3. 3
San Agustín
1
Ama, y haz lo que quieras.
2
La verdad es lo que es.
3
Si yerro, sé que existo.
4
La paz que no tiene tarde.
4. 4
Claes Andersson
1
Amar es respetar
la independencia del ser amado
así concibo yo el amor
dónde coño se habrá metido esta mujer.
2
Cuídate de aquel que dice representar
la voz de muchos.
Tal vez lo hace.
Cuídate de aquel que dice hablar
sólo por su cuenta.
Tal vez lo hace.
Cuídate de aquel que sólo asiente
con la cabeza.
mañana el asentamiento puede afectarte a ti.
Cuídate de aquellos que sólo quieren vivir
su vida en paz.
No reparan en medios.
5. 5
Eugenio de Andrade
Volvamos a empezar pues, las manos
palma con palma.
Di, no digas, la palabra.
¿Tendrán sentido aún las palabras?
¿Habrá otro verano, otro mar
para las palabras?
Van de ola en ola,
de ola en ola van borradas.
¿Seremos nosotros, tú y yo, las palabras?
¿Dónde nos llevan, en este crepúsculo,
así palma con palma,
cogidos de la mano?
6. 6
Michelangelo Antonioni
1
No tengo nada que decir, pero quizás tengo algo que mostrar.
2
He tratado de introducir aire, espacio, entre las personas y las cosas.
3
Una película que se puede contar con palabras no es una verdadera película.
4
El cine en blanco y negro guarda con el cine en color la misma relación que el dibujo
con la pintura.
5
Nada es curvo.
9. 9
Marco Aurelio
1
No actúes como quien va a vivir diez mil años.
La necesidad se cierne sobre ti.
Mientras vivas, mientras es posible, sé bueno.
2
La mejor manera de defenderte es no parecerte a ellos.
3
La perfección moral tiene esto: pasar cada día como el último,
no sufrir convulsiones, no estar entorpecido, no ser falso.
4
Para la piedra que se arroja hacia arriba no es ningún mal bajar
ni ningún bien subir.
10. 10
Miguel Barnet
Son ciertas las memorias
y la soledad
La vida es cierta
y el olor a lluvia
Todos estos días son ciertos
Es cierto el pez (como no lo dije antes)
y el deseo de cambiar las cosas
Entrar en los cafés es cierto
y salir al mundo
Agarrarse de él un solo instante.
12. 12
Samuel Beckett
1
de frente
lo horrible
hasta hacerlo
risible
2
escúchalas
sumarse
las palabras
a las palabras
sin palabra
los pasos
a los pasos
uno a
uno
13. 13
Mario Benedetti
1
Tengo miedo de verte
necesidad de verte
esperanza de verte
desazones de verte
tengo ganas de hallarte
preocupación de hallarte
certidumbre de hallarte
pobres dudas de hallarte
Tengo urgencia de oírte
alegría de oírte
buena suerte de oírte
y temores de oírte
o sea
resumiendo
estoy jodido
y radiante
quizá más lo primero
que lo segundo
y también
viceversa.
2
La lluvia sobre el mar es una redundancia.
3
Los párvulos sonríen porque no saben lo que les espera.
14. 14
Gottfried Benn
1
Semana tras semana sus hijos,
al volver del colegio,
le levantaban la cabeza:
entonces le entraba un poco de aire y podía dormir.
En una ocasión, uno se agachó de improviso
y la cabeza se le escapó de las manos.
Resbaló hacia un lado, colgando azul oscura por encima
de un hombro.
Azul oscuro.
2
Cuando la noche ceda,
cuando comience el día,
llevarás señales en ti
que nadie sabrá interpretar,
marcas secretas
enfermas de horas lejanas,
y vacías el cuenco
del que antes que tú yo bebí.
15. 15
Thomas Bernhard
Escucha, en el viento flotan
miedos,
ojos de muchos niños
se cierran
en arroyos inquietos.
Más salvaje se queja
el ave
de mi muerte,
escucha,
en el viento flotan,
miedos,
tiritando vuelve
lo que yo había
perdido,
en la muerte muchos se levantan
con manos heridas
sosteniendo
velas blancas,
de estrellas cansadas
y de veranos llorados,
escucha, hermano mío
hermana,
escucha,
en el viento flotan
miedos.
16. 16
Aleksandr Blok
Qué difícil es caminar entre la gente
y simular que no se ha muerto
y en este juego de trágica pasión
confesar que aún no se ha vivido.
Y escrutando en la nocturna pesadilla,
encontrar el orden como un desordenado torbellino
para que en el inexpresivo resplandor del arte
descubramos el mortal incendio de la vida.
17. 17
Jorge Luis Borges
He cometido el peor de los pecados
que un hombre puede cometer. No he sido
feliz. Que los glaciares del olvido
me arrastren y me pierdan, despiadados.
Mis padres me engendraron para el juego
arriesgado y hermano de la vida,
para la tierra, el agua, el aire, el fuego.
Los defraudé. No fui feliz. Cumplida
no fue su joven voluntad. Mi mente
se aplicó a las simétricas porfías
del arte, que entreteje naderías.
Me legaron valor. No fui valiente.
No me abandona. Siempre está a mi lado
la sombra de haber sido un desdichado.
