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Nº 184 • Enero • 2005
¿Qué es el crecimiento personal? ¿Tie-
ne algún sentido, en la era del te-
ner, hablar del ser? ¿Es posible que
haya todavía personas que piensen en algo
más que en adquirir una casa, cambiar de co-
che o ganar más dinero? ¿Sirve realmente pa-
ra algo “desarrollarse personalmente”?
Es obvio que el objetivo de este capítulo1 es
convencer al lector de que eso que llamamos
“desarrollo personal” puede procurar una
mayor felicidad individual y, además, ejercer
una sanísima influencia en nuestra vida pro-
fesional.
Pero, antes de empezar a recorrer los seis ca-
minos prometidos en el título, veamos con
un cierto detenimiento qué entendemos por
“crecimiento o desarrollo personal”. Quizá,
para empezar, una definición podría acotar
el desarrollo personal como el conjunto de
prácticas y actitudes continuas que permiten
a una persona un trabajo profundo respec-
to a su potencial vital, que redundan en la
obtención de una visión plural, rica y multi-
dimensional de la realidad y que permiten
actuar con una inteligencia adaptativa o prác-
tica que facilita el bienestar personal, la co-
municación interpersonal y la resolución de
problemas complejos.
Vayamos por partes. En el desarrollo perso-
nal es importante ser regular. Algunas per-
sonas creen que ya han aprendido todo o ca-
si todo lo que la vida puede ofrecerles.
Recuerdo el caso de un director general que,
ante la pregunta de si no debería asistir a un
programa de reciclaje en una escuela de ne-
gocios, contestó lacónicamente que “no te-
nía ya nada que aprender en esos lugares”.
Las personas abiertas al crecimiento perso-
nal, en cambio, no cesan jamás de aprender.
No importa que sepan poco o mucho sobre
un tema, ya que están convencidas de que
¿Qué es esa cosa llamada crecimiento personal?
Seis vías para aproximarse a la utopía
Las personas poseemos un (casi) infinito potencial de desarrollo. Comprometernos con él o no es una opción
personal de la que dependerá nuestra posición vital ante un mundo cada vez más complejo, diverso y cam-
biante. Si optamos por potenciar nuestro desarrollo personal sin lugar a dudas pasaremos a formar parte de
ese grupo de privilegiados que son capaces de generar, casi automáticamente, una visión más abierta, tole-
rante y amable de todo lo que les rodea.
FRANC PONTI, profesor de RR.HH. de EADA.
FORMACIÓN Y DESARROLLO
Capital Humano 72
Autor: PONTI, Franc.
Título: ¿Qué es esa cosa llamada crecimiento personal? Seis vías para aproximarse a la utopía.
Fuente: Capital Humano, nº 184, pág. 72. Enero, 2005.
Resumen: Nuestro potencial de aprendizaje es como un gran universo de posibilidades del cual
desconocemos los confines. Explorarlo quizá sea la mayor aventura a la que podemos enfren-
tarnos, no sin arduos esfuerzos, pero con una recompensa segura: las personas con un alto gra-
do de desarrollo personal son capaces de generar, casi automáticamente, una visión más abier-
ta, tolerante y amable de todo lo que les rodea, y alcanzan así una posición de privilegio en el
entorno complejo, diverso y cambiante al que nos vemos abocados. Trabajar el conocimiento y
el autoconocimiento, aceptar la opinión de los demás, superar los bloqueos, aceptar la diversi-
dad y orientarse a la utopía son las vías que podemos utilizar para lograrlo.
Descriptores: Desarrollo / Formación / Crecimiento personal.
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Capital Humano
73
Nº 184 • Enero • 2005
siempre podrán aprender algo nuevo o al-
terar alguna de sus creencias al respecto. Co-
nozco personas de más de 80 años que asis-
ten a seminarios de formación y están
encantadas de compartir sus ideas con gen-
te joven para poder –dicen– aprender cosas
nuevas.
Si pensamos que uno puede crecer es por-
que estamos convencidos de que toda per-
sona posee un (casi) infinito potencial de des-
arrollo. ¿Cuáles son nuestros límites? ¿Tiene
sentido hablar de límites respecto a nuestra
capacidad de aprendizaje y de cambio con-
tinuo? El potencial es como un gran univer-
so de posibilidades del cual desconocemos
los confines. Además, las circunstancias cam-
biantes de nuestro entorno pueden hacer
que una persona experimente necesidades
distintas de desarrollo personal en función
de la situación que deba vivir. Un ejemplo:
si el lector cree que su nivel de desarrollo per-
sonal respecto a la tolerancia con las cos-
tumbres de los demás es muy alta, puede
que cambie de opinión si realiza un viaje de
tres meses a lo más profundo de cualquier
región de, por ejemplo, la India.
Las personas con un importante nivel de des-
arrollo personal son capaces de generar, ca-
si automáticamente, una visión más abierta,
tolerante y amable de todo lo que les rodea.
¿Por qué razón el desarrollo personal iba a
implicar lo contrario? ¿Para qué serviría en-
tonces? ¿Para amargarse uno la vida y, de
paso, la de los demás? ¿Para mirar con sus-
picacia todo lo que nos rodea para acabar
proclamando que todo el mundo está equi-
vocado? El desarrollo personal debe ir siem-
pre acompañado de una visión positiva –que
no conformista ni ingenua o ilusa– de la
realidad.
Finalmente, el desarrollo personal debe ayu-
darnos a comprender mejor todo lo que ha-
cemos y, en este sentido, contribuir a la me-
jora de lo que Robert Sternberg2 llama la
“inteligencia práctica” o José Antonio Ma-
rina3 la “inteligencia creadora”, aquella que
sirve para guiar nuestras vidas hacia metas
constructivas, que procuren dar sentido a lo
que hacemos y que nos dispensen (a nos-
otros y a los demás) dosis generosas de feli-
cidad.
¿Cree que esa realidad que hemos empeza-
do a describir está a su alcance? Si lo cree,
seguro que será capaz de trazar estrategias
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Capital Humano 74 Nº 184 • Enero • 2005
para lograr niveles más interesantes de cre-
cimiento personal. Cuando hablamos de “ni-
veles” lo hacemos desde una perspectiva ale-
jada de la visión pseudocientífica de pretender
establecer una jerarquización de niveles se-
gún la cual una persona estaría en A y otra
en A+3. El desarrollo personal es un proce-
so íntimo, personal, que está más allá de test,
medidas y otras banalidades. El resto de es-
te capítulo le ofrece seis caminos, vías, sen-
deros o posibilidades para comprender me-
jor en qué consiste el desarrollo personal y,
además, ejercicios e ideas para empezar a
andar.
1. P
PRIMERA V
VÍA: T
TRABAJAR
EL C
CONOCIMIENTO
Dicen que el saber no ocupa lugar. Parece evi-
dente, sin embargo, que el desarrollo perso-
nal no tiene mucho que ver con la simple acu-
mulación de conocimientos. Todos hemos
conocido alguna vez personas eruditas con
un nivel de madurez personal muy bajo. No
obstante, el conocimiento sano, más allá de
dogmas rígidos, proporciona una visión más
amplia de las cosas y, por lo tanto, nos apro-
xima a una cierta idea de libertad. Hoy en día,
especialmente en las grandes ciudades, es
muy difícil vivir a espaldas del conocimiento.
No estamos hablando de un saber de tipo ex-
clusivamente técnico sino de un conocimien-
to global, plural, abierto e interdisciplinar. Qui-
zá es Vd. ingeniero. ¿Sabe algo de poesía? O,
mejor dicho, ¿ha aprendido a leer y disfrutar
la poesía? Si, en cambio, el lector es poeta
quizá estaría interesado en entender cómo
funcionan las operaciones bursátiles que mue-
ven medio mundo. La curiosidad intelectual
facilita el desarrollo personal porque, sin im-
pedir que seamos expertos en un ámbito con-
creto, nos permite contemplar ese mismo ám-
bito desde perspectivas inusitadas y, por tanto,
complementarias.
El conocimiento, además, debe poseer la ca-
racterística de permitirnos analizar lo que nos
rodea (incluyéndonos a nosotros mismos)
desde una óptica crítica. Cuando el conoci-
miento es meramente descriptivo, cuando
no sirve para comprender las cosas que pa-
san, no cumple su auténtica función. Como
seres dotados de la posibilidad de ejercer la
libertad, las personas necesitamos poder ver
las cosas desde distintos puntos de vista pa-
ra, finalmente, tomar decisiones racionales
y auténticas. La complejidad del conocimiento
no es una complicación gratuita sino la ade-
cuación a un mundo que es, en sí, comple-
jo. Es cierto que en determinados ámbitos
(la empresa, por ejemplo) una recreación ex-
cesiva en el análisis puede conducir a que los
competidores nos tomen ventaja. Sin em-
bargo, la toma de decisiones sin reflexión
puede llevarnos a un fracaso aún más es-
candaloso: el cierre de la empresa.
Imagine el lector que se halla en un museo,
frente a su cuadro preferido. Por utilizar un
ejemplo, supongamos que la obra sea “Las
hilanderas” de Velázquez. Un análisis mera-
mente descriptivo hablaría de unas mujeres
trabajando en menesteres relacionados con
el coser. Sin embargo, calculemos de cuan-
tas maneras podría estudiarse el lienzo:
– En relación a su época: ¿Por qué las muje-
res hilanderas son como son? ¿Podrían ser
más delgadas? ¿Por qué razón visten de esa
manera?
– ¿Cómo era interpretado el cuadro en la
época en que se pintó? ¿De la misma forma
que ahora? ¿Cuál era la visión del pintor?
Michel Foucault ya advirtió, en su monu-
mental obra “Las palabras y las cosas”4, que
durante la historia de la humanidad no siem-
pre se ha establecido una relación directa
entre la palabra que designa un objeto o una
realidad y el objeto o la realidad en sí.
– ¿Qué diría un experto en análisis de géne-
ro sobre el cuadro? ¿De qué forma se trata
o considera la figura femenina? ¿Qué as-
pectos se dan por sobreentendidos? ¿Qué
dicen los rostros de las protagonistas?
– Iconográficamente, la pintura de Velázquez
puede interpretarse de muchas maneras dis-
tintas. ¿Cuáles son las líneas predominantes
desde el punto de vista de la composición?
¿Horizontales? ¿Verticales? ¿Qué símbolos
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Capital Humano 76 Nº 184 • Enero • 2005
detectamos en la pintura y que valor tienen?
¿Por qué la pintura está “encuadrada” de
esa forma y no de otra? ¿Qué tiene eso que
ver con la sensibilidad barroca del siglo de
oro español?
