2. Introducción
Hace tiempo me encontraba conversando alegremente con un amigo en un
restaurante de la ciudad acerca de las obras maravillosas que Dios realiza en
nuestras vidas y la sabiduría y fuerza que hemos hallado en el estudio de la Biblia.
Mientras compartimos, se acercó un industrial, compañero de actividad de mi
amigo, que nos preguntó: ¿ustedes que hacen?
Mi amigo le respondió: - hablamos de la Biblia, de la Palabra de Dios.
Este hizo un gesto de asombro y unos comentarios sarcásticos sobre el tema.
Mi amigo comentó: - ¿qué pasa? ¿es que usted no conoce la Biblia? ¿No la ha
leído? Esto es de mínima cultura general.
¡Así es! Conocer la Biblia es de mínima cultura general.
¿Cómo conoce usted del libro que más ha
influenciado la historia humana?
¿Cómo se acerca al libro que se ha traducido
al mayor número de idiomas a lo largo de la
historia?
Así no fuésemos creyentes, deberíamos leer
y estudiar la Biblia por cultura general.
3. ¿Tanto más imperdonable ese desconocimiento para aquellos que nos llamamos
cristianos-católicos, ese desconocimiento explica lo indeleble y manipulable de la fe
de tantos cristianos que lo son solo de nombre y que no atienden la recomendación
que ya San Pablo hacía a su discípulo Timoteo:
“Tu, en cambio, persevera en lo que aprendiste, y en lo que
creíste, teniendo presente de quienes lo aprendiste, y que
desde niño conoces las sagradas escrituras que pueden darte
la sabiduría que lleva a la salvación mediante la fe en Cristo
Jesús. Toda escritura es inspirada por Dios y útil para
enseñar, para argumentar, para corregir y para educar en la
justicia: así el hombre de Dios se encuentra perfecto y
preparado para toda obra buena.” 2Tm 3,14-16.
Con razón, hombres de todos los tiempos, razas, credos,
Lenguas y naciones, se han acercado a la Biblia para ser
Iluminados por su luz, recibir de su sabiduría, beber de
su Misterio.
También nosotros hoy tenemos ese privilegio, pues es
Jesús quien nos hace la invitación:
“El que tenga sed, venga y beba gratis del agua de la Vida” Jn 7,37
4. Pero a su vez, es apenas lógico que surjan muchas dudas e interrogantes ante estos
libros escritos hace más de 2000 años en una cultura y lengua tan distinta a la nuestra:
- ¿Qué quiere decir este pasaje?
- ¿A que se refiere este texto?
- ¿Qué significa esta figura?
-¿Cómo voy a leer la Biblia si no la entiendo?
Expresiones como estas escuchamos con frecuencia, puesto que, gracias a los nuevos
aires que el Espíritu Santo nos ha traído después del Concilio Vaticano II, las personas
se motivan a leer los textos Sagrados.
No se preocupe, que usted no es el primero, ni el último que ha tenido dificultad al leer la
Biblia.
El libro de los Hechos de los Apóstoles nos cuenta
una pintoresca historia cuando Felipe guió a un
eunuco para que conociera las Sagradas Escrituras
(Hch 8,26-40), asi nosotros hoy lo vamos a guiar a
usted para que pueda leer, comprender y asimilar
la Palabra de Dios de tal manera que podamos
decir como San Pablo:
“Ya no vivo yo sino que Cristo vive en mi”
Gal 2,20
5. ¿Cómo voy a entenderla si nadie me la
explica?
Alrededor del año 34 de nuestra era, nuestro personaje, un etíope, importante
funcionario real, que había venido a adorar al Dios vivo, desde su lejana tierra
natal, mas allá de la primera catarata del río Nilo,
-en Nubia o Sudan egipcio- volvía leyendo en su
carro el profeta Isaías, la verdad sin entenderlo
mucho: a sus espaldas quedaba la imponente cúpula
de oro del fastuoso templo de Jerusalén con una
altura casi de 50 metros , su memoria impresionada,
volvía una y otra vez, sobre las multitudes, sus
sacrificios, el incienso, sus oraciones … con razón
corría en aquella época el
dicho: “ aquel que no ha visto el templo de Jerusalén no ha visto nada hermoso”.
El idumeo y odiado por el pueblo de Israel, el rey Herodes, se había ganado la fama
de gran constructor y sabia que su memoria seria eterna con la remodelación de
este templo que pretendía superar la gloria del templo de Salomón, a ello se había
dedicado desde el año 19 a.C. hasta el 66 después de Cristo, colaborando con sus
reformas los sucesores de Herodes.
6. En fin, nuestro personaje, volvía una y otra vez sobre el canto del siervo en el
profeta Isaías, que estaba leyendo y no lograba comprender su sentido. Relata la
Biblia en Hch 8,26-31:
“El ángel del señor dijo a Felipe: -! En pie! Dirígete
al sur, al camino que conduce de Jerusalén a Gaza
(un camino desierto).
El se puso en camino. Sucedió que un eunuco
etíope, ministro de la reina Candaces y
administrador de sus bienes, volvía de una
peregrinación a Jerusalén, sentado en su carroza y
leyendo la profecía de Isaías.
El espíritu dijo a Felipe: - Acércate y pégate a la
carroza. Felipe la alcanzó de una carrera y oyó
que estaba leyendo la profecía de Isaías y le preguntó: ¿Entiendes lo que vas
leyendo? Contesto “¿Cómo lo puedo entender si nadie me lo explica?” Y lo invitó a
subir y sentarse junto a él.”
Permítanos a nosotros también, movidos por el Espíritu Santo y en nombre de la
iglesia, subirnos al carro de su vida para compartir las buenas noticias del reinar de
Dios que nos traen las Sagradas Escrituras. En primer lugar, debe tener a la mano
una Biblia para que pueda reconocerla y practicar los ejercicios que le vamos
proponiendo.
7. De la Biblia hay muchísimas versiones o
traducciones hoy en día, pero lo que usted
debe tener en cuenta es que tenga buenas
notas a pie de página, mapas, cronología o
historia, para que poco a poco pueda
comprender mejor la Palabra de Dios. Si
usted ya tiene Biblia le sugerimos hacer
este curso con la Biblia que tenga, pero si
quiere hacer un estudio más minucioso
evalúe cual versión le conviene más.
