El documento discute el papel del autoconcepto, la autoestima y la autoeficacia en la motivación. Explica que la autoestima se refiere a la valoración personal y el respeto propio. El autoconcepto se forma a partir de experiencias e interacciones con otros y afecta la interpretación de eventos. La autoeficacia se refiere a la percepción de capacidad para completar tareas y motiva el esfuerzo. Los maestros pueden apoyar la formación de un autoconcepto y autoeficacia positivos a través de expectativ
2. EL PAPEL DEL AUTOCONCEPTO, LA AUTOESTIMA Y LA
AUTOEFICACIAEN LA MOTIVACIÓN:
La autoestima es la valoración que se hace del autoconcepto o, lo que
es lo mismo, el sentimiento de valía personal y de respeto a sí mismo.
La definición de uno mismo como la que hacemos de los demás, está
vinculada a través de nuestro lenguaje, y éste siempre tiene
connotaciones negativas o positivas. Cada momento histórico, en cada
sociedad y en cada contexto existe un conocimiento compartido de
qué es bueno y qué es malo.
3. La idea que uno tiene de sí mismo se forma a partir de los acontecimientos
que le van ocurriendo en su vida, de cómo los interpreta ella y su entorno, y
de la interacción con personas significativas de su vida. Sin embargo, el
autoconcepto también es un esquema cognitivo que sirve para interpretar
los acontecimientos y las relaciones con los otros.
El sesgo cognitivo tiene lugar cuando interpretamos las situaciones
objetivas en función de nuestros esquemas de conocimiento, por lo que el
mismo hecho se interpretará de diferente forma en función de los
esquemas que tenga cada persona. El autoconcepto o idea sobre uno mismo
es también un esquema de conocimiento, en este caso sobre la propia
persona. Los maestros colaboran en la elaboración del autoconcepto y de la
autoestima de sus alumnos. Se puede ayudar a formar un autoconcepto
positivo proponiendo tareas en las que tengan oportunidad de tener éxito.
4. Nos remitimos al concepto de zona de desarrollo próximo: partiendo de los
intereses y conocimientos previos de cada niño, sugerimos proponer actividades
que supongan un reto accesible para ellos.
La persona que se siente eficaz cree que puede hacer algo, y éste es el primer
paso para efectivamente hacerlo. Por tanto, la autoeficacia es central para la
motivación. Si alguien se percibe eficaz, estará motivado por realizar la tarea.
Cuando el alumno se percibe eficaz se propone metas más elevadas, tiene menos
miedo al fracaso y persiste en la tarea a pesar de los fracasos parciales. Los que
no se consideran eficaces intentaran evitar tareas retadoras como forma de
evitar el fracaso.
Al igual que el autoconcepto, la autoeficacia proviene tanto de los éxitos
alcanzados como del feedback que recibimos por parte de otros significativos.
5. Podemos favorecer el autoconcepto y la autoeficacia si seguimos estos pasos:
Atribuir los éxitos de los estudiantes a causas internas
Mostrar expectativas positivas a nuestros estudiantes, demostrarles que confiamos en su
capacidad para resolver los problemas planteados en la escuela.
Proponer tareas que los estudiantes sean capaces de realizar.
Verbalizar que creemos que son eficaces y que serán capaces de resolver las tareas.
Dar un feedback positivo a los estudiantes, tanto cuando aciertan como cuando se
equivocan.
RECUERDA
El autoconcepto, la autoestima como parte del mismo y la autoeficacia son factores que
favorecerán o dificultarán el éxito académico, y también social y personal de los
estudiantes.
Las atribuciones y las expectativas, así como las experiencias de éxito en un área
concreta, ayudan a tener un autoconcepto positivo. También el que las personas que los
alumnos y alumnas tienen alrededor atribuyan capacidades positivas a los niños y niñas o el
tener expectativas positivas sobre e los ayudarán a formar un autoconcepto positivo.
Aquellas personas con mejor autoconcepto y más autoeficacia percibida estarán más
motivadas para emprender las tareas.
6.
7. LA MOTIVACIÓN COMO OBJETIVO EDUCATIVO: LA CULTURA DE LA
MOTIVACIÓN, DEL RETOY DEL ESFUERZO:
Para el aprendizaje significativo, no sólo es necesario realizar una acción cognitiva
con relación al contenido a aprender, sino que también debemos realizar una
acción intencional respecto al propio proceso de aprendizaje. Esta acción
intencional nos orientará al aprendizaje, repercutiendo además sobre las
emociones y sentimientos que genera el aprendizaje en nosotros. Los sentimientos
que experimentamos en el proceso de aprendizaje actúan sobre la motivación y
sobre nuestro “yo”.
La escuela es la institución social creada para generar aprendizajes explícitos.
Los productos tecnológicos actúan como herramientas culturales que median
nuestra actividad mental, transformándola, a la vez que nosotros transformamos
y trascendemos dichas herramientas para dar lugar a nuevas (Vygotski, 1978).
8. El reto es que los estudiantes sean autónomos en su aprendizaje, usando de forma
eficaz herramientas para generar conocimiento y haciéndolo con otros.
