La oración de santa Luisa de Marillac por el P. Corpus Juan Delgado CM
02 1 corintios 1.10 17 (a)
1. Primera a los Corintios
Divisiones y peleas en la iglesia, 1 Co 1:10-17
¿Qué le parecería a Ud. si asistiera a una boda de mucha
elegancia, y al estar allí Ud. en el templo, de pronto entrara la
novia con el vestido todo desgarrado y sucio, herida y
sangrando porque ha estado peleando? Sería muy lamentable.
Pero lo más triste es que la novia de Cristo ha estado
peleando, no contra el enemigo, ni contra el mundo, sino
contra sí misma, golpeándose a sí misma.
Yo sé que la mayoría de Uds. han estado en iglesias donde
han sucedido esas divisiones, pleitos y malos testimonios, y de
veras que eso es muy triste.
Hay iglesias que han peleado por el color de la nueva
alfombra que van a comprar. Otros han peleado por los
puestos de liderazgo; otros por los detalles de la alabanza.
Algunos han peleado encubiertamente, otros con golpes.
Y por este mal testimonio mucha gente se ha dañado, y ya no
quieren saber nada de la iglesia ni de Cristo.
Jesús dijo: Jn 13:35 En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si
tuviereis amor los unos con los otros. Es por nuestra vida de amor y
aceptación que seremos atractivos para el mundo que ha de ser
salvo, no por pleitos ni divisiones.
LEER 1 Co 1:10-13.
Vemos que las divisiones y peleas dentro de la iglesia de
Cristo ha sido un problema muy real, desde el inicio de ella y
hasta hoy. Por esto necesitamos ver este tema. Necesitamos
el consejo divino para evitar las divisiones y peleas en la
iglesia, y para edificar la unidad en el amor de Cristo. ||Pablo
comenzó su carta a los Corintios recordándoles su nueva
posición en Cristo: que ya eran santificados y llamados a ser
santos, y que ya formaban una iglesia pero eran llamados a la
comunión de Jesucristo. Ya no debían pensar egoístamente
como la gente del mundo, sino que debían ser irreprensibles
para la manifestación de Jesucristo.
1. El ruego de Pablo a los Corintios (Ruego: suave y duro)
a) Que hablen una misma cosa, v.10.
La idea es que hablen todo lo que tienen que hablar para
ponerse de acuerdo, según el método de Dios en Mt 5:24 y
Mt 18:15. No para hacer los problemas más grandes, sino
para entenderse y unirse y perdonarse.
Hay personas que no quieren arreglar los problemas
según Dios nos manda; dicen: “Así estoy bien, sí… todo está
bien, ya lo hablamos” –pero no han aclarado bien las cosas,
con humildad, porque no quieren enfrentar sus faltas…
Prefieren guardar cierta amargura y cierta distancia con la
otra persona. || Aquí dice que hablemos todo, que pongamos
todo sobre la mesa. No nos llama aquí a una armonía
superficial, sino a que estemos realmente de acuerdo.
b) Que no estén divididos, v.10.
Cada uno de nosotros debe estar muy al pendiente de que no
tengamos divisiones, debemos velar por ello. Ef 4:2 con toda
humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor,
3 solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz.
Si cada uno de nosotros velara por esto, se atacaría a la raíz
del problema, y el resultado sería una verdadera unidad.
Si Ud. escucha un mal comentario, que puede traer
división, mejor dígale a esa persona: “Mira, yo creo que eso
debes hablarlo directamente con fulano, porque él es el
indicado”. Así se evitarían muchos problemas.
Hay personas que se dejan llevar por su sentir carnal, Jud
1:19 Estos son los que causan divisiones; los sensuales, que no tienen al Espíritu.
Hermano, recuerde que no tenemos lucha contra sangre y carne, mucho
menos tenemos lucha contra nuestros hermanos en Cristo,
pues ellos son nuestra familia, más bien tenemos lucha
contra los demonios y sus ángeles que tratan de destruirnos.
David Loyola: Dos hermanas que siempre peleaban: ‘no
salen de aquí hasta que se arreglen’. Se pasaron mucho rato
platicando en una ‘van’, después salieron, y andaban
siempre juntas… ¡eran pura miel! ||
2. c) Que estén completamente unidos, v.10.
