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DIDÁCTICA
GUÍA
Aula de Literatura
ISBN: 978-84-682-8975-5
Núm. de Orden V.V.: RA56
© REBECA MARTÍN
Sobre la Guía Didáctica.
© EDITORIAL VICENS VIVES, S.A.
Sobre la presente edición según el art. 8 del Real Decreto Legislativo 1/1996.
Obra protegida por el RDL 1/1996, de 12 de abril, por el que se aprueba el Texto
Refundido de la Ley de Propiedad Intelectual y por la normativa vigente que lo
modifica. Prohibida la reproducción total o parcial por cualquier medio, incluidos
los sistemas electrónicos de almacenaje, de reproducción, así como el tratamiento
informático. Reservado a favor del Editor el derecho de préstamo público, alquiler
o cualquier otra forma de cesión de uso de este ejemplar.
IMPRESO EN ESPAÑA. PRINTED IN SPAIN.
El guardavía
y otros cuentos espectrales
Guía Didáctica
Rebeca Martín
ANÁLISIS LITERARIO
LEYENDA DEL SACRISTÁN AL QUE SE LLEVARON LOS DUENDES
1
1.1 Gabriel Grub en el cementerio
a ¿A qué se dedica? (p. 5) Según el narrador, ¿cómo acostumbran
a ser las personas con las que comparte profesión? Sin embargo,
¿qué rasgos caracterizan a Gabriel Grub? (p. 6) ¿Cuál es su única
«compañía»?
 Gabriel Grub es sacristán de la abadía y sepulturero. Según el narra-
dor, los sacristanes y sepultureros «suelen ser los tipos más joviales del
mundo, pero Gabriel Grub constituye «la excepción que confirma la re-
gla»: se enfada fácilmente, tiene una expresión enfurruñada, es de na-
turaleza ruin y en absoluto sociable. Además, su única compañía es una
vieja petaca con funda de mimbre que siempre lleva consigo en el bol-
sillo del gabán.
b ¿Cómo decide pasar el sepulturero la víspera de Navidad? (p. 6)
Mientras se dirige al cementerio, ¿qué pensamientos se apoderan
de él? (pp. 6-7) ¿Qué le hace a un niño en el solitario Paso del
Ataúd? (p. 8)
 Gabriel Grubb decide pasar la víspera de Navidad en el cementerio,
cavando una fosa que tiene que «terminar sin falta». De camino al cam-
posanto, el ambiente navideño que se respira en las calles y las casas le
provoca una gran amargura. De ahí que su reacción sea desear a los ni-
ños que contraigan toda suerte de enfermedades o que, en el Paso del
Ataúd, propine varios coscorrones con el farol a un niño que va can-
tando un villancico.
c ¿Qué aspecto tiene la criatura? (p. 11) ¿En qué tono se dirige al
sepulturero y cómo reacciona este? (pp. 11-12)
 Esa criatura extraordinaria y espectral tiene las piernas muy largas y
el cuerpo achaparrado, y esgrime la sonrisa característica de los duen­
des. Viste de manera estrambótica, con un jubón ceñido que tiene
6 GUÍA DIDÁCTICA
adornos de tela plegada (bullones), gorguera, babuchas y un sombrero
cubierto de escarcha.
El duende se dirige a Gabriel Grub con voz severa y se muestra irri­
tado ante el modo dubitativo en que el sepulturero responde a sus im­
periosas preguntas.
d ¿Por qué motivo «reclaman» los duendes al enterrador? (p. 14)
¿Qué asombroso espectáculo presencia Gabriel Grub muy a su
pesar? (pp. 14-17) ¿Y qué le sucede a continuación?
 Los duendes, que demuestran conocer muy bien a Gabriel Grub y el
modo en que se comporta con el prójimo, quieren que presencie un es­
pectáculo grotesco: las vidrieras de la iglesia se iluminan, suena el órga-
no y una legión de duendes empieza a jugar a la pídola entre las lápidas
del cementerio. Cuando el ritmo del juego alcanza un ritmo endiablado,
el rey de los duendes se abalanza sobre el sepulturero, lo agarra del pes-
cuezo y ambos se hunden bajo tierra. Tras un «vertiginoso descenso»,
Gabriel Grub va a parar a una gran cueva llena de duendes. En el cen-
tro, sentado en un trono, está el rey de estas estrafalarias criaturas.
1.2 El catálogo de imágenes
a ¿Qué escenas pasan ante los asombrados ojos de Gabriel Grub?
¿Cuáles son las principales ideas sobre la familia, la vida y la
muerte que expresan estas escenas? ¿Y qué sentimientos des-
piertan todas ellas en el sepulturero?
 Las primeras escenas que presencia Gabriel Grub expresan sobre to-
do el calor del hogar familiar, el amor mutuo que sienten madres, pa­
dres e hijos… En la primera escena, un hombre llega exhausto y em-
papado por la lluvia a su modesta pero pulcra vivienda, en la que le
esperan una jubilosa «tropa de niños» y su esposa para cenar. En la se-
gunda, el hijo más pequeño de la familia agoniza rodeado por sus her-
manas y hermanos en un estrecho dormitorio. En la tercera, el padre y
la madre, ya ancianos, se reúnen con los hijos al amor de la lumbre para
contar viejas historias. Transcurren los años y ambos ancianos mueren.
Sus allegados están tristes, pero también aliviados porque creen que al-
gún día todos volverán a reunirse. Y al regresar a sus rutinas cotidianas,
recobran la alegría y la satisfacción con la vida.
A continuación, Gabriel Grub contempla una suerte de edén don-
de reinan la paz y la armonía, pero también otras escenas dispares:
hombres que trabajan duramente y que son felices pese a no ganar lo
ANÁLISIS LITERARIO 7
suficiente para vivir; otros que, criados entre cuidados y cariños, son
capaces de afrontar con entereza las privaciones y los padecimientos;
mujeres que se muestran enteras e inquebrantables ante el dolor y la
adversidad… Estas escenas transpiran resignación cristiana ante las in­
justicias terrenas, ya sean de clase social, económicas o de otra índo-
le. Y contrastan con las últimas que cita el narrador, en las que hom-
bres como Gabriel Grub envenenan el mundo con su amargura. Al fin
comprende el sepulturero que «el mundo era, a pesar de todo, un lugar
bastante decente y respestable».
b ¿En qué ha cambiado Gabriel Grub? (p. 24) ¿Por qué se ve inca-
paz de volver a su vida cotidiana?
 Al despertar, el sepulturero se siente una persona muy diferente, y
se le antoja imposible volver a su vida cotidiana porque a buen seguro
nadie creerá «el relato de su arrepentimiento y de su transformación».
Por eso huye de la ciudad.
c ¿Qué historias barajan sus convecinos para explicar la desapari-
cion del sepulturero? (pp. 24-25) Sin embargo, ¿qué sucede diez
años después? ¿Cómo justifican algunos las visiones de Gabriel
Grub?
 Los convecinos llegan a la conclusión de que a Gabriel Grub se lo
han llevado los duendes. Sin embargo, algunos testigos afirman que lo
vieron salir volando a lomos de un caballo alazán y tuerto, con patas de
león y cola de oso.
Diez años después, reaparece el sepulturero, «andrajoso, viejo y
reumático, pero contento». Y algunos vecinos, para restarle veracidad
a sus visiones, afirman que, en realidad, la noche de su desaparición se
bebió una botella de ginebra holandesa y se quedó dormido sobre una
lápida del cementerio.
1.3 El espíritu de la Navidad
a ¿Cómo contrastan el humor y la actitud de Gabriel Grub con el
ambiente que se respira en las calles y en las casas de la ciudad
durante la víspera de Navidad? (pp. 6-7) En este sentido, ¿qué le
reprocha el rey de los duendes? (pp. 12-13)
 El protagonista aborrece al prójimo y carece de cualquier atisbo de
espíritu navideño, por lo que en Nochebuena, cuando se percata del
ambiente que se respira en las calles y las casas de la ciudad, se sien-
8 GUÍA DIDÁCTICA
te más amargado aún. Su negro humor contrasta con la viva luz de los
fuegos hogareños y con las risas y los gritos jubilosos de las familias
que se reúnen a su alrededor. A Gabriel Grub tampoco le gustan los ni­
ños; al verlos, agarra el mango de la pala con fuerza y piensa en enfer-
medades como la escarlatina, las paperas, la tosferina o el sarampión.
El rey de los duendes le reprocha a Gabriel Grub que pase la No­
chebuena en el cementerio. «¿Qué clase de hombre se pasea entre se-
pulcros y osarios en una noche como esta?», le pregunta de manera re-
tórica, para después echarle en cara que vaya a pasar una fecha tan
señalada solo y bebiendo ginebra.
b ¿Qué valores encarna el espíritu navideño en el cuento? ¿Crees
que estos valores están presentes en la Navidad actual? Justifica
tu respuesta.
 El espíritu navideño aparece íntimamente ligado en el cuento a la
institución de la familia, al amor de los allegados, a los pequeños pla­
ceres (un buen fuego que dé calor, una comida sencilla pero sabrosa)
que se disfrutan en compañía de los seres queridos.
Respuesta libre. Uno de los aspectos sobre los que podría reflexio-
nar el alumnado es si la felicidad y la resignación cristiana que plasma
Dickens de una manera obviamente idealizada es asimilable a la Navi-
dad actual. Dicho de otro modo: en el cuento lo más importante es ro-
dearse de la familia y los seres queridos sin que importen los bienes ma­
teriales, las estrecheces ni las penurias económicas, pero la Navidad de
las sociedades occidentales actuales se caracteriza, bien al contrario, por
un consumo y un derroche desaforados.
c Apunta qué similitudes y diferencias elementales hay entre la
historia de Gabriel Grub y la de Ebenezer Scrooge en Canción de
Navidad. ¿Qué papel desempeñan las criaturas y los elementos
sobrenaturales en ambas obras? ¿Qué mensajes quiso divulgar
Dickens en una y otra?
 Canción de Navidad es una historia de fantasmas que constituye
todo un canto a las bondades de la familia y al espíritu navideño: he
aquí el mensaje que quiso difundir Dickens. Su protagonista, Ebenezer
Scrooge, guarda alguna semejanza con Gabriel Grub: individuo ava­
ro y egoísta que odia la Navidad, acaba reformándose para convertir-
se en un hombre generoso y amable. El motor del cambio es, como en
la «Leyenda de Navidad al que se llevaron los duendes», una experien­
cia fantástica o sobrenatural, aunque en el caso de Scrooge esta tiene
ANÁLISIS LITERARIO 9
un carácter mucho más personal: al avaro se le van apareciendo varios
fantasmas que le obligan a recordar ciertos capítulos de su pasado y a
afrontar las consecuencias de su modo de ser y de sus actos. La visión
de su muerte tras llevar una vida miserable resulta, asimismo, decisiva
en la transformación que acaba experimentando.
d ¿Es un narrador objetivo, que no juzga a su personaje, o bien
un narrador irónico? Pon al menos dos ejemplos del cuento para
ilustrar tu respuesta.
 Estamos ante un narrador irónico que no duda en juzgar a Gabriel
Grub. Así, lo caracteriza con atributos abiertamente negativos (enoja-
dizo, malencarado, ruin…, p. 6); y, en este mismo retrato, emplea la
ironía cuando afirma que su «única compañía —aunque, eso sí, insepa-
rable— era una vieja petaca con funda de mimbre que parecía hecha a
la justa medida del bolsillo de su gabán». El pasaje en el que se materia-
liza la transformación del sepulturero es otro ejemplo de cómo juzga el
narrador la actitud de su personaje, pues este narrador califica el mun-
do de «lugar bastante decente y respetable» (p. 23) frente a la noción
que hasta el momento había tenido Gabriel Grub de él. Encontramos
otro rasgo de ironía hacia el final del cuento, cuando el narrador tilda de
«testigos muy fiables» (p. 24) a los vecinos que afirman haber visto al
sepulturero volar a lomos de una criatura fantástica. Y otro, en fin, en la
misma conclusión, con ese juego de palabras que establece Dickens con
el término spirits en alusión tanto a las bebidas alcohólicas como a los
espíritus y fantasmas.
CONFESIÓN HALLADA EN UN CALABOZO…
2
2.1 Los antecedentes
a ¿Dónde y cuándo tiene lugar la historia que relata el reo? (p. 29)
¿A qué se dedicaba este antes de retirarse?
 La historia tiene lugar a unos pocos kilómetros de Londres, en una
modesta propiedad que heredó la mujer del reo. Como el título del
cuento indica, la acción transcurre durante el reinado de Carlos II, rey
de Inglaterra, Escocia e Irlanda entre 1660 y 1685. El narrador, militar
retirado que sirvió como teniente en el frente holandés (1677 y 1678),
explica que se instaló allí tras la firma del Tratado de Nimega, de modo
que cabe situar los hechos narrados a partir de 1678 y antes de 1685.
10 GUÍA DIDÁCTICA
b ¿Qué rasgos caracterizaban al narrador ya en su niñez? (pp. 29-
30) ¿Cómo contrastaba su carácter con el de su hermano? ¿Qué
sentimientos albergaba hacia este?
 El narrador se describe a sí mismo como cobarde, desconfiado, mez­
quino y rencoroso. A su hermano, por el contrario, lo retrata como a un
hombre generoso, de buen corazón, mucho más atractivo y talentoso
que él, y más querido también por todo el mundo. Tanto es así que las
amistades de su hermano solían sorprenderse de lo diferentes que eran
los modales y la apariencia de ambos. De ahí que los principales senti-
mientos que albergaba el narrador hacia su hermano fueran la envidia y
el rencor.
c ¿Qué supone para ambos? (p. 30) ¿Por qué el narrador teme
profundamente a su cuñada? ¿Qué le obsesiona especialmente
de ella?
 El doble matrimonio, lejos de acercar a los hermanos, los distancia
aún más. El narrador cree que su cuñada lo conoce muy bien («sabía
leer mi corazón»), de ahí que cuando está con ella evite hacer cualquier
gesto que permita entrever sus sentimientos de envidia y rencor. Lo que
más le obsesiona de la mujer, lo que más pavor le causa son sus ojos, su
mirada: «como la más atroz pesadilla vuelve hoy a mí aquella mirada fi-
ja y persistente que me hiela, como entonces, la sangre en las venas».
d ¿Qué disposiciones hace el hermano en su lecho de muerte? (p.
32) ¿Cómo se despide del narrador?
 Antes de morir, el hermano llama a la esposa del narrador para en­
comendarle la protección y el cuidado de su hijo. El moribundo nombra
al niño, de apenas cuatro años de edad, heredero universal y estipula
en el testamento que, en el caso de que muera el niño, sea la esposa del
narrador quien herede todos los bienes. El moribundo dirige al hermano
«algunas palabras de afecto fraternal lamentando nuestra larga sepa­
ración», y se sume en un sopor del que ya no despertará.
2.2 El crimen
a ¿A qué atribuye esta intensa desconfianza? (pp. 32-33) ¿Por qué
se siente desarmado ante el niño? A la vez, ¿qué despierta su
fascinación?
 La mirada del niño le recuerda a la de la madre. Como ya le había
sucedido con esta, el narrador tiene la sensación de que su sobrino lo
ANÁLISIS LITERARIO 11
observa continuamente con «sus penetrantes ojos azules»: «Ese niño
me desarmaba con la mirada». Le resulta insoportable que su sobrino lo
mire, pero, al mismo tiempo, se siente fascinado por «aquella tierna y
frágil criatura de la que tan fácil me resultaría deshacerme».
b ¿Qué trampa pone el narrador al niño? (p. 34) ¿Cómo acaba con
su vida? (p. 35) ¿Qué hace después con el cuerpo?
