2. LOS ENEMIGOS
Pablo Neruda
Ellos aquí trajeron los fusiles repletos
de pólvora, ellos mandaron el acerbo
exterminio,
ellos aquí encontraron un pueblo que cantaba,
un pueblo por deber y por amor reunido,
y la delgada niña cayó con su bandera,
y el joven sonriente rodó a su lado herido,
y el estupor del pueblo vio caer a los muertos
con furia y con dolor.
Entonces, en el sitio
donde cayeron los asesinados,
bajaron las banderas a empaparse de sangre
para alzarse de nuevo frente a los asesinos.
Por esos muertos, nuestros muertos,
pido castigo.
Para los que de sangre salpicaron la patria,
pido castigo.
3. Para el verdugo que mandó esta muerte,
pido castigo.
Para el traidor que ascendió sobre el crimen,
pido castigo.
Para el que dio la orden de agonía,
pido castigo.
Para los que defendieron este crimen,
pido castigo.
No quiero que me den la mano
empapada con nuestra sangre.
Pido castigo.
No los quiero de embajadores,
tampoco en su casa tranquilos,
los quiero ver aquí juzgados
en esta plaza, en este sitio.
Quiero castigo.
4. EDITORIAL
Mario Benedetti
La nación es una manzana
una roja invitante manzana
y no sabemos quién la morderá
la nación es una corneta
una ronca gastada corneta
y no sabemos quién la sonará
la nación es una langosta
una atlética horrible langosta
y no sabemos quién la matará
oh nosotros estamos por la Reforma
o sea ahogar las cornetas en su tinta
y comer las manzanas con su cáscara
e invitar las langostas al té de los domingos
5. claro que estamos por la reforma
o -en otras palabras- contra la Reforma
y ya que el prestigioso colega nos recuerda
que el once por ciento de nuestros lactantes
son comunistas y útiles cretinos
nuestro próximo slogan tendría que ser
démosles biberones con arsénico
así estaremos moralmente preparados
para regar con método y talvez con piedad
la tierra de los hombres de buena voluntad.
6. ES EN VANO
Lucía Sánchez Saornil
Para Eugenio Montes, piloto ultraísta
Detrás de nosotros
dejamos un rastro de cadáveres.
A cuántos los quisiéramos resucitar
y darles su sol y su cantar y su sonrisa
Nada hay que pueda ponerlos en pie
De algunos nos hemos traído el perfume
pero ellos van en sus cajas negras
río abajo.
7. JUSTICIA
Langston Hughes
Que la justicia es una diosa ciega
Es algo que nosotros los negros entendemos:
Su vendaje oculta dos llagas purulentas
Que una vez quizá fueron ojos.
8. LA VIDA
Patricia Ariza
El chaleco antibalas no sirve
la pistola nueve milímetros no sirve
el colt caballito 48 no sirve
la miniuzi es chatarra vieja
lo único que sirve es la vida, hermano.
9. ¡QUÉ PENA!
León Felipe
¡Qué pena si este camino fuera de muchísimas leguas
y siempre se repitieran
los mismos pueblos, las mismas ventas,
los mismos rebaños, las mismas recuas!
¡Qué pena si esta vida tuviera
–esta vida nuestra–
mil años de existencia!
¿Quién la haría hasta el fin llevadera?
¿Quién la soportaría toda sin protesta?
¿Quién lee diez siglos en la Historia y no la cierra
al ver las mismas cosas siempre con distinta fecha?
Los mismos hombres, las mismas guerras,
los mismos tiranos, las mismas cadenas,
los mismos farsantes, las mismas sectas
¡y los mismos, los mismos poetas!
¡Qué pena,
que sea así todo siempre, siempre de la misma manera!
