El documento habla sobre la liturgia y la palabra de Dios. Explica que la liturgia es la celebración de la Eucaristía y centro del culto cristiano. También describe los diferentes servicios litúrgicos como lectores, ministros de la Eucaristía y coros. Finalmente, enfatiza la importancia de leer las Escrituras con fe, escucha y compromiso para que Cristo hable a través de la palabra proclamada.
2. (Salmo 118)
Tu Palabra me da vida,
confío en Ti, Señor.
Tu Palabra es eterna,
en ella esperaré.
Dichoso el que, con vida intachable,
camina en la ley del Señor.
Dichoso el que, guardando sus preceptos,
lo busca de todo corazón.
Postrada en el polvo está mi alma,
devuélvame la vida tu palabra.
Mi alma está llena de tristeza,
consuélame, Señor, con tus promesas.
Escogí el camino verdadero
y he tenido presente tus decretos.
Correré por el camino del Señor,
cuando me hayas ensanchado el corazón
Éste es mi consuelo en la tristeza,
sentir que tu palabra me da vida.
Por las noches me acuerdo de tu Nombre
recorriendo tu camino dame vida.
Repleta está la tierra de tu gracia;
enséñame, Señor, tus decretos.
Mi herencia son tus mandatos,
alegría de nuestro corazón.
3. LITURGIA
En la antigüedad cristiana con la palabra liturgia se designó el culto nuevo que
surge del sacerdocio de Cristo en los ambientes judeocristianos.
Por eso pronto llegó a ser un termino cultural en el mundo cristiano para
designar las celebración de la Eucaristía (Didajé 15, 1,1 Carta de Clemente a
los Corintios 41). Por que la Eucaristía es el misterio público por excelencia y
centro de todo culto.
La denominación se hizo común desde el siglo IV en todo el oriente Griego. Se
habla de la Divina liturgia de San Juan Crisóstomo para designar la Misa.
La liturgia es acción, supone salir de la pasividad, con creatividad y
movimiento exige actuación de los actores.
La liturgia es el momento privilegiado de comunión y participación para una
evangelización que conduce a la liberación cristiana integral y autentica
(Puebla 895)
4. Servicios en la liturgia En la Eucaristía y Celebraciones de la Palabra de
Dios y otras celebraciones.
• Ministro ordenados (Sacerdotes, Diáconos)
• Monitores
• Lectores
• Coros
• Acólitos
• Ministros de la Eucaristía
• Delegados de la Palabra de Dios
• Otros servidores.
SERVICIOS
LITURGICOS
5. La palabra de
Dios
A. La palabra del Señor
Es la fuerza de Dios para la salvación del que cree, se encuentra de
modo privilegiado en el Nuevo Testamento.
Estos escritos nos ofrecen la verdad definitiva de la revelación divina.
Su objeto central es Jesucristo, el hijo de Dios encarnado, sus obras, sus
enseñanzas, su pación y glorificación.
La Iglesia siempre ha venerado la Sagrada escritura como lo ha hecho
con el cuerpo de Cristo.
Cuando se leen en la Iglesia las sagradas escrituras, Dios mismo habla a
su pueblo, y Cristo presente en su palabra anuncia el Evangelio.
La proclamación del Evangelio constituye la culminación de la liturgia.
6. B. Palabra que salva hoy
• La liturgia de la palabra es una parte
constitutiva de la Eucaristía.
• El Señor nos habla aquí y ahora, a
nosotros que lo escuchamos con fe, y por
eso creemos que El tiene palabras de vida
eterna, que su palabra es lámpara para
nuestros pasos.
• Las lecturas tomadas de la sagrada
escritura, con los cantos que se intercalan
constituyen la parte principal de la liturgia
de la Palabra.
7. C. Mesa de la palabra en la Eucaristía y demás
sacramentos
Antes de partir el pan Jesús explico las sagradas escrituras. Antes de comulgar
Jesús nos presenta el alimento de la palabra.
La misa consta de dos partes:
• La liturgia de la palabra
• La liturgia Eucarística
Están estrechamente unidas entre si que constituyen un solo acto de culto. Ya
que en la Misa se dispone la mesa, tanto de la palabra como del Cuerpo de
Cristo. Jesús nos instruye y nos alimenta.
En las lecturas se dispone la mesa de la Palabra de Dios a los fieles y se les
abren los tesoros bíblicos. No es licito sustituir las lecturas y el salmo
responsorial por textos que no son bíblicos. OGMR 57
8. Actitud para leer la sagrada
escritura
En un ambiente cultural donde todo pierde su valor y significado,
debemos tener cuidado de no equivocar nuestra consideración hacia
los textos sagrados, que exigen de nosotros actitudes concretas y
profunda veneración.
