Este documento presenta una introducción a un estudio sobre las diferentes tipologías de terrazas utilizadas en la agricultura canaria. Explica que analizará cómo los factores naturales y socioeconómicos han dado lugar a una variedad de paisajes agrícolas de terrazas que difieren según la isla, la altitud y otros factores. Además, resume brevemente la historia de la agricultura canaria y cómo ha evolucionado con el tiempo debido a cambios tecnológicos y de cultivos.
La Biología de las Terrazas: la agrobiodiversidad de los Andenes
Terrazas agrícolas Canarias tipología
1. Las Tipologías de Terrazas en la Agricultura Canaria.
Alejandro González Morales
Lidia Romero Martín
Pablo Mayer Suárez
0. Introducción.
En este trabajo nos proponemos establecer una tipología de los distintos tipos de
bancales o terrazas que hay en el Archipiélago Canario y relacionarlos con los
diferentes tipos de agricultura y de estructuras agrarias asociados a los mismos.
En otras palabras pretendemos señalar como es la estructura de la propiedad y de
las explotaciones; los regímenes de tenencia; la circulación de los productos
cultivados, es decir si son para el mercado interno o para la exportación; los
tipos de cultivo; los aprovechamientos hídricos; la estructura del parcelario; los
diferentes sistemas de terrazgos (gavias, nateros, beberos, terrazas, sorribas,...) y
como inciden los condicionantes naturales, esto es el relieve, el clima, los suelos
y la pendiente.
Nuestra hipótesis de partida precisamente es que los condicionantes naturales y
las disponibilidades tecnológicas y de capital han posibilitado una variada gama
de paisajes agrarios de bancales, que difieren en función de cómo se conjugan o
articulan los factores antes señalados y por las propias características de los
distintos terrazgos de cada isla, esto es si se localiza en la costa (0 a 200 m), en
las medianías (200 -800 m), o la cumbre (por encima de 800 m). Asimismo esta
clasificación sufre variaciones si nos encontramos en el barlovento o sotavento
de cada isla.
Las fuentes para la realización de esta investigación han sido desde los datos
aportados por Instituto de Estadística del Gobierno de Canarias, pasando por la
información de los censos agrarios de 1962, 1972, 1982 y 1989 y los catastros
de rústicas de algunas islas. Asimismo han sido de gran interés las
informaciones bajadas de los servicios estadísticos de los distintos Cabildos
Insulares y de los propios municipios. Por último señalar que también este
estudio contiene un abundante trabajo de campo, del cual se han obtenido todas
las fotografías que se aportan en el mismo y valiosa información cuantitativa de
las entrevistas con ganaderos y agricultores isleños.
Aparte de esta introducción, el trabajo cuenta con un apartado referido a los
principales condicionantes de tipo natural o ambiental; también hemos incluido
una parte de análisis de los condicionantes de tipo socioeconómico o humanos; y
por último desarrollamos la tipología de terrazas que presenta el Archipiélago
Canario; y cerramos con unas conclusiones a modo de resultados y de síntesis.
El Archipiélago Canario se encuentra situado en el noroeste del continente
africano, entre una latitud de 27º 38´10´´y los 29º 24´35´ al norte del ecuador y
en torno a 15º al osete del meridiano de Greenwich, en concreto entre los 13º
19´59´´ y los18º 09´33´´ de longitud oeste. Lo conforman siete islas de tamaño
desigual, pues la mayor es Tenerife con 2036 km² y la menor El Hierro con 287
km², aparte de una serie de islotes. En su conjunto la superficie archipielágica
asciende a 7.447 km². Asimismo la inmensa mayoría de las islas presentan unos
2. grandes desniveles de cumbre a costa, de ahí que la pendiente en general sea
muy notable, salvo en las islas de Lanzarote y Fuerteventura que son más llanas
y sus altitudes no superan los 1.000 metros. En general las Canarias
Occidentales son más abruptas, mientras las orientales son más llanas.
Cuadro 1. Extensión superficial según zonas altimétricas (Km²)
metros Total <200 200-600 600-1000 1000-2000 >2000
Canarias 7.447 2.568 2.524 781 1.314 260
C. Orientales 4.066 1.910 1.584 314 258 0
C Occidentales 3.381 658 940 467 1.056 260
Fuente: Anuario Estadístico de Canarias. Gobierno de Canarias. Elaboración
propia.