18. 18
Alain Bosquet
Debes dar las gracias a esta carne
por haberte puesto en el mundo:
un cielo infernal.
Debes dar gracias a lo desconocido
que por respeto o por desafío llamas Dios.
Debes dar las gracias
-merece tu ternura-
a esta rosa que no es rosa
sino para hacerte daño.
Debes dar las gracias a este viejo río
ya que lo veneras
queriéndote comparar con él.
Debes dar las gracias a esta ave,
ruiseñor o buitre,
por no ser parecida a ti.
Debes de dar las gracias, cuarenta veces gracias,
frente a este océano, por el placer de la palabra
y por la voluptuosidad del verbo.
Debes dar las gracias
a la duda, a la maravilla, a la metamorfosis,
porque te obligan
a reinventarte.
Debes dar las gracias a esta muerte
que te devuelve a la llama, a la nieve, a la arena
de las que estás hecho pero que consideran un honor
el deshacerte.
19. 19
Georges Braque
1
El progreso en arte no consiste en ampliar sus límites, sino en conocerlos mejor.
2
Definir algo es sustituirlo por su definición.
3
El cuadro está terminado cuando ha borrado la idea.
4
Tan solo quien sabe lo que quiere se equivoca.
5
Es el detalle lo que extravía, lo que insufla vida.
20. 20
André du Bouchet
De la tierra
yo conozco solo la superficie.
La he besado.
He hecho de esta destrucción
mi frente
el frío
el verano giran sobre él
del día
ese muro raído
como una lengua que raspa
antes de caer.
21. 21
Robert Bresson
1
Respetar la naturaleza del hombre sin pretender que
sea más palpable de lo que es.
2
Un único misterio personas y objetos.
3
No corras tras la poesía. Ella penetra por sí sola a
través de las junturas (elipsis).
4
Sé preciso en la forma, no siempre en el fondo (si puedes).
22. 22
Ernesto Cardenal
1
Me contaron que estabas enamorada de otro
y entonces me fui a mi cuarto
y escribí ese artículo contra el Gobierno
por el que estoy preso.
2
Tú que estás orgullosa de mis versos
pero no porque yo los escribí
sino porque los inspiraste tú
y a pesar de que fueron contra ti:
Tú pudiste inspirar mejor poesía.
Tú pudiste inspirar mejor poesía.
24. 24
Guido Ceronetti
1
La vida anhela, en secreto (pero a veces incluso lo vocea),
dejar de ser.
2
El arte está acabado desde que los artistas ya no tienen
enfermedades venéreas.
3
Si buscando una mano en la oscuridad encuentras un
culo, piensa en la riqueza y el misterio de la oscuridad.
4
No hay que tener más que relaciones superficiales con
quien rechaza ajos y cebollas, porque se trata de caracteres
débiles, incapaces de profundidad.
25. 25
Emil Michel Cioran
1
REGLAS PARA VENCER EL PESIMISMO PERO NO EL SUFRIMIENTO
acompañar el más delicado estremecimiento del alma
con una tensión premeditada;
estar lúcido en la disolución interior;
vigilar la fascinación musical;
estar triste con método;
leer la Biblia con interés político, y a los poetas para
verificar la propia resistencia;
servirse de las nostalgias para los pensamientos o hechos;
robárselas al alma;
crearse un centro exterior: un país, un paisaje, ligar los
pensamientos al espacio;
mantener artificialmente el odio contra lo que sea:
contra una nación, una ciudad, un individuo, un recuerdo;
amar la fuerza después del sueño: ser brutal después de
todo lo que es puro y sublime;
aprender una táctica del alma; conquistar los estados de
ánimo;
no aprender nada de los hombres; solamente la naturaleza
es dueña de la duda;
anular el miedo con el movimiento; con la fuga; cuando
nos paramos, las cosas callan y la nada nos llama;
hacer de la quimera un sistema.
2
La vida, esa chulería de la materia.
27. 27
Julio Cortázar
1
Mira, no pido mucho,
solamente tu mano, tenerla
como un sapito que duerme así contento.
Necesito esa puerta que me dabas
para entrar a tu mundo, ese trocito
de azúcar verde, de redondo alegre.
¿No me prestas tu mano en esta noche
de fin de año de lechuzas roncas?
No puedes, por razones técnicas. Entonces
la tramo en aire, urdiendo cada dedo,
el durazno sedoso de la palma
y el dorso, ese país de azules árboles.
Así la tomo y la sostengo, como
si de ello dependiera
muchísimo del mundo,
la sucesión de las cuatro estaciones,
el canto de los gallos, el amor de los hombres.
2
Vení a dormir conmigo:
no haremos el amor, él nos hará
28. 28
E. E. Cummings
1
ahora todos los dedos de este árbol (cariño) tienen
manos, y todas las manos tienen gente; y
cada persona concreta está más (amor mío)
viva de lo que cada mundo puede entender
y ahora tú eres y yo soy ahora y nosotros somos
un misterio que no volverá a ocurrir jamás,
un milagro que no ha ocurrido nunca con anterioridad
y brillando este nuestro ahora ha de mudarse en después
y nuestro después será una oscuridad en la que
los dedos estén sin manos; y yo no te
tenga: y todos los árboles sean (no más de lo que cada uno de ellos
deshojado) su silencio en la perpetua nieve
pero no temas jamás (alma mía, hermosa mía
flor mía) pues también después es hasta
2
(no sé qué hay en ti que se cierra
y se abre; pero algo en mí comprende
que la voz de tus ojos es más profunda que todas las rosas)
nadie, ni siquiera la lluvia, tiene unas manos tan pequeñas
29. 29
Antón Chéjov
1
Solo fui feliz una vez: debajo de una sombrilla.
