El documento analiza la coyuntura económica mundial a mediados de 2016, señalando que la recuperación sigue siendo modesta con tasas de crecimiento menores a las previas a la crisis, tanto en economías desarrolladas como emergentes. Examina cuestiones como la evolución de la política monetaria en Estados Unidos y la zona euro, el precio del petróleo y el cambio de modelo de crecimiento en China, que podrían afectar la evolución futura de la economía global.
1. 1rsemestre2016#19
CON LA COLABORACIÓN DE
INFORMEECONÓMICOYFINANCIERO
1r semestre 2016 #19
DEPARTAMENTO DE ECONOMÍA, FINANZAS
Y CONTABILIDAD
NOTA DE COYUNTURA
TEMAS A DEBATE
La reforma laboral de 2012
La reforma laboral: un paso para resolver
problemas de asignación de décadas
TRIBUNA LIBRE
China, transiciones y escenarios:
una nota
BOOK REVIEWS
La gran crisis: cambios y consecuencias
España estancada: por qué somos
poco eficientes
INFORME ECONÓMICO Y FINANCIERO
2. CON LA COLABORACIÓN DE
1r semestre 2016 #19
DEPARTAMENTO DE ECONOMÍA, FINANZAS
Y CONTABILIDAD
INFORME ECONÓMICO Y FINANCIERO
2
ESADE · INFORME ECONÓMICO Y FINANCIERO #19
Edita
Departamento de Economía, Finanzas y Contabilidad
ESADE
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Av. Pedralbes, 60-62
08034 Barcelona
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Av. Torre Blanca, 59
08172 Sant Cugat del Vallès
Tel. 935 543 511
C. Mateo Inurria, 27E
28036 Madrid
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Director
David Vegara
Tiraje
1.200
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Realización
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Diseño
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Fotografías
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ción ajena a ESADE o a ESADE. INFORME ECONÓMICO Y
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se edita por el Departamento de Economía, Finanzas y
Contabilidad de ESADE y no puede ser objeto de transacción
comercial mediante precio.
3. 3ESADE INFORME ECONÓMICO Y FINANCIERO
SUMARIO
05
PRESENTACIÓN
INSTITUCIONAL
Francisco Longo
06
NOTA DE
COYUNTURA
Josep M. Comajuncosa
David Vegara
20
TEMAS A
DEBATE
La reforma
LaboraL de 2012
Valeriano Gómez
La reforma
LaboraL: un paso
para resoLver
probLemas de
asignación de
décadas
Álvaro Nadal
46
TRIBUNA LIBRE
china,
transiciones
y escenarios:
una nota
David Vegara
58
BOOK REVIEWS
Álvaro Imbernón
La gran crisis:
cambios y
consecuencias.
Lo que hemos
aprendido y
Lo que todavía
nos queda por
aprender de La
crisis financiera
(martin Wolf, 2015)
españa
estancada: por
qué somos poco
eficientes
(carlos sebastián, 2015)
4
4. 5ESADE INFORME ECONÓMICO Y FINANCIERO
Francisco Longo
Director general adjunto · ESADE
H
ace ya algunos años, ESADE publica, a través de su Departamento
de Economía, Finanzas y Contabilidad y con el apoyo inestimable
del Banco Sabadell, el Informe económico y financiero. Fiel a la
misión de ESADE de contribuir a la mejora de nuestra sociedad mediante
la creación de conocimiento relevante y a la promoción del debate público,
el informe se ha convertido con el tiempo en una publicación de referencia
para el análisis de la coyuntura y de las tendencias de la economía española
e internacional.
Bajo la dirección académica de David Vegara, profesor del
Departamento de Economía, Finanzas y Contabilidad de ESADE,
el ejemplar que el lector tiene en sus manos inaugura un nuevo formato
del Informe económico y financiero. En esta nueva etapa, queremos
mantener la calidad del análisis y promover reflexiones serenas y rigurosas
sobre cuestiones relacionadas con la vida económica y con el buen
funcionamiento de nuestra sociedad.
El nuevo informe se divide en cuatro partes. La primera parte
incorpora un breve análisis de la coyuntura económica y de los mercados
financieros, firmado por los profesores de ESADE Josep M. Comajuncosa
y David Vegara.
La segunda sección, que lleva por título «Temas a debate», ofrece
dos artículos que abordan el mismo tema desde ópticas distintas, con el
objetivo de presentar puntos de vista diferentes y enriquecer así la mirada
del lector. En el presente número, Álvaro Nadal, director de la Oficina
Económica del Presidente del Gobierno, y Valeriano Gómez, exministro
de Trabajo, publican sendos artículos sobre los efectos y las consecuencias
de la reforma laboral del año 2012.
En la tercera sección, titulada «Tribuna libre», profesores de ESADE
y otros expertos de prestigio exponen sus reflexiones sobre temas no
necesariamente vinculados con la actualidad. En esta ocasión, David
Vegara publica una nota sobre China, centrada en las tres transiciones
que debe afrontar este país a medio plazo si quiere consolidar los buenos
resultados económicos de las últimas décadas.
La sección final del Informe económico y financiero incorpora
la reseña de dos libros de reciente aparición y de indudable interés: España
estancada: por qué somos poco eficientes, de Carlos Sebastián (Galaxia
Gutenberg, 2015) y La gran crisis: cambios y consecuencias. Lo que hemos
aprendido y lo que todavía nos queda por aprender de la crisis financiera,
de Martin Wolf (Deusto, 2015).
El nuevo Informe económico y financiero de ESADE responde
al esfuerzo de su director y de su equipo redactor por interesar
a un amplio número de lectores.
presentación institucional
6
5. 7
nota De coYunturanota De coYuntura
NOTA DE COYUNTURA
Josep M. Comajuncosa
ESADE
David Vegara
ESADE
A mediados de 2016, la economía mundial
sigue mostrando una recuperación modesta,
con tasas de crecimiento inferiores a las
experimentadas antes de la crisis. Esto es
cierto tanto para las economías desarrolladas
como para las emergentes. Existen también,
sobre todo entre las emergentes, muchas
disparidades entre países, en cuanto a ritmo
de crecimiento y expectativas futuras.
Además, diversas cuestiones debilitan el
ímpetu de la recuperación económica y serán
determinantes en la evolución de la economía
global en el futuro próximo.
8
nota De coYuntura
global en el futuro próximo. Entre estas cues-
tiones, cabe señalar la inestabilidad de los
mercados financieros, la evolución del precio del
petróleo, el cambio de tendencia de la política mo-
netaria en los Estados Unidos (EE. UU.), el cambio
de modelo de crecimiento económico en China y
el éxito de las medidas expansivas iniciadas hace
algo más de un año por el Banco Central Europeo
(BCE). Las políticas económicas deberían concen-
trarse en la reducción de la probabilidad de que
estos riesgos se materialicen. 1
1Crecimiento del PIB
Tasa de variación anual (%)
Fuente: FMI
2014
2015
2013
2012
2011
2010
2009
2008
2007
-4
-2
0
2
4
6
8
10
Global Desarollados Emergentes
2Estados Unidos: crecimiento del PIB
Tasa de variación trimestral anualizada (%)
Fuente: FMI
20134
20133
20132
20131
20144
20143
20142
20141
20154
20153
20152
20151
20161
0
1
2
3
4
5
6
7
8
mediados de 2016, la economía mundial
sigue mostrando una recuperación modesta,
con tasas de crecimiento inferiores a las expe-
rimentadas antes de la crisis. Esto es cierto tanto
para las economías desarrolladas como para las
emergentes. Existen también, sobre todo entre las
emergentes, muchas disparidades entre países,
en cuanto a ritmo de crecimiento y expectativas
futuras. Además, diversas cuestiones debilitan
el ímpetu de la recuperación económica y serán
determinantes en la evolución de la economía
A
6. 9
La Reserva Federal: ¿tiempo para
políticas más convencionales?
Una vez conseguidas unas cifras de crecimiento
aceptables, habiendo alcanzado una tasa de des-
empleo próxima a los niveles anteriores a la crisis
y alejado el fantasma de la deflación, la política
monetaria en EE. UU. deberá volver progresiva-
mente a la normalidad. Sin embargo, la ralenti-
zación del crecimiento (un 1,5% anualizado en el
segundo semestre de 2015 y un 2% anualizado en
el primer trimestre de este año), el debilitamiento
de la inflación y las tensiones en los merca-
dos financieros aparecidas a finales de 2015 y
principios de 2016 han frenado el ímpetu de este
cambio de dirección de la política monetaria. Y se
debería mantener esta pauta hasta que las cifras
de crecimiento se consoliden. 2
También el Banco de Inglaterra, el otro gran
banco central con una política monetaria que em-
pezaba a cambiar de dirección, deberá recuperar
el tono expansivo, ante el peligro de ralentización
de la economía provocado por el temor a un Brexit
y los riesgos que ello conlleva1
.
El pasado mes de diciembre, la Reserva Fede-
ral (Fed) subió el tipo de interés oficial por primera
vez desde 2006. Ha anunciado que seguirá pau-
latinamente esta senda alcista, pero también ha
explicitado que actuará con prudencia y en función
de la evolución de la economía. Con la información
disponible, es probable que no se registren más
de dos subidas de un cuarto de punto este año
2016, localizadas en el segundo semestre. Y esto
únicamente si las cifras de crecimiento vuelven a
mejorar. Incluso esta moderada subida de los tipos
será suficiente para provocar una ralentización del
consumo interno. Dados los actuales niveles de
endeudamiento, no cabe confiar en que el consu-
mo de las familias norteamericanas sea, de nuevo,
el motor de crecimiento de la economía global.
Un aumento demasiado rápido de los tipos
podría afectar negativamente las economías emer-
gentes, muy especialmente las latinoa-
mericanas. Estas se enfrentarían a una
menor demanda de sus exportaciones
en EE. UU., a lo que habría que añadir
que, dada la tendencia a la deprecia-
ción de las monedas latinoamericanas,
las empresas de estos países tendrán
mayores dificultades para acceder a la
financiación en dólares. Una deprecia-
ción demasiado rápida de las monedas,
como consecuencia de una subida
demasiado brusca de los tipos por
parte de la Reserva Federal, o debido
a errores de política económica de los
gobiernos, podría provocar un aumento
excesivo de la carga de la deuda en dó-
lares en Latinoamérica, lo cual frenaría
la economía de toda la región.
Aunque es un escenario poco probable, no se
puede descartar que la economía norteamericana
registre, en lo que resta de año, un crecimiento
menor que el observado en estos últimos trimes-
tres. En este caso, la Fed podría optar por no
aumentar los tipos de interés, e incluso incremen-
tar de nuevo las compras de activos al sistema
financiero. Estas compras deberían concentrar-
se en la absorción de riesgo de los mercados,
comprando bonos relacionados con la concesión
de créditos (anteriormente, la Fed ya ha adquirido
bonos hipotecarios garantizados y titulizaciones
hipotecarias). En cambio, no es probable que
compre bonos de bancos con problemas o bonos
relacionados con el sector energético, pues ello
se interpretaría como un intento de dirigir la
dirección del crédito, algo que la Fed siempre ha
evitado. También parece descartable que la Fed
opte por entrar en el territorio de los tipos de inte-
rés negativos, por los problemas que esto podría
generar a las entidades financieras.
Cabe la posibilidad de que la voluntad
simultánea de llevar a cabo políticas monetarias
expansivas por parte de las grandes economías
desarrolladas, especialmente EE. UU., la Euro-
zona y Japón, y de algunas grandes emergentes
como China, pueda desembocar en situaciones
parecidas a una guerra de divisas. Para evitarlo,
sería deseable coordinar las políticas de los gran-
des bancos centrales.
