1. El Espíritu Santo facilita la
adoración
Romanos 8:
26 Y de igual manera el
Espíritu nos ayuda en nuestra
debilidad; pues qué hemos
de pedir como conviene, no
lo sabemos, pero el Espíritu
mismo intercede por
nosotros con gemidos
indecibles.
27 Mas el que escudriña los
corazones sabe cuál es la
intención del Espíritu, porque
conforme a la voluntad de
Dios intercede por los santos.
Instrumento: Pastor Orangel Carrasquillo Peña
2. Introducción
Durante este estudio vamos a conocer más a fondo
la obra del Espíritu Santo, el ser sensibles al Él;
entendiendo que dependemos del mismo para
esperar la gloriosa venida de Cristo y que este sea
facilitador en nuestro aprendizaje de las sagradas
escrituras. El Espíritu Santo es nuestro sello de
garantía para la redención adquirida en esa preciosa
venida que queda para los santos de su Iglesia.
4. Guía a una experiencia liberadora
por medio de la verdad
Juan 16:
13 Pero cuando venga el Espíritu de
verdad, él os guiará a toda la
verdad; porque no hablará por su
propia cuenta, sino que hablará
todo lo que oyere, y os hará saber
las cosas que habrán de venir.
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El Espíritu Santo es una de las
promesas más importantes que
Dios Padre nos ha dado por orden
de su Hijo; para darle continuidad a
su plan precioso de salvación.
Quien si no Él podrá enseñarnos
acomodando lo espiritual con lo
espiritual, ya que se entenderá y
juzgara todo de esa manera. El
Espíritu Santo convence de pecado
y trae libertad (Juan 16:8).
1 Corintios 2:
12 Y nosotros no hemos recibido el espíritu del
mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para
que sepamos lo que Dios nos ha concedido,
13 lo cual también hablamos, no con palabras
enseñadas por sabiduría humana, sino con las que
enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo
espiritual.
14 Pero el hombre natural no percibe las cosas que
son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y
no las puede entender, porque se han de discernir
espiritualmente.
15 En cambio el espiritual juzga todas las cosas; pero
él no es juzgado de nadie.
16 Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿Quién
le instruirá? Mas nosotros tenemos la mente de Cristo.
Filipenses 1:
6 estando persuadido de esto, que el que comenzó en
vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día
de Jesucristo;
5. Colma con bendiciones que vienen del Padre y
del Hijo
Juan 16:
14 El me glorificará; porque tomará de
lo mío, y os lo hará saber.
15 Todo lo que tiene el Padre es mío;
por eso dije que tomará de lo mío, y os
lo hará saber.
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El Espíritu Santo es uno con Dios y su
Hijo; Dios se ha manifestado como
Padre, Hijo y en estos tiempos como
Espíritu Santo por amor a nosotros. El
Espíritu que habita en nosotros hoy; es
el Espíritu que había en Cristo. Hoy
nosotros tenemos el Espíritu de Jesús en
nosotros y por eso era la urgencia de
Jesús en decir que nos convenía que el
ascendiera para darnos de su Espíritu.
Por eso hoy producimos el fruto del
Espíritu que había en Cristo y este fruto
traen liberación en bendiciones a
nuestra vida y nos lleva a una adoración
plena a Dios.
Gálatas 4:
6 Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros
corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama:
¡Abba, Padre! 7 Así que ya no eres esclavo, sino
hijo; y si hijo, también heredero de Dios por medio
de Cristo.
Gálatas 5:
22 Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz,
paciencia, benignidad, bondad, fe, 23
mansedumbre, templanza; contra tales cosas no
hay ley.
1 Corintios 12:
4 Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el
Espíritu es el mismo.
5 Y hay diversidad de ministerios, pero el Señor
es el mismo.
6 Y hay diversidad de operaciones, pero Dios, que
hace todas las cosas en todos, es el mismo.
7 Pero a cada uno le es dada la manifestación del
Espíritu para provecho.
7. Dignifica al creyente reafirmándole
como hijo y heredero de Dios
Romanos 8:
15 Pues no habéis recibido el espíritu de
esclavitud para estar otra vez en temor, sino
que habéis recibido el espíritu de adopción,
por el cual clamamos: ¡Abba, Padre!
16 El Espíritu mismo da testimonio a
nuestro espíritu, de que somos hijos de
Dios.
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Antes en el mundo estábamos esclavizados
en delitos y pecados; pero una vez que
hemos creídos en Jesús, somos liberados,
adoptados y sentados en una posición, ya
no de esclavitud, sino como hijos del Rey
(Efesios 2:1-6 y Apocalipsis 1:5-6).
Efesios 1:
3 Bendito sea el Dios y Padre de nuestro
Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda
bendición espiritual en los lugares
celestiales en Cristo,
4 según nos escogió en él antes de la
fundación del mundo, para que fuésemos
santos y sin mancha delante de él,
5 en amor habiéndonos predestinado para
ser adoptados hijos suyos por medio de
Jesucristo, según el puro afecto de su
voluntad,
6 para alabanza de la gloria de su gracia,
con la cual nos hizo aceptos en el Amado,
13 En él también vosotros, habiendo oído la
palabra de verdad, el evangelio de vuestra
salvación, y habiendo creído en él, fuisteis
sellados con el Espíritu Santo de la
promesa,
14 que es las arras de nuestra herencia
hasta la redención de la posesión adquirida,
para alabanza de su gloria.
