El apostol 13

EL APOSTOL 13
Dr. Jesús Humberto Enríquez Rubio.

Cuentan que Leonardo da Vinci, cuando terminó de pintar su gran mural de “La Última Cena”, de
8.8 X 4.6 metros en el refectorio (comedor) del Convento Dominico en Santa María delle Grazie, en
la ciudad de Milan Italia; el cual tenía cubierto con una enorme manta, detrás de la cual mantuvo
su intimidad durante todo el proceso de su ejecución; el día anterior a ser develado especialmente
ante su patrón el Duque Ludovico Sforza, de Milán, (El Moro) y desde luego, ante los altos prelados
de la iglesia católica, así como de los monjes del propio convento, permitió la entrada al público en
general, gente del pueblo de la ciudad de Milán a quienes hizo pasar por detrás de la gran manta,
para que conocieran su obra.
Leonardo da Vinci permaneció oculto escuchando los comentarios de la gente y, uno de los
mirones, de esos que nunca faltan, comentó:

Guarda ... L’artista dipinse 13 apostoli, ho sempre pensato che fossero solo 12! (¡Miren...
El artista pintó 13 apóstoles; yo siempre creí que eran solamente 12!) Todos los asistentes rieron
del hecho pero no hubo más comentarios.
Terminada la visita, Leonardo da Vinci, se percató de su error y se quebraba la cabeza buscando
cómo corregirlo, pues ya no tenía tiempo para borrar al apóstol sobrante; por lo que no se le
ocurrió otra cosa que poner un pequeño letrero, en latín, por supuesto, ya que era el idioma oficial
del impero Romano, que es la Iglesia Católica, aunque para el vulgo sea lengua muerta; al pié de
uno de los apóstoles, que decía: »Hoc Apostolus XIII, faucibus et iustusvado.” Lo puso
también en la lengua ordinaria del pueblo, pues su patrón y todos los no clérigos no
entendían el latín, y escribió: “Questo è l’Apostolo 13, cena e va ‘via”. Nosotros lo
ponemos en español que significa: “Este es el apóstol 13, nada más cena y desaparece”
Este relato es muy antiguo, hasta dicen que la trajo el Almirante Genovés Crisóforo Colombo, o
sea, don Cristóbal Colón, cuando vino a descubrir las Américas, antes de que se llamaran así;
aunque dudo que haya sido él quien lo trajo porque en los momentos en los que su paisano
Leonardo develaba su obra, Colón recién desembarcaba en la Isla de San Salvador, ya que apenas
la había descubierto dos años antes, por lo que no es tan factible que hubiera estado presente
entre los visitantes previos a la develación de la obra de Leonardo.
De todas maneras este ha sido un cuento y como tal, mito o fantasía pero no se crea que lo sea
tanto, pues así como se dice que Leonardo, en este mismo cuadro de La Última Cena ocultó
información sobre los Templarios, llamado El Secreto del Código da Vinci, con la misma libertad
podemos afirmar que incluyó en su cuadro al Apóstol de los Gentiles, al Apóstol 13 o sea San
Pablo, que el vulgo ni pensaba que existiera, ya que siendo Apóstol no figura entre los doce

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seleccionado por aquel a quien reconoce como a su jefe, Jeshua bar Yehudá alias Jesús de Nazaret
o el Cristo.
A partir de este personaje, El Cristo (el Ungido o el Mesías), que se refiere precisamente a Jeshua
bar Yehuda o Jesús de Nazaret, que era el príncipe delfín del reino de David; que nada tuvo que
ver en las fantasías de San Pablo. Se diseñó al Jesucristo de la Iglesia Católica, el hijo unigénito de
Dios Padre, al Dios de Dios, Luz de Luz, Verdadero Dios de Dios verdadero, creado por el
Emperador Constantino I el Grande en el Concilio de Nicea en 325 de nuestra era, y vestido de
Imperio con la personalidad del Dios Solar Mitra, con todo y sus leyendas adaptadas para un
hipotético Jesús de Nazaret.

