El documento discute cuatro perspectivas sobre cómo la cultura visual debe abordarse en la educación: proselitista, analítica, de satisfacción y autoreflexiva. Concluye que la mejor perspectiva es entender la cultura visual como experiencias cotidianas del estudiante que no deben ser pedagogizadas, sino que deben analizarse críticamente para aumentar el conocimiento, las actitudes y las habilidades de los estudiantes. Los maestros deben mantener la mente abierta hacia la cultura visual y enseñar a los estudiantes a analizar
1. Reflexión libro Espigador@s de la cultura visual de Fernando Hernández.
Tras la lectura comprensiva de las diferentes páginas del libro donde aparecen puedo
decir que:
La cultura visual en la Educación debe de fusionar la crítica y el
conocimiento de las diferentes prácticas de la misma así como
hacer que esta cultura sea performativa es decir, que entrecruce
diferentes nociones, posiciones y acciones. Pero dependiendo de
la metodología de los educadores se pueden encontrar diferentes
posiciones:
La perspectiva proselitista: aquí los educadores ven en la cultura visual una
influencia negativa para el alumnado pues en esta posición se palpa el miedo a
considerar que los alumnos adopten el mismo comportamiento visualizado, sin
entender que se puede aprovechar esas actitudes negativas para trabajar la
resistencia.
La perspectiva analítica: en este enfoque el profesor valora la cultura visual
como una forma de crear en el alumnado un análisis crítico de aquello que ve.
Por lo tanto y siguiendo a esta perspectiva la cultura visual debería de formar
parte del currículo.
La perspectiva de la satisfacción: en esta posición los educadores ven en la
cultura visual una fuente de placer sin animar a realizar críticas.
La perspectiva autoreflexiva: este enfoque plante la cultura visual como un
elemento favorecedor de debates y reconoce la cultura visual como parte real de
la vida del alumno.
Como conclusión de estas perspectivas podemos concluir que la posición adecuada ante
la cultura visual es:
Aquella en la que sea entendida como experiencias propias de la vida cotidiana
que no hay que pedagogizar pues solo sin son experiencias libres de influencias
forman parte del aprendizaje.
La cultura visual puede ser una fuente de placer siempre teniendo en cuenta el
carácter de análisis crítico que deben sembrar.
No todas las interpretaciones son válidas hay que analizarlas.
El análisis de la cultura visual tiene como objetivo mantener una relación entre
ambas que aumente los conocimientos, actitudes y aptitudes.
Por lo tanto y teniendo en cuenta los puntos anteriores nosotras/os los futuros docentes
tenemos que mantener nuestra mente abierta hacia la cultura visual y sembrar en
nuestros niños esa capacidad de análisis que les permita en un futuro discernir aquello
que es beneficioso/perjudicial y aprender de ello.