10. POEMA
Jack Kerouac
Exijo que la raza humana
deje de multiplicar su especie
y se humille
lo advierto
Y como castigo & recompensa
por hacer este alegato sé
que renaceré
el último ser humano
Todos los demás muertos y yo
una anciana errando por la tierra
gimiendo en cuevas
durmiendo sobre harapos
Y a veces charlo, a veces
rezo, a veces lloro, como & guiso
en mi pequeña cocina
del rincón
"En cierto modo siempre lo supe"
digo
Y una mañana no me levanto de los harapos
11. UNA CANCIÓN SOBRE EL FIN DEL MUNDO
Czeslaw Milosz
En el día del fin del mundo
Una abeja circunda un trébol,
Un pescador remienda una red resplandeciente.
Felices saltan delfines en el mar,
Por canaletas jóvenes gorriones juegan
Y la serpiente tiene piel de oro, como siempre debe ser.
El día del fin del mundo
Las mujeres caminan por los campos bajo sus paraguas,
Un borracho se vuelve somnoliento en el borde de un prado,
Vendedores ambulantes de vegetales gritan en la calle
Y un bote de vela amarilla se acerca a la isla,
La voz de un violín perdura en el aire
Y conduce hacia una noche estrellada.
12. Y aquellos que esperaban rayos y truenos
Están decepcionados.
Y los que esperaban señales y trompetas de arcángeles
No creen lo que está sucediendo ahora.
Mientras el sol y la luna estén arriba,
Mientras la abeja visite la rosa,
Mientras niños rosados nazcan
Nadie cree lo que está sucediendo ahora.
Sólo un viejo de cabello blanco, quien podría ser un profeta
Pero no es un profeta, porque está muy ocupado,
Repite mientras empaca sus tomates:
No habrá otro fin del mundo,
No habrá otro fin del mundo.
14. DOLORES DE PARTO
Fadwa Tuqan
El viento sopla polen en la noche
a través de ruinas de campos y hogares.
La Tierra se estremece con el amor,
con el dolor de dar a luz,
pero el conquistador quiere que creamos
historias de sumisión y rendición.
¡Oh Aurora árabe!
Dile al usurpador de nuestra tierra
que el alumbramiento es una fuerza desconocida para él,
el dolor del cuerpo de una madre,
que la tierra cicatrizada
inaugura la vida
en el momento del alba
cuando la rosa de sangre
florece en la herida.
15. POEMA 10
Lawrence Ferlinghetti
podría decir que quizás ella era más feliz
que todos
esa vieja solitaria del chal
en el tren de vagones naranja
con el pequeño pájaro manso
en su pañuelo
al que le canturreaba
todo el tiempo
mia mascotta
mia mascotta
y ni uno de los excursionistas de domingo
con sus botellas y sus canastas
le ponía atención
y el vagón
chirriaba a través de los maizales
tan lentamente que
las mariposas
entraban y salían
16. ADVERTENCIA
Paul Éluard
La noche antes de su muerte
Fue la más corta de su vida
La idea de vivir aún
Quemaba en su pulso la sangre
Lo asqueaba el peso de su cuerpo
Su fuerza lo hacía gemir
Y fue en el fondo de este horror
Que él empezó a sonreírse
No tenía un camarada
Pero millones y millones
Para vengarlo lo sabía
Y para él se alzó la aurora.
17. EL COSMONAUTA
Nicolás Guillén
El cosmonauta, sin saberlo,
arruina el negocio del mito
de Dios sentado atento y fijo
en un butacón inmenso.
¿Qué se han hecho los Tronos y Potencias?
¿Dónde están los Castigos y Obediencias?
¿Y San Crescencio y San Bitongo?
¿Y San Cirilo Zangandongo?
¿Y el fumazo del incienso?
¿Y la fulígine de la mirra?
¿Y las estrellitas pegadas
al cristal ahumado nocturno?
¿Y los arcángeles y los ángeles,
y los serafines y los querubines,
y las Dominaciones en sus escuadrones,
y las vírgenes,
y todos los demás animales afines?
18. El cosmonauta
sigue su pauta.
Sube sube sube
sube sube sube
sube sube sube
sube sube sube
sube.
Deja atrás la última nube.
Rompe el último velo.
El Cielo. ¿El Cielo?
Frío.
El vasto cielo frío.
Hay en efecto un butacón,
pero está vacío.