2
El arte es misterio.
3
En nuestro oficio –es lo mismo escribir o hacer teatro- lo esencial no es la forma,
ni el brillo, ni aquello con lo que soñábamos, sino saber resistir...
31. 31
Eliseo Diego
1
Aquí no pasa nada, no es más que la vida,
pasando de la noche a los espejos.
2
Qué poco todo, qué poco,
para tanta sombra
-tanta.
3
En esta extraña calle donde vivo,
esta increíble calle de otra parte,
quién habita esa casa que es la mía
y entrando por la puerta grande y ocre
me deja fuera a mí, que soy él mismo,
temblando como un niño ante la entrada.
Me deja a la intemperie de este mundo
como en ciudad ajena donde debo
inventarme un quehacer igual al mío
y con palabras que jamás se amigan
ni sé qué son ni nunca lo he sabido
explicar a empellones que no entiendo
qué hago yo entre estas rocas bien medidas
con geométricas grutas donde moran
los que vanse y regrésanse sin prisa
y a lo sumo me miran de reojo
como si solo fuese el que hubo entrado
apenas no sé cuándo allá en sí mismo
hacia el infierno que naturalmente
será saberme siempre el que está fuera
temblando ante la entrada como un niño.
32. 32
Fiodor Dostoyevski
1
No sé por qué nos atormentamos tanto, hasta llegar, por esta insignificancia,
al borde da la desesperación… Probablemente exista alguna cosa en el fondo
de nuestra tristeza; tal vez sea una sombra pasajera que planea sobre todos nosotros,
y nada más... Tal vez haya mucho silencio entre nosotros…
2
Murió al extinguirse su última ilusión, al ver derrumbarse ante sus ojos, de golpe,
toda la obra de su imaginación, y al intuir con lucidez, de repente, la futilidad de
todo aquello con lo que se había engañado hasta entonces y le había servido de
meta en la vida.
33. 33
Carlos Drummond de Andrade
1
Amor- ya que es palabra esencial
comience esta canción y la recubra.
Amor guíe mi verso, y al guiarlo,
reúna alma y deseo, miembro y vulva.
2
El culo, qué gracioso.
Siempre está sonriendo, nunca es trágico.
3
En el mármol de tu culo he grabado mi epitafio.
Ahora que nos separamos, mi muerte ya no me pertenece.
Tú la llevaste contigo.
35. 35
Paul Eluard
1
Tus ojos retornan
de un país arbitrario
donde nunca nadie ha sabido
lo que significa una mirada.
2
Bocas ávidas de los colores
y de los besos que las dibujan
llama hoja agua sensible
un ala las mantiene en su palma
una risa les derriba.
3
Nuestros ojos intercambian su luz
su luz y el silencio
hasta no reconocerse
hasta sobrevivir a la ausencia.
37. 37
Claude Esteban
1
Que todo se haga leve, que apenas haya
una pizca de viento
y que nos arrastre como a ese polen
que pierden los árboles
que nuestras almas
se dispersen en el espacio
y que un día alguien sepa
que hemos vivido
al respirar una flor cualquiera.
2
Allá, en ese país que será
el nuestro
muy lejos, ya sabes, cuando vuelva
el invierno
hasta la nevada será suave, el hielo
un recuerdo que ya no hiere.
39. 39
Reinaldo Ferreira
Tómese a un hombre,
hecho de nada, como nosotros,
y de tamaño natural.
Empápesele la carne,
lentamente,
de una certeza aguda, irracional,
intensa como el odio o como el hambre.
Después, próximo al fin,
agítese un pendón
y tóquese un clarín.
Sírvase muerto.
40. 40
Daniel Filipe
1
En letras enormes del tamaño
del miedo de la soledad de la angustia
un cartel denuncia que un hombre y una mujer
se encontraron en un bar de hotel
una tarde de lluvia
entre murmullos de conversación
e inventaron el amor con carácter de urgencia
dejando caer de los hombros el fardo incómodo de la monotonía cotidiana
Un hombre y una mujer que tenían ojos y corazón y
hambre de ternura
y supieron entenderse sin palabras inútiles
Apenas el silencio El descubrimiento La extrañeza
de una sonrisa natural e inesperada
2
Estoy decidido. Voy a declararme en quiebra.
(Bandera roja desplegada al viento:
“¡Hoy hay subasta!") Se liquida la existencia.
¿Motivo?
Retirada para el olvido.
3
No basta ser feliz.
No basta la Primavera.
No basta la soledad.
4
Patria, lugar de exilio
41. 41
Ennio Flaiano
1
La línea más corta
entre dos puntos es el arabesco.
2
Quien renuncia al sueño, se masturba con la realidad.
3
La pornografía es aburrida. Cotillea sobre un misterio.
