1. La oración
Objetivo:
Reconocer la importancia de la oración
en nuestra vida, la cual fomentará y
fortalecerá una verdadera amistad con
Dios.
2. Según el Catecismo de la
Iglesia Católica, la oración es la
vida del corazón nuevo y tiene
como finalidad el acercamiento
del hombre con Dios.
3. Este acercamiento da fortaleza al hombre en
sus mas íntimos deseos, para realizar una
vida plena que lo lleve al gozo interno de la
relación con el Padre y con su amadísimo
Hijo, Jesucristo.
4. A través de la oración el hombre conoce la
voluntad divina, la plasma en su alma y en su
corazón con el poder del Espíritu Santo que
lo capacita para llevarla a cabo en su vida
diaria. (CIC 2697).
5. Al igual que los seres humanos tienen
necesidad de comunicarse entre si ya sea
visual o auditivamente, también hay una gran
necesidad de comunicarnos con Dios para
acrecentar y fortalecer nuestra vida espiritual.
6. A esa comunicación con Dios le llámanos
oración. ¿Pero cómo nos podemos
comunicar con Dios?
7. “Para mí, la oración es un
impulso del corazón, una
sencilla mirada hacia el cielo,
un grito de reconocimiento y
de amor, tanto desde dentro
de la prueba, como desde
dentro de la alegría”.
Santa Teresita del Niño
Jesús.
9. Para el ser humano seria difícil sobrevivir sin
agua en el desierto. Lo mismo pasaría con
un cristiano si no tuviera esa relación y
comunicación con Dios a través de la
oración.
10. San Pablo nos exhorta a ser constantes:
Col. 4, 2.
Sean constantes en la oración, quédense
velando para dar gracias.
11. A través de la oración mantenemos una
continua relación con Dios, la cual nos dará
fortaleza, confianza y seguridad para
enfrentar las cosas que suceden a nuestro
alrededor.
12. Es tener la capacidad para enfrentar la
adversidad a través de la oración.
1.- Fortaleza
13. Volvió donde sus discípulos, los hallo
dormidos; y dijo a Pedro:
“¿De modo que no pudieron permanecer
despiertos ni una hora conmigo?
Estén despiertos y recen para que no caigan
en la tentación.
El espíritu es animoso, pero la carne es
débil”.
Mt. 26, 40-41
14. Santa Teresita del Niño Jesús dice:
“Yo le aseguro el cielo a quien ore 15
minutos diarios, porque no puede vivir en
pecado quien platica a diario con Dios en la
oración”.
15. Sin duda la oración es algo muy importante
en la vida diaria del cristiano.
Jesús mismo nos dio el ejemplo pasando
muchas horas durante la noche o en la
madrugada (Lc. 9, 28 y Mc. 1,35).
16. Únicamente nos la puede dar Cristo-Jesús
quien nos ha llamado amigos.
2.- Confianza
17. “Este es mi mandamiento: que se amen unos
a otros como yo los he amado.
No hay amor mas grande que dar la vida por
sus amigos, y son ustedes mis amigos si
cumplen lo que les mando.
Ya no les llamo servidores, porque un
servidor no sabe lo que hace su patrón. Los
llamo amigos, porque les he dado a conocer
todo lo que aprendí de mi Padre”.
Jn. 15, 12-15
18. Jesús siempre estará con nosotros todos los
días de nuestra vida y en cada momento.
(Mt. 28,20)
3.- Seguridad
19. Entonces podemos decir con seguridad que
por medio de la oración, nuestro mejor amigo
siempre estará ahí esperándonos, dispuesto
a escuchar a cualquier hora.
Guárdame oh Dios, que me refugio en ti.
Sal. 31, 2
20. Es importante llevar un orden cuando se ora
individualmente o en comunidad. Este orden
debe ser trinitario, es decir: Dios Padre
(Creador), Dios Hijo (Redentor) y Dios
Espíritu Santo (Santificador).
La oración dirigida al Padre, al Hijo y al
Espíritu Santo
21. Jesús nos enseña a orar dirigiéndose al
Padre. Los mismos discípulos le preguntaron
a Jesús como orar y el les enseñó:
Mt. 6, 7-13
22. “Pero tú, cuando reces, entra en tu pieza, cierra la
puerta y ora a tu Padre que está allí, a solas
contigo. Y tu Padre, que ve en lo secreto, te
premiará. Cuando pidan a Dios no imiten a los
paganos con sus letanías interminables; ellos
creen que un bombardeo de palabras hará que se
les oiga. No hagan como ellos, pues antes de que
ustedes pidan, su Padre ya sabe lo que
necesitan”.
Mt. 6, 6-8
23. “Ustedes, pues, recen así:
Padre nuestro, que estas en el Cielo, santificado
sea tu Nombre, venga tu Reino, hágase tu
voluntad así en la tierra como en el Cielo. Danos
hoy el pan que nos corresponde; y perdona
nuestras deudas, como también nosotros
perdonamos a nuestros deudores; y no nos dejes
caer en la tentación, sino líbranos del Maligno”.