Nosotros recomendamos la Biblia de
Jerusalén de Descleé de Brouwer, de
Bilbao, España (con excelentes notas).
En segundo lugar “Biblia del Peregrino”
traducida por Luis Alonso Schökel.
En tercer lucar “Biblia de estudio Dios
habla hoy” de Sociedades Bíblicas Unidas.
8. ¿Qué es la Biblia?
La Biblia más que un libro es toda una biblioteca de escritos inspirados por el
Espíritu Santo, por tanto Palabra de Dios en palabras humanas, que recopilan
canónicamente la historia de la salvación y nos llevan a la experiencia de vida
eterna en Jesucristo: plenitud de la palabra del Padre; Pero debemos comprender
algo muy importante, leer la Biblia no solo es tener la posibilidad de leer “una
biblioteca”, sino de lograr por medio de ella el encuentro con la persona de
Jesucristo Vivo, como dice el Evangelio de San Juan:
“ La Palabra se hizo hombre”
(Jn 1,14)
Con razón San Jerónimo después de traducir toda la
Sagrada Escritura desde el hebreo y el griego al latín, en
su famosa versión “La Vulgata” (Palabra de Dios para el
común de las personas o “vulgo”), decía: “Quien no
conoce la Sagrada Escritura, no conoce a Jesucristo”.
9. “El libro que me lee”
Hans- Ruedi Weber en su libro “El libro que me lee” cuenta una bella historia del este del África
que nos ayudará a comprender ese encuentro con el mismo Dios que transforma nuestra vida a
través de la Sagrada Escritura:
“Una mujer de pueblo solía pasear llevando siempre la Biblia consigo.
-¿Por qué siempre la Biblia? – le preguntaron burlonamente sus vecinos- Puedes leer muchos otros
libros.
La mujer se arrodilló, alzó la Biblia sobre su cabeza y dijo: Por su puesto que yo podría leer muchos
otros libros, pero sólo hay un libro que me lee a mí.”
Cuando leamos la Palabra de Dios debemos buscar ese encuentro pleno, en un clima de entrega
mutua, de acogida, de diálogo y de amor.
La Dei Verbum puntualiza este diálogo en dos
expresiones:
- “En los Libros Sagrados, el Padre que está en los
cielos sale amorosamente al encuentro de sus hijos y
conversa con ellos” (n.21)
- “Pero no olviden que debe acompañar la oración a la
lectura de la Sagrada Escritura para que se entable
diálogo entre Dios y el hombre; porque “a El
hablamos cuando oramos y a El oímos cuando
leemos las palabras divinas” (n.25)
10. Más que un libro es una biblioteca
Al acercarnos al mundo maravilloso de la Biblia reconocemos que en realidad, más
que un libro es una verdadera biblioteca, compuesta por 73 libros. Esta biblioteca
quedó constituida hace 20 siglos y fue escrita durante mas de 1000 años, por distintos
autores, en varias lenguas y en diferentes géneros literarios.
La palabra “Biblia” de nuestras lenguas modernas viene del vocablo latino “biblia”
que tiene su origen en el plural griego:
Ta Biblia = Ta Biblia = los libros
Biblos significa a la vez los libros o el libro por excelencia.
Byblos, era el antiguo material para escribir, la hoja de papiro,
llevaba el nombre del famoso pueblo fenicio: Byblos.
11. Como usted bien sabe, una biblioteca la
podemos organizar en muy distintas formas:
por temas, autores, cronología, tamaño,
colecciones, etc.
Toda forma de organizarla tiene sus aciertos y
algo de arbitrario. Así ha sido a lo largo de la
historia con esta famosa biblioteca que
llamamos Biblia, se han presentado muy
diferentes formas de clasificar sus 73 libros.
La primera gran división de la Biblia, que sin
duda hemos de tener en cuenta es la de dos
grandes secciones:
• Antiguo testamento= A.T. ó Primer
testamento= P.T.
• Nuevo testamento= N.T. ó Segundo
testamento= S.T.
12. ¿Que es Testamento?
Testamento significa alianza o compromiso entre personas. Así como la pareja de
novios se compromete en amor y fidelidad en su matrimonio, manteniendo la unión,
la entrega y el respeto, alianza en la que se tienen derechos y deberes. Así Dios
quiere establecer una alianza con su pueblo.
El Antiguo Testamento o Primer Testamento contiene relatos acerca de la “alianza”
entre Dios y el pueblo de Israel y a través del pueblo elegido, con todos los pueblos
de la tierra.
El Nuevo Testamento contiene la nueva y
definitiva “alianza” entre Dios y el hombre,
basada en la vida y las enseñanzas de Jesús el
Mesías.
La Biblia o biblioteca contiene 73 libros
clasificados así:
• 46 libros del Antiguo Testamento.
• 27 libros de Nuevo Testamento.
13. Antiguo Testamento:
Ahora que conocemos la primera y gran división de
esta biblioteca-Biblia, en Antiguo y Nuevo
Testamento, veamos como se encuentra
organizado el Primer Testamento.
Si usted consulta el índice de su propia Biblia,
podrá constatar, algunas de esas formas más
acostumbradas: Pentateuco, libros históricos,
lírica, libros sapienciales, libros proféticos.