44. 44
Juan Gelman
1
El peso de la palabra llega desde una piel tendida,
furia o pena, niñez.
El vacío del hondo, apoyado en el viento.
2
Amarte es esto:
una palabra que está por decir
un arbolito sin hojas
que da sombra.
3
El olvido es una función de la memoria.
45. 45
Oliverio Girondo
1
Siempre tuve un temperamento
prudente y sin embargo
deseaba ser sincero,
no por convicción sino tan solo
porque me parecía lo más
entretenido...
2
Estoy en condiciones de afirmarlo.
Dios sabe elegir sus amistades y conocer,
perfectamente bien a las personas en quien se puede fiar.
A veces las cosas hablan en voz baja.
El silencio, poco a poco,
forma un remanso alrededor de una silla,
de un picaporte, inmediatamente
su realidad en una realidad distinta,
a la vez más impenetrable y más desnuda.
Mentíamos ante una cara tan simple
como ante algo sobrenatural
y sin saber porque sentimos deseos de arrodillarnos.
Entonces es cuando la voz
comienza a ser inteligible
y si le prestamos la atención que merece,
comprendemos lo que nos dice.
Dios sabe elegir sus amistades.
¡Tiene tanta experiencia!...
A veces nos pasamos las horas charlando
sobre cualquier cosa y
como me tiene una confianza ilimitada,
me hace toda clase de confidencias.
A veces lo pongo en cada aprieto.
47. 47
Günter Grass
1
Este silencio,
es decir, el tráfico que allá lejos se ensaña consigo mismo,
me gusta,
y esta chuleta de cordero,
aunque entre tanto esté fría y sebosa,
me gusta,
y la vida,
quiero decir el espacio entre ayer y la mañana del lunes,
me vuelve a divertir:
yo me río de las chirivías,
y nuestro conejillo de Indias me recuerda el rosa.
La alegría quiere inundar mi mesa,
y un pensamiento,
al fin y al cabo un pensamiento,
sube sin levadura;
y yo me alegro,
porque es falso y es bello.
2
Un autobús vacío
se precipita en la noche cuajada de estrellas.
Tal vez cante su conductor
sintiéndose feliz.
48. 48
Óscar Hahn
1
Uno le dice a Cero que la nada existe
Cero replica que Uno tampoco existe
porque el amor nos da la misma naturaleza
Cero más Uno somos Dos le dice
y se van por el pizarrón tomados de la mano
Dos se besan debajo de los pupitres
Dos son Uno cerca del borrador agazapado
y Uno es Cero mi vida
Detrás de todo gran amor la nada acecha
2
Tú sueñas conmigo en el hemisferio sur
y mi cama proyecta dos sombras
Yo sueño contigo en el hemisferio norte
y cruje el piso de tu dormitorio
Nuestros cuerpos caminan tomados de la mano
sobre los hemisferios
49. 49
Felisberto Hernández
1
Mis pensamientos oscilan entre el infinito y el estornudo.
2
Además, yo había descubierto
que para que los recuerdos anduvieran
tenía que darles cuerda caminando.
3
Miré hacia la estatua. Aunque seguía leyendo, pensaba en la inocencia con que la
estatua tenía que representar un personaje que ella misma no comprendía.
4
Cuando me fui, no pude evitar que la hija me besara una mano: yo no sabía qué hacer.
El anciano y yo nos abrazamos, y de pronto sentí que él me besaba cerca de una oreja.
51. 51
Vicente Huidobro
1
Los cuatro puntos cardinales son tres: el Sur y el Norte.
2
La montaña y el montaño
con su luno y con su luna
la flor florecida y el flor floreciendo
una flor que llaman girasol
y un sol que se llama giraflor.
3
Sobre la nieve se oye resbalar la noche.
La canción caía de los árboles
y tras la niebla daban voces.
De una mirada encendí mi cigarro.
Cada vez que abro los labios
inundo de nubes el vacío.
En el puerto
los mástiles están llenos de nidos.
Y el viento
gime entre las alas de los pájaros.
52. 52
Yojanan Ben Ezra Ibn Al-Zakkai
Si te has olvidado de España
¿por qué no te mueres de una vez?
54. 54
Edmond Jabès
Por ti me remonto hasta el origen del signo,
a la escritura no formal que esboza el viento
sobre la arena y sobre el mar,
a la escritura salvaje del pájaro.
55. 55
Omar Jayyam
1
Mucho has visto del mundo y cuanto has visto es nada,
cuanto has dicho y oído en él, también es nada;
corriste hasta el confín del horizonte: nada;
furtivo te escondiste en casa: también nada.
2
Ya que no es cuanto existe sino viento en la mano,
ya que hay en cuanto existe defectos y fracasos,
supón que cuanto no existe en el mundo, existe,
cree que cuanto existe en el mundo, no existe.
56. 56
Roberto Juarroz
Un amor más allá del amor,
por encima del rito del vínculo,
más allá del juego siniestro
de la soledad y la compañía.
Un amor que no necesite regreso,
pero tampoco partida.
Un amor no sometido
a los fogonazos de ir y de volver,
de estar despiertos o dormidos,
de llamar o callar.
Un amor para estar juntos
o para no estarlo,
pero también para todas las posiciones intermedias.
