1. 2. Enfermedades tropicales e inmunodeficiencia
Además de las enfermedades generadas como consecuencia de la malnutrición, ya
señaladas en el apartado anterior, existen determinadas enfermedades tropicales que obligan al
sistema inmunológico a sobreactuar para defender el organismo. Lo mismo le ocurre al sistema
neurológico y endocrino, lo que supone que unido a la intensidad, la perdurabilidad del trabajo de
tales sistemas los termina debilitando. Por otro lado, este debilitamiento del sistema
inmunológico atrae a estas enfermedades tropicales, infecciosas o no infecciosas que a su vez
actúan como estresantes inmunológicos. De esta manera el círculo vicioso de la pobreza que
genera malnutrición que inmunodeprime y atrae infecciones y parasitosis, que generan más
inmunosupresión y mayor malnutrición, cerrando la curvatura con todavía mayor pobreza.
a) Enfermedades bacterianas e inmunodeficiencia. Un germen no puede causar
enfermedad sin presencia de inmunodeficiencia previa. Es por ello que toda
enfermedad infecciosa bacteriana es precedida por exposiciones a agentes estresantes
inmunológicos que previamente hayan deteriorado el sistema inmunológico. Asimismo,
todo proceso infeccioso genera radicales libres del tipo oxidante que lesionan células y
funciones inmunocompetentes. A su vez, después de la enfermedad infecciosa se
empeora la inmunodeficiencia previa a la infección, lo que se convierte en un círculo
vicioso. Un ejemplo documentado de estos síntomas se da en la tuberculosis.
b) Enfermedades virales e inmunodeficiencia. En las infecciones virales se han
descrito diferentes disfunciones inmunes durante y después del transcurso de las
mismas. Existe suficiente documentación al respecto del sarampión, dengue, hepatitis
B, entre otras. (Ware y Kline, 1996)
c) Enfermedades micóticas e inmunodeficiencia. En las enfermedades micóticas11,
en especial las graves, sistémicas y las de curso prolongado, se ha detectado diversas
disfunciones inmunes. La histoplasmosis por poner un ejemplo, está bastante
documentada al respecto. (Ware y Kline, 1996)
11 Las enfermedades micóticas, son enfermedades infecciosas producidas por distintos tipos de hongos.
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2. d) Enfermedades parasitarias e inmunodeficiencia. Durante la relación huésped-
parásito, se presentan alteraciones de las funciones inmunológicas. Aún así, los
parásitos sobreviven a estas respuestas como consecuencia de la adopción de
determinados mecanismos tales como: el secuestro o aislamiento, el camuflaje o
semejanza molecular, la variación antigénica y la inducción de mecanismos
inmunosupresores y de sustancias oxidantes y antioxidantes. Existen bastantes
sustancias inducidas por los parásitos para suprimir la respuesta inmune y poder así
sobrevivir a las acciones del huésped.
3. Agentes estresantes y SIDA
En 1981, los mismos científicos que describieron el consumo de drogas inhalantes, los
llamados poppers, en los 5 primeros casos de varones homosexuales, fueron los que obviaron
este dato para dar toda la relevancia a “un organismo no identificado como agente etiológico”, sin
evidencia alguna de esta afirmación (Gottlieb, 1981). La hipótesis que afirmaba el SIDA como
síndrome tóxico era denominada como la “hipótesis del estilo de vida” y no fue tenida en cuenta
por el Centro para el Control de las Enfermedades de Estados Unidos. Sin embargo, la mayor
parte de los enfermos de SIDA homosexuales son drogadictos. Asimismo, el sarcoma de Kaposi
se desarrolla fundamentalmente entre consumidores crónicos de nitritos, conocidos
comercialmente como poppers. Prácticamente todos los casos de SIDA en mujeres del mundo
desarrollado tienen la peculiaridad de ser consumidoras de drogas. Así, cerca del 1% de los
casos de SIDA del mundo desarrollado son correspondientes a recién nacidos de madres
drogodependientes (CDC, 1996). Está debidamente documentado que las drogas psicoactivas
tienen propiedades citotóxicas, inmunotóxicas e incluso carcinogenéticas, lo que sostendría que
los estresantes químicos lesionan el sistema inmunológico generando inmunosupresiones
diversas, incluido el SIDA. En esta misma línea se observa como la epidemia del SIDA trascurre
paralela a la epidemia de adicción a drogas. Las personas con hemofilia cuyo tratamiento es a
base de factor VIII no purificado, consiguen estresar el sistema inmunológico causándoles SIDA.
El tratamiento con AZT actúa de la misma manera como agente estresante en el organismo, así
como la avitaminosis y malnutrición son la primera causa de inmunodeficiencia en los países
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3. empobrecidos, que conllevan enfermedades infecciosas y parasitarias que a su vez deterioran el
sistema inmunológico.
Se considera el SIDA como la más grave de las inmunodeficiencias adquiridas causada
por exposiciones múltiples y repetidas a los agentes estresantes para el sistema inmunológico,
anteriormente mencionados. Agentes que generan un estado de estrés oxidativo sobre las
células inmunocompetentes y sobre las reacciones metabólicas del sistema inmunológico. Este
deterioro progresivo del sistema, lleva al individuo a un déficit de las funciones inmunológicas de
defensa, homeostasis y vigilancia, provocando infecciones, neoplasias y alteraciones
metabólicas y llevando su progresión a la muerte. Las personas que tienen SIDA o mayor riesgo
de desarrollarlo, además de estar expuestos a los agentes estresantes generalizados y globales
ya expuestos, se están exponiendo a las acciones de otros estresantes como consecuencia de
condiciones y estilos de vida. (Giraldo, 2002)
4. Propuesta para la historia natural del SIDA
Se entiende por historia natural de una enfermedad dada, la secuencia detallada de
eventos de toda índole que ocurren desde que el individuo se expone a agentes causales o
factores de riesgo, adquiere la enfermedad, aparecen las manifestaciones clínicas de la misma y
se resuelve el proceso, por curación o muerte.
Un estado de inmunodeficiencia adquirida leve, moderado o grave [8] se presenta como
consecuencia de efectos degenerativos inmunogénicos [6], inmunotóxicos [7] o ambos, sobre las
células y las reacciones inmunocompetentes, causados por las exposiciones múltiples, repetidas
y crónicas a los agentes estresantes inmunológicos de origen químico [2], físico [3], biológico [1],
mental [4] y nutricional [5]. Durante el curso del sida las tres funciones fundamentales del
sistema inmune se vuelven deficientes, sobreviene entonces deficiencia de las funciones de
defensa [9], de las funciones de homeostasis [10] y de las funciones de vigilancia [11].
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4. Historia Natural del SIDA
Fuente: Giraldo, R. (2002). SIDA y agentes estresantes inmunológicos. Medellín: Yuluca. p. 64.
Ciertos agentes infecciosos [12] encuentran en el debilitamiento de las funciones de
defensa [9] una oportunidad única para crecer en forma exponencial, generando así una
variedad de enfermedades infecciosas [15]. La deficiencia en las funciones homeostáticas [10]
es la responsable de las diversas enfermedades metabólicas [16] que se presentan durante el
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