No es intención de este artículo agotar las
interpretaciones que se podrían llegar a ha-
cer de “Las hilanderas” o de cualquier otra
pintura o trabajo artístico. La voluntad final
es trenzar una analogía entre el ejemplo de-
tallado y las inmensas posibilidades de aná-
lisis e interpretación que encierra la realidad
que nos rodea día a día. Desconfiemos pues,
quizá, de las personas que, con celeridad, se
apresuran a convencernos de la “causa evi-
dente” de un problema o de un hecho. Nos
guste o no, la realidad es tozuda y nos ad-
vierte continuamente de que a menudo no
hay soluciones mágicas y absolutas.
Formarse de forma continua es, por tanto,
un paso esencial para cultivar nuestro de-
sarrollo personal. En nuestros días, pensar
que podremos resolver los problemas de hoy
confiando en una formación cursada durante
la juventud es altamente iluso. Cualquier pro-
fesional debe ser consciente de que la for-
mación no es ya una situación puntual en la
vida (unos años de carrera, unos meses de
seminario) sino una actitud, una forma de
vida.
1.1. EJERCICIOS E IDEAS PARA DESARROLLARSE EN
LA PRIMERA VÍA
1. Diseñe, con tiempo, un plan personal de
desarrollo.
2. Aprenda a mirar su realidad cotidiana ba-
jo un prisma diferente. Por ejemplo, si usted
es médico, dedique un tiempo a estudiar te-
orías de autocuración. Busque el contrapunto
de su actividad y profundice.
3. Lea filosofía y busque los vínculos que exis-
ten con su actividad o profesión. Lea a au-
tores como José Antonio Marina, Josep Ra-
moneda, Xavier Rubert de Ventós, Eugenio
Trías, Michel Foucault, Krishnamurti, Osho,
Platón...
4. Estimule una afición irrefrenable por la cu-
riosidad. Pregúntese siempre de qué otra ma-
nera se podría ver un hecho. Como Leonar-
do da Vinci, trate de enfocar las cosas bajo
diversas perspectivas.
5. Cuando busque explicaciones a algo, in-
tente encontrar como mínimo dos aproxi-
maciones distintas. Por ejemplo, trate de ana-
lizar el fenómeno del terrorismo internacional
desde dos ópticas completamente diferen-
tes, contrapuestas entre sí.
2. S
SEGUNDA V
VÍA: T
TRABAJAR
EL A
AUTOCONOCIMIENTO
Podríamos definir el autoconocimiento co-
mo una mirada interna que va profundizan-
do en nuestro ser y que nos permite descu-
brir aspectos de nuestra psicología profunda
que desconocemos o que, en algunos casos,
recuperamos. No es un tópico afirmar que
en nuestra sociedad a menudo encontramos
importantes barreras para ese viaje interior.
Parece como si la realidad estuviera dispuesta
de forma que todo nuestro yo necesitara vol-
carse constantemente hacia el exterior: el
trabajo y las relaciones con los demás, la te-
levisión y los medios de comunicación, la fa-
milia y los amigos, los exámenes y las revi-
siones médicas... ¿Cuándo tenemos tiempo
para pensar en nosotros mismos, de verdad?
Las sociedades postdisciplinarias5 han ela-
borado sofisticados instrumentos de aliena-
ción social que engendran una multiplicidad
de mentes y cuerpos que se adaptan sin chis-
tar a modas, tendencias y lo que sea. Así, los
efectos anestésicos de la televisión, las re-
vistas light, la política espectáculo y un mon-
tón de cosas más hacen que millones de per-
sonas olviden su espíritu crítico, dimitan de
su capacidad de pensar libremente y desis-
tan de emprender el fascinante viaje del au-
toconocimiento.
Un elemento clave del autoconocimiento es
la capacidad de introspección. ¿Estamos pre-
parados para desconectar del mundo e in-
troducirnos plenamente en nuestra burbuja
íntima? La introspección da miedo. ¿Por qué?
Porque obliga a asumir nuestras auténticas
verdades y a dirigir la mirada hacia nuestro
ser real, ya desprovisto de la protección de
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Nº 184 • Enero • 2005
los estupefacientes externos. Practicar la in-
trospección quiere decir, simplemente, pa-
sear por el bosque, la playa o nuestra calle
preferida y escucharnos, sentirnos. Dice
Sting6:
When the map you have leads to doubt
When there’s no information
When no counsel leads to comfort
Let your soul be your pilot
Let your soul guide you. He’ll guide you well.
Cuando el mapa te conduzca a la duda
Cuando no tengas información alguna
Cuando ningún buen consejo te satisfaga
Déjate conducir por tu alma
Deja que tu alma te pilote. Lo hará bien.
¿Por qué motivo hemos desconectado tanto
de nuestra propia capacidad para dirigir nues-
tras vidas y comprender lo que nos pasa?
La introspección puede, evidentemente, ser
más profunda que un simple paseo. Los dis-
tintos caminos que la meditación ofrece7
pueden ser una posibilidad para trabajar
nuestro autoconocimiento. La meditación,
en exceso mitificada, consiste en desarrollar
la capacidad para tener la mente bajo con-
trol, es decir, que no sea ella quien nos con-
trole a nosotros. Se puede practicar la me-
ditación de muchas maneras: desde la simple
contemplación de un objeto o la concentra-
ción en la propia respiración hasta la prácti-
ca de técnicas más complicadas como la me-
ditación Vipassana8. Los beneficios que la
meditación proporciona han sido demostra-
dos científicamente.
Cualquier práctica introspectiva nos propor-
ciona elementos para mejorar nuestra intui-
ción, al desarrollar nuestro potencial interno
para escucharnos a nosotros mismos y co-
nectar con nuestros auténticos sentimientos.
Demasiado a menudo buscamos desespera-
damente información y soluciones fuera de
nuestra intimidad: enciclopedia, internet,
consejos, experiencias de otras personas...
¿Por qué no confiar más en nosotros mis-
mos? La introspección regular abre nuevas
vías de comunicación con nuestro incons-
ciente y con nuestro mundo interno, priva-
do y único.
Muchas personas se defienden aduciendo
que no disponen del tiempo suficiente para
reunirse consigo mismas y desarrollar la in-
tuición. Se trata (ver la cuarta vía) de una pa-
radoja limitante que impide nuestro creci-
miento personal. Si realmente tengo la per-
cepción de que disponer de más tiempo pa-
ra la reflexión es imprescindible, debo hacer
algo al respecto. No sirven las lamentacio-
nes. Se trata de organizar mi tiempo de tal
manera que incluya un espacio diario, se-
manal o quincenal para la reflexión profun-
da. Llegará un momento en el que no po-
dremos prescindir de tales momentos, que
se constituirán en “instantes sagrados” en
los que somos especialmente creativos, re-
solvemos problemas acuciantes de forma in-
tuitiva y encontramos caminos y líneas de
desarrollo para todo lo que nos ocupa y pre-
ocupa.
2.1. EJERCICIOS E IDEAS PARA DESARROLLARSE EN
LA SEGUNDA VÍA
1. Aprenda a relajarse y a concentrarse en sí
mismo/a. Desarrolle sus capacidades de au-
toconciencia y autoconocimiento.
2. Conteste a cuestionarios inteligentes de
autoconocimiento. El libro “Tu inteligencia”9
contiene muchísimos ejercicios al respecto.
3. Participe durante algún tiempo en sesio-
nes de introducción a la meditación. Practi-
que técnicas de meditación como mínimo
una vez a la semana.
4. Incremente su nivel de autoconocimiento
a través de test sobre la materia. Por ejem-
plo, le sugerimos que lea el libro “La autén-
tica felicidad”10 del psiquiatra norteameri-
cano Martín Seligman. Ahí encontrará un
utilísimo cuestionario sobre fortalezas per-
sonales. También puede entrar en www.au-
thentichappiness.org
CUADRO 1 > LA VENTANA JOHARI
CONOCIDO POR LOS DEMÁS
ÁREA LIBRE ÁREA CIEGA
ÁREA SECRETA ÁREA OCULTA
FUENTE > Elaboración propia.
Capital Humano 78 Nº 184 • Enero • 2005
5. Leer buenos libros sobre eficacia personal
y gestión del tiempo para conseguir cambiar
intenciones por acciones, eliminar los ladro-
nes del tiempo y cambiar realmente sus há-
bitos.
6. Reprograme sus creencias sobre estos te-
mas. Dígase a sí mismo/a que vale la pena
renunciar a algunas cosas para disponer de
un espacio periódico para la reflexión per-
sonal y el desarrollo de la intuición.
7. Practique con técnicas de Programación
Neuro Lingüística. Le ayudarán a disociarse,
a conocer sus modalidades perceptivas, a
crear puentes de futuro, a generar recursos
útiles, a construir anclajes, etc.
3. T
TERCERA V
VÍA: A
ACEPTAR
LA O
OPINIÓN D
DE L
LOS D
DEMÁS
Estamos, por lo general, escasamente pre-
parados y concienciados para aceptar e in-
tegrar los comentarios críticos sobre nuestra
persona provinentes de los demás. Ante una
crítica tenemos tendencia a responder agre-
sivamente, o simplemente a menospreciar-
la y no aceptarla. ¿Por qué? Como indica su
nombre, crítica es aquello que nos pone en
crisis y nos sugiere un cierto cambio. ¿Para
qué cambiar? El cambio es percibido como
algo incómodo y que requiere esfuerzos enor-
mes de adaptación. Por tanto, tenemos ten-
dencia a no aceptar las críticas porque:
a) Nos ponen en crisis y mueven sentimien-
tos negativos sobre nosotros mismos.
b) Aceptar críticas supone aceptar a quién
las formula. A veces no aceptamos una crí-
tica porque proviene de alguien a quien no
aceptamos.
c) Aceptar la crítica supone, bastantes veces,
hacer algo al respecto: cambiar un compor-
tamiento, modificar una actitud, etc.
d) El cambio genera miedo y rechazo. Por
tanto, se evita en la medida de lo posible.
Aceptar cualquier crítica, provenga de quien
provenga, e integrarla, es uno de los pasos
más importantes para el crecimiento o des-
arrollo personal. Tener la capacidad suficiente
para escuchar a los demás empáticamente,
comprender sus puntos de vista sobre nos-
otros e integrar sus sugerencias supone un
nivel interno de seguridad y de crecimiento
que no posee, de entrada, todo el mundo.