 El narrador, que suele espíar durante horas a su sobrino, talla con la
navaja un tosco barquito y lo deja al alcance del niño. Tres días después,
el niño encuentra el juguete y se dirige a una charca bastante profunda
para hacerlo navegar. Allí, en la charca, el narrador lo mata con una es­
pada. Luego entierra el cuerpecito del niño en el jardín, bajo la ventana
de su dormitorio.
c ¿Dónde decide sentarse? (p. 39) ¿De qué comportamiento hace
gala? ¿Cómo queda finalmente desenmascarado? (pp. 40-42)
 El narrador ordena a sus sirvientes que dispongan una mesa en el
jardín. Es más, él mismo coloca su silla justo encima de la fosa pa-
ra asegurarse de que nadie pueda descubrirla sin que él se dé cuenta.
Su comportamiento errático desconcierta a los invitados, pero lo que lo
desenmascara es el nerviosismo de dos enormes sabuesos que saltan
al jardín y muestran un interés obsesivo por el lugar exacto donde está
sentado el narrador. La actitud frenética de los perros, que obviamen-
te han olido el cadáver del niño y quieren desenterrarlo, alarma a los in-
vitados, quienes, con la autoridad que les otorga su estatus de militares,
arrestan al narrador.
d ¿Con qué palabras concluye la confesión? (p. 42) ¿En qué estado
se ánimo se encuentra?
 El reo explica que acabó confesando la verdad y suplicó clemen-
cia, pero también cuenta que desde entonces ha negado su crimen y
lo ha vuelto a confesar «una y mil veces», que ha sido «juzgado, halla-
do culpable y sentenciado», que es un cobarde al que le falta valor pa-
ra encarar su muerte, que está solo… Sus últimas palabras son: «Que
en la soledad de esta mazmorra de piedra, con mi alma pérfida por toda
compañía, aguardo la muerte al amanecer». Como trasluce la verborrea
del narrador y su prosa precipitada en este último pasaje, sostenida por
una serie de oraciones que comienzan con el relativo que, se encuentra
en un estado de ánimo cercano al pánico, pues siente verdadero pavor
ante la inminencia de su ejecución.
12 GUÍA DIDÁCTICA
2.3 La fuerza de una obsesión
a ¿Cuándo y cómo comienza a cobrar forma la posibilidad de ma-
tar a su sobrino? (pp. 33-34) ¿Cuáles son los principales móviles
del asesinato?
 El reo afirma que al principio no tenía la intención de hacer daño a
su sobrino, aunque reconoce que tal vez pensara en «lo bien que nos
vendría a nosotros su herencia, y puede incluso que llegase a desear
su muerte» sin llegar a planearla. La posibilidad de matar al niño «fue
emergiendo de manera muy paulatina, no de forma súbita», primero
como imágenes lejanas y borrosas, y luego como imágenes más per-
filadas que perdieron su potencial terrorífico y acabaron por ocupar su
pensamiento a todas horas. Así, «ya no se trataba de cometer o no se-
mejante atrocidad, sino de [decidir] cómo y cuándo hacerlo». Los mó-
viles que empujan al narrador a cometer el asesinato son hacerse con la
herencia del niño y, sobre todo, librarse de su presencia y de su mirada
supuestamente inquisitiva.
b ¿Qué papel desempeñan en su creciente locura los ojos y las mi-
radas? (pp. 30 y 32-33) En relación con esto, ¿qué ocurre cuan-
do va a matar al niño? (p. 35) Mientras entierra el cuerpo, ¿qué
significado cobra para él la luciérnaga solitaria? (p. 36)
 Los ojos y las miradas desempeñan un papel fundamental en el pro-
ceso de enajenación del personaje: la mirada «fija y persistente» de su
cuñada le infunde pavor, y otro tanto le sucederá con la del sobrino.
«Lejos de tener la mirada llena de curiosidad propia de los niños, la suya
revelaba el mismo propósito y sentido que tan a menudo yo había ad-
vertido en su madre», asegura.
Tal es su obsesión que, cuando va a matar al niño, ve cómo «el fan­
tasma de su madre» lo mira a través de sus ojos. El sol sale entonces de
entre las nubes y baña con su luz la tierra húmeda, el agua de la char-
ca, las gotas de lluvia sobre las hojas: «Había ojos por todas partes. To­
da la luz del vasto universo se había congregado allí para contemplar
el asesinato». Tras cometer el asesinato y cavar una fosa en el jardín pa-
ra enterrar el cadáver, ve una luciérnaga «que irradiaba su luz como si
el espíritu visible de Dios se hubiese posado sobre el cadáver del niño».
Cuando deposita el cuerpo del niño en la fosa y se asoma a ella, vuelve
a ver a la luciérnaga, «un ojo de fuego alzado al Cielo en una súplica a
las estrellas que observaban mi infame tarea». El narrador, en fin, sigue
sintiéndose continuamente observado y juzgado.
ANÁLISIS LITERARIO 13
c Anota los presagios, sueños y pensamientos obsesivos que persi-
guen al protagonista (pp. 33-34 y 36-38). ¿Qué significado tiene
cada uno de ellos?
 La idea de asesinar al niño se insinúa primero en forma de imágenes
borrosas que se van perfilando hasta llenar por entero los pensamien-
tos del narrador. A partir de este momento, el hombre se dedica a espiar
obsesivamente al niño, que generalmente pasa el tiempo en compañía
de su mujer: «Me pasaba las horas espiándolos, oculto tras un árbol, y
sintiéndome tan culpable que, al menor crujido de las ramas, me apar-
taba raudo de allí para al cabo regresar con sigilo y empezar de nuevo».
Tras matar al niño y enterrarlo, su obsesión empeora. Esa misma noche
tiene pesadillas en las que «me veía perseguido por imprecisas sombras
con imágenes del lugar donde había enterrado al niño: de él emergía
una mano, luego un pie y finalmente la cabeza». Se despierta, se vuelve
a dormir «y todo se repetía de nuevo». En uno de esos sueños, «el niño
seguía vivo»: «Despertar de ese sueño fue la peor de las agonías». A lo
largo de tres días, hasta que se descubre su crimen, el narrador vive en
un estado de «perpetua angustia» que lo obliga a vivir pendiente de la
tumba y aterrorizado por que puedan descubrirlo.
Sin duda, al narrador lo atormentan estos presagios, sueños y pen-
samientos obsesivos porque se siente culpable, pero también, y sobre
todo, porque lo aterroriza la posibilidad de que lo descubran y se vea
obligado a afrontar las consecuencias de sus actos.
d ¿Qué tienen en común los protagonistas y narradores? ¿Qué pa-
pel desempeñan en ambos relatos los ojos?
 Ambos cuentos relatan sendas historias de obsesión y enloqueci­
miento, en ambos hallamos un protagonista narrador que parte de un
presente que le resulta insoportable para narrar los hechos que lo lleva-
ron a esa situación, y en ambos cobra protagonismo el brutal asesina­
to de una persona inocente e indefensa, un niño en el caso de Dickens,
un viejo en el de Poe. Los ojos son, asimismo, un motivo central en los
dos cuentos. Como le sucede al personaje del autor británico, el de Poe
también se obsesiona con la mirada de su víctima y, en concreto, con
uno de sus ojos, que se le antoja parecido al de un buitre. Así, si se deci-
de a matar al anciano es porque no soporta más ver ese ojo clavado en
los suyos. Por último, en ambos casos es el asesino quien, con sus deci­
siones erróneas y su comportamiento sospechoso, acaba desenmasca­
rándose a sí mismo, el de Dickens ante los amigos de su hermano, el de
Poe ante una pareja de policías que se presentan en su casa.
14 GUÍA DIDÁCTICA
e ¿Dirías que es así también en el cuento de Dickens? Justifica tu
respuesta.
 Uno de los pensamientos obsesivos que acucian al protagonista de
Dickens es sin duda el de la culpa. Desde niño siempre se ha sabido hu-
raño, desabrido y cobarde, y siempre ha sido consciente de su hondo
sentimiento de inferioridad con respecto al hermano, algo que, asimis-
mo, le provoca un hondo rencor que le hace sentir culpable y trata de
ocultar. El motivo, también teñido de culpa, por el que teme a su cu-
ñada primero y a su sobrino después es la sensación de que lo conocen
muy bien, lo juzgan de manera severa, podrían desenmascararlo y reve-
lar su verdadero modo de ser. Por otra parte, tras matar al niño se sien-
te asimismo culpable, como demuestra el hecho de que sueñe que no
lo ha asesinado y que, al despertar, sienta «la peor de las agonías». Los
ojos y miradas que ve por todas partes no hacen sino simbolizar esa
compleja culpa que lo atormenta y que no es incompatible con la mez-
quindad, la cobardía y la codicia que también caracterizan al asesino.
EL GUARDAVÍA
3
3.1 La caseta en la zanja
a ¿Cómo es el camino que debe recorrer para llegar hasta la ca-
seta? (p. 46) ¿Qué tiene de peculiar el lugar en el que se ubica?
¿Es un sitio agradable? (pp. 46-47) ¿Por qué?
 El camino es un sendero a duras penas visible que desciende en zig­
zag por una escarpada pendiente de roca caliza. El espacio en el que se
ubica la caseta, a la que se tarda bastante en llegar a causa de las «vuel­
tas y revueltas del camino», es una suerte de mazmorra inhóspita, el lu­
gar «más desangelado y sombrío» que ha visto el narrador jamás: está
encajonado entre dos muros que rezuman humedad y apenas dejan ver
una franja del cielo. Los rayos del sol a duras penas llegan allí y el lugar
despide «un hedor malsano». Además, hace frío, pues del túnel que hay
más allá de la caseta llega un aire gélido que hiela la sangre en las venas.
b Según la primera impresión del narrador, ¿qué tiene de singular
el guardavía? (pp. 45 y 47) ¿Qué «espantoso presentimiento» se
apodera de él mientras lo observa? (p. 49)
 Al narrador le parece desconcertante que el guardavía, al oír su voz
(«¡Oiga! ¡El de ahí abajo!»), no mire hacia arriba, sino hacia la vía.
ANÁLISIS LITERARIO 15
Cuando llega a la caseta, el hombre no se percata de su presencia has-
ta que lo tiene justo al lado. Entonces, sin dejar de mirarlo, da un paso
atrás y alza la mano para saludarlo. La tez flaca y cetrina del guardavía
y su actitud esquiva hacen pensar al narrador que «aquel tipo no era un
hombre, sino un espectro. Después me he preguntado muchas veces si
el guardavía no sufriría algún desarreglo mental».
c ¿Cuál es la rutina diaria del hombre? (p. 50) ¿A qué consagra su
tiempo libre? ¿Qué tipo de educación recibió? (p. 51) ¿Por qué
acabó trabajando como guardavía?
 El trabajo del guardavía supone mucha responsabilidad y una ac-
titud de vigilancia continua. Su único trabajo manual es modificar al-
guna señal, ajustar las luces y cambiar de vez en cuando la posición de
las agujas. Las largas horas que pasa en soledad son parte de una ruti-
na a la que ya está acostumbrado. Así, ha aprovechado el tiempo para
aprender un idioma y para estudiar aritmética y álgebra. En su juven-
tud, el guardavía estudió filosofía de la naturaleza, pero dejó la uni­
versidad atraído por la mala vida. A partir de entonces, el pobre hom-
bre «nunca más volvió a levantar cabeza», de ahí que, pese a tener una
formación superior de la requerida para el puesto de guardavía, acaba-
ra ejerciendo este trabajo.
d Mientras los dos hombres dialogan, ¿qué hay de extraño en la
conducta del guardavía? (p. 52) ¿Por qué le pregunta a su visi-
tante el motivo por el que le gritó: «¡Oiga! ¡El de ahí abajo!»?
(pp. 53-54)
 El narrador llega a la conclusión de que el guardavía desempeña sus
obligaciones «de forma sorprendentemente meticulosa y concienzuda»;
mientras habla con él, en ningún momento olvida sus tareas. Sin embar-
go, hay algo que le resulta extraño: en dos ocasiones el guardavía em-
palidece y, callado, mira la campanilla sin que esta haya sonado, abre
la puerta de la caseta y se queda mirando fijamente la luz roja que hay
junto a la boca del túnel. Luego regresa junto a la lumbre «con el mis-
mo aire enigmático que tanto me había llamado la atención desde lejos
y que no acertaba a explicar».
Cuando el guardavía le pregunta al narrador por qué le gritó esas
palabras, este responde: «¡Vaya usted a saber!», y añade que única-
mente quería llamar su atención. Lo más significativo probablemente
sea esta cuestión que le plantea el hombre: «¿Sintió en algún momento
que algo sobrenatural le dictaba las palabras?».
16 GUÍA DIDÁCTICA
3.2 El hombre del túnel
a ¿En qué condiciones tienen lugar las apariciones del descono-
cido? (pp. 55-60) ¿Qué gestos hace el hombre y qué palabras
pronuncia? ¿Hay algún otro testigo además del guardavía?
 El desconocido se le apareció al guardavía en distintos momentos
del día: la primera vez, hace un año, en una noche de luna llena; la se-
gunda, seis o siete meses después, al despuntar al alba; de la tercera,
hace una semana, el guardavía no nos da ningún dato concreto. Las
apariciones, no obstante, siempre tienen lugar en el mismo punto: jun­
to al poste de la luz roja que hay en la boca de túnel. El desconocido,
asimismo, hace siempre los mismos gestos: se cubre el rostro con el
brazo izquierdo mientras agita el otro, unos gestos con los que parece
querer decir: «¡Por el amor de Dios, despejen la vía!». Las palabras que
pronuncia son casi las mismas que las que le gritó el narrador al guar­
davías desde arriba: «¡Oiga! ¡El de ahí abajo! […] ¡Cuidado! ¡Cuidado!
[…] ¡Oiga! ¡El de ahí abajo, cuidado!». Para acentuar la extraordinaria
naturaleza de estas apariciones, el guardavía está solo cuando tienen
lugar, de modo que no hay ningún otro testigo.
b ¿Cuándo apareció el hombre del túnel por primera vez? (pp. 55-
56) ¿Cuánto tiempo transcurrió hasta su segunda aparición? (p.
58) ¿Y cuál ha sido su aparición más reciente? (pp. 60-61)
 Como he señalado arriba, la primera aparición del desconocido tuvo
lugar hace un año; la segunda, seis o siete meses después; y la última,
hace una semana.
c ¿Qué relación establece el hombre entre las dos apariciones del
desconocido y los accidentes que se produjeron después? Así las
cosas, ¿cómo cabe explicar su nerviosismo? (p. 62)
 El guardavía establece una relación de causalidad entre las dos pri-
meras apariciones del hombre del túnel y los accidentes que tuvieron
lugar a continuación. Seis horas después de la primera aparición, «se
produjo el famoso y trágico accidente en esta línea, y al cabo de diez
horas empezó a salir de la boca del túnel un desfile de camillas con
muertos y heridos, y todos ellos pasaron sobre el lugar exacto que antes
había ocupado aquella figura». El mismo día de la segunda aparición se
produjo el segundo accidente en uno de los compartimentos del tren: la
muerte súbita de una joven a la que sacaron del vehículo y «dejaron en
el suelo, justo aquí entre usted y yo».
ANÁLISIS LITERARIO 17
Dada esta supuesta relación de causalidad y el poco tiempo que
transcurrió entre las apariciones y los accidentes, el guardavía está muy
nervioso. Como le dice al visitante: «No tengo ya un momento de paz
ni descanso. Sus gritos agónicos se repiten durante largos minutos […].
No deja de gesticular con el brazo. Hace sonar la campanilla…». Evi-
dentemente, al guardavía le atormenta que haya otro accidente y él no
pueda hacer nada para evitarlo.
d ¿Cómo intenta racionalizar las apariciones del desconocido o la
voz que el guardavía creyó oír? (pp. 56, 58 y 60) ¿Qué argu-
mentos esgrime para defender que todo es producto de la imagi-
nación del buen hombre?
