1. LA MUJER DE LA CURVA M….
Alexa Monserrat Rosales
Vázquez
Colegio Presidente Kennedy.
2. En fin..
La mujer de la Ruta M,
Su historia es que murió en un accidente
automovilístico familiar,
Ahora su alma anda ambulando por la ruta M
Intentando llevarse las almas que pudiese,
Matando a miles de personas que van en la
ruta M.
A continuación, una historia hecha realidad.
3. -Como crees, es imposible, la gente
inventa historias como esas para que no
digan que andaban borrachos.
-Entonces toda la gente esta equivocada
sobre la curva de la "M".
-¿Toda la gente? No generalices, el
hecho de que algunos lo comenten no
quiere decir que todo mundo tenga la
razón.
-Pues yo sí creo, todos los accidentes en
esa curva a San Luis tienen que ver con
la mujer que se aparece, y si tú no lo
4. Así comienza esta historia que no es
invento ni leyenda, si no simplemente una
historia, tan cierta como espeluznante.
Quienes hablaban eran dos amigos
llamados Héctor y Juan. Simple escéptico,
Héctor no creía la historia de la mujer
fantasma que se aparecía en la
trágicamente famosa curva de la carretera
a San Luis Potosí, conocida como la "M" y
ese día al aceptar el reto de su amigo
Juan, estaba también aceptando un futuro
que de conocerlo lo habría evitado a
5. —Ya llegamos mi estimado Juanito, aquí
comienza la curva de la "M".
Héctor se encontraba en el auto de Juan,
quien conducía con gran nerviosismo y había
decidido orillarse a la entrada de la curva, era
la una de la mañana y el silencio sólo era
interrumpido por incisivas ráfagas de viento,
tan frío que mordía los huesos. Se
encontraban solos, tan solos en esa carretera,
al menos eso parecía.
—¡No Héctor! ¡No, no te bajes! ¿A dónde vas?
—No, no, aquí espérame tantito Juanito, vas a
ver, voy a gritarle dos tres cositas a la
fantasmita, a ver si es cierto que se nos
aparece.
6. Muy a su pesar, Juan vio como Héctor abrió
la puerta y se situó frente a los faros
encendidos del auto y comenzó a increpar e
insultar al espíritu que se decía vivía en esa
curva. En el auto, Juan volteaba a un lado y
a otro buscando algo que no quería
encontrar, mientras lo hacía, seguía
bebiendo de esa botella de tequila que
infortunadamente para él no contenía el
valor artificial que el tanto necesitaba.
7. —Ya lo ves Juanito, nunca me contesto tu
fantasmita. ¡Dale! Ahora si vamos a
atravesar esa curva.
—¿Seguro, lo juras?
—¡Claro hombre! pues que no ves, aquí lo
que menos hay son fantasmas.
—Pues vamos.
8. Y cuando vieron atravesado la curva,
dieron la vuelta, y tomaron la curva de
regreso dispuestos a llegar lo antes posible
a Aguascalientes para contar su hazaña.
En sus rostros había surgido una sonrisa
nerviosa y repentinamente después de
tomar ambos largos tragos de tequila se
sintieron de un valor que los impulsó a
gritar con burla y desprecio al ser que se
había negado a aparecérseles. Cuando se
alcanzó a vislumbrar el final de la curva,
Héctor se cayo de pronto y se acercó al
cristal como para ver mejor algo.
9. —¿Que pasó Héctor? ¿Qué ves, qué ves?
—¡Ahí esta, ahí esta Juan! ¡Acelérale!
Y ahí estaba, a unos metros delante de ellos
en medio de la carretera, flotando a unos
centímetros del asfalto, con un brillo
amarillento que iluminaba tenuemente la
noche. Una mujer de piel tan blanca como
su túnica.
10. —¿Qué hago, qué hago?
—¡Acelérale, acelérale!
—La voy a atropellar.
—Pero qué más da, si ya esta muerta,
dale.
Los dos amigos cerraban los ojos, cuando
pasaron sobre esa imagen de pesadilla a
punto de salir de la curva, no se atrevían a
volver la cabeza.
11. —¿Qué, no viene?
—No se, pero mejor yo no volteo.
—Voltea tú que no creías.
Sin pensarlo, Juan miro al retrovisor y
entonces...
—¡Ahhhhhhhhhh, esta aquí!
Ahí estaba en el asiento trasero, la mujer. Y
cuando ambos voltearon a verla, ella les
sonreía. Instantes después , el auto volcó
dando varias vueltas.
12. Juan falleció, y Héctor quien
resultó gravemente herido,
después de varios años decidió
contarnos esta historia, que la lleva
en su mente y en sus sueños cada
día y cada noche desde entonces,
Héctor no ha viajado más a San
Luis Potosí, de hecho, en los
últimos años ha conocido a mucha
gente que nunca tomaría ese