8. Fortalece al creyente orientándolo en su oración y
adoración a Dios
Romanos 8:
26 Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en
nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir
como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu
mismo intercede por nosotros con gemidos
indecibles. 27 Mas el que escudriña los corazones
sabe cuál es la intención del Espíritu, porque
conforme a la voluntad de Dios intercede por
los santos.
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El Espíritu Santo de Dios nos da poder, amor y
dominio propio, fortaleciendo nuestras áreas de
debilidad, orientándonos en nuestro caminar y
nuestras oraciones. ÉL es nuestro Parakleto,
abogado e intercesor (2Timoteo 1:7).
Mateo 10:
17 Y guardaos de los hombres, porque os
entregarán a los concilios, y en sus sinagogas os
azotarán; 18 y aun ante gobernadores y reyes
seréis llevados por causa de mí, para testimonio
a ellos y a los gentiles.
19 Mas cuando os entreguen, no os preocupéis
por cómo o qué hablaréis; porque en aquella
hora os será dado lo que habéis de hablar. 20
Porque no sois vosotros los que habláis, sino el
Espíritu de vuestro Padre que habla en vosotros.
Filipenses 1:
19 Porque sé que por vuestra oración y
la suministración del Espíritu de
Jesucristo, esto resultará en mi
liberación,
20 conforme a mi anhelo y esperanza de
que en nada seré avergonzado; antes
bien con toda confianza, como siempre,
ahora también será magnificado Cristo
en mi cuerpo, o por vida o por muerte.
21 Porque para mí el vivir es Cristo, y el
morir es ganancia.
2 Timoteo 1:
7 Porque no nos ha dado Dios espíritu
de cobardía, sino de poder, de amor y
de dominio propio.
9. El Espíritu nos edifica, representa y
conserva en el Señor Judas 1:20 – 21
10. Edifica en la fe por medio de la
oración
Judas 1:
20 Pero vosotros, amados, edificándoos
sobre vuestra santísima fe, orando en el
Espíritu Santo,
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Es necesario que nuestra fe sea edificada
sobre la verdad que es Cristo y en esa
verdad depositamos nuestra oración por
medio de su Espíritu.
Efesios 2:
20 edificados sobre el fundamento de los
apóstoles y profetas, siendo la principal
piedra del ángulo Jesucristo mismo,
21 en quien todo el edificio, bien
coordinado, va creciendo para ser un
templo santo en el Señor;
22 en quien vosotros también sois
juntamente edificados para morada de Dios
en el Espíritu.
Efesios 6:
16 Sobre todo, tomad el escudo de la fe,
con que podáis apagar todos los dardos de
fuego del maligno.
17 Y tomad el yelmo de la salvación, y la
espada del Espíritu, que es la palabra de
Dios;
18 orando en todo tiempo con toda
oración y súplica en el Espíritu, y velando
en ello con toda perseverancia y súplica por
todos los santos;
19 y por mí, a fin de que al abrir mi boca
me sea dada palabra para dar a conocer
con denuedo el misterio del evangelio,
20 por el cual soy embajador en cadenas;
que con denuedo hable de él, como debo
hablar.
11. Conserva al creyente en espera
del regreso de Cristo
Judas 1:
21 conservaos en el amor de Dios, esperando la
misericordia de nuestro Señor Jesucristo para vida
eterna.
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El Espíritu Santo de Dios nos brinda de un poder
sobrenatural el cual nos lleva a cuidarnos irreprensibles
hasta su venida; ya que Él nos cela y nos advierte de lo
que podemos estar haciendo mal para que corrijamos o
y no lo hagamos más.
1 Tesalonicenses 5:
19 No apaguéis al Espíritu.
20 No menospreciéis las profecías.
21 Examinadlo todo; retened lo bueno.
22 Absteneos de toda especie de mal.
23 Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y
todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado
irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo.
24 Fiel es el que os llama, el cual también lo hará.
Santiago 4:
5 O pensáis que la Escritura dice en vano: El
Espíritu que él ha hecho morar en nosotros
nos anhela celosamente?
6 Pero él da mayor gracia. Por esto dice: Dios
resiste a los soberbios, y da gracia a los
humildes.
7 Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y
huirá de vosotros.
8 Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros.
Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de
doble ánimo, purificad vuestros corazones.
9 Afligíos, y lamentad, y llorad. Vuestra risa se
convierta en lloro, y vuestro gozo en tristeza.
10 Humillaos delante del Señor, y él os
exaltará.
12. Biblia de Estudio Arcoíris RVR 1960. Holman Bible
Publishers, Nashville, Tennessee.1995
Senda de vida Publishers, Co. Expositor
Biblico.Vol.5 Quinto Ciclo. Miami Florida. 2018
www.casadejubiloyconsagracion.blogspot.com
Referencias