 Aunque la historia del guardavía le provoca escalofríos, el narrador,
a todas luces un hombre racional, procura darle una explicación lógica y
natural a las apariciones. En primer lugar, arguye que esa figura es pro-
ducto de un efecto óptico como el que experimentan quienes padecen
alguna lesión en el nervio ocular. En cuanto a los gritos, los atribuye al
«viento que sopla en esta garganta artificial», que «convierte los cables
de teléfono en un arpa». En segundo lugar, se esfuerza en negar que
haya una relación de causalidad entre la primera aparición y el acciden-
te: no es más que una coincidencia extraordinaria. Por último, asegura
que todo es un producto de la imaginación del guardavía, pues ayer él
no oyó la campanilla que, según el trabajador, el desconocido hizo so-
nar dos veces.
e ¿Con qué estrategia consigue calmar finalmente a su anfitrión?
(p. 63) No obstante, ¿qué sensaciones lo acometen al oír la su-
cesión de los hechos? ¿Y qué le inspira la luz roja del túnel? (pp.
63-64)
 Al guardavía lo abruman la responsabilidad y la impotencia, conven-
cido de que habrá un tercer accidente en un momento y un punto de
la vía que desconoce. Así, el visitante recurre a otra estrategia que elu-
de las desavenencias sobre la realidad de lo sucedido: «le hice ver que
cualquiera que cumpliese con su deber actuaba bien, y que él al menos
tenía el consuelo de saber cuál era su deber, a pesar de que no enten-
diera aquellas desconcertantes apariciones». Sin embargo, al narrador la
historia le provoca estremecimientos , desagrado y desasosiego, de ahí
que se reconozca a sí mismo (y nos confiese a los lectores) la repulsión
que le causa la luz roja: «habría dormido muy mal si mi cama hubiera
estado debajo de ella».
18 GUÍA DIDÁCTICA
f ¿Qué dilema se le presenta? (p. 64) ¿Qué decisión acaba toman-
do al fin?
 Al narrador se le presenta un dilema de difícil solución: ¿cómo de-
be actuar ahora que se ha convertido en el confidente del guardavía?
Puesto que las tareas que desempeña este acarrean una gran responsa-
bilidad, ¿debe dar parte a las autoridades de su estado mental? Pero,
en tal caso, ¿no estaría traicionando a un hombre inteligente y abnega-
do que, por añadidura, ha depositado su confianza en él? Al fin, el na-
rrador decide obrar del modo que le parece más respetuoso: se ofrece-
rá a acompañar al guardavía al mejor médico de la zona para que este
le dé su opinión profesional y, entre tanto, guardará silencio y no lo de-
nunciará ante sus superiores.
3.3 La muerte del guardavía
a ¿Qué escena le provoca un escalofrío indescriptible? (p. 65)
¿Qué retahíla de reproches se hace mientras baja la escarpada
ladera a toda prisa?
 Al asomarse al talud, ve, junto a la boca del túnel, a un hombre que
se cubre los ojos con el brazo izquierdo, mientras con el derecho ges­
ticula «como si le fuese la vida en ello». Con todo, el narrador no tarda
en entender que ese hombre no es el aparecido que atormenta al guar-
davía, sino un hombre de carne y hueso. Mientras baja por la ladera, se
siente «poseído por el presentimiento de que algo muy grave había su­
cedido allí, y con el temor y el remordimiento de que hubiese ocurrido
alguna desgracia fatal por haber dejado solo al guardavía».
b ¿Por qué el maquinista no pudo evitar el atropello? (p. 66) ¿Qué
le gritó al guardavía? ¿Y qué gestos hizo él mismo al comprender
que el accidente era inevitable?
 El maquinista explica que, al salir de la curva del túnel, vio a un
hombre al fondo con toda claridad. Como no tenía tiempo para frenar,
empezó a gritarle tan alto como pudo: «¡Oiga! ¡El de ahí abajo! ¡Cui­
dado! ¡Cuidado! Por el amor de Dios, despeje la vía!». Pero sus gritos
no sirvieron de nada y, al final, se cubrió los ojos con el brazo izquierdo
para no ver cómo atropellaba al hombre, mientras con el derecho se­
guía «haciendo señales desesperadas».
c ¿Cuáles son esas coincidencias? (p. 67)¿Qué sentido tendrían
entonces los gestos y las palabras del hombre del túnel?
ANÁLISIS LITERARIO 19
 Se trata de las coincidencias de los gritos del maniquista no solo con
«las palabras que atormentaban al guardavía», sino también «con las
palabras que yo mismo, y no él, añadí a los gestos que había imitado el
guardavía para mí, palabras que solo yo conocía».
Los gestos y las palabras del hombre del túnel estarían advirtiendo
al guardavía de su propia muerte.
d De acuerdo con una interpretación sobrenatural de los hechos,
¿podrían haberse evitado los accidentes o no? ¿Por qué? Por
otro lado, ¿es posible hallar alguna explicación racional que anule
la sucesión causa y efecto entre las apariciones del hombre y los
accidentes?
 Según esta interpretación, las apariciones del hombre del túnel son
un anuncio o una advertencia de los accidentes que culminarán con el
atropellamiento del guardavía. El único remedio para evitar los acciden-
tes habría sido detener por completo el paso de los trenes, pues el guar­
davía no disponía de datos concretos sobre el momento en el que se
iban a producir.
La única explicación racional es, como apunta al principio el narra-
dor, que no hay ninguna relación entre esas apariciones. Estas no se-
rían sino fruto de la imaginación del guardavía, y todo responde a una
casualidad. Por otro lado, en este contexto resulta difícil explicar racio­
nalmente la coincidencia que se apunta al final: ¿cómo justificar que el
maquinista hiciera precisamente los gestos y pronunciara las palabras
que solo conocían el narrador y el guardavía?
LA HISTORIA DEL VIAJANTE
4
4.1 Tom Smart se cobija en una posada
a ¿Cómo son su calesín y la yegua que tira de él? (p. 71) ¿A qué se
dedica Tom Smart? (p. 72)
 El calesín es un pequeño carruaje de color ocre y con las ruedas ro-
jizas; el narrador lo describe como «un quiero y no puedo» porque pre-
tende aparentar más categoría de la que tiene. La yegua que tira de ca-
lesín es una jaca alazana (‘de color rojizo’) de «muy malas pulgas»,
«capaz de correr como el mismo diablo». En cuanto a Tom Smart, tra-
baja como viajante para «la célebre compañía Belson & Slum» de Lon-
dres.
20 GUÍA DIDÁCTICA
b ¿Por qué decide el viajante buscar una posada? (p. 75) ¿Con qué
pinceladas describe el narrador el paisaje con el que se abre el
cuento? (pp. 71-72)
 Cae un temporal tan fuerte que Tom Smart no tiene más remedio
que buscar un lugar donde pasar la noche: «Con esta noche de perros
no hay manera de seguir: vamos a parar en la primera fonda que en-
contremos».
La acción comienza una tarde de invierno en los cerros de Marlbo­
rough. La comarca aparece como un territorio especialmente inhóspito
a causa del tremendo temporal que convierte los caminos en lodazales.
c ¿Qué llama la atención del viajero? (pp. 75-76) ¿Cómo es la sala
en la que se acomoda Tom Smart?
 La posada es una construcción «antigua y muy curiosa» de fachada
singular, pero los detalles que le llaman la atención a Tom Smart, viajero
experimentado, son los que hacen del edificio un lugar acogedor: la luz
invitadora e intensa que sale del ventanal del bar, el cálido fuego que se
intuye a través de las cortinas de otra ventana…
La sala en la que se acomoda el viajante cumple sobradamente sus
expectativas: se arrellana en una butaca cercana al bar en la que arde un
fuego generoso; gracias a un espejo, disfruta del espectáculo de unos
estantes bien surtidos con conservas, quesos y jamones, bonitas bote-
llas de etiqueta dorada…
d ¿Por qué se fija en la propietaria de la posada? (p. 77) Pero ¿qué
«mancha» le hace «hervir la sangre»? ¿Qué relación guarda esta
furia repentina con la «vocación» de Tom Smart? (p. 79)
 A Tom Smart le llama la atención esa viuda porque es «de muy buen
ver», pero también porque es, efectivamente, la propietaria de la posa­
da. La mancha que emborrona esa hermosa estampa es el hombre alto,
bigotudo y de cabello ondulado que corteja a la viuda. Y es que el via-
jante, que tiene la vocación de «trabajar para el público» y sueña con
regentar su propio bar, ve en él a un rival, un obstáculo para cumplir
sus propósitos repentinos.
4.2 La misión de la silla parlante
a ¿Qué tiene de peculiar esa vieja silla? (p. 80) ¿Qué tipo de trans-
formación experimenta ante la mirada confusa y perpleja de Tom
Smart? (p. 81)
ANÁLISIS LITERARIO 21
 La silla es «muy rara» y «de aspecto un tanto tétrico»: de respaldo
alto y decorado con «las más fantásticas formas», tiene un cojín tapiza-
do de damasco y los remates redondos de las patas envueltos en paño
rojo, «como si la silla sufriera de gota». El mueble, en fin, es tan pecu-
liar que deja fascinado a Tom, quien no para de mirarlo hasta que cae
dormido.
Cuando el huésped despierta al cabo de media hora, la silla experi-
menta «un cambio radical» ante sus ojos: poco a poco se transforma en
un «señor viejo y feísimo», «como del siglo pasado, con los brazos en
jarras», que le guiña un ojo al viajante.
b ¿Qué experiencias ha vivido el mueble y en qué tono se refiere
a ellas? (pp. 83-84 y 86-87) ¿De qué se lamenta ahora? (pp. 84,
86…)
 El viejo le explica a Tom Smart con tono pícaro que es el «guardián
de la viuda» y que, de hecho, conoció a la madre y a la abuela de la
mujer; esta última le tenía mucho aprecio, de modo que le hizo el cha-
leco que viste y las pantuflas rojas que calza. El anciano presume de ha-
ber sido «muy popular entre las damas» y de que «cientos y cientos de
mujeres hermosas se han sentado en mi regazo durante horas». Tam-
bién, no obstante, habla con pena del pasado, pues tenía once herma­
nos que han muerto ya: «¡Todos muertos, Tom, todos! Tuvimos una vi-
da muy ajetreada y no todos poseían mi constitución». Unos sufrían de
reúma y fueron a parar a cocinas y hospitales; a otro el exceso de tra-
bajo en condiciones penosas «le sorbió el seso sin remedio, y acabó vol-
viéndose tan loco que hubo que quemarlo. Fue algo espantoso, Tom».
Él mismo, se lamenta, ha envejecido y padece achaques que le amargan
la vida; se le han caído casi todos los clavos y le operaron una vez para
insertarle una pieza en el respaldo, «una verdadera tortura».
c ¿Cómo responde la silla? (p. 87) Según ella, ¿qué futuro le
aguardan a la posada, a los muebles y a la viuda si se fragua esa
unión?
 La silla le dice a Tom Smart que el pretendiente de la viuda, el «hom-
bre larguirucho», es un «granuja redomado»: cuando se case con ella
pondrá a la venta los muebles de la casa y se fugará; la mujer se ve-
rá en la ruina y ella misma, la silla, morirá de pulmonía en el tugurio de
algún trapero. Sin embargo, confía en Tom Smart y tiene la certeza de
que él no se fugará… mientras quede «una gota que beber entre estas
cuatro paredes». La ironía es flagrante.
22 GUÍA DIDÁCTICA
d ¿Qué asombrosa revelación hace la silla sobre «el hombre lar-
guirucho»? (p. 87 y 88) ¿Y qué prueba determinante le brinda a
Tom Smart?
 La silla revela que el hombre ya está casado y tiene «seis hijos de
tierna edad». Al parecer, hay una prueba determinante de su estado ci-
vil que Tom Smart encontrará en el armario: se trata de una carta de «su
desconsolada esposa» que el hombre dejó olvidado en el bolsillo de
unos pantalones.
e ¿Qué sucede cuando Tom Smart decide seguir las instrucciones
que le dio el mueble? (p. 89) ¿Cómo se sirve de ese documento?
(pp. 90-94)
 El viajante encuentra la carta justo donde le había dicho el anciano,
y se sirve de ella con astucia. Va a hablar con la propietaria de la posada
y, tras advertir a la mujer de que su pretendiente no es quien ella cree, le
entrega la carta.
f Al final, ¿se sale el viajante con la suya? (p. 95) ¿Por qué? ¿Dirías
que el protagonista hace justicia a su apellido, cuyo significado es
‘listo’? ¿Qué suerte corre la vieja silla?
 Tom Smart, en efecto, se sale con la suya. El narrador nos expli-
ca que, media hora después de entregar la carta a la viuda, Tom Smart
echó a patadas al hombre alto. Al cabo de un mes, ambos se casaron.
Con el tiempo cerraron el negocio, la posada fue derribada y el antiguo
viajante y su esposa se fueron a vivir a Francia. Sin duda, Tom hace jus­
ticia a su apellido, pues consigue astutamente su propósito.
En cuanto a la silla, se nos dice que «crujió muchísimo el día de la
boda», quizá de felicidad, quizá de reúma. Tom Smart «se inclinaba por
lo segundo, porque la silla nunca más volvió a hablar».
4.3 Ironía, humor y elementos sobrenaturales
a Señala las apelaciones y comentarios con los que el narrador se
dirige a su auditorio (pp. 71, 72, 75, 79, 92, 94…). ¿Qué función
desempeñan en el relato? Para responder, puedes consultar la
presentación del relato (p. 70).
 El narrador es un viajante de carácter burlón que cuenta la historia
de Tom Smart (una historia que a su vez le contó su tío) a unos caba-
lleros con los que coincide en un salón frecuentado por comerciantes.
ANÁLISIS LITERARIO 23
Su propósito al narrar esta historia es demostrar que «hay cosas más ex-
trañas que las mujeres». Entre las apelaciones con las que se dirige a su
auditorio encontramos las siguientes: «podríais haber visto pasar un ca-
lesín»; «ahora probad a imaginarios que sois vosotros quienes os en-
contráis allí»; «Acaso os preguntéis por qué…»; «Ya decía mi tío, caba-
lleros, que no hay viuda timorata»… Por lo general, el narrador apela a
esos «señores míos» para llamar la atencion sobre algún aspecto con-
creto del relato y hacer más vívido e inmediato lo que sucede en este.
b Anota sus apreciaciones irónicas y humorísticas sobre la escena
con la que se abre el cuento (pp. 71-75), sobre Tom Smart (pp.
78-79, 81…) o la patrona de la posada (pp. 92-94).
 Toda la primera escena está teñida de un tono irónico y humorístico.
Así, el narrador señala que «solo a un ciego le habría pasado desaperci-
bido el paso del calesín en un paisaje desierto y tormentoso»; o afirma
que «cualquier viajante de aquel tiempo habría reconocido de inmedia-
to al mismísimo Tom Smart», aunque, como allí «no había ningún otro
viajante, nadie tuvo ni la más remota idea del asunto».
En cuanto a Tom Smart, el narrador emplea el mismo tono para re-
ferirse a él: lo hace cuando se refiere a su afición al ponche —«Tom era
aficionado a los ponches calientes, quizá demasiado aficionado»— o
cuando alude a su «vocación de trabajar para el público», que, en rea-
lidad, nace del repentino afán del viajante de convertirse en propietario
de la posada y vivir a cuerpo de rey. Así lo demuestra, en su diálogo con
la viuda, el momento en que sus ojos se desvían «de forma involunta-
ria del rostro de la viuda a las muchas comodidades que lo rodeaban».