¿Por qué motivos no aceptamos la opinión
de los demás?
a) Porque tenemos la creencia de que nadie
más que nosotros conoce nuestro ser íntimo.
b) Porque no aceptamos ideas de mejora de
personas que odiamos o no aceptamos ple-
namente.
c) Por simple orgullo.
d) Por mecanismos de autodefensa que, le-
jos de protegernos, crean una coraza de fal-
sedad a nuestro alrededor.
e) Por miedo al autoconocimiento.
Para crecer internamente, por tanto, es esen-
cial estar en contacto con la gente que nos
rodea, pedir constante retroalimentación so-
bre nuestro comportamiento y aceptarla.
Aceptación no significa estar de acuerdo so-
bre lo que nos digan. Aceptar es escuchar,
permitir que otra u otras personas expresen
libremente su opinión sobre nosotros y ac-
tuar en consecuencia, según sea nuestra opi-
nión. Podemos, entonces, aceptar una críti-
ca pero no estar de acuerdo en su contenido
y, por lo tanto, no hacer nada para cambiar.
Sin embargo, la mayoría de críticas que nos
formulan las personas que nos aprecian o
conocen con cierta profundidad, tienen su
sentido. Eso sucede porque muchas veces
no somos conscientes de algunos aspectos
de nuestra comunicación hacia los demás,
que en cambio son captados con nitidez por
los que nos rodean. Así, si alguien nos dice:
¿Te das cuenta de que gritas demasiado
cuando hablamos o discutimos sobre el te-
ma X”, es posible que el hecho perceptivo
de darse cuenta de tal actitud sea más ac-
cesible a los demás que no a uno mismo.
Para aceptar e integrar las observaciones crí-
ticas de los demás (positivas o negativas) es
importante saber escuchar. Aparentemente,
todo el mundo sabe hacerlo. En la práctica,
muchas personas tienen auténticas dificul-
tades para hacerlo. Practican, contrariamente,
las escucha selectiva. Es decir, seleccionan
inconscientemente fragmentos de lo que se
les dice, y no la totalidad del mensaje. Apren-
der a escuchar mejor es una práctica de des-
arrollo personal al alcance de cualquier per-
sona. La escucha activa comprende la
reformulación de conceptos, las preguntas
Capital Humano 80 Nº 184 • Enero • 2005
abiertas, las de precisión, el parafraseo, la
creación de rapport y empatía, los resúme-
nes, etc. Es difícil negociar y comunicarse
abiertamente con alguien sin escuchar acti-
vamente lo que nos está diciendo.
Vivir en clave “Johari” es una de las reco-
mendaciones para el crecimiento personal
que más pueden incrementar nuestra capa-
cidad para asumir e integrar las críticas y los
comentarios de feed-back. ¿Qué es la Ven-
tana Johari? Es una simple composición de
cuatro áreas que determina el espacio vital
de una persona respecto a lo que sabe o co-
noce de ella misma y lo que los demás le di-
cen que saben, también sobre ella misma
(ver Cuadro 1).
Una información del área libre es la que yo
conozco y los demás también. Quizá mi nom-
bre o mis estudios. Una información del área
secreta es la que yo conozco y los demás no,
por ejemplo mi timidez ante actos sociales.
Una información del área ciega es algo de lo
que yo no soy consciente y los demás si, qui-
zás una voz demasiado autoritaria cuando
me dirijo a mis colaboradores. Finalmente,
el área oculta no es accesible ni por mi ni por
los demás, al tratarse de los contenidos in-
conscientes de la mente. Solamente a través
de procedimientos especiales (análisis de los
sueños, psicoterapia, etc.) podré acercarme
a sus contenidos.
3.1. EJERCICIOS PARA DESARROLLARSE EN LA TER-
CERA VÍA
1. Recuerde las críticas constructivas que le
hayan formulado amistades o conocidos en
los últimos tiempos. ¿Estaban fundamenta-
das? ¿Las aceptó de buen grado?
2. Aprenda a vivir en “clave Johari”. Haga
disminuir sus áreas ciega y secreta en bene-
ficio de la libre. Practique constantemente
con gente de confianza.
3. Participe en seminarios abiertos (Equi-
pos de encuentro, T-groups, etc.) en los
que pueda recibir feed back de otras per-
sonas.
4. Analice por qué no acepta algunas críti-
cas o comentarios de mejora que le hacen:
orgullo, miedo a cambiar, sensación de su-
perioridad... Identifique cuáles son sus ba-
rreras o mecanismos de defensa.
4. C
CUARTA V
VÍA: S
SUPERAR
LOS B
BLOQUEOS
Un bloqueo es cualquier barrera personal
que nos impide hacer alguna cosa o dar rien-
da suelta a nuestro potencial. Todos tene-
mos, en mayor o menor medida, bloqueos
que paralizan nuestra vida y nuestra activi-
dad profesional. Un primer paso para supe-
rar un bloqueo es darse cuenta de su exis-
tencia, y aceptarlo. Por ejemplo, alguien
puede ser consciente de tener un bloqueo
sistemático a aprender nuevas cosas, quizá
porque tiene un esquema muy rígido de la
realidad y no tolera la introducción de no-
vedades. Sin embargo, en algún momento
puede ser consciente de esa dificultad y acep-
tarla como limitación personal. Sólo a partir
de esa actitud es posible la consecución de
un cambio y, por ende, de un paso impor-
tante hacia un mayor desarrollo personal.
Muchos de los bloqueos que nos afectan co-
mo personas son inconscientes. Han sido ad-
quiridos a través de la educación familiar o
escolar, y por tanto los consideramos nor-
males y legítimos. Tal sería el caso de una
persona con pavor a expresarse en público.
Es posible que, si indagásemos en su bio-
grafía encontrásemos quizá algún episodio
que explicase tal bloqueo.
El autoanálisis y, en determinados casos, la
psicoterapia, pueden ser excelentes formas
de conocer nuestros puntos débiles e in-
tentar mejorarlos. Pero una gran parte de
personas no son necesariamente diestras
en conocerse a sí mismas ni están predis-
puestas a dejar que nadie las ayude. En esos
casos los bloqueos no se resuelven y actú-
an como frenos para el desarrollo personal.
De hecho, hay individuos que acaban con-
virtiendo sus bloqueos, muchas veces cir-
cunstanciales, en características inamovi-
bles de su personalidad. Creencias como
“jamás lograré hacer una presentación en
público”, “no soy capaz de tener buenas
ideas”, “no logro controlar mis reacciones
emocionales” o “nunca podría hacer una
dieta de adelgazamiento” son, para algu-
nas personas, verdades absolutas que na-
da ni nadie podrá cambiar.
Más allá de los bloqueos, muchas personas
se sienten atenazadas por paradojas o con-
tradicciones que parecen imposibles de su-
perar. Cualquier persona u organización es-
tá, por naturaleza, inmersa en algunas
Capital Humano
81
Nº 184 • Enero • 2005
paradojas aparentemente irresolubles. Co-
mo afirma Charles Handy11, las paradojas
están para ser superadas. Si consiguen su
objetivo nos paralizan y deterioran. Si, en
cambio, somos capaces de superarlas crea-
tivamente, crecemos y avanzamos.
¿Cómo superar nuestros bloqueos y nues-
tras paradojas?
– Siendo muy conscientes de nuestro mun-
do interior. Es difícil empezar a trabajar con
nuestros bloqueos sin un grado importante
de destreza en la segunda vía, el autocono-
cimiento.
– Teniendo una férrea voluntad de cambio.
¿Si no nos interesa cambiar, para qué va-
mos a hacerlo? Metodologías de cambio
como la PNL (ver el capítulo dedicado a es-
ta temática en este libro) pueden contribuir
poderosamente a “engañar a nuestra men-
te” y lograr cambiar creencias negativas por
otras mucho más positivas y energizantes.
– Desarrollando un programa integral de
cambio, paso a paso. Pongamos un ejemplo
de paradoja que actúa como bloqueo: una
persona nos cuenta que padece un estrés
cada día mayor. Sufre problemas en la es-
palda, en los oídos y, cada dos por tres, pro-
blemas de insomnio. Su médico le ha reco-
mendado que no trabaje tanto y que se
cuide. Pero nuestro amigo es responsable de
una división de una empresa que funciona
bien y que tiene retos importantes de creci-
miento para los próximos meses. Por tanto,
no puede permitirse trabajar menos. De he-
cho, su jefe le ha pedido a él y a su equipo
un esfuerzo redoblado. Ya tenemos la para-
doja constituida: aunque debería trabajar
menos, no puede permitírselo. Aún así, nues-
tro amigo prueba algunas cosas: hace algo
de yoga, toma alguna píldora de fitotera-
pia... Pero lo hace sin demasiado convenci-
miento y, al final, acaba abandonando el yo-
ga y volviendo a consumir medicamentos
para ayudarle a dormir.
En este drama cotidiano y en otros pareci-
dos vive una alarmante mayoría de perso-
nas. ¿Cómo salir de ese atolladero?
Muchísimos autores especializados (ver Cla-
re Harris12) han propuesto inteligentes pro-
gramas de cambio personal que pueden ayu-
darnos a ir más allá de la paradoja y superar
bloqueos como el de nuestro amigo. Se tra-
ta de, en primer lugar, adquirir conciencia
de que o acabamos con el estrés o que, tar-
de o temprano, acabará con nosotros. Nues-
tra mente debe percibir que “lo primero es
lo primero”, pero que, además, si consegui-
mos trabajar sin estrés es muy probable que
nuestro trabajo y nuestros resultados sean
mucho mejores. La superación de la para-
doja, por tanto, resuelve ambos problemas:
nuestro bienestar y nuestro rendimiento. Lo
que nuestro amigo debe hacer, a grandes
rasgos, es aprender a combinar vida perso-
nal y trabajo a través de un programa de
cambio lento pero seguro, que consiga rom-
per la dinámica perniciosa de las paradojas,
liberando energía vital y creativa.
4.1. EJERCICIOS E IDEAS PARA DESARROLLARSE EN
LA CUARTA VÍA
1. ¿Cuáles son sus paradojas limitantes y sus
bloqueos personales? Dedique tiempo a au-
toanalizarse y a hablar del tema con perso-
nas que le conozcan bien y le aprecien.
2. Procure convencerse de los beneficios
que tendría para usted superar esa para-
doja. Imagine su vida sin los problemas de-
rivados de la paradoja o el bloqueo. Dis-
frute con ello.
3. Trace un plan de cambio, paso a paso.
5. Q
QUINTA V
VÍA: A
ACEPTAR
LA D
DIVERSIDAD
Vivimos en un mundo diverso, diferente,
cambiante. Si la diversidad es percibida co-
mo un problema (inmigración) o como una
amenaza (religiones) y no como una au-
téntica oportunidad de adaptación y apren-
dizaje, algo no funciona. Las personas con
un alto nivel de madurez personal integran
cualquier realidad, aunque no coincida con
los valores personales. Integrar no signifi-
ca estar de acuerdo sino comprender,
establecer puentes de diálogo, escuchar,
apreciar...
