1. Colegio:
Área: castellano y literatura
Profesor (a):
Alumna: Laura Camila Riaño Casagua
Tema: Análisis comparativo del texto “La guerrea de los duraznos”
Autor: Roberto Amparo.
Justificación:
El área de castellano de nuestro colegio, aspira realizar un trabajo participativo. Esto
supone interactuar entre quienes conformamos los grupos en cada uno de los
grados en la educación media. Hemos aprendido, en el curso de nuestra actividad
académica, que los logros están del lado de esfuerzo, la disciplina y el rigor teórico.
Es tanto como entender que la formación académica integral, supone un esfuerzo
individual y colectivo, orientado por quienes ejercen como profesores y profesoras.
En esta perspectiva, nuestras lecturas, deben estar soportadas en la comprensión.
No solo en lo que supone el texto en sí. Fundamentalmente, auscultando el entorno
y el espectro en el cual se construye. Ante todo, porque cada texto, tiene una razón
de ser. Planteada por su autor (a); quien invita al lector o a la lectora a descifrar lo
que podríamos definir como los códigos secretos contenido en el texto. Por lo
mismo, entonces, al abordarlo, debemos hacer consideración de este principio
básico.
Cuando nuestra (o) profesor (a), no convocó a leer “La guerra de los duraznos”,
asumimos todos los elementos plateados arriba. Es decir, efectuar una lectura
crítica, autónoma, respetando el ideario de su autor; pero al mismo tiempo,
reivindicando el derecho a una interpretación, en el contexto descrito y potenciando
nuestro interés por alcanzar una capacidad de aprehensión y de inferencia literaria.
Marco conceptual-teórico.
La literatura es, en mi opinión una ciencia y un arte. Ser escritor o escritora, supone
una cobertura profunda en lo que corresponde a la percepción de la realidad. Una
sensibilidad que invita a mirarlo todo, con un trasfondo profundamente humano. De
no ser así, no puede hablarse de un ejercicio pleno de la escritura.
Por lo mismo, entonces, construir un escenario, en poesía, en ensayo, en cuento,
en novela, es recrear la imaginación. Es abstraerse, alejarse de lo inmediato; pero
2. proponer un contexto alimentado por esa misma inmediatez. Es interpretar la vida.
Lo cotidiano. Lo histórico. Lo social. Lo romántico. Siendo esto último una cantera
absoluta para expresar la interioridad de quien escribe.
La tipología de los escritos, particularmente de la novela y el cuento, tiene que ver
con trazar un horizonte hacia el cual tiende el espíritu de quien ejerce. Reiterando
acerca de lo ya expresado, lo social, lo histórico, la manifestación de le heredad del
amor y la ternura; no son otra cosa que hilos conductores. A partir de ahí, se
expande la capacidad. La imaginación vuela y vuela, hasta alcanzar puerto seguro
para decir lo que se soñó y/o lo que se tejió. La urdimbre de la vida cobra, pues,
fuerza en lo que se dice y en como se dice. Esto es lo que explica, a manera de
ejemplo, que Federico García Lorca nos convoque a vivir lo cotidiano a través de
palabras que cautiva; o que Neruda nos invite, cada día, a pensar en el canto pleno
de nuestra América; o que Kafka, nos recree en esa desnudez que es la soledad, lo
sórdido y la interioridad; o que José Asunción Silva, nos lleve de su mano por el
camino del amor absoluto.
De “La guerra de los duraznos”
1. La literatura para jóvenes.
Roberto Amparo, insinúa una propuesta literaria. Una intención de postular
escenarios en los cuales se expresen idearios o momentos que inviten a quienes
somos potenciales sujetos en la sociedad; de tal manera que expresemos
alternativas de vida; a partir de nuestros proyectos e ilusiones.
Siendo así, entonces, las barriadas de Valparaíso en el contexto de la dictadura
militar en Chile, no podían ser otra cosa que escenarios en los cuales se replicara
el conflicto político y social. Si se quiere lo que se expresa, través de “Las panteras”
y “Los escorpiones” no tiene la trascendencia, como enfrentamiento en pandillas,
que tuvo y tiene en El Salvador; en Guatemala, en Colombia, en Honduras, etc.
Porque, la trama que exhibe Amparo, está soportada más en la calidez y el afecto
que crece entre amigos y amigas que comparten expectativas e imaginarios. Todo,
a pesar de la diferenciación que se percibe; en términos de subsistencia y calidad
de vida. No es lo mismo, en preciso, la situación de la familia a la que pertenece
Minino y las familias de Ignacio Ximena.
