Los trastornos del espectro autista (TEA) se definen como una disfunción neurológica crónica con fuerte base genética que desde edades tempranas se manifiesta en una serie de síntomas basados en una tríada de trastornos (tríada de Wing) en la interacción social, comunicación y falta de flexibilidad en el razonamiento y comportamientos
1. “Año de la Promoción de la Industria Responsable y del Compromiso Climático”
ASOCIACIÓN UNIVERSIDAD PRIVADA SAN JUAN BAUTISTA
FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD
ESCUELA PROFESIONAL DE MEDICINA HUMANA
RCURSO
-EPIDEMIOLOGÍA
TEMA :
“EL AUTISMO”
ALUMNA:
Rodríguez Urbina, JHOANA STEFANY.
CURSO :
SEMIOLOGIA PSIQUIATRICA Y PSIQUIATRIA.
2014
4. 2. INTRODUCCIÓN
El concepto clásico de autismo ha variado mucho desde sus descripciones originales y en
la actualidad se prefiere usar el término ‘trastornos del espectro autista’ (TEA), dada la
variable afectación cognitiva y del lenguaje, de manera que en la cuarta edición del
Manual diagnóstico y estadístico de las enfermedades mentales (DSM-IV) se encuadran
como un subgrupo dentro de los trastornos generalizados del desarrollo.
Es por ello que en el presente trabajo daré a conocer cuáles son las teorías y la relación
del autismo como ‘trastornos del espectro autista’, considerando la clasificación tanto del
CIE-10 y DSM IV, con sus respectivos avances en el tratamiento y formas de cómo
sobrellevar estos trastornos neuropsiquiátricos.
Esto servirá para saber cuáles son los puntos fuertes y débiles del niño, de cara a un
tratamiento específico y a una valoración de los resultados.
EL AUTISMO Página 4
5. 3. DEFINICIÓN
Los trastornos del espectro autista (TEA) se definen como una disfunción neurológica
crónica con fuerte base genética que desde edades tempranas se manifiesta en una serie
de síntomas basados en una tríada de trastornos (tríada de Wing) en la interacción
social, comunicación y falta de flexibilidad en el razonamiento y comportamientos
(descritas en el DSM-IV-TR).
El TEA se diagnostica de acuerdo con las pautas mencionadas en el Manual Diagnóstico
y Estadístico de los Trastornos Mentales, Cuarta Edición - Texto Revisado (DSM-IV-TR).
Actualmente, el manual define el TEA como cinco trastornos, algunas veces llamados los
trastornos generalizados del desarrollo (TGD):
El trastorno autista (autismo clásico)
El trastorno de Asperger (síndrome de Asperger)
El trastorno generalizado del desarrollo no especificado (TGD-NE)
El trastorno de Rett (síndrome de Rett)
El trastorno desintegrativo infantil
Los síntomas del trastorno del espectro autista (TEA) varían de un niño a otro pero, en
general, se encuentran dentro de tres áreas: (tríada de Wing)
Deterioro de la actividad social
Dificultades de comunicación
Conductas repetitivas y estereotipadas
Los niños con el TEA no siguen patrones típicos al desarrollar sus habilidades sociales y
de comunicación. En general, los padres son los primeros en notar conductas inusuales
en sus hijos. Con frecuencia, ciertas conductas se vuelven más notorias al compararlos
con niños de la misma edad.
En algunos casos, los bebes con el TEA pueden parecer diferentes muy temprano en su
desarrollo. Aun antes de su primer cumpleaños, algunos bebes se concentran
excesivamente en algunos objetos, rara vez establecen contacto visual y no pueden
entablar el juego típico de vaivén ni balbucear con sus padres. Otros niños pueden
desarrollarse normalmente hasta el segundo y aun hasta el tercer año de vida, pero luego
comienzan a perder interés en los otros y se tornan silenciosos, retraídos o indiferentes a
las señales sociales.
EL AUTISMO Página 5
6. 4. DATOS EPIDEMIOLOGICOS: DEL PERU Y EL MUNDO.
La prevalencia del autismo ha crecido en los años recientes, al punto de que a veces se
expresa preocupación de que el trastorno se esté convirtiendo en una epidemia.
La incidencia del autismo en la población depende mucho de cómo se defina y
diagnostique este, pero en cualquier caso podemos hablar de un aumento muy
significativo en los últimos años. En uno de sus últimos informes, disponibles en la red,
Autismo España (2011), situaba la incidencia en 1 de cada 150 personas y Autism Speaks
(2012) habla de de 1 de cada 88, en EEUU (Gráfico N° 1). Según la Autism Society of
América (2006) ha habido un incremento del 172% en el diagnóstico desde 1990
(Gráfico N° 2).
Los datos de proyección 2012 indican que en el Perú residen 28’957,965 de peruanos, de
los cuales 2’432,470 son personas con discapacidad y según la Encuesta Nacional
Continua 2006, el 8,4% (763,796) de la población nacional tienen alguna dificultad o
limitación física o mental, en los que se encuentran las personas con trastorno del
espectro autista (Gráfico N° 3).
Quizás alguna de las explicaciones que justifican este aumento es que el autismo es cada
vez una patología más conocida y que se puede diagnosticar mejor gracias a la existencia
de más y nuevos instrumentos validados.
EL AUTISMO Página 6
7. 5. ETIOPATOGENIA, ORIGEN, TEORIAS.
Con frecuencia las causas del autismo son desconocidas; aunque en muchos casos se
sospecha que se debe a cambios o mutaciones en los genes, no todos los genes
involucrados en el desarrollo de esta enfermedad han sido identificados. Las
investigaciones científicas han relacionado la aparición del autismo en el niño con las
siguientes causas: (Gráfico N° 4)
Agentes genéticos como causa del autismo: se ha demostrado que en el trastorno
autista existe una cierta carga genética. En estudios clínicos desarrollados con
mellizos, se ha observado que cuando se detecta el trastorno en uno de los
hermanos, existe un alto porcentaje (en torno a un 90%) de probabilidades de que
el otro hermano también lo desarrolle. Si el estudio se ha llevado a cabo en el
ámbito familiar, las estadísticas muestran que existe un 5% de probabilidades de
aparición en el neonato en el caso de que tenga un hermano con el trastorno, que
es una probabilidad bastante superior a la que tendría en el caso de que no
existieran antecedentes documentados en su familia. Estos datos indican
claramente una carga genética ligada al trastorno autista. Las investigaciones
tienen por objeto determinar los genes involucrados en la aparición del trastorno, y
ya han establecido la relación directa entre la inhibición del gen de la neuroligina
NL1 y el desarrollo de autismo, aunque se sabe que hay más genes implicados.