Un amor como abrir los ojos.
Y quizá también como cerrarlos.
57. 57
Nuno Júdice
Me acuerdo de esos meses de noviembre y diciembre,
con el frío envolviendo los cobertores y una extraña
humedad saliendo de las paredes; ni sueños ni
pesadillas, con el insomnio rechinando en las puertas
que el viento empujaba, haciéndolas batir, a lo
lejos, mientras que los perros ladraban en un campo
distante. Entonces, la mañana era esa luz blanca que
entraba por la ventana, y se esparcía por el piso
de madera donde no se podían posar los pies
descalzos; mas peor aún era el corredor del piso
de piedra, que viejas alfombras no escondían.
Eran así las navidades de la infancia: el tiempo contado
por las campanas de la iglesia, que el sacristán tocaba
cada hora, cuando no se atrasaba, y el tiempo
corría con más lentitud. Mas sólo para los viejos
eso contaba –atrasando la hora del encuentro que
nadie desea. Después, en la calle, evitando los charcos
de lluvia reciente, buscaba el sol que salía de
entre nubes insistentes, bebiendo su luz
en un pequeño almuerzo breve, mientras que otras
nubes no lo vinieran a tapar, dejando sombras
apenas en el plato que duraba todo el día.
59. 59
Konstantinos Kavafis
Dices <iré a otra tierra, hacia otro mar
y una ciudad mejor con certeza hallaré.
Pues cada esfuerzo mío está aquí condenado,
y muere mi corazón
lo mismo que mis pensamientos en esta desolada
languidez.
Donde vuelvo mis ojos sólo veo
las oscuras ruinas de mi vida
y los muchos años que aquí pasé o destruí>.
No hallarás otra tierra ni otra mar.
La ciudad irá en ti siempre. Volverás
a las mismas calles. Y en los mismos suburbios
llegará tu vejez;
en la misma casa encanecerás.
Pues la ciudad siempre es la misma. Otra no busques
-no la hay-,
ni caminos ni barco para ti.
La vida que aquí perdiste
la has destruido en toda la tierra.
60. 60
Soren Kierkegaard
1
Cuando queremos entender la vida nos adentramos en el pasado,
cuando en cambio queremos vivir, nos volvemos hacia el porvenir.
2
No se trata sino de buscar el lugar desde el que hay que ver.
3
La repetición y el recuerdo son el mismo movimiento, pero en sentidos opuestos;
ya que aquello que se recuerda se repite retrocediendo, mientras que la repetición
propiamente dicha se recuerda avanzando. Por eso la repetición, si es que ésta es
posible, hace feliz al hombre, mientras que el recuerdo le hace desgraciado.
61. 61
Paul Klee
1
Apóyate en mí
y sígueme,
si abajo bostezan los abismos,
cierra los ojos.
Confía en mi paso
y en el alto, glacial espíritu.
Como dios, tú y yo entonces,
dos en uno.
2
Algo miente, te he perdido,
casi puedo creerlo.
Turbio, lleno de humildad.
El corazón se rebela,
los ojos queman.
Sin lágrimas.
Sólo la noche, ahí fuera, está llorando.
Soledad.
63. 63
Arkadiy Kutílov
En la infancia todo, hasta lo más insignificante,
está lleno de sentido:
la luz blanca, la oscuridad de las noches,
el ala, el remo y el columpio…
Y las escamas de los peces manchados,
el pollito, el halcón muerto,
el grito de la lechuza, el abejorro,
el prado después de cortar el pasto.
Como una molécula de vino en la sangre,
como un poema en el cerebro sensible,
como la luna en la noche de julio,
el punto de vista entra en el conocimiento.
64. 64
Pär Lagerkvist
Lo más hermoso es el atardecer.
Todo el amor que el cielo contiene
se ha juntado en luz sombría sobre el mundo,
sobre las casas de la tierra.
Todo es ternura, todo es acariciado como por manos,
el señor mismo borra orillas lejanas;
todo está lejos, todo está cerca.
Todo es dado al hombre como préstamo.
Todo es mío y todo lo perderé.
En breve todo lo perderé.
Árboles, cielo, la tierra que piso.
Caminaré sólo sin huellas.
65. 65
Lezama Lima
1
La luz es el primer animal visible
de lo invisible.
2
Si te atolondraras,
el firmamento roto
en lanzas de mármol
se echaría sobre nosotros.
3
Ahora, ya sabemos que la única certeza se engendra en lo que nos rebasa.
4
Lo desconocido es casi nuestra única tradición.
68. 68
San Mateo
1
La lámpara del cuerpo es el ojo. Si tu ojo es limpio, todo tu cuerpo será luminoso.
2
Quien no está conmigo contra mí está.
3
Si no os volvéis como niños no entraréis en el reino de los cielos.
4
Dios mío, Dios mío ¿por qué me has desamparado?
69. 69
Amedeo Modigliani
La vida es un regalo:
de unos pocos a otros muchos,
de aquellos que tienen a aquellos que no tienen.
71. 71
Álvaro Mutis
Y, de repente,
llega la noche
como un aceite
de silencio y pena.
