Informe Estudio de Opinión en Zapopan Jalisco - ABRIL
El nacimiento del Soldado Alemán
1. A partir de 1939, los alemanes dominaron una buena parte de Europa gracias a su arrojo, su
superioridad militar y su novedosa forma de hacer la guerra. Sin embargo, y además de
contar entre sus filas con todo tipo de imponentes carros de combate, Hitler y sus oficiales
también podían presumir de disponer de miles y miles de combatientes pertrechados con
un material bélico que les dio decenas de victorias durante la primera fase de la Segunda
Guerra Mundial.
Desde el fusil Kar 98 K hasta la máscara antigás reglamentaria, todo estaba pensado para
que el infante pudiera sobrevivir durante días en el frente sin contar con más apoyo que el
de sus compañeros y el equipo que llevaba a sus espaldas.
2. Para entender qué pasaba por la «kartoffel» de un soldado alemán durante la Segunda
Guerra Mundial es necesario remontarse en el tiempo hasta el año 1933. Por entonces, en
Alemania ya había tomado el poder Adolf Hitler aupado por una crisis económica y
nacional (pues hierieron el orgullo alemán) producida tras el tratado de Versalles.
Al final convenció a los ciudadanos alemanes, pues no sólo le votaron, sino que le dieron su
apoyo para que, en 1934, el «Reichwehr» alemán (las Fuerzas Armadas del país) le juraran
fidelidad a él. Toda una revolución para la época que le convirtió en líder indiscutible de
los ejércitos de tierra, la armada y las fuerzas aéreas.
«En el año 34, el ejército tuvo que jurar lealtad a Hitler. No tuvieron más opción. Si no lo
hacían, les obligarían a disolverse y sus funciones las adquirirían los seguidores del líder.
Esa fue la base del ejército que posteriormente invadió Polonia: militares que no eran nazis
pero que, al final de la contienda, se afiliaron en muchos casos al partido. El problema es
que al final el nazismo imbuyó el ejército hasta tal punto que Hitler cambió el saludo
militar por el fascista. Muchos militares estaban en contra de ello y sólo querían salir
adelante, pero les tocó vivir aquello», explica, en declaraciones a ABC, Santos Rodríguez,
miembro de la «Asociación cultural albaceteña de recreación histórica».
Aquella jornada, los soldados alemanes que habían estado a las órdenes de la República de
Weimar pasaron a depender directamente del Führer en base al siguiente juramento. «Juro
por Dios que deberé prestar obediencia absoluta al jefe del imperio y del pueblo alemán,
3. Adolf Hitler -comandante en jefe de las fuerzas armadas-, y que, como un soldado valeroso,
deberé estar siempre preparado para dar mi vida por este juramento».
Posteriormente, el ejército fue renombrado como la «Wehrmacht», organización que incluía
el «Heer» (ejército de tierra), la «Kriegsmarine» (la marina) y las fuerzas aéreas
(«Luftwaffe»). El equipo del soldado de infantería previo a la guerra y que, con
posterioridad, participó en las primeras contiendas de 1939 en Polonia, es el que será
analizado en las siguientes páginas.