Agentes neurológicos como causa del autismo: se han constatado alteraciones
neurológicas, principalmente en las áreas que coordinan el aprendizaje y la
conducta, en aquellos pacientes diagnosticados de trastornos del espectro autista.
Agentes bioquímicos como causa del autismo: se han podido determinar
alteraciones en los niveles de ciertos neurotransmisores, principalmente
serotonina y triptófano.
Agentes infecciosos y ambientales como causa del autismo: determinadas
infecciones o exposición a ciertas sustancias durante el embarazo pueden
provocar malformaciones y alteraciones del desarrollo neuronal del feto que, en el
momento del nacimiento, pueden manifestarse con diversas alteraciones como,
por ejemplo, trastornos del espectro autista.
EL AUTISMO Página 7
8. 6. CLASIFICACIÓN
Actualmente la terminología de TEA, aunque no existe como término clasificatorio dentro
de los manuales DSM-IV o CIE-10, hace referencia a los Trastornos Generalizados del
Desarrollo (TGD), llegando el primero a utilizarse más ampliamente por la flexibilidad
dimensional que el concepto TEA ofrece. El concepto de TEA puede entenderse como un
abanico gradual de síntomas, un “continuo” donde en un extremo está el desarrollo
totalmente normal y en otro aquellos trastornos generalizados del desarrollo más graves.
Este término representa un avance más pragmático que teórico, e implica una valoración
pormenorizada de todas las capacidades y déficits de los niños, con lo que ayuda a definir
sus necesidades de apoyo y operativiza el plan de tratamiento individualizado. Además el
uso del término “generalizado” puede resultar confuso o ambiguo, pues implicaría una
afectación en todos los aspectos del desarrollo, lo cual no es correcto, ya que algunas
personas con autismo tienen un desarrollo ordinario en algunas áreas y afectado en otras.
El grupo elaborador recomienda fundamentalmente el uso de la clasificación CIE-10
(OMS) y/o DSM-IV-TR (American Pschiatric Association) para estos trastornos. De
comparación de estas clasificaciones diagnósticas: (Gráfico N° 5)
Siguiendo la clasificación diagnóstica del DSM-IV-TR se identifican cinco tipos de
trastornos en los TGD:
1. Trastorno autista, autismo infantil o Síndrome de Kanner. Manifestaciones en
mayor o menor grado de las tres áreas principales descritas anteriormente.
2. Trastorno de Asperger o Síndrome de Asperger. Incapacidad para establecer
relaciones sociales adecuadas a su edad de desarrollo, junto con una rigidez
mental y comportamental. Se diferencia del trastorno autista porque presenta un
desarrollo lingüístico aparentemente normal y sin existencia de discapacidad
intelectual.
3. Trastorno de Rett o Síndrome de Rett. Se diferencia en que sólo se da en niñas e
implica una rápida regresión motora y de la conducta antes de los 4 años (con
estereotipias características como la de “lavarse las manos”). Aparece en baja
frecuencia con respecto a los anteriores. Este trastorno está asociado a una
discapacidad intelectual grave. Está causado por mutaciones en el gen MECP2.
4. Trastorno desintegrativo infantil o Síndrome de Heller. Es un trastorno muy
poco frecuente en el que después de un desarrollo inicial normal se desencadena,
EL AUTISMO Página 8
9. tras los 2 años y antes de los 10 años, una pérdida de las habilidades adquiridas
anteriormente. Lo más característico es que desaparezcan las habilidades
adquiridas en casi todas las áreas. Suele ir asociado a discapacidad intelectual
grave y a un incremento de alteraciones en el EEG y trastornos convulsivos. Se
sospecha por tanto que es resultado de una lesión del sistema nervioso central no
identificada.
5. Trastorno generalizado del desarrollo no especificado. Agrupa todos los casos
en los que no coinciden claramente con los cuadros anteriores, o bien se presentan
de forma incompleta o inapropiada los síntomas de autismo en cuanto a edad de
inicio o existencia de sintomatología subliminal.
6. Nota sobre regresiones específicas: entre el 15 y el 30 % de los niños afectados
de TEA hay un periodo de estasis del desarrollo e incluso de pérdida de las
habilidades adquiridas. El momento común del cambio se empieza a notar entre los
15 y 19 meses. La regresión tras un desarrollo normal ocurre entre los 2 y 4 años
de edad, siendo sumamente distintivo en el síndrome de Rett y en el trastorno
desintegrativo infantil.
EL AUTISMO Página 9
10. 7. CUADRO CLINICO, CRITERIOS CIE-10, DSM IV, CARACTERISTICAS
Los síntomas del trastorno del espectro autista (TEA) varían de un niño a otro pero, en
general, se encuentran dentro de tres áreas:
A. Deterioro de la actividad social
B. Dificultades de comunicación
C. Conductas repetitivas y estereotipadas
A. Deterioro de la actividad social
La mayoría de los niños con el TEA tienen problemas para entablar las interacciones
sociales diarias. Según el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales,
Cuarta Edición - Texto Revisado, algunos niños con el TEA pueden:
Hacer poco contacto visual
Tienden a mirar y escuchar menos a la gente en su entorno o no responder a otras
personas
No buscan compartir su gusto por los juguetes o actividades, señalando o
mostrando cosas a los otros
Responden inusualmente cuando otros muestran ira, aflicción o cariño.
Las investigaciones sugiere que los niños con el TEA no responden a las señales
emocionales en las interacciones sociales humanas, ya que no pueden prestar atención a
las señales sociales que típicamente otros suelen notar.
Asimismo, puede ser difícil para otros comprender el lenguaje corporal de niños con el
TEA. Sus expresiones faciales, movimientos y gestos son a menudo vagos o no
corresponden con lo que están diciendo. También, su tono de voz puede no reflejar lo que
realmente están sintiendo. Muchos niños mayores con el TEA hablan con un tono de voz
inusual y pueden sonar como si estuvieran cantando o sin entonación y similar a un robot.
Los niños con el TEA también pueden tener problemas para entender el punto de vista de
otra persona.
EL AUTISMO Página 10
11. B. Problemas de comunicación
De acuerdo con las etapas de desarrollo, para el primer cumpleaños el típico infante
puede decir una o dos palabras, darse la vuelta cuando escucha su nombre y señalar
cuando quiere un juguete. Cuando se le ofrece algo que no quiere, el infante hace saber
que la respuesta es "no" con palabras, gestos o expresiones faciales.