A su corriente me rindo
armado apenas
con la precaria red
de truncados recuerdos y nostalgias
que siguen insistiendo
en recobrar el perdido
territorio de su reino.
Como ebrios anzuelos
giran en la noche
nombres, quintas,
ciertas esquinas y plazas,
alcobas de la infancia,
rostros del colegio,
potreros, ríos
y muchachas
giran en vano
en el fresco silencio de la noche
y nadie acude a su reclamo.
Quebrantado y vencido
me rescatan los primeros
ruidos del alba,
cotidianos e insípidos
como la rutina de los días
que no serán ya
la febril primavera
que un día nos prometimos.
72. 72
Pablo Neruda
1
Y aquella vez fue como nunca y siempre:
vamos allí donde no espera nada
y hallamos todo lo que está esperando.
2
De distancias llevadas a cabo, de resentimientos infieles,
de hereditarias esperanzas mezcladas con sombra,
de asistencias desgarradoramente dulces
y días de transparente veta y estatua floral,
¿qué subsiste en mi término escaso, en mi débil producto?
3
Mi corazón, es tarde y sin orillas.
74. 74
San Pablo
Ser arraigados en el amor a fin de poder
conocer lo que son el ancho, el largo,
el alto y la profundidad.
75. 75
José Emilio Pacheco
¿En dónde está lo que pasó
y qué se hizo de tanta gente?
A medida que avanza el tiempo
vamos haciendo más desconocidos.
De los amores no quedó
ni una señal en la arboleda.
Y los amigos siempre se van.
Son viajeros en los andenes.
Aunque uno existe para los demás
(sin ellos es inexistente),
tan sólo cuenta con la soledad
para contarle todo y sacar cuentas.
76. 76
Henry Parland
1
Hubo un tiempo
en que me atrevía a decir:
yo
no puedo
yo
no quiero
(probablemente sería porque
aún no sabía
que en realidad
es así).
2
Hoy hace mucho frío.
El aliento de los anuncios de los cines
pincha como agujas de hielo.
Las sombras de los cables eléctricos
quieren cortarme el cuello.
El aire se ha encogido tiritando
detrás de la esquina más próxima.
78. 78
Benjamín Péret
Rubia rubia
era la mujer que desapareció entre los adoquines
tan leves que se les habría creído hojas
tan grandes que se hubiera dicho que eran casas
Era me acuerdo bien un lunes
día en que el jabón hace llorar a los astrónomos
El martes la volvía a ver
semejante a un diario desplegado
flotando al viento del Olimpo
Después de una sonrisa que humeó como una lámpara
saludó a su hermana la fuente
y regresó a su castillo
El miércoles desnuda pálida y ceñida de rosas
pasó como un pañuelo
sin mirar las sombras de sus semejantes
que se estiraban como el mar
El jueves no vi más que sus ojos
signos siempre abiertos para todas las catástrofes
Uno desapareció detrás de algún cerebro
el otro se lo tragó una pastilla de jabón
El viernes cuando se ama
es el día de los deseos
Pero ella se alejó gritando
Tilburí tilburí mi flauta se ha perdido
Ve a buscarla bajo la nieve o en el mar
El sábado la esperaba con una raíz en la mano
dispuesto a quemar en su honor
los astros y la noche que me separaban de ella
pero ella se había perdido como su flauta
como un día sin amor
Y esperé el domingo
pero el domingo no llegó
y permanecí en el fondo de la chimenea
como un árbol perdido
79. 79
Fernando Pessoa
1
... como un niño que para de correr, arrastrando un batir alto
de pies breves, y respirando corto...
2
Al final de este día queda lo que quedó de ayer y quedará
de mañana: al ansia insaciable e innúmera de ser siempre el mismo
y otro.
3
Procuro decir lo que siento
sin pensar en que lo siento.
Procuro arrimar las palabras a la idea
y no necesitar un pasillo
del pensamiento a las palabras.
4
Morir es acordarnos de que olvidamos algo.
5
¿Por qué llueve?
81. 81
Edgar Alan Poe
Sólo tus ojos permanecieron. No se irán, todavía no
se han ido. Alumbrando mi solitaria ruta hacia casa,
aquella noche, no me han dejado (como
hacen mis esperanzas) desde entonces.
Siguen, me guían a través de los años.
83. 83
Ezra Pound
Lo que realmente amas te quedará, lo demás es escoria,
lo que realmente amas no te será quitado,
lo que realmente amas será tu herencia.
84. 84
Jacques Prévert
1
Entre los barrotes de los locales disciplinarios
una naranja
pasa como un relámpago
y cae en la cubeta
como una piedra
y el prisionero
todo salpicado de mierda
resplandece
iluminado de alegría
ella no me ha olvidado
sigue pensando en mí.
2
Las flores los jardines los surtidores las sonrisas
Y la dulzura de vivir
Un hombre está ahí en el suelo y se baña en su sangre
Los recuerdos las flores los surtidores los jardines
Los sueños infantiles
Un hombre está ahí en el suelo como un fardo sangrando
Las flores los surtidores los jardines los recuerdos
Y la dulzura de vivir
Un hombre está en el suelo como un niño dormido.
85. 85
Jules Renard
1
Al pasar junto a la cruz situada en las afueras del pueblo al que parece proteger de
alguna sorpresa desagradable, Tiennette, la loca, vio que el Cristo se había caído.