9. ESPÍRITU DE FE
Debemos confiar en Dios que nos habla y nos
interpela
ACTITUD DE ESCUCHA
Si la escritura es palabra de Dios, y
estamos convencidos de ello,
debemos ponernos en actitud de
apertura.
10. ACTITUD DE DISCERNIMIENTO
Se trata de entender lo que el Señor me pide. Debemos
escudriñar los textos y desde la fe comprenderlos, ya que la
palabra de Dios nos propone siempre cosas nuevas.
ACTITUD DE ENTREGA
Quiere decir la prontitud para aceptar y cumplir la palabra
escuchada. El que lee la Biblia esta siempre en actitud de entrega:
Acepta al padre que habla, a Cristo por quien habla, y al Espíritu
Santo que nos ilumina ante quien habla. El mejor modelo de entrega
y donación lo encontramos en María, la Virgen y Madre. Lc. 1, 38
11. ACTITUD DE COMPROMISO
En la palabra es Dios mismo que sale al encuentro del Hombre
y le pide una respuesta. Nuestro compromiso es personal y
comunitario, es de cada uno y como Iglesia. Que todas
nuestras actividades estén iluminadas por la palabra de Dios.
La lectura de la Sagrada escritura debe hacerse desde la fe y en el contexto de la
tradición católica es decir, bajo la guía del magisterio autentico de la Iglesia.
Hay que evitar lecturas desencarnadas de la realidad histórica, como si la palabra de
Dios fuera para otros momentos que no son los nuestros y ajena a la dimensión social
de la fe.
12. ¿Cuál es el Valor del Ministerio de Lector?
• ¡Tiene un valor asombroso!
Escuchen esto: “Cristo está presente en su
palabra ya que es Él mismo el que habla
cuando las Escrituras Sagradas son leídas en la
Iglesia” (no. 7).
• el documento del Segundo Concilio Vaticano:
La Constitución de la Sagrada Liturgia. Nos
dice que, como lector, cuando Tu proclamas
las Escrituras durante la Liturgia de la
Palabra, Cristo habla a través de Ti.
13. ¡Esto es realmente un gran privilegio!
Piensa en esto por un momento. Tu, el
lector, no eres simplemente alguien que se
para delante de la asamblea Eucarística y lee
en voz alta algunas palabras sagradas de una
página impresa.
Cuando proclamas las lecturas bíblicas algo
sucede –un gran misterio– que no sucedería
si cada uno de los fieles en la congregación
leyera en silencio las lecturas del misal para
ellos mismos.
14. • ¿Qué hace a Cristo presente?
Es la acción de escuchar las Escrituras al ser
leídas en voz alta, o proclamadas, en la iglesia.
Por lo tanto, la manera como Tu proclama las
Escrituras es sumamente importante para que
la congregación entera tenga una experiencia
de alta calidad.
• El ministerio de lector es muy importante
porque la Palabra de Dios es, primero que
todo, una palabra hablada, una palabra
dinámica, una palabra dirigida a nosotros por
Dios.
15. • ¿Recuerdan que María visitó a Isabel después de
saber que iba a ser la Madre del Mesías e Isabel
estaba esperando un hijo en su vejez?
¡Isabel dice que ella escuchó el saludo de María y
el bebé en su vientre saltó de alegría! Quizás Isabel
estaba en un cuarto atrás.
Isabel no vio a María primero; ella y el bebé, (Juan
el Bautista), escucharon el saludo de María.
• ¿Acaso no es maravilloso ver como Dios nos
enseña que la Palabra proclamada es una palabra
dinámica, llena de poder y de gracia?
16. • Permite que Dios imparta su Palabra
a través de Ti a la asamblea. Cuando
Tu proclamas la Palabra de Dios, ésta
cobra vida y tu papel es dejar que la
Palabra de Dios tome vida dentro de
Ti mismo; y de esta manera, la
congregación sentirá que la Palabra
de Dios ha cobrado vida dentro de
ellos también.
• Como lector, debes llegar a ser el
medio que Dios utiliza para tocar los
corazones de la gente, reunida
precisamente con ese propósito.
17. Orar con todo tu ser la Palabra de Dios
Con mis manos para hacer lo que dice la palabra,
Con mi cabeza, para entender lo que dice la palabra,
Con mis ojos para leerla con atención,
Con mi boca para proclamarla con alegría,
Con mi frente para tener la sabiduría de penetrarla,
Con mi corazón para amarla.