2. Un nuevo día amanecía y con el despertaba Mía, aunque ya para ella todos los días eran
iguales. Desde ese 16 de Mayo en el que había empezado aquella agonía, la vida de Mía no era
más que una lucha desesperada por la vida y una agonía lenta contra la que no podía luchar.
Mía se levantó de la cama y siguió las rutinas básicas que sigue una persona antes de ir a
trabajar, aunque su vida ya no era una vida normal.
Llegó al trabajo y continuó con sus investigaciones sobre la clonación humana, sabía que su
trabajo era necesario para la continuidad de la vida en el mundo. Estaba claro que no estaba
sola en el mundo pero también que en la guerra murió más del 85% de la población.
Mientras su equipo de investigación arrancaba Mía se quedó absorta en sus pensamientos y
recordó como había empezado todo…
Acababa de terminar sus estudios en biología, tenía bastante claro que se iba a dedicar a la
investigación y sobre todo se centraría en la clonación de células madres, era obvio que eso
supondría un gran avance tanto en el campo de la medicina como en el de la ciencia. Todo
esto coincidió con la creación de la oveja Dolly en Gran Bretaña y esto le supuso una gran
motivación para seguir con sus estudios, ya que nadie confiaba mucho en aquella
investigación.
De repente una sombra la sacó de sus pensamientos, ¿Había visto a una persona? Un ruido le
confirmó lo que sospechaba, no se lo podía creer, al otro lado de la puerta había alguien que
seguro estaba tan perdido como ella.
Se levantó lo más rápido que pudo y fue hacia la puerta, la abrió con impaciencia y
efectivamente encontró a un hombre corpulento, alto y moreno, el hombre se dio giró
sobresaltado.
-Hola, Mía, sabría que podría encontrarte por aquí ¿Qué tal estás?- Lo dijo con una
tranquilidad asombrosa en comparación con el susto que se había dado.
-¿Quién eres? ¿Nos conocemos?- Preguntó Mía algo confundida
- Uy, perdón, ¡Qué mal educado!, soy Daniel, aunque puedes llamarme Dani y no, no me
conoces, pero yo a ti si, llevo siguiendo tu investigación durante años ya que soy médico y me
interesa bastante tu campo de investigación.
- Bueno, ya no hay mucho que hacer, mis estudios no avanzan y cada vez queda menos
tiempo. ¿Sabes cómo pasó? No entiendo como unos simples insectos pueden llegar a causar
todo ese daño.
Dani sonrió con tristeza.
-Pues a través de una recombinación genética, está claro que fue algo meditado y que los
estudios habían comenzado mucho antes de que comenzara la guerra. Ni las bombas atómicas
3. ni las armas tienen tanto poder como eso, una simple picadura y ya, algo discreto, sencillo y
rápido.
-¿Y porque seguimos vivo? Recuerdo que yo no me libre de más de una picadura y lo máximo
que llegue a experimentar fue fiebre, pero tan solo unas décimas. Mientras, veía como todos
los de mí alrededor iban muriendo sin que hubiese nada que pudiese hacer.
- Hay personas inmunes, yo mismo vi a gente morir y mi única pregunta era porque ellos sí y yo
no, tenía claro que aquella plaga de mosquitos durante la guerra no era una casualidad y
también sabía que no venía nada bueno, por desgracia no me equivocaba. Lo que está claro es
que los supervivientes no lo son por casualidad.
- Espera, ¿Sabes cuantas personas más quedan?- Dijo perpleja ante la situación, demasiada
información en un día que parecía ser como otro cualquiera.
- Quedan los altos cargos de los gobiernos estadounidenses y varias personas que tienen
estudios sobre la salud o la legitimidad de la vida.
- ¿Y porque yo? Mi estudios solo llevan a un callejón sin salida. Llevo estudiando más de dos
años sobre como imitar la clonación de la oveja Dolly en personas y sinceramente no he
llegado a más que absurdas hipótesis.