Durante la noche el viento lo había desclavado y arrojado al suelo, sin duda. Tiennette
se santigua y levanta el Cristo con todas las precauciones, como si se tratara de una
persona aún viva. No puede volver a colocarlo en la cruz que está demasiado alta; pero
tampoco puede dejarlo solo, al borde de la carretera. Además, se ha estropeado al caer y
le faltan varios dedos. -Voy a llevar el Cristo al carpintero para que lo repare -se dice.
Lo agarra piadosamente por la cintura y se lo lleva, sin correr. Pero es tan pesado que se
desliza entre sus brazos y, con frecuencia, se ve obligada a subirlo con una violenta
sacudida. Y cada vez, los clavos que antes sujetaban los pies del Cristo agarran la falda
de Tiennette, la levantan un poco y dejan ver sus piernas. -¡Quiere estarse quieto, Señor!
-le dice. Y con toda sencillez, Tiennette da unos suaves cachetes en las mejillas del
Cristo, con delicadeza, con respeto.
2
Hay momentos en los que todo va bien: no te asustes, no duran.
3
¿Qué es nuestra imaginación comparada con la de un niño que intenta hacer un
ferrocarril con espárragos?
4
Es difícil ser bueno cuando se es lúcido.
86. 86
Klaus Rifbjerg
1
Usa la mano, compañero,
es lo único que tienes.
2
La posibilidad de caer
mantiene al avión en el aire
por lo general.
87. 87
Rainer Maria Rilke
1
Sería bueno meditar mucho, para
expresar algo de lo así perdido,
de aquellas largas tardes de la infancia
que así nunca volvieron... ¿y por qué?
Aún nos acordamos... quizás en una lluvia,
pero ya no sabemos lo que eso significa;
nunca más estuvo la vida tan llena
de encuentros, de volverse a ver, de seguir avanzando
como entonces, cuando no nos sucedía más
que lo que sucede a una cosa y a un animal;
vivíamos entonces lo suyo como humano
y nos llenábamos hasta el borde de figuras.
Y nos hicimos tan solitarios como un pastor,
y tan sobrecargados de grandes lejanías,
y como desde lejos tocados y elegidos,
y lentamente, como un largo hilo nuevo,
insertados en aquellas series de imágenes
en que ahora nos desconcierta persistir.
2
Y sin embargo, aunque cada uno trata
de escapar de sí mismo como de una
prisión que lo encierra en su odio,
hay en el mundo un gran milagro,
yo lo siento: toda vida es vivida.
3
He rezado para volver a encontrar mi infancia, y ha vuelto, y siento que aún está dura
como antes, y no me ha servido de nada envejecer.
88. 88
Arthur Rimbaud
Que venga, que venga
el tiempo que apasiona.
He esperado tanto
que nunca olvido.
Miedos y sufrimientos
huyeron al cielo.
Y la sed malsana
oscurece mis venas.
Que venga, que venga
el tiempo que apasiona.
Tal la pradera
entregada al olvido,
crecida y en flor
de incienso y de abrojos,
al zumbido huraño
de las sucias moscas.
Que venga, que venga
el tiempo que apasiona.
89. 89
Yannis Ritsos
1
Desapareció al fondo de la calle.
La luna había salido ya.
Un pájaro sonó entre los árboles.
Una historia corriente, simple.
Nadie había notado nada.
Entre las dos farolas,
un gran charco de sangre.
2
¿De verdad? ¿Has recibido carta?
Rómpela
luego la recogeremos
trocito a trocito
la pegaremos
y la leeremos.
¿Escuchas los disparos?
90. 90
Mies van der Rohe
1
La estructura no sólo determina su forma, sino que es la propia forma.
Allí donde una estructura verdadera encuentra un contenido verdadero
surgen verdaderas obras; obras verdaderas y conformes a su esencia.
2
No me opongo a la forma, sino únicamente contra la forma como meta.
Y esta objeción se basa en lo que he aprendido de una serie de experiencias.
La forma como meta desemboca siempre en formalismo.
Pues implica un esfuerzo que no se orienta al interior, sino al exterior.
Pero sólo un interior vivo puede tener un exterior vivo.
Sólo la intensidad vital puede tener intensidad formal.
Todo cómo ha de apoyarse en un qué.
Lo no formalizado no es peor que el exceso de forma.
Lo primero no es nada y lo segundo es apariencia.
La verdadera forma presupone una vida verdadera.
Pero ninguna vida pasada, ni tampoco ninguna vida imaginada.
Este es el criterio.
No valoramos el resultado, sino la orientación del proceso de formalización.
Precisamente éste nos revela si la forma se ha encontrado partiendo de la vida o por ella
misma.
Por ello, es tan esencial para mí el proceso de formalización.
Para nosotros lo decisivo es la vida.
En toda su plenitud, en sus relaciones espirituales y materiales.
91. 91
Jacques Roubaud
Ahora
todo terminó
el árbol vuela en pedazos
bajo el golpe del otoño
Algunas batidas de alas obstinadas
recrean para mí
la estación para siempre ida
Desde ahora
solo veré el tejado gris
del frío tras la mirada de la
viuda
estática como yo
rozándonos apenas de
un pensamiento opuesto
ella violeta
reaparecerá al fondo de
mi recuerdo
cuando una vez más me lamente
de no haber sido el pintor de
su desgracia
Antes de partir
doblaré la ventana
y cuidadosa y sin respiro
la llevaré conmigo
para abrirla
junto al mar.