La Fed ha
anunciado
que seguirá de
modo gradual
la senda alcis-
ta del tipo de
cambio, pero
también que
actuará con
prudencia y en
función de la
evolución de
la economía
1. Esta nota incorpora información hasta el 6 de junio de 2016.
10
nota De coYuntura
3
4
Evolución de índices bursátiles
Índice 2007 = 100
Fuente: FMI
Evolución de índices bursátiles
Índice 2007 = 100
Fuente: FMI
Mar.16
2013
2014
2015
2011
2012
2009
2010
2007
2008
0
20
40
60
80
100
120
140
160
180
200
MSCI Emerging Market TOPIXDJ Euro Stoxx S&P 500
Feb.16
2013
2014
2012
2011
2010
Europa emergente América LatinaChina Asia emergente excepto China
0
20
40
60
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120
140
160
180
200
7. 11
nota De coYuntura
Los mercados dudan
En los primeros meses de 2016, hubo un episodio
de turbulencias en los mercados financieros,
con caídas de los índices bursátiles, un aumento
de los diferenciales de los tipos de interés y un
endurecimiento generalizado de las condiciones
de financiación. Los principales desencadenantes
fueron la preocupación por los efectos del precio
muy bajo del petróleo, la desaceleración de la
economía china, con su posible efecto sobre la
evolución de la economía global, y las dudas sobre
la capacidad de los bancos centrales de seguir
estimulando la economía a través de medidas no
convencionales de inyección de liquidez. 3 4
Estas turbulencias en los mercados financie-
ros parecían indicar el inicio de una ralentización
de la economía global, e incluso hacían temer una
posible recesión económica. Afortunadamente,
en el segundo trimestre el episodio ha remitido y
se ha alejado la posibilidad de recesión, en parte
gracias a la reacción de las políticas económicas,
con una política fiscal algo expansiva en China,
una posposición de la subida de los tipos de inte-
rés por parte de la Fed y una intensificación de las
medidas expansivas del BCE.
Sin embargo, no se puede descartar que se
repitan las turbulencias en los próximos meses,
especialmente si aumentan las dudas sobre la
fortaleza de la recuperación (en China, en EE.
UU., en la Eurozona y en importantes economías
emergentes) y los inversores corrigen a la baja
las valoraciones de los activos financieros con
riesgo. La cuestión clave es si los precios de los
activos reflejan el valor que debería
desprenderse de sus fundamentos
o si las políticas monetarias expansi-
vas, con tipos de interés próximos a
cero, han favorecido una sobrevalora-
ción que deberá corregirse en algún
momento.
En este contexto, uno de los ries-
gos fundamentales es que los proble-
mas no completamente solucionados
en el sector financiero se traduzcan
en una importante reducción del cré-
dito (credit crunch) y en el aumento
de la prima de riesgo para algunos
tipos de interés, con el consiguiente
endurecimiento de las condiciones de finan-
ciación. Una disminución en la disponibilidad
de capital podría reducir aún más el gasto en
inversión, ya débil de por sí. Además, ulteriores
turbulencias en los mercados financieros podrían
reducir el consumo en algunas economías
desarrolladas, debido al efecto riqueza negativo
por la caída de las bolsas y el deterioro de las
expectativas. Todo ello podría desencadenar un
tercer episodio de recesión a escala global. Para
evitarlo, las políticas monetarias, donde sea ne-
cesario, deberán concentrarse en el objetivo de
reactivar y mantener el flujo de crédito, y eliminar
posibles cortocircuitos con medidas específicas
de credit easing. Existe menos espacio para las
políticas fiscales expansivas (sobre todo en los
países desarrollados), pero, donde sea posible,
deberían ser utilizadas.
Una disminu-
ción en la dis-
ponibilidad de
capital podría
reducir aún
más el gasto
en inversión,
ya débil de
por sí
12
nota De coYuntura
tica. Las salidas de capitales podrían acentuar
dichas depreciaciones y poner estas empresas
en una situación difícil. Obviamente, los países
más vulnerables son los que dependen más de
la financiación exterior. 5
China en transición y su impacto
El cambio de modelo de China hacia el consu-
mo interno, dejando de lado los motores del
pasado, como las exportaciones y la inversión,
está resultando más complejo de lo previsto.
La economía se ha desacelerado más de lo que
las autoridades chinas deseaban, por debajo
del 7%. Se prevé una tasa de crecimiento para
el año 2016 cercana al 6,5% y un descenso a
niveles del 6% para el 2017. El principal motor
del crecimiento ya es ahora el consumo de las
familias, que sigue evolucionando de forma
favorable gracias al buen comportamiento
de los salarios.
Las autoridades parecen dar prioridad a evi-
tar una mayor desaceleración, y probablemente
preferirán posponer algunas de las reformas es-
tructurales previstas. En un futuro próximo, sería
deseable una política fiscal algo más expansiva
para sostener la actividad. Existe un cierto espa-
cio fiscal, puesto que, incluso con esta política,
el déficit público no superaría el 3,5% del PIB, si
bien es cierto que los niveles de apoyo del sector
público a la economía por la vía de préstamos
y créditos son ya muy importantes2
.
Es importante que los bancos centrales
coordinen sus políticas, para que estas sean
más eficaces y también para evitar estrategias
de empobrecimiento del vecino, en un intento de
obtener ganancias de la mayor depreciación de la
moneda propia.
Las condiciones financieras están empeorando
para un número importante de economías emer-
gentes, que van a tener más difícil el acceso a la
financiación. Una razón que explica esta dinámica
es el inicio del aumento de los tipos de interés
oficiales en EE. UU., a la que ya nos hemos refe-
rido. La apreciación anticipada del dólar provoca
o acelera procesos de reducción de la deuda
(desapalancamiento) en algunos países emergen-
tes, que ven disminuir la oferta de financiación. El
episodio de los primeros meses de 2016 muestra
que las economías emergentes, incluso las más
grandes, como la china, son vulnerables a los
cambio en los flujos de capitales. Una retirada
desordenada de volúmenes significativos de capi-
tales comprometería la estabilidad financiera de
estas economías. Si bien es cierto que los países
emergentes habían acumulado volúmenes muy
importantes de reservas internacionales en los
últimos años, que les han permitido hacer frente
a las tendencias depreciatorias de los últimos
meses, existe aún un grupo nutrido de empresas
importantes en estos países que se encuentran
fuertemente endeudadas en dólares y que tienen
la mayoría de sus ingresos en su moneda domés-
5Retirada de capitales de fondos de países emergentes
Miles de millones de dólares
Fuente: FMI
Feb.16
2013
2014
2015
2012
2011
2010
-40
-30
-20
-10
0
10
20
30
40
EM-VXY (Índice de Volatilidad de mercados
emergentes realizado por JP Morgan)
AccionesBonos
2. Para un mayor detalle, véase el artículo «China, transiciones y escenarios: una nota», en este mismo número.
8. 13
nota De coYuntura
Para dinamizar de algún modo el crecimiento,
es probable que también el Banco Central adopte
medidas para incentivar el flujo de crédito (credit
easing), aunque posiblemente evitará reducir el
tipo de interés oficial por el impacto que podría
tener sobre el tipo de cambio. El conjunto de las
iniciativas en el ámbito monetario harán que siga
aumentando el nivel de deuda de las familias y de
las empresas, algo que las autoridades parecen
estar dispuestas a aceptar. Aunque iniciar un
proceso de reducción de la deuda en un momento
de ralentización puede ser doloroso, la dificultad
radicará en encontrar el punto justo, puesto que los
niveles de deuda ya son relativamente elevados. En
algún momento, en los próximos años, el Gobierno
chino deberá obligar a las entidades financieras a
que asuman como pérdidas los créditos de mala
calidad que tienen anotados en sus activos.
Al permitir una depreciación del yuan mayor
de la esperada en la segunda mitad de 2015, el
Banco Central contribuyó a acelerar el ritmo de sa-
lida de capitales. Por ello, puede anticiparse que
las iniciativas de dicha institución para estimular
la economía mediante depreciaciones adicionales
de la moneda serán muy contenidas.
La depreciación del yuan en verano de
2015 contribuyó a empeorar las expec-
tativas de crecimiento a escala global,
al señalar una posible debilidad de la
economía china mayor de la esperada.
El temor a futuras depreciaciones de la
moneda china puede aumentar adicio-
nalmente el ritmo de estas salidas de
capitales y causar problemas en los mercados
financieros y en las bolsas del país. Además, la
depreciación perjudicaría el consumo interno y
frenaría la contribución de este al crecimiento.
La depreciación también tendría efectos nega-
tivos para otros países emergentes de Asia y,
en general, para la economía global.
Una ralentización mayor de la esperada de la
economía china tendría efectos negativos sobre
la economía global, debido a su repercusión sobre
el comercio internacional, la presión a la baja de
los precios de las materias primas y el petróleo, y
el deterioro de los niveles de confianza. También
causaría problemas en los sectores financieros
y haría depreciar adicionalmente las monedas
de los países emergentes. Todo ello reduciría
el crecimiento, tanto en los países emergentes
como en los desarrollados.
El precio del petróleo no encuentra
aún su nuevo equilibrio
Entre junio de 2014 y diciembre de 2015, el
precio del petróleo disminuyó un 70%, al pasar de
unos 115 $ por barril a unos 30 $. Este descenso
es atribuible a una menor demanda global causa-
da por la debilidad de la recuperación económica
y, sobre todo, al cambio de estrategia de Arabia
Saudí y de algunos países afines del Golfo, que
han decidido aumentar considerablemente su
ritmo de extracción por diversas razones, de natu-
raleza geoestratégica, para eliminar competidores,
e incluso económicas, para maximizar el valor
actual de sus reservas. 6
6Precio de las materias primeras
Índice 2005 = 100
Fuente: FMI
2017
2015
2013
2011
2009
2007
2005
50
75
100
125
150
175
200
225
250
275
Alimentos Metales Energía
El principal
motor del
crecimiento de
la economía
china es el
consumo de
las familias
14
privada debido al aumento del tipo
de interés real.
Las empresas del sector energé-
tico han experimentado pérdidas muy
elevadas y han protagonizado una
parte importante de la caída de los
índices bursátiles. En poco más de un
año, han perdido cerca de un 40% de
su valor en bolsa en EE. UU. y cerca
de un 30% en Europa. Las empresas
energéticas también han encontrado
problemas en los mercados de bonos
corporativos, con importantes subidas
de sus costes de financiación. El
sector se endeudó fuertemente en
la última fase de aumento de los
precios, entre 2008 y 2014. Por
tanto, existe un importante volumen
de bonos emitidos (por valor de
1,4 billones de dólares) que ha visto
ajustar severamente sus precios, con
el consiguiente efecto negativo sobre
las instituciones financieras tenedo-
ras de estos bonos.
Los países exportadores de petróleo han vis-
to aumentar su déficit público, debido a la caída
de la recaudación fiscal, y su déficit por cuenta
corriente, debido a la caída del valor de sus
exportaciones. Los problemas son especialmen-
te graves para Venezuela y Rusia, pero también
para Nigeria, Angola, Arabia Saudí y otros. Su
deuda soberana está experimentando también
una pérdida de valor.
El sector bancario, en general, no se encuen-
tra muy expuesto a las empresas energéticas.
Pero no se puede descartar la aparición de un
círculo vicioso entre los problemas del sector
energético, la salud del sector bancario y la
economía real, si se complican las condiciones
financieras.
Paradójicamente, en la situación actual, la caí-
da del precio del petróleo también ha contribuido
a empeorar las expectativas sobre el crecimiento
económico global, y este es uno de los factores
que han alimentado la caída de las bolsas y la
restricción del crédito que se ha experimentado
en los primeros meses de 2016.
En la segunda mitad de este año, el precio
del petróleo probablemente aumentará un poco,
como consecuencia de la mejora de la actividad
global, pero el exceso de producción se manten-
drá con el aumento de las exportaciones iraníes,
una vez finalizado el embargo. Este exceso de
producción debería impedir que el precio pudiera
subir claramente por encima de los 50 $.
A más largo plazo, el crecimiento de la de-
manda de los países emergentes, las dificul-
tades de la oferta derivadas de la escasez de
inversión en el presente y, quizás, la disten-
sión geoestratégica entre los grandes produc-
tores deberían situar el precio a un nivel más
La disminución del precio del petróleo debería
ser, en principio, una buena noticia para todas las
economías dependientes de este como fuente
importante de energía, como es el caso de la gran
mayoría de las economías desarrolladas y de un
buen número de las emergentes. En definitiva, al
suponer una disminución del coste de un factor
productivo, se trata de un shock de oferta positivo.