Para los niños con el TEA, alcanzar tales etapas puede no ser tan sencillo. Por ejemplo,
algunos niños con autismo pueden:
No responder o ser lentos en responder a su nombre o a otros intentos verbales para
obtener su atención
No desarrollar o ser lentos en desarrollar gestos, como señalar y mostrar cosas a
otros
Desarrollar el lenguaje a un ritmo tardío
Aprender a comunicarse usando dibujos o su propio lenguaje de señas
Hablar solamente con palabras sencillas o repetir ciertas frases una y otra vez
(ecolalia), pareciendo incapaces de combinar las palabras para formar oraciones con
sentido.
Aun algunos niños con el TEA que tienen buenas habilidades de lenguaje, con frecuencia
tienen dificultades con el diálogo fluido.
Los niños con el TEA que aún no han desarrollado gestos o lenguaje con significado
pueden simplemente gritar, sujetar o comportarse mal hasta que se les enseñen mejores
maneras de expresar sus necesidades. A medida que estos niños crecen, pueden darse
cuenta de su dificultad para entender a otros y para hacerse entender. Esta toma de
conciencia puede causarles ansiedad o depresión.
C. Conductas repetitivas y estereotipadas
Con frecuencia, los movimientos de los niños con el TEA son repetitivos y sus
comportamientos, inusuales. Estas conductas pueden ser extremas y muy notorias, o
leves y discretas. Las acciones repetitivas a veces se denominan "estereotipos" o
"conductas estereotipadas".
EL AUTISMO Página 11
12. Los niños con el TEA suelen tener intereses excesivamente enfocados. Los niños con el
TEA pueden sentirse fascinados con objetos en movimiento o partes de objetos. Pueden
pasar largo tiempo alineando juguetes de cierta forma en lugar de jugar con ellos. Los
niños con el TEA a menudo tienen un interés por los números, símbolos o temas
científicos.
A pesar de que los niños con el TEA con frecuencia se desenvuelven mejor con las
rutinas en sus actividades diarias y su entorno, la inflexibilidad puede ser extrema y
causar serias dificultades. Pueden insistir en comer exactamente las mismas comidas o
tomar exactamente la misma ruta a la escuela. Un cambio leve en una rutina específica
puede resultar excesivamente perturbador. Algunos niños hasta pueden tener arrebatos
emocionales, especialmente cuando se sienten enojados o frustrados o cuando se
encuentran en un entorno nuevo o estimulante.
MANUAL DIAGNÓSTICO Y ESTADÍSTICO DE LOS TRASTORNOS MENTALES (DSM-IV-
TR)
F84 TRASTORNOS GENERALIZADOS DEL DESARROLLO
F84.0 Trastorno Autista
Criterios para el diagnóstico del Trastorno autista
A. Existe un total de 6 (o más) ítems de 1, 2 y 3, con por lo menos dos de 1, y uno de 2 y
de 3:
1. alteración cualitativa de la interacción social, manifestada al menos por dos de las
siguientes características:
(a) importante alteración del uso de múltiples comportamientos no verbales, como
son contacto ocular, expresión facial, posturas corporales y gestos reguladores de la
interacción social.
(b) incapacidad para desarrollar relaciones con compañeros adecuadas al nivel de
desarrollo.
(c) ausencia de la tendencia espontánea para compartir con otras personas disfrutes,
intereses y objetivos (p. ej., no mostrar, traer o señalar objetos de interés). (d) falta de
reciprocidad social o emocional.
EL AUTISMO Página 12
13. 2. alteración cualitativa de la comunicación manifestada al menos por dos de las
siguientes características:
(a) retraso o ausencia total del desarrollo del lenguaje oral (no acompañado de
intentos para compensarlo mediante modos alternativos de comunicación, tales como
gestos o mímica).
(b) en sujetos con un habla adecuada, alteración importante de la capacidad para
iniciar o mantener una conversación con otros.
(c) utilización estereotipada y repetitiva del lenguaje o lenguaje idiosincrásico.
(d) ausencia de juego realista espontáneo, variado, o de juego imitativo social propio
del nivel de desarrollo.
3. patrones de comportamiento, intereses y actividades restringidos, repetitivos y
estereotipados, manifestados por lo menos mediante una de las siguientes
características:
(a) preocupación absorbente por uno o más patrones estereotipados y restrictivos de
interés que resulta anormal, sea en su intensidad, sea en su objetivo
(b) adhesión aparentemente inflexible a rutinas o rituales específicos, no funcionales
(c) manierismos motores estereotipados y repetitivos (p. ej., sacudir o girar las manos
o dedos, o movimientos complejos de todo el cuerpo)
(d) preocupación persistente por partes de objetos
B. Retraso o funcionamiento anormal en por lo menos una de las siguientes áreas, que
aparece antes de los 3 años de edad: 1 interacción social, 2 lenguaje utilizado en la
comunicación social o 3 juego simbólico o imaginativo.
C. El trastorno no se explica mejor por la presencia de un trastorno de Rett o de un
trastorno desintegrativo infatil.
F84.2 Trastorno de Rett
Criterios para el diagnóstico del Trastorno de Rett
A. Todas las características siguientes:
1. desarrollo prenatal y perinatal aparentemente normal.
2. desarrollo psicomotor aparentemente normal durante los primeros 5 meses
después del nacimiento.
3. circunferencia craneal normal en el nacimiento.
B. Aparición de todas las características siguientes después del período de desarrollo
normal:
EL AUTISMO Página 13
14. 1. desaceleración del crecimiento craneal entre los 5 y 48 meses de edad.
2. pérdida de habilidades manuales intencionales previamente adquiridas entre los 5
y 30 meses de edad, con el subsiguiente desarrollo de movimientos manuales
estereotipados (p. ej., escribir o lavarse las manos).
3. pérdida de implicación social en el inicio del trastorno (aunque con frecuencia la
interacción social se desarrolla posteriormente).
4. mala coordinación de la marcha o de los movimientos del tronco.
5. desarrollo del lenguaje expresivo y receptivo gravemente afectado, con retraso
psicomotor grave.
F84.3 Trastorno desintegrativo infantil
A. Desarrollo aparentemente normal durante por lo menos los primeros 2 años posteriores
al nacimiento, manifestado por la presencia de comunicación verbal y no verbal,
relaciones sociales, juego y comportamiento adaptativo apropiados a la edad del sujeto.