92. 92
Jaime Sabines
1
Lloverás en el tiempo de lluvia,
harás calor en el verano,
harás frío en el atardecer.
Volverás a morir otras mil veces.
Florecerás cuando todo florezca.
No eres nada, nadie, madre.
De nosotros quedará la misma huella,
la semilla del viento en el agua,
el esqueleto de las hojas en la tierra.
Sobre las rocas, el tatuaje de las sombras,
en el corazón de los árboles la palabra amor.
No somos nada, nadie, madre.
Es inútil vivir
pero es más inútil morir.
2
Cuando tengas ganas de morirte
esconde la cabeza bajo la almohada
y cuenta cuatro mil borregos.
Quédate dos días sin comer
y verás que hermosa es la vida:
carne, frijoles, pan.
Quédate sin mujer: verás.
Cuando tengas ganas de morirte
no alborotes tanto: muérete
y ya.
93. 93
W. G. Sebald
1
Horrible
es pensar
en nuestras des
gastadas ropas
2
El papel de escribir
huele
como la viruta
en el ataúd
3
Sin contar
queda la historia
de las caras
vueltas hacia otro lado
94. 94
Guennadiy Shpalikov
Alguna vez, cuándo,
me sentaré y me olvidaré de mí,
por poco tiempo — para siempre,
en cualquier lugar y en todas partes.
Olvidaré todo, lo desaprenderé,
me descalzaré y me desnudaré,
me despediré
y me esconderé de mí en alguna parte.
95. 95
Charles Simic
1
Había embarullado a los personajes en la larga novela que estaba escribiendo.
Olvidó quiénes era y qué hacían.
Una mujer muerta reaparecía a la hora de cenar. Un vendedor a domicilio surgió de un
tosco remolque vestido con ropajes chinos. El día que se suponía que el asesino iba a ser
electrocutado, compraba flores para una cierta Rita, que resultó ser una chica de diez
años con gruesas gafas y trenzas...
Y así iba...
Sin embargo, nunca hizo nada por mí. Fui haciéndome más viejo y gruñón, como era de
esperar, en un pequeño pueblo descuidado que siempre describía como “muerto”
e “irrelevante”.
2
Una vez oí, incluso, el sollozo de un niño.
Estaba al otro lado,
tan cerca que pensé, por un instante,
que era yo el que lloraba.
99. 99
Giuseppe Ungaretti
1
Al nacer no sabes nada,
viviendo aprendes poco,
pero quizá al morir te parezca
que la única doctrina
es aquella que se afina
recluyéndose en el amor.
2
Podríamos continuar.
3
De estas casas
no ha quedado
más que algún
pedazo de muro.
De tantos
a quienes estaba unido
no ha quedado
ni siquiera eso.
Pero en el corazón
ninguna cruz falta.
Mi corazón
es el país más desvastado.
100. 100
Paul Valery
1
Todo cambia en esta vida menos la vanguardia.
2
El más escéptico de todos
es el Tiempo,
que con los Nos hace Sis
y con el odio amor
y al contrario.
Y si el río no remonta a su fuente,
y si la manzana caída no salta
y se reúne a su rama
es porque te falta paciencia para creerlo.
3
Encontrar no es nada. Lo difícil
es sumarse lo encontrado.
4
Se trata de pasar de cero
a cero. Y eso es la vida.
De lo inconsciente e insensible
a lo inconsciente e insensible.
5
El amor consiste en poder
ser tontos juntos.
101. 101
César Vallejo
1
Esta tarde llueve, como nunca; y no
tengo ganas de vivir, corazón.
Esta tarde es dulce. Por qué no ha de ser?
Viste gracia y pena; viste de mujer.
Esta tarde en Lima llueve. Y yo recuerdo
las cavernas crueles de mi ingratitud;
mi bloque de hielo sobre su amapola,
más fuerte que su “No seas así!”
Mis violentas flores negras; y la bárbara
y enorme pedrada; y el trecho glacial.
Y pondrá el silencio de su dignidad
con óleos quemantes el punto final.
Por eso esta tarde, como nunca, voy
con este búho, con este corazón.
Y otros pasan; y viéndome tan triste,
toman un poquito de ti
en la abrupta arruga de mi hondo dolor.
Esta tarde llueve, llueve mucho. ¡Y no
tengo ganas de vivir, corazón!
2
Las personas mayores
¿a qué hora volverán?
102. 102
Robert Walser
1
En el margen
yo me hago mi camino,
que lleva cerca y lejos;
sin voz y sin palabra,
en el margen estoy.
2
Desde que decidí
abandonarme al tiempo, siento en mí
un cálido sosiego.
Desde que decidí
burlarme de las horas y los días,
terminaron mis quejas.
Me he quitado la carga
de las culpas que tanto daño me hacen
con una frase clara:
quiera extinguirse o no,
el tiempo es el tiempo,
siempre encuentra a un valiente como yo
en el sitio de siempre.