Sin embargo, la velocidad de la caída ha
generado distorsiones. Los países exportadores
han encontrado dificultades para amortiguar el
efecto del shock negativo y poder reducir su volu-
men de gasto, acompasándolo a la caída de sus
ingresos por exportaciones. Las difíciles condicio-
nes financieras internacionales y sus problemas
macroeconómicos internos han hecho que estos
países vean cómo se ha reducido su demanda
un 9% en el último año y lo hará un 15% a finales
de 2016. Además, el consumo privado en los
países importadores ha crecido menos de lo es-
perado, pese al aumento de su renta disponible,
posiblemente porque muchas de estas econo-
mías se encuentran inmersas en un proceso de
desapalancamiento. En los países importadores,
la reducción de la inversión se ha trasladado del
sector energético y minero a los demás sectores
industriales. Es más, la reducción de la inflación
por los menores costes energéticos y la falta
de margen de maniobra de la política monetaria
ha reducido el posible efecto sobre la demanda
Los países
exportadores
de petróleo
han visto
aumentar su
déficit público,
debido a la
caída de la
recaudación
fiscal, y
su déficit
por cuenta
corriente,
debido a la
caída del
valor de sus
exportaciones
9. 15
nota De coYuntura
similar al de la media de las últimas décadas
(55 $ por barril).
Desde el punto de vista del desarrollo de las
energías alternativas sostenibles, las considera-
ciones son distintas. El precio es bajo, entre otras
razones, porque no incorpora una parte importante
de sus costes externos negativos e implica un
exceso en la utilización de este tipo de ener-
gía. Sin embargo, otras fuentes de energía más
limpias también están experimentando niveles
de inversión mucho menores, lo cual retrasará su
desarrollo a pesar de que los avances en la curva
de aprendizaje han permitido disminuir los costes
notablemente en los últimos años.
El BCE: ¿más de lo mismo?
El pasado mes de marzo, el BCE aumentó el vo-
lumen mensual de compra de activos de 60.000
millones hasta 80.000 millones y redujo el tipo
de interés que paga por los depósitos de los ban-
cos hasta el –0,4%. Después de estas medidas,
cabe preguntarse si la autoridad monetaria euro-
pea está agotando sus instrumentos de política
monetaria.
En los próximos meses, habrá que compro-
bar si estas medidas son suficientes para reacti-
var el flujo de crédito en toda el área del euro y
si con ello se consigue incentivar el consumo
y la inversión privados. Si la salud de algunas
7
8
Crecimiento del PIB
Tasa de variación anual (%)
Fuente: FMI
Inflación
Tasa de variación anual (%)
Fuente: FMI
2014
2015
2013
2012
2011
2010
2009
2008
2007
-6
-4
-2
0
2
4
6
ZE ItaliaAlemania EspañaFrancia
2014
2015
2013
2012
2011
2010
2009
2008
2007
-1
0
1
2
3
4
5
ZE ItaliaAlemania EspañaFrancia
16
nota De coYuntura
9
10
Deuda pública
% del PIB
Fuente: FMI
Tipo de cambio euro/dólar estadounidense
Fuente: BCE
2013
2014
2015
2012
2011
2010
2009
2008
2007
0
20
40
60
80
100
120
140
Francia Italia EspañaAlemania
2016
2014
2015
2013
2012
2011
1.00
1.05
1.10
1.15
1.20
1.25
1.30
1.35
1.40
1.45
1.50
entidades financieras no es suficientemente
buena, la transmisión de la política monetaria
expansiva del BCE puede perder parte de su
eficacia. Otro de los efectos esperados por el
BCE es la depreciación del euro con respecto al
dólar estadounidense, para fomentar las expor-
taciones. Pero, al haber ralentizado la Reserva
Federal el cambio de dirección de su política,
esta depreciación podría ser menor, como se
ha visto en los últimos meses, y apenas tener
efecto sobre el sector exterior. En este caso, el
BCE probablemente intensificará sus medidas
monetarias expansivas a lo largo de este año.
7 8 9 10
10. 17
nota De coYuntura
Esto reavivaría el debate acer-
ca de la eficacia de las políticas
monetarias no convencionales,
y podría intensificar el conflicto
entre los países del núcleo, que
recelan de estas medidas y apues-
tan por las denominadas reformas
estructurales, y los países de la
periferia, que necesitan estas
expansiones monetarias, especial-
mente si deben seguir su senda
de reducción del déficit público.
En todo caso, parece claro que
la política fiscal no debería jugar
un papel muy restrictivo en este
contexto.
Otro inconveniente de la políti-
ca del BCE es que los tipos negativos dificultan
el negocio bancario, al resultar más compleja la
traslación de los mismos a los clientes. Proba-
blemente, ello llevará finalmente a la definición
de un doble tramo en la remuneración de los
depósitos de la banca en el banco central, dife-
renciando entre los que responden a reservas
obligatorias y penalizando solo aquellos depósi-
tos que excedan estos requerimientos.
Las turbulencias financieras de principios
de año han mostrado que, en Europa, el círculo
vicioso entre el riesgo soberano y el riesgo
bancario no se ha desactivado completamente,
a pesar de los importantes avances que ha
conllevado la denominada unión bancaria, con la
centralización de la supervisión en el Mecanismo
Único de Supervisión y de la resolución de los
bancos en el Mecanismo Único de Resolución.
En el periodo 2010-2012, cuando los gobiernos
eran los responsables últimos de la salud de
los bancos, la presión apareció en los mercados
de deuda pública. Con la unión bancaria (aún
parcial) y la obligación de los inversores
privados (básicamente accionistas) de absorber
las pérdidas en caso de problemas, la tensión
la experimentan ahora las cotizaciones en bolsa
de las entidades financieras.
Si la política monetaria del BCE no con-
sigue su objetivo expansivo, sería necesario
acompañarla con algunas decisiones en el
ámbito de la política fiscal, siempre que los
Las turbulencias
financieras de
principios de año
han mostrado
que, en Europa,
el círculo vicioso
entre el riesgo so-
berano y el riesgo
bancario no se
ha desactivado
completamente
18
Se podría haber financiado con el programa de
compras de activos del BCE (que prevé la posibi-
lidad de adquirir bonos de instituciones suprana-
cionales), pero probablemente se enfrenta con
demasiados retos. Por un lado, la necesidad de
seleccionar cuidadosamente aquella inversión
pública con un mayor efecto multiplicador y,
sobre todo, con mayor capacidad para mejorar
el potencial de crecimiento de cada economía a
medio y a largo plazo. Por otro, este plan se lan-
za en un contexto de un elevado endeudamiento
público en el área del euro y en ausencia de un
presupuesto comunitario que pueda ser conside-
rado significativo. Demasiadas exigencias para
una iniciativa que debería haber dinamizado las
infraestructuras, la investigación y la innovación
en la UE, pero cuyo arranque aún es lento,
meses después de su inicio.
niveles de inflación se mantuvieran tan
reducidos como hasta ahora. Dado
el elevado nivel de endeudamiento de
los estados, las autoridades europeas
pueden, en el futuro, suavizar el ritmo
de reducción del déficit público de
diversos países, pero parece claro
que no cabe esperar expansiones fisca-
les, excepto en algunos casos en
que exista margen para ello (Alema-
nia). En este contexto, la política
monetaria del BCE podría ser como
una palanca sin el punto de apoyo
necesario para conseguir el resultado
deseado y, por tanto, sin condiciones para ejercer
suficiente fuerza sobre la economía.
El Plan Europeo de Inversión (Plan Juncker)
podría haber supuesto aquí una baza importante.
Dado el
elevado nivel
de endeuda-
miento de los
estados parece
claro que no
cabe esperar,
en general,
expansiones
fiscales
11. 19
Ahorro e inversión
A escala global, se mantiene el desajuste entre
el ahorro y la inversión. El exceso de ahorro
generado por los países con superávit en su
cuenta corriente no es utilizado con facilidad
por la demanda global de inversión. Esto está
llevando los tipos de interés a niveles muy
bajos. Para reducir este desequilibrio, sería con-
veniente incrementar el consumo (privado o pú-
blico) en los países ahorradores, los que tienen
un superávit por cuenta corriente, y aumentar
la inversión en algunos países desarrollados.
En cambio, la evolución del precio del petróleo
y de las materias primas está reduciendo la in-
versión de las empresas del sector energético.
Se calcula que, en los países exportadores de
petróleo y de materias primas, la inversión de
las empresas del sector energético disminuyó
un 25% en 2015. Esta caída afecta la demanda
de bienes de equipo, frena la actividad industrial
a escala global y reduce el volumen de comercio
internacional. Donde exista espacio para ello,
la política fiscal expansiva debería proponerse
estimular la inversión en bienes de equipo, ya sea
mediante la demanda directa del sector público
o por la vía de los incentivos.
Conclusiones
Existen diversos riesgos que pueden hacer peli-
grar, a lo largo de este año 2016, una recupera-
ción económica que ya de por sí se está mostran-
do moderada. Entre estos, cabe señalar el ritmo
del cambio de orientación de la política monetaria
en EE. UU., la combinación de las políticas eco-
nómicas implementadas por los países europeos
y por China, la evolución del precio del petróleo
y que los países productores adecuen a ello su
sector externo y su sector público, y también la
respuesta adecuada a posibles episodios de
turbulencias en los mercados financieros.
Las políticas económicas pueden contribuir
a disminuir la posibilidad de que estos riesgos
se hagan realidad o, al menos, a minimizar su
efecto sobre la evolución de la economía. La
Reserva Federal deberá condicionar las alzas de
los tipos de interés a la evolución de la economía,
tanto nacional como global. El BCE debería con-
tinuar con su política monetaria expansiva hasta
que se consoliden unas cifras más elevadas de
crecimiento e inflación, a cambio del compromiso
de los gobiernos de proseguir con la agenda de
reformas estructurales, en un contexto en que las
políticas fiscales no deberían jugar un papel muy
restrictivo. China debería evitar la tentación de de-
preciar su moneda para estimular a corto plazo la
economía, por las consecuencias que ello podría
acarrear sobre la economía mundial, y también
debería velar por la salud de su sistema finan-
ciero a medio plazo. Las economías emergentes
deberán implementar medidas de credit easing y
aprovechar el margen que tengan para utilizar las
políticas fiscales. Todas estas políticas deberían
coordinarse al más alto nivel, con el
fin de maximizar sus efectos positivos
y evitar que los conflictos de intereses
entre países terminen con un resulta-
do por debajo del óptimo deseado.
No son descartables nuevos
episodios de turbulencias financie-
ras, como el que se observó en los
primeros meses de este año. Estos
episodios de volatilidad pueden dificul-
tar el crecimiento a través de diversos
canales, ya mencionados, como las
retiradas de capitales en los países
emergentes y el endurecimiento de
las condiciones financieras a escala
global. Las políticas económicas ade-
cuadas pueden también contribuir
a la estabilidad en este ámbito
China debería
evitar la
tentación de
depreciar su
moneda para
estimular a
corto plazo
la economía,
por las
consecuencias
que ello podría
acarrear sobre
la economía
mundial
20
12. 21
teMas a DeBate
LA REfORmA
LAbORAL DE 2012
Valeriano Gómez
Economista · Exministro de trabajo
En febrero de 2016 la denominada reforma
laboral de 2012 cumplió su cuarto aniversario.
Aunque el Gobierno había anunciado, solo dos
meses antes de febrero de 2012, que no llevaría
a cabo modificación alguna en instituciones
esenciales de nuestro mercado de trabajo
–el despido y el seguro de desempleo, entre
otras–, lo cierto es que a comienzos de
febrero de 2012 aprobó un decreto-ley que
contenía, de ello caben pocas dudas, una de
las reformas más profundas llevadas a cabo
en el periodo democrático y, con seguridad,
la más desequilibrada de todas ellas.