-Eso es lo que tú piensas, si estas viva no es por casualidad, es decir, en tus estudios debe
haber algo que tu estés pasando por alto y quizás contenga la respuesta. Sabes que no te
puedes rendir, sin tus estudios la poca población mundial que queda está perdida.
- Vale, me pondré a repasar mis estudios. Pero ya mañana, he acabado saturada de tanta
información, creo que lo mejor será ir a casa y descansar por hoy.
- Perfecto, te acompañaré a casa e iré a vivir a la de al lado, total, no creo que a los dueños le
moleste- Dijo en tono sarcástico.
Mía conocía muy bien a sus vecinos, todos eran buenos y amables con ella, y siempre le habían
ayudado en todo. Aún se le hacía raro no escuchar los ruidos característicos de una ciudad o
incluso de sus vecinos. Todo estaba siempre en absoluto silencio, hasta ahora.
…
Dani llegó a casa y se puso a pensar en lo devastador que había sido todo. Estaba claro que la
relación entre los países no era la mejor en ese momento, pero nunca se imaginó tener que
vivir una tercera guerra mundial, siempre había pensado que eso ya era historia. Mucho
menos se imaginaba una guerra sin armas, bombas o heridos por las calles. Esta guerra había
sido más sutil pero más devastadora, y todo por nada. La guerra había acabado con casi el
100% de la población y no habían conseguido más de lo que ya tenía antes. Pero porque él y
Mía eran los supervivientes. Era una pregunta que se hacía a diario.
De repente alguien tocó el timbre, estaba en la segunda planta de la casa y tardó un poco más
de lo habitual en abrir, aunque tampoco le importó, sabía que no era más que otra carta para
4. resolver el puzle al que le habían obligado a jugar, el rompecabezas de cómo salvar a la
humanidad de una desaparición que hasta ahora no parecía más que inevitable.
Recogió el sobre, era un sobre idéntico al que había recibido para darle la información de
donde estaba Mía. Leyó la carta aunque esta vez con algo más de curiosidad que de
costumbre, sentía que algo había cambiado.
Muy bien, has encontrado a Mía, ya estás algo más cerca, ahí va la pista:
Quizás como empezó todo es la solución.
…
Mía no pegó ojo pensando en que podía hacer, sabía los pasos que habían seguido para crear a
la oveja Dolly, pero eso era una oveja y ella necesitaba humanos.
Dani pego en la puerta y Mía abrió rápidamente, por sus apariencias se notaba que había
dormido poco.
-Tenemos que hablar.-Dijo Dani cortante
- ¿Qué ocurre?
- He estado recibiendo cartas desde que pasó todo esto de los insectos, cartas que me indican
que debo hacer para hallar una solución. La primera me contaba como unos insectos comunes
como lo es un mosquito podía matar a una persona de manera tan rápida. La segunda que
recibí me mostró tu dirección. Y ayer me enviaron una tercera, decía que ya te había
encontrado y que estábamos más cerca, pero no termina ahí, también había escrita una pista y
decía que quizás como empezó todo es la solución. ¿Qué crees que puede significar? ¿Qué
quieren decir?
-Espera, espera, ¿cartas? ¿Quién?- Dijo Mía mientras ponía las manos en su cabeza como gesto
de desesperación.
- No lo sé. Solo sé que sea quien sea nos vigila, y desde luego tiene mucho interés en que lo
consigamos.
- ¿Y cómo empezó todo?
-Está claro, con una recombinación genética, ahora solo queda saber cómo hacerla.
-Según mis estudios es posible hacer una mutación genética, pero el material es bastante
inaccesible. Debemos ir al laboratorio, tengo que investigar unos estudios, se me está
ocurriendo algo aunque no sé si es demasiado arriesgado.
-Ahora mismo lo arriesgado sería no arriesgarse Mía, está en juego la humanidad y todo
aquello por lo que hemos luchado.
A Mía le llamaba mucho la atención Dani, era un hombre muy atractivo pero lo que más le
llamaba la atención era su valentía y decisión. Aunque ahora mismo eso era lo último en lo que
podía pensar.