Para ilustrar lo dicho, nos basta con usar el esquema utilizado para “El Secreto de “El Código
Davinci”, con el fondo de dibujo de Leonardo, con el que ilustra “El Hombre de Vitruvio”.

Con estas solas referencias se justificaría la existencia del Apóstol 13, pero no es necesaria ya que
el mismo Saulo, (San Pablo), se encargó de aplicarse el nombre, al autonombrarse “El Apóstol de
los Gentiles”, con este sólo hecho se afilia en la lista de los otros doce apóstoles que sí fueron
designados por Jesús, cuya lista presentamos ahora:

Dice la Biblia, (Tomado del libro: “DIOS HABLA HOY”. La Biblia Versión Popular. Editada por abs
Sociedad Bíblica Americana, Reimpresión 1979. En el Nuevo Testamento: Mt. 10, 1-4: “(1)Jesús
llamó a sus doce discípulos y les dio autoridad para expulsar a los espíritus impuros y para curar
toda clase de enfermedades y dolencias. (2)Estos son los nombres de los 12 apóstoles: Primero


Simón, llamado también Pedro, y su hermano Andrés; Santiago y su hermano Juan, hijos de
Zebedeo; (3)Felipe y Bartolomé; Tomás y Mateo, el que cobraba impuestos para Roma; Santiago,
hijo de Alfeo, y Tadeo; (4)Simón el celote, y Judas Izcariote, que después traicionó a Jesús”.

En Mc. 3, 13-19 Jesús escoge a los 12 Apóstoles: “(13) Después Jesús subió a un cerro y
llamó a los que le pareció bien. Una vez reunidos (14) eligió de entre ellos a doce, para que lo
acompañaran y mandarlos a anunciar el mensaje. A estos les dio el nombre de apóstoles, (15) y les
dio autoridad para expulsar a los demonios. (16) Estos son los doce que escogió: Simón a quien dio
el nombre de Pedro; (17) Santiago y su hermano Juan, hijos de Zebedeo, a quien llamó Boanerges
(es decir, “Hijo del Trueno”); (18) Andrés, Felipe, Bartolomé, Mateo, Andrés y Santiago, hijo de
Alfeo; Tadeo, Simón el celote, (19) y Judas Izcariote, que después traicionó a Jesús”.
En Lc. 6.12-16 Jesús escoge a los doce apóstoles: (12) Por aquellos días Jesús se fue a un cerro a
orar, y pasó toda la noche orando a Dios. (13) Cuando se hizo de día llamó a doce de ellos a quienes
llamó apóstoles. (14) Estos fueron: Simón a quien puso también el nombre de Pedro; Andrés,
hermano de Simón; Santiago, Juan, Felipe, Bartolomé, (15) Mateo, Tomás, Santiago, hijo de Alfeo,
Simón el celote, (16) Judas, hermano de Santiago, y Judas Izcariote, que fue quien traicionó a
Jesús”.
En el evangelista Juan no hay narración parecida a las citas de los tres sinérgicos, si menciona el
reclutamiento de algunos de los primeros apóstoles, al inicio de su campaña, aunque en
circunstancias y escenarios diferentes, por ejemplo:

Juan 1, 35-51 dice: Los primeros discípulos de Jesús.

“(35)Al día siguiente, Juan (El Bautista) estaba ahí otra vez con dos de sus seguidores.
(36)Cuando vio pasar a Jesús, Juan dijo:
• ¡Miren, este es el Cordero de Dios!
(37)Los dos seguidores de Juan le oyeron decir esto, y siguieron a Jesús.
(38)Jesús se volvió y al ver que lo seguían les preguntó:

¿Qué están buscando?

Ellos dijeron:

• Maestro, ¿dónde vives?
(39)Jesús les contestó:
• Vengan a verlo.
Fueron, pues, y vieron donde vivía, y pasaron con él el resto del día, porque ya eran como las
cuatro de la tarde.
(40)Unode los dos que oyeron a Juan y siguieron a Jesús era Andrés, hermano de Simón Pedro. (41)
Andrés, antes que nada, fue a buscar a su hermano Simón y le dijo:

Hemos encontrado al Mesías (que significa: Cristo.)