22
teMas a DeBate
Entre el tercer trimestre de 2007 y el último
de 2011 la economía española había perdido 2,6
millones de empleos. El 60% de la destrucción
de empleo se había producido en el sector
de la construcción, cuyo tamaño en términos
de ocupación se había reducido en más de
la mitad en apenas cuatro años (casi 1,5 millo-
nes de empleos perdidos durante el periodo).
Pero, además, el impacto añadido del desplome
inmobiliario sobre el conjunto era muy relevante
porque se habían perdido casi 500.000 empleos
en las ramas industriales y de servicios direc-
tamente vinculadas a la actividad del sector
de la construcción. 2
La magnitud del proceso de expansión de la
burbuja inmobiliaria española2
, medida a través de
la ocupación en construcción, se refleja en el gráfi-
co 3. El empleo en la construcción se multiplicó por
tres entre 1984 y 2007, para volver tras la crisis
a tener un nivel similar al experimentado en 1984
(alrededor de 900.000 ocupados en el conjunto del
sector de la construcción). Un formidable trayecto
de ida y vuelta que ha provocado la mayor crisis
de la economía española desde la Guerra Civil.
España y Europa se adentraron en la Gran
Recesión tras un periodo en el que, hoy sabemos
que solo en apariencia, habían registrado una
extraordinaria evolución económica. España al-
canzó en 2007 y comienzos de 2008 la tasa de
desempleo más baja de las tres últimas décadas,
1La doble recesión en España
Empleo 1990-2013/variación anual en %
Fuente: EPA y elaboración propia (datos trimestrales y media móvil anual)
19901
19912
19923
19934
19951
19962
19973
19984
20001
20012
20023
20034
20051
20062
20073
20084
20101
20112
20134
20123
-4
-3
-2
-1
0
1
2
3
Empleo Variación anual
1. Con respecto a la idea del equilibrio como uno de los aspectos que distinguen las reformas abordadas en el periodo 2010-2011
de las llevadas a cabo a partir de 2012, véanse Dolado (2010) y Gómez (2010).
2. Para un análisis de la evolución del precio de los activos inmobiliarios en los primeros años del presente siglo, puede verse Ayuso,
Martínez, Maza y Restoy (2003).
La Gran Recesión en España y en Europa
En febrero de 2016 la denominada reforma laboral
de 2012 cumplió su cuarto aniversario. Aunque
el Gobierno había anunciado, solo dos meses
antes de febrero de 2012, que no llevaría a cabo
modificación alguna en instituciones esenciales
de nuestro mercado de trabajo —el despido y el
seguro de desempleo, entre otras—, lo cierto es
que a comienzos de febrero de 2012 aprobó un
decreto-ley que contenía, de ello caben pocas du-
das, una de las reformas más profundas llevadas
a cabo en el periodo democrático y, con seguridad,
la más desequilibrada de todas ellas1
.
En un contexto en el que la economía espa-
ñola había atravesado el umbral de la segunda
recesión durante la crisis iniciada en 2008, los
efectos de la reforma se hicieron sentir con una
profundidad que, en muchos aspectos, recordaba
los momentos más difíciles vividos a lo largo de
2009. Todas las variables laborales relevantes
experimentaron un enorme deterioro en medio
de la mayor contracción del crédito registrada
por la economía española a lo largo de las cuatro
últimas décadas. 1
Por supuesto, los efectos de la Gran Recesión
habían sido dramáticos durante el periodo de cri-
sis anterior a la reforma de 2012, y lo habían sido
en tan gran medida que no resultaba fácil esperar
una conmoción como la sufrida por el mercado de
trabajo español durante 2012 y 2013.
13. 23
teMas a DeBate
mientras que Europa contemplaba con
satisfacción el éxito continuado de la
implantación de su moneda única, un
proceso que, así lo consideraban la
mayoría de los europeos, daría paso
al avance hacia la unión fiscal y mo-
netaria en buena parte del continente
europeo.
El espejismo para España se
derivaba del contraste entre el nivel
de desempleo más bajo en treinta años
—incluso en el contexto de un fortísimo nivel de
inmigración que se había intensificado tras la salida
de la anterior crisis a mediados de la década de
1990— y la constatación de que buena parte del
empleo creado en el periodo 1994-2008 era pro-
ducto de un crecimiento absolutamente insosteni-
ble en la construcción, que arrastraba una fracción
no despreciable del empleo creado en las ramas de
la industria y los servicios vinculados a la actividad
inmobiliaria.
En el gráfico 4 se ofrecen datos adicionales
sobre el enorme desatino histórico que ha
supuesto la evolución del sector inmobiliario
español. En ella se presenta la evolución del
sector de la construcción en España y en las
otras cuatro principales economías de la UE du-
rante el periodo 1998-2009. España, aun con
2La destrucción de empleo como efecto derivado de la crisis inmobiliaria
Ocupación total y empleo en construcción, 2007-2011, datos absolutos
Fuente: EPA y elaboración propia
Empleo Empleo en construcción
17.500
18.000
18.500
19.000
19.500
20.000
20.500
21.000
20073
20074
20081
20082
20083
20084
20091
20092
20093
20094
20101
20102
20103
20104
20111
20112
20113
20114
17.000
500
1.000
1.500
2.000
2.500
3.000
0
3La construcción en el último cuarto de siglo: un destructivo viaje de ida y vuelta
Empleo en construcción, 1984-2014
Fuente: EPA y elaboración propia
20141
19841
19853
19871
19883
19901
19913
19943
19931
19961
19973
19991
20003
20021
20033
20051
20063
20081
20093
20111
20123
700
1.200
1.700
2.200
2.700
3.200
Parte del
empleo creado
entre 1994 y
2008 era
producto de
un crecimiento
insostenible en
la construcción
24
teMas a DeBate
La hipertrofia comparada del sector de la
construcción en España durante el periodo 1998-2009
Empleo en la construcción en las principales economías
europeas, 1998-2009
Fuente: OCDE Data y elaboración propia
2.000
2.500
3.000
3.500
1.000
1.500
1998
2000
2002
2004
2006
2008
Alemania
Italia
España
Reino Unido
Francia
4
un sector de la construcción no pequeño en 1998
(en dicho año representaba algo más del 10% del
PIB), era el país entre los grandes de la UE con un
menor volumen de ocupados en la construcción,
algo obvio dado su tamaño relativo. En 1998 la
construcción ocupaba en España aproximadamen-
te la mitad de personas que en Alemania y su
tamaño, medido por el nivel de empleo absoluto,
era inferior al de Italia, Francia o Reino Unido. Una
década después, en el pico de 2007, la economía
española había rebasado a todas las demás. El
nivel de empleo era incluso mayor que el de Ale-
mania, cuando unos años antes apenas alcanza-
ba el 50% del volumen de trabajadores ocupados
en el sector de la construcción alemán.
No resulta fácil en un contexto como el des-
crito imputar a nuestro modelo laboral las causas
del dramático deterioro del empleo durante la
crisis. Más que con el diseño institucional de
nuestro mercado de trabajo, no muy distinto del
vigente en las principales economías continen-
tales3
, la intensidad de la crisis en España tiene
sobre todo que ver con los excesos del pasado.
Un modelo inmobiliario dislocado y a todas luces
insostenible al que se destinó una parte no des-
preciable del excedente financiero generado en
las economías centrales de la eurozona.
3. Un análisis comparado de nuestro marco legislativo laboral puede encontrarse en Toharia (2005). Un anterior e influyente
estudio sobre la contratación temporal en España y sus efectos se presenta en Segura, Durán, Toharia y Bentolila (1991).
4. En OCDE, Indicators of Employment Protection (Annual time series data 1985-2013), se realiza una descripción pormenorizada
de la metodología de elaboración de los indicadores sintéticos de protección del empleo y del conjunto de datos correspondien-
tes a los países integrantes de la OCDE.
Más que con
el diseño
institucional
de nuestro
mercado de
trabajo, la
intensidad
de la crisis en
España tiene
sobre todo
que ver con
los excesos
del pasado
Los gráficos 5 y 6 contribuyen
a subrayar la idea de que los facto-
res estructurales ayudan a explicar
nuestro desempeño laboral durante
la crisis, y también durante el periodo
de auge que la precedió, de una
forma más adecuada que las visiones
centradas en las diferencias legisla-
tivas. Los datos reflejados en ambos
gráficos proceden del indicador de ri-
gor relativo a la protección del empleo
elaborado por la OCDE4
.
En el gráfico 5 se presentan los
resultados para las cinco principales
economías europeas y su evolución
a lo largo de las dos últimas déca-
das. Una primera conclusión salta a
la vista: el grado de aproximación de
la legislación que protege frente a los despidos
individuales y colectivos es mucho mayor entre las
cuatro economías continentales (Alemania, Fran-
cia, España e Italia) que respecto al Reino Unido.
En segundo lugar, habría que subrayar el
hecho de que, tras el Reino Unido, el país con me-
nor nivel de protección legal frente a los despidos
es España. Durante la mayor parte del periodo
analizado (1995-2013) el rigor de la legislación
española ha sido similar al de Francia, para pasar
a ser inferior tras las reformas llevadas a cabo en
2010 y, sobre todo, en 2012. Dado que a lo largo
de las dos últimas décadas Alemania e Italia han
mantenido un nivel de protección legal superior
al vigente en Francia y España —y por supuesto
también superior al del Reino Unido—, resulta difí-
cil sostener la idea de la supuesta mayor rigidez
del despido en España como un posible factor
explicativo de nuestros problemas diferenciales
en el ámbito laboral.
Por su parte, el gráfico 6 viene a desmentir de
forma contundente la idea de que los problemas
de dualidad laboral en España tendrían su origen
en una legislación que protege de forma excesiva
el trabajo regular o indefinido frente al trabajo
temporal.
Durante el periodo 1995-2013, España ha
ocupado el segundo lugar, tras Francia, entre
las economías europeas de mayor tamaño que
protegen en mayor medida el empleo temporal.
Pero, sobre todo, hay algo que debe ser especial-
mente subrayado: la distancia entre la protección
del empleo temporal y la del empleo indefinido es
la menor del grupo, junto con Francia. En cambio,
países como Alemania e Italia, que encabezan
el nivel de protección legal frente al despido en
los contratos indefinidos, tienen a la vez el nivel
14. 25
teMas a DeBate
5Legislación de protección del empleo en las principales economías europeas
Despidos individuales y colectivos
Fuente: OCDE y elaboración propia
1
1,5
2
2,5
3
3,5
0
0,5
2013
1995
1996
1997
1998
2000
1999
2001
2002
2003
2004
2005
2006
2007
2008
2009
2010
2011
2012
Alemania ItaliaEspaña Reino UnidoFrancia
6Legislación de protección del empleo en las principales economías europeas
Contratos temporales
Fuente: OCDE y elaboración propia
1
1,5
2
2,5
3
3,5
0
0,5
2013
1995
1996
1997
1998
2000
1999
2001
2002
2003
2004
2005
2006
2007
2008
2009
2010
2011
2012
Alemania ItaliaEspaña Reino UnidoFrancia
4
4,5
5
26
diseño de la política fiscal europea, basada en
el ejercicio persistente de una política de auste-
ridad a ultranza como principal, y en ocasiones
único, objetivo; en las insuficiencias de la política
monetaria y las enormes limitaciones en la
actuación del BCE (que solo empezaron a cambiar
a partir del verano de 2012); y en el bloqueo de
la financiación al sector privado empresarial (el
tamaño de la contracción del crédito a actividades
productivas a lo largo de 2012 y 2013 llegó a al-
canzar en España cifras negativas de dos dígitos).