La agricultura en Canarias ha estado presente incluso desde antes de la conquista
por el Reino de Castilla a los aborígenes de origen bereber que poblaban el
Archipiélago antes de la expansión atlántica de este reino, primero hacia
Canarias y luego hacia el Nuevo Mundo (periodo que va desde 1402-1404 que
se conquistan las islas de Lanzarote y Fuerteventura, hasta 1496 que finaliza con
la rendición de la isla de Tenerife a la corona de Castilla (Lobo Cabrera, 2013).
Tras la conquista es cuando comienza a domesticarse el territorio adverso
mediante la bancalización de las laderas de los distintos espacios insulares. De
hecho el modelo económico imperante en Canarias, hasta bien entrado el siglo
XX, es de carácter agrario. Sólo a partir de 1959, con el Plan de Estabilización
de la Economía Española, tras la llegada de los tecnócratas al poder en la
dictadura del General Franco, se consigue introducir un nuevo modelo
terciarizado, donde las actividades del ocio (turismo de sol y playa) y su
subsidiaria la construcción se convertirán en las principales motores de nuestra
economía (Bergasa Perdomo, O. y González Viétez, A., 1995). En ese mismo
momento comienza también un proceso de desagrarización, con la pérdida
irremediable de numerosos paisajes agrarios y de infraestructuras agrícolas,
entre ellas numerosos bancales (Martín Martín, V, 2000).
El desarrollo del espacio agrario en este dilatado proceso que va desde la
conquista de las islas hasta el advenimiento del turismo de masas ha
experimentado una notable transformación. Por un lado podemos afirmar como
veremos en el siguiente apartado que el medio natural sufre una transformación
significativa. Pero por otro lado también los cambios tecnológicos han acelerado
o retardado estas transformaciones del territorio, dependiendo de en qué
espacios insulares nos encontremos. En efecto, en las islas centrales del
Archipiélago la capitalización ha sido mayor y ello ha propiciado unos cambios
en el paisaje más significativos. En cambio, en las islas periféricas las
disponibilidades de capital, y por consiguiente de tecnología han sido menores,
lo cuan ha redundado en un mayor sostenimiento de estructuras tradicionales
hasta tiempos relativamente recientes.
De igual manera en todos estos cambios también ha jugado un importante papel
la espacialización de los cultivos. Así hay islas que han introducido una serie de
cultivos como la caña de azúcar, el viñedo, la cochinilla, el plátano y el tomate,
que han permitido unos niveles de capitalización importantes y de
3. transformación del territorio, es el caso de Tenerife, Gran Canaria, y en menor
medida La Palma; mientras en otras islas (las de señorío precisamente) tales
como La Gomera, El Hierro, Lanzarote y Fuerteventura, el mantenimiento de
unas estructuras arcaicas hasta fechas más recientes han originado una mayor
pervivencia de los paisajes tradicionales.
1. Los condicionantes humanos y socioeconómicos
Si el medio natural es un importante condicionante, no lo es menos la acción del
hombre, que es en definitiva quien decide cómo, cuándo y dónde se instalan las
terrazas. Estas decisiones las toma en función de una serie de parámetros de gran
importancia como son: el tamaño de la parcela, la disponibilidad de recursos
hídricos, el tipo de cultivo a que está destinada, la estructura de la propiedad y
de la explotación, la forma de tenencia de la tierra, esto es si es en régimen
directo o indirecto (aparcería, medianería,…) (González Morales, A. y Martín
Ruiz, JF, 1989.)
Toda esta serie de condicionantes ha posibilitado una gama de terrazas y de tipos
de paisajes agrarios muy considerable como vemos a continuación.