(42) Luego Andrés llevó a Simón a donde estaba Jesús; cuando Jesús lo vio, le dijo:


Tú eres Simón, hijo de Juan (Jonás) pero serás llamado Cefas (que significa: Pedro)”.
Jesús llama a Felipe y a Natanael
“ (43) Al día siguiente, Jesús decidió ir a la región de Galilea. Encontró a Felipe, y le dijo:

Sígueme.

(44) Este Felipe era del pueblo de Betsaida, de donde eran también Andrés y Pedro.
(45) Felipe fue a buscar a Natanael, y le dijo:

Hemos encontrado a aquel de quien escribió Moisés en los libros de la ley, y de quien también
escribieron los profetas. Es Jesús, el hijo de José, el de Nazaret.

(46) Dijo Natanael:

¿Acaso puede salir algo bueno de Nazaret?

Felipe le contestó:

Ven y compruébalo.

(47) Cuando Jesús vio acercarse a Natanael, dijo:

Aquí viene un verdadero israelita, en quien no hay engaño.

(48) Natanael le pregunto:

¿Cómo es que me conoces?

Jesus le respondio:

Te vi antes que Felipe te llamara, cuando estabas bajo la higuera.

(49) Natanael le dijo:

¡Maestro, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel!

(50) Jesús le contestó:

¿Me crees solamente porque te he dicho que te vi bajo la higuera? Pues vas a ver cosas más
grandes que éstas.

(51) También dijo Jesús:

Les aseguro que ustedes verán el cielo abierto, y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el
Hijo del hombre”.


Es bueno tener en cuenta que ni los textos del Antiguo Testamento como los del Nuevo, son
considerados documentos históricos, tal vez los relatados no corrieron nunca o al menos no en las
formas descritas, ya que su autor no formó parte de los acontecimientos, y por eso son todos una
mera composición. Tanto los evangelios, al menos los sincrónicos se elaboraron a partir de las
enseñanzas de Saulo, por lo que son poco sustentables en virtud de que su autor, San Pablo, no
era legítimamente un Apóstol, al menos no del grupo que nombró Jeshua bar Yehuda o Jesús de
Nazaret y por tanto desconocía no solamente el texto de la Escritura de la Ley Mosaica, sino hasta
de las disposiciones y enseñanzas de Jesús, como se pone de manifiesto en la Biblia misma: Mr 6.
5—15
Jesús envía a los discípulos a anunciar el reino de Dios
(5) Jesús envió a estos doce con las siguientes instrucciones: “No vayan a las regiones de los
paganos (Léase gentiles) ni entren en los pueblos de Samaria; (6) vayan más bien a las ovejas
perdidas del pueblo de Israel. (a los judíos de la diáspora) (7) Vayan y anuncien que el reino de Dios
se ha acercado. (8) Sanen a los enfermos, resuciten a los muertos, limpien de su enfermedad a los
leprosos y expulsen a los demonios. Ustedes recibieron gratis este poder; no cobren tampoco por
emplearlo. (9) “No lleven oro ni plata ni cobre (10) ni bolsa para el camino. No lleven ropa de
repuesto ni sandalias ni bastón, pues el trabajador tiene derecho a su alimento.” (11) “Cuando
lleguen ustedes a un pueblo o aldea, busquen alguna persona de confianza y quédense en su casa
hasta que se vayan de allí. (12) Al entrar en la casa, saluden a los que viven en ella. (13) Si la gente de
la casa lo merece, su deseo de paz se cumplirá; pero si no lo merece, no se cumplirá. (14) Y si no los
reciben ni los quieren oír, salgan de la casa o del pueblo y sacúdanse el polvo de los pies. (15) Les
aseguro que en el día del juicio el castigo para ese pueblo será peor que para la gente de la región
de Sodoma y Gomorra.
Evidentemente Jesús le prohibió a sus apóstoles que fueran a donde los paganos o gentiles, que
eran todos los pueblos de los no judíos y, lo primero que hizo el “Apóstol 13” fue formar
comunidades cristianas entre los pueblos no judíos, ya que él mismo no era judío, ya que era
Idumeo, (árabe), es decir, era un gentil y por eso se autonombró “El Apóstol de los Gentiles”
Por otra parte, la mayoría de los apóstoles eran hermanos de Jesús, exceptuando a Judas Izcariote
que era su sobrino, ya que era hijo de Simón el celote. Tampoco Felipe, Bartolomé y Mateo eran
hijos de María la Virgen, por lo que de los doce apóstoles, sólo ocho eran sus hermanos, aunque
no del mismo padre; pues María se casó primero con Judas de Gamala y tuvo a Jesús su
primogénito y cuatro hijos hombres más y dos mujeres y, a la muerte de Judas se casó con
Zevedeo alias Alfeo y tuvo cuatro hijos hombres más. Los ocho hombres fueron Apóstoles de su
hermano mayor, Jesús. Y, entre estos no figura Saulo, que era su enemigo y perseguidor número
uno.

