Para ser un gran gerente se necesita tener habilidades de comunicación y escucha, ser adaptable ante contratiempos, ser capaz de motivarse a sí mismo y a otros para lograr objetivos, y trabajar de manera efectiva en equipo. También se requiere fomentar el respeto por los individuos, medir agresivamente el desempeño de todos para mejorar continuamente, y ver el fracaso como una oportunidad para aprender.