Prueba libre de Geografía para obtención título Bachillerato - 2024
El rol del educador y sus prácticas a la luz de los cambios paradigmáticos de la humanidad
1. El rol del educador, la pedagogía y un recorrido por las diferentes épocas
socio-históricas de la humanidad:
Análisis basado en el cambio de los paradigmas pedagógicos
Por: Mónica Patricia Osorio
La pedagogía no es sólo otra disciplina sobre el hombre paralela a las demás, sino que
es también una especie de súper-saber social que reelabora y reconstruye los sentidos
producidos por aquellos bajo la perspectiva de la formación de los jóvenes, dentro de
un horizonte histórico-cultural determinado
Rafael Flórez Ochoa
Con el ánimo de continuar las reflexiones iníciales del concepto que he venido
realizando acerca de Educación, Pedagogía y Formación, ahondo en el presente escrito
en el rol del educador, a la luz de la pedagogía como emisora de una visión amplía e
integradora del acto educativo. Esta vez, desde una pedagogía que no quiero reducir a
un simple saber instrumental que utiliza el maestro para traducir el discurso del
conocimiento en contenidos para la enseñanza, sino al contrario considerada como
súper saber social, en palabras de Flórez Ochoa, pretendo analizar por medio de ésta,
el rol que se le ha otorgado al educador a través de la historia, su función, las distintas
imágenes simbólicas que lo nutren y las características que lo hacen ser y existir en el
aula de clase. Así como es difícil para el ser humano entender su naturaleza, si no
comprende su origen y camino, del mismo modo, una forma de que el maestro se
reconoce en su rol actual, se hace al reflexionar sobre la senda que ha trasegado su
profesión durante los tiempos.
Se sustenta por tanto que el rol del educador en la sociedad ha cambiado junto con el
movimiento de la historia, de los paradigmas y de los modelos pedagógicos, puesto
que estos últimos se fundamentan en un proceso de replanteamiento y reconstrucción
de todos los paradigmas que los sustentan (Tanto así que el educador ha cambiado
hasta de nombre: De profesor a maestro, docente, tutor y ente etéreo) Es entonces,
que la pedagogía es guiada de una manera u otra por la realidad social de un momento
determinado y sus cambios paradigmáticos e históricos; cambios que son vigentes,
que prevalecen y coexisten en la continuidad, como se puede dilucidar desde la
perspectiva pedagógica de Flórez Ochoa y el epígrafe con el que se da comienzo a
este análisis, en el cual se muestra la importancia de la pedagogía y la formación
partiendo de una reconceptualización desde la diversidad y del intercambio de una
multiplicidad de paradigmas. Un poco más allá, Arellano reflexionando desde esta
misma visión apunta:
2. En el debate y en las problemáticas comunes, podemos dialogar, generar
conocimientos y enriquecer las culturas pedagógicas. Ello facilita encontrar
algunos acuerdos y caminos que posibiliten la proliferación de paradigmas y
teorías, al igual que las reconceptualizaciones en el campo del saber
pedagógico, para acceder a los intercambios y encuentros interdisciplinarios y
transdiciplinarios, y, especialmente, para dar cuenta del espíritu de la época.
(Arellano: 2005,82)
Buscando entonces los paradigmas pedagógicos vigentes en las diferentes épocas de la
humanidad, para lograr el anterior objetivo, es importante primero entender que un
paradigma exige con sí mismo una manera de concebir los diferentes procesos socio-
culturales que involucran al sujeto, por lo que al hablar de sus cambios, se pretende
significar diversas maneras de enfrentar el conocimiento. Un nuevo paradigma connota
una nueva manera de concebir el proceso educativo, además de un nuevo enfoque
epistemológico y metodológico para pensar e imprimirle sentido y dirección a la acción
docente y a la práctica pedagógica.