2. La tipologías de terrazas
Estas terrazas varían su morfología y tamaño según la isla, el piso altitudinal, la
localización y el tipo de cultivo, por consiguiente vamos a establecer una
tipología en la cual vamos exponer las distintas variantes de cultivos en terrazas
que podemos encontrar en el Archipiélago Canario (Romero Martín, L Libro
Bancales)
2.1. Terrazas en las medianías de los barloventos de las islas de La Palma, Gran
Canaria y Tenerife. Éstas se localizan por encima de los 400 metros de
altitud en la fachada de barlovento y por debajo de los 800, e incluso 900
metros. Los suelos suelen ser de buena calidad, pues eran zonas antes
ocupadas por los bosques termófilos (acebuches, almácigos, Lentiscos,
dragonales y palmerales) y selvas de laurisilva (laureles, viñatigos,
barbusanos, mocanes,…). Son suelos con una rica capa de humus y
abundante materia orgánica. Esta zona está afectada por el mar de nubes del
alisio (manto de estratocúmulos) que le aporta una gran humedad gracias al
fenómeno de la precipitación horizontal o de niebla. Asimismo las
temperaturas son suaves por la proximidad del mar y la oscilación térmica
no es muy elevada. En invierno ronda los 12- 14ºC y en verano asciende
hasta los 24-26ºC. En esta área nos encontramos con el cultivo del viñedo,
en Tenerife y La Palma, generalmente en espaldera e hilera y también con
cultivos de papas. Asimismo, y sobre todo por encima de los 600 metros
predominan las papas, las hortalizas (cebollas, tomates, lechugas,
zanahorias,..), las leguminosas (judías, lentejas, garbanzos,….) y una gran
variedad de frutales (higueras, almendros, cítricos, manzanos, perales,…).
En su conjunto es el denominado policultivo intensivo de secano, pues el
riego es ocasional y no sistemático, y lo más frecuente es que la cosecha se
garantice con el agua de lluvia. Los cultivos aparecen conformando
4. asociaciones y también es frecuente la rotación, como forma de evitar un
excesivo desgaste del suelo. Las principales asociaciones son de papas y
hortalizas, o de frutales y tubérculos y hortalizas (Álvarez Alonso, A., 1976).
La rotaciones se realizan combinando un cereal con leguminosas, o también
de tubérculos y leguminosas. Incluso en determinadas ocasiones aparece una
planta sustentante y otra sostenida como por ejemplo un frutal y herbáceas.
La ganadería juega un importante papel en el mantenimiento del suelo, pues
le aporta estiércol, en ocasiones se da el sistema de “arrimo” en el cual el
ganadero aporta el estiércol del animal y el agricultor aporta los desechos de
la cosecha como las ramas de las papas, la paja de los cereales, el cañote del
millo (maíz) o los desperdicios de las hortalizas. El sistema de propiedad, al
igual que el de las explotaciones y el parcelario suele der de pequeño
tamaño, y la mayor parte de la producción se destina al mercado interior,
aunque el excedente que no se comercializa se autoconsume en la propia
explotación.
2.2. Las terrazas en pumitas ácidas de Vilaflor (Tenerife) constituye un tipo de
paisaje en bancales muy original pues el suelo vegetal es cubierto por la
piedra pómez de las erupciones ácidas que tuvieron lugar en el entorno de
Las Cañadas del Teide. Este tipo de material tiene una serie de efectos
beneficiosos sobre el suelo y por ende en los cultivos (Martín Martín, V.
1991). En primer lugar las vacuolas de la pumita es capaz de captar la
humedad ambiental y el rocío nocturno y depositarlo en el suelo con lo cual
el cultivo se garantiza su crecimiento, esto es el denominado efecto
higroscópico. En segundo lugar el colchón que supone la capa de pumita
aísla el suelo del ambiente y así protege al mismo de un enfriamiento rápido
durante la noche y le proporciona suficiente calor durante el día, es el
denominado efecto “mulching”. Al ser un material poroso el agua de lluvia,
aunque caiga con gran intensidad y volumen no termina discurriendo por la
superficie del bancal, sino que es rápidamente absorbida, con ello evita que
haya escorrentía y pérdida de suelo. El color claro de la piedra pómez hace
que se refleje parte de la energía solar y el calentamiento del suelo tampoco
es excesivo como para dañar el cultivo. Por tanto los cultivos que sobre él se
desarrollan, que son sobre todo papas y viñedos se realizan en secano,
aunque también hay terrazas que presentan riego localizado por goteo y por
aspersión.Foto
Foto 5. Arenados de pumitas en Vilaflor. Tenerife
5. El suelo que hay debajo de la pumita suele ser traído de la zona de Erjos y la
Tierra del Trigo, es decir del norte de Tenerife, por consiguiente en la
construcción del bancal se emplea piedra de toba volcánica para los muros y
suelos de préstamos para rellenar el bancal. Aparte de los dos cultivos
principales (viñedo y papas) cuya comercialización suele ser exterior (papas
para exportar al Reino Unido o al resto de las islas; mientras el vino es para
el mercado del Archipiélago, con una denominación de origen para esta zona
de Vilaflor), también se puede encontrar legumbres, cereales y frutales, todas
ellas para consumo interno y autoconsumo. La propiedad, al igual que las
explotaciones es sobre todo mediana, mientras el parcelario que más abunda
es el de pequeño tamaño. El régimen de tenencia principal es el directo,
siendo muy ocasional alguna explotación en medianería, y la mecanización
se reduce a algún pequeño motocultor y los útiles para el riego localizado. La
ganadería tiene poca presencia y es sobre todo de ovicápridos.
