1. POR UN NUEVO INCENTIVO A LA I+D+I
Xavier Cazabon
Director general de F. Iniciativas
En el actual contexto de gravísima crisis económica, uno de los sectores que
más ha padecido los recortes gubernamentales ha sido el ámbito de la I+D+i.
Son conocidas las cifras de estos reajustes, cuyos importes oscilan entre la
disminución de cerca del 79% de la aportación del Gobierno al Centro para el
Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI), hasta la merma del 25,5% de la
cantidad global asignada a la I+D+i en todos los ministerios en los últimos
Presupuestos Generales del Estado, unos 2.192 millones menos.
Tocada de muerte la participación pública en la I+D+i, queda la esperanza de
que el capital privado y el tejido empresarial puedan ejercer el liderazgo en el
sector de la I+D+i. Por el contrario, uno de los pocos incentivos con que cuenta
la empresa privada para la realización de actividades de I+D+i son las
deducciones fiscales. Pero, ¿qué ocurre con aquellas empresas sin beneficios,
con menor base imponible o reducción de cuota, consecuencia colateral de
esta crisis económica? ¿cómo pueden obtener un retorno fiscal a corto plazo
de sus esfuerzos innovadores y de la búsqueda de la excelencia tecnológica?
Hoy por hoy, no pueden. Se necesita un nuevo incentivo a la I+D+i.
Nuestros socios europeos nos llevan ventaja en este ámbito. Por poner un
ejemplo, Francia ha adoptado medidas que permiten la recuperación en forma
de ayuda del crédito fiscal acumulado por deducciones de I+D+i, lo cual supone
una clara medida anticrisis, inyectando liquidez en las empresas e incentivando
de manera clara que éstas continúen realizando actividades innovadoras. En
Irlanda, en plena recesión, los pagos se realizan en varios plazos; las
empresas pueden hacer líquidos esos importes porque pueden acudir a una
entidad financiera y con la garantía de esas deducciones, conseguir un
préstamo. El llamado crédito fiscal a la I+D (tax credit) ya se aplica en doce
países de la OCDE; en Estados Unidos y Canadá, este crédito fiscal se
considera, además, un ingreso gravable.
Sin embargo, ante el actual contexto de contención del gasto público, una
medida similar en España podría no ser asumible para un Gobierno que
necesita urgentemente reducir sus aportaciones. El Ministerio de Economía, no
obstante, estaría estudiando vías para movilizar el crédito fiscal (es decir, la
deducción generada y no aplicada), bajo distintas opciones y escenarios, con el
fin, en todo caso, de dar valor y ofrecer un aprovechamiento alternativo a dicho
crédito.
El beneficio resultante se traduciría en un ingente impulso a las actividades
empresariales en I+D+i y en una justa compensación del esfuerzo de estas
empresas por el que debería ser un objetivo estratégico de nuestra sociedad,
esto es, la investigación, el desarrollo y la innovación española.