Si las cosas eran así, ¿por qué Saulo se hizo apóstol, aunque fuera apócrifo? Para aclarar
este asunto, es necesario acudir a sus biografías y digo biografías porque su vida tiene dos
caras: una piadosa que es la que maneja la Santa Madre Iglesia Católica Apostólica y
Romana, la cual jamás hablará de él con objetividad, ya que San Pablo, como lo llaman, es
la imagen y la versión de su vida de “Santo”; lo cual pudiera ser real si en verdad de tanto


machacar y machacar sobre sus propias mentiras, acabó por darles realidad y hasta él
mismo se las creyó, pero el trabajo realizado no puede ser más que un mito, una gran
mentira urdida por su mente de epiléptico. En este caso él mismo pudo haberse quedó
atrapado en sus mentiras e invenciones y acabó siendo o sintiéndose como un santo. Los
datos biográficos desde este punto de vista solamente lo pueden presentar en forma piadosa,
pero proceden de él mismo y no de otras fuentes más objetivas. La otra versión ha sido
promovida a través de la Historia, pero la Santa Madre Iglesia Católica, Apostólica y
Romana se ha encargado de borrar u ocultar todo vestigio. Hay versiones recientes basadas
en investigaciones serias, que han ido al fondo y aclarado mucho de los acontecimientos de
entonces; en relación con Saulo hay dos estudios muy confiables; uno firmado por Robert
Ambelain en su libro “El hombre que creó a Jesucristo” y Gérald Messadié, en su libro
“Saulo el Incendiario”, este último presentado a manera de Biografía, por eso cuando me
remito a él lo cito como a su biógrafo.

Vayamos pues a buscar a quien fue realmente Saulo, presentaremos primero una síntesis de los
principales datos biográficos de San Pablo de Tarso, según las versiones aprobadas por la Santa
Madre Iglesia Católica, Apostólica y Romana y, en segundo lugar, los hallazgos y descubrimientos
de Ambelain y Massadié, y usted amigo lector, saque sus propias conclusiones.
ACLARACIÓN PERTINENTE
Desde que inicié con estos estudios a consecuencia de mi crisis religiosa que ya relaté en mi libro
“JESHUA, SAULO, CONSTANTINO Y EL CRISTIANISMO”, me propuse como método de investigación
y de trabajo, solamente tres parámetros, tres límites entre los cuales he procurado mantenerme,
que son: PRIMERO. Eliminar del estudio y de la información recabada, todo indicio de superchería
y milagros; no porque no existan, los milagros existen y no lo podemos negar, pero no son el pan
nuestro de cada día. SEGUNDO. Dios, nuestro Padre y Creador es la realidad única y todo lo demás
es Maya, ilusión, incluyendo al hombre biológico mismo. Estamos sujetos a su divina persona
porque Él nos creó con un propósito, Dios no hace las cosas nada más porque sí, de ninguna
manera está jugando con esta tarea suya, su obra es perfecta, está perfectamente trazada y
seguirá el curso marcado por Él, aunque para su ejecución necesite eternidades, para Él el tiempo
no existe y por eso no tiene prisa: Todo lo que Él crea tarda eternidades en realizarse, pero su
trabajo es diseñarlas e impulsarlas para que, por su propia inercia recorran el camino y realicen el
proceso necesario para lograrlo. No manipula, confía en su obra y, por eso no comete las
intromisiones relatadas por San Pablo, en casi todos los hechos narrados en el Nuevo Testamento;
por eso considero que toda su obra es falsa, nacida de su propia mente, de su ingenio, de su
invención, hasta de su ambición y de sus sueños epilépticos, ya que era una víctima del “Mal que
Cae”, cuyas crisis eran más frecuentes de lo deseable. TERCERO. A la mente humana se le conoce
también como “La Loca de la Casa”, es caprichosa, sin control y juega con su propietario,
haciéndole creer cosas que no existen; se requiere de un entrenamiento difícil y a largo plazo, para
llegar a dominarla o, por lo menos, aprender a reconocer sus engaños.
Resumiendo: Esos tres parámetros que son los principios que me han guado durante mi incursión
por estos terrenos tan inciertos y difíciles, fangosos, como son las investigaciones relacionadas con
Dios y el Hombre:


Primero ver y aceptar las cosas objetivamente.
Segundo: Dios no se entromete con el desarrollo de su creación, especialmente la humana, pues
dotó al nombre con la vida eterna y la libertad inalienables y Él es el primero en respetarlas
absolutamente. Solamente que el hombre es dual, es Espíritu y Cuerpo físico; es decir, está hecho
de dos cosas: Una Eterna y Otra Perentoria, como se deja con absoluta claridad en mi libro: “LO
PERENTORIO DEL HOMBRE INMORTAL” La vida eterna, igual que la libertad inalienable, le
pertenecen al espíritu, quien es verdaderamente el hombre. El cuerpo humano es de Arcilla y se
alimenta de arcilla, “polvo es y en polvo se convertirá”. El cuerpo de arcilla no tiene vida propia, es
el Espíritu que lo habita y al cual le pertenece, quien le participa de su vida y, por eso está vivo
mientras el espíritu está en él y se desintegra hasta convertirse en polvo cuando lo abandona.
Cada individuo, hombre o mujer, es hijo de Dios, creado con un propósito; depende de Él y se
relaciona individualmente con cada uno, los grupos que se forman con fines de buscar su
salvación, evidentemente es porque no conocen verdaderamente a Dios Padre su Creador; Dios no
se relaciona con grupos sino con personas, el mitin no tiene sentido para Él y nadie necesita ser
salvado, porque nadie está condenado; eso se deriva de los conceptos judáicos, de su relación con
su dios Jehová, que no es el Dios Padre y Creador, aunque los judíos y las iglesias cristianas, de
ellos derivadas, así lo crean.
Luego entonces, las intervenciones divinas, milagrosas para impulsar tal o cual cambio en la
trayectoria de determinados grupos humanos, porque Dios así lo quiere, NO PUEDEN SER OTRA
COSA QUE CREACIONES HUMANAS, Y POR LO TANTO, NADA QUE VER EN REALIDAD CON LAS
INTENCIONES DE DIOS PADRE.
Tercero. “La loca de la casa” nos juega bromas, a veces muy pesadas, hasta nos puede hacer creer
que Dios nos manda a hacer esto o lo otro, pero eso es falso ya que, como dije en el punto dos,
Dios no se entromete en los asuntos humanos. A mí me ha pasado, pero ya fui víctima de mi
“loca” que aprendí a reconocerla y, a esos mandatos o indicaciones “de Dios”, procuro desecharlos
de inmediato. A estas intervenciones yo las llamo “jugarretas de espíritus chocarreros” y procuro
alejarlos de mí.
Los sueños, especialmente los epilépticos, son ricos en este tipo de alucinaciones mentales y al
pobre enfermo lo traen por la calle de la amargura.
Hecha esta aclaración, pasemos a analizar las biografías de Saulo, San Pablo.


