planeacion de encuentros pedagogicos atencion primera infancia
El avaro
1. El avaro.
Acto IV EscenaII
(Fragmento)
Harpagón. —¡Cáspita!Mi hijobesala manode sufutura madrastray su futuramadrastra no se lo prohíbe ¿Si habrá
algúnmisterioescondidoenesto?
Elisa. —Ahíviene mi padre.
Harpagón. — La carroza estápreparada. Podéissalircuandoqueráis.
Cleanto. —Puestoque novaisconellas,padre mío,yo lasacompañaré.
Harpagón. — No:quedaos.Ellasiránbiensolasyyo os necesito.
Harpagón. —Ahoracuestiónde madrastraaparte,¿qué te parece esapersona?
Cleanto. —Así,así.
Harpagón. —Explícate.
Cleanto. —Si he de hablarosfrancamente,nolahe encontradocomolahabía creído. Tiene trazasclaras de
coqueta,sutalle esbastante desmañado,subellezamuymediocreysuingeniode losmáscomunes.Nocreáis,
padre,que os lodigopor disgustaros,porque tantome importa,paramadrastra,ésta comootra.
Harpagón. —Puesle decíasha poco…
Cleanto. —Le he dichoalgunaslisonjasenvuestronombre,peroeraparaagradaros.
Harpagón. —Laméntolo,porque elloquebrantaunaideaque me ha venidoamientes.Viendoaesadoncellaaquí,
he reflexionadosobre mi edad,yhe pensadoque podrámurmurarse viéndomecasadoa unamujertan joven.Esa
consideraciónme hahechoabandonarmi designio,mascomoyala he pedidoyme he comprometidoconellade
palabra,yo te hubiese dadocongustoa Mariana de no serpor la aversiónque atestiguas.
Cleanto. — ¿Me la habríais dadoa mí?
Harpagón. — A ti.
Cleanto. — ¿Enmatrimonio?Escuchad.Ciertamentenoesunamujermuya mi gusto,peropor complaceros,padre
mío, yo resolverécasarme conella,si queréis.
Harpagón. — ¿Yo? Más razonable soyde lo que piensasynoquieroforzartu inclinación.
Cleanto. —Perdonad,peroharíaese esfuerzoporvuestroamor.
Harpagón. — No.por lo que al hombre concierne, nodebe arriesgarse tal peligro,pueshayluegoconsecuencias
desastrosasque noquieroprovocar.Si tú hubiesessentidoalgunainclinaciónporMariana,yote hubiese casado
con ella.Más,no siendoasí,atenderme ami designioyme casaré yo.
Cleanto. —Puestoque de tal suerte estánlascosas,padre mío, menesteresdescubrirosmi corazón
2. y revelarosnuestrosecreto.Laverdadesque amo a Mariana desde undía que lavi enuna paseo,que mi propósito
ha poco era pedíroslapormujeryque nada me loha impedidosinoel oírosdeclararvuestrossentimientosyel
temorde contrariaros.
Harpagón. — ¿La habéisvisitado?
Cleanto. —Sípadre mío.
Harpagón-¿Muchasveces?
Cleanto. —Bastantesparael tiempoque hace que laconozco.
Harpagón- ¿Le habéisdeclaradovuestrapasiónyel designioque teníaisde casarconella?
Cleanto. —Sinduda,e inclusohe hechoalgunasindicacionesasumadre.
Harpagón-¿Haescuchadola madre vuestraproposiciónsobre suhija?
Cleanto. —Sí,ymuy cortésmente.
Harpagón-¿Ycorresponde mucho lahijaa vuestroamor?
Cleanto. —A juzgarporlas apariencias,padre,me persuadode que ellatiene algunabondadconmigo.
Harpagón. — (aparte). —Contentoestoyde habersabidosemejante secreto,yelloesprecisamente loque yo
buscaba.(A su hijo.) Buenohijomío:¿sabéisenqué hade pensarse ahora?En librarosde vuestroamor,encesar
todasvuestraspersecucionesde unamujerque pretendoparamí,y en casarosmuy prontocon la que os destino.