La historia de Amparo, fundamentalmente, es la historia de la vida urbana; un año
después del golpe militar. Porque Valparaíso fue y es, aún ahora, una ciudad de
asentamientos obreros y de informalidad laboral. Lautaro es el prototipo del luchador
guerrillero urbano. Con una convicción libertaria. Por lo menos en lo que esto
traduce y significa de lucha en contra de la brutal represión militarista. El giro que
adquiere la vida de los y las adolescentes, supone situarlos ante la realidad y la
profundidad del conflicto en su país. Todo, en una expresión cotidiana, que es la
reiteración de la vida barrial; en la cual se encuentran diferentes expresiones y
actitudes ante la vida.
3. El enfrentamiento entre “Panteras” y “Escorpiones”, a partir de la aparición de
Lautaro; es hecho tangencial; de mínima expresión de odio entre los y las jóvenes.
Visto así, entonces, Ignacio, Minino, Jaimito, Elsita, Coco, Ximena; de un lado.
Conrado y sus amigos del otro; son muchachos y muchachas que tienen todavía
espacio para sentir y expresar ternura. La actitud ante Cometa es una hermosa
demostración de sensibilidad. Pero, más allá aún, con su ayudantía a Lautaro;
transfieren ese sentimiento innato de los hombres y mujeres profundamente
humanos.
Lo otro, la actitud de Zoila, Lucrecia, Peta; no es nada diferente a las vivencias
barriales. En donde caben todas las posiciones. Sin embargo, en las palabras
primeras de Elsita a Ignacio, acerca de la actitud de los vecinos y las vecinas en
contra de su padre Tomás, queda evidenciada la tendencia a repudiar la dictadura;
así sea de manera un tanto inconciente.
De las similitudes.
Resulta difícil aproximar una comparación entre las pandillas que presenta Roberto
Amparo y lo que sucede, en general, en América Latina. Lo suyo (de Amparo) son
expresiones en las cuales, en fin, de cuentas, el ideario es de convicciones
democráticas y una demostración de sensibilidad hermosa ante la vida y ante los
avatares que la circundan, en el día a día. Es decir, lo del conflicto que define
Amparo, es una opción de vida; ante la represión y la violencia.
Lo que sucede, con las pandillas, en Centroamérica (fundamentalmente, en lo que
expresan “Los Maras”) es otra opción. Es la demostración de que la violencia se
asume, en cada momento. Con un soporte estructural de desarraigo; de pobreza y
de diferenciación social abrumadora. Traduce ausencia de convicciones
humanísticas. Porque, en ese ir y venir de la vida en los barrios. Porque, en esa
miseria y su colateral expresión de desamparo; solo caben posiciones de
resentimiento. Pretendiendo hacerse reconocer, por la vía de la fuerza.
Tratándose de una comparación con lo que sucede en nuestro país, asumo la
misma posición expresada con respecto a Centroamérica. Aquí, asistimos a la
proliferación de pandillas, con un soporte sociológicos por la vía de la
descomposición social. En donde los valores no están asociados al humanismo, a
la solidaridad, ni a la ternura. Es más bien una sumatoria de desafectos,
desarraigos, violencias heredadas, pobreza generalizada.
Sumado a lo anterior, aparece lo que corresponde la “cultura del narcotráfico”. Con
su arista presente en la conformación de escuadrones en la ciudad y en el campo.
Creciendo a la par que los comandos guerrilleros y paramilitares.
Un enfrentamiento que infiere la lucha por territorios; por la imposición de una o
varias posiciones que pretenden adquirir hegemonía. No es, entonces, el cuadro
4. hermoso de solidaridad y de sensibilidad que están presentes en el relato de
Roberto Amparo. Es una lucha, en la cual la muerte y las expresiones de lesa
humanidad están presentes a todo momento.
Lo que estamos viendo en Medellín (Comuna 13, fundamentalmente); en Cali (Siloé;
por ejemplo) y, en general en varias ciudades no se puede comparar con el conflicto
entre Panteras y Escorpiones. Para nuestro caso, es más acertado citar a “No
nacimos pa ’semilla”; “Mujeres de Fuego”; “La virgen de los Sicarios”; “Acelere”;
“Rosario Tijeras”.
Mención especial, merece lo que ha venido sucediendo en algunos colegios
públicos y privados. Constituye, en mi opinión, un reto, profundizar en las causas
verdaderas que acompañan estas expresiones violentas.