B. Pérdida clínicamente significativa de habilidades previamente adquiridas (antes de los
10 años de edad) en por lo menos dos de las siguientes áreas:
1. lenguaje expresivo o receptivo
2. habilidades sociales o comportamiento adaptativo
3. control intestinal o vesical
4. juego
5. habilidades motoras
C. Anormalidades en por lo menos dos de las siguientes áreas:
1. alteración cualitativa de la interacción social (p. ej., alteración de comportamientos
no verbales, incapacidad para desarrollar relaciones con compañeros, ausencia de
reciprocidad social o emocional)
2. alteraciones cualitativas de la comunicación (p. ej., retraso o ausencia de lenguaje
hablado, incapacidad para iniciar o sostener una conversación, utilización
estereotipada y repetitiva del lenguaje, ausencia de juego
3. patrones de comportamiento, intereses y actividades restrictivos, repetitivos y
estereotipados, en los que se incluyen estereotipias motoras y manierismos
D. El trastorno no se explica mejor por la presencia de otro trastorno generalizado del
desarrollo o de esquizofrenia.
EL AUTISMO Página 14
15. F84.5 Trastorno de Asperger
Criterios para el diagnóstico del Trastorno de Asperger
A. Alteración cualitativa de la interacción social, manifestada al menos por dos de las
siguientes características:
1. importante alteración del uso de múltiples comportamientos no verbales como
contacto ocular, expresión facial, posturas corporales y gestos reguladores de la
interacción social
2. incapacidad para desarrollar relaciones con compañeros apropiadas al nivel de
desarrollo del sujeto
3. ausencia de la tendencia espontánea a compartir disfrutes, intereses y objetivos
con otras personas (p. ej., no mostrar, traer o enseñar a otras personas objetos de
interés)
4. ausencia de reciprocidad social o emocional
B. Patrones de comportamiento, intereses y actividades restrictivos, repetitivos y
estereotipados, manifestados al menos por una de las siguientes características:
1. preocupación absorbente por uno o más patrones de interés estereotipados y
restrictivos que son anormales, sea por su intensidad, sea por su objetivo
2. adhesión aparentemente inflexible a rutinas o rituales específicos, no funcionales
3. manierismos motores estereotipados y repetitivos (p. ej., sacudir o girar manos o
dedos, o movimientos complejos de todo el cuerpo)
4. preocupación persistente por partes de objetos
C. El trastorno causa un deterioro clínicamente significativo de la actividad social, laboral y
otras áreas importantes de la actividad del individuo.
D. No hay retraso general del lenguaje clínicamente significativo (p. ej., a los 2 años de
edad utiliza palabras sencillas, a los 3 años de edad utiliza frases comunicativas).
E. No hay retraso clínicamente significativo del desarrollo cognoscitivo ni del desarrollo de
habilidades de autoayuda propias de la edad, comportamiento adaptativo (distinto de la
interacción social) y curiosidad acerca del ambiente durante la infancia.
F. No cumple los criterios de otro trastorno generalizado del desarrollo ni de esquizofrenia.
EL AUTISMO Página 15
16. DÉCIMA REVISIÓN DE LA CLASIFICACION INTERNACIONAL DE ENFERMEDADES.
TRASTORNOS MENTALES Y DEL COMPORTAMIENTO. CRITERIOS DIAGNÓSTICOS
DE INVESTIGACIÓN (CIE 10)
F84 TRASTORNOS GENERALIZADOS DEL DESARROLLO
F84.0 Autismo infantil
A. Presencia de un desarrollo anormal o alterado desde antes de los tres años de edad.
Deben estar presentes en al menos una de las siguientes áreas:
1) Lenguaje receptivo o expresivo utilizado para la comunicación social.
2) Desarrollo de lazos sociales selectivos o interacción social recíproca.
3) Juego y manejo de símbolos en el mismo.
B. Deben estar presentes al menos seis síntomas de (1), (2) y (3), incluyendo al menos
dos de (1) y al menos uno de (2) y otro de (3):
1) Alteración cualitativa de la interacción social recíproca. El diagnóstico requiere la
presencia de anomalías demostrables en por lo menos tres de las siguientes áreas:
a) Fracaso en la utilización adecuada del contacto visual, de la expresión facial, de la
postura corporal y de los gestos para la interacción social.
b) Fracaso del desarrollo (adecuado a la edad mental y a pesar de las ocasiones para
ello) de relaciones con otros niños que impliquen compartir intereses, actividades y
emociones.
c) Ausencia de reciprocidad socio-emocional, puesta de manifiesto por una respuesta
alterada o anormal hacia las emociones de las otras personas, o falta de modulación
del comportamiento en respuesta al contexto social o débil integración de los
comportamientos social, emocional y comunicativo.
d) Ausencia de interés en compartir las alegrías, los intereses o los logros con otros
individuos (por ejemplo, la falta de interés en señalar, mostrar u ofrecer a otras
personas objetos que despierten el interés del niño).
2) Alteración cualitativa en la comunicación. El diagnóstico requiere la presencia de
anomalías demostrables en, por lo menos, una de las siguientes cinco áreas:
a) Retraso o ausencia total de desarrollo del lenguaje hablado que no se acompaña
de intentos de compensación mediante el recurso a gestos alternativos para
comunicarse (a menudo precedido por la falta de balbuceo comunicativo).
EL AUTISMO Página 16
17. b) Fracaso relativo para iniciar o mantener la conversación, proceso que implica el
intercambio recíproco de respuestas con el interlocutor (cualquiera que sea el nivel de
competencia en la utilización del lenguaje alcanzado),
c) Uso estereotipado y repetitivo del lenguaje o uso idiosincrásico de palabras o
frases.
d) Ausencia de juegos de simulación espontáneos o ausencia de juego social
imitativo en edades más tempranas.
3) Presencia de formas restrictivas, repetitivas y estereotipadas del comportamiento, los
intereses y la actividad en general. Para el diagnóstico se requiere la presencia de
anormalidades demostrables en, al menos, una de las siguientes seis áreas:
a) Dedicación apasionada a uno o más comportamientos estereotipados que son
anormales en su contenido. En ocasiones, el comportamiento no es anormal en sí,
pero sí lo es la intensidad y el carácter restrictivo con que se produce.
b) Adherencia de apariencia compulsiva a rutinas o rituales específicos carentes de
propósito aparente.
c) Manierismos motores estereotipados y repetitivos con palmadas o retorcimientos
de las manos o dedos, o movimientos completos de todo el cuerpo.
d) Preocupación por partes aisladas de los objetos o por los elementos ajenos a las
funciones propias de los objetos (tales como su olor, el tacto de su superficie o el
ruido o la vibración que producen).