Los efectos de las reformas del despido
Las consecuencias en términos de crecimiento
y empleo, especialmente durante 2012 y buena
parte de 2013, fueron enormes. El comportamien-
to de la ocupación en 2012 vino a empeorar de
forma muy significativa el impacto de la evolución
del ciclo económico sobre la ocupación. La rela-
ción entre crecimiento y empleo experimentada en
2012 no fue solo peor que la experimentada en
2011, sino que ostenta el registro más negativo
a lo largo de toda la crisis. En 2012 los resulta-
dos incluso fueron peores que en 2009: en dicho
año el empleo descendió alrededor de 2 puntos
porcentuales por cada punto de reducción del PIB,
mientras que en 2012 el empleo descendió más
de 3 puntos porcentuales por cada punto de caída
en el PIB. En términos generales, los datos que
comenzaron a manejarse sobre los resultados
en 2012 y 2013, más allá de algunos análisis
elaborados bajo un sesgo favorable a la reforma7
,
menor de protección, junto con el Reino
Unido, de los empleos de carácter tem-
poral. Ni España ha tenido, ni tiene, un
nivel de protección legal frente al des-
pido que podamos considerar excesivo
en términos comparados, ni la distancia
entre la legislación de protección del
trabajo temporal frente al indefinido
es especialmente amplia (de hecho,
es la más baja entre las cuatro grandes
economías continentales de la UE)5
.
Los defensores de la idea del con-
trato único tienen, como puede verse,
todavía mucho trabajo por delante.
España no es un país que proteja en
exceso el empleo indefinido ni nuestra dualidad
laboral es mayor debido a la distancia entre la pro-
tección legal del trabajo indefinido y el temporal.
Pese a ser importante, tal brecha es más reducida
en España que en países como Italia, Alemania
o Francia6
.
La reforma laboral de 2012
Las razones hasta aquí consideradas aconsejarían
analizar los efectos de la reforma de 2012 desde
argumentos similares a los esbozados anterior-
mente respecto del papel de las políticas y las
instituciones laborales en la evolución del empleo.
Las causas de la continuidad en el proceso de
destrucción de empleo que siguió a la reforma
durante 2012 y 2013 se localizan más en el
5. En Malo, Ocaña y Toharia (1999) se realiza un estudio detallado sobre la relación existente entre costes de despido y creación
de empleo mediante evidencias comparadas con otros países de la Unión Europea.
6. Una versión inicial de la propuesta de contrato único puede verse en Fedea (2009). Aunque la literatura generada alrededor
de esta propuesta es muy amplia, una versión revisada de la propuesta inicial puede verse en Bentolila (2010).
7. Un ejemplo de este tipo de análisis se contiene en el «Informe de evaluación del impacto de la Reforma Laboral» (Ministerio
de Empleo y Seguridad Social, 2013, y OCDE, 2013).
España es,
tras el Reino
Unido, el país
con menor
nivel de
protección
legal frente a
los despidos
15. 27
teMas a DeBate
8. La judicialización de los procedimientos colectivos está también causando un significativo incremento de la incertidumbre
en los procesos que no debe ser olvidada en cualquier balance de los resultados de la reforma. En todo caso, deben analizarse
las consecuencias de su desaparición en procedimientos que, como las reducciones de jornada o las suspensiones de empleo,
suelen llevar aparejado el uso de fondos del sistema público de protección por desempleo.
parecían avalar de forma muy contundente la
idea de que, lejos de impulsar el rendimiento del
crecimiento económico en términos de empleo o
reducir el nivel de destrucción de empleo cuando
el crecimiento era negativo, la reforma laboral de
2012 alimentaba la intensidad en la destrucción
de empleo en nuestra economía.
Al fin y al cabo, una reforma que abarataba y
facilitaba el despido de una forma nada desprecia-
ble no tenía por qué producir otro efecto que un
incremento del flujo de salida hacia el desempleo
en un contexto de agudización del ciclo recesivo
tras el paréntesis de la primera parte de 2011.
El gráfico 7 es una buena muestra del repunte
en el volumen de despidos desencadenado por
la reforma de 2012, tanto en términos absolutos
(los despidos aumentan en 2012 y 2013) como
en proporción al volumen de asalariados.
Junto al fenómeno anterior, no conviene
perder de vista la ininterrumpida evolución al alza
en volumen absoluto y relativo de los despidos
experimentada en la economía española desde
el año 2000. En estas condiciones es difícil man-
tener la idea de la existencia de fuertes rigideces
que dificultan el flujo de salida del empleo en las
empresas españolas (téngase en cuenta adicio-
nalmente que en los datos se excluyen las salidas
como consecuencia del fin del periodo de relación
laboral de carácter temporal y solo se incluyen
los despidos por rescisión de contratos laborales
suscritos previamente).
El funcionamiento de las
medidas de flexibilidad interna
Uno de los factores que más ha alimentado las
insuficiencias en el funcionamiento de la flexi-
bilidad interna ha sido el sesgo, la ausencia de
equilibrio, con que han sido diseñadas algunas de
las medidas presentadas como impulsoras de los
procesos de adaptación interna. La desaparición
de la autorización administrativa8
y la reducción
de las ayudas a los trabajadores que habían sido
acordadas en la anterior legislatura en forma de
aumentos de los periodos de derecho al consumo
de prestaciones por desempleo han terminado
afectando negativamente al uso de los instrumen-
tos de adaptación interna a través de suspensio-
nes o reducciones de jornada. Por eso, el coste
de las suspensiones y reducciones de jornada
en los expedientes de regulación de empleo
está siendo soportado en gran medida por los
trabajadores, que consumen sus prestaciones
y terminan quedando sin protección restante
en caso de despido final.
De ahí que hubiera sido oportuno recoger
algunos elementos del modelo alemán de jornada
7La evolución del despido en España: ¿rigidez o flexibilidad?
Despidos en España
% sobre población asalariada, 1980-2013
Fuente: Ministerio de Empleo (BEL), EPA y elaboración propia
Evolución de los despidos en España
Valores absolutos, 2000-2013
1980
1983
1986
1989
1992
1995
2001
1998
2004
2007
2010
2013*
* provisional * provisional2
3
4
5
6
7
8
2002
2003
2004
2005
2006
2007
2009
2008
2010
2011
2012
2013*
400.000
500.000
600.000
700.000
800.000
900.000
1.000.000
1.100.000
1.200.000
28
teMas a DeBate
reducida (la denominada Kurzarbeit),
cuya experiencia no ha sido, en absolu-
to, negativa. En Alemania, a lo largo de
la crisis, esta medida se ha aplicado
a más de 1,5 millones de trabajadores
durante varios años y su impacto sobre
el empleo ha sido relevante. Basta con
tener en cuenta que una cifra así es
más de un tercio de los trabajadores
desempleados en este país. Así pues,
1,5 millones de personas no han pasa-
do a engrosar las filas del paro.
Naturalmente, este tipo de medidas
no son aplicables a una situación como
la que ha vivido el sector de la construc-
ción en España. Pero donde sí son aplicables es
entre los trabajadores y las empresas de la indus-
tria y los servicios. Casi dos millones de empleos
se han perdido en estos dos sectores durante la
crisis, y aunque una parte de ellos están vincula-
dos a la actividad constructiva e inmobiliaria,
el resto son empleos que se pueden recuperar.
En realidad, existen antecedentes de este tipo
de medidas en la regulación laboral española.
En 2009 se implantó una medida consistente en
el estímulo a la regulación temporal de empleo
mediante la ampliación en tres meses de los
derechos al desempleo de los trabajadores afec-
tados. Que la respuesta fue muy positiva lo avala
el hecho de que los expedientes de regulación de
empleo con suspensión o reducción de jornada
se multiplicaron por cinco, hasta alcanzar a más
de 480.000 trabajadores. Pero es verdad que no
fue suficiente para evitar un nivel de destrucción
de empleo también muy intenso fuera del sector
de la construcción.
Una de las claves del éxito del modelo en
Alemania reside en el hecho de que los trabaja-
dores afectados reducen su jornada y su salario
en un tercio, pero no consumen su derecho
al desempleo. En nuestro diseño legal actual,
los trabajadores consumen el desempleo durante
el tiempo que están en suspensión o en reduc-
ción de jornada, y la aversión a estos programas
por parte de los trabajadores es obvia dado el
miedo a que, si se produce un despido al final
del expediente, pierdan una buena parte de
su derecho al desempleo9
.
El trabajo a tiempo parcial como elemento
de las políticas de reparto del trabajo
en contextos de crisis
El apoyo a la reducción de la jornada en situacio-
nes de crisis no es la única estrategia posible en
el marco de las políticas de reparto del empleo.
La reforma laboral de 2012 también planteaba el
estímulo del trabajo a tiempo parcial como uno de
sus grandes objetivos. De hecho, desde el cuarto
trimestre de 2011 el trabajo a tiempo parcial ha
crecido en 384.000 ocupados. Pero tampoco aquí
se puede hablar de resultados positivos porque el
empleo a tiempo completo ha descendido en más
de un millón de ocupados en el mismo periodo.
La expansión del empleo a tiempo parcial
es, seguramente, el fenómeno más significativo
y también el más novedoso en la evolución del
tiempo de trabajo en España. A lo largo del último
cuarto de siglo el trabajo a tiempo parcial se
9. Frente a lo que pudiera pensarse inicialmente, este tipo de medidas no son excesivamente costosas si se las considera global-
mente. Por ejemplo, el coste de la implantación de esta medida en empresas que ocupen a 500.000 trabajadores, para un coste
laboral medio anual de 21.000 euros, un tercio del cual se financiaría por el Estado, sería de 3.500 millones de euros (es decir,
una novena parte del gasto total en prestaciones por desempleo registrado en 2014).
Casi dos
millones de
empleos se
han perdido
en la industria
y los servicios
durante la
crisis, y una
parte de ellos
se pueden
recuperar
16. 29
teMas a DeBate
ha multiplicado por siete en valores absolutos.
Mientras que a mediados de la década de 1980
apenas 450.000 ocupados lo hacían a tiempo par-
cial, hoy son casi tres millones. Alrededor del 18%
del empleo es actualmente a tiempo parcial (una
cifra solo ligeramente inferior a la media europea),
cuando apenas alcanzaba el 4% en 1987 y el 6%
en 1999.
Por supuesto, una primera visión de esta silen-
ciosa conmoción en nuestro mercado de trabajo
no tendría que merecer condena alguna. Al fin y
al cabo, el trabajo a tiempo parcial podría ser un
razonable remedio a una trayectoria histórica como
la española, con altísimos niveles de desempleo y
un grado de volatilidad estructural muy intenso en
el empleo. El trabajo a tiempo parcial representaría
así, además de un mejor instrumento de concilia-
ción familiar, una fórmula eficiente para absorber
con mayor rapidez un volumen de desempleo que
ha llegado a superar los 6,2 millones en 2013. 8
Aunque este tipo de razonamientos están
cargados de sentido común, es prudente no abusar
de ellos. En primer lugar, porque la opción por el
empleo a tiempo parcial no es una opción elegida
voluntariamente. Solo el 6% de los ocupados que
buscan otro empleo declaran preferir un empleo a
tiempo parcial, y más del 60% de los que trabajan a
tiempo parcial (tanto entre los hombres como entre
las mujeres) declaran que lo hacen por no haber
logrado encontrar un empleo a tiempo completo.
En segundo lugar, porque el empleo a tiempo
parcial, como ocurre con la jornada de trabajo
extraordinaria, también termina siendo un am-
plísimo refugio para la economía sumergida y el
trabajo no declarado. Una de las formas de fraude
laboral cuya persecución presenta más dificul-
tades es la extensión irregular de la jornada, es
decir, la conversión del empleo a tiempo parcial
en un empleo a tiempo completo encubierto.
Por ello, la actual política de flexibilización del
uso de las horas complementarias y de las con-
diciones para alterar la jornada a tiempo parcial
solo puede considerarse, digámoslo con claridad,
como una suerte de estímulo legal de una de las
formas de fraude más dañinas para la salud de
nuestro mercado de trabajo y también, claro
está, para la sostenibilidad de nuestro sistema
de protección social.
Y, en tercer lugar, porque el trabajo a tiempo
parcial también suele ser un trabajo de duración
temporal. En España, solo el 5% de los contratos
a tiempo parcial registrados se realiza por tiempo
indefinido.
De ahí que en las actuales circunstancias,
más que hablar de la expansión del trabajo
a tiempo parcial como una consecuencia del
cambio en las preferencias de los trabajadores y
trabajadoras a lo largo de su vida laboral, resulta
más adecuado considerar la expansión del em-
pleo a tiempo parcial como una forma más para
contribuir a deteriorar las condiciones de trabajo.