La idea básica en esta frase es la de volver a juntar los
pedazos de algo que se rompió de manera que quede bien
unido como si no se hubiera roto. Esto requiere el adaptarse
y aceptarse por causa de lo que Cristo significa para
nosotros. Nuestra unidad parte de tener una misma mente y
un mismo parecer, esto significa que debemos tener unidad
interna, en la mente de cada quien, y unidad externa, en las
decisiones y opiniones que se expresan, Fil 3:16Pero en aquello
a que hemos llegado, sigamos una misma regla, sintamos una misma cosa. La
única fuente de esta clase de unidad es la Palabra de Dios, y
el Espíritu Santo que nos guía a una fiel aplicación de ella.
2. Los problemas específicos en Corinto:
a) Contiendas, v.11.
Los corintios tenían pleitos declarados y abiertos, algo que
era notorio en la iglesia. Era tan triste esta situación, que
alguien de la casa de Cloé, tuvo que contactar a Pablo y
hacerle saber lo que estaba pasando. No se sabe quién era
esta(s) persona(s), pero se cree que era(n) de la iglesia en
Corinto. || Esta palabra “contiendas” aparece en la lista de
los frutos de la carne en Gal 5:20. Por nuestra naturaleza
caída es que somos egoístas y peleoneros, así que esta
iglesia no andaba en el Espíritu sino en la carne.
b) Divisiones, v.12.
Vamos a ver específicamente las divisiones que tenían.
Dentro de la misma iglesia unos decían ser seguidores de
Pablo, porque él era el principal iniciador de la iglesia.
Además Pablo enseñaba profundamente la doctrina de la
Palabra de Dios. Otro grupo decía ser de Apolos, ya que
éste predicaba con poder y elocuencia. Pablo daba
mensajes largos, y una vez hasta se le durmió uno que estaba
sentado en una ventana… se cayó y se mató. Y Pablo tuvo
que resucitarlo. En cambio Apolos tenía a todos con los
pelos de punta, porque hablaba con un tremendo poder.
Hno. Fidencio Lara. Había un tercer grupo: los que se
decían ser seguidores de ‘Cefas’, es decir, del apóstol Pedro.
No es seguro que Pedro haya estado en Corinto, pero lo más
probable es que este grupo lo formaban personas judías o
personas tradicionalistas, que deseaban un líder que hubiese
caminado con Cristo. Y luego tenemos el cuarto grupo: los
que no querían pertenecer a ningún partido, y sólo decían
seguir a Cristo. Y el tercer problema…:
c) Poner la mira en el hombre, v.12.
Es triste que los corintios dijeran estas palabras: “Yo soy
de…fulano”… de un ser humano. Hermanos, no debemos
poner nuestra mirada en el hombre. Ningún hombre, ningún
líder, y ni siquiera un apóstol, deben recibir la lealtad que
sólo es debida al Señor Jesús. El poner la mirada en el
hombre sólo conduce a divisiones, pleitos, decepciones y
maldición, porque escrito está: “Maldito el hombre que
confía en el hombre”. Es cierto que debemos sujetarnos a
los líderes, pero otra cosa muy distinta es decir “Yo soy de
fulano…”. El poner nuestra mirada en el hombre es también
falta de fe, como los idólatras que tienen que ver algo para
adorar, porque no tienen fe para creer en el Dios invisible,
así éstos siguen al hombre porque es lo único que ven; les
falta la fe.
3. Los ejemplos de Pablo, vv.13-17.
Hay varios ejemplos que Pablo pone aquí para dar a entender
a los corintios que Él también se podría distraer de su llamado,
así como los corintios se habían distraído del suyo. Lo que
Pablo deseaba era que ellos se concentraran en Cristo.
a) Pablo no murió por ellos, v.13.
Note que aquí Pablo no menciona a Apolos o a Pedro, para
no crear rivalidades entre ellos. De hecho estos líderes no
tenían rivalidades, sino que era la congregación la que había
escogido cada quien un líder y estaba dividida. Pero Pablo
se pone como ejemplo, y reduce al mínimo su propia
dignidad en comparación con el Señor Jesús para desligarse
de ese grupo que parece que lo está idolatrando.