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Capital Humano 82 Nº 184 • Enero • 2005
Muchas personas creen que sólo se aprende
en la escuela. Y que a partir de entonces, la
vida es “más de lo mismo”: rutina, monoto-
nía, aburrimiento. De hecho, bastantes indivi-
duos de edad avanzada se limitan a “esperar
la muerte” porqué (dicen) “ya no les queda
nada por esperar ni aprender...”. Otras per-
sonas, no tan “mayores”, se instalan en có-
modas fortalezas de defensa: un trabajo que
les da ingresos, unos “buenos” programas de
televisión, las rutinas de cada día... Son per-
sonas que han dimitido de una de las capaci-
dades más fascinantes que cualquier ser hu-
mano posee: el aprendizaje. Aprender es
cambiar, maravillarse, abrir los ojos y extasiar-
se con lo que vemos, descubrir que quizá es-
tábamos equivocados en algo, tener una ac-
titud abierta y curiosa ante las cosas, disfrutar,
apasionarse...
El desarrollo personal está estrechamente
vinculado a la capacidad de aprender cosas,
cambiar de opinión, adquirir nuevas pers-
pectivas de los hechos, dudar, integrar pen-
samientos e ideas diferentes a los nuestros...
Cualquier persona que rehuya estas posibi-
lidades de expansión estará atrapada en su
cárcel personal:
Una rana estaba viviendo, tranquilamente,
en su pozo. Pensaba que el mundo era eso,
un pozo enorme. Un día, un pájaro se posó
momentáneamente en el brocal. Hola, le di-
jo a la rana. ¿Qué haces aquí? La rana, que
nunca había visto a nadie, espetó: ¿Que qué
hago? Vivir la vida en el mundo, ¿qué otra
cosa podría hacer? El pájaro respondió: el
mundo es mucho más grande que tu pozo.
Ven conmigo y lo verás. La rana, incrédula,
dio un salto y alcanzó el brocal del pozo. Al
instante, su cabeza explotó en mil pedazos.
Quizá un buen número de personas experi-
mentarían algo similar si pudieran darse cuen-
ta de lo grande que es el mundo y de las po-
sibilidades de aprendizaje y disfrute que están
desaprovechando.
Aprender en cualquier momento y lugar es,
pues, un elemento esencial del desarrollo o
crecimiento personal. El aprendizaje, ade-
más, está muy desarrollado con la creativi-
dad. Las personas altamente creativas son
curiosas, buscan constantemente fuentes de
estímulo para sus proyectos, y no se detie-
nen ante las dificultades. Acostumbran a mi-
rar en otros mundos13 para encontrar ide-
as realmente originales. Los almacenes Marks
& Spencer decidieron que hacer bocadillos y
venderlos era rentable después de descubrir
un sistema para untarlos con mantequilla
adaptado de la serigrafía, método a través
del cual ahorraban tiempo. Picasso desarro-
lló el cubismo analítico, entre otros procedi-
mientos, manteniendo correspondencia con
Einstein sobre la teoría de la relatividad. Es
muy difícil, pues, ser creativo e innovador sin
aprender constantemente y sin tener una
permanente actitud abierta e integradora.
Una manera de “forzar” el aprendizaje es ha-
cer cosas inusuales. Si no nos gusta la monta-
ña, preparemos unas vacaciones en un am-
biente lo más alpino posible. Si odiamos el
pescado crudo que se sirve en los restauran-
tes japoneses, acostumbremos nuestro pala-
dar a esa delicia. Probablemente descubrire-
mos que la montaña es fantástica y que el
“sushi”, además de sano, está buenísimo acom-
pañado de salsa de soja y laminillas de jengi-
bre. Poner en práctica actividades inusuales
abre nuestra mente y desrutiniza la cotidia-
neidad. Es una forma de provocar experiencias
diferentes y de entrenar nuestro aparato re-
ceptivo a sensaciones nuevas. Otra forma de
provocarnos a nosotros mismos es acercán-
donos a nuestros enemigos, o a la gente que
no podemos soportar o nos cae mal. Segura-
mente descubriremos, con un poco de tiem-
po, que no había para tanto y que ese enemi-
go furibundo se puede convertir en una persona
normal o, porqué no, en nuestro amigo.
Otra extraordinaria manera de aceptar la di-
versidad, disfrutarla e integrarla en nuestra per-
sonalidad es viajar con los cinco sentidos. Los
viajes, cuando se viven con el corazón, son una
excelente fuente de experiencias y sensacio-
nes inusitadas. Planificar un viaje puede ser un
enorme placer, porque al dejar volar nuestra
imaginación iniciamos el viaje mucho antes de
que se produzca. Imagine el lector que pre-
para un viaje a la brumosa Escocia y a los cien-
tos de islas de su alrededor. ¿Será capaz de
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Capital Humano
83
Nº 184 • Enero • 2005
ver algún frailecillo, esa magnífica especie de
pájaro norteño? ¿Podrá pasearse por las maz-
morras de algún recóndito castillo? ¿Será ca-
paz de bañarse en las frías aguas de alguna
playa de las islas Hébridas? ¿Disfrutará de la
paz y el paisaje de cualquiera de los lagos es-
coceses? ¿Se emocionará con las impresio-
nantes músicas de gaita en cualquier callejue-
la de Edimburgo o Sterling?
5.1. EJERCICIOS E IDEAS PARA DESARROLLARSE EN
LA QUINTA VÍA
1. Identifique un “enemigo” y trace un plan
para acercarse a él.
2. Piense en diferentes actividades inusuales
y llévelas a cabo: comidas atípicas, hábitos
distintos, etc.
3. Organice y planifique un viaje a través de
los cinco sentidos. Vaya a un lugar poco con-
currido y, antes del viaje, infórmese al deta-
lle del estilo de vida de sus gentes. Intente
transformar, durante el tiempo del viaje, sus
hábitos y formas de ver la vida.
6. S
SEXTA V
VÍA: O
ORIENTARSE
A L
LA U
UTOPÍA
¿Qué le sugiere la palabra “utopía”? Para
algunos es algo pasado de moda (les recuerda
a los pensadores utópicos de finales del si-
glo XIX y principios del XX). Para otros se tra-
ta de algo simplemente inalcanzable, impo-
sible. Pero para un buen número de personas,
la utopía es algo dotado de sentido.
Hay personas que dejan las utopías de lado,
como si, al crecer y hacerse mayores, hubie-
ran asumido que se trata de vanas ilusiones
que jamás se cumplirán. Estos individuos se
vuelven “realistas”, “tocan de pies en el sue-
lo” y no hacen “castillos en el aire”. Nos in-
teresan las personas que todavía creen en las
utopías, que piensan que hay que tener siem-
pre ideas utópicas en la mente para que nos
sirvan de orientación y nos planteen constan-
temente retos creativos y desafíos personales.
Orientarse hacia la utopía es, por tanto, nues-
tro último camino para el desarrollo personal.
Se trata de una auténtica oportunidad para
conseguir que nuestros valores personales más
radicales y aventureros tengan una oportuni-
dad para crecer y evolucionar. Quizá no lle-
garemos jamás a alcanzar plenamente nues-
tros deseos utópicos, pero como mínimo nos
aproximaremos, nos servirán de norte y de ins-
piración. Las personas conformistas, cansadas
de vivir y experimentar, con una visión muy
rancia y a corto plazo de las cosas, pueden lle-
gar a perder la ilusión por su proyecto vital. En
cambio, el optimismo, las actitudes retadoras
e ilusionadas por el futuro, dan energías y per-
miten a las personas volar mucho más allá de
su realidad cotidiana.
6.1. EJERCICIOS E IDEAS PARA DESARROLLARSE EN
LA SEXTA VÍA
1. ¿Cuál es su utopía personal? Si no la tie-
ne, constrúyala a partir de sus anhelos e ilu-
siones.
2. ¿Cómo va a acercarse a esa utopía? Deje
de pensar en ella como algo imposible e in-
alcanzable y reprograme sus creencias.
NOTAS
1 Este trabajo forma parte de un libro del mismo au-
tor que será publicado la próxima primavera.
2 Sternberg, Robert (1997) Inteligencia exitosa. Bar-
celona, Paidós.
3 Marina, José Antonio (1993) Teoría de la inteligen-
cia creadora. Barcelona, Anagrama.
4 Foucault, Michel (1966) “Las palabras y las cosas”
Madrid, Siglo XXI
5 Ver Michel Foucault: “Vigilar y castigar” (1975) o
“Historia de la sexualidad” (1978), ambos publica-
dos por Siglo XXI, Madrid.
6 Sting: “Mercury Falling” (Compact Disc) A&M Re-
cords 1996
7 Daniel Goleman “Los caminos de la meditación”
(1986) Bacelona, Kairós
8 Ver “La Vipassana. El arte de la meditación budis-
ta”, de William Hart (1987). Barcelona, Edaf.
9 “Tu inteligencia. Cómo entenderla y mejorarla”, de
Alejandra Vallejo-Nágera y Roberto Colom (2004).
Madrid, Aguilar.
10 “La auténtica felicidad”. Martín Seligman (2003) Bar-
celona,
11 Handy, Charles (1994) La edad de la paradoja. Bar-
celona, Apóstrofe.
12 Harris, Clare (2003) Minimise stress, maximise suc-
cess. London, Duncan Baird Publishers
13 La expresión “mirar en otros mundos” es utilizada
por el experto en creatividad Michael Michalko, en
su interesante libro sobre la creatividad genial “Los
secretos de los genios de la creatividad” (1998) pu-
blicado por Ediciones Gestión 2000.