C. El cuadro clínico no puede atribuirse a las otras variedades de trastorno
generalizado del desarrollo, a trastorno específico del desarrollo de la comprensión
del lenguaje (F80.2) con problemas socioemocionales secundarios, a trastorno
reactivo de la vinculación en la infancia (F94.1) tipo desinhibido (F94.2), a retraso
mental (F70-72) acompañados de trastornos de las emociones y del comportamiento,
a esquizofrenia (F20) de comienzo excepcionalmente precoz ni a síndrome de Rett
(F84.2).
F84.1 Autismo atípico
A. Presencia de un desarrollo anormal o alterado aparecido a los tres o después de los
tres años de edad (el criterio es como el del autismo a excepción de la edad de
comienzo).
EL AUTISMO Página 17
18. B. Alteraciones cualitativas en la interacción social recíproca o alteraciones cualitativas en
la comunicación o formas de comportamiento, intereses o actividades restrictivas,
repetitivas y estereotipadas (el criterio es como para el autismo a excepción de que no es
necesario satisfacer los criterios en términos del número de áreas de anormalidad).
C. No se llega a satisfacer los criterios diagnósticos de autismo (F84.0).
El autismo puede ser atípico tanto en la edad de comienzo (F84.11) como por sus
manifestaciones clínicas (F84.12). Un quinto dígito permite diferenciarlos con fines de
investigación. Los síndromes que no puedan incluirse en uno de ellos se codificarán como
F84.12.
F84.10 Atipicidad en la edad de comienzo
A. No se satisface el criterio A del autismo (F84.0). Esto es, la anomalía del desarrollo se
manifiesta sólo a los tres años de edad o con posterioridad.
B. Se satisfacen los criterios B y C del autismo (F84.0).
F84.11 Atipicidad sintomática
A. Satisface el criterio A del autismo (es decir, anomalía del desarrollo de comienzo antes
de los tres años de edad).
B. Alteraciones cualitativas en las interacciones sociales que implican reciprocidad, o en
la comunicación, o bien formas de comportamiento, intereses y actividades restringidas,
repetitivas y estereotipadas.
Los criterios son similares a los del autismo excepto en que no hacen referencia a número
determinado de áreas afectadas por la anormalidad.
C. Se satisface el criterio C del autismo.
D. No se satisface el criterio B del autismo (F84.0).
F84.12 Atipicidad tanto en edad de comienzo como sintomática
A. No se satisface el criterio A del autismo. La anomalía del desarrollo se manifiesta sólo
a los tres años de edad o con posterioridad.
B. Alteraciones cualitativas de las interacciones que implican reciprocidad o de la
comunicación, intereses y actividades restringidas, repetitivas y estereotipadas. Los
EL AUTISMO Página 18
19. criterios son similares a los del autismo excepto en que no hacen referencia a un número
determinado de áreas afectadas por la anormalidad.
C. Se satisface el criterio C del autismo.
D. No se satisface el criterio B del autismo (F84.0).
F84.2 Síndrome de Rett
A. Normalidad aparente durante los períodos prenatal y perinatal, desarrollo psicomotor
aparentemente normal durante los primeros cinco meses de edad y perímetro cefálico
normal en el momento del parto.
B. Desaceleración del crecimiento cefálico entre los cinco meses y los cuatro años de
edad junto a una pérdida de las capacidades motrices manuales previamente adquiridas
entre los seis y los treinta meses de edad. Esto se acompaña de una alteración de la
comunicación y de las relaciones sociales y de la aparición de marcha inestable y
pobremente coordinada o movimientos del tronco.
C. Grave alteración del lenguaje expresivo y receptivo, junto a retraso psicomotor grave.
D. Movimientos estereotipados de las manos (como de retorcérselas o lavárselas) que
aparecen al tiempo o son posteriores a la pérdida de los movimientos intencionales.
F84.3 Otro trastorno desintegrativo de la infancia
A. Desarrollo aparentemente normal hasta al menos los dos años de edad. Se requiere
para el diagnóstico la presencia de una capacidad normal para la comunicación, para las
relaciones sociales y el juego, y para los comportamientos adaptativos hasta al menos los
dos años de edad.
B. Al comenzar el trastorno se produce una clara pérdida de capacidades previamente
adquiridas. Se requiere para el diagnóstico una pérdida clínicamente significativa de
capacidades (y no sólo un fracaso puntual en ciertas situaciones) en al menos dos de las
siguientes áreas:
1) Lenguaje expresivo o receptivo.
2) Juego.
3) Rendimientos sociales o comportamientos adaptativos.
4) Control de esfínteres.
5) Rendimientos motores.
EL AUTISMO Página 19
20. C. Comportamiento social cualitativamente anormal. El diagnóstico requiere la presencia
demostrable de alteraciones en dos de los siguientes grupos:
1) Alteraciones cualitativas en las relaciones sociales recíprocas (del estilo de las del
autismo).
2) Alteración cualitativa de la comunicación (del estilo del autismo).
3) Patrones restringidos de comportamiento, intereses y actividades repetitivas y
estereotipadas, entre ellas, estereotipias motrices y manierismos.
4) Pérdida global de interés por los objetos y por el entorno en general.
D. El trastorno no se puede atribuir a otros tipos de trastornos generalizados del
desarrollo, a epilepsia adquirida con afasia (F80.6), a mutismo selectivo (F94.0), a
esquizofrenia (F20.F29), ni a síndrome de Rett (F84.2).
F84.4 Trastorno hipercinético con retraso mental y movimientos estereotipados
A. Hiperactividad motora grave manifiesta por al menos dos de los siguientes problemas
en la actividad y la atención:
1) Inquietud motora continua, manifiesta por carreras, saltos y otros movimientos que
implican todo el cuerpo.
2) Dificultad importante para permanecer sentado: tan solo estará sentado unos
segundos por lo general, a no ser que esté realizando una actividad estereotipada.
3) Actividad claramente excesiva en situaciones en las que se espera una cierta
quietud.
4) Cambios de actividad muy rápidos, de tal forma que las actividades generales
duran menos de un minuto (ocasionalmente duran más si la actividad se ve muy
favorecida o reforzada, y esto no excluye el diagnóstico; las actividades
estereotipadas pueden durar mucho tiempo y son compatibles con este criterio.
B. Patrones de conducta repetitivos y estereotipados manifiestos por al menos uno de los
siguientes:
1) Manierismos fijos y frecuentemente repetidos: pueden comprender movimientos
complejos de todo el cuerpo o movimientos parciales tales como aleteo de manos.
2) Repetición excesiva de actividades no encaminadas hacia ningún fin. Puede incluir
juegos con objetos (por ejemplo, con el agua corriente) o actividades ritualísticas
(bien solo o junto a otra gente).