Al emprender ahora, el recorrido del largo sendero trazado por los paradigmas que han
tenido decisiva gravitación en la educación formadora del rol docente, se destacarán
breve y conjuntamente dos instancias: en primera, el contexto sociopolítico que los
alumbró, identificando los elementos psicosociales que constituyeron su universo
simbólico; en segunda, los elementos epistemológicos, conceptuales y metodológicos
de los paradigmas analizados: tesis o núcleo paradigmático, base filosófica, base
histórico-social, base psicológica, modelo didáctico (para qué enseñar, qué enseñar,
cómo enseñar, relación alumno-docente, evaluación)
Paradigma Tradicional
(…) Bajo el propósito de enseñar conocimientos y normas, el maestro cumple la función de
transmisor. El maestro dicta la lección a un estudiante que recibirá las informaciones y las
normas transmitidas (...) El aprendizaje es también un acto de autoridad
Julián De Zubiría
Teniendo como baluarte la religión católica y la filosofía clásica (escolástica) en una
sociedad cuyo pilar era el teocentrismo, el paradigma tradicional tiende a no permitir
que los aprendices se salgan de esquemas ya predeterminados por la iglesia. La
sociedad del medioevo (época en la que predominó el tradicionalismo) respondía a una
estructura muy precisa dirigida por un monarca, donde se educaba en la verdad, la fe
y la razón, con el fin de formar tres (3) tipos de ser humano: El primero un noble que
sería dueño de tierras en el feudo, el segundo un caballero que iría a pelear las guerras
religiosas, el tercero un siervo que no tenía derecho de ir a la escuela, por lo que en la
iglesia sólo le decían que debía conformarse con su pobre destino. En conclusión, con
3. este paradigma se puede pensar en educación polarizada y no disponible para todos
los miembros de la comunidad, procurando la formación de un hombre que
respondiera a una copia perfecta del ideal religioso.
De esta forma, los maestros eran en su mayoría del clero, sacerdotes que como dice
Zubiría se ocupaban sólo de transmitir conocimientos ya aceptados, sin espacio a la
voz del educando. Educar con autoridad, infundiendo respeto y cumplimiento de las
normas era el rol principal del maestro.
Hoy en día, muchas de nuestras instituciones continúan teniendo esta base
epistemológica que siendo reformada por las nuevas corrientes, conservan aún la
importancia por guardar una creencia religiosa o unas normativas claras. De hecho, es
de resaltar que en muchas instituciones se la educación reclama de nuevo que se vea
al maestro como autoridad.
Paradigma conductual
La función fundamental del profesor competente es dar información, y la del alumno
competente es recordar esa información
Martiniano Román Perez
La revolución industrial de finales del siglo XIX trae un modelo centrado en tareas para
dar cumplimiento a una empresa. Es de este modo que aparece la máquina como
metáfora, con la que se puede predecir completamente el siguiente paso (conductas).
El rol del profesor también dentro de esta metáfora es dotado de competencias
aprendidas que pone en práctica según las necesidades. Este paradigma marca el
nacimiento del condicionamiento, del estímulo y de la cibernética. En la actualidad,
estos 2 primeros paradigmas son desestimados, sin embargo, pensar que en nuestro
oficio de enseñar no utilizamos prácticas conductistas es mendaz, basta con observar
una hora de alguna de nuestras clases y fácilmente se encontrará algún estimulo-
respuesta u otro tipo de condicionamiento.
Sacristan (1982) critica este modelo debido a que según él, el alumno queda
convertido en una máquina adaptativa en el que el espíritu creador está
completamente cercenado, llegando por tanto a una auténtica alienación del hombre.
Además al resaltar más lo adaptativo que lo creador desconsidera los aspectos más
profundos del aprendizaje, reforzando una pedagogía centrada en los contenidos y en
destrezas útiles, olvidando la formación de modelos de pensamiento que ayuden al
hombre a comprenderse a sí mismo y al mundo que le rodea. En una palabra afirma
que este paradigma ve la escuela como un elemento de reproducción ideológica y no
de cambio.
4. Paradigma humanista
El único hombre educado es aquel que ha aprendido a aprender; el hombre que ha
sabido adaptarse a los cambios; que ha llegado a darse cuenta que ningún
conocimiento es seguro y comprende que solamente el proceso de saber buscar este
conocimiento le dará seguridad
Carl Rogers
El hombre, como dice Rogers es el centro de este paradigma, que surge como la
tercera fuerza en los años 60, fundamentado en corrientes filosóficas del
existencialismo y la fenomenología, las cuales definen que el hombre es el centro de la
vida y un agente libre, responsable y capaz de elegir su destino para lograr su
autorrealización. Cada ser humano toma conciencia y da significado a su realidad a
través del autoconocimiento y las experiencias vividas. En la educación, el maestro
cumple el rol de diseñar situaciones para conducir al alumno a su autorrealización
enfatizando aspectos como la responsabilidad, creatividad, iniciativa, reflexión,
solución de problemas, independencia, autorregulación, autoevaluación, el
pensamiento crítico y trabajo colaborativo, pero siempre dejándolo ser y experimentar
su entorno (Pestalozzi-Montessori)
Sin duda, el aporte más importante de este paradigma consiste en visualizar al
aprendiz como un ser humano libre y responsable de sus decisiones.