La división que ahora vamos a tener en cuenta es según la Biblia hebrea, llamada
“TaNaK” ó “TeNak”, palabra hebrea en forma de acróstico que contiene las
primeras letras de las tres secciones:
-Torah (ley ó Pentauteco)
-Neviim (profetas)
-ketubim (escritos)
Veamos cada una de esas tres partes en detalle y aprovechemos para resaltar al
frente de cada libro, las abreviaturas con las que normalmente usted los encontrará
citados:
14. La ley (Torah o Pentateuco) Los doce profetas:
Génesis……………..Gn -Óseas…............Os
Éxodo……………….Ex -Joel………........Jl
Levítico……………..Lv -Amos…………..Am
Números……….......Nm -Abdias…………Ab
Deuteronomio……..Dt -Jonás……........Jon
-Miqueas…........Mi
Los Profetas (Neviim) -Nahum………....Na
Los profetas anteriores -Habacuc……….Ha
Josué……………... Jos -Sofonias……….So
Jueces…………..... Jc -Ageo……………Ag
Samuel 1 y 2 ……..1S, 2S -Zacarías……….Za
Reyes 1 y 2……..... 1R, 2R -Malaquias……..Mi
15. Los Escritos (Ketubim) Profetas posteriores
Salmos……………………….. Sal Isaías………………………….Is
Job……………………………. Jb Jeremías……………………..Jr
Proverbios…………………… Pr Ezequiel………………………Ez
Rut…………………………….. Rt
Cantar de los cantares……. Ct Libros Deuterocanónicos
Eclesiastés (qohélet)……… Go Judit……………………………Jdt
Lamentaciones.................... Lm Tobías……………………........Tb
Ester………………………..... Est Macabeos 1 y 2….. …………. 1M, 2M
Daniel………………………… Dn Sabiduría………………………Sb
Esdras……………………….. Esd Eclesiástico (Sirácida)……...Si
Nehemias……………………. Ne Baruc………………………….. Ba
Crónicas 1 y 2………………. 1Cro, 2Cro
Nota: Ver explicación de
libros Deuterocanónicos
mas adelante en
“Diferencias entre biblia
católica y protestante”
16. Nuevo testamento:
Fue escrito casi todo en griego y algunas partes en Arameo contiene 27 libros:
Evangelios Carta a los Hebreos……….. Hb
Mateo……………………………..Mt
Marcos……………………………Mc Cartas católicas:
Lucas……………………………..Lc De Santiago…………………. St
Juan……………………………...Jn De San Pedro 1 y 2………… 1P, 2P
Hechos de los Apóstoles ….…Hch De san Juan 1, 2 y 3……….. 1Jn, 2Jn, 3Jn
De san Judas……………….. Jud
Apocalipsis………………….. Ap
Cartas de San Pablo:
A los Romanos………………….Rm
A los Corintios 1 y 2…………...1Co, 2Co
A los Gálatas…………………....Ga
A los Efesios…………………....Ef
A los Filipenses………………...Flp
A los Colosenses………………Col
A los Tesalonicenses 1 y 2…...1Ts, 2Ts
A Timoteo 1 y 2…………………1Tm, 2Tm
A Tito……………………………..Tt
A Filemón………………………..Flm
17. ¿Cómo encontrar un texto en esta biblioteca?
¿Cómo encontrar un texto bíblico?
En primer lugar debemos ubicar si el libro al que pertenece el texto que buscamos
esta en el Antiguo o en el Nuevo Testamento, si usted no lo sabe de memoria, puede
consultar el índice de la Biblia. Generalmente encuentra los libros citados con las
abreviaturas que describimos anteriormente.
Ejemplo: Lucas= Lc; Daniel= Dn, entre otros.
18. División de la Biblia en capítulos y versículos.
Inicialmente la Biblia se escribió sin capítulos ni
versículos.
La fijación de los capítulos fue obra de Esteban
Langton, Arzobispo de Cantorbery, año de 1226.
La distribución de versículos se debe a un judío
convertido, quien se hizo frayle Dominico, Santos
Pagnino, quien publicó la Biblia entera en 1528.
El primer número más grande que aparece en
cada libro de la Biblia es el capitulo. Los números
después de la coma o números pequeños de cada
libro, señalan los versículos.
El guión puede indicar una secuencia de
versículos o de capítulos.
Ejercicio: buscar Hb 1, 1-3. significa carta de los
Hebreos, capítulo 1, versículos 1 al 3 (incluido).
Ejercicio: buscar Is 55, 8-11. Significa Libro del
profeta Isaías, capitulo 55, versículo 8 al 11
(incluido).
19. Si nos dicen: Lc 1, 26ss. Significa Evangelio según San Lucas, capitulo 1 versículo
26 y siguientes, hasta terminar el relato con sentido completo.
Si la cita señalada es Jn 15, 14s. Indica que lee el evangelio según San Juan,
capitulo 15, versículo 14 y el que sigue inmediatamente, en este caso el 15.
A veces se subdividen los versículos utilizando letras.
Ejercicio: buscar Jn 7, 37b. Significa evangelio según
San Juan, capitulo 7, leyendo únicamente la segunda
parte del versículo 37.
Ejercicio: buscar Lc 45,25-27. 44-45. Significa el
evangelio según San Lucas, capitulo 45, versículos 25
al 27 y salta al versículo 44 hasta el versículo 45
(incluido).
El punto y coma separa diferentes capítulos y diferentes libros.
Ejercicio: buscar Lc 2, 19; 8, 21. Significa evangelio según San Lucas, capitulo 2,
versículo 19, y después, capitulo 8, versículo 21.
Ejercicio: buscar Mt 8, 8; Jn 5, 39. Significa evangelio según San Mateo capitulo 8,
versículo 8 y evangelio según San Juan capitulo 5, versículo 39.
20. ¿Cuales son las diferencias de la Biblia Católica y la
Biblia protestante?
1) Los libros “Deuterocanónicos” del Antiguo Testamento
no son aceptados por muchas Bíblias protestantes.
El Antiguo Testamento fue escrito originalmente en
hebreo (con algunos pasajes en arameo) y algunos libros
en griego. El hebreo es un idioma que se escribe solo
con consonantes, pero a partir del siglo Vll d.c. unos
sabios judíos llamados “masoretas” le colocaron vocales
para facilitar su lectura.
Entre el siglo lll a.C. y el I a.C. fue traducido el Antiguo Testamento al griego, para
uso de los judíos que vivían fuera de Palestina. Esta traducción, muy cuidada, es
llamada de “los setenta” debido a los 72 sabios de la leyenda de Aristea, según la
cual Tolomeo ll (283-246 a.c.) deseaba tener en la gran biblioteca que fundó en
Alejandría en Egipto la traducción de los libros sagrados del hebreo, entonces fue
cuando tradujeron estos textos del hebreo al griego exactamente. (la cifra fue
redondeada en 70 = LXX). Hoy en día se conoce como la Septuaginta.
21. Libros Deuterocanónicos:
La versión de los LXX ó Septuaginta fue la Biblia usada y citada por los escritores
del Nuevo Testamento; fue así mismo la Biblia de los Padres de la Iglesia de lengua
griega, sobre la cual se construyó la primera teología cristiana.