3) Autoagresiones repetidas.
EL AUTISMO Página 20
21. C. CI menos de 50.
D. Ausencia de alteración social de tipo autístico. El niño debe mostrar al menos tres de
las siguientes:
1) Adecuado desarrollo del uso de la mirada, expresión y postura en la interacción
social.
2) Adecuado desarrollo de las relaciones con compañeros, incluyendo el compartir
intereses, actividades, etc.
3) Al menos ocasionalmente se aproxima a otras personas en busca de consuelo y
afecto.
4) A veces puede participar de la alegría de otras personas. Existen otras formas de
alteración social, como la tendencia al acercamiento desinhibido a personas extrañas,
que son compatibles con el diagnóstico.
E. No cumple criterios diagnósticos para autismo (F84.0 y F84.1), trastorno desintegrativo
de la infancia (F84.3) o trastornos hiperquinéticos (F90.-).
F84.5 Síndrome de Asperger
A. Ausencia de retrasos clínicamente significativos del lenguaje o del desarrollo cognitivo.
Para el diagnóstico se requiere que a los dos años haya sido posible la pronunciación de
palabras sueltas y que al menos a los tres años el niño use frases aptas para la
comunicación. Las capacidades que permiten una autonomía, un comportamiento
adaptativo y la curiosidad por el entorno deben estar al nivel adecuado para un desarrollo
intelectual normal. Sin embargo, los aspectos motores pueden estar de alguna forma
retrasados y es frecuente una torpeza de movimientos (aunque no necesaria para el
diagnóstico). Es frecuente la presencia de características especiales aisladas, a menudo
en relación con preocupaciones anormales, aunque no se requieren para el diagnóstico.
B. Alteraciones cualitativas en las relaciones sociales recíprocas (del estilo de las del
autismo).
C. Un interés inusualmente intenso y circunscrito o patrones de comportamiento, intereses
y actividades restringidas, repetitivas y estereotipadas, con criterios parecidos al autismo
aunque en este cuadro son menos frecuentes los manierismos y las preocupaciones
inadecuadas con aspectos parciales de los objetos o con partes no funcionales de los
objetos de juego.
EL AUTISMO Página 21
22. D. No puede atribuirse el trastorno a otros tipos de trastornos generalizados del
desarrollo, a trastorno esquizotípico (F21), a esquizofrenia simple (F20.6), a trastorno
reactivo de la vinculación en la infancia de tipo desinhibido (F94.1 y.2), a trastorno
anancástico de personalidad (F60.5), ni a trastorno obsesivocompulsivo (F42).
F84.8 Otros trastornos generalizados del desarrollo
La clasificación no aporta instrucciones sobre la utilización de esta categoría.
F84.9 Trastorno generalizado del desarrollo sin especificación
Se trata de una categoría residual que se usará para aquellos trastornos que se ajustan a
la descripción general de trastornos generalizados del desarrollo pero que no cumplen los
criterios de ninguno de los apartados F84 a causa de información insuficiente o datos
contradictorios
F88 Otros trastornos del desarrollo psicológico
La clasificación no aporta instrucciones sobre la utilización de esta categoría.
F89 Trastorno del desarrollo psicológico, no especificado
La clasificación no aporta instrucciones sobre la utilización de esta categoría.
EL AUTISMO Página 22
23. 8. EVOLUCIÓN
Se ha revisado la evolución de los síntomas del autismo durante la vida, desde la niñez
hasta la edad adulta. Hay poca información disponible. Después de una búsqueda en
PubMed, no más de 40 publicaciones abordan específicamente este tema. La revisión fue
dividida en dos partes:
a) cómo cambian los tres principales síntomas del autismo.
Los tres síntomas, llamados la "Tríada de Wing" (problemas en la comunicación,
déficits en las habilidades sociales, y un restringido repertorio de intereses) no
cambian significativamente con el pasar de la vida. El diagnóstico de autismo se
mantiene estable en el tiempo, ya que 80% de los niños continúan con el
diagnóstico en la vida adulta. Por otro lado, es difícil establecer este diagnóstico
por primera vez en los adultos
b) cómo cambian los demás síntomas asociados al autismo.
En relación a los síntomas asociados, los más precoces son los trastornos del
sueño y de los más prevalentes los trastornos bipolares y también el trastorno de
ansiedad. Los trastornos del sueño son edad-limitados y desaparecen fácilmente.
Los trastornos bipolares suelen ser más graves en niños con autismo cuando se
comparan con niños sin autismo. Las variaciones del estado de ánimo son más
rápidas en niños autistas. La ansiedad suele ser más intensa en los autistas con
preservación cognitiva y tiende a aumentar con la edad. Los dos principales
factores pronósticos para el autismo en adultos son:
a) Cociente intelectual total superior a 70.
b) Lenguaje funcional antes de los 6 años de edad.
EL AUTISMO Página 23
24. 9. TRATAMIENTO
No hay un tratamiento único ideal para todos los niños con trastornos del espectro autista
(TEA). Sin embargo, es muy importante enseñarle al niño destrezas específicas en un
contexto bien planeado y estructurado. Algunos niños reaccionan bien a un tipo de
tratamiento mientras que otros tienen una reacción negativa o no reaccionan para nada al
mismo tratamiento.
Tipos de tratamiento
Hay muchos tipos de tratamientos, pero los más importantes se pueden clasificar en las
categorías siguientes:
A. Terapias conductuales y de comunicación
B. Tratamientos farmacológicos
A. Terapias conductuales y de comunicación
De acuerdo con la Academia Americana de Pediatría y el Consejo Nacional de
Investigación, las terapias conductuales y de comunicación útiles para los niños con TEA
son aquellas que proporcionan estructura, dirección y organización como complemento de
la participación familiar.
Análisis conductual aplicado (ABA)
Un tipo de tratamiento eficaz para las personas con TEA es el llamado análisis conductual
aplicado (ABA), el cual goza de gran aceptación entre los profesionales de atención
médica y es utilizado en muchas escuelas y centros de tratamiento. Este método incentiva
conductas positivas y desalienta las negativas para mejorar distintas destrezas. El
progreso del niño se mide y se le da un seguimiento.
Los métodos ABA se utilizan para:
Enseñar nuevas destrezas
Crear nuevas conductas positivas
Reforzar conductas positivas
Disminuir las conductas que interfieren con el aprendizaje
EL AUTISMO Página 24
25. Existen distintos tipos de métodos ABA. Los siguientes son algunos ejemplos:
Enseñanza de tareas discriminadas (DTT); es un método de enseñanza que
utiliza una serie de repeticiones para enseñar paso a paso una conducta o una
respuesta deseada. Las lecciones se dividen en partes sencillas, y se utiliza el
reforzamiento positivo para premiar las respuestas y conductas correctas. Las
respuestas incorrectas son ignoradas.