Precisamente este diálogo está lleno de irónicos sobreentendidos
que revelan el carácter avispado y astuto de la viuda, quien nada tiene
de ingenua ni de inocente, como demuestra esta acotación: «La viuda
pensó que había llegado el momento de soltar unas lágrimas». Durante
esta conversación, los dos personajes adoptan un aire afectado y calcu-
lan sus gestos y palabras a la perfección.
c ¿Cómo definirías el carácter de la silla y el tono que emplea para
dirigirse al viajante? ¿Su metamorfosis resulta terrorífica? Busca
ejemplos que justifiquen tus respuestas.
 En general, la silla tiene un aire burlón, propia de un anciano gua­
són y experimentado, y se dirige a Tom Smart con una camadería, una
familiaridad y un tono cómplice no exentos de autoridad: «Lo sé todo
sobre ti, Tom»; «Tom, la viuda es una mujer muy pero que muy atracti-
24 GUÍA DIDÁCTICA
va, ¿verdad?». En algún momento se muestra la silla nostálgica y triste
por el destino que corrieron sus hermanos y por su propio estado de sa-
lud, ya maltrecho, pero su tono general es el que acabamos de señalar.
En cuanto a su metamorfosis, nada tiene de siniestra ni terrorífica; se
diría, más bien, que se trata de una transformación estrambótica y sim­
pática; y es que, al fin y al cabo, ni la silla ni el anciano en el que se con-
vierte resultan amenazadores.
d ¿En qué estado se encuentra Tom cuando se retira a su habita-
ción? (p. 78-80) ¿Qué interpretación podemos darle al hecho de
que, después de esa noche, la silla no vuelva a hablar nunca más?
 Cuando se retira a su habitación, el viajante está ebrio, pues ha be-
bido demasiado ponche. Podríamos pensar, por tanto, que es ese esta-
do el que provoca una suerte de sueño o alucinación con la silla, algo
quizá refrendado por el hecho de que esta nunca vuelva a hablar ni ex-
perimente ninguna otra transformación.
e No obstante, ¿qué detalle fundamental para la suerte del viajante
avalaría la lectura sobrenatural del cuento? (pp. 88-89)
 La lectura sobrenatural del cuento vendría avalada por las revelacio­
nes que le hace la silla a Tom Smart: gracias a ella, el viajante se ente-
ra de que el hombre larguirucho está casado y, también, de la existen-
cia de la carta que este hombre se dejó olvidada en unos pantalones del
armario.
LA NOVIA DEL AHORCADO
5
5.1 La hostería y los seis ancianos
a ¿Cómo es el edificio? (p. 99) ¿Qué le proporciona un «aire de
misterio» cuando cae la noche?
 El hostal es «un edificio de otra época, de los que ya no quedan,
una verdadera rareza ajena al tiempo y sus modas». Está construida
con maderas nobles y tiene una majestuosa escalera. Son «sus viejos
paneles de caoba, que parecían insondables charcas de aguas negras»,
los que le confieren ese aire de misterio al anochecer.
b ¿Quiénes dan la bienvenida a Thomas Idle y Francis Goodchild?
¿Cómo visten y qué comportamiento tienen? (pp. 99-100)
ANÁLISIS LITERARIO 25
 Los dos viajeros son recibidos por seis ancianos que visten sendos
trajes de paño negro idénticos. Se comportan de una manera enigmá­
tica: guardan silencio mientras suben la escalera y, al llegar al rellano,
desfilan a izquierda y derecha mientras los huéspedes entran en su ha-
bitación. Goodchild se pregunta quiénes son esos ancianos y, al volver a
abrir la puerta de su aposento, ve que ya no están.
c ¿Cómo describe el narrador a este individuo? (pp. 102 y 104)
¿Qué efecto provoca este hombre en el señor Goodchild?
 Es un anciano «pausado, práctico, desapasionado, terco, de habla
comedida y aspecto cadavérico» que no pestañea ni mueve los ojos.
Además tiene el rostro abotargado y la nariz respingona. A Goodchild
su presencia le provoca escalofríos.
d ¿Tienen sentido las primeras palabras que intercambia el anciano
con su interlocutor? (p. 101) ¿Por qué? Entre tanto, ¿a qué se
dedica Thomas Idle? (p. 102)
 Las primeras palabras que intercambian el anciano y Goodchild no
tienen sentido aparente. El huésped pregunta al anciano: «¿Qué se le
ofrece?», y el anciano le responde con la misma pregunta. Como Good­
child le hace ver que él no lo ha llamado, el anciano contesta con una
voz solemne y profunda: «Ha sido la campana». Mientras ambos man-
tienen este diálogo desconcertante, Idle permanece tumbado, fumando
y rodeado de volutas de humo.
e ¿Qué le pregunta? (p. 104) ¿Cómo responde el viejo? ¿Qué
tiene de singular la persona y el tiempo verbal que emplea en su
respuesta?
 El visitante pregunta si es cierto que en el castillo de Lancaster ahor-
caban a los criminales y, una pregunta ciertamente extraña, hacia dón­
de miraban los reos durante la ejecución. El anciano, que emplea el
presente en su respuesta y parece estar hablando de sí mismo, le res-
ponde con todo lujo de detalles: «Te colocan de cara a la muralla del
castillo […]».
f A continuación, ¿qué extraordinaria imagen provoca el descon-
cierto de Goodchild? (p. 105)
 Goodchild cree ver que dos hilos de fuego salen de los ojos del an­
ciano para clavarse en los suyos. Luego, cuando el viejo señala un lugar
incierto con la mano derecha, su dedo índice parece «bañarse en uno
26 GUÍA DIDÁCTICA
de los hilos incandescentes y, envuelto en llamas, trazar en el aire una
estela de fuego que apuntaba en alguna dirección imprecisa, para apa-
garse luego».
5.2 La historia de la novia
a ¿En qué términos describe a la joven? (pp. 105) ¿Cómo es su pa-
dre? (p. 106) ¿Qué le sucede a este?
 La novia es una muchacha bella, rubia y de grandes ojos. El anciano
la describe como «débil, crédula, asustadiza, una verdadera inútil» que
«era el vivo retrato de su padre», tanto en lo que concierne a su apa-
riencia física como en el carácter. El padre aparece como «un verdadero
don nadie, pero con dinero». El hombre falleció «de puro desvalimien­
to» a causa del abandono de su mujer, pues no padecía ninguna enfer-
medad.
b ¿Cómo llega este hombre a convertirse en el tutor de la niña? (p.
107) ¿Y qué intenciones alberga él?
 Cuando falleció el padre de la muchacha, este hombre regresó jun­
to a la madre, volvió a cortejarla y se mostró sumiso y complaciente con
ella, todo con el propósito de obtener una gran recompensa económica.
Sin embargo, la mujer murió sin hacer testamento ni dejarle un solo pe-
nique y él, resentido y deseoso de vengarse, falsificó la firma de la di­
funta en un testamento en el que legaba toda su fortuna a la hija y él
se nombraba tutor de la niña.
c ¿Bajo qué condiciones vive la muchacha a lo largo de once años?
(pp. 107-108) ¿De qué tipo de «imágenes» la rodea su tutor?
 Durante once años, la muchacha vive bajo el yugo de su tutor: él
la envía a un viejo caserón aislado, «lóbrego y siniestro», y contrata a
una institutriz «intransigente y sin escrúpulos». La niña, débil y malea-
ble como la arcilla, es educada en «el temor perpetuo» hacia su tutor y
en «la convicción de que nunca podría escapar de él». Además, apren-
de a mirarlo como a su futuro esposo. Las condiciones en las que crece
la huérfana son además insalubres: vive enclaustrada, sin ver apenas el
sol ni disfrutar de la brisa, y rodeada de «imágenes de pena y desola­
ción», casi en la más absoluta soledad.
d ¿Qué efectos tienen estas imágenes en la conducta de la joven?
¿Cómo acaban moldeando su carácter?
ANÁLISIS LITERARIO 27
 El hombre adquiere un dominio completo sobre la muchacha, quien,
a los veintiún años, desconoce el mundo exterior, carece de iniciati­
va propia, pide indulgencia continuamente a su tutor y solo vive para
obedecerlo.
e ¿De qué interés se trata? ¿Qué estrategia sigue para conseguir-
lo? (pp. 109-113) ¿Cómo se deshace de la joven?
 La obsesión del hombre no es otra que apoderarse de la fortuna de
la muchacha. Para conseguir sus fines, quiere que ella firme un testa­
mento en el que le legue todos sus bienes a él (con dos criados por tes-
tigos) y luego dejarla morir de una forma indeciblemente cruel: pasa las
noches y los días junto a ella, en la «lúgubre cámara nupcial», y no cesa
de decirle: «¡Muere!».
f ¿En qué estado físico y mental acaba sus días la novia?
 La novia acaba sus días convertida en «un mero despojo macilento,
de cabellos enmarañados y mirada febril», que apenas puede arrastrar-
se de pura debilidad, pero que, pese a todo, no deja de suplicar por su
vida hasta el último momento.
g ¿Quién es el joven y qué pretende? (pp. 115-116) ¿Qué destino
corre? En cuanto al árbol, ¿cómo empuja al hombre a la desgra-
cia? (pp. 118-121)
 El joven explica que hace cuatro años trepó al árbol por vez prime-
ra para ver a la muchacha y consiguió hablar con ella. Desde entonces,
volvió muchas otras veces para contemplarla y oír su voz. Un día, ella
le entregó un mechón de pelo «como prenda de su afecto y testimonio
de que, a ojos del mundo, salvo los vuestros, ella estaba muerta». El jo-
ven fue testigo, asimismo, de cómo el tutor la trajo de vuelta y se dedi-
có a «arrancarle poco a poco la vida de su ser. Desde ese árbol la vi ya­
cer muerta sobre el lecho». Y desde ese árbol ha reunido pruebas de la
culpabilidad del hombre, suficientes según dice para llevarlo a la horca.
Por desgracia, en un descuido del joven, el hombre lo asesina clavándo-
le una hoz en el cráneo y luego lo entierra al pie del árbol.
Aunque parece que la posibilidad de hacer justicia se esfuma, los
elementos se conjuran contra el hombre: diez años después, un rayo al­
canza el árbol, que queda resquebrajado de un modo extraño; una par-
te queda recostada en el casa y otra contra el viejo muro del jardín. El
suceso despierta la curiosidad de los vecinos y llega hasta unos hombres
de ciencia que quieren estudiar el fenómeno. Y son ellos, claro está, los
28 GUÍA DIDÁCTICA
que descubren el esqueleto del joven enterrado junto a la hoz. El ase-
sino es finalmente llevado ante la justicia, acusado de este crimen y de
haber envenenado a la novia en la cámara nupcial.
h ¿Con qué asombrosa revelación concluye el anciano la historia
de la novia? (121) ¿Qué sucede a las dos de la mañana? (p. 122)
¿Qué explicación cabe darle, así, al enigma de los viejos?
 El anciano revela: «¡Ese hombre soy yo, y fui ahorcado cara al mu-
ro del castillo de Lancaster, hace ahora cien años!». Casi de inmediato,
dan las dos de la mañana y el anciano se desdobla en dos. Goodchild
entiende entonces que él y su amigo se encontraron con seis ancianos a
su llegada porque eran las seis de la mañana: el número de viejos varía
en función de la hora nocturna.
5.3 Thomas Idle y Francis Goodchild
a ¿Por qué el viejo les explica su historia a Thomas Idle y Francis
Goodchild? (pp. 123-124) ¿Qué tiene en común el caso de estos
dos amigos con el de los dos hombres que intentaron investigar
el hechizo de la cámara nupcial? (pp. 125-126)
 El hombre les cuenta su historia con la esperanza de que, al hacerlo,
se rompa la maldición que lo atormenta: «Al principio de esta maldición,
se me reveló que este castigo nunca acabaría hasta que no les contase
mi historia y las razones de mi condena a dos personas vivas y al mis­
mo tiempo».
Hace algún tiempo, los rumores de que la cámara nupcial estaba po-
seída por fantasmas hizo que dos investigadores se instalaran allí, pero
el anciano no pudo romper la maldición porque uno de ellos se quedó
dormido como si «una extraña presencia» se apoderara de él y, por tan-
to, no escuchó su historia. Ahora la historia se repite con Idle y Good­
child: el segundo permanece despierto y atento al relato del anciano,
mientras el primero cae en un sopor inexplicable. Cuando Goodchild
entiende lo que ocurre y que se ha quedado a solas con un fantasma,
siente un «pánico indescriptible».
b ¿Con Thomas Idle y Francis Goodchild se rompe la maldición del
viejo o, por el contrario, se prolonga? Justifica tu respuesta.
 Como acabamos de ver, la maldición se prolonga, pues una presen-
cia sobrenatural e invisible (¿la novia, el joven o ambos?) hace caer a Id-
le en un sopor que lo mantiene ajeno a la historia del anciano. Este úl-
ANÁLISIS LITERARIO 29
timo es incapaz, por tanto, de deshacerse de la maldición y conseguir
descansar en paz.
c ¿Cuáles son los elementos sobrenaturales del cuento? A tu jui-
cio, ¿resultan más escalofriantes o pavorosos estos ingredientes
fantásticos o el comportamiento del hombre con la novia? ¿Por
qué?
 Los elementos sobrenaturales se cifran especialmente en el anciano
capaz de desdoblarse muy a su pesar hasta seis veces. Además, la his-
toria del anciano, la misma que les relata a los huéspedes, tiene mucho
de cuento de fantasmas: bien podríamos pensar que Idle y Goodchild
descubren al asesino gracias a la acción de sus víctimas, quienes estarían
vengándose desde el más allá.
Con todo, lo más pavoroso del cuento no es este espectro viejo y
estrambótico que inspira más compasión que miedo, sino el modo en el
que él mismo se condujo en vida con la novia hace más de cien años.
La tortura que vive la niña bajo su tutela, la crueldad con la que el hom-
bre moldea su carácter y, por último, la larga agonía a la que la condena
resultan muchísimo más terroríficos que cualquier espectro.
d ¿Qué hay de humorístico y grotesco en el anciano y sus dobles?
¿Y en la conducta de Thomas Idle y Francis Goodchild?
 La imagen de seis ancianos vestidos de manera idéntica y que se
mueven en silencio y acompasados resulta cómica, y otro tanto suce-
de con el anciano que se desdobla al tocar el reloj la una. Es cierto que
al saber que el anciano es el asesino de la novia (y del amigo de esta) la
sonrisa se nos puede congelar en la cara. En todo caso, esta mezcolan-
za de humor y tragedia, de comicidad y ominosidad es muy característi-
ca de Dickens.
Por su parte, Thomas Idle y Francis Goodchild son también per­
sonajes pintorescos, estrambóticos, que actúan de manera risible. Un
ejemplo es el final del cuento, cuando Goodchild, aterrorizado al dar-
se cuenta de que el anciano es un fantasma, coge en brazos a su ami-
go, que está dormido. Luego tienen una discusión absurda sobre el an-
ciano: Idle, que ha pasado todo el rato dormido, no entiende de qué le
habla su amigo, pero insiste en que estaba despierto porque se siente
avergonzado.
e Compara los espacios y la estructura narrativa de «La novia del
ahorcado» y «La historia del viajante». ¿Qué tienen en común?
30 GUÍA DIDÁCTICA
 Ambos relatos transcurren en una posada, y en ambos hay un mar­
co narrativo que sustenta las historias que se relatan: el club Pickwick
en el caso de Tom Smart, las andanzas de Goodchild e Idle en «La novia
del ahorcado». Los edificios donde se ubican las posadas son en ambos
casos singulares, de otro tiempo, y en las dos tienen lugar sucesos so­
brenaturales: la transformación de la silla, el anciano que vaga como un
fantasma víctima de una maldición centenaria. Sin embargo, las viven­
cias de Tom Smart son mucho menos sombrías que las de la novia, y la
silla nos inspira una simpatía muy distinta a la repulsión que despierta el
anciano cuando conocemos los crímenes que cometió.
f ¿Qué semejanzas y diferencias encuentras entre el ahorcado y el
narrador de «Confesión hallada en un calabozo en tiempos de
Carlos II»?
