3. Con la llegada del Cristianismo
La dignidad del trabajo se refuerza
con un hecho elocuente: Jesús fue un
artesano de Nazaret. También fueron
trabajadores la Virgen María, San
José, los doce Apóstoles, San Pablo y
los primeros cristianos.
4. En la edad media
El trabajo era visto sobre todo en su
aspecto penoso. Etimológicamente la
palabra trabajo da cuenta de ello: tripalium era un instrumento de tortura
formado por 3 palos.
Con el paso del tiempo, el trabajo
artesanal fue adquiriendo un prestigio
merecido, pero aún limitado.
5. Durante el Renacimiento
La valoración social del trabajo creció,
gracias al floreciente comercio y
posterior desarrollo industrial que
enriqueció a muchos.
Aunque
el trabajo aumentó, los
nuevos trabajadores ya no eran
“expertos
artesanos”,
sino
simplemente “mano de obra”.
6. En el siglo XVIII
Inició la revolución industrial gracias
al descubrimiento de la máquina de
vapor, que generó una producción
masiva en grandes fábricas, que
sustituyeron los talleres artesanales.
7. En el siglo XIX
El
trabajo
industrial
adquirió
tintes
dramáticos, pues los trabajadores eran
fácilmente sustituibles y sus salarios
dependían de la oferta y la demanda.
A
los
trabajadores
se
les
llamó
“proletarios”, ya no en razón de su trabajo,
sino por tener “prole” (hijos) que
alimentar.
8. EL Estado Liberal de la época
No intervenía, excepto para hacer
cumplir los contratos, mantener el
orden público y defender la propiedad
privada.
Nace de ésta manera “la cuestión
obrera” que era la lucha sistemática
de dos clases antagónicas.
9. Carlos Marx
Encuentra en este movimiento, elementos
para combatir la propiedad privada a
través de la lucha de clases y el socialismo.
En
términos
muy
distintos,
pero
reaccionando también ante los abusos, la
Iglesia profundiza notablemente sobre el
valor del trabajo.
10. Juan Pablo II
Publicó en 1981 la encíclica laborem
exercens que puede ser considerada
como
la
Carta
Magna
de
la
concepción humanista y cristiana del
trabajo. En ella afirma, que el trabajo
humano es la clave esencial de toda
la cuestión social.
11. La vocación del hombre al
trabajo
En los dos relatos de la creación que
aparecen en el Génesis, se manifiesta
que la voluntad de Dios fue crear al
hombre para que trabajara, al
conferirle el dominio sobre la tierra.
El trabajo está, pues, inserto en el
misterio de la creación.
12. El trabajo
No surge como consecuencia del
pecado original, sino que está en los
planes de Dios desde el inicio de la
creación.
Por ello, los hombres y las mujeres
que buscan el sustento familiar con
su trabajo, desarrollan al mismo
tiempo la obra del creador.
13. La dignidad del trabajo
El trabajo no es una simple
mercancía, ni tampoco una fuerza
anónima de producción, sino actividad
de la persona.
Luego
entonces, el ser humano
humaniza su entorno con su trabajo.
14. En el trabajo
Se comprometen la inteligencia y la
voluntad del hombre. No es un
impulso
instintivo,
sino
algo
intencional.
En este sentido, sólo el hombre
trabaja,
aunque
por
analogía
hablamos del trabajo de los animales
y de las máquinas.
15. En el concilio Vaticano II
Se definió al trabajo como aquello
que dignifica al ser humano, pues
aprende
mucho,
cultiva
sus
facultades, se supera y trasciende.
Por esta razón el hombre vale más
por lo que es, que por lo que tiene.
16. El Opus Dei
A través de su fundador, escribió que si
queremos de veras santificar el trabajo,
hemos de trabajar, ¡y trabajar bien!, con
seriedad humana y sobrenatural.
También dijo que el hombre no debe
limitarse a hacer cosas, sino ordenarlo al
amor, “pues la categoría del oficio,
depende del nivel espiritual de quien lo
realiza”.
17. El PAN
En sus principios de doctrina de 1939
declara que, desde el punto de vista
nacional y de la persona, es necesario
proclamar la santidad del derecho y la
obligación del trabajo y que el Estado
debe garantizar el libre ejercicio de
dicho derecho.
18. El PAN agrega en 1965
Que el trabajo es prerrogativa común de
todos los hombres, porque en última
instancia, se funda en el derecho a la vida
y a la libertad.
De ahí que el derecho al trabajo no puede
quedar sujeto ni por el sindicato, ni por el
patrón, ni por el gobierno a la imposición
de criterios ideológicos o políticos.
19. El PAN proyecta en el 2002
Que el acceso de oportunidades para el
trabajo y el disfrute de su compensación
deben de ser iguales para la mujer y para
el hombre, así como para los jóvenes.
El trabajo infantil debe ser proscrito,
porque niega a los niños el acceso a la
educación, al esparcimiento y a la cultura,
condenándolos a la miseria.