Intervención conductual intensiva temprana (EIBI); es un tipo de ABA para niños
de muy corta edad que tienen TEA, por lo general menores de cinco años, y a
menudo menores de tres.
Entrenamiento en respuestas centrales (PRT); busca aumentar la motivación del
niño para aprender, hacer que vigile su propia conducta e iniciar la comunicación
con otras personas.
Análisis de la conducta verbal (VBI); es un tipo de análisis conductual aplicado
(ABA) que se centra en enseñar destrezas verbales.
Otros tratamientos que pueden ser parte de un programa de tratamiento completo para un
niño con TEA:
Modelo basado en el desarrollo, las diferencias individuales y las relaciones
interpersonales; este tratamiento se centra en el desarrollo emocional y las relaciones
interpersonales (sentimientos, relaciones con las personas que cuidan de ellos). También
se enfoca en la manera en que el niño reacciona a lo que ve, huele u oye
Tratamiento y educación de estudiantes discapacitadas por autismo y problemas de
comunicación; utiliza ayudas visuales para enseñar destrezas. Por ejemplo, mediante
tarjetas con fotografías se le puede enseñar al niño a vestirse, al presentar la información
en pasos pequeños.
Terapia ocupacional; la terapia ocupacional enseña destrezas que pueden ayudar a que
una persona viva con la mayor independencia posible. Por ejemplo, se le enseña al niño a
vestirse, comer, bañarse y relacionarse con las personas.
Terapia de integración sensorial; la terapia de integración sensorial ayuda a la persona
a procesar la información que proviene de los sentidos, como a través de la vista, los
EL AUTISMO Página 25
26. sonidos y los olores. La terapia de integración sensorial puede ayudar a un niño que se
irrita por ciertos sonidos o que no le gusta que le toquen.
Terapia del lenguaje; la terapia del lenguaje ayuda a mejorar las destrezas de
comunicación de la persona. Algunas personas pueden aprender habilidades verbales,
mientras que para otras es más fácil utilizar gestos o carteles con figuras.
Sistema de comunicación por intercambio de imágenes; usa imágenes de símbolos
para enseñar destrezas de comunicación. A la persona se le enseña a usar símbolos para
preguntar, contestar preguntas y sostener una conversación.
B. Tratamiento Farmacológico
No hay medicamentos para curar los TEA, ni siquiera para tratar sus síntomas principales.
Pero hay medicamentos que pueden ayudar a algunas personas a tratar síntomas
relacionados. Por ejemplo, los medicamentos pueden ayudar a controlar la hiperactividad,
la dificultad para concentrarse, la depresión o las convulsiones. También, la
Administración de Drogas y Alimentos (U.S. Food and Drug Administration - FDA, por sus
siglas en ingles) aprobó el uso de RISPERIDONA (un antipsicótico) para tratar a niños de
5 a 16 años de edad con TEA y que presentan fuertes rabietas, agresión o que se
autolesionan.
EL AUTISMO Página 26
27. 10. ULTIMAS INVESTIGACIONES
10 COSAS QUE HAY QUE SABER SOBRE LOS NUEVOS DATOS DEL
AUTISMO
Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades - CDC – 31 de marzo
del 2014
Nuevos datos de la Red para la Vigilancia del Autismo y las Discapacidades del
Desarrollo (ADDM) de los CDC muestran que la cantidad estimada de niños a los que les
han detectado trastornos del espectro autista (TEA) sigue aumentando y que la imagen de
los TEA en las comunidades ha cambiado. Estos nuevos datos se pueden usar para
promover la detección temprana, planificar la necesidad de capacitación y servicios, guiar
las investigaciones y proporcionar información para elaborar normas con el fin de que los
niños con TEA y sus familias reciban la ayuda que necesitan. Los CDC seguirán haciendo
seguimiento a la cantidad cambiante de los niños con TEA y a las características de
estos, continuarán investigando lo que pone a los pequeños en riesgo de TEA y seguirán
promoviendo la detección temprana, la herramienta más poderosa que tenemos por ahora
para lograr un cambio en la vida de estos niños. Vea cuáles son las 10 cosas que
necesita saber sobre el más reciente informe de la Red ADDM de los CDC.
Las siguientes estimaciones se basan en información obtenida de los registros de salud y
educación especial de niños que tenían 8 años y vivían en áreas de Alabama, Arizona,
Arkansas, Carolina del Norte, Colorado, Georgia, Maryland, Misuri, Nueva Jersey, Utah y
Wisconsin en el 2010:
1. A cerca de 1 de cada 68 niños (o 14.7 por cada 1000 niños de 8 años) le han
detectado TEA. Es importante recordar que esta estimación se basa en niños de 8
años que vivían en 11 comunidades. La cifra estimada no representa a toda la
población de niños en los Estados Unidos.
2. Esta nueva estimación es aproximadamente un 30 % más alta que la cifra
estimada en el 2008 (1 de cada 88), 60 % más alta que la cantidad estimada en el
2006 (1 de cada 110) y 120 % más alta que las estimaciones en el 2002 y el 2000
(1 de cada 150). No sabemos qué está causando este aumento. Parte del
aumento puede deberse a la manera en que se detectan y diagnostican estos
trastornos, y a la forma en que se atiende a los niños en sus comunidades locales;
sin embargo, se desconoce exactamente en qué medida influyen estos factores.
EL AUTISMO Página 27
28. 3. La cantidad de niños a los que les han detectado TEA varía ampliamente según la
comunidad, de 1 de cada 175 niños en áreas de Alabama a 1 de cada 45 en áreas
de Nueva Jersey.
4. Casi la mitad (46 %) de los niños a los que les han detectado TEA tenían una
capacidad intelectual promedio o superior al promedio (CI mayor a 85).
5. Los niños varones tenían casi 5 veces más probabilidades de que les detectaran
TEA que las niñas. A cerca de 1 de cada 42 niños y 1 de cada 189 niñas les han
detectado TEA.
6. Los niños de raza blanca tenían más probabilidades de que les detectaran TEA
que los niños de raza negra o los hispanos. A cerca de 1 de cada 63 niños de raza
blanca, 1 de cada 81 niños de raza negra y 1 de cada 93 niños hispanos les han
detectado TEA.
7. Menos de la mitad (44 %) de los niños a los que les han detectado TEA habían
sido evaluados a raíz de preocupaciones sobre su desarrollo antes de cumplir 3
años.
