1. Alcohol, perdición o bendición según el caso, por María Belén García
No se trata aquí de negar la evidencia. El vicio del alcohol ha destruido vidas y hogares. El
alcoholismo es una enfermedad (e incurable además) y da lo mismo que se desarrolle a partir de
la cerveza, el vino o la sidra, bebidas fermentadas, o, por el contrario, que lo haga a partir de
licores y aguardientes destilados. Pero ése no es el punto.
El alcohol comparte con el chocolate, el café y el té la particularidad de ser, a la vez, ángel y
demonio, de ser beneficioso y perjudicial. Aclaremos. Es beneficioso cuando se toma con
moderación y todas las investigaciones hablan de los efectos benéficos de las bebidas
alcohólicas fermentadas. Nada sabemos hasta ahora de efectos benéficos del vodka o el tequila.
Se entiende por dosis moderada, de 2 a 3 copas por día en los hombres y de 1 a 2 copas por día
para las mujeres.
El consumo moderado es beneficioso para la salud cardiovascular, para la salud ósea y para la
salud neuronal. Los polifenoles de la cerveza tienen propiedades anticancerígenas y mejoran la
respuesta del sistema inmunológico. Además, el consumo moderado de alcohol favorece una
buena digestión.
(Y realza el sabor de las comidas, unas pastas con un poco de vino tinto o un sándwich con una
cervecita…¡Como no!).