Una suerte de trabajo en función de la llamada
del empleador, sin horario, con jornadas comple-
tas que no se declaran y con un grado de inesta-
bilidad en cuanto a duración del contrato superior
a la del resto de las formas de empleo.
8El trabajo a tiempo parcial: ¿reparto del trabajo o recortes en los derechos y las condiciones laborales?
Ocupados a tiempo completo y a tiempo parcial, 2002-2015, miles
Fuente: EPA y elaboración propia
500
1.000
1.500
2.000
2.500
3.000
0
Ocupados a tiempo parcialOcupados a tiempo completo
14.000
15.000
16.000
17.000
18.000
19.000
13.000
20021
20024
20033
20042
20051
20054
20063
20072
20081
20084
20093
20102
20111
20114
20123
20132
20141
20144
30
teMas a DeBate
Sin embargo, los resultados parecen
apuntar más bien en la dirección contraria:
ha disminuido el volumen de convenios regis-
trados y el número de trabajadores protegidos
por convenio ha caído de una forma drástica.
El gráfico 9 muestra los resultados —todavía
provisionales— en relación con los trabajadores
afectados. En 2013 había 1,8 millones más de
trabajadores sin convenio colectivo respecto de
los existentes en 2011. La caída en 2014 era
de 4,7 millones, si bien todavía resta un buen
número de convenios sin registrar o en proceso
de negociación10
.
Por su parte, en lo que se refiere a la desapa-
rición de la prórroga automática de los convenios
mientras se negocia un nuevo acuerdo (ultraac-
tividad), los primeros indicios11
parecen sugerir
la existencia de un peligro potencial respecto
de que alguna de las partes adopte una posición
más favorable a la no negociación del convenio
a la espera de que se cumpla el plazo para la
pérdida de su vigencia. Es cierto que el principio
de negociación de buena fe puede ayudar a limitar
El trabajo a tiempo parcial es seguramente
la mejor forma de repartir el trabajo de manera
eficiente. La política laboral debería impulsar du-
rante los próximos años un programa continuado
e intenso de estímulos a la contratación estable
a tiempo parcial. Es cierto, a su vez, que el peso
muerto de este tipo de políticas es alto, pero el
intercambio debe consistir en una regulación más
estricta que contribuya a dignificar una forma de
empleo que, con excepciones, está favoreciendo
de una manera implacable, en su estado actual,
la precarización de nuestro mercado de trabajo.
La negociación colectiva y el ajuste salarial
Uno de los aspectos más controvertidos de la
reforma de 2012 ha sido el de los instrumentos de
adaptación de las condiciones de trabajo, especial-
mente la jornada y el salario. Este es, seguramen-
te, el aspecto más importante de la reforma porque
su desarrollo en un marco muy desequilibrado a
favor del empresario ha hecho posible un proceso
de devaluación salarial drástico del que no hay
antecedentes en la historia económica española
moderna. Hay tres elementos que deben ser desta-
cados: a) la desaparición de la prórroga automática
de las condiciones de trabajo mientras se culmina
la negociación de un nuevo convenio (la denomi-
nada ultraactividad); b) la introducción de mecanis-
mos unilaterales de ajuste y modificación de las
condiciones de trabajo por parte del empresario; y
c) la prioridad absoluta de los convenios de empre-
sa sobre los convenios sectoriales en una gama
amplia de materias (incluidas las salariales).
Aunque, aisladamente, cada uno de los
aspectos anteriormente mencionados presenta
una indudable capacidad de alteración del marco
de relaciones y condiciones laborales, lo cierto es
que abordados de forma conjunta constituyen un
poderoso instrumento que ha perturbado de ma-
nera profunda —incluso en mayor medida que las
reformas en materia de regulación del despido—
el funcionamiento del mercado de trabajo español.
La supresión de la ultraactividad ha sido
tradicionalmente presentada —también en la
propia legislación de 2012— como una forma de
estimular el dinamismo en la negociación colecti-
va al impedir que la prórroga automática pudiera
originar inercias temporales en la negociación
y rigideces en los cambios arbitrados a través
del convenio colectivo.
10. Ello vendría también a cuestionar los efectos de estímulo
sobre el dinamismo de la negociación colectiva anunciados
inicialmente.
11. Para un análisis de los resultados de la reforma en
el ámbito de la negociación colectiva, véase OIT (2014).
17. 31
teMas a DeBate
las estrategias de no negociación, pero no resulta
fácil su demostración. En cualquier caso, los
datos recogidos en el gráfico 10 avalan la pérdida
de las cláusulas de ultraactividad en alrededor de
la mitad de los convenios colectivos registrados
hasta abril de 2014.
Como puede comprobarse, los resultados
hasta ahora registrados reflejan en sí mismos
cambios de enorme calado. La economía espa-
ñola cuenta con una larga y fructífera tradición
de concertación social y un grado razonable de
cobertura de la negociación colectiva.
En términos generales, el nivel medio
de protección de los trabajadores a
través de los convenios colectivos
aplicables ha alcanzado el 70% durante
las tres últimas décadas. Lo que los
datos parecen indicar es que el grado
de cobertura podría haber descendido
alrededor del 25% en solo tres años.
También en este ámbito podríamos
estar en presencia de registros his-
tóricamente desconocidos, al menos
desde la existencia en España de una
negociación colectiva libre y autónoma.
Aunque durante los últimos años
la economía española ha podido
mantener un periodo relativamente
largo de moderación salarial con un
diseño de orientación coordinada de los
9Negociación colectiva: la caída en el número de trabajadores con convenio
Trabajadores afectados por convenios colectivos
Miles, 1980-2014
Fuente: Ministerio de Empleo, elaboración propia
1980
1983
1986
1989
1992
1995
2001
1998
2004
2007
2010
2013
1981
1984
1987
1990
1993
1996
2002
1999
2005
2008
2011
2014
2.000
4.000
6.000
8.000
10.000
12.000
14.000
-4.000
Miles
-3.000
-2.000
-1.000
0
1.000
2.000
3.000
Trabajadores afectados por convenios colectivos
Variación anual en miles, 1981-2014
Con la
supresión de la
ultraactividad
ha disminuido
el volumen
de convenios
registrados y
el número de
trabajadores
protegidos por
convenio ha
caído de una
forma drástica
32
teMas a DeBate
salarios, establecido a partir de 200212
en los sucesivos acuerdos nacionales
sobre negociación colectiva (ANC), la
identificación de ciertas deficiencias
en nuestro modelo de negociación
colectiva y su influencia en la forma-
ción de los salarios han figurado de
manera reiterada entre las propuestas
de reforma laboral abordadas durante
las dos últimas décadas. Sin embargo,
lo cierto es que, como puede obser-
varse en el gráfico 11, durante las dos
últimas décadas, y, por consiguiente,
durante el periodo de expansión de la
economía tras nuestra entrada en el
euro, los salarios pactados en convenio
han evolucionado de forma sostenida
por debajo de los precios.
Salvo el paréntesis de 2009, en el
que una abrupta e inesperada caída del
nivel de precios hizo ganar poder adqui-
sitivo a los salarios, la dinámica salarial nunca
ha sobrepasado el nivel de precios. Pero, además,
pese al fortísimo aumento del empleo durante
el periodo (entre 1995 y el pico previo a la crisis
en 2007 el empleo creció casi el 70%, algo más
de 8,1 millones de nuevos ocupados), la participa-
ción de los salarios en la renta ha sido declinante,
lo que mostraría que los aumentos de la produc-
tividad, más bien escasos durante el periodo,
nunca fueron absorbidos por los salarios.
La competitividad se deterioró dado el mayor
crecimiento nominal de nuestros salarios (que
aun así perdían poder adquisitivo respecto a la
evolución de los precios interiores), lo que indujo
a una opinión muy generalizada, pero no menos
errónea, en relación con la responsabilidad de
las instituciones de formación de los salarios en
el origen y desarrollo de estas significativas pérdi-
das de competitividad13
.
Como señala el informe de la OIT menciona-
do, fueron las tasas de inflación, superiores a
la media de la eurozona, registradas en España
durante dicho periodo —provocadas por el
exagerado aumento del precio de los activos y
de los márgenes empresariales— las causantes
del deterioro de nuestra competitividad14
.
Negociación colectiva: la desaparición
progresiva de la ultraactividad
Distribución de los convenios colectivos suscritos según la
duración de la ultraactividad, en % sobre total convenios
Fuente: OIT (con datos procedentes de la CCNCC, Ministerio de Empleo)
Sin ultraactividad 2%
Entre 1 y 12 meses 1%
1 año (Estatuto Trabajadores) 46%
Entre 12 y 36 meses 9%
Hasta laudo 0,10% Hasta nuevo convenio 41%
10
12. Entre el periodo 1979-1986, tanto de forma tripartita, con presencia del Gobierno, como de forma bilateral entre empresarios
y sindicatos, también se mantuvo un modelo de coordinación salarial, en este caso mucho más centralizado que el registrado
a partir de 2002, dado que las bandas de crecimiento acordadas eran de cumplimiento obligado para las organizaciones sectoria-
les de los sindicatos y las organizaciones empresariales firmantes (generalmente CC. OO. y UGT por parte de los trabajadores
y la CEOE en nombre de las empresas). Un análisis exhaustivo de la primera década de concertación social en España puede
verse en Espina (1990).
13. Para una magnífica e ilustrativa síntesis del proceso, puede verse el capítulo 2 de OIT (2014).
14. En particular, la inflación contribuyó un 10% adicional a la apreciación del TCRE (el tipo de cambio efectivo real) español,
mientras que en otros países apenas contribuyó y en ocasiones lo hizo negativamente. Sin embargo, como también se señala en
el informe de la OIT, «las variaciones en el coste laboral unitario relativo (CLU) —un indicador aproximado del papel desempeñado
por la rigidez del mercado de trabajo— contribuyeron a una depreciación del TCR (es decir a una mejora de la competitividad)
español entre 1999 y 2009».
En 2013 había 1,8
millones más de
trabajadores sin
convenio colectivo
respecto de los
existentes en 2011
Los datos
parecen indicar
que el grado de
cobertura de
los trabajadores
a través de
los convenios
colectivos
podría haber
descendido
alrededor del
25% en solo
tres años
18. 33
teMas a DeBate
11Salarios pactados en convenio y precios (2003-2015). La devaluación salarial
Fuente: Dirección General de Análisis Macroeconómico y elaboración propia
20141
20151
20131
20121
20111
20101
20091
20081
20071
20061
20051
20041
20031
-2
-1
0
1
2
3
4
5
6
Incremento salarial pactado en convenio, total IPC
12La congelación del SMI a partir de 2012
Salario mínimo interprofesional 1990-2014, en €
Fuente: Ministerio de Empleo y elaboración propia
2010
2011
2012
2013
2014
1990
1991
1992
1993
1994
1995
1997
1996
1998
1999
2000
2001
2002
2003
2004
2005
2006
2007
2008
2009
200
250
300
350
400
450
500
550
600
650
700
34
Durante el
periodo de
expansión de la
economía tras
nuestra entrada
en el euro, los
salarios pactados
en convenio han
evolucionado de
forma sostenida
por debajo de
los precios
Aunque una de las objeciones más sólidas
contra los planteamientos tendentes a reducir
el grado de centralización de la negociación
colectiva o a recortar el papel de la negociación
sectorial para trasladarlo al ámbito de la empresa
consiste en subrayar el hecho de que no suelen
tener en cuenta las peculiaridades del tejido
productivo español, en el que alrededor del 75%
de las empresas tienen plantillas inferiores a seis
trabajadores, lo cierto es que la reforma de 2012
consolidó por primera vez en nuestra legislación
laboral la preferencia absoluta del convenio de
empresa sobre la negociación colectiva sectorial.
