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El mandamientico (3)
1. El mandamientico
Eleazar de Asís, funcionario encargado de trámites ante el Santo Oficio Supremo. Cada día se
radicaban peticiones diversas, por parte de los y las creyentes. Desde la modificación del texto de
la novena de aguinaldo. Pasando por una solicitud de nueva versión del novenario para difuntos. Y
siguiendo con la petición incluir una reformita, en el texto de Los Diez Mandamienticos. Ese que
hace alusión a “no desearas la mujer de tu prójimo. En el intento por permear el Sagrado Libro,
con una posición adjunta a la equidad de género. Por algo así como”…Pero, tampoco desearas
el hombre de tu prójima”.
Cierto día, el beato Eleazar, encontró en el buzón de peticiones y sugerencias, un textico escrito por
un creyentico de nombrecito Álvaro Judas Uribe Iscariote. Hizo, el beato, una primera lectura, como
era de rigor. Antes de pasar cualquier petición a Sala Plena. “…En esta vida uno tiene que ser
sensato, prudente y pragmático. En esto, el Quinto Mandamientico es una camisita de fuerza. No
matarás, no proporciona, así como está escrito, una aplicación soberana y necesaria, en tratándose
de acceder al oficio de gobernar. Todo, porque todo depende de todo y de cualquier cosa. Es decir,
para ser más preciso, todo es relativo. Debe ser Relativo. Ahí así incluido lo de la Palabra Divina.
Ser creyente no puede derivar en ser estúpido. Supino. Nadie puede negar que la letrica del
tanguito volvamos a empezar, tiene su lógica. Es decir, a veces la vida nos obliga a matar.
O ese otro tanguito que dice…mi cuchillo en un mal rato lo envaine en un corazón. Es decir,
lo que quiero decir es que…todo depende
Sagrados señores miembros del glorioso Santo Oficio Supremo. Resulta y pasa que he sido elegido,
por más de diez millones de voticos de almas colombianas. Antes ejercí en algunas gubernaturas
menores. Pero siempre pensando en lo mismo. En eso que decía mi santa madre: un clavo saca
otro clavo. Porque ustedes saben, no. Es decir todo depende. Y en esto, depende de a quien se
mate. No es lo mismo, a manera de ejemplo, matar a un perrito, que matar a un hombrecito o a
una mujercita. Queda claro, entonces, que el perrito puede servir para algo. Mientras que un
hombrecito o una mujercita, puede que no.
Es decir, Divinos Señores, lo que les quiero decir es que mi Séquito y yo, estamos interesados en
tramitar una modificacioncita, del Quinto Mandamientico. Porque, ustedes saben, en veces uno
tiene que saber gobernar. A lo bien, como diría Pablo Escobar. Porque es una ciencia. Yo me formé
en Inglaterra. Soy egresado emérito de una de las universidades más prestigiosas. Un doctorado en
“Saber Mandar; Saber preparar y Saber Ejecutar. Es una nueva visión de la ciencia de gobernar.
Porque, para que vamos a ser tarugos. Una cosa es una cosa y otra cosa es la misma cosa. Es
decir, aprendí que nada de ataduras. Matar, en sí, no es malo. Lo malo es no saber a quién se
mata. Y yo eso lo he tenido y lo tengo muy claro. Tanto como entender que todo depende. Sobre
todo en este país en el cual cuaja esa frase de un militar chileno, traído a cuento por lis
instigadores de la revolución, denominados Quilapayún. Cierren ventanas, cierren las puertas,
hay que cuidarse de tanta bestia. Obrero, siempre es peligro, precaverse es necesario.
Yo agregaría En veces, o casi siempre, matar es un mal necesario. Como podrán discernir
queridos amigos del Santo Oficio Supremo; lo que yo pido a nombre de mis compatriotas, es una
cosita que nadie notará. Es decir, siendo preciso. De lo que se trata es que Ustedes, tengan en
cuenta que todo depende. Es decir, lo que quiero decir ahora, es lo que he venido diciendo desde
2. hace rato. Es decir que, a veces hay que vivir matando, a aquellos y aquellas que se rebelan. Que
hacen del canto a la vida una pulsión mandada a recoger.
Resulta y pasa, entonces, Divinos colegas, que lo que yo quiero y quieren mis súbditos, es que la
reformita diga algo así : En nombre del Señor Supremo, por encima de todas las cosas, te
conmino a no matar, cuando no sea necesario. Es decir cuando esté adportas de una
hecatombe, los más sabios de los mejores mandatarios, sabrán como matar.
Y es que, miren Señores Miembros del Santo Oficio; no vaya a ser que se escurra la
institucionalidad, por andar de dubitativos. No vaya a pasar que unos cuantos, o todos inclusive,
nos sorprendan con un fuetazo y den al traste con lo que tanto nos ha costado construir, nosotros
los hombres de bien. Es decir, nosotros los hombres. La inclusión de las mujeres lo podemos dejar
para otra ocasión. Para otra reformita.
Siendo un fielcito mortal. Pero, al mismo tiempo, aspirante a ser cooptado por ustedes. Se
despide…Ah, se me olvidaba recalcarles que mi petición es para ya. No para después.
El beato Eleazar hizo reparto de la petición. Como se acostumbra. Dicho reparto le correspondió a
San Victoriano Magno. Presentó ponencia favorable ante la Sala Plena. San Libertario de Acacias,
se cuenta por ahí, fue muerto a la salida del Tribunal. El Acta habla de…el benemérito fue el
único que se opuso, en Sala Plena, a la favorabilidad de la petición de Alvarito Judacito
Iscariotico Uribito y su Séquitico. Lo cierto es que, por Edicto Divino y Supremo, se hizo
notificación de la decisioncita de la Sala Suprema del Santo Oficio. De ahí en adelante, los
más sabios y los más juiciosos y afines a la teoría de Alvarito de los gobernantes se
acogieron al Quinto y su reformita, sin el temor a cometer pecado mortal.