 Los dos son asesinos que actúan con una crueldad desmedida con­
tra víctimas inocentes, un niño en el caso de «Confesión hallada en un
calabozo en tiempos de Carlos II» y una niña que se convierte en mujer
con el transcurso de los años. Los dos actúan con premeditación, aun-
que sus móviles son distintos: el militar retirado mata sobre todo por-
que se siente observado y juzgado, y en menor medida para hacerse
con la herencia de su sobrino; el hombre de «La novia del ahorcado»,
aunque también siente odio, tiene como móvil primordial la codicia, el
enriquecimiento económico. Por último, mientras el primero da mues-
tras de enajenación antes y después del crimen y parece sentirse algo
culpable, el segundo ni está enajenado ni siente ninguna culpa.
VicensVives
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  • 2. ISBN: 978-84-682-8975-5 Núm. de Orden V.V.: RA56 © REBECA MARTÍN Sobre la Guía Didáctica. © EDITORIAL VICENS VIVES, S.A. Sobre la presente edición según el art. 8 del Real Decreto Legislativo 1/1996. Obra protegida por el RDL 1/1996, de 12 de abril, por el que se aprueba el Texto Refundido de la Ley de Propiedad Intelectual y por la normativa vigente que lo modifica. Prohibida la reproducción total o parcial por cualquier medio, incluidos los sistemas electrónicos de almacenaje, de reproducción, así como el tratamiento informático. Reservado a favor del Editor el derecho de préstamo público, alquiler o cualquier otra forma de cesión de uso de este ejemplar. IMPRESO EN ESPAÑA. PRINTED IN SPAIN.
  • 3. El guardavía y otros cuentos espectrales Guía Didáctica Rebeca Martín
  • 4.
  • 5. ANÁLISIS LITERARIO LEYENDA DEL SACRISTÁN AL QUE SE LLEVARON LOS DUENDES 1 1.1 Gabriel Grub en el cementerio a ¿A qué se dedica? (p. 5) Según el narrador, ¿cómo acostumbran a ser las personas con las que comparte profesión? Sin embargo, ¿qué rasgos caracterizan a Gabriel Grub? (p. 6) ¿Cuál es su única «compañía»?  Gabriel Grub es sacristán de la abadía y sepulturero. Según el narra- dor, los sacristanes y sepultureros «suelen ser los tipos más joviales del mundo, pero Gabriel Grub constituye «la excepción que confirma la re- gla»: se enfada fácilmente, tiene una expresión enfurruñada, es de na- turaleza ruin y en absoluto sociable. Además, su única compañía es una vieja petaca con funda de mimbre que siempre lleva consigo en el bol- sillo del gabán. b ¿Cómo decide pasar el sepulturero la víspera de Navidad? (p. 6) Mientras se dirige al cementerio, ¿qué pensamientos se apoderan de él? (pp. 6-7) ¿Qué le hace a un niño en el solitario Paso del Ataúd? (p. 8)  Gabriel Grubb decide pasar la víspera de Navidad en el cementerio, cavando una fosa que tiene que «terminar sin falta». De camino al cam- posanto, el ambiente navideño que se respira en las calles y las casas le provoca una gran amargura. De ahí que su reacción sea desear a los ni- ños que contraigan toda suerte de enfermedades o que, en el Paso del Ataúd, propine varios coscorrones con el farol a un niño que va can- tando un villancico. c ¿Qué aspecto tiene la criatura? (p. 11) ¿En qué tono se dirige al sepulturero y cómo reacciona este? (pp. 11-12)  Esa criatura extraordinaria y espectral tiene las piernas muy largas y el cuerpo achaparrado, y esgrime la sonrisa característica de los duen­ des. Viste de manera estrambótica, con un jubón ceñido que tiene
  • 6. 6 GUÍA DIDÁCTICA adornos de tela plegada (bullones), gorguera, babuchas y un sombrero cubierto de escarcha. El duende se dirige a Gabriel Grub con voz severa y se muestra irri­ tado ante el modo dubitativo en que el sepulturero responde a sus im­ periosas preguntas. d ¿Por qué motivo «reclaman» los duendes al enterrador? (p. 14) ¿Qué asombroso espectáculo presencia Gabriel Grub muy a su pesar? (pp. 14-17) ¿Y qué le sucede a continuación?  Los duendes, que demuestran conocer muy bien a Gabriel Grub y el modo en que se comporta con el prójimo, quieren que presencie un es­ pectáculo grotesco: las vidrieras de la iglesia se iluminan, suena el órga- no y una legión de duendes empieza a jugar a la pídola entre las lápidas del cementerio. Cuando el ritmo del juego alcanza un ritmo endiablado, el rey de los duendes se abalanza sobre el sepulturero, lo agarra del pes- cuezo y ambos se hunden bajo tierra. Tras un «vertiginoso descenso», Gabriel Grub va a parar a una gran cueva llena de duendes. En el cen- tro, sentado en un trono, está el rey de estas estrafalarias criaturas. 1.2 El catálogo de imágenes a ¿Qué escenas pasan ante los asombrados ojos de Gabriel Grub? ¿Cuáles son las principales ideas sobre la familia, la vida y la muerte que expresan estas escenas? ¿Y qué sentimientos des- piertan todas ellas en el sepulturero?  Las primeras escenas que presencia Gabriel Grub expresan sobre to- do el calor del hogar familiar, el amor mutuo que sienten madres, pa­ dres e hijos… En la primera escena, un hombre llega exhausto y em- papado por la lluvia a su modesta pero pulcra vivienda, en la que le esperan una jubilosa «tropa de niños» y su esposa para cenar. En la se- gunda, el hijo más pequeño de la familia agoniza rodeado por sus her- manas y hermanos en un estrecho dormitorio. En la tercera, el padre y la madre, ya ancianos, se reúnen con los hijos al amor de la lumbre para contar viejas historias. Transcurren los años y ambos ancianos mueren. Sus allegados están tristes, pero también aliviados porque creen que al- gún día todos volverán a reunirse. Y al regresar a sus rutinas cotidianas, recobran la alegría y la satisfacción con la vida. A continuación, Gabriel Grub contempla una suerte de edén don- de reinan la paz y la armonía, pero también otras escenas dispares: hombres que trabajan duramente y que son felices pese a no ganar lo
  • 7. ANÁLISIS LITERARIO 7 suficiente para vivir; otros que, criados entre cuidados y cariños, son capaces de afrontar con entereza las privaciones y los padecimientos; mujeres que se muestran enteras e inquebrantables ante el dolor y la adversidad… Estas escenas transpiran resignación cristiana ante las in­ justicias terrenas, ya sean de clase social, económicas o de otra índo- le. Y contrastan con las últimas que cita el narrador, en las que hom- bres como Gabriel Grub envenenan el mundo con su amargura. Al fin comprende el sepulturero que «el mundo era, a pesar de todo, un lugar bastante decente y respestable». b ¿En qué ha cambiado Gabriel Grub? (p. 24) ¿Por qué se ve inca- paz de volver a su vida cotidiana?  Al despertar, el sepulturero se siente una persona muy diferente, y se le antoja imposible volver a su vida cotidiana porque a buen seguro nadie creerá «el relato de su arrepentimiento y de su transformación». Por eso huye de la ciudad. c ¿Qué historias barajan sus convecinos para explicar la desapari- cion del sepulturero? (pp. 24-25) Sin embargo, ¿qué sucede diez años después? ¿Cómo justifican algunos las visiones de Gabriel Grub?  Los convecinos llegan a la conclusión de que a Gabriel Grub se lo han llevado los duendes. Sin embargo, algunos testigos afirman que lo vieron salir volando a lomos de un caballo alazán y tuerto, con patas de león y cola de oso. Diez años después, reaparece el sepulturero, «andrajoso, viejo y reumático, pero contento». Y algunos vecinos, para restarle veracidad a sus visiones, afirman que, en realidad, la noche de su desaparición se bebió una botella de ginebra holandesa y se quedó dormido sobre una lápida del cementerio. 1.3 El espíritu de la Navidad a ¿Cómo contrastan el humor y la actitud de Gabriel Grub con el ambiente que se respira en las calles y en las casas de la ciudad durante la víspera de Navidad? (pp. 6-7) En este sentido, ¿qué le reprocha el rey de los duendes? (pp. 12-13)  El protagonista aborrece al prójimo y carece de cualquier atisbo de espíritu navideño, por lo que en Nochebuena, cuando se percata del ambiente que se respira en las calles y las casas de la ciudad, se sien-
  • 8. 8 GUÍA DIDÁCTICA te más amargado aún. Su negro humor contrasta con la viva luz de los fuegos hogareños y con las risas y los gritos jubilosos de las familias que se reúnen a su alrededor. A Gabriel Grub tampoco le gustan los ni­ ños; al verlos, agarra el mango de la pala con fuerza y piensa en enfer- medades como la escarlatina, las paperas, la tosferina o el sarampión. El rey de los duendes le reprocha a Gabriel Grub que pase la No­ chebuena en el cementerio. «¿Qué clase de hombre se pasea entre se- pulcros y osarios en una noche como esta?», le pregunta de manera re- tórica, para después echarle en cara que vaya a pasar una fecha tan señalada solo y bebiendo ginebra. b ¿Qué valores encarna el espíritu navideño en el cuento? ¿Crees que estos valores están presentes en la Navidad actual? Justifica tu respuesta.  El espíritu navideño aparece íntimamente ligado en el cuento a la institución de la familia, al amor de los allegados, a los pequeños pla­ ceres (un buen fuego que dé calor, una comida sencilla pero sabrosa) que se disfrutan en compañía de los seres queridos. Respuesta libre. Uno de los aspectos sobre los que podría reflexio- nar el alumnado es si la felicidad y la resignación cristiana que plasma Dickens de una manera obviamente idealizada es asimilable a la Navi- dad actual. Dicho de otro modo: en el cuento lo más importante es ro- dearse de la familia y los seres queridos sin que importen los bienes ma­ teriales, las estrecheces ni las penurias económicas, pero la Navidad de las sociedades occidentales actuales se caracteriza, bien al contrario, por un consumo y un derroche desaforados. c Apunta qué similitudes y diferencias elementales hay entre la historia de Gabriel Grub y la de Ebenezer Scrooge en Canción de Navidad. ¿Qué papel desempeñan las criaturas y los elementos sobrenaturales en ambas obras? ¿Qué mensajes quiso divulgar Dickens en una y otra?  Canción de Navidad es una historia de fantasmas que constituye todo un canto a las bondades de la familia y al espíritu navideño: he aquí el mensaje que quiso difundir Dickens. Su protagonista, Ebenezer Scrooge, guarda alguna semejanza con Gabriel Grub: individuo ava­ ro y egoísta que odia la Navidad, acaba reformándose para convertir- se en un hombre generoso y amable. El motor del cambio es, como en la «Leyenda de Navidad al que se llevaron los duendes», una experien­ cia fantástica o sobrenatural, aunque en el caso de Scrooge esta tiene
  • 9. ANÁLISIS LITERARIO 9 un carácter mucho más personal: al avaro se le van apareciendo varios fantasmas que le obligan a recordar ciertos capítulos de su pasado y a afrontar las consecuencias de su modo de ser y de sus actos. La visión de su muerte tras llevar una vida miserable resulta, asimismo, decisiva en la transformación que acaba experimentando. d ¿Es un narrador objetivo, que no juzga a su personaje, o bien un narrador irónico? Pon al menos dos ejemplos del cuento para ilustrar tu respuesta.  Estamos ante un narrador irónico que no duda en juzgar a Gabriel Grub. Así, lo caracteriza con atributos abiertamente negativos (enoja- dizo, malencarado, ruin…, p. 6); y, en este mismo retrato, emplea la ironía cuando afirma que su «única compañía —aunque, eso sí, insepa- rable— era una vieja petaca con funda de mimbre que parecía hecha a la justa medida del bolsillo de su gabán». El pasaje en el que se materia- liza la transformación del sepulturero es otro ejemplo de cómo juzga el narrador la actitud de su personaje, pues este narrador califica el mun- do de «lugar bastante decente y respetable» (p. 23) frente a la noción que hasta el momento había tenido Gabriel Grub de él. Encontramos otro rasgo de ironía hacia el final del cuento, cuando el narrador tilda de «testigos muy fiables» (p. 24) a los vecinos que afirman haber visto al sepulturero volar a lomos de una criatura fantástica. Y otro, en fin, en la misma conclusión, con ese juego de palabras que establece Dickens con el término spirits en alusión tanto a las bebidas alcohólicas como a los espíritus y fantasmas. CONFESIÓN HALLADA EN UN CALABOZO… 2 2.1 Los antecedentes a ¿Dónde y cuándo tiene lugar la historia que relata el reo? (p. 29) ¿A qué se dedicaba este antes de retirarse?  La historia tiene lugar a unos pocos kilómetros de Londres, en una modesta propiedad que heredó la mujer del reo. Como el título del cuento indica, la acción transcurre durante el reinado de Carlos II, rey de Inglaterra, Escocia e Irlanda entre 1660 y 1685. El narrador, militar retirado que sirvió como teniente en el frente holandés (1677 y 1678), explica que se instaló allí tras la firma del Tratado de Nimega, de modo que cabe situar los hechos narrados a partir de 1678 y antes de 1685.
  • 10. 10 GUÍA DIDÁCTICA b ¿Qué rasgos caracterizaban al narrador ya en su niñez? (pp. 29- 30) ¿Cómo contrastaba su carácter con el de su hermano? ¿Qué sentimientos albergaba hacia este?  El narrador se describe a sí mismo como cobarde, desconfiado, mez­ quino y rencoroso. A su hermano, por el contrario, lo retrata como a un hombre generoso, de buen corazón, mucho más atractivo y talentoso que él, y más querido también por todo el mundo. Tanto es así que las amistades de su hermano solían sorprenderse de lo diferentes que eran los modales y la apariencia de ambos. De ahí que los principales senti- mientos que albergaba el narrador hacia su hermano fueran la envidia y el rencor. c ¿Qué supone para ambos? (p. 30) ¿Por qué el narrador teme profundamente a su cuñada? ¿Qué le obsesiona especialmente de ella?  El doble matrimonio, lejos de acercar a los hermanos, los distancia aún más. El narrador cree que su cuñada lo conoce muy bien («sabía leer mi corazón»), de ahí que cuando está con ella evite hacer cualquier gesto que permita entrever sus sentimientos de envidia y rencor. Lo que más le obsesiona de la mujer, lo que más pavor le causa son sus ojos, su mirada: «como la más atroz pesadilla vuelve hoy a mí aquella mirada fi- ja y persistente que me hiela, como entonces, la sangre en las venas». d ¿Qué disposiciones hace el hermano en su lecho de muerte? (p. 32) ¿Cómo se despide del narrador?  Antes de morir, el hermano llama a la esposa del narrador para en­ comendarle la protección y el cuidado de su hijo. El moribundo nombra al niño, de apenas cuatro años de edad, heredero universal y estipula en el testamento que, en el caso de que muera el niño, sea la esposa del narrador quien herede todos los bienes. El moribundo dirige al hermano «algunas palabras de afecto fraternal lamentando nuestra larga sepa­ ración», y se sume en un sopor del que ya no despertará. 2.2 El crimen a ¿A qué atribuye esta intensa desconfianza? (pp. 32-33) ¿Por qué se siente desarmado ante el niño? A la vez, ¿qué despierta su fascinación?  La mirada del niño le recuerda a la de la madre. Como ya le había sucedido con esta, el narrador tiene la sensación de que su sobrino lo
  • 11. ANÁLISIS LITERARIO 11 observa continuamente con «sus penetrantes ojos azules»: «Ese niño me desarmaba con la mirada». Le resulta insoportable que su sobrino lo mire, pero, al mismo tiempo, se siente fascinado por «aquella tierna y frágil criatura de la que tan fácil me resultaría deshacerme». b ¿Qué trampa pone el narrador al niño? (p. 34) ¿Cómo acaba con su vida? (p. 35) ¿Qué hace después con el cuerpo?  El narrador, que suele espíar durante horas a su sobrino, talla con la navaja un tosco barquito y lo deja al alcance del niño. Tres días después, el niño encuentra el juguete y se dirige a una charca bastante profunda para hacerlo navegar. Allí, en la charca, el narrador lo mata con una es­ pada. Luego entierra el cuerpecito del niño en el jardín, bajo la ventana de su dormitorio. c ¿Dónde decide sentarse? (p. 39) ¿De qué comportamiento hace gala? ¿Cómo queda finalmente desenmascarado? (pp. 40-42)  El narrador ordena a sus sirvientes que dispongan una mesa en el jardín. Es más, él mismo coloca su silla justo encima de la fosa pa- ra asegurarse de que nadie pueda descubrirla sin que él se dé cuenta. Su comportamiento errático desconcierta a los invitados, pero lo que lo desenmascara es el nerviosismo de dos enormes sabuesos que saltan al jardín y muestran un interés obsesivo por el lugar exacto donde está sentado el narrador. La actitud frenética de los perros, que obviamen- te han olido el cadáver del niño y quieren desenterrarlo, alarma a los in- vitados, quienes, con la autoridad que les otorga su estatus de militares, arrestan al narrador. d ¿Con qué palabras concluye la confesión? (p. 42) ¿En qué estado se ánimo se encuentra?  El reo explica que acabó confesando la verdad y suplicó clemen- cia, pero también cuenta que desde entonces ha negado su crimen y lo ha vuelto a confesar «una y mil veces», que ha sido «juzgado, halla- do culpable y sentenciado», que es un cobarde al que le falta valor pa- ra encarar su muerte, que está solo… Sus últimas palabras son: «Que en la soledad de esta mazmorra de piedra, con mi alma pérfida por toda compañía, aguardo la muerte al amanecer». Como trasluce la verborrea del narrador y su prosa precipitada en este último pasaje, sostenida por una serie de oraciones que comienzan con el relativo que, se encuentra en un estado de ánimo cercano al pánico, pues siente verdadero pavor ante la inminencia de su ejecución.