El resultado de este proceso de ajuste salarial
se presenta en el gráfico 11. El crecimiento de las
tarifas salariales se estancó en un nivel del 0,5%
anual a partir de 2012 y solo han ganado poder
adquisitivo como consecuencia de la entrada de
nuestra economía en una situación de deflación
continuada a partir de mediados de 2014. En el
año 2012 los salarios medidos por el INE a través
de la Encuesta de Coste Laboral cayeron un 6%,
el mayor descenso anual en términos reales de
los últimos cuarenta años.
Dado que el proceso descrito se ha llevado
a cabo en un marco legal que hacía posible,
tras la reforma de 2012, modificaciones unila-
terales de las condiciones de trabajo por parte
del empresario, las estadísticas salariales
podrían infravalorar la magnitud del ajuste de
las condiciones laborales, en un contexto en el
que el SMI ha sido congelado en dos ocasiones
(también en este caso por primera vez desde
que existe legalmente en España). 12
El resultado ha sido un deterioro histórico
de las condiciones de vida y de los niveles de
cohesión social15
, mientras que se mantienen
los determinantes estructurales de los des-
equilibrios competitivos: insuficiencias de los
mercados de crédito como principales obstácu-
los a la inversión y al crecimiento, un entorno
empresarial todavía poco favorable al dinamis-
mo de la innovación y un insuficiente potencial
competitivo en el mercado de productos
15. El índice de Gini en España, medido a través de la renta
disponible de los hogares, se ha incrementado (y con él
la desigualdad) desde el 0,313 en 2006 hasta el 0,350 en
2014 (EUROSTAT, 2014). Los datos sitúan a España como el
segundo país con mayor desigualdad de Europa tras Letonia.
Si la medición se establece a través del coeficiente 80-20,
la desigualdad habría aumentado en España de 5,3 veces en
2007 a 6,8 veces en 2011. Grecia está cerca (6,0), mientras
que Portugal (5,7), Italia (5,6), Reino Unido (5,3), Francia (4,6)
y Alemania (4,5) se mantienen por debajo (De la Dehesa,
2014).
19. 35
teMas a DeBate
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36
teMas De DeBateteMas a DeBate
LA REfORmA LAbORAL:
UN pASO pARA RESOLvER
pRObLEmAS DE
ASigNACióN DE DéCADAS
Álvaro Nadal
Director de la Oficina Económica del presidente
del gobierno de España
No es posible llevar a cabo una evaluación
de los efectos de la reforma laboral de 2012 sin
tener en cuenta su encaje en el conjunto de la
política económica española. Toda reforma
económica debería atender a corregir los
problemas de asignación y eliminar
las rigideces detectadas mediante una visión
lo más objetiva posible. Si bien la corrección
nunca será plena, al menos debería procurar
reducir las ineficiencias de forma perceptible.
20. 37
teMas a DeBate
1España: PIB per cápita relativo a la UE-15 (%)
PIB a precios corrientes en paridad de poder de compra
Fuente: European Economy (AMECO). Series enlazadas
55
60
65
70
75
80
85
90
95
62,3
82,2
72,3
78,9
91,8
85,3
1960
1965
1970
1975
1980
1985
1990
1995
2000
2005
2010
2015
o es posible llevar a cabo una evaluación de
los efectos de la reforma laboral de 2012 sin
tener en cuenta su encaje en el conjunto de
la política económica española. Toda reforma eco-
nómica debería atender a corregir los problemas
de asignación y eliminar las rigideces detectadas
mediante una visión lo más objetiva posible.
Si bien la corrección nunca será plena, al menos
debería procurar reducir las ineficiencias de forma
perceptible.
El mercado laboral español ha manifestado
grandes deficiencias durante décadas, especial-
mente por sus altas tasas de desempleo. Pero
echarle la culpa únicamente a las instituciones
y a las normas laborales (aquello que es suscep-
tible de reforma) es una manera excesivamente
reducida de ver el problema. La reforma laboral de
2012 se integra en un patrón de política económi-
ca mucho más amplio, que es el que de manera
sucinta trataré de exponer en este artículo, y que
abarca casi todos los aspectos de la regulación
económica de nuestro país.
Todo responsable de la política económica en
España debería tener una cierta idea o al menos
una hipótesis de trabajo para responder a estas
tres preguntas:
Primera. ¿Por qué se ha ralentizado la veloci-
dad de convergencia de nuestro PIB por habitante
respecto a la cabeza de Europa desde finales de
la década de 1970?
España es una de las grandes historias de
éxito económico del último medio siglo. Según la
Penn World Table (versión 8.1 de abril de 2015)
de la Universidad de Pensilvania, nuestro país se
encuentra entre los ocho países del mundo que
más rápido han convergido desde 1950 —es
decir, en tan solo dos generaciones— hacia el PIB
por habitante en paridad de poder de compra de
los Estados Unidos. Sin embargo, este proceso
de convergencia ha sido muy desigual en el tiem-
po. Hasta mediados de la década de 1970 fue
un proceso rápido, con tasas similares a las de la
República Popular China de hoy en día, pero a par-
tir de entonces se alternan ciclos de convergencia
y divergencia cuyo resultado es una cierta mejora,
si bien muy lejos de tasas que nos permitan vis-
lumbrar un verdadero cambio de posición relativa
de nuestro país respecto a los EE. UU. o a los
países más avanzados de Europa. 1
Segunda. ¿Por qué son simultáneas la ralenti-
zación de la convergencia de nuestra economía y
las altas tasas de desempleo registradas en los
últimos cuarenta años?
En los últimos cuarenta años la economía
española ha registrado, de media, unos siete pun-
tos porcentuales más de tasa de desempleo que
el conjunto de la zona euro, lo que supone una
pérdida anual de unos 1,5 millones de empleos.
La disfunción del mercado de trabajo español es
evidente. Es interesante preguntarse si no conver-
gemos lo suficiente porque no creamos suficiente
empleo o la falta de empleo es consecuencia de
la falta de crecimiento. En torno a esta pregunta
—y a su respuesta— giran buena parte de las
discusiones ideológicas en política económica
de nuestro país. 2
Tercera. ¿Por qué en los últimos cuarenta
años no ha sido posible aunar el equilibrio interno
N
38
teMas a DeBate
en las últimas cuatro décadas. La mejora de la
actividad económica y el empleo siempre se ha
producido a costa de un deterioro de las cuentas
exteriores, con una apreciación simultánea del
tipo de cambio real y un aumento del endeuda-
miento externo. Una vez que la deuda se hace
insostenible y se pierde mucho terreno en compe-
titividad exterior, el traumático ajuste subsiguiente
reequilibra las cuentas exteriores, pero lleva las
tasas de desempleo otra vez al 20%. 3
Hasta ahora he realizado una mera descrip-
ción de los problemas, si quieren, de las «taras»
tradicionales de nuestra economía. Creo que
estos hechos no están sujetos a gran discusión
por ninguno de los agentes que tienen algo que
(tasas aceptables de desempleo) con el equilibrio
externo (un saldo por cuenta corriente y de capital
equilibrado)?
Ya en 1956, Trevor Swan, economista austra-
liano, describió las restricciones y las opciones
de política económica que existían en su país para
alcanzar ambos objetivos simultáneamente. Si se
logra el pleno empleo, o la economía se aproxima a
una tasa de paro cercana a esta situación, a costa
de un fuerte desequilibrio externo (y, por lo tanto,
de endeudamiento exterior creciente), tarde o tem-
prano el país entrará en una crisis de deuda cuya
corrección llevará al reequilibrio externo, aunque
también a altas tasas de desempleo. Esta misma
situación se ha dado en la economía española
2Tasa de desempleo en España y zona euro
Fuente: European Economy (AMECO). Series enlazadas
1960
1965
1970
1975
1980
1985
1990
1995
2000
2005
2010
2015
0
5
10
15
20
25
30
Zona euro España
3España: Evolución de la tasa de paro y de la cuenta corriente
Tasa de paro en % sobre población activa y cuenta corriente en % sobre PIB
Fuente: FMI
1960
1965
1970
1975
1980
1985
1990
1995
2000
2005
2010
2015
0
5
-12
-10
-8
-6
-4
-2
0
2
4
10
15
20
25
30
Tasa de paro Saldo cuenta corriente (eje derecho)
21. 39
teMas a DeBate
opinar, decir y decidir en materia de
política económica. Y no me refiero
únicamente a los poderes públicos o a
las formaciones políticas, sino también
a los agentes sociales y, por supuesto,
a los creadores de opinión tanto en el
ámbito académico como en el mediático
o en cualquier otro.
En cambio, el debate gira en torno
a las causas y las políticas que hay que
aplicar para corregir estos problemas.
Aquí es donde el consenso se desmo-
rona y surgen los bandazos en política
económica tras los procesos electorales.
Más que en el ámbito de las acciones, muchas
veces se trata de bandazos en los discursos, que
ejercen una gran influencia en la opinión pública
que debe refrendar los procesos de reforma, sobre
todo cuanto más profundos sean estos.
Las tres preguntas que he formulado al
comienzo de este artículo están claramente
relacionadas entre sí y su respuesta se resume en
un concepto: competitividad, entendida como la
capacidad de un país de producir y vender bienes
y servicios tanto en su mercado interno como el
externo. Soy consciente de lo poco preciso que
es el concepto y de las críticas que despierta en
algunos autores como Krugman, pero algo de esto
hay. La economía española de la década de 1950
era pobre porque tenía poco que ofrecer al resto
del mundo, mientras que la de 2016 es mucho
más rica porque tenemos importantes sectores
exportadores o competidores con importaciones,
porque está mucho más diversificada y porque
está asentada en las grandes cadenas globales
de valor añadido. Dicha mejora de nuestra oferta
competitiva es la que, más que cualquier otra
cosa, explica el desarrollo español. Pero esta
relación también opera en sentido inverso: cuando
esa mejora se revierte, se produce el deterioro
de nuestras condiciones económicas.
En el gráfico 4 se representa un diagrama de
Swan adaptado a la economía española. En el
eje horizontal se representa el nivel de actividad
y empleo de la economía española. En el vertical,
el tipo de cambio real o la competitividad-precio.
Dos líneas oblicuas representan los puntos de
equilibrio interno y externo. Cuanto más depre-
ciado esté el tipo de cambio real, más actividad
económica es compatible con el equilibrio externo:
la actividad económica requiere importar, importa-
ción que se puede compensar con más expor-
taciones derivadas de la mayor competitividad-
precio. A su vez, un tipo de cambio depreciado
aumenta los costes de las materias primas y los
productos intermedios importados, lo que reduce
la actividad económica y el empleo; dicha relación
es la que define la línea de equilibrio interno.
Durante las décadas de 1970, 1980 y la
primera mitad de 1990 la economía española fue
pasando cíclicamente de un punto como el A, con
altos niveles de actividad y empleo y fuerte déficit
exterior, a puntos como el B, con bajo nivel de em-
pleo y reequilibrio externo. El proceso fue siempre
similar. La economía española tiene un fuerte
sesgo importador e inflacionista y a medida que
los niveles de bienestar aumentaban, la tasa de
empleo mejoraba y crecía la renta y la capacidad
de endeudamiento, se presionaban al alza los pre-
cios y los costes, y se incrementaba el porcentaje
de bienes importados en nuestro consumo
e inversión. En este contexto de crecimiento,
era especialmente relevante la presión salarial,
con demandas cada vez más altas en la nego-
ciación colectiva. Todo ello conllevaba que los
precios españoles subieran por enci-
ma de los de nuestros competidores,
se apreciara el tipo de cambio real
(perdíamos competitividad-precio), se
importara mucho más y nos endeudá-
ramos frente al exterior. Este proceso
continuaba hasta que la situación se
volvía insostenible y se corregía el ex-
ceso de compras al exterior mediante
un episodio devaluatorio (típicamente
mediante varias devaluaciones en
cadena) y una fuerte recesión. Es
el punto B, que bien podría describir,
por ejemplo, el ajuste de los años
1992 a 1995. La cifra de desempleo
se situaba por encima del 20%,
la peseta se devaluaba, y nuestras
rentas —incluidas las empresariales y
las salariales— se reducían respecto
a nuestros socios europeos, al tiempo
que perdíamos convergencia.