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  • 1. Nº 184 • Enero • 2005 ¿Qué es el crecimiento personal? ¿Tie- ne algún sentido, en la era del te- ner, hablar del ser? ¿Es posible que haya todavía personas que piensen en algo más que en adquirir una casa, cambiar de co- che o ganar más dinero? ¿Sirve realmente pa- ra algo “desarrollarse personalmente”? Es obvio que el objetivo de este capítulo1 es convencer al lector de que eso que llamamos “desarrollo personal” puede procurar una mayor felicidad individual y, además, ejercer una sanísima influencia en nuestra vida pro- fesional. Pero, antes de empezar a recorrer los seis ca- minos prometidos en el título, veamos con un cierto detenimiento qué entendemos por “crecimiento o desarrollo personal”. Quizá, para empezar, una definición podría acotar el desarrollo personal como el conjunto de prácticas y actitudes continuas que permiten a una persona un trabajo profundo respec- to a su potencial vital, que redundan en la obtención de una visión plural, rica y multi- dimensional de la realidad y que permiten actuar con una inteligencia adaptativa o prác- tica que facilita el bienestar personal, la co- municación interpersonal y la resolución de problemas complejos. Vayamos por partes. En el desarrollo perso- nal es importante ser regular. Algunas per- sonas creen que ya han aprendido todo o ca- si todo lo que la vida puede ofrecerles. Recuerdo el caso de un director general que, ante la pregunta de si no debería asistir a un programa de reciclaje en una escuela de ne- gocios, contestó lacónicamente que “no te- nía ya nada que aprender en esos lugares”. Las personas abiertas al crecimiento perso- nal, en cambio, no cesan jamás de aprender. No importa que sepan poco o mucho sobre un tema, ya que están convencidas de que ¿Qué es esa cosa llamada crecimiento personal? Seis vías para aproximarse a la utopía Las personas poseemos un (casi) infinito potencial de desarrollo. Comprometernos con él o no es una opción personal de la que dependerá nuestra posición vital ante un mundo cada vez más complejo, diverso y cam- biante. Si optamos por potenciar nuestro desarrollo personal sin lugar a dudas pasaremos a formar parte de ese grupo de privilegiados que son capaces de generar, casi automáticamente, una visión más abierta, tole- rante y amable de todo lo que les rodea. FRANC PONTI, profesor de RR.HH. de EADA. FORMACIÓN Y DESARROLLO Capital Humano 72 Autor: PONTI, Franc. Título: ¿Qué es esa cosa llamada crecimiento personal? Seis vías para aproximarse a la utopía. Fuente: Capital Humano, nº 184, pág. 72. Enero, 2005. Resumen: Nuestro potencial de aprendizaje es como un gran universo de posibilidades del cual desconocemos los confines. Explorarlo quizá sea la mayor aventura a la que podemos enfren- tarnos, no sin arduos esfuerzos, pero con una recompensa segura: las personas con un alto gra- do de desarrollo personal son capaces de generar, casi automáticamente, una visión más abier- ta, tolerante y amable de todo lo que les rodea, y alcanzan así una posición de privilegio en el entorno complejo, diverso y cambiante al que nos vemos abocados. Trabajar el conocimiento y el autoconocimiento, aceptar la opinión de los demás, superar los bloqueos, aceptar la diversi- dad y orientarse a la utopía son las vías que podemos utilizar para lograrlo. Descriptores: Desarrollo / Formación / Crecimiento personal. FI IC CH HA A T TÉ ÉC CN NI IC CA A
  • 2. Capital Humano 73 Nº 184 • Enero • 2005 siempre podrán aprender algo nuevo o al- terar alguna de sus creencias al respecto. Co- nozco personas de más de 80 años que asis- ten a seminarios de formación y están encantadas de compartir sus ideas con gen- te joven para poder –dicen– aprender cosas nuevas. Si pensamos que uno puede crecer es por- que estamos convencidos de que toda per- sona posee un (casi) infinito potencial de des- arrollo. ¿Cuáles son nuestros límites? ¿Tiene sentido hablar de límites respecto a nuestra capacidad de aprendizaje y de cambio con- tinuo? El potencial es como un gran univer- so de posibilidades del cual desconocemos los confines. Además, las circunstancias cam- biantes de nuestro entorno pueden hacer que una persona experimente necesidades distintas de desarrollo personal en función de la situación que deba vivir. Un ejemplo: si el lector cree que su nivel de desarrollo per- sonal respecto a la tolerancia con las cos- tumbres de los demás es muy alta, puede que cambie de opinión si realiza un viaje de tres meses a lo más profundo de cualquier región de, por ejemplo, la India. Las personas con un importante nivel de des- arrollo personal son capaces de generar, ca- si automáticamente, una visión más abierta, tolerante y amable de todo lo que les rodea. ¿Por qué razón el desarrollo personal iba a implicar lo contrario? ¿Para qué serviría en- tonces? ¿Para amargarse uno la vida y, de paso, la de los demás? ¿Para mirar con sus- picacia todo lo que nos rodea para acabar proclamando que todo el mundo está equi- vocado? El desarrollo personal debe ir siem- pre acompañado de una visión positiva –que no conformista ni ingenua o ilusa– de la realidad. Finalmente, el desarrollo personal debe ayu- darnos a comprender mejor todo lo que ha- cemos y, en este sentido, contribuir a la me- jora de lo que Robert Sternberg2 llama la “inteligencia práctica” o José Antonio Ma- rina3 la “inteligencia creadora”, aquella que sirve para guiar nuestras vidas hacia metas constructivas, que procuren dar sentido a lo que hacemos y que nos dispensen (a nos- otros y a los demás) dosis generosas de feli- cidad. ¿Cree que esa realidad que hemos empeza- do a describir está a su alcance? Si lo cree, seguro que será capaz de trazar estrategias C Co om mo o s se er re es s d do ot ta ad do os s d de e l la a p po os si ib bi il li id da ad d d de e e ej je er rc ce er r l la a l li ib be er rt ta ad d, , l la as s p pe er rs so on na as s n ne ec ce es si it ta am mo os s p po od de er r v ve er r l la as s c co os sa as s d de es sd de e d di is st ti in nt to os s p pu un nt to os s d de e v vi is st ta a p pa ar ra a, , f fi in na al lm me en nt te e, , t to om ma ar r d de ec ci is si io on ne es s r ra ac ci io on na al le es s y y a au ut té én nt ti ic ca as s
  • 3. Capital Humano 74 Nº 184 • Enero • 2005 para lograr niveles más interesantes de cre- cimiento personal. Cuando hablamos de “ni- veles” lo hacemos desde una perspectiva ale- jada de la visión pseudocientífica de pretender establecer una jerarquización de niveles se- gún la cual una persona estaría en A y otra en A+3. El desarrollo personal es un proce- so íntimo, personal, que está más allá de test, medidas y otras banalidades. El resto de es- te capítulo le ofrece seis caminos, vías, sen- deros o posibilidades para comprender me- jor en qué consiste el desarrollo personal y, además, ejercicios e ideas para empezar a andar. 1. P PRIMERA V VÍA: T TRABAJAR EL C CONOCIMIENTO Dicen que el saber no ocupa lugar. Parece evi- dente, sin embargo, que el desarrollo perso- nal no tiene mucho que ver con la simple acu- mulación de conocimientos. Todos hemos conocido alguna vez personas eruditas con un nivel de madurez personal muy bajo. No obstante, el conocimiento sano, más allá de dogmas rígidos, proporciona una visión más amplia de las cosas y, por lo tanto, nos apro- xima a una cierta idea de libertad. Hoy en día, especialmente en las grandes ciudades, es muy difícil vivir a espaldas del conocimiento. No estamos hablando de un saber de tipo ex- clusivamente técnico sino de un conocimien- to global, plural, abierto e interdisciplinar. Qui- zá es Vd. ingeniero. ¿Sabe algo de poesía? O, mejor dicho, ¿ha aprendido a leer y disfrutar la poesía? Si, en cambio, el lector es poeta quizá estaría interesado en entender cómo funcionan las operaciones bursátiles que mue- ven medio mundo. La curiosidad intelectual facilita el desarrollo personal porque, sin im- pedir que seamos expertos en un ámbito con- creto, nos permite contemplar ese mismo ám- bito desde perspectivas inusitadas y, por tanto, complementarias. El conocimiento, además, debe poseer la ca- racterística de permitirnos analizar lo que nos rodea (incluyéndonos a nosotros mismos) desde una óptica crítica. Cuando el conoci- miento es meramente descriptivo, cuando no sirve para comprender las cosas que pa- san, no cumple su auténtica función. Como seres dotados de la posibilidad de ejercer la libertad, las personas necesitamos poder ver las cosas desde distintos puntos de vista pa- ra, finalmente, tomar decisiones racionales y auténticas. La complejidad del conocimiento no es una complicación gratuita sino la ade- cuación a un mundo que es, en sí, comple- jo. Es cierto que en determinados ámbitos (la empresa, por ejemplo) una recreación ex- cesiva en el análisis puede conducir a que los competidores nos tomen ventaja. Sin em- bargo, la toma de decisiones sin reflexión puede llevarnos a un fracaso aún más es- candaloso: el cierre de la empresa. Imagine el lector que se halla en un museo, frente a su cuadro preferido. Por utilizar un ejemplo, supongamos que la obra sea “Las hilanderas” de Velázquez. Un análisis mera- mente descriptivo hablaría de unas mujeres trabajando en menesteres relacionados con el coser. Sin embargo, calculemos de cuan- tas maneras podría estudiarse el lienzo: – En relación a su época: ¿Por qué las muje- res hilanderas son como son? ¿Podrían ser más delgadas? ¿Por qué razón visten de esa manera? – ¿Cómo era interpretado el cuadro en la época en que se pintó? ¿De la misma forma que ahora? ¿Cuál era la visión del pintor? Michel Foucault ya advirtió, en su monu- mental obra “Las palabras y las cosas”4, que durante la historia de la humanidad no siem- pre se ha establecido una relación directa entre la palabra que designa un objeto o una realidad y el objeto o la realidad en sí. – ¿Qué diría un experto en análisis de géne- ro sobre el cuadro? ¿De qué forma se trata o considera la figura femenina? ¿Qué as- pectos se dan por sobreentendidos? ¿Qué dicen los rostros de las protagonistas? – Iconográficamente, la pintura de Velázquez puede interpretarse de muchas maneras dis- tintas. ¿Cuáles son las líneas predominantes desde el punto de vista de la composición? ¿Horizontales? ¿Verticales? ¿Qué símbolos L La a c cu ur ri io os si id da ad d i in nt te el le ec ct tu ua al l f fa ac ci il li it ta a e el l d de es sa ar rr ro ol ll lo o p pe er rs so on na al l p po or rq qu ue e, , s si in n i im mp pe ed di ir r q qu ue e s se ea am mo os s e ex xp pe er rt to os s e en n u un n á ám mb bi it to o c co on nc cr re et to o, , n no os s p pe er rm mi it te e c co on nt te em mp pl la ar r e es se e m mi is sm mo o á ám mb bi it to o d de es sd de e p pe er rs sp pe ec ct ti iv va as s i in nu us si it ta ad da as s y y, , p po or r t ta an nt to o, , c co om mp pl le em me en nt ta ar ri ia as s