En esta versión griega hay 7 libros y algunos fragmentos de otros dos libros, por
eso en relación a la primera colección o canon se habla de estos como
“Deuterocanónicos” (segundo canon). La iglesia católica también los reconoce
como inspirados y canónicos y son:
-Sabiduría
-Judit
-Tobías
-Macabeos 1 y 2
-Eclesiástico (Sirácida)
-Baruc
Hay que agregar una parte del libro de Ester
y otra del libro de Daniel.
La palabra canon, del griego “kanon”, significa regla, metro, norma para medir y
en este caso “canon de las escrituras” es la lista oficial de los libros considerados
por la iglesia como inspirados y por lo tanto regla de fe y de vida.
22. Lutero en su versión del A.T. al alemán en 1534, agrupó al final de los libros
Deuterocanónicos con el titulo de “Apócrifos” y con la siguiente anotación:
“Apócrifos: estos libros no se consideran iguales a la Sagrada Escritura, pero son
igualmente útiles y buenos para leerse”.
Tenga en cuenta que el término Apócrifo, significa escritos ocultos; este término
no se utiliza en la Iglesia católica para los Deuterocanónicos si no para otros
libros.
En el siglo XIX, las traducciones de la Biblia,
que circulaban en ambientes protestantes
excluyeron los Deuterocanónicos.
Hoy de nuevo muchas Biblias protestantes los
añaden en forma de apéndice, como apócrifos,
excluidas del canon hebreo y sin aceptarlos
como libros inspirados y canónicos, como si lo
hacemos los católicos.
Es bueno recordar que Lutero no solo negó la inspiración de estos libros del A.T.
sino que lo hizo también sobre algunos libros del N.T.: Carta a los Hebreos,
Santiago, Judas y Apocalipsis a los que atribuyo un papel secundario,
colocándolos al final de su traducción del A.T, detrás de los libros que él
consideraba “los verdaderos seguros y mas importantes libros de N.T”.
Sin embargo los protestantes del siglo XVll volvieron al canon total del N.T.
23. En cuanto al tema del canon la constitución Dei Verbum sobre la divina revelación
con el Concilio Vaticano ll dice:
“La revelación que la Sagrada Escritura contiene y
ofrece ha sido puesta por escrito bajo la inspiración del
Espíritu Santo. La Santa Madre Iglesia, fiel a la fe de
los Apóstoles, reconoce que todos los libros del Antiguo
y del Nuevo Testamento, con sus partes, son sagrados
y canónicos, en cuanto que, escritos por inspiración del
Espíritu Santo (Juan 20, 31; 2Tim 3, 16; 2Pe 1, 19-
21; 3, 15-16), tienen a Dios como autor, como tales
han sido confiados a la Iglesia”. (D.V. Nº 11).
2)Traducen mal el nombre de Yhwh (sagrado tetragrama) que
originalmente estaba en idioma hebreo, por Jehová y la
traducción correcta es Yahvé:
Yhwh = hwhY
El nombre en el lenguaje Bíblico es mucho mas que una etiqueta
externa autoadhesiva, es la misma persona, su ser. De ahí la
importancia de dar nombre o cambiar el nombre de algunos
personajes bíblicos:
Abran recibió el nombre de “Abrahán” (Gn 17, 5); Jacob fue
llamado por el Señor “Israel” (Gn 32,29); Simón fue llamado por
Jesús “Pedro” (Mt 16, 17-18).
24. Por esto, invocar el nombre de Dios, es estar en su
presencia, entrar en su realidad. De allí el mandato de
no pronunciar su Santo nombre en vano (Ex 20, 7) no
pretender manipular, irrespetar a Dios.
Dios había revelado a Moisés su nombre, como una
gracia especialísima (Ex 3, 14-15), como El que es, El
que era y El que será. (En hebreo el nombre de Yhwh
que aparece en este texto es una forma arcaica del
verbo “ser o estar” en todos los tiempos).
El pueblo de Israel se consideraba indigno de
pronunciar el nombre de Dios o de estar en su
presencia por lo que los judíos empleaban
Regularmente otras expresiones como: “El Todo Poderoso”, “El Santo, Bendito
sea”, etc. Por ejemplo en el Eclesiástico 23, 9 se daba esta recomendación:
“No tomes la costumbre de nombrar al santo”
En el siglo lll a.c se llego hasta el punto de que solo el sumo sacerdote pronunciaba
este nombre una vez al año, durante la fiesta del “Yom Kipur” (o día del perdón), en
el templo, en el lugar del Santo de los Santos.
En los textos hebreos solo existían en su origen las consonantes del nombre divino
Yhwh (el sagrado tetragrama) a él se añadieron las vocales del termino “Adonai”
(mi Señor), evidentemente para indicar que había que pronunciar Adonai.
25. Este es el término que se transcribió por Yehovah
(Jehovah) en las biblias protestantes, pero es una
palabra que no tiene sentido en si misma, simplemente
una mala traducción del Santo nombre de Dios Yhwh,
al combinar en la edad media las consonantes Yhwh (o
Jhvh) con las vocales de Adonai.
3) Muchas de sus biblias no traen notas, por que
consideran que la interpretación es solo de la persona
que lee y del Espíritu Santo.
Ellos tienen en cuenta solo la Sagrada Escritura ( en latín “Escriptura sola”) , sin
tener en cuenta la tradición de la iglesia.
En definitiva los cristianos católicos para interpretar la Palabra de Dios tenemos en
cuenta tres aspectos importantes: Biblia, tradición y magisterio, que surgen en el
contexto de la iglesia apostólica que nos garantiza por el Espíritu Santo la
comunión con Jesucristo, plenitud de la revelación de Dios; a diferencia de las
comunidades separadas del catolicismo que solo aceptan el texto bíblico.
Es importante notar que ese mismo texto bíblico nació y se comunico en el seno
de la iglesia:
“La predicación apostólica, expresada de un modo especial
en los libros sagrados, se ha de conservar por transmisión
continua hasta el fin del tiempo”. (D.V.Nº8).
26. ¿Para que leer la sagrada escritura?
La razón más importante es para conocer a Jesucristo, pues
nos llamamos “cristianos” o seguidores de Cristo y debemos
saber quien es Él.
Como dice San Jerónimo “Ignorar las escrituras es ignorar a
Cristo” y no se refiere únicamente a los evangelios y escritos
del Nuevo Testamento sino a toda la Sagrada Escritura.
