4. 20
10. llaves, puertas, llaves
No perder las llaves
no extraviar las llaves
no traspapelar las llaves
no.
El llavero siempre bien controlado
no dejar las llaves en ningún sitio
tu integridad y la de tus compañeros
está en juego.
La seguridad.
Abrir la puerta y a continuación cerrarla.
Lo mejor es llevar las llaves siempre en el mismo
bolsillo.
¿Cuántas puertas tendría que abrir para llegar
hasta el jardín?
No perder las llaves
no extraviar las llaves
no.
Sería peligroso.
¿Cuántas puertas tendría que abrir para llegar
hasta el jardín?
5. 21
11. cigarrillos, mecheros
Los chavales tienen derecho a seis cigarrillos al día y somos
los educadores quienes se los administramos. Uno después
del desayuno, otro a eso de las doce. Tras la comida, otro.
Cuando se merienda también se fuman uno. Los dos que
quedan son para la cena. Uno justo después y el otro a las
diez en punto, media hora antes de que se vayan a la cama.
A los chicos que no pasan de los catorce no les damos,
aunque de vez en cuando los educadores somos un poco
flexibles y o les damos alguno o dejamos que alguno de los
mayores les dé alguna calada.
El tabaco y los mecheros los guardamos en el cajón de la
mesa del despacho.
Cuando es la hora del cigarrillo el educador va al despa-
cho, coge los cigarrillos y un mechero y los reparte, uno para
cada uno. La situación tiene guasa. Abren la boca y tú les
metes uno y después se lo enciendes. Pájaros recién nacidos
en el nido esperando que su madre los alimente con humo.
6. 22
12. una tarde horrible
Aquí termina una jornada horrible. Harto, cansado, que-
mado, requemado. La tarde ha sido gloriosa. A P. lo hemos
mandado después de la cena a su habitación. Lleva casi dos
horas aporreando la puerta. Ahora bajo a ver qué le ocurre.
Esto es interminable.
7. 23
13. k.
K. hizo el ingreso hace tres o cuatro días. Todavía no había-
mos coincidido. Charlando con él no he podido evitar que
mi mirada se desviase hacia su antebrazo repleto de autole-
siones. Alrededor de treinta cicatrices. Hablo amistosamente
intentando que el muchacho no se dé cuenta de mi curio-
sidad.
K. es vasco, delgado. Leo sus informes. Experto en fugas,
en motines en otros centros de este tipo, bastante depresivo
y con tendencias suicidas.
Es divertido oirle decir «si tendría dinero no estaría aquí».
Como la libertad, desconoce el subjuntivo.
8. 98
83. educador especializado
La categoría de educador especializado tiene guasa: maestro
de alfabetización, maestro de educación física, psicólogo,
hermano y hermana, padre, madre, novia, cura, ats, servi-
cio de habitaciones, policía, juez, basurero, bombero, maes-
tro de artes plásticas, programador de televisión, recadero,
telefonista, filósofo, niñera, camarero, guardia de seguridad,
tesorero, animador, confesor, espía, chismoso, abuelo, abue-
la, pseudofuncionario, amigo y enemigo, macarra, lector,
vigilante nocturno, estanquero, redactor de cartas, cartero,
comprador, jugador de cartas, jugador de fútbol, jugador
de putadas, pintor, servicios domésticos, teólogo y, por fin,
educador especializado.
9. 99
84. cine de arte y ensayo
Los malos son los buenos para ellos. Así de claro. No en-
tienden los argumentos, el hilo narrativo, los saltos espacio-
temporales. Solo quieren violencia en las películas. Se hacen
los duros pero alucinan con las de Disney. Esta tarde me han
hecho ver tres veces La sirenita. Me aprendo sus diálogos de
memoria.