3. b) Ninguno fue bautizado en nombre de Pablo, vv.13b-
14.
Al mencionar esto del bautismo, Pablo aclara en el v.17
que Cristo no lo envió a bautizar, sino a predicar el
evangelio. Esto nos da a entender claramente que el
bautismo no es parte del evangelio, y que el bautismo no
salva. El bautismo expresa la fe, y establece un
compromiso público, y representa nuestra unión con Cristo
en su muerte sepultura y resurrección, --de modo que es
muy importante el bautizarnos, y debemos hacerlo, pero no
es que en sí el bautismo nos salve. Lo que nos salvó fue el
creer en la obra de Cristo por nosotros en la cruz y recibirle
en nuestro corazón al confesar nuestros pecados y pedirle
perdón.
Pero lo que Pablo trata de decir es que él no bautizó a
muchos, y los que bautizó no fueron bautizados en su
nombre, como para que dijeran que ahora pertenecían a él.
c) Pablo no buscaba seguidores suyos, v.15.
Pablo buscaba seguidores de Cristo, no seguidores para sí
mismo. Hoy en día hay muchas personas que buscan
seguidores para sí mismos. Gente que usa las cosas de
Dios para lograr fama y grandeza. Gente que se
autodenomina ‘apóstoles y profetas’, cuando esos títulos
ya han cesado oficialmente. Pero vea cómo eran los
verdaderos apóstoles: 1Co 4:9-14 Porque según pienso, Dios nos
ha exhibido a nosotros los apóstoles como postreros, como a sentenciados a
muerte; pues hemos llegado a ser espectáculo al mundo, a los ángeles y a los
hombres. 10 Nosotros somos insensatos por amor de Cristo, mas vosotros
prudentes en Cristo; nosotros débiles, mas vosotros fuertes; vosotros honorables,
mas nosotros despreciados. 11 Hasta esta hora padecemos hambre, tenemos
sed, estamos desnudos, somos abofeteados, y no tenemos morada fija. 12 Nos
fatigamos trabajando con nuestras propias manos; nos maldicen, y bendecimos;
padecemos persecución, y la soportamos. 13 Nos difaman, y rogamos; hemos
venido a ser hasta ahora como la escoria del mundo, el desecho de todos. 14 No
escribo esto para avergonzaros, sino para amonestaros como a hijos míos
amados.
d) Pablo no predicaba según la sabiduría del mundo,
v.17.
La ciudad de Corinto era famosa por su búsqueda de la
sabiduría humana y la retórica. Pablo no buscaba ser
elocuente, él no citaba a los grandes oradores o filósofos
del mundo antiguo como Demóstenes, Aristóteles o
Sócrates, él simplemente predicaba la obra de Cristo en la
cruz, y la salvación efectiva por la fe en ese sacrificio. Si
para una persona no es suficiente el sacrificio de Cristo,
pues es que anda buscando otra cosa, pero no va a tener
salvación.
Así que Pablo les llama la atención por medio de este ruego,
les hace ver los problemas y se pone a sí mismo de ejemplo
para que los corintios vean cómo han desviado su mirada de
Cristo. ¿Qué busca Ud. hno., un gran líder, con gran carisma
y que casi no toque el piso… o sigue a Cristo?
Aplicación
En nuestra carne somos peleoneros, egoístas y orgullosos.
Pero ¿qué vamos a hacer de ahora en adelante? ¿Vamos a
vivir de acuerdo a nuestro llamado como hijos de Dios, para
ser santos y tener la comunión que hay en Cristo?
No peleemos, más bien arreglemos los problemas.
No dividamos, más bien, busquemos la unidad.
No sigamos nuestra opinión, seamos dóciles a la Palabra.
No pongamos la mirada en el hombre, sino en Cristo.
No busquemos hacer seguidores nuestros, sino de Cristo.
No tomemos el bautismo como lo más importante, sino la
fe en Cristo como lo más importante.
No consideremos la oratoria como más importante que el
mensaje de salvación por medio de Cristo.
No salgamos de una iglesia porque no pudimos llevarnos
con alguien o por divisiones, leer: 1 Jn 2:10-11.