Esta expresión de Pascal –matemático, físico y filósofo del
siglo XVII- resume muy bien el lugar de Cristo dentro de la
Escritura:
“Toda la Biblia gira alrededor de Jesucristo:
el Antiguo Testamento lo considera como su
esperanza, el Nuevo como su modelo, y
ambos como su centro”
En segundo lugar como nos dice 2Timoteo 3, 15b:
“Las Sagradas Escrituras nos dan la sabiduría que lleva a
la salvación mediante la fe en Cristo Jesús”.
Y 2Timoteo 3, 16b-17 continua describiendo:
“La Sagrada Escritura es útil para enseñar, para
argumentar, para corregir y para educar en la justicia; así
el hombre de Dios se encuentra perfecto y preparado para
toda obra buena”.
27. ¿Cómo nació la Biblia y quién la escribió?
La escritura de la Biblia tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento fue todo
un proceso. Primero porque en aquella época los medios de comunicación no eran
tan avanzados como ahora y segundo porque lo más importante era vivir la
experiencia de Dios en la historia de su pueblo y de sus comunidades y solo
después de algún tiempo se recopilaban por escrito los acontecimientos.
Se dieron primero “las tradiciones orales”, transmitidas de padres a hijos. Fue
desde la época de Moisés cuando el pueblo de Israel acostumbró contarse las
historias narradas de generación a generación.
Los primeros escritos del Antiguo
Testamento surgieron a partir del siglo XI
a.C. con el Rey David y se terminaron de
escribir dos siglos antes de Jesucristo.
El Nuevo Testamento se escribió
aproximadamente desde el año 51 d.C.
hasta el 105 d.C.
Describimos anteriormente los diferentes
libros que componen la Biblia, recordemos
que son 73 libros y por lo tanto fueron
escritos por diferentes autores, la mayoría
hebreos y algunos de ellos desconocidos.
28. Debemos tomar conciencia que la Sagrada Escritura no cayo del cielo, el Espíritu
Santo inspiró a los autores sagrados, pero no para que simplemente escribieran lo
que él les dictaba. Al contrario se valió de ellos, cada autor sagrado dejó en sus
escritos un sello propio.
Ejercicio: lea Oseas 2,1-25 y observe como se revela Dios al pueblo de Israel.
Debemos concluir que la Biblia es palabra
de Dios “escrita” por los hombres, con
palabra de los hombres “inspirada” por
Dios.
Pero lo mas importante es descubrir el
mensaje siempre actual de la Biblia y su
aplicación a nuestra vida:
¿Qué nos dice aquí y ahora a través de esos
viejos textos de otros tiempos y lugares?
Ejercicio : leer Gn 12, 1-3 identificar en el llamado que le hace Dios a Abraham 20
siglos antes de Cristo, el llamado que te hace el Señor hoy y las bendiciones que
te promete a ti y a los tuyos.
Géneros literarios en la Biblia
Los géneros literarios son diferentes formas o maneras de comunicarse, utilizados
por hombres de determinada época o región y puestas en relación con
determinados contenidos.
29. En la Sagrada Escritura es indispensable averiguar cual es el estilo o el “genero
literario” empleado en cada uno de sus libros, o en las diversas partes de ellos para
transmitirnos la Palabra de Dios.
La Sagrada Escritura contiene una “Historia Sagrada” en el sentido más profundo de
la Palabra: es la “Historia de Salvación”, la historia de la fidelidad de Dios que se
muestra misericordioso ante las infidelidades de los hombres.
Pero, todos sabemos que un mismo hecho que presenciaron varias personas, cada
uno lo narra de diferente manera, es más, se relata de acuerdo al ambiente donde se
expresa. Ejemplo: un accidente se narra de manera diferente a un amigo que en una
audiencia en el tránsito.
Lo mismo sucede en la Biblia.
Ejercicio: Leer Gn 1,2-7
No podemos entender literalmente el relato de la
creación del hombre como un hecho científico sino
que es una meditación estilo oriental en que
reconoce las maravillas del Dios creador, usando su
imaginación para describir el acontecimiento.
Tampoco nos extrañemos al encontrar relatos de un
mismo acontecimiento narrados de manera diferente.
Porque al poner por escrito estos textos han participado
varios personajes. Y nos puede surgir el interrogante:
¿cual de estos relatos es el exacto? En realidad lo son
todos y no lo es ninguno del todo. Sin embargo, todos
son verdaderos.
30. Podemos observar en los Evangelios de Mateo, Marcos y Lucas que tienen muchos
relatos en común y por esto se les llama “sinópticos” (palabra griega que significa
con una mirada), pero a la vez cada uno tiene detalles propios de su redacción. Esto
se asemeja a una familia que se reúne y comparte recuerdos de su papá que falleció,
cada uno de los hijos relata acontecimientos diferentes y detalles que le llamaron
más la atención, influye la personalidad de quien habla y los diferentes aspectos que
le impresionaron.
Es verdad que todo lo que está en la Biblia es Palabra de Dios, pero no todo lo es
con el mismo grado de importancia.
Hay muchas genealogías, prescripciones rituales, detalles geográficos o
repeticiones, que al leer nos desmotivan porque son difíciles de entender, tediosos
y no despiertan ningún interés. Con esos textos se
requiere paciencia, hasta que alguien que conozca
más de la Biblia nos explique su sentido. En un
principio, no les prestemos mucha atención, es mejor
centrarnos en el conocimiento de Jesús.
En la Biblia encontramos géneros literarios como:
Relatos históricos. Ejercicio: leer 1Sam 16, 1-13
Códigos legislativos. Ejercicio: leer Ex 20, 1-17
Oraciones. Ejercicio: leer 1Re 18, 36-37
Oráculos proféticos. Ejercicio: leer Ez 37, 1-14
Poemas de amor. Ejercicio: Cantar de los cantares 3, 1-3
Parábolas. Ejercicio: leer Lc 15,1ss
Refranes. Ejercicio: leer Proverbios 31, 10-31
Cartas. Ejercicio: leer Epístola de San Pablo a Filemón
Listas Genealógicas. Ejercicio: leer Mt 1, 1-16
31. Podríamos compararlo con un periódico local en el que hay secciones de sentido
muy distinto: noticias locales o internacionales, editorial, anuncios comerciales,
poesías, anuncios de cine, caricaturas, edictos judiciales, etc.
