Instrucciones en español para el juego de mesa coup
LA FELICIDAD.docx
1. Había una vez una niña que soñaba con la felicidad. Cada amanecer se preguntaba que
podía hacer para ser feliz de adulta, quería ser doctora, quería ser médico
veterinaria, quería ser pintora, quería ser pianista, cantante, bailarina, actriz. En su mundo
de niña jugaba, estudiaba, compartía con sus padres, sus hermanos y amiguitos.
Se entretenía en cada juego, su escuela, sus maestras y compañeros, eran lo mejor, pero
llegaba a su casa y sentía que le faltaba algo. A pesar que sus hermanos eran su compañía
fantástica y sus padres eran su alegría, siempre dentro de ella se imaginaba que podía ser
mejor y dependía de ella mejorar su ánimo. Esa búsqueda interior hacía que a veces se
aislara y viviera en un mundo de su imaginación.
Detrás de su casa existía un espacio lleno de árboles y plantas silvestres al aire libre. Ella
caminaba y exploraba cada movimiento de las hojas al nacer o al caer, los frutos de las
plantas, los olores. Los pájaros que visitaban las flores eran sus amigos, los caminos que
las hormigas construían eran maravillosos. Se imaginaba ser una de ellas y llevar en su
hombro esas hojas secas que las hormigas llevaban con tanto afán. Ahí, en ese lugar,
pasaba horas hasta que regresaba a su casa, con sus sueños atesorados y en secreto.
A veces sentía que los demás niños no entenderían si ella les comentara de sus sueños.
Así creció en búsqueda de esa pieza del rompecabezas que faltaba para la felicidad.
Cuando llego el momento de ser doctora, actriz, cantante, bailarina, pintora no se decidió
por ninguna de esas carreras. Estudió una carrera jamás pensada de niña, y aunque le
apasionó lo que estudió, siempre pensaba en las carreras de sus sueños.
Su familia siempre la acompañó, llegado el momento se casó y formo su propia familia y
su familia con la creció, aunque estaba cerca ella, los sentía lejos, sus día a día no
coincidían.
Su príncipe azul no fue quien se imaginó, pero lo transformo en rey dentro de su
imaginación. Nacieron dos príncipes de esa relación y lo que ella nunca imaginó, que de
esos príncipes nacería la felicidad.
Así que la niña que siempre soñó con la felicidad siempre fue feliz, hizo su sueño realidad
a través de los frutos de sus príncipes.
¡UN REGALO PARA TI!
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