  • 4. Capital Humano 76 Nº 184 • Enero • 2005 detectamos en la pintura y que valor tienen? ¿Por qué la pintura está “encuadrada” de esa forma y no de otra? ¿Qué tiene eso que ver con la sensibilidad barroca del siglo de oro español? No es intención de este artículo agotar las interpretaciones que se podrían llegar a ha- cer de “Las hilanderas” o de cualquier otra pintura o trabajo artístico. La voluntad final es trenzar una analogía entre el ejemplo de- tallado y las inmensas posibilidades de aná- lisis e interpretación que encierra la realidad que nos rodea día a día. Desconfiemos pues, quizá, de las personas que, con celeridad, se apresuran a convencernos de la “causa evi- dente” de un problema o de un hecho. Nos guste o no, la realidad es tozuda y nos ad- vierte continuamente de que a menudo no hay soluciones mágicas y absolutas. Formarse de forma continua es, por tanto, un paso esencial para cultivar nuestro de- sarrollo personal. En nuestros días, pensar que podremos resolver los problemas de hoy confiando en una formación cursada durante la juventud es altamente iluso. Cualquier pro- fesional debe ser consciente de que la for- mación no es ya una situación puntual en la vida (unos años de carrera, unos meses de seminario) sino una actitud, una forma de vida. 1.1. EJERCICIOS E IDEAS PARA DESARROLLARSE EN LA PRIMERA VÍA 1. Diseñe, con tiempo, un plan personal de desarrollo. 2. Aprenda a mirar su realidad cotidiana ba- jo un prisma diferente. Por ejemplo, si usted es médico, dedique un tiempo a estudiar te- orías de autocuración. Busque el contrapunto de su actividad y profundice. 3. Lea filosofía y busque los vínculos que exis- ten con su actividad o profesión. Lea a au- tores como José Antonio Marina, Josep Ra- moneda, Xavier Rubert de Ventós, Eugenio Trías, Michel Foucault, Krishnamurti, Osho, Platón... 4. Estimule una afición irrefrenable por la cu- riosidad. Pregúntese siempre de qué otra ma- nera se podría ver un hecho. Como Leonar- do da Vinci, trate de enfocar las cosas bajo diversas perspectivas. 5. Cuando busque explicaciones a algo, in- tente encontrar como mínimo dos aproxi- maciones distintas. Por ejemplo, trate de ana- lizar el fenómeno del terrorismo internacional desde dos ópticas completamente diferen- tes, contrapuestas entre sí. 2. S SEGUNDA V VÍA: T TRABAJAR EL A AUTOCONOCIMIENTO Podríamos definir el autoconocimiento co- mo una mirada interna que va profundizan- do en nuestro ser y que nos permite descu- brir aspectos de nuestra psicología profunda que desconocemos o que, en algunos casos, recuperamos. No es un tópico afirmar que en nuestra sociedad a menudo encontramos importantes barreras para ese viaje interior. Parece como si la realidad estuviera dispuesta de forma que todo nuestro yo necesitara vol- carse constantemente hacia el exterior: el trabajo y las relaciones con los demás, la te- levisión y los medios de comunicación, la fa- milia y los amigos, los exámenes y las revi- siones médicas... ¿Cuándo tenemos tiempo para pensar en nosotros mismos, de verdad? Las sociedades postdisciplinarias5 han ela- borado sofisticados instrumentos de aliena- ción social que engendran una multiplicidad de mentes y cuerpos que se adaptan sin chis- tar a modas, tendencias y lo que sea. Así, los efectos anestésicos de la televisión, las re- vistas light, la política espectáculo y un mon- tón de cosas más hacen que millones de per- sonas olviden su espíritu crítico, dimitan de su capacidad de pensar libremente y desis- tan de emprender el fascinante viaje del au- toconocimiento. Un elemento clave del autoconocimiento es la capacidad de introspección. ¿Estamos pre- parados para desconectar del mundo e in- troducirnos plenamente en nuestra burbuja íntima? La introspección da miedo. ¿Por qué? Porque obliga a asumir nuestras auténticas verdades y a dirigir la mirada hacia nuestro ser real, ya desprovisto de la protección de C Cu ua al lq qu ui ie er r p pr rá ác ct ti ic ca a i in nt tr ro os sp pe ec ct ti iv va a n no os s p pr ro op po or rc ci io on na a e el le em me en nt to os s p pa ar ra a m me ej jo or ra ar r n nu ue es st tr ra a i in nt tu ui ic ci ió ón n, , a al l d de es sa ar rr ro ol ll la ar r n nu ue es st tr ro o p po ot te en nc ci ia al l i in nt te er rn no o p pa ar ra a e es sc cu uc ch ha ar rn no os s a a n no os so ot tr ro os s m mi is sm mo os s y y c co on ne ec ct ta ar r c co on n n nu ue es st tr ro os s a au ut té én nt ti ic co os s s se en nt ti im mi ie en nt to os s
  • 5. Capital Humano 77 Nº 184 • Enero • 2005 los estupefacientes externos. Practicar la in- trospección quiere decir, simplemente, pa- sear por el bosque, la playa o nuestra calle preferida y escucharnos, sentirnos. Dice Sting6: When the map you have leads to doubt When there’s no information When no counsel leads to comfort Let your soul be your pilot Let your soul guide you. He’ll guide you well. Cuando el mapa te conduzca a la duda Cuando no tengas información alguna Cuando ningún buen consejo te satisfaga Déjate conducir por tu alma Deja que tu alma te pilote. Lo hará bien. ¿Por qué motivo hemos desconectado tanto de nuestra propia capacidad para dirigir nues- tras vidas y comprender lo que nos pasa? La introspección puede, evidentemente, ser más profunda que un simple paseo. Los dis- tintos caminos que la meditación ofrece7 pueden ser una posibilidad para trabajar nuestro autoconocimiento. La meditación, en exceso mitificada, consiste en desarrollar la capacidad para tener la mente bajo con- trol, es decir, que no sea ella quien nos con- trole a nosotros. Se puede practicar la me- ditación de muchas maneras: desde la simple contemplación de un objeto o la concentra- ción en la propia respiración hasta la prácti- ca de técnicas más complicadas como la me- ditación Vipassana8. Los beneficios que la meditación proporciona han sido demostra- dos científicamente. Cualquier práctica introspectiva nos propor- ciona elementos para mejorar nuestra intui- ción, al desarrollar nuestro potencial interno para escucharnos a nosotros mismos y co- nectar con nuestros auténticos sentimientos. Demasiado a menudo buscamos desespera- damente información y soluciones fuera de nuestra intimidad: enciclopedia, internet, consejos, experiencias de otras personas... ¿Por qué no confiar más en nosotros mis- mos? La introspección regular abre nuevas vías de comunicación con nuestro incons- ciente y con nuestro mundo interno, priva- do y único. Muchas personas se defienden aduciendo que no disponen del tiempo suficiente para reunirse consigo mismas y desarrollar la in- tuición. Se trata (ver la cuarta vía) de una pa- radoja limitante que impide nuestro creci- miento personal. Si realmente tengo la per- cepción de que disponer de más tiempo pa- ra la reflexión es imprescindible, debo hacer algo al respecto. No sirven las lamentacio- nes. Se trata de organizar mi tiempo de tal manera que incluya un espacio diario, se- manal o quincenal para la reflexión profun- da. Llegará un momento en el que no po- dremos prescindir de tales momentos, que se constituirán en “instantes sagrados” en los que somos especialmente creativos, re- solvemos problemas acuciantes de forma in- tuitiva y encontramos caminos y líneas de desarrollo para todo lo que nos ocupa y pre- ocupa. 2.1. EJERCICIOS E IDEAS PARA DESARROLLARSE EN LA SEGUNDA VÍA 1. Aprenda a relajarse y a concentrarse en sí mismo/a. Desarrolle sus capacidades de au- toconciencia y autoconocimiento. 2. Conteste a cuestionarios inteligentes de autoconocimiento. El libro “Tu inteligencia”9 contiene muchísimos ejercicios al respecto. 3. Participe durante algún tiempo en sesio- nes de introducción a la meditación. Practi- que técnicas de meditación como mínimo una vez a la semana. 4. Incremente su nivel de autoconocimiento a través de test sobre la materia. Por ejem- plo, le sugerimos que lea el libro “La autén- tica felicidad”10 del psiquiatra norteameri- cano Martín Seligman. Ahí encontrará un utilísimo cuestionario sobre fortalezas per- sonales. También puede entrar en www.au- thentichappiness.org CUADRO 1 > LA VENTANA JOHARI CONOCIDO POR LOS DEMÁS ÁREA LIBRE ÁREA CIEGA ÁREA SECRETA ÁREA OCULTA FUENTE > Elaboración propia.