Nota: debemos saber que la Biblia no pretende darnos datos científicos, ella revela
lo que tiene que ver con nuestra salvación.
Regla de oro para entender la Sagrada Escritura
La Segunda carta de San Pedro 1,19 -21 dice:
“Tenemos también la firmísima palabra de los profetas, a la cual
hacéis bien en prestar atención, como a lámpara que luce en
lugar oscuro, hasta que despunte el día y se levante en vuestros
corazones, el lucero de la mañana. Pero ante todo tened
presente que ninguna profecía de la Escritura puede
interpretarse por cuenta propia; porque nunca profecía alguna
ha venido por voluntad humana, sino que hombres, movidos por
el Espíritu Santo, han hablado de parte de Dios”.
Este texto nos enseña dos aspectos importantes que
debemos tener en cuenta para entender la
Sagrada Escritura:
1) Entender lo que quiso decir el autor sagrado. Y
2) Leer e interpretar el texto en el mismo Espíritu
en que fue inspirada.
32. ¿Cómo leer la Palabra de Dios?
Normalmente un libro se lee comenzando por la primera página y terminando por la
última. La Sagrada Escritura se puede leer así, pero no es lo más recomendable,
recuerde que la Biblia más que un libro es toda una biblioteca con muy diferentes
libros.
Para quien inicia la experiencia fascinante de leer la
Palabra de Dios, lo hará con mas seguridad y
claridad, conociendo en primer lugar al personaje
central: “Jesús”. En Jesucristo, la historia del
pueblo de Israel (relatada en el Antiguo Testamento)
adquiere su significado pleno. Y será Él el
“Maestro” quien nos guíe en las comunidades de
discípulos que forman el nuevo pueblo de Dios en
todos los tiempos y lugares.
Para conocer mejor a Jesús conviene iniciar por el
Evangelio y concretamente por San Marcos, es
el mas corto y sencillo. Según los estudiosos es reconocido como el primer
evangelio que se escribió, responde a la pregunta: “¿Quién es Jesús?”, luego leer
Lucas, Mateo y Juan ( en ese orden).
Después seguir con los Hechos de los Apóstoles y las diferentes cartas.
El Apocalipsis es recomendable leerlo después de recibir una orientación clara
porque tiene muchos símbolos que debemos comprender para saber interpretarlos
correctamente.
Y por último leer el Antiguo Testamento.
33. La Palabra de Dios debemos amarla:
El Concilio Vaticano ll nos dice:
“En los libros sagrados, el Padre que esta en los cielos sale
amorosamente al encuentro de sus hijos y conversa con ellos”
(D.V.Nº21)
La revelación de la paternidad de Dios es uno de los aspectos mas fundamentales de
la Biblia y la experiencia mas profunda de Jesús, si comprendemos así la Biblia la
vamos a amar como a una persona muy querida.
Cuando amamos sinceramente a una persona,
la aceptamos con sus cualidades y sus
defectos, igualmente para amar la Biblia no
podemos idealizarla o absolutizarla, es preciso
aceptarla “tal como es”. Es necesario iniciar la
lectura con amor, más que con curiosidad y así
la comprenderemos mucho más.
El libro “La Lectio Divina” de Guido Innocenzo
Gargano trae un hermosos texto de los antiguos rabinos judíos quienes llegaron a
comparar el acercamiento a la Palabra de Dios con la relación entre una pareja de
enamorados y relataron este cuento como punto fundamental de referencia:
34. “La Sagrada Escritura revela una palabra que brota un poco desde su velo y
enseguida vuelve a esconderse. Esta actúa así, únicamente con aquellos que la
conocen y le obedecen – quiere decir que para descubrir el significado de la
Sagrada Escritura se requiere conocerla ya, de algún
modo, estar unidos a ella mentalmente, en el deseo, y
estar dispuestos a obedecerla -.
La Sagrada Escritura se asemeja a una bella y magnífica
joven escondida en una recóndita habitación de su
palacio, que tiene un amor secreto desconocido para
todos los demás. Por su amor, el enamorado mira desde
la celosía de su ventana, en todas las direcciones,
buscándola. Ella bien sabe que su enamorado frecuenta
la reja. Entreabre la puerta de su remota alcoba y, sólo
por un instante, revela su rostro al amado volviendo a
ocultarlo de inmediato. Quienquiera que estuviese en
compañía del amado sería incapaz de percibir algo.
Solamente él la ve y se transporta interiormente hacia ella
con el corazón, con el alma, y con todo su ser; y ella
comprende que por amor a él, se ha descubierto a sí misma, por un momento
encendida de amor por él.
Así es la Palabra de la Sagrada Escritura que se revela a sí misma solamente a sus
amantes. La Sagrada Escritura comprende que quien es sabio, en el corazón
frecuenta su casa. ¿Qué hace entonces? Desde el interior de su palacio le deja ver
su habitación y su hermosura, pero luego regresa aprisa a su habitación y se
esconde de nuevo. Los que están presentes no ven y no saben nada; solamente él la
ve y es atraído hacia ella con el corazón, con el alma, con todo su ser.
35. De esta manera la Sagrada Escritura revela y al mismo tiempo se esconde a sí
misma y está ebria de amor por el amado, mientras enardece el amor dentro de él.
Ven y verás, éste es el camino de la Sagrada Escritura. Al principio, cuando ella
quiere revelarse a un hombre, sólo ofrece un signo instantáneo; si él no
comprende, ella insiste con un sonido de voz muy sutil. Al mensajero enviado por
él, la Sagrada Escritura le dice “Di a quien alcanza a percibir este susurro que
venga acá para que pueda hablarle”. Como está escrito: “Quien es sencillo que
venga a mí”. Ella lo ha dicho y quiere que él lo entienda. Quien, por el contrario,
es sordo a esta primera señal, termina por permanecer cerrado también al
conocimiento del misterio escondido.
Cuando el amado se le acerca, ella, oculta tras su velo,
comienza a dirigirle palabras más claras enseñándole a
comprender. Hasta que muy lentamente es concebida y
nace en él la intuición espiritual. Luego, a través de un
velo de luz, ella le transmite palabras alegóricas – son
palabras que pertenecen a otro mundo.
