La vida de la primera comunidad cristiana en Jerusalén se despliega entre el milagro y la persecución, entre el coraje y la libertad de anunciar el evangelio de Jesús. Pedro cura a un paralítico; él y Juan se enfrentan al Sanedrín. Las autoridades no pueden impedir que el pueblo los siga. Las conversiones se multiplican. La historia de un campo: Bernabé, Ananías y Safira. Los apóstoles son encarcelados, pero un ángel los libera. El sabio Gamaliel interviene a su favor: si es cosa de Dios, no pueden impedirlo.
2. «Sepa, pues, con certeza, todo Israel, que Dios ha constituido Señor y
Cristo a este Jesús a quien vosotros habéis crucificado.»
Al oír esto, dijeron con el corazón compungido a Pedro y a los demás
apóstoles: «¿Qué hemos de hacer, hermanos?» Pedro contestó:
«Convertíos, y que cada uno de vosotros se haga bautizar en el nombre
de Jesucristo, para perdón de vuestros pecados y para que recibáis el
don del Espíritu Santo».
Hechos 2, 36-38
5. «Jefes del pueblo y ancianos: Porque le hemos hecho un favor a un
enfermo, ¿nos interrogáis hoy para averiguar qué poder ha curado a
ese hombre? Quede bien claro a todos vosotros y a todo Israel que ha
sido el Nombre de Jesucristo, el Nazareno, a quien vosotros
crucificasteis y a quien Dios resucitó de entre los muertos.»
Hechos 4, 9-10
7. Pedro cura a un paralítico que pide limosna a
la puerta del Templo. No sólo lo cura, sino que
lo restituye a la comunidad: ahora ya puede
entrar en el recinto sagrado (Hechos 3).
8.
9. El milagro contiene un mensaje: Dios no
quiere marginados ni excluidos. Su bondad se
extiende a todos. Jesús no acepta una religión
excluyente, por eso desafía muchas normas
sobre el ayuno, la pureza y el Sábat.
11. El Sanedrín, reunido, no puede acusar a los
apóstoles de nada malo. Lo único que pueden
hacer es prohibir que enseñen en el nombre
de Jesús (Hechos 4, 1-22).
16. Una vez libres, fueron donde los suyos y les contaron todo lo
que les habían dicho los sumos sacerdotes y los ancianos. Al
oírlo, todos a una elevaron su voz a Dios y dijeron [...]
«Y ahora, Señor, ten en cuenta sus amenazas y concede a tus
siervos proclamar tu palabra con toda valentía. Extiende tu
mano para realizar curaciones, signos y prodigios por el
nombre de tu santo siervo Jesús.» Acabada su oración,
retembló el lugar donde estaban reunidos; todos quedaron
llenos del Espíritu Santo y proclamaban la palabra de Dios
con valentía.
Hechos 4, 23-31
17.
18. Los apóstoles son conscientes de la hostilidad de
las autoridades. Piden valentía para seguir
anunciando la palabra de Jesús y obrar en su
nombre. Y el Espíritu baja sobre ellos.
20. José, llamado por los apóstoles Bernabé, que significa «hijo
de la consolación», levita y originario de Chipre, tenía un
campo; lo vendió, trajo el importe y lo puso a los pies de los
apóstoles.
Hechos 4, 36-37
22. Un hombre llamado Ananías, de acuerdo con su mujer Safira,
vendió una propiedad y se quedó con una parte; la otra parte
la llevó y la puso a los pies de los apóstoles. Pedro le dijo:
«Ananías, ¿cómo es posible que Satanás se haya adueñado de
tu corazón para mentir al Espíritu Santo? ¿Acaso no era tuyo
mientras lo tenías? [...] No has mentido a los hombres, sino a
Dios. Al oír Ananías estas palabras, cayó y expiró.
Hechos 5, 1-11
24. La comunidad comparte bienes: se
distribuyen entre todos según su necesidad. Su
atención a los más pobres y su fraternidad
llaman la atención de la gente. Son elogiados.
27. Lucas nos presenta tres actitudes en los judíos:
los que rechazan a Jesús (Judas),
los que lo aceptan y se entregan (Bernabé),
los que nadan a dos aguas (Ananías y Safira).
28. Judas
Vende a su Maestro
Compra un campo
Muere
Bernabé
Vende su campo
Da todo el dinero
Vive
Ananías y Safira
Venden su campo
Dan una parte
Mueren
29. Las tres historias del campo simbolizan:
el rechazo a Jesús como Hijo de Dios,
acoger a Jesús y seguirlo,
seguir a Jesús «a medias» con hipocresía.
30.
31. La división interior (Ananías y Safira) significa la
muerte espiritual de la persona.
No se puede servir a Dios y al dinero.
No se puede vivir con el alma partida.
El seguimiento a Jesús pide total entrega.
33. El ángel liberador
Los sacerdotes meten a los apóstoles en prisión,
incapaces de detenerlos. Pero, durante la noche,
son liberados por un ángel y salen a predicar.
Hechos 5, 17-21
34.
35. Obedecer a Dios antes que a los
hombres
Interrogados por el Sanedrín, responden con
valentía. No dejarán de proclamar a Jesús
como Hijo de Dios y Salvador.
Hechos 5, 12-33
36.
37. Gamaliel
Interviene: si la obra no es de Dios, perecerá.
Si es de Dios, ¿quiénes somos nosotros para
impedirlo? «Si este plan es de Dios, no
conseguiréis destruirlos».
Hechos 5, 34-41
38.
39. Frutos del Espíritu Santo
Valentía para anunciar a Jesús.
Comunión con los demás.
Alegría constante.
Fidelidad y perseverancia ante las pruebas.