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TEMA 2. PERSONIFICACIÓN DE LAS TAREAS
1. PERSONIFICACIÓN DE LAS TAREAS
Las empresas se rigen por leyes, principios y valores que deben poner en práctica los trabajadores y
agentes que están relacionados con las actividades de la misma. Esto es lo que llamamos personificación
de tareas.
La personificación de las tareas se clasifica en:
La personificación del trabajo directivo: se refiere a tareas, comportamiento y actitudes llevadas
a cabo por los gerentes y los puestos de dirección de una empresa.
La personificación del trabajo operativo: se refiere a las tareas, actitudes y comportamientos de
los operarios de una empresa. El trabajo operativo está estrechamente vinculado con el objeto
sobre el que se opera.
La personificación del inversionista o capitalista: se refiere a las tareas, comportamiento y
actitudes de los inversores de una empresa. La vinculación de las inversiones con la persona que
invierte no desaparece nunca.
La personificación del acto de comprar: se trata de la relación que se establece con los
proveedores, a quienes se adquiere el material y todo lo necesario para llevar a cabo la actividad
empresarial. Esta relación debe regirse por comportamientos y actitudes que deben ir de la mano
con los valores y principios éticos de la empresa.
La personificación del acto de vender: se trata de la relación que se establece con el cliente, a
quien se vende el bien o servicio que ofrece y vende la empresa. Esta relación también se rige por
comportamientos y actitudes que deben ir de la mano con los valores y principios éticos de la
empresa.
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2.1 LA DIRECCIÓN POR VALORES
La dirección por valores es una herramienta de liderazgo estratégico que introduce los valores éticos en la práctica
diaria de una empresa. Su finalidad consiste en:
➢ Simplificar la complejidad organizativa en los diferentes niveles de la organización. En este sentido, se
pretende trabajar de una manera más práctica y dinámica.
➢ Orientar la visión estratégica de la organización, definiendo hacia dónde quiere ir en el futuro.
➢ Integrar la dirección estratégica con la política de RRHH con el objetivo de implicar a todos los trabajadores
y conseguir una mayor implicación profesional y emocional.
➢ Establecer unas metas empresariales realistas, evitando que sean excesivamente sencillas o complejas,
para mantener la motivación de los empleados.
➢ Potenciar la creatividad individual y de equipo frente al sistema predominante, basado en la rigidez de
normas. Se pretende que el trabajador goce de libertad para proponer ideas y procesos para que aumente
su rendimiento.