36. Es decir, inicia al mundo de los misterios de Dios -. Y
solamente entonces, cuando él se le hace familiar, ella
se revela cara a cara y le habla de todos los misterios
escondidos y de los caminos a seguir que ella desde el
principio deseaba revelarle. Un hombre de tal
categoría es ahora llamado “perfecto” y “maestro”, que
equivale a decir “esposo” de la Sagrada Escritura en el
sentido más íntimo y estricto; es el padre de familia a
quien ella abre todos los secretos sin esconderle nada.
Y le dice: “¿Ves, ahora, cuántos misterios comprendía
aquella simple señal que te di en aquel primer día y
cuál era su verdadero significado?” Entonces, él
comprende que a aquellas palabras no se les puede
agregar o quitar nada, y comprende, por primera vez, el
significado de las palabras de la Sagrada Escritura
como si estuviesen allí delante de él.
37. Lectio Divina
La Pontificia Comisión Bíblica en su
libro en el Documento de “La
interpretación de la Biblia en la
Iglesia” define La Lectio Divina así:
Es una “lectura, individual o
comunitaria de un pasaje mas o
menos largo de la Escritura,
acogido como Palabra de Dios, y
que se desarrolla bajo la moción
del Espíritu en meditación, oración y
contemplación”. El método de leer y
orar las sagradas escrituras fue
utilizado por Jesús y por los
primeros discípulos, quienes a su
vez lo reelaboraron del uso rabínico.
Empleamos el término clásico
“Lectio Divina” (en latín), por que es
un termino preciso con una historia
concreta. Y significa “lectura orante
de la palabra de Dios “. La
expresión “Lectio Divina” la
encontramos por primera vez en
una carta de un gran maestro de la
interpretación de la escritura como
fue Orígenes que se dirige a sus
discípulos Gregorio (año 233 d.C.):
38. “Dedícate a la “Lectio” (lectura) de las Divinas escrituras: aplícate a ello con
perseverancia. Si durante ella te encuentras con una puerta cerrada, llama y te abrirá
aquel portero del que Jesús tiene dicho: “a quien llama, el portero le abre” (Jn 10, 3).
Entregándote así a la Lectio Divina, busca con lealtad e inquebrantable confianza en
Dios, el sentido de las divinas escrituras”
San Ambrosio decía que se trataba de entablar un dialogo con Dios:
“A Dios escucharemos cuando leamos las Sagradas
Escrituras y a Dios hablamos cuando oramos”
Fundamentalmente se compone de 4 momentos sucesivos que se entrelazan:
1. Orar pidiendo el Espíritu Santo
Solo el Espíritu de Dios, que está y permanece en nosotros puede darnos la luz
interior que nos permite penetrar en el sentido de los textos bíblicos. De otra
manera no podríamos comprender
debidamente lo que Dios quiere decimos.
Jesús nos enseña:
“El Espíritu Santo, que el
Padre enviara en mi nombre,
les enseñara todo y los
guiara a la verdad completa”
(Jn 16,13)
39. 2. Lectura Atenta ¿Qué dice el texto en su contexto?
Se debe leer y releer lenta y atentamente el texto, haciendo resaltar los elementos
esenciales, las palabras que impresionen, los personajes, las acciones de esos
personajes o verbos, los temas tratados, los sentimientos expresados o las palabras
claves. Se trata de respetar el texto.
Conviene memorizar el versículo que mas nos llamó la atención.
Si podemos conocer los aportes de los métodos históricos-críticos, nos ayudan a
ubicarnos en la historia, la geografía, la cultura de la época y otros detalles en que fue
escrito el pasaje. En estos aspectos la Biblia trae notas marginales, introducciones en
cada libro, textos, paralelos o referentes, mapas y cronologías.
Contexto
Para entender el sentido de un fragmento, hay que colocarlo en el contexto de los
pasajes vecinos (antes y después), tener en cuenta las características del conjunto de
todo el libro, de toda la Biblia y en referencia a “Jesús”, Él es el criterio máximo de la
revelación divina.
“Si sacamos el texto de su contexto, se convierte en
un pretexto para hacer decir a la Palabra de Dios lo
que nos de la gana”.
Por la lectura frecuentamos la Biblia como se visita a un amigo, exige el máximo de
atención, respeto, amistad; y es donde tendremos que sustituir el termino “lectura”
por el termino escucha = Shemá (en hebreo). Deuteronomio 6, 3-9.
40. Shemá
El principio de la felicidad y prosperidad esta en “la escucha de la Palabra de Dios”.
Los judíos eran conscientes de esta verdad, por eso lo recitaban dos veces al día (al
despertar y antes de acostarse), lo recordaban en sus viajes, lo tenían escrito a la
entrada de sus casas, en sus vestidos y lo llevaban entre ceja y ceja.
Jesús dirá: “Dichosos mas bien los que escuchan la Palabra
de Dios y la ponen en practica” Lc 11, 28
Realmente no somos felices por que buscamos
nuestra felicidad donde no está. Sabemos ser
sensatos para realizar nuestras tareas
cotidianas, talvez para conseguir dinero, pero
no somos sensatos para llevar nuestra propia
vida. Por esto es necesario escuchar a Dios, Él
nos creo y es quien sabe guiarnos en nuestra
vida; cuando pretendemos hacer la vida de
espaldas a Dios, somos infelices.
Para hacer una buena lectura puede ayudar
hacemos preguntas del texto:
-¿quiénes? (identificar los personajes)
-¿dónde? (lugar)
-¿que? (acciones o verbos)
-¿cuando? (tiempo)
-¿cómo? (distinguir el género literario: histórico, poesía, etc.).
Ejercicio: leer Mc 1,16-20 y hacerse las preguntas anteriores.
41. La lectura debe ser perseverante y diaria.
Sugiero subrayar en ella con colores de acuerdo a los temas. Ejemplo: amor de
Dios, oración y Espíritu Santo, nombres del Señor. Fe, frases importantes, etc.
Cuando hacemos una buena lectura superamos los problemas del
fundamentalismo.
Fundamentalismo
Es la tentación de separar el texto de la vida y de la historia del pueblo; lo
absolutiza como la única manifestación de la Palabra de Dios.