8. La mayoría de los niños a los que les han detectado TEA no recibieron un
diagnóstico hasta después de haber cumplido los 4 años, aun cuando estos
trastornos se pueden diagnosticar a partir de los 2.
9. Los niños de raza negra e hispanos a los que les han detectado TEA tenían más
probabilidades que los niños de raza blanca de tener discapacidad intelectual. han
mostrado que los niños a los que les han detectado estos trastornos y
discapacidad intelectual tenían una mayor cantidad de síntomas de TEA y menor
edad cuando recibieron el diagnóstico por primera vez. A pesar de la mayor carga
de discapacidades intelectuales concurrentes en los niños de raza blanca e
hispanos con TEA, estos nuevos datos muestran que no hubo diferencias entre los
grupos raciales y étnicos respecto de la edad a la cual recibieron el diagnóstico por
primera vez.
10. Aproximadamente el 80 % de los niños a los que les han detectado TEA habían
recibido servicios de educación especial para autismo en la escuela o un
diagnóstico de TEA de parte de un médico. Esto significa que el 20 % restante de
los niños a los que les han detectado TEA tenían síntomas documentados en sus
registros, pero no habían sido clasificados como niños con TEA por un profesional
de la comunidad en la escuela o el consultorio.
EL AUTISMO Página 28
29. 11. ENSEÑANZAS OBTENIDAS DE LA INVESTIGACIÓN
La investigación me ha demostrado que la terapia conductual intensiva durante los
primeros años y en la edad preescolar puede mejorar significativamente las
habilidades cognitivas y del lenguaje en niños pequeños con el TEA
Es importante incidir en la importancia de involucrar a la familia en el tratamiento.
El niño vive integrado en su ambiente familiar, por lo que una adecuada
información y educación redundará en un mayor aprendizaje con un menor grado
de estrés e insatisfacción. La familia no sólo necesita un diagnóstico adecuado,
precisa también información, educación para saber cómo tratar a su hijo, apoyo
por parte de las instituciones y solidaridad y comprensión por parte de la sociedad.
(Gráfico N° 6)
EL AUTISMO Página 29
30. 12. CONCLUSIONES
El autismo continúa siendo una condición difícil para quienes lo padecen y sus
familiares, pero el panorama actual es mucho más alentador que el de años atrás.
El niño autista no recibe la atención ni el tratamiento adecuado por lo cual no se le
toma en cuenta dentro de la sociedad como parte de esta, sino que al no conocer
lo suficiente acerca de este trastorno, se le excluye, se le moleste e incluso se le
discrimina.
El padre del niño autista, al no saber lo que provoca el extraño comportamiento, no
es capaz de brindarle la atención necearía, la necesidad de que el niño reciba el
diagnostico a tiempo radica en que se le brinde el tiempo y forma, el trato que se
merece para integrarlos a la sociedad como se debe.
Solo un profesional capacitado puede dar el tratamiento adecuado, aunque es
necesario que se dé a tiempo, por ello el reconocimiento temprano es de suma
importancia ante casos de autismo.
EL AUTISMO Página 30
31. 13. RECOMENDACIONES
Hacer un diagnostico temprano del TEA, para así mejorar el pronóstico en cuanto
a adaptabilidad en el futuro, además de los beneficios añadidos sobre la familia.
En la detección de niños con TEA, usar los manuales diagnósticos del DSM-IV-TR
y/o CIE-10.
Orientar a los padres a vigilar la presencia de posibles señales de alarma desde al
menos los 6 meses de edad.
EL AUTISMO Página 31
32. 14. BIBLIOGRAFIA:
David P. Moore, James W. Jefferson. Manual de psiquiatría médica. 2da edicion.
Elsevier España; 2005.
Llúcia Viloca Novellas. El NIÑO AUTISTA: detección, evolución y tratamiento.
CEAC; 2007.
Jerry M. Wiener, Mina K. Dulcan. Tratado de psiquiatría de la infancia y la
adolescencia. Elsevier España; 2006.
María E, Sampedro Tobón, Detección temprana de autismo ¿es posible y
necesaria? Revista CES Psicología. Vol. 5 (2012). Pp. 112-117.
Santiago López G.Rosa M Rivas T. Eva M Taboada A. Revisiones sobre el
autismo. Revista Latinoamericana de Psicologia. Vol. 41 (2009). Pp. 555-570.
Fernando Mulas, Gonzalo Ros-Cervera, María G. Millá, Máximo C.
Etchepareborda, Luis Abad, Montserrat Téllez de Meneses. Modelos de
intervención en niños con autismo. Rev Neurol (2010). Pp. 77-84.
Bueno-Hernández Anita, Cárdenas-Gutiérrez María, Pastor-Zamalloa Mónica,
Silva-Mathews Zulema. Experiencias de los padres ante el cuidado de su hijo
autista. Rev enferm Herediana. (2012). Pp 26-35.
López Gómez, S., García Álvarez, C. La conducta socio-afectiva en el trastorno
autista: descripción e intervención psicoeducativa. Revista Pensamiento
Psicológico, Vol. 4 (2008). Pp. 111-121.
Martín García, M. J., Gómez Becerra, I., y Garro Espín, M. J. La teoría de la mente
en una caso con autismo. ¿Cómo entenderla?. Psicothema. Vol. 24 (2012). pp.
542-547.
http://www.cdc.gov/ncbddd/Spanish/autism/treatment.html
http://aspauperu.blogspot.com/2011/03/continua-en-aumento-el-numero-de-casos.
html
EL AUTISMO Página 32
33. 15. ANEXOS: CUADROS, TABLAS, ARTICULOS COMPLETOS
Gráfico N° 1: Datos epidemiológico del mundo
Gráfico N° 2:
EL AUTISMO Página 33
35. Gráfico N° 5: Comparación de clasificaciones diagnósticas CIE-10 y DSM-IV-TR
CIE-10
DSM-IV-TR/
DSM-IV-AP-TR
Autismo infantil (F84.0) Trastorno autista
Síndrome de Rett (F84.2) Trastorno de Rett
Otros trastornos desintegrativos infantiles (F84.3) Trastorno desintegrativo infantil
Síndrome de Asperger (F84.5) Trastorno de Asperger
Autismo Atípico (F84.1)
Trastornos generalizados del desarrollo no especificado
(incluido autismo atípico)
Otros trastornos generalizados del desarrollo
(F84.8)
Trastorno generalizado del desarrollo inespecífico
(F84.9)
Trastorno hiperactivo con discapacidad intelectual y
movimientos estereotipados
--
EL AUTISMO Página 35