  • 6. Capital Humano 78 Nº 184 • Enero • 2005 5. Leer buenos libros sobre eficacia personal y gestión del tiempo para conseguir cambiar intenciones por acciones, eliminar los ladro- nes del tiempo y cambiar realmente sus há- bitos. 6. Reprograme sus creencias sobre estos te- mas. Dígase a sí mismo/a que vale la pena renunciar a algunas cosas para disponer de un espacio periódico para la reflexión per- sonal y el desarrollo de la intuición. 7. Practique con técnicas de Programación Neuro Lingüística. Le ayudarán a disociarse, a conocer sus modalidades perceptivas, a crear puentes de futuro, a generar recursos útiles, a construir anclajes, etc. 3. T TERCERA V VÍA: A ACEPTAR LA O OPINIÓN D DE L LOS D DEMÁS Estamos, por lo general, escasamente pre- parados y concienciados para aceptar e in- tegrar los comentarios críticos sobre nuestra persona provinentes de los demás. Ante una crítica tenemos tendencia a responder agre- sivamente, o simplemente a menospreciar- la y no aceptarla. ¿Por qué? Como indica su nombre, crítica es aquello que nos pone en crisis y nos sugiere un cierto cambio. ¿Para qué cambiar? El cambio es percibido como algo incómodo y que requiere esfuerzos enor- mes de adaptación. Por tanto, tenemos ten- dencia a no aceptar las críticas porque: a) Nos ponen en crisis y mueven sentimien- tos negativos sobre nosotros mismos. b) Aceptar críticas supone aceptar a quién las formula. A veces no aceptamos una crí- tica porque proviene de alguien a quien no aceptamos. c) Aceptar la crítica supone, bastantes veces, hacer algo al respecto: cambiar un compor- tamiento, modificar una actitud, etc. d) El cambio genera miedo y rechazo. Por tanto, se evita en la medida de lo posible. Aceptar cualquier crítica, provenga de quien provenga, e integrarla, es uno de los pasos más importantes para el crecimiento o des- arrollo personal. Tener la capacidad suficiente para escuchar a los demás empáticamente, comprender sus puntos de vista sobre nos- otros e integrar sus sugerencias supone un nivel interno de seguridad y de crecimiento que no posee, de entrada, todo el mundo. ¿Por qué motivos no aceptamos la opinión de los demás? a) Porque tenemos la creencia de que nadie más que nosotros conoce nuestro ser íntimo. b) Porque no aceptamos ideas de mejora de personas que odiamos o no aceptamos ple- namente. c) Por simple orgullo. d) Por mecanismos de autodefensa que, le- jos de protegernos, crean una coraza de fal- sedad a nuestro alrededor. e) Por miedo al autoconocimiento. Para crecer internamente, por tanto, es esen- cial estar en contacto con la gente que nos rodea, pedir constante retroalimentación so- bre nuestro comportamiento y aceptarla. Aceptación no significa estar de acuerdo so- bre lo que nos digan. Aceptar es escuchar, permitir que otra u otras personas expresen libremente su opinión sobre nosotros y ac- tuar en consecuencia, según sea nuestra opi- nión. Podemos, entonces, aceptar una críti- ca pero no estar de acuerdo en su contenido y, por lo tanto, no hacer nada para cambiar. Sin embargo, la mayoría de críticas que nos formulan las personas que nos aprecian o conocen con cierta profundidad, tienen su sentido. Eso sucede porque muchas veces no somos conscientes de algunos aspectos de nuestra comunicación hacia los demás, que en cambio son captados con nitidez por los que nos rodean. Así, si alguien nos dice: ¿Te das cuenta de que gritas demasiado cuando hablamos o discutimos sobre el te- ma X”, es posible que el hecho perceptivo de darse cuenta de tal actitud sea más ac- cesible a los demás que no a uno mismo. Para aceptar e integrar las observaciones crí- ticas de los demás (positivas o negativas) es importante saber escuchar. Aparentemente, todo el mundo sabe hacerlo. En la práctica, muchas personas tienen auténticas dificul- tades para hacerlo. Practican, contrariamente, las escucha selectiva. Es decir, seleccionan inconscientemente fragmentos de lo que se les dice, y no la totalidad del mensaje. Apren- der a escuchar mejor es una práctica de des- arrollo personal al alcance de cualquier per- sona. La escucha activa comprende la reformulación de conceptos, las preguntas
  • 7. Capital Humano 80 Nº 184 • Enero • 2005 abiertas, las de precisión, el parafraseo, la creación de rapport y empatía, los resúme- nes, etc. Es difícil negociar y comunicarse abiertamente con alguien sin escuchar acti- vamente lo que nos está diciendo. Vivir en clave “Johari” es una de las reco- mendaciones para el crecimiento personal que más pueden incrementar nuestra capa- cidad para asumir e integrar las críticas y los comentarios de feed-back. ¿Qué es la Ven- tana Johari? Es una simple composición de cuatro áreas que determina el espacio vital de una persona respecto a lo que sabe o co- noce de ella misma y lo que los demás le di- cen que saben, también sobre ella misma (ver Cuadro 1). Una información del área libre es la que yo conozco y los demás también. Quizá mi nom- bre o mis estudios. Una información del área secreta es la que yo conozco y los demás no, por ejemplo mi timidez ante actos sociales. Una información del área ciega es algo de lo que yo no soy consciente y los demás si, qui- zás una voz demasiado autoritaria cuando me dirijo a mis colaboradores. Finalmente, el área oculta no es accesible ni por mi ni por los demás, al tratarse de los contenidos in- conscientes de la mente. Solamente a través de procedimientos especiales (análisis de los sueños, psicoterapia, etc.) podré acercarme a sus contenidos. 3.1. EJERCICIOS PARA DESARROLLARSE EN LA TER- CERA VÍA 1. Recuerde las críticas constructivas que le hayan formulado amistades o conocidos en los últimos tiempos. ¿Estaban fundamenta- das? ¿Las aceptó de buen grado? 2. Aprenda a vivir en “clave Johari”. Haga disminuir sus áreas ciega y secreta en bene- ficio de la libre. Practique constantemente con gente de confianza. 3. Participe en seminarios abiertos (Equi- pos de encuentro, T-groups, etc.) en los que pueda recibir feed back de otras per- sonas. 4. Analice por qué no acepta algunas críti- cas o comentarios de mejora que le hacen: orgullo, miedo a cambiar, sensación de su- perioridad... Identifique cuáles son sus ba- rreras o mecanismos de defensa. 4. C CUARTA V VÍA: S SUPERAR LOS B BLOQUEOS Un bloqueo es cualquier barrera personal que nos impide hacer alguna cosa o dar rien- da suelta a nuestro potencial. Todos tene- mos, en mayor o menor medida, bloqueos que paralizan nuestra vida y nuestra activi- dad profesional. Un primer paso para supe- rar un bloqueo es darse cuenta de su exis- tencia, y aceptarlo. Por ejemplo, alguien puede ser consciente de tener un bloqueo sistemático a aprender nuevas cosas, quizá porque tiene un esquema muy rígido de la realidad y no tolera la introducción de no- vedades. Sin embargo, en algún momento puede ser consciente de esa dificultad y acep- tarla como limitación personal. Sólo a partir de esa actitud es posible la consecución de un cambio y, por ende, de un paso impor- tante hacia un mayor desarrollo personal. Muchos de los bloqueos que nos afectan co- mo personas son inconscientes. Han sido ad- quiridos a través de la educación familiar o escolar, y por tanto los consideramos nor- males y legítimos. Tal sería el caso de una persona con pavor a expresarse en público. Es posible que, si indagásemos en su bio- grafía encontrásemos quizá algún episodio que explicase tal bloqueo. El autoanálisis y, en determinados casos, la psicoterapia, pueden ser excelentes formas de conocer nuestros puntos débiles e in- tentar mejorarlos. Pero una gran parte de personas no son necesariamente diestras en conocerse a sí mismas ni están predis- puestas a dejar que nadie las ayude. En esos casos los bloqueos no se resuelven y actú- an como frenos para el desarrollo personal. De hecho, hay individuos que acaban con- virtiendo sus bloqueos, muchas veces cir- cunstanciales, en características inamovi- bles de su personalidad. Creencias como “jamás lograré hacer una presentación en público”, “no soy capaz de tener buenas ideas”, “no logro controlar mis reacciones emocionales” o “nunca podría hacer una dieta de adelgazamiento” son, para algu- nas personas, verdades absolutas que na- da ni nadie podrá cambiar. Más allá de los bloqueos, muchas personas se sienten atenazadas por paradojas o con- tradicciones que parecen imposibles de su- perar. Cualquier persona u organización es- tá, por naturaleza, inmersa en algunas
  • 8. Capital Humano 81 Nº 184 • Enero • 2005 paradojas aparentemente irresolubles. Co- mo afirma Charles Handy11, las paradojas están para ser superadas. Si consiguen su objetivo nos paralizan y deterioran. Si, en cambio, somos capaces de superarlas crea- tivamente, crecemos y avanzamos. ¿Cómo superar nuestros bloqueos y nues- tras paradojas? – Siendo muy conscientes de nuestro mun- do interior. Es difícil empezar a trabajar con nuestros bloqueos sin un grado importante de destreza en la segunda vía, el autocono- cimiento. – Teniendo una férrea voluntad de cambio. ¿Si no nos interesa cambiar, para qué va- mos a hacerlo? Metodologías de cambio como la PNL (ver el capítulo dedicado a es- ta temática en este libro) pueden contribuir poderosamente a “engañar a nuestra men- te” y lograr cambiar creencias negativas por otras mucho más positivas y energizantes. – Desarrollando un programa integral de cambio, paso a paso. Pongamos un ejemplo de paradoja que actúa como bloqueo: una persona nos cuenta que padece un estrés cada día mayor. Sufre problemas en la es- palda, en los oídos y, cada dos por tres, pro- blemas de insomnio. Su médico le ha reco- mendado que no trabaje tanto y que se cuide. Pero nuestro amigo es responsable de una división de una empresa que funciona bien y que tiene retos importantes de creci- miento para los próximos meses. Por tanto, no puede permitirse trabajar menos. De he- cho, su jefe le ha pedido a él y a su equipo un esfuerzo redoblado. Ya tenemos la para- doja constituida: aunque debería trabajar menos, no puede permitírselo. Aún así, nues- tro amigo prueba algunas cosas: hace algo de yoga, toma alguna píldora de fitotera- pia... Pero lo hace sin demasiado convenci- miento y, al final, acaba abandonando el yo- ga y volviendo a consumir medicamentos para ayudarle a dormir. En este drama cotidiano y en otros pareci- dos vive una alarmante mayoría de perso- nas. ¿Cómo salir de ese atolladero? Muchísimos autores especializados (ver Cla- re Harris12) han propuesto inteligentes pro- gramas de cambio personal que pueden ayu- darnos a ir más allá de la paradoja y superar bloqueos como el de nuestro amigo. Se tra- ta de, en primer lugar, adquirir conciencia de que o acabamos con el estrés o que, tar- de o temprano, acabará con nosotros. Nues- tra mente debe percibir que “lo primero es lo primero”, pero que, además, si consegui- mos trabajar sin estrés es muy probable que nuestro trabajo y nuestros resultados sean mucho mejores. La superación de la para- doja, por tanto, resuelve ambos problemas: nuestro bienestar y nuestro rendimiento. Lo que nuestro amigo debe hacer, a grandes rasgos, es aprender a combinar vida perso- nal y trabajo a través de un programa de cambio lento pero seguro, que consiga rom- per la dinámica perniciosa de las paradojas, liberando energía vital y creativa. 