El fundamentalismo anula la acción de la Palabra de Dios en
la vida. Es la ausencia total de conciencia crítica.
Distorsiona el sentido de la Biblia y alimenta el moralismo, el
individualismo y el espiritualismo en la interpretación de la
misma.
Superar el fundamentalismo solo es posible en la medida en
que, a través de la lectura, el lector consiga ver el texto en su
contexto de origen, y al mismo tiempo perciba en él el reflejo
de la situación humana tan conflictiva, confusa y
controvertida que hoy vivimos.
El objetivo de una buena lectura es leer y estudiar el texto
hasta que, sin dejar de ser el mismo, se convierte en espejo
de nosotros mismos y nos refleje algo de nuestra propia
vida.
42. 3. Meditación. ¿Qué me dice el texto?
La meditación consiste en rumiar el texto hasta descubrir el mensaje que encierra
para nosotros hoy. Se entabla un dialogo entre lo que nos dice en su Palabra y en
nuestra vida. De este modo el mensaje del texto cobra actualidad y se convierte en
un mensaje para mi.
La fe nos dice que este texto a pesar de ser de otra época y de otro contexto, tiene
algo que decimos hoy. En él debe existir un valor permanente que quiera producir
hoy la misma conversión o cambio que provocaba en aquella época.
Se entra en dialogo con el texto, con
Dios, haciendo preguntas que obliguen a
usar la razón y que intenten llevar el
texto al interior de nuestra vida. Se
medita reflexionando, interrogando:
-¿qué diferencias hay entre esta
situación y la nuestra?
-¿qué cambio de comportamiento te
sugiere?
-¿en que debo crecer o mejorar?
Otra manera de hacer meditación es repetir el texto, rumiarlo, masticarlo, hasta
descubrir lo que nos quiere decir. Es lo que hacia la Virgen María cuando guardaba
la Palabra de Dios en su corazón (Lc 2, 19. 51).
43. Después de haber hecho la lectura y de haber descubierto el sentido, es bueno tratar
de resumir todo en una sola frase, de preferencia del mismo texto Bíblico, para
llevarla con nosotros en la memoria y para repetirla y masticarla durante el día, hasta
que se mezcle con nuestro propio ser.
La percepción del sentido del texto no viene del
estudio, sino de la experiencia que nosotros mismos
tenemos de la Palabra de Dios en la vida.
Es el Espíritu Santo quien actúa dentro de la Sagrada
Escritura y a través de la meditación, Él se comunica
con nosotros, nos inspira, crea en nosotros los
sentimientos de Jesucristo. (Fil 2,5).
Dice el Padre Ignacio Larrañaga en su libro “Encuentro”:
Procura cuestionar tu vida a la luz de la Palabra, aplicando permanentemente la
Palabra escuchada a la situación concreta de tu vida, preguntándote a cada
momento:
¿qué me esta diciendo Dios en este texto para mi vida?
¿En que sentido los criterios encerrados en esta Palabra interpelan mi modo de
pensar y actuar?
¿En que aspectos debo cambiar?
¿Qué haría Jesús en mi lugar?
La meditación actualiza el sentido del texto hasta tener claro lo que Dios esta
pidiendo de mí. Cuando queda claro lo que Dios pide, queda clara mi respuesta, es
decir mi “Oración”.
44. 4. Oración ¿Qué le respondo yo a Dios?
Hasta ahora era Dios quien hablaba mediante la lectura y la meditación. Llegó el
momento de dar mi respuesta y de expresar delante de Dios la reacción que la
Palabra oída y meditada provocó en mí.
Dentro de la dinámica de la Lectio Divina, a pesar de que todo se ha regado con
oración debe haber un momento especial propio para entablar un verdadero
dialogo con Dios vivo.
La oración que nace de la meditación, se puede manifestar espontáneamente
como:
- Alabanza
- Acción de gracias
- Adoración
- Perdón
- Petición
- Entrega a su voluntad
- y otras maneras de expresar tu oración.
Es sentir íntimamente el gusto de Dios y de
las cosas de Cristo, por la libre comunicación
del Espíritu Santo.
Decía San Agustín:
“Hablar con Dios es más importante
que hablar de Dios”
45. Por la oración se crea el espacio donde la Palabra
hace lo que dice, trae lo que anuncia, comunica su
fuerza y nos revigoriza para el caminar. Y es aquí
donde se inicia la “Contemplación”, la acción de la
Palabra, como lo expresa el profeta:
“Como bajan la lluvia y la nieve del cielo,
y no vuelven allá, sino que empapan la
tierra, la fecundan y la hacen germinar,
para que dé semilla al sembrador y pan
para comer, así será mi Palabra, que
sale de mi boca; no volverá a mí vacía,
sino que hará mi voluntad y cumplirá mi
encargo” (Isaías 55,10-11).
5. Contemplación ¿A qué me compromete la Palabra de Dios?
San Agustín decía:
“A través de la lectura de la Biblia, Dios nos devuelve la
mirada de la Contemplación y nos ayuda a descifrar el
mundo y a transformarlo, para que sea nuevamente una
revelación de Dios”.
46. La contemplación no sólo medita el mensaje, sino que también lo realiza; no
solo lo oye, sino que lo pone en práctica.
La contemplación corrige el defecto de nuestros ojos y nos convierte. Nos
hace descubrir que no es Dios quien está ausente de la realidad. Somos
nosotros los que no percibimos su presencia.
La contemplación es el último grado de la Lectio Divina. Es su punto de
llegada. Sin embargo cada vez que se llega al último momento, éste se
convierte en la plataforma de un nuevo comienzo. Y así, a través de un
proceso siempre renovado de Lectura, Meditación, Oración y Contemplación,
vamos creciendo en la comprensión del sentido y de la fuerza de la Palabra de
Dios. Nunca se llegará al momento de poder decir: “¡Ya realicé todo el objetivo
de la Palabra de Dios en mi vida!” Pues
siempre habrá por delante la posibilidad de una
mirada más penetrante de una Lectura más
profunda, de una Meditación más exigente, de
una Oración más comprometida, de una
Contemplación más transparente.
Hasta que todos los velos caigan, hasta que la
realidad sea transformada y llegue a la plenitud
del Reino. Pero, para esto, queda todavía un
largo camino (cfr. 1Re 19,7)
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