Mt. 6, 9-13
24. La Iglesia nos enseña que nuestra oración
toma una fuerza única cuando va
acompañada de la intercesión de María y de
los santos.
María
25. Ella nos ha enseñado el camino de la
obediencia al Señor, ella es la intercesora de
nosotros ante su Hijo (Jn. 1-5), el cual nos
lleva al Padre.
María
26. Son nuestros ejemplos de vida, quienes
están ahora gozando de la presencia de
Dios. Es su deseo interceder por nosotros
quienes estamos aún en la tierra.
Los santos
27. Por medio de su Palabra, Dios habla al
hombre. A través de palabras, mentales o
vocales, nuestra oración toma cuerpo. Pero
lo mas importante es la presencia del
corazón ante Aquél a quien hablamos en la
oración.
Expresiones de oración
28. “Que nuestra oración se oiga no depende de
la cantidad de palabras, sino del fervor de
nuestras almas”.
San Juan Crisóstomo.
29. Es un elemento indispensable de la vida
cristiana. Los discípulos fueron atraídos por
la oración silenciosa de su Maestro, quien les
enseño una oración vocal, el “Padre
Nuestro”.
Oración Vocal
30. La meditación es sobre todo una búsqueda.
El espíritu trata de comprender el porqué y el
cómo de la vida cristiana para adherirse y
responder a lo que el Señor pide.
Meditación
31. La contemplación busca al “amado de mi
alma”, esto es, a Jesús y en él, al Padre.
No se hace contemplación cuando no se
tiene tiempo, sino que se toma tiempo
para estar con el Señor, con la firme
decisión de no dejarlo.
Contemplativa (CIC 2709 y 2710)
33. Por medio de esta adoración expresamos
nuestro reconocimiento de la bondad y la
grandeza de Dios. Por eso lo ensalzamos y
lo alabamos y nos rendimos ante su
grandeza y bondad.
(Jn. 4, 20-23)
a) Adoración
34. Por la cual reconocemos nuestra iniquidad
(1 Jn, 1-9) y expresamos una suplica por la
que pedimos perdón, gracia o cualquier otra
bendición.
b) Confesión
35. Por medio de esta oración rogamos por los
demás, unidos a Jesús, para que el interceda
por nosotros ante Dios.
(Rom. 8,34; Heb. 7,25)
c) Intercesión
36. Con este tipo de oración expresamos gratitud
a Dios.
(Flp. 4, 6)
d) Acción de Gracias
37. Cuando tenemos alguna necesidad o cuando
esperamos que se nos conceda alguna
gracia o favor para nosotros o para nuestros
hermanos y rogamos que así sea.
(2 Cro. 6, 19)
e) Petición
38. Nuestra petición debe ser sin dudar que Dios
es bueno y nos dará lo que necesitamos.
Para que la oración sea eficaz y sintamos
que hemos sido escuchados debemos
pedir con Fe.
e) Petición
39. Es importante recalcar la diferencia entre la
oración y el rezo.
La oración es un diálogo directo con Dios.
40. El rezo es una oración ya establecida de la
cual se repiten palabras de otros, muchas
veces memorizadas o leídas.
41. La Iglesia, casa de Dios, es el lugar propio de
la oración litúrgica de la comunidad
parroquial. Es también el lugar privilegiado
para la adoración de la presencia real de
Cristo.
Lugares favorables para la oración
42. El lugar adecuado puede ser un “rincón de
oración”, con las Sagradas Escrituras e
imágenes, para estar “en lo secreto” ante
nuestro Padre.
(Mt. 6, 6)
Oración personal
43. •El hogar
•Casas de oración
•La naturaleza: el mar, las montañas, etc.
Oración personal
44. Buscar un ambiente tranquilo, lleno de paz y
armonioso. Es recomendable definir un
horario diariamente para adquirir el hábito de
oración que posteriormente se convertirá en
una necesidad.
Oración personal
45. Podemos hacer oración en todo lugar y en
todo momento: al levantarnos y al
acostarnos, al empezar y al terminar nuestro
trabajo o nuestras actividades cotidianas, al
disponernos a comer, al emprender una
acción muy importante, en fin, en el lugar en
el que nos encontremos.
Oración personal
46. La oración viene a ser la llave que abre
nuestro corazón y nuestra alma al Espíritu
Santo. Al orar permitimos a Dios actuar en
nuestra alma (entendimiento y voluntad) para
ir adaptando nuestro ser a su divina voluntad.
Conclusión
47. Te amo, Dios mío, y mi único deseo es
amarte hasta el ultimo suspiro de mi vida…
Dios mío, si mi lengua no puede decir en
todos los momentos que te amo, quiero que
mi corazón te lo repita cada vez que respiro.
San Juan María Vianney
48. Que Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu
Santo los bendiga.