En el contexto
de crecimiento
de las décadas
de 1970, 1980
y la primera
mitad de
1990, era
especialmente
relevante
la presión
salarial, con
demandas
cada vez más
altas en la
negociación
colectiva
La mejora
de nuestra
oferta com-
petitiva es la
que, más que
cualquier otra
cosa, explica
el desarrollo
español
Tipo de cambio real y empleo
Fuente: Elaboración propia a partir del diagrama de Swan*
*Swan, TW (1963), Longer-Run Problems of the Balance of Payments, en
The Australian Economy: A Volume of Readings. Editado por HW Arndt &
WM Corden, Cheshire, Melbourne.
Tipo de
cambio real
(Competitividad
precio)
Equilibrio interno
Actividad económica
Empleo
Equilibrio externo
Déficit exterior
Superávit
exterior
Depreciación
A
B
C
C B A
4
40
teMas a DeBate
razonables, de capitalización, de modernización
y de globalización de nuestros sectores produc-
tivos, ya no es posible utilizar el tipo de cambio
para corregir los excesos de precios y costes de
nuestra economía. El tipo de cambio quedó defi-
nitivamente fijado en 166,386 pesetas por euro.
Las instituciones y normas económicas,
especialmente las que fijan las reglas de juego
del mercado laboral, no se fueron adaptando
adecuadamente a la nueva realidad de una
moneda fuerte y de baja inflación. La reforma de
1997 tocó solo algunos aspectos muy parciales,
y, desde la fallida reforma de 2002 hasta 2008,
prácticamente no se cambió ningún aspecto sus-
tancial, salvo los incrementos muy notables del
salario mínimo interprofesional de 2004 a 2008.
Tal falta de adecuación de nuestro marco
laboral y el resto de normas económicas a la
realidad del euro acabó resultando catastrófica.
Según datos de Eurostat, desde 1999, año en que
entramos en el euro, hasta bien entrada la crisis la
pérdida de competitividad frente a nuestros socios
europeos fue muy intensa. Entre 1999 y 2008
(segundo trimestre) España perdió 35 puntos de
competitividad vía costes laborales unitarios frente
a Alemania y 17 frente a la zona euro. En el cuarto
trimestre de 2015 recuperamos 24 puntos de com-
petitividad respecto a Alemania y 15 respecto a la
zona euro, de tal forma que las pérdidas desde la
entrada de España en la Unión Monetaria Europea
han sido de 11 y 2 puntos, respectivamente.
De 1975 a 1995 se produjeron cin-
co episodios devaluatorios sin que ape-
nas se avanzase un ápice en materia
de empleo. En 1995 había los mismos
españoles trabajando que en 1975
(12,5 millones de ocupados según la
EPA). Las tasas de desempleo habían
tenido sus incrementos y sus bajadas,
pero, tras veinte años, estábamos más
o menos igual y lo mismo podíamos
decir de nuestro nivel de vida respecto
a los países más avanzados. Después,
con inflaciones y crecimientos salariales
superiores a los del resto de Europa y
aumentos fuertes de la demanda interna, retorná-
bamos a un punto como el A y vuelta a empezar.
Además, en 1995 la peseta estaba tan
desprestigiada y las primas de riesgo que se
exigían para invertir en España eran tan altas
que, para cualquier tipo de financiación, incluso
la hipotecaria, eran habituales tipos de interés
que rondaban el 20%. Por ello, el primer gobierno
del Partido Popular decidió en 1996 dar los pasos
para cambiar de moneda y adoptar el euro. Hoy,
con otra financiación, la economía española tiene
18 millones de ocupados e incluso en los peores
momentos de la crisis se mantuvo en torno a
los 17 millones, es decir, cuatro millones y medio
más de ocupados que con la peseta.
Sin embargo, si bien el euro ha supuesto una
notabilísima capacidad de financiación a costes
La falta de
adecuación de
nuestro marco
laboral a la
realidad del
euro provocó
la pérdida de
competitivi-
dad frente a
nuestros so-
cios europeos
22. 41
tipos de interés reales negativos, produjo un enor-
me déficit por cuenta corriente y de capital que
llegó a ser el segundo en términos absolutos en
el mundo, únicamente superado por el de EE. UU.
Esto supuso también la duplicación de nuestra
deuda externa hasta el nivel del 90% del PIB,
que es la principal vulnerabilidad, aún hoy, de
la economía española.
La corrección de estos desequilibrios ha
supuesto el ajuste más duro que jamás haya su-
frido la economía española, al menos desde que
tenemos base estadística. Al no tener posibilidad
de devaluar, como ocurría en el pasado, el retro-
ceso de actividad y empleo ha sido mucho mayor.
En el gráfico 4 sería un punto como el C.
El coste de este ajuste es mayor cuanto
mayores sean las rigideces nominales (inflexi-
bilidad a la baja de precios y costes) y reales
(mantenimiento del poder adquisitivo) de la
economía. A este respecto, por ejemplo, un
reciente documento de trabajo del Banco de
España1
muestra que las rigideces salariales
en España son mucho mayores que las de
sus socios de la eurozona.
La alternativa a depreciar el tipo de cambio
es lograr que los precios y costes de la economía
española crezcan a menor ritmo que los del resto
de los socios de la eurozona. Es decir, mejorar
la competitividad por la vía de los precios y no del
tipo de cambio. Es un proceso más lento —de ahí
que la recuperación haya tardado en llegar a mu-
chas capas sociales—, pero mucho más seguro
y duradero. Como he señalado antes, a día de
hoy se ha recuperado buena parte de la
competitividad perdida respecto a la eurozona
(si bien todavía no frente a la economía «ancla»
del sistema, que es Alemania). Y esto
se ha logrado sin pérdida de poder
adquisitivo de las rentas salariales,
puesto que se producen subidas no-
minales de los salarios del orden del
1% y caídas similares del IPC, por lo
que, al tiempo que se gana competi-
tividad, la mejora salarial real es de
aproximadamente un 2%.
Por lo tanto, a la hora de diseñar
una reforma laboral, esta tenía que
buscar adaptar el mercado laboral es-
pañol a la realidad del euro y al mismo
tiempo tratar de corregir, en la medida
de lo posible, los problemas históricos
de desempleo, dualidad y falta de sen-
sibilidad al ciclo de nuestro sistema
laboral. Es decir, buscar formas de
cambiar el comportamiento estructu-
ral de muy largo plazo y el cíclico de
medio plazo del mercado laboral.
En cuanto a la evolución de los precios, entre
1999 y 2013 (agosto) España perdió 18 puntos
de competitividad por la evolución relativa del IPC
armonizado frente a Alemania y 11 frente a la zona
euro. En el cuarto trimestre de 2015 recuperamos
2,5 puntos de competitividad respecto a Alemania
y 1,5 respecto a la zona euro, de tal forma que las
pérdidas desde la entrada de España en la UME
han sido de 15 y 9 puntos, respectivamente.
Por último, la competitividad salarial de
España respecto a Alemania y la zona euro desde
el año 2000 alcanzó sus peores resultados en
2009: entre 2000 y 2009 España perdió 20 pun-
tos de competitividad frente a Alemania por la evo-
lución relativa de los salarios del sector privado y
12 frente a la zona euro (en este caso, en 2010).
En el cuarto trimestre de 2015 se recuperaron
casi 9 puntos de competitividad respecto a Alema-
nia y 6 respecto a la zona euro, de tal forma que
las pérdidas desde la entrada de España en la
UME han sido de 11 y 6 puntos, respectivamente.
Es decir, a pesar de haber entrado en una zona
de estabilidad monetaria y baja inflación como la
eurozona, nuestros precios, costes y salarios fue-
ron subiendo muy por encima de lo que lo hacían
los de nuestros competidores. Ello, unido a una
enorme liquidez disponible para endeudarse, con
1. Font, P., Izquierdo, M. y Puente, S., «Real wage responsiveness to unemployment in Spain». Documento de Trabajo Banco
de España núm. 1504 (2015).
A pesar de
haber entrado
en una zona
de estabilidad
monetaria y
baja inflación
como la euro-
zona, nuestros
precios, costes
y salarios
fueron subien-
do muy por
encima de lo
que lo hacían
los de nuestros
competidores
42
butivos, que actúan de barrera de entrada frente
a potenciales competidores, y los trabajadores
fijos mejoran su situación aunque sea a costa de
las condiciones laborales de los más desprote-
gidos. Por la misma razón, se crean escalas de
retribución duales (por las que los trabajadores
ya contratados ganan más que los recién incor-
porados), se establecen pluses de antigüedad,
se defienden costes de despido muy altos para
los más antiguos y, sobre todo, los acuerdos se
hacen extensibles obligatoriamente a todas las
partes, hayan participado o no en la negociación,
incluyendo a los outsiders.
Esta manera estratégica de comportarse tie-
ne una larga tradición en España que se remonta
a la época del verticalismo franquista y se pro-
longa en los sistemas de negociación colectiva
de las últimas décadas. La estructura de las
instituciones y las normas laborales de nuestro
país refuerzan claramente la posición negociado-
ra de los insiders. Los ejemplos son múltiples:
la «ultraactividad», la pendiente de incremento
de los costes de despido, la obligatoriedad erga
omnes de los convenios, la prevalencia de los
convenios sectoriales (antes de la reforma), la
posibilidad legal de escalas duales de retribución
y un sinfín más.
Se trata de una estructura que margina a los
outsiders de manera mucho más intensa que en
otros países europeos. Por ello, los resultados
diferenciales de nuestro mercado laboral a lo
largo de muchas décadas son esencialmente tan
pobres. Las altas tasas de desempleo, el ajuste
del mercado a través de cantidades —los ciclos
económicos recesivos se saldan mucho más
con despidos que con flexibilidad salarial—,
la dualidad, etc., son síntomas del mis-
mo problema de asignación: la falta de
capacidad de los más desprotegidos
para llegar a ser una parte decisiva de
la negociación colectiva, hacer valer
sus intereses o competir con las par-
tes ya asentadas en la economía.
Además, se produce un intenso
fenómeno de histéresis3
. Con este
concepto se describe el hecho de que
el desempleo que se genera con cada
recesión no se elimina totalmente
durante las recuperaciones. Esto es
así porque, cuando el desempleo es
muy intenso y afecta no solo a los tra-
bajadores temporales (outsiders) sino
también a los fijos con antigüedad
(insiders), los trabajadores antiguos
despedidos pasan a ser outsiders y
El análisis que puede describir las causas,
tanto del comportamiento estructural como del
cíclico, de forma más interesante es la llamada
teoría de los insiders-outsiders.
En 1984, Lindbeck y Snower2
escribieron un
artículo seminal sobre los comportamientos de
diferentes grupos en el ámbito laboral. Su análisis
se basa en considerar la negociación colectiva no
como una negociación entre patronal y sindicatos,
empresas y trabajadores, sino como una nego-
ciación entre insiders y outsiders. Los primeros
serían quienes efectivamente negocian e incluyen
a las empresas asentadas en el sector y a los
comités de empresa y sindicatos que representan
a trabajadores fijos con cierta antigüedad. Los out-
siders son aquellos que, pese a tener un interés
directo, no están representados en la negociación:
los trabajadores temporales y los parados o las
empresas entrantes o potencialmente entrantes
en el sector.
El objetivo de los insiders es, lógicamente,
mejorar lo más posible su posición. Por ello,
las empresas aceptan fuertes incrementos retri-
2. Lindbeck, A. y Snower, D. J. (1984), «Involuntary Unemployment as an Insider-Outsider Dilemma», Seminar Paper No. 309, Insti-
tute for International Economic Studies, University of Stockholm, Suecia. Y Lindbeck, A. y Snower, D. J. (1988), The Insider-Outsider
Theory of Employment and Unemployment, MIT Press, Cambridge, Massachusetts.
3. Blanchard, O. y Summers, L. (1986), Hysteresis and the European Unemployment, NBER Macroeconomics Annual, 15-77.
Los outsiders
son aquellos
que no están
representados
en la nego-
ciación: los
trabajadores
temporales y
los parados o
las empresas
entrantes o
potencialmen-
te entrantes en
el sector