4.1. EJERCICIOS E IDEAS PARA DESARROLLARSE EN LA CUARTA VÍA 1. ¿Cuáles son sus paradojas limitantes y sus bloqueos personales? Dedique tiempo a au- toanalizarse y a hablar del tema con perso- nas que le conozcan bien y le aprecien. 2. Procure convencerse de los beneficios que tendría para usted superar esa para- doja. Imagine su vida sin los problemas de- rivados de la paradoja o el bloqueo. Dis- frute con ello. 3. Trace un plan de cambio, paso a paso. 5. Q QUINTA V VÍA: A ACEPTAR LA D DIVERSIDAD Vivimos en un mundo diverso, diferente, cambiante. Si la diversidad es percibida co- mo un problema (inmigración) o como una amenaza (religiones) y no como una au- téntica oportunidad de adaptación y apren- dizaje, algo no funciona. Las personas con un alto nivel de madurez personal integran cualquier realidad, aunque no coincida con los valores personales. Integrar no signifi- ca estar de acuerdo sino comprender, establecer puentes de diálogo, escuchar, apreciar... P Pa ar ra a a ac ce ep pt ta ar r e e i in nt te eg gr ra ar r l la as s o ob bs se er rv va ac ci io on ne es s c cr rí ít ti ic ca as s d de e l lo os s d de em má ás s e es s i im mp po or rt ta an nt te e s sa ab be er r e es sc cu uc ch ha ar r. . A Ap pa ar re en nt te em me en nt te e, , t to od do o e el l m mu un nd do o s sa ab be e h ha ac ce er rl lo o. . E En n l la a p pr rá ác ct ti ic ca a, , m mu uc ch ho os s u ut ti il li iz za an n, , c co on nt tr ra ar ri ia am me en nt te e, , l la a e es sc cu uc ch ha a s se el le ec ct ti iv va a
  • 9. Capital Humano 82 Nº 184 • Enero • 2005 Muchas personas creen que sólo se aprende en la escuela. Y que a partir de entonces, la vida es “más de lo mismo”: rutina, monoto- nía, aburrimiento. De hecho, bastantes indivi- duos de edad avanzada se limitan a “esperar la muerte” porqué (dicen) “ya no les queda nada por esperar ni aprender...”. Otras per- sonas, no tan “mayores”, se instalan en có- modas fortalezas de defensa: un trabajo que les da ingresos, unos “buenos” programas de televisión, las rutinas de cada día... Son per- sonas que han dimitido de una de las capaci- dades más fascinantes que cualquier ser hu- mano posee: el aprendizaje. Aprender es cambiar, maravillarse, abrir los ojos y extasiar- se con lo que vemos, descubrir que quizá es- tábamos equivocados en algo, tener una ac- titud abierta y curiosa ante las cosas, disfrutar, apasionarse... El desarrollo personal está estrechamente vinculado a la capacidad de aprender cosas, cambiar de opinión, adquirir nuevas pers- pectivas de los hechos, dudar, integrar pen- samientos e ideas diferentes a los nuestros... Cualquier persona que rehuya estas posibi- lidades de expansión estará atrapada en su cárcel personal: Una rana estaba viviendo, tranquilamente, en su pozo. Pensaba que el mundo era eso, un pozo enorme. Un día, un pájaro se posó momentáneamente en el brocal. Hola, le di- jo a la rana. ¿Qué haces aquí? La rana, que nunca había visto a nadie, espetó: ¿Que qué hago? Vivir la vida en el mundo, ¿qué otra cosa podría hacer? El pájaro respondió: el mundo es mucho más grande que tu pozo. Ven conmigo y lo verás. La rana, incrédula, dio un salto y alcanzó el brocal del pozo. Al instante, su cabeza explotó en mil pedazos. Quizá un buen número de personas experi- mentarían algo similar si pudieran darse cuen- ta de lo grande que es el mundo y de las po- sibilidades de aprendizaje y disfrute que están desaprovechando. Aprender en cualquier momento y lugar es, pues, un elemento esencial del desarrollo o crecimiento personal. El aprendizaje, ade- más, está muy desarrollado con la creativi- dad. Las personas altamente creativas son curiosas, buscan constantemente fuentes de estímulo para sus proyectos, y no se detie- nen ante las dificultades. Acostumbran a mi- rar en otros mundos13 para encontrar ide- as realmente originales. Los almacenes Marks & Spencer decidieron que hacer bocadillos y venderlos era rentable después de descubrir un sistema para untarlos con mantequilla adaptado de la serigrafía, método a través del cual ahorraban tiempo. Picasso desarro- lló el cubismo analítico, entre otros procedi- mientos, manteniendo correspondencia con Einstein sobre la teoría de la relatividad. Es muy difícil, pues, ser creativo e innovador sin aprender constantemente y sin tener una permanente actitud abierta e integradora. Una manera de “forzar” el aprendizaje es ha- cer cosas inusuales. Si no nos gusta la monta- ña, preparemos unas vacaciones en un am- biente lo más alpino posible. Si odiamos el pescado crudo que se sirve en los restauran- tes japoneses, acostumbremos nuestro pala- dar a esa delicia. Probablemente descubrire- mos que la montaña es fantástica y que el “sushi”, además de sano, está buenísimo acom- pañado de salsa de soja y laminillas de jengi- bre. Poner en práctica actividades inusuales abre nuestra mente y desrutiniza la cotidia- neidad. Es una forma de provocar experiencias diferentes y de entrenar nuestro aparato re- ceptivo a sensaciones nuevas. Otra forma de provocarnos a nosotros mismos es acercán- donos a nuestros enemigos, o a la gente que no podemos soportar o nos cae mal. Segura- mente descubriremos, con un poco de tiem- po, que no había para tanto y que ese enemi- go furibundo se puede convertir en una persona normal o, porqué no, en nuestro amigo. Otra extraordinaria manera de aceptar la di- versidad, disfrutarla e integrarla en nuestra per- sonalidad es viajar con los cinco sentidos. Los viajes, cuando se viven con el corazón, son una excelente fuente de experiencias y sensacio- nes inusitadas. Planificar un viaje puede ser un enorme placer, porque al dejar volar nuestra imaginación iniciamos el viaje mucho antes de que se produzca. Imagine el lector que pre- para un viaje a la brumosa Escocia y a los cien- tos de islas de su alrededor. ¿Será capaz de N No os s i in nt te er re es sa an n l la as s p pe er rs so on na as s q qu ue e t to od da av ví ía a c cr re ee en n e en n l la as s u ut to op pí ía as s, , q qu ue e p pi ie en ns sa an n q qu ue e h ha ay y q qu ue e t te en ne er r s si ie em mp pr re e i id de ea as s u ut tó óp pi ic ca as s e en n l la a m me en nt te e p pa ar ra a q qu ue e n no os s s si ir rv va an n d de e o or ri ie en nt ta ac ci ió ón n y y n no os s p pl la an nt te ee en n c co on ns st ta an nt te em me en nt te e r re et to os s c cr re ea at ti iv vo os s y y d de es sa af fí ío os s p pe er rs so on na al le es s
  • 10. Capital Humano 83 Nº 184 • Enero • 2005 ver algún frailecillo, esa magnífica especie de pájaro norteño? ¿Podrá pasearse por las maz- morras de algún recóndito castillo? ¿Será ca- paz de bañarse en las frías aguas de alguna playa de las islas Hébridas? ¿Disfrutará de la paz y el paisaje de cualquiera de los lagos es- coceses? ¿Se emocionará con las impresio- nantes músicas de gaita en cualquier callejue- la de Edimburgo o Sterling? 5.1. EJERCICIOS E IDEAS PARA DESARROLLARSE EN LA QUINTA VÍA 1. Identifique un “enemigo” y trace un plan para acercarse a él. 2. Piense en diferentes actividades inusuales y llévelas a cabo: comidas atípicas, hábitos distintos, etc. 3. Organice y planifique un viaje a través de los cinco sentidos. Vaya a un lugar poco con- currido y, antes del viaje, infórmese al deta- lle del estilo de vida de sus gentes. Intente transformar, durante el tiempo del viaje, sus hábitos y formas de ver la vida. 6. S SEXTA V VÍA: O ORIENTARSE A L LA U UTOPÍA ¿Qué le sugiere la palabra “utopía”? Para algunos es algo pasado de moda (les recuerda a los pensadores utópicos de finales del si- glo XIX y principios del XX). Para otros se tra- ta de algo simplemente inalcanzable, impo- sible. Pero para un buen número de personas, la utopía es algo dotado de sentido. Hay personas que dejan las utopías de lado, como si, al crecer y hacerse mayores, hubie- ran asumido que se trata de vanas ilusiones que jamás se cumplirán. Estos individuos se vuelven “realistas”, “tocan de pies en el sue- lo” y no hacen “castillos en el aire”. Nos in- teresan las personas que todavía creen en las utopías, que piensan que hay que tener siem- pre ideas utópicas en la mente para que nos sirvan de orientación y nos planteen constan- temente retos creativos y desafíos personales. Orientarse hacia la utopía es, por tanto, nues- tro último camino para el desarrollo personal. Se trata de una auténtica oportunidad para conseguir que nuestros valores personales más radicales y aventureros tengan una oportuni- dad para crecer y evolucionar. Quizá no lle- garemos jamás a alcanzar plenamente nues- tros deseos utópicos, pero como mínimo nos aproximaremos, nos servirán de norte y de ins- piración. Las personas conformistas, cansadas de vivir y experimentar, con una visión muy rancia y a corto plazo de las cosas, pueden lle- gar a perder la ilusión por su proyecto vital. En cambio, el optimismo, las actitudes retadoras e ilusionadas por el futuro, dan energías y per- miten a las personas volar mucho más allá de su realidad cotidiana. 6.1. EJERCICIOS E IDEAS PARA DESARROLLARSE EN LA SEXTA VÍA 1. ¿Cuál es su utopía personal? Si no la tie- ne, constrúyala a partir de sus anhelos e ilu- siones. 2. ¿Cómo va a acercarse a esa utopía? Deje de pensar en ella como algo imposible e in- alcanzable y reprograme sus creencias. NOTAS 1 Este trabajo forma parte de un libro del mismo au- tor que será publicado la próxima primavera. 2 Sternberg, Robert (1997) Inteligencia exitosa. Bar- celona, Paidós. 3 Marina, José Antonio (1993) Teoría de la inteligen- cia creadora. Barcelona, Anagrama. 4 Foucault, Michel (1966) “Las palabras y las cosas” Madrid, Siglo XXI 5 Ver Michel Foucault: “Vigilar y castigar” (1975) o “Historia de la sexualidad” (1978), ambos publica- dos por Siglo XXI, Madrid. 6 Sting: “Mercury Falling” (Compact Disc) A&M Re- cords 1996 7 Daniel Goleman “Los caminos de la meditación” (1986) Bacelona, Kairós 8 Ver “La Vipassana. El arte de la meditación budis- ta”, de William Hart (1987). Barcelona, Edaf. 9 “Tu inteligencia. Cómo entenderla y mejorarla”, de Alejandra Vallejo-Nágera y Roberto Colom (2004). Madrid, Aguilar. 10 “La auténtica felicidad”. Martín Seligman (2003) Bar- celona, 11 Handy, Charles (1994) La edad de la paradoja. Bar- celona, Apóstrofe. 12 Harris, Clare (2003) Minimise stress, maximise suc- cess. London, Duncan Baird Publishers 13 La expresión “mirar en otros mundos” es utilizada por el experto en creatividad Michael Michalko, en su interesante libro sobre la creatividad genial “Los secretos de los genios de la creatividad” (1998) pu- blicado por Ediciones Gestión 2000.