Henry Ford le pregunta a Dios en el cielo sobre el diseño de la mujer. Ford señala varios problemas como que hace ruido cuando se calienta, requiere mucho mantenimiento y pintura, se detiene periódicamente, y tiene un alto consumo de combustible. Dios revisa los datos en su computadora celestial y le responde a Ford que aunque la mujer tenga problemas de diseño, en ese momento hay más hombres interesados en las mujeres que en los automóviles.