LA VIDA DE SAN PABLO
Hay infinidad de historias piadosas que describen a manera de biografía al San Pablo, inventor y
constructor del cristianismo; pero todas ellas tienen como fuente principal los escritos mismos de
San Pablo, sus trece epístolas y demás hechos; por lo cual, desde mi punto de vista no son
objetivas; pues Saulo contó de sí mismo y a su manera lo que quiso, mezclado con las
intervenciones del espectro o fantasma de Cristo Jesús, (que, por otra parte, parece que no estaba
muerto entonces, ya que hay estudios muy convincentes de que Jesús vivió hasta más allá de los
70 años de edad); se autonombro Apóstol de los Gentiles y trabajó incansable, compulsivamente,
en estas tareas.
En La Vida de San Pablo, biografía elaborada por James Stalker (1884-1927), nacido en Escocia,
fue un ministro protestante, erudito y escritor, profesor de Historia de la Iglesia. En su biografía,
realmente hace una apología del Apóstol, y dice:
“Ninguna vida mejor que la del Apóstol San Pablo ha producido esta impresión de que venimos
hablando. El fue dado al cristianismo cuando este se hallaba en los primero momentos de su
historia”. (Pues eso es verdad porque antes de Saulo no existía el cristianismo que él inventó, pero el hecho
de que lo haya inventado, de ninguna manera garantiza que su actuación y su invención hayan sido
verdaderas; San Pablo, o mejor dicho Saulo, y no de Tarso, pudo haber tenido otros motivos de fondo que lo
indujeron a hacer lo que hizo, cosa que creo que ni siquiera él mismo las creía de verdad.)

Más adelante dice Stalker: “Pero si reconocemos que Dios hace uso de los medios que se
recomiendan aun a nuestros ojos como adaptados al fin que tiene delante, entonces debemos
decir que el movimiento cristiano, en el momento en que se presentó San Pablo en la palestra
necesitaba en extremo de un hombre de extraordinaras dotes, quien, poseído de genio, lo
incorporase enla historia general del mundo; y en Pablo encontró al hombre que necesitaba”. (Dios
no manipula, no tiene intenciones secretas, su diseño de la creación marcha como debe hacerlo,
independientemente de las intenciones e intromisiones humanas. (Dios no necesita hacer ni acondicionar
nada de su obra. El hombre por su naturaleza es un ser en proceso de evolución hacia su perfeccionamiento,
pero aún se encuentra lejos de lograrlo, por lo tanto es imperfecto y Dios lo sabe, lo comprende y lo tolera
con la certeza de que tarde o temprano llegará a su destino, Él no tiene prisa y puede esperar, porque para
Él el tiempo no cuenta; así pues Dios no necesitaba ni de Jesucristo ni de San Pablo para “modificar ni un
ápice” en el comportamiento humano de entonces, igual que en el de ahora; por eso creo que las
afirmaciones de Stalker, son equivocadas).

Lugo dice: “En verdad ya poseía el modo perfecto del carácter humano en la persona de su
fundador; pero, él no fue como otros hombres, porque nunca tuvo que luchar con las
imperfecciones del pecado y el cristianismo necesitaba aún demostrar lo que podría hacer de la
naturaleza humana imperfecta. (Definitivamente, afirmar lo dicho pone de relieve la crasa ignorancia o el
desconocimiento absoluto de la vida real de Saulo, que fue un astuto, egocéntrico, convenenciero, ambicioso, y no sé
cuantos calificativos más darle a tan asqueroso sujeto que fue desde los siete años de edad; si en Tarso, pero no era
de ahí; ya que, sin ser judío nació en Genez-aret a orillas del mar de Kineret y, según testimonio de Flavio Josefo:
“Costobaro y Saulo tenían consigo a un gran número de guerreros, y el hecho de que fueran de sangre real, parientes
del Rey (Herodes el Grande) les hacia gozar de una gran consideración. Pero eran violentos y siempre estaban
dispuestos a