2.3. Las terrazas de arenados artificiales de lapilli de Lanzarote. En efecto, uno
de los paisajes más significativos de la Isla de Los Volcanes son sus terrazas
de laderas cubiertas de lapilli. El agricultor lanzaroteño en un intento de
incrementar el suelo productivo y útil realizó una ingente labor de construir
paredes trasversales a la pendiente de las laderas para aprovechar al máximo
la superficie de cultivo. En un primer momento (desde el siglo XV) estas
terrazas sólo presentaban los muros de piedra seca y el suelo vegetal, pero
tras la erupción de Timanfaya de 1730 -1736 y la enorme cantidad de lapilli
que este conjunto de volcanes derramó sobre la isla, el agricultor comenzó a
utilizar la ceniza volcánica para cubrir el suelo vegetal con ello mejoraba la
productividad del suelo debido a una serie de efectos beneficiosos que tiene
el picón o rofer sobre el suelo (González Morales, A, 2010
Figura 1. Corte transversal de un arenado artificial
6. Por un lado, al igual que la zahorra de Tenerife, tiene el efecto higroscópico,
también cuenta con el efecto mulching, al mismo tiempo que impide la
escorrentía y la pérdida del suelo, absorbe calor y acelera el ciclo
reproductivo de las plantas. El agricultor realiza una serie de surcos en el
rofer perpendiculares ala pendiente para facilitar la filtración del agua. Un
arenado artificial, a diferencia de los arenados naturales, tiene una capa de
polvillo (arcilla) y otra de estiércol entre el suelo vegetal y el picón (ver
figura 1).
La capa de rofer suele ser de unos 20 cms aproximadamente y cada cierto
tiempo se renueva para incrementar la productividad, es lo que se llama
refrescar el arenado. Los principales cultivos son los cereales (cada vez
menos), las papas, las leguminosas, las hortalizas (sobre todo cebollas para
exportar), las viñas, que generalmente ocupan los márgenes de las parcelas y
otro tipo de frutales como higuera, almendros y chumberas o tuneras. Las
parcelas pueden ser de buen tamaño, sin duda mayores que las terrazas de las
islas occidentales y los productos se reparten entre el mercado interno y la
exportación. Predomina la propiedad directa.
Foto 5. Terrazas cubiertas de lapilli en Lanzarote
7. 2.4.Las terrazas en escaleras de la isla de La Gomera. Este espacio insular es el
que presenta una mayor densidad de terrazas por km². Se encuentran
repartidos por toda la superficie insular, salvo en la meseta que corona la isla
cubierta de monteverde (laurisilva). Lo abrupto del paisaje insular obliga a la
realización de estas infraestructuras previas si se quiere aprovechar el suelo
para cultivo. En esta isla no están tan relacionados con la captación de agua,
ya que el líquido elemento abunda en La Gomera, sino, insistimos, en crear
suelo agrícola útil. Las explotaciones y el parcelario presentan un gran
minifundismo y los cultivos están relacionados con la necesidad de abastecer
el mercado interno, aunque algunos productos también se comercializan
fuera de la isla. Los principales cultivos son las papas, las legumbres, los
cereales, el millo, las viñas, los plátanos y otros frutales (Martín Martín, V.
2000).