Paradigma cognitivo
Inteligencia es lo que usas cuando no sabes qué hacer
J. Piaget
Consecutivo al conductismo y bajo una metáfora básica en la que se asemejan los
procesos cognitivos que tienen lugar en la mente de un aprendiz a los procesos
desarrollados por un ordenador, nace este paradigma, en el que la psicología con
teorías como el procesamiento de la información y el psicoanálisis juegan un papel
preponderante en la Educación. El modelo enseñanza-aprendizaje que responde a este
paradigma, se centra más que en la enseñanza, en el aprendizaje y al sujeto que
aprende, en tanto él procesa y le da sentido a la información, partiendo de las
habilidades básicas y los modelos conceptuales que domina, contextualizando su
experiencia, dando lugar a una dimensión constructivista del aprendizaje. (Piaget).
De este paradigma nos quedan muchos elementos que configuran la labor docente en
la actualidad como los procesos de metacognición, autoregulación y motivación en el
aula. Cabe resaltar también que este paradigma desencadena en uno socio-cultural de
manos de los estudios de Vigotsky en los que además de la cognición, también la
sociedad y la cultura promueven las interacciones sociales que permiten el proceso de
aprendizaje en el estudiante.
5. Paradigma crítico
La función principal de la educación es hacer personas libres y autónomas, capaces de
analizar la realidad que les rodea, participando en ella y transformándola
Paulo Freire
Un ciudadano que ejerza su rol con compromiso, solidaridad, conciencia crítica y
espíritu reflexivo hacia los contextos políticos en los cuales vive, parecen ser las
premisas de este nuevo paradigma que se está formando. Si bien, el mismo, hasta
ahora está en desarrollo y podría ser un poco atrevido nombrarlo paradigma
Las tecnologías, la masificación y la velocidad de la información llevan a la educación
a formar un sujeto que establezca un papel definido en la sociedad, donde con sus
decisiones responsables, el mismo sea participe de la construcción de su país.
Finalmente, nada de esto sería posible si no permitimos que los docentes ocupen un
rol central en este proceso. Por esta razón, pensar en mejorar la calidad educativa y
construir un paradigma de formación crítica requiere de la nobleza de no caer en
salidas facilitas en las que se culpabiliza a un lado u otro del vínculo pedagógico
(docente o estudiantes); sino por el contrario animarse a reinventar, a través de
políticas integrales, el vínculo educativo entre sociedad, escuela, docentes y
estudiantes. Actualmente, estamos transitando como país un gran período de
reformas, donde se visualiza como los movimientos estudiantiles y una sociedad en
equipo pueden transformemos con firmeza este momento de continuidad democrática
y crecimiento en nuevos horizontes de desarrollo económico, social y humano.
Entender el rol del docente y su camino por las diferentes épocas socio-históricas de la humanidad
reviste una gran importancia a la hora de pensar la identidad del rol profesional docente. En
efecto, la epistemología de la formación docente se nutre, entre otros, de elementos
constitutivos de los paradigmas pedagógicos y de la naturaleza de su profesión. Es allí entonces
donde cobran relevancia los compromisos que se asumen en toda formación profesional y la
historia incorporada durante la misma, así, las tradiciones imperantes en la formación docente
como productos del devenir histórico, están presentes en las imágenes sociales, en la dinámica de
las decisiones políticas, en los imaginarios que imbrican la trama de las organizaciones educativas
y la propia conciencia de los docentes. Asimismo, el contexto socio-político, que configura a la
labor profesional del docente (esto es, las relaciones entre el control social y la autonomía en el
trabajo docente), resulta de vital importancia a la hora de analizar las condiciones reales en que se
desenvuelven las prácticas docentes. Pedagogía y pedagogos conscientes del cambio y capaces de
articular los mismos a favor de los educandos es la necesidad imperante de nuestros tiempos.
6. REFERENCIAS
ARELLANO, A (2005) La educación en tiempos débiles e inciertos. Anthropos. Barcelona.
DE ZUBIRÍA, J (1994) Tratado de Pedagogía Conceptual: Los modelos pedagógicos. Fundación
Merani. Fondo de Publicaciones Bernardo Herrera Merino. Bogotá.
DÍAS BORDENAVE, J (1982) Estrategias de enseñanza-aprendizaje: Orientaciones didácticas para la
docencia universitaria. IICA. San José, Costa Rica.
FLOREZ OCHOA, R (1994) Hacia una pedagogía del conocimiento. Ed. McGraw Hill. Bogotá.
FREIRE, P. (1997) Pedagogía de la Autonomía. Siglo xxi editores. Ciudad de México, México.
ROMÁN, M. La nueva función del profesor como mediador del aprendizaje y arquitecto del
conocimiento. Recuperado: http://personales.ya.com/mroman/paginas/articulos/articulo_2.htm.
Noviembre 24, 2011
SACRISTAN, J (1982) Técnicas de modificación de conducta: aplicaciones a la psicopatología,
infanto-juvenil y a la Educación Especial. Universidad de Sevilla. Sevilla.