5. Se montaron en el coche y 20 minutos después estaban en el laboratorio. Mía sabía que no se
iba a cruzar con nadie mientras conducía y que por lo tanto no debía respetar señales como un
stop o un semáforo. Pero aun así lo hacía, siempre le había gustado pasear en el coche y eso le
hacía recordar los momentos felices en lo que todo parecía ir bien.
Mía recordaba que había estado estudiando cómo crear un ser humano a partir de una célula
madre, pero que el tiempo de espera era demasiado largo, quizás con un tipo de mutación
genética era capaz de conseguir algo más. Como había podido ser tan tonta, la respuesta
estaba justo delante de ella.
Mia repasó sus estudios y estaba en lo cierto, ahora solo faltaba ver si con la recombinación de
un gen sería capaz de lograrlo…
…
Eran media noche y Dani regresó a casa, no le gustaba dejar a Mía sola pero estaba demasiado
cansado después de estar todo el día trabajando y aunque le había insistido ella se había
negado. Le encantaba su forma de ser y su responsabilidad ante ciertos asuntos.
…
A la mañana siguiente Dani encontró en la puerta de su casa material científico aunque no
sabía muy bien para que servía, lo guardó en el maletero del coche y fue a buscar a Mía a su
casa para ir a trabajar. Después de varios intentos de llamar al timbre, supuso que se habría
quedado en el laboratorio dormida así que se dirigió hacia allí.
Al llegar Mía le contó casi sin dejarle dar ni los buenos días, que había encontrado un gen que
era el causante del tiempo de espera tan largo que había para crear desde tan solo una célula
madre un recién nacido. Y que con una simple recombinación del gen y la unión de 4 células
madre sería posible reducir el tiempo de espera a tan solo 6 meses, incluso menos tiempo que
un embarazo común.
-¿Y a qué esperas para empezar?- Dijo Dani eufórico.
- Cuando ayer te dije que se necesitaban unos materiales difíciles de conseguir, no era ninguna
duda, y me temo que sin esos materiales no podemos hacer nada.
-Hablando de materiales…-Dijo Dani mientras se iba del laboratorio.
Mía lo siguió invadida por la curiosidad y vio impactada como sacaba una caja de cartón del
maletero. Cuando vio lo que era no se lo podía creer, justos los materiales que necesitaba.
Gracias a la mutación del Gen A-178 iba a poder clonar personas a través de sus células
madres.
Ya solo faltaba conseguir las células madres, tarea que no iba a ser muy difícil.
Mía gritaba de alegría, no tenía ni idea de quien había dejado esos materiales, pero sin duda
alguna era muy importante para poder continuar con su labor.
6. Rápidamente entraron al laboratorio, Dani extrajo células madres de la médula ósea. Antes de
extraer más, prefería ver como salía el primer experimento. Conservó las células de una
manera apropiada, y se puso manos a la obra con la recombinación genética.
…
Le llevó un par de semanas, pero por fin todo estaba listo, solo faltaba esperar 6 meses y ver
cómo iba todo. Mientras vivirían una vida normal vigilando el experimento y su evolución día a
día.
…
Seis meses después Mía tenía entre sus brazos un recién nacido perfectamente formado, no
quería ser egocéntrica pero gracias a su trabajo había conseguido hacer posible la mutación
humana, eso sí, le debía mucho a Dani, el que ahora era su pareja, sin él no hubiese
conseguido nada. Él le había devuelto las ganas de seguir luchando por su trabajo. Pero sobre
todo, le debían mucho a aquella persona misteriosa que les había dado todo lo necesario, aun
no sabían quién y ambos tenían claro que nunca lo iban a saber.
Ahora solo quedaba ir recogiendo muestras de células madres de los supervivientes ya que
todos ellos eran inmunes a la picadura de los insectos que seguían vagando por todo el
mundo, aunque para las futuras generaciones no serían más que simples insectos, también
quedaba volver a seguir todo el proceso, quizás quedaba la parte más larga, pero era obvio
que la más fácil y eso daba una motivación muy grande. La humanidad no estaba perdida, solo
había que luchar un poco más.