Para la escuela, el reto es diseñar situaciones de enseñanza-aprendizaje que
sitúen a los alumnos en contextos en los que tengan que poner en funcionamiento
sus conocimientos para resolver problemas.
Para tal fin, se diseñan actividades en las que los alumnos tengan que responder a
preguntas de forma progresiva, resolver problemas, tomar decisiones respecto a
lo que hacer, reflexionar sobre lo que hacen, evaluar lo que están consiguiendo,
etc. Las metodologías docentes se están orientando poco a poco hacia posiciones
en las que los alumnos tienen que ser los propios hacedores del conocimiento,
mucho mejor si es a través de la aplicación de éste en situaciones funcionales.
El docente se convierte en un mediador estratégico entre los contenidos a
aprender y las competencias que va desarrollando el alumnado.
9. Las escuelas tienen que brindar innumerables situaciones de aprendizaje
partiendo del compromiso de los educadores y las familias por participar
activamente en el proceso de aprendizaje de los más pequeños. Un microcosmo
donde la imaginación y la creatividad están al servicio del móvil más potente para
la motivación: la curiosidad.
El educador tiene que ser parte activa en la construcción de su conocimiento. En
realidad es co-constructor del conocimiento, porque éste se produce en
situaciones de interacción con otros significativos.
De la misma forma que tuvimos que plantearnos enseñar de forma explícita a
aplicar el conocimiento, mostrando a los estudiantes procedimientos estratégicos
para resolver situaciones de enseñanza-aprendizaje, ahora tendremos que incluir
en nuestros diseños didácticos cómo promover el interés, mantenerlo, regularlo y
evaluarlo, integrándolo en las propias estrategias de aprendizaje que utilicen los
alumnos. Si lo conseguimos, el potencial del aprendizaje por descubrimiento, el
aprendizaje basado en problemas o el aprendizaje cooperativo se aprovecharán al
máximo.
10. Para que consigamos generar una cultura de la motivación, tenemos que asumir que
los docentes son parte integrante de la misma y tienen que estar motivados con
los enormes retos educativos que les plantea el sistema educativo actual.
El reto más importante para generar una cultura de motivación sea que nosotros
aprendamos también de nuestra práctica diaria, integrándola en un continuo que
mejore nuestra competencia en la profesión.
Estar motivados y motivar, afrontar los retos con interés y entusiasmo, aprender
utilizando el conocimiento, aprender con los demás, aprender con nosotros
mismos, disfrutar aprendiendo, es la clave para proyectar una cultura de la
motivación. De esta forma el aprendizaje se convertirá en una experiencia óptima,
en un estado de fluidez. M. Csikszentmihalyi describe el término fluidez como un
estado de concentración absoluta en la tarea, cuando el tiempo pasa sin darse
cuenta y se disfruta durante la realización de dicha tarea. La felicidad se obtiene
cuando se está inmerso en una tarea que es reconfortante. Para este autor tener
objetivos claros, poder gestionarlos y recibir retroalimentación son los elementos
claves del fluir.
11. Las pautas que propone este autor aparecen en muchas de las propuestas
educativas orientadas a favorecer la motivación en los estudiantes. Podemos
observar que se asemejan a las tres grandes fases en las que se constituyen las
estrategias de aprendizaje; planificar qué se tiene que hacer y para qué,
controlar su ejecución y evaluar si se han alcanzado los objetivos. La motivación
puede concebirse como una tarea que los alumnos tienen que aprender a utilizar.
Alonso Tapia hacía una propuesta respecto al proceso mediante el que los
docentes pueden, a través de actividades, despertar y mantener el interés de sus
alumnos:
En el primer paso, proponía que debemos partir de los intereses de los alumnos,
suscitar la curiosidad, permitir que encuentren la utilidad a lo que aprenden y
generar un desafío orientado al desarrollo de las capacidades y competencias.
Luego, debemos conseguir que el alumnado siga implicado en la actividad sin
perder interés. Para alcanzar este objetivo el autor propone dos estrategias
fundamentales las cuales son:
12. La primera es conseguir que los alumnos tengan la sensación de autonomía y
autorregulación durante toda la actividad, de tal forma que mantengan el
interés y el esfuerzo.
La segunda conlleva asegurarnos que las actividades permiten a los alumnos
tener la sensación de progreso, es decir, que van resolviendo la actividad.
La evaluación de las actividades también tiene que ser fundamental. Propone que
para que el interés sea mayor y se promueva a partir de las tareas de evaluación,
éstas deben: fomentar los procesos de pensamiento y toma de decisiones,
favorecer la percepción de la utilidad de los aprendizajes que son evaluados y
cómo lo son, permitir a los alumnos tener ayudas para superar las dificultades en
el proceso de aprendizaje, y, por último, los criterios y condiciones de calificación
tienen que ser claros, justos y respetuosos con los alumnos
13. ACTIVIDAD DE APRENDIZAJE
Ver el siguiente video https://youtu.be/rNA8ZsFY3Kc, y realizar
análisis de acuerdo a la clase