2.5.Las terrazas de costa para los cultivos de plataneras, piñas tropicales y flores
de Tenerife, Gran Canaria, La Palma y El Hierro. Estos bancales se crean
para incrementar la productividad y facilitar el riego, pues por un lado se
incrementa la superficie llana, lo cual facilita la ocupación de los cultivos
arriba reseñados y también contribuye a mejorar las condiciones de riego,
tanto cuando se realizaba a manta o por inundación, como en la actualidad
donde se imponen los sistemas localizados de goteo y microaspersión. Uno
de los aspectos más llamativos de estas terrazas es la construcción con suelos
de préstamos de las medianías, esto es se trae suelo de tipo andosol o pardo y
se coloca encima de una cama de piedra que sirve para dar buen drenaje al
propio suelo, por último se amuralla la parcela para protegerla del viento.
Esta tipología se localiza preferentemente en valles y vegas por debajo de la
cota de los 200 metros, tanto en barlovento como en sotavento. Los cultivos
tienen una orientación muy definida para la exportación, e incluso en los
8. últimos años las parcelas se cubren de malla o plástico para incrementar la
protección del viento. Se pueden considerar explotaciones claramente
capitalistas y de tamaño medio o grande (Romero Martín, L. Guiniguada).
2.6.Los traveseros, beberos, gavias y nateros de Lanzarote y Fuerteventura. En
estas dos islas más orientales de Canarias la escasez de precipitaciones es
manifiesta y por lo tanto el hombre se las ingeniado para realizar
infraestructuras de terrazas que sean capaces de captar la mayor cantidad de
agua posible. Se trata de obras de escasa envergadura, a veces sólo de tierra
como son las gavias con su teste, o en ocasiones de piedra como ocurre con
los nateros de fondo de barranquillos. Tradicionalmente se dedicaban a los
cultivos de cereales, leguminosas y frutales.
Foto 6. Traveseros en el Valle de Temisas. Lanzarote
En cambio en la actualidad su práctica se ha reducido considerablemente con la
crisis generalizada del subsector agrícola (desagrarización). Las propiedades
pueden ser de gran tamaño, aunque de baja productividad y también hay
propiedades y explotaciones pequeñas orientadas más al autoconsumo y el
mercado interno (González Morales, A. 1989) y González Morales, A, et al.,
2002)
3. Conclusiones.
En definitiva, y a tenor de lo expuesto con anterioridad, las terrazas en el
Archipiélago Canario presentan una gran diversidad y heterogeneidad debido a
que son muchas las causas que inciden en la configuración y desarrollo de las
mismas. En efecto, los factores naturales desempeñan una función primordial en
la explicación de esta variedad de agropaisajes de las terrazas. Por un lado el
relieve con formas muy diferentes de lomos, laderas, andenes, riscos, vegas,
cuencas,… y la adversidad de unas pendientes muy pronunciados, más en las
islas occidentales que en las orientales. Por otro lado los diferentes tipos de
9. climas y sus variedades locales en función de la umbría o la solana, el
barlovento o el sotavento, la costa, las medianías o las cumbres, han configurado
también una gama de situaciones en las terrazas muy diversas. A ello también
contribuye de forma poderosa la diversidad de mantos edáficos que nos
encontramos en las distintas zonas de Canarias.
De igual manera a estos factores ambientales se les suman otros de carácter
socioeconómico como son la estructura del parcelario; la circulación o
comercialización de los productos cultivados; el aprovechamiento de las aguas,
tanto de escorrentía por las lluvias como las extraídas de pozos, galerías y
embalses; la gama de cultivos introducidos y sus particulares técnicas de
aprovechamiento; la estructura de las explotaciones y de la propiedad y por
último también los regímenes de tenencia de la tierra. Todo ello ha originado
unos singulares agropaisajes en terrazas o bancales que han caracterizado a
buena parte del paisaje rural de Canarias desde los momentos posteriores a la
conquista (siglo XV) hasta bien entrado el siglo XX. En la actualidad buena
parte de esta herencia patrimonial cultural rural se está perdiendo debido a la
pertinaz desagarización que sufren nuestros campos a favor de un modelo
terciarizado centrado en la explotación del ocio (turismo).
10. 4. Bibliografía
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Daute. Instituto de Estudios Canarios. La Laguna. Tenerife
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