  • 12. 12 GUÍA DIDÁCTICA 2.3 La fuerza de una obsesión a ¿Cuándo y cómo comienza a cobrar forma la posibilidad de ma- tar a su sobrino? (pp. 33-34) ¿Cuáles son los principales móviles del asesinato?  El reo afirma que al principio no tenía la intención de hacer daño a su sobrino, aunque reconoce que tal vez pensara en «lo bien que nos vendría a nosotros su herencia, y puede incluso que llegase a desear su muerte» sin llegar a planearla. La posibilidad de matar al niño «fue emergiendo de manera muy paulatina, no de forma súbita», primero como imágenes lejanas y borrosas, y luego como imágenes más per- filadas que perdieron su potencial terrorífico y acabaron por ocupar su pensamiento a todas horas. Así, «ya no se trataba de cometer o no se- mejante atrocidad, sino de [decidir] cómo y cuándo hacerlo». Los mó- viles que empujan al narrador a cometer el asesinato son hacerse con la herencia del niño y, sobre todo, librarse de su presencia y de su mirada supuestamente inquisitiva. b ¿Qué papel desempeñan en su creciente locura los ojos y las mi- radas? (pp. 30 y 32-33) En relación con esto, ¿qué ocurre cuan- do va a matar al niño? (p. 35) Mientras entierra el cuerpo, ¿qué significado cobra para él la luciérnaga solitaria? (p. 36)  Los ojos y las miradas desempeñan un papel fundamental en el pro- ceso de enajenación del personaje: la mirada «fija y persistente» de su cuñada le infunde pavor, y otro tanto le sucederá con la del sobrino. «Lejos de tener la mirada llena de curiosidad propia de los niños, la suya revelaba el mismo propósito y sentido que tan a menudo yo había ad- vertido en su madre», asegura. Tal es su obsesión que, cuando va a matar al niño, ve cómo «el fan­ tasma de su madre» lo mira a través de sus ojos. El sol sale entonces de entre las nubes y baña con su luz la tierra húmeda, el agua de la char- ca, las gotas de lluvia sobre las hojas: «Había ojos por todas partes. To­ da la luz del vasto universo se había congregado allí para contemplar el asesinato». Tras cometer el asesinato y cavar una fosa en el jardín pa- ra enterrar el cadáver, ve una luciérnaga «que irradiaba su luz como si el espíritu visible de Dios se hubiese posado sobre el cadáver del niño». Cuando deposita el cuerpo del niño en la fosa y se asoma a ella, vuelve a ver a la luciérnaga, «un ojo de fuego alzado al Cielo en una súplica a las estrellas que observaban mi infame tarea». El narrador, en fin, sigue sintiéndose continuamente observado y juzgado.
  • 13. ANÁLISIS LITERARIO 13 c Anota los presagios, sueños y pensamientos obsesivos que persi- guen al protagonista (pp. 33-34 y 36-38). ¿Qué significado tiene cada uno de ellos?  La idea de asesinar al niño se insinúa primero en forma de imágenes borrosas que se van perfilando hasta llenar por entero los pensamien- tos del narrador. A partir de este momento, el hombre se dedica a espiar obsesivamente al niño, que generalmente pasa el tiempo en compañía de su mujer: «Me pasaba las horas espiándolos, oculto tras un árbol, y sintiéndome tan culpable que, al menor crujido de las ramas, me apar- taba raudo de allí para al cabo regresar con sigilo y empezar de nuevo». Tras matar al niño y enterrarlo, su obsesión empeora. Esa misma noche tiene pesadillas en las que «me veía perseguido por imprecisas sombras con imágenes del lugar donde había enterrado al niño: de él emergía una mano, luego un pie y finalmente la cabeza». Se despierta, se vuelve a dormir «y todo se repetía de nuevo». En uno de esos sueños, «el niño seguía vivo»: «Despertar de ese sueño fue la peor de las agonías». A lo largo de tres días, hasta que se descubre su crimen, el narrador vive en un estado de «perpetua angustia» que lo obliga a vivir pendiente de la tumba y aterrorizado por que puedan descubrirlo. Sin duda, al narrador lo atormentan estos presagios, sueños y pen- samientos obsesivos porque se siente culpable, pero también, y sobre todo, porque lo aterroriza la posibilidad de que lo descubran y se vea obligado a afrontar las consecuencias de sus actos. d ¿Qué tienen en común los protagonistas y narradores? ¿Qué pa- pel desempeñan en ambos relatos los ojos?  Ambos cuentos relatan sendas historias de obsesión y enloqueci­ miento, en ambos hallamos un protagonista narrador que parte de un presente que le resulta insoportable para narrar los hechos que lo lleva- ron a esa situación, y en ambos cobra protagonismo el brutal asesina­ to de una persona inocente e indefensa, un niño en el caso de Dickens, un viejo en el de Poe. Los ojos son, asimismo, un motivo central en los dos cuentos. Como le sucede al personaje del autor británico, el de Poe también se obsesiona con la mirada de su víctima y, en concreto, con uno de sus ojos, que se le antoja parecido al de un buitre. Así, si se deci- de a matar al anciano es porque no soporta más ver ese ojo clavado en los suyos. Por último, en ambos casos es el asesino quien, con sus deci­ siones erróneas y su comportamiento sospechoso, acaba desenmasca­ rándose a sí mismo, el de Dickens ante los amigos de su hermano, el de Poe ante una pareja de policías que se presentan en su casa.
  • 14. 14 GUÍA DIDÁCTICA e ¿Dirías que es así también en el cuento de Dickens? Justifica tu respuesta.  Uno de los pensamientos obsesivos que acucian al protagonista de Dickens es sin duda el de la culpa. Desde niño siempre se ha sabido hu- raño, desabrido y cobarde, y siempre ha sido consciente de su hondo sentimiento de inferioridad con respecto al hermano, algo que, asimis- mo, le provoca un hondo rencor que le hace sentir culpable y trata de ocultar. El motivo, también teñido de culpa, por el que teme a su cu- ñada primero y a su sobrino después es la sensación de que lo conocen muy bien, lo juzgan de manera severa, podrían desenmascararlo y reve- lar su verdadero modo de ser. Por otra parte, tras matar al niño se sien- te asimismo culpable, como demuestra el hecho de que sueñe que no lo ha asesinado y que, al despertar, sienta «la peor de las agonías». Los ojos y miradas que ve por todas partes no hacen sino simbolizar esa compleja culpa que lo atormenta y que no es incompatible con la mez- quindad, la cobardía y la codicia que también caracterizan al asesino. EL GUARDAVÍA 3 3.1 La caseta en la zanja a ¿Cómo es el camino que debe recorrer para llegar hasta la ca- seta? (p. 46) ¿Qué tiene de peculiar el lugar en el que se ubica? ¿Es un sitio agradable? (pp. 46-47) ¿Por qué?  El camino es un sendero a duras penas visible que desciende en zig­ zag por una escarpada pendiente de roca caliza. El espacio en el que se ubica la caseta, a la que se tarda bastante en llegar a causa de las «vuel­ tas y revueltas del camino», es una suerte de mazmorra inhóspita, el lu­ gar «más desangelado y sombrío» que ha visto el narrador jamás: está encajonado entre dos muros que rezuman humedad y apenas dejan ver una franja del cielo. Los rayos del sol a duras penas llegan allí y el lugar despide «un hedor malsano». Además, hace frío, pues del túnel que hay más allá de la caseta llega un aire gélido que hiela la sangre en las venas. b Según la primera impresión del narrador, ¿qué tiene de singular el guardavía? (pp. 45 y 47) ¿Qué «espantoso presentimiento» se apodera de él mientras lo observa? (p. 49)  Al narrador le parece desconcertante que el guardavía, al oír su voz («¡Oiga! ¡El de ahí abajo!»), no mire hacia arriba, sino hacia la vía.
  • 15. ANÁLISIS LITERARIO 15 Cuando llega a la caseta, el hombre no se percata de su presencia has- ta que lo tiene justo al lado. Entonces, sin dejar de mirarlo, da un paso atrás y alza la mano para saludarlo. La tez flaca y cetrina del guardavía y su actitud esquiva hacen pensar al narrador que «aquel tipo no era un hombre, sino un espectro. Después me he preguntado muchas veces si el guardavía no sufriría algún desarreglo mental». c ¿Cuál es la rutina diaria del hombre? (p. 50) ¿A qué consagra su tiempo libre? ¿Qué tipo de educación recibió? (p. 51) ¿Por qué acabó trabajando como guardavía?  El trabajo del guardavía supone mucha responsabilidad y una ac- titud de vigilancia continua. Su único trabajo manual es modificar al- guna señal, ajustar las luces y cambiar de vez en cuando la posición de las agujas. Las largas horas que pasa en soledad son parte de una ruti- na a la que ya está acostumbrado. Así, ha aprovechado el tiempo para aprender un idioma y para estudiar aritmética y álgebra. En su juven- tud, el guardavía estudió filosofía de la naturaleza, pero dejó la uni­ versidad atraído por la mala vida. A partir de entonces, el pobre hom- bre «nunca más volvió a levantar cabeza», de ahí que, pese a tener una formación superior de la requerida para el puesto de guardavía, acaba- ra ejerciendo este trabajo. d Mientras los dos hombres dialogan, ¿qué hay de extraño en la conducta del guardavía? (p. 52) ¿Por qué le pregunta a su visi- tante el motivo por el que le gritó: «¡Oiga! ¡El de ahí abajo!»? (pp. 53-54)  El narrador llega a la conclusión de que el guardavía desempeña sus obligaciones «de forma sorprendentemente meticulosa y concienzuda»; mientras habla con él, en ningún momento olvida sus tareas. Sin embar- go, hay algo que le resulta extraño: en dos ocasiones el guardavía em- palidece y, callado, mira la campanilla sin que esta haya sonado, abre la puerta de la caseta y se queda mirando fijamente la luz roja que hay junto a la boca del túnel. Luego regresa junto a la lumbre «con el mis- mo aire enigmático que tanto me había llamado la atención desde lejos y que no acertaba a explicar». Cuando el guardavía le pregunta al narrador por qué le gritó esas palabras, este responde: «¡Vaya usted a saber!», y añade que única- mente quería llamar su atención. Lo más significativo probablemente sea esta cuestión que le plantea el hombre: «¿Sintió en algún momento que algo sobrenatural le dictaba las palabras?».
  • 16. 16 GUÍA DIDÁCTICA 3.2 El hombre del túnel a ¿En qué condiciones tienen lugar las apariciones del descono- cido? (pp. 55-60) ¿Qué gestos hace el hombre y qué palabras pronuncia? ¿Hay algún otro testigo además del guardavía?  El desconocido se le apareció al guardavía en distintos momentos del día: la primera vez, hace un año, en una noche de luna llena; la se- gunda, seis o siete meses después, al despuntar al alba; de la tercera, hace una semana, el guardavía no nos da ningún dato concreto. Las apariciones, no obstante, siempre tienen lugar en el mismo punto: jun­ to al poste de la luz roja que hay en la boca de túnel. El desconocido, asimismo, hace siempre los mismos gestos: se cubre el rostro con el brazo izquierdo mientras agita el otro, unos gestos con los que parece querer decir: «¡Por el amor de Dios, despejen la vía!». Las palabras que pronuncia son casi las mismas que las que le gritó el narrador al guar­ davías desde arriba: «¡Oiga! ¡El de ahí abajo! […] ¡Cuidado! ¡Cuidado! […] ¡Oiga! ¡El de ahí abajo, cuidado!». Para acentuar la extraordinaria naturaleza de estas apariciones, el guardavía está solo cuando tienen lugar, de modo que no hay ningún otro testigo. b ¿Cuándo apareció el hombre del túnel por primera vez? (pp. 55- 56) ¿Cuánto tiempo transcurrió hasta su segunda aparición? (p. 58) ¿Y cuál ha sido su aparición más reciente? (pp. 60-61)  Como he señalado arriba, la primera aparición del desconocido tuvo lugar hace un año; la segunda, seis o siete meses después; y la última, hace una semana. c ¿Qué relación establece el hombre entre las dos apariciones del desconocido y los accidentes que se produjeron después? Así las cosas, ¿cómo cabe explicar su nerviosismo? (p. 62)  El guardavía establece una relación de causalidad entre las dos pri- meras apariciones del hombre del túnel y los accidentes que tuvieron lugar a continuación. Seis horas después de la primera aparición, «se produjo el famoso y trágico accidente en esta línea, y al cabo de diez horas empezó a salir de la boca del túnel un desfile de camillas con muertos y heridos, y todos ellos pasaron sobre el lugar exacto que antes había ocupado aquella figura». El mismo día de la segunda aparición se produjo el segundo accidente en uno de los compartimentos del tren: la muerte súbita de una joven a la que sacaron del vehículo y «dejaron en el suelo, justo aquí entre usted y yo».
  • 17. ANÁLISIS LITERARIO 17 Dada esta supuesta relación de causalidad y el poco tiempo que transcurrió entre las apariciones y los accidentes, el guardavía está muy nervioso. Como le dice al visitante: «No tengo ya un momento de paz ni descanso. Sus gritos agónicos se repiten durante largos minutos […]. No deja de gesticular con el brazo. Hace sonar la campanilla…». Evi- dentemente, al guardavía le atormenta que haya otro accidente y él no pueda hacer nada para evitarlo. d ¿Cómo intenta racionalizar las apariciones del desconocido o la voz que el guardavía creyó oír? (pp. 56, 58 y 60) ¿Qué argu- mentos esgrime para defender que todo es producto de la imagi- nación del buen hombre?  Aunque la historia del guardavía le provoca escalofríos, el narrador, a todas luces un hombre racional, procura darle una explicación lógica y natural a las apariciones. En primer lugar, arguye que esa figura es pro- ducto de un efecto óptico como el que experimentan quienes padecen alguna lesión en el nervio ocular. En cuanto a los gritos, los atribuye al «viento que sopla en esta garganta artificial», que «convierte los cables de teléfono en un arpa». En segundo lugar, se esfuerza en negar que haya una relación de causalidad entre la primera aparición y el acciden- te: no es más que una coincidencia extraordinaria. Por último, asegura que todo es un producto de la imaginación del guardavía, pues ayer él no oyó la campanilla que, según el trabajador, el desconocido hizo so- nar dos veces. e ¿Con qué estrategia consigue calmar finalmente a su anfitrión? (p. 63) No obstante, ¿qué sensaciones lo acometen al oír la su- cesión de los hechos? ¿Y qué le inspira la luz roja del túnel? (pp. 63-64)  Al guardavía lo abruman la responsabilidad y la impotencia, conven- cido de que habrá un tercer accidente en un momento y un punto de la vía que desconoce. Así, el visitante recurre a otra estrategia que elu- de las desavenencias sobre la realidad de lo sucedido: «le hice ver que cualquiera que cumpliese con su deber actuaba bien, y que él al menos tenía el consuelo de saber cuál era su deber, a pesar de que no enten- diera aquellas desconcertantes apariciones». Sin embargo, al narrador la historia le provoca estremecimientos , desagrado y desasosiego, de ahí que se reconozca a sí mismo (y nos confiese a los lectores) la repulsión que le causa la luz roja: «habría dormido muy mal si mi cama hubiera estado debajo de ella».
  • 18. 18 GUÍA DIDÁCTICA f ¿Qué dilema se le presenta? (p. 64) ¿Qué decisión acaba toman- do al fin?  Al narrador se le presenta un dilema de difícil solución: ¿cómo de- be actuar ahora que se ha convertido en el confidente del guardavía? Puesto que las tareas que desempeña este acarrean una gran responsa- bilidad, ¿debe dar parte a las autoridades de su estado mental? Pero, en tal caso, ¿no estaría traicionando a un hombre inteligente y abnega- do que, por añadidura, ha depositado su confianza en él? Al fin, el na- rrador decide obrar del modo que le parece más respetuoso: se ofrece- rá a acompañar al guardavía al mejor médico de la zona para que este le dé su opinión profesional y, entre tanto, guardará silencio y no lo de- nunciará ante sus superiores. 3.3 La muerte del guardavía a ¿Qué escena le provoca un escalofrío indescriptible? (p. 65) ¿Qué retahíla de reproches se hace mientras baja la escarpada ladera a toda prisa?  Al asomarse al talud, ve, junto a la boca del túnel, a un hombre que se cubre los ojos con el brazo izquierdo, mientras con el derecho ges­ ticula «como si le fuese la vida en ello». Con todo, el narrador no tarda en entender que ese hombre no es el aparecido que atormenta al guar- davía, sino un hombre de carne y hueso. Mientras baja por la ladera, se siente «poseído por el presentimiento de que algo muy grave había su­ cedido allí, y con el temor y el remordimiento de que hubiese ocurrido alguna desgracia fatal por haber dejado solo al guardavía». b ¿Por qué el maquinista no pudo evitar el atropello? (p. 66) ¿Qué le gritó al guardavía? ¿Y qué gestos hizo él mismo al comprender que el accidente era inevitable?  El maquinista explica que, al salir de la curva del túnel, vio a un hombre al fondo con toda claridad. Como no tenía tiempo para frenar, empezó a gritarle tan alto como pudo: «¡Oiga! ¡El de ahí abajo! ¡Cui­ dado! ¡Cuidado! Por el amor de Dios, despeje la vía!». Pero sus gritos no sirvieron de nada y, al final, se cubrió los ojos con el brazo izquierdo para no ver cómo atropellaba al hombre, mientras con el derecho se­ guía «haciendo señales desesperadas». c ¿Cuáles son esas coincidencias? (p. 67)¿Qué sentido tendrían entonces los gestos y las palabras del hombre del túnel?
  • 19. ANÁLISIS LITERARIO 19  Se trata de las coincidencias de los gritos del maniquista no solo con «las palabras que atormentaban al guardavía», sino también «con las palabras que yo mismo, y no él, añadí a los gestos que había imitado el guardavía para mí, palabras que solo yo conocía». Los gestos y las palabras del hombre del túnel estarían advirtiendo al guardavía de su propia muerte. d De acuerdo con una interpretación sobrenatural de los hechos, ¿podrían haberse evitado los accidentes o no? ¿Por qué? Por otro lado, ¿es posible hallar alguna explicación racional que anule la sucesión causa y efecto entre las apariciones del hombre y los accidentes?  Según esta interpretación, las apariciones del hombre del túnel son un anuncio o una advertencia de los accidentes que culminarán con el atropellamiento del guardavía. El único remedio para evitar los acciden- tes habría sido detener por completo el paso de los trenes, pues el guar­ davía no disponía de datos concretos sobre el momento en el que se iban a producir. La única explicación racional es, como apunta al principio el narra- dor, que no hay ninguna relación entre esas apariciones. Estas no se- rían sino fruto de la imaginación del guardavía, y todo responde a una casualidad. Por otro lado, en este contexto resulta difícil explicar racio­ nalmente la coincidencia que se apunta al final: ¿cómo justificar que el maquinista hiciera precisamente los gestos y pronunciara las palabras que solo conocían el narrador y el guardavía? LA HISTORIA DEL VIAJANTE 4 4.1 Tom Smart se cobija en una posada a ¿Cómo son su calesín y la yegua que tira de él? (p. 71) ¿A qué se dedica Tom Smart? (p. 72)  El calesín es un pequeño carruaje de color ocre y con las ruedas ro- jizas; el narrador lo describe como «un quiero y no puedo» porque pre- tende aparentar más categoría de la que tiene. La yegua que tira de ca- lesín es una jaca alazana (‘de color rojizo’) de «muy malas pulgas», «capaz de correr como el mismo diablo». En cuanto a Tom Smart, tra- baja como viajante para «la célebre compañía Belson & Slum» de Lon- dres.
  • 20. 20 GUÍA DIDÁCTICA b ¿Por qué decide el viajante buscar una posada? (p. 75) ¿Con qué pinceladas describe el narrador el paisaje con el que se abre el cuento? (pp. 71-72)  Cae un temporal tan fuerte que Tom Smart no tiene más remedio que buscar un lugar donde pasar la noche: «Con esta noche de perros no hay manera de seguir: vamos a parar en la primera fonda que en- contremos». La acción comienza una tarde de invierno en los cerros de Marlbo­ rough. La comarca aparece como un territorio especialmente inhóspito a causa del tremendo temporal que convierte los caminos en lodazales. c ¿Qué llama la atención del viajero? (pp. 75-76) ¿Cómo es la sala en la que se acomoda Tom Smart?  La posada es una construcción «antigua y muy curiosa» de fachada singular, pero los detalles que le llaman la atención a Tom Smart, viajero experimentado, son los que hacen del edificio un lugar acogedor: la luz invitadora e intensa que sale del ventanal del bar, el cálido fuego que se intuye a través de las cortinas de otra ventana… La sala en la que se acomoda el viajante cumple sobradamente sus expectativas: se arrellana en una butaca cercana al bar en la que arde un fuego generoso; gracias a un espejo, disfruta del espectáculo de unos estantes bien surtidos con conservas, quesos y jamones, bonitas bote- llas de etiqueta dorada… d ¿Por qué se fija en la propietaria de la posada? (p. 77) Pero ¿qué «mancha» le hace «hervir la sangre»? ¿Qué relación guarda esta furia repentina con la «vocación» de Tom Smart? (p. 79)  A Tom Smart le llama la atención esa viuda porque es «de muy buen ver», pero también porque es, efectivamente, la propietaria de la posa­ da. La mancha que emborrona esa hermosa estampa es el hombre alto, bigotudo y de cabello ondulado que corteja a la viuda. Y es que el via- jante, que tiene la vocación de «trabajar para el público» y sueña con regentar su propio bar, ve en él a un rival, un obstáculo para cumplir sus propósitos repentinos. 4.2 La misión de la silla parlante a ¿Qué tiene de peculiar esa vieja silla? (p. 80) ¿Qué tipo de trans- formación experimenta ante la mirada confusa y perpleja de Tom Smart? (p. 81)
  • 21. ANÁLISIS LITERARIO 21  La silla es «muy rara» y «de aspecto un tanto tétrico»: de respaldo alto y decorado con «las más fantásticas formas», tiene un cojín tapiza- do de damasco y los remates redondos de las patas envueltos en paño rojo, «como si la silla sufriera de gota». El mueble, en fin, es tan pecu- liar que deja fascinado a Tom, quien no para de mirarlo hasta que cae dormido. Cuando el huésped despierta al cabo de media hora, la silla experi- menta «un cambio radical» ante sus ojos: poco a poco se transforma en un «señor viejo y feísimo», «como del siglo pasado, con los brazos en jarras», que le guiña un ojo al viajante. b ¿Qué experiencias ha vivido el mueble y en qué tono se refiere a ellas? (pp. 83-84 y 86-87) ¿De qué se lamenta ahora? (pp. 84, 86…)  El viejo le explica a Tom Smart con tono pícaro que es el «guardián de la viuda» y que, de hecho, conoció a la madre y a la abuela de la mujer; esta última le tenía mucho aprecio, de modo que le hizo el cha- leco que viste y las pantuflas rojas que calza. El anciano presume de ha- ber sido «muy popular entre las damas» y de que «cientos y cientos de mujeres hermosas se han sentado en mi regazo durante horas». Tam- bién, no obstante, habla con pena del pasado, pues tenía once herma­ nos que han muerto ya: «¡Todos muertos, Tom, todos! Tuvimos una vi- da muy ajetreada y no todos poseían mi constitución». Unos sufrían de reúma y fueron a parar a cocinas y hospitales; a otro el exceso de tra- bajo en condiciones penosas «le sorbió el seso sin remedio, y acabó vol- viéndose tan loco que hubo que quemarlo. Fue algo espantoso, Tom». Él mismo, se lamenta, ha envejecido y padece achaques que le amargan la vida; se le han caído casi todos los clavos y le operaron una vez para insertarle una pieza en el respaldo, «una verdadera tortura». c ¿Cómo responde la silla? (p. 87) Según ella, ¿qué futuro le aguardan a la posada, a los muebles y a la viuda si se fragua esa unión?  La silla le dice a Tom Smart que el pretendiente de la viuda, el «hom- bre larguirucho», es un «granuja redomado»: cuando se case con ella pondrá a la venta los muebles de la casa y se fugará; la mujer se ve- rá en la ruina y ella misma, la silla, morirá de pulmonía en el tugurio de algún trapero. Sin embargo, confía en Tom Smart y tiene la certeza de que él no se fugará… mientras quede «una gota que beber entre estas cuatro paredes». La ironía es flagrante.
  • 22. 22 GUÍA DIDÁCTICA d ¿Qué asombrosa revelación hace la silla sobre «el hombre lar- guirucho»? (p. 87 y 88) ¿Y qué prueba determinante le brinda a Tom Smart?  La silla revela que el hombre ya está casado y tiene «seis hijos de tierna edad». Al parecer, hay una prueba determinante de su estado ci- vil que Tom Smart encontrará en el armario: se trata de una carta de «su desconsolada esposa» que el hombre dejó olvidado en el bolsillo de unos pantalones. e ¿Qué sucede cuando Tom Smart decide seguir las instrucciones que le dio el mueble? (p. 89) ¿Cómo se sirve de ese documento? (pp. 90-94)  El viajante encuentra la carta justo donde le había dicho el anciano, y se sirve de ella con astucia. Va a hablar con la propietaria de la posada y, tras advertir a la mujer de que su pretendiente no es quien ella cree, le entrega la carta. f Al final, ¿se sale el viajante con la suya? (p. 95) ¿Por qué? ¿Dirías que el protagonista hace justicia a su apellido, cuyo significado es ‘listo’? ¿Qué suerte corre la vieja silla?  Tom Smart, en efecto, se sale con la suya. El narrador nos expli- ca que, media hora después de entregar la carta a la viuda, Tom Smart echó a patadas al hombre alto. Al cabo de un mes, ambos se casaron. Con el tiempo cerraron el negocio, la posada fue derribada y el antiguo viajante y su esposa se fueron a vivir a Francia. Sin duda, Tom hace jus­ ticia a su apellido, pues consigue astutamente su propósito. En cuanto a la silla, se nos dice que «crujió muchísimo el día de la boda», quizá de felicidad, quizá de reúma. Tom Smart «se inclinaba por lo segundo, porque la silla nunca más volvió a hablar». 4.3 Ironía, humor y elementos sobrenaturales a Señala las apelaciones y comentarios con los que el narrador se dirige a su auditorio (pp. 71, 72, 75, 79, 92, 94…). ¿Qué función desempeñan en el relato? Para responder, puedes consultar la presentación del relato (p. 70).  El narrador es un viajante de carácter burlón que cuenta la historia de Tom Smart (una historia que a su vez le contó su tío) a unos caba- lleros con los que coincide en un salón frecuentado por comerciantes.
  • 23. ANÁLISIS LITERARIO 23 Su propósito al narrar esta historia es demostrar que «hay cosas más ex- trañas que las mujeres». Entre las apelaciones con las que se dirige a su auditorio encontramos las siguientes: «podríais haber visto pasar un ca- lesín»; «ahora probad a imaginarios que sois vosotros quienes os en- contráis allí»; «Acaso os preguntéis por qué…»; «Ya decía mi tío, caba- lleros, que no hay viuda timorata»… Por lo general, el narrador apela a esos «señores míos» para llamar la atencion sobre algún aspecto con- creto del relato y hacer más vívido e inmediato lo que sucede en este. b Anota sus apreciaciones irónicas y humorísticas sobre la escena con la que se abre el cuento (pp. 71-75), sobre Tom Smart (pp. 78-79, 81…) o la patrona de la posada (pp. 92-94).  Toda la primera escena está teñida de un tono irónico y humorístico. Así, el narrador señala que «solo a un ciego le habría pasado desaperci- bido el paso del calesín en un paisaje desierto y tormentoso»; o afirma que «cualquier viajante de aquel tiempo habría reconocido de inmedia- to al mismísimo Tom Smart», aunque, como allí «no había ningún otro viajante, nadie tuvo ni la más remota idea del asunto». En cuanto a Tom Smart, el narrador emplea el mismo tono para re- ferirse a él: lo hace cuando se refiere a su afición al ponche —«Tom era aficionado a los ponches calientes, quizá demasiado aficionado»— o cuando alude a su «vocación de trabajar para el público», que, en rea- lidad, nace del repentino afán del viajante de convertirse en propietario de la posada y vivir a cuerpo de rey. Así lo demuestra, en su diálogo con la viuda, el momento en que sus ojos se desvían «de forma involunta- ria del rostro de la viuda a las muchas comodidades que lo rodeaban». Precisamente este diálogo está lleno de irónicos sobreentendidos que revelan el carácter avispado y astuto de la viuda, quien nada tiene de ingenua ni de inocente, como demuestra esta acotación: «La viuda pensó que había llegado el momento de soltar unas lágrimas». Durante esta conversación, los dos personajes adoptan un aire afectado y calcu- lan sus gestos y palabras a la perfección. c ¿Cómo definirías el carácter de la silla y el tono que emplea para dirigirse al viajante? ¿Su metamorfosis resulta terrorífica? Busca ejemplos que justifiquen tus respuestas.  En general, la silla tiene un aire burlón, propia de un anciano gua­ són y experimentado, y se dirige a Tom Smart con una camadería, una familiaridad y un tono cómplice no exentos de autoridad: «Lo sé todo sobre ti, Tom»; «Tom, la viuda es una mujer muy pero que muy atracti-
  • 24. 24 GUÍA DIDÁCTICA va, ¿verdad?». En algún momento se muestra la silla nostálgica y triste por el destino que corrieron sus hermanos y por su propio estado de sa- lud, ya maltrecho, pero su tono general es el que acabamos de señalar. En cuanto a su metamorfosis, nada tiene de siniestra ni terrorífica; se diría, más bien, que se trata de una transformación estrambótica y sim­ pática; y es que, al fin y al cabo, ni la silla ni el anciano en el que se con- vierte resultan amenazadores. d ¿En qué estado se encuentra Tom cuando se retira a su habita- ción? (p. 78-80) ¿Qué interpretación podemos darle al hecho de que, después de esa noche, la silla no vuelva a hablar nunca más?  Cuando se retira a su habitación, el viajante está ebrio, pues ha be- bido demasiado ponche. Podríamos pensar, por tanto, que es ese esta- do el que provoca una suerte de sueño o alucinación con la silla, algo quizá refrendado por el hecho de que esta nunca vuelva a hablar ni ex- perimente ninguna otra transformación. e No obstante, ¿qué detalle fundamental para la suerte del viajante avalaría la lectura sobrenatural del cuento? (pp. 88-89)  La lectura sobrenatural del cuento vendría avalada por las revelacio­ nes que le hace la silla a Tom Smart: gracias a ella, el viajante se ente- ra de que el hombre larguirucho está casado y, también, de la existen- cia de la carta que este hombre se dejó olvidada en unos pantalones del armario. LA NOVIA DEL AHORCADO 5 5.1 La hostería y los seis ancianos a ¿Cómo es el edificio? (p. 99) ¿Qué le proporciona un «aire de misterio» cuando cae la noche?  El hostal es «un edificio de otra época, de los que ya no quedan, una verdadera rareza ajena al tiempo y sus modas». Está construida con maderas nobles y tiene una majestuosa escalera. Son «sus viejos paneles de caoba, que parecían insondables charcas de aguas negras», los que le confieren ese aire de misterio al anochecer. b ¿Quiénes dan la bienvenida a Thomas Idle y Francis Goodchild? ¿Cómo visten y qué comportamiento tienen? (pp. 99-100)
  • 25. ANÁLISIS LITERARIO 25  Los dos viajeros son recibidos por seis ancianos que visten sendos trajes de paño negro idénticos. Se comportan de una manera enigmá­ tica: guardan silencio mientras suben la escalera y, al llegar al rellano, desfilan a izquierda y derecha mientras los huéspedes entran en su ha- bitación. Goodchild se pregunta quiénes son esos ancianos y, al volver a abrir la puerta de su aposento, ve que ya no están. c ¿Cómo describe el narrador a este individuo? (pp. 102 y 104) ¿Qué efecto provoca este hombre en el señor Goodchild?  Es un anciano «pausado, práctico, desapasionado, terco, de habla comedida y aspecto cadavérico» que no pestañea ni mueve los ojos. Además tiene el rostro abotargado y la nariz respingona. A Goodchild su presencia le provoca escalofríos. d ¿Tienen sentido las primeras palabras que intercambia el anciano con su interlocutor? (p. 101) ¿Por qué? Entre tanto, ¿a qué se dedica Thomas Idle? (p. 102)  Las primeras palabras que intercambian el anciano y Goodchild no tienen sentido aparente. El huésped pregunta al anciano: «¿Qué se le ofrece?», y el anciano le responde con la misma pregunta. Como Good­ child le hace ver que él no lo ha llamado, el anciano contesta con una voz solemne y profunda: «Ha sido la campana». Mientras ambos man- tienen este diálogo desconcertante, Idle permanece tumbado, fumando y rodeado de volutas de humo. e ¿Qué le pregunta? (p. 104) ¿Cómo responde el viejo? ¿Qué tiene de singular la persona y el tiempo verbal que emplea en su respuesta?  El visitante pregunta si es cierto que en el castillo de Lancaster ahor- caban a los criminales y, una pregunta ciertamente extraña, hacia dón­ de miraban los reos durante la ejecución. El anciano, que emplea el presente en su respuesta y parece estar hablando de sí mismo, le res- ponde con todo lujo de detalles: «Te colocan de cara a la muralla del castillo […]». f A continuación, ¿qué extraordinaria imagen provoca el descon- cierto de Goodchild? (p. 105)  Goodchild cree ver que dos hilos de fuego salen de los ojos del an­ ciano para clavarse en los suyos. Luego, cuando el viejo señala un lugar incierto con la mano derecha, su dedo índice parece «bañarse en uno
  • 26. 26 GUÍA DIDÁCTICA de los hilos incandescentes y, envuelto en llamas, trazar en el aire una estela de fuego que apuntaba en alguna dirección imprecisa, para apa- garse luego». 5.2 La historia de la novia a ¿En qué términos describe a la joven? (pp. 105) ¿Cómo es su pa- dre? (p. 106) ¿Qué le sucede a este?  La novia es una muchacha bella, rubia y de grandes ojos. El anciano la describe como «débil, crédula, asustadiza, una verdadera inútil» que «era el vivo retrato de su padre», tanto en lo que concierne a su apa- riencia física como en el carácter. El padre aparece como «un verdadero don nadie, pero con dinero». El hombre falleció «de puro desvalimien­ to» a causa del abandono de su mujer, pues no padecía ninguna enfer- medad. b ¿Cómo llega este hombre a convertirse en el tutor de la niña? (p. 107) ¿Y qué intenciones alberga él?  Cuando falleció el padre de la muchacha, este hombre regresó jun­ to a la madre, volvió a cortejarla y se mostró sumiso y complaciente con ella, todo con el propósito de obtener una gran recompensa económica. Sin embargo, la mujer murió sin hacer testamento ni dejarle un solo pe- nique y él, resentido y deseoso de vengarse, falsificó la firma de la di­ funta en un testamento en el que legaba toda su fortuna a la hija y él se nombraba tutor de la niña. c ¿Bajo qué condiciones vive la muchacha a lo largo de once años? (pp. 107-108) ¿De qué tipo de «imágenes» la rodea su tutor?  Durante once años, la muchacha vive bajo el yugo de su tutor: él la envía a un viejo caserón aislado, «lóbrego y siniestro», y contrata a una institutriz «intransigente y sin escrúpulos». La niña, débil y malea- ble como la arcilla, es educada en «el temor perpetuo» hacia su tutor y en «la convicción de que nunca podría escapar de él». Además, apren- de a mirarlo como a su futuro esposo. Las condiciones en las que crece la huérfana son además insalubres: vive enclaustrada, sin ver apenas el sol ni disfrutar de la brisa, y rodeada de «imágenes de pena y desola­ ción», casi en la más absoluta soledad. d ¿Qué efectos tienen estas imágenes en la conducta de la joven? ¿Cómo acaban moldeando su carácter?
  • 27. ANÁLISIS LITERARIO 27  El hombre adquiere un dominio completo sobre la muchacha, quien, a los veintiún años, desconoce el mundo exterior, carece de iniciati­ va propia, pide indulgencia continuamente a su tutor y solo vive para obedecerlo. e ¿De qué interés se trata? ¿Qué estrategia sigue para conseguir- lo? (pp. 109-113) ¿Cómo se deshace de la joven?  La obsesión del hombre no es otra que apoderarse de la fortuna de la muchacha. Para conseguir sus fines, quiere que ella firme un testa­ mento en el que le legue todos sus bienes a él (con dos criados por tes- tigos) y luego dejarla morir de una forma indeciblemente cruel: pasa las noches y los días junto a ella, en la «lúgubre cámara nupcial», y no cesa de decirle: «¡Muere!». f ¿En qué estado físico y mental acaba sus días la novia?  La novia acaba sus días convertida en «un mero despojo macilento, de cabellos enmarañados y mirada febril», que apenas puede arrastrar- se de pura debilidad, pero que, pese a todo, no deja de suplicar por su vida hasta el último momento. g ¿Quién es el joven y qué pretende? (pp. 115-116) ¿Qué destino corre? En cuanto al árbol, ¿cómo empuja al hombre a la desgra- cia? (pp. 118-121)  El joven explica que hace cuatro años trepó al árbol por vez prime- ra para ver a la muchacha y consiguió hablar con ella. Desde entonces, volvió muchas otras veces para contemplarla y oír su voz. Un día, ella le entregó un mechón de pelo «como prenda de su afecto y testimonio de que, a ojos del mundo, salvo los vuestros, ella estaba muerta». El jo- ven fue testigo, asimismo, de cómo el tutor la trajo de vuelta y se dedi- có a «arrancarle poco a poco la vida de su ser. Desde ese árbol la vi ya­ cer muerta sobre el lecho». Y desde ese árbol ha reunido pruebas de la culpabilidad del hombre, suficientes según dice para llevarlo a la horca. Por desgracia, en un descuido del joven, el hombre lo asesina clavándo- le una hoz en el cráneo y luego lo entierra al pie del árbol. Aunque parece que la posibilidad de hacer justicia se esfuma, los elementos se conjuran contra el hombre: diez años después, un rayo al­ canza el árbol, que queda resquebrajado de un modo extraño; una par- te queda recostada en el casa y otra contra el viejo muro del jardín. El suceso despierta la curiosidad de los vecinos y llega hasta unos hombres de ciencia que quieren estudiar el fenómeno. Y son ellos, claro está, los
  • 28. 28 GUÍA DIDÁCTICA que descubren el esqueleto del joven enterrado junto a la hoz. El ase- sino es finalmente llevado ante la justicia, acusado de este crimen y de haber envenenado a la novia en la cámara nupcial. h ¿Con qué asombrosa revelación concluye el anciano la historia de la novia? (121) ¿Qué sucede a las dos de la mañana? (p. 122) ¿Qué explicación cabe darle, así, al enigma de los viejos?  El anciano revela: «¡Ese hombre soy yo, y fui ahorcado cara al mu- ro del castillo de Lancaster, hace ahora cien años!». Casi de inmediato, dan las dos de la mañana y el anciano se desdobla en dos. Goodchild entiende entonces que él y su amigo se encontraron con seis ancianos a su llegada porque eran las seis de la mañana: el número de viejos varía en función de la hora nocturna. 5.3 Thomas Idle y Francis Goodchild a ¿Por qué el viejo les explica su historia a Thomas Idle y Francis Goodchild? (pp. 123-124) ¿Qué tiene en común el caso de estos dos amigos con el de los dos hombres que intentaron investigar el hechizo de la cámara nupcial? (pp. 125-126)  El hombre les cuenta su historia con la esperanza de que, al hacerlo, se rompa la maldición que lo atormenta: «Al principio de esta maldición, se me reveló que este castigo nunca acabaría hasta que no les contase mi historia y las razones de mi condena a dos personas vivas y al mis­ mo tiempo». Hace algún tiempo, los rumores de que la cámara nupcial estaba po- seída por fantasmas hizo que dos investigadores se instalaran allí, pero el anciano no pudo romper la maldición porque uno de ellos se quedó dormido como si «una extraña presencia» se apoderara de él y, por tan- to, no escuchó su historia. Ahora la historia se repite con Idle y Good­ child: el segundo permanece despierto y atento al relato del anciano, mientras el primero cae en un sopor inexplicable. Cuando Goodchild entiende lo que ocurre y que se ha quedado a solas con un fantasma, siente un «pánico indescriptible». b ¿Con Thomas Idle y Francis Goodchild se rompe la maldición del viejo o, por el contrario, se prolonga? Justifica tu respuesta.  Como acabamos de ver, la maldición se prolonga, pues una presen- cia sobrenatural e invisible (¿la novia, el joven o ambos?) hace caer a Id- le en un sopor que lo mantiene ajeno a la historia del anciano. Este úl-
  • 29. ANÁLISIS LITERARIO 29 timo es incapaz, por tanto, de deshacerse de la maldición y conseguir descansar en paz. c ¿Cuáles son los elementos sobrenaturales del cuento? A tu jui- cio, ¿resultan más escalofriantes o pavorosos estos ingredientes fantásticos o el comportamiento del hombre con la novia? ¿Por qué?  Los elementos sobrenaturales se cifran especialmente en el anciano capaz de desdoblarse muy a su pesar hasta seis veces. Además, la his- toria del anciano, la misma que les relata a los huéspedes, tiene mucho de cuento de fantasmas: bien podríamos pensar que Idle y Goodchild descubren al asesino gracias a la acción de sus víctimas, quienes estarían vengándose desde el más allá. Con todo, lo más pavoroso del cuento no es este espectro viejo y estrambótico que inspira más compasión que miedo, sino el modo en el que él mismo se condujo en vida con la novia hace más de cien años. La tortura que vive la niña bajo su tutela, la crueldad con la que el hom- bre moldea su carácter y, por último, la larga agonía a la que la condena resultan muchísimo más terroríficos que cualquier espectro. d ¿Qué hay de humorístico y grotesco en el anciano y sus dobles? ¿Y en la conducta de Thomas Idle y Francis Goodchild?  La imagen de seis ancianos vestidos de manera idéntica y que se mueven en silencio y acompasados resulta cómica, y otro tanto suce- de con el anciano que se desdobla al tocar el reloj la una. Es cierto que al saber que el anciano es el asesino de la novia (y del amigo de esta) la sonrisa se nos puede congelar en la cara. En todo caso, esta mezcolan- za de humor y tragedia, de comicidad y ominosidad es muy característi- ca de Dickens. Por su parte, Thomas Idle y Francis Goodchild son también per­ sonajes pintorescos, estrambóticos, que actúan de manera risible. Un ejemplo es el final del cuento, cuando Goodchild, aterrorizado al dar- se cuenta de que el anciano es un fantasma, coge en brazos a su ami- go, que está dormido. Luego tienen una discusión absurda sobre el an- ciano: Idle, que ha pasado todo el rato dormido, no entiende de qué le habla su amigo, pero insiste en que estaba despierto porque se siente avergonzado. e Compara los espacios y la estructura narrativa de «La novia del ahorcado» y «La historia del viajante». ¿Qué tienen en común?
  • 30. 30 GUÍA DIDÁCTICA  Ambos relatos transcurren en una posada, y en ambos hay un mar­ co narrativo que sustenta las historias que se relatan: el club Pickwick en el caso de Tom Smart, las andanzas de Goodchild e Idle en «La novia del ahorcado». Los edificios donde se ubican las posadas son en ambos casos singulares, de otro tiempo, y en las dos tienen lugar sucesos so­ brenaturales: la transformación de la silla, el anciano que vaga como un fantasma víctima de una maldición centenaria. Sin embargo, las viven­ cias de Tom Smart son mucho menos sombrías que las de la novia, y la silla nos inspira una simpatía muy distinta a la repulsión que despierta el anciano cuando conocemos los crímenes que cometió. f ¿Qué semejanzas y diferencias encuentras entre el ahorcado y el narrador de «Confesión hallada en un calabozo en tiempos de Carlos II»?  Los dos son asesinos que actúan con una crueldad desmedida con­ tra víctimas inocentes, un niño en el caso de «Confesión hallada en un calabozo en tiempos de Carlos II» y una niña que se convierte en mujer con el transcurso de los años. Los dos actúan con premeditación, aun- que sus móviles son distintos: el militar retirado mata sobre todo por- que se siente observado y juzgado, y en menor medida para hacerse con la herencia de su sobrino; el hombre de «La novia del ahorcado», aunque también siente odio, tiene como móvil primordial la codicia, el enriquecimiento económico. Por último, mientras el primero da mues- tras de enajenación antes y después del crimen y parece sentirse algo culpable, el segundo ni está enajenado ni siente ninguna culpa.
  • 31.