humanas. Y a nuestro José Martí, incuestionable prócer del pueblo
cubano, le endilgan el apodo de “Pepe ginebrita”, pretendiendo desacreditarlo por una supuesta afición al
licor. ¡Prefieren resaltar las manchas del Sol y no la luz con que nos calienta cada día! Y esto ocurre porque
la objetividad en la historia se pierde cuando la labor de los historiadores está regida por la política.
La manipulación de la historia es parte importantísima del empeño de formación de mentalidad
sumisa con que los políticos pretenden condicionar el pensamiento y la acción de los pueblos en
favor de sus ideologías.
Crear mentalidad sumisa en una población no es propósito que se alcance mediante
decretos o leyes impuestas. Se requiere mucho más que eso. Es preciso sembrar en la conciencia
individual un mensaje que condicione el pensamiento y lo encamine en la dirección deseada por el
manipulador. Puede decirse que es un trabajo semejante al proceso educativo, pero con fines
opuestos, pues mientras este contribuye a desarrollar el conocimiento, aquello pretende eclipsarlo.
Para semejante “lavado masivo de cerebros” se aplican diversos procedimientos, siendo los
principales: la propaganda panfletaria, la manipulación de la historia, la tergiversación de la
realidad, la masificación de la conciencia social, el culto a la personalidad, y sobre todo mucho
tiempo, mientras más, mejor (por lo que tales regímenes tratan de perpetuarse en el poder).
La historia de Cuba es rica en hechos y personajes, y como es común en toda epopeya de
naciones que antes fueron esclavas, está presidida por la violencia revolucionaria para enfrentar a
la violencia reaccionaria. Una revolución es toda transformación radical y violenta de la realidad, e
históricamente se han producido bajo diversas banderas ideológicas. Las causas libertarias en la
historia de la Humanidad fueron revoluciones que convirtieron a sociedades esclavistas y feudales
en capitalistas. En tiempos modernos las revoluciones han sido estallidos sociales dirigidos a
imponer regímenes populistas, en el irracional enfrentamiento, en el tablero político, entre
izquierdas y derechas (irracional, porque a la gente común no le importa el color de la bandera del
gobernante, sino que sea capaz de asegurarle adecuadas condiciones de vida). Y así se han hecho
revoluciones violentas, cuyos hechos y personajes los historiadores tenemos el deber de interpretar
con objetividad…
3. No hay objetividad cuando, como está ocurriendo ahora mismo en Cuba, un bando en
disputa –minoría gobiernista- se apropió del concepto “revolucionario” a pesar de que actúa en
contra de toda transformación de la realidad, asumiendo un rol más adecuadamente calificable
como “reaccionario” por aferrarse al poder al precio de una total y retrógrada devastación social. Y
cuando el otro bando –mayoría popular- no reconoce aún su papel revolucionador de una realidad
implantada por décadas de manipulación de la historia por parte del régimen. Así que,
efectivamente, en los sucesos del 11 de julio de 2021 y días siguientes ¡las calles fueron de los
revolucionarios!... pero, de los ahora verdaderos, de quienes quieren arrancar el poder a las fuerzas
retrógradas que destrozan al país, para transformar la realidad nacional. El sistema que el 1 de
enero de 1959 se instauró en Cuba como revolucionario es hoy, con el desastre de su gestión
política, un singular ejemplo de proceso retrógrado, fallido y destructor… y con sus acciones
represoras contra la voluntad popular terminó por definirse como régimen reaccionario y tiránico.
¡Sintamos ahora el orgullo de ser revolucionarios cubanos! Militantes de una revolución que grita
¡Patria y vida! Transformadores de la realidad nacional en una sociedad próspera y libre.
La mentalidad sumisa que fue implantada en la población cubana durante décadas de
castrismo está impidiendo ahora situar las cosas en su lugar y comprender el verdadero significado
del proceso histórico presente, donde las fuerzas revolucionarias de ayer se transformaron, por la
ambición del poder, en las retrógradas y represoras de hoy. Incluso el término “revolución” es
rechazado por los luchadores actuales, desconociendo que no es un atributo inamovible, sino una
identificación de la actitud transformadora de la realidad, que los de ayer ya perdieron, y los de hoy
tenemos el derecho a reclamar. Fatalmente, algunos supuestos “historiadores” la emprenden contra
personajes de nuestra historia que hicieron en su momento lo que toca hacer ahora a las nuevas
generaciones: llevar adelante la nueva revolución a como dé lugar. Causa indignación ver ataques
contra valerosos jóvenes que supieron asumir, en su momento, el papel que les reclamó la Patria,
y enfrentaron hasta la muerte a fuerzas represoras en varios momentos de nuestra historia, como
Julio Antonio Mella, Antonio Guiteras, Abel Santamaría, Frank País, José Antonio Echevarría…
incluso llamándoles terroristas porque tuvieron la decisiónde empuñar las armas contra la represión
violenta. Es como acusar de asesinos a Maceo, Gómez, Agramonte… por cargar al machete contra
el soldado colonialista español que nos robaba la libertad. Enfrascados en su sacrificio, ninguno
de aquellos jóvenes pudo suponer que la revolución a que entregaban sus vidas terminaría
convertida en una dictadura más sanguinaria que aquella contra la cual luchaban. ¡Ellos son héroes
traicionados, cuyo ejemplo combatiente es preciso ahora imitar, y para quienes vienen como anillo
al dedo las vibrantes estrofas del poema de Rubén Martínez Villena!:
4. Hace falta una carga para matar bribones,
Para acabar la obra de las revoluciones,
Para vengar los muertos que padecen ultraje,
Para limpiar la costra tenaz del bandidaje,
Para no hacer inútil, en humillante suerte,
El esfuerzo y el hambre, y la herida y la muerte;
Para que la República se mantenga de sí,
Para cumplir el sueño de mármol de Martí;
Para que nuestros hijos no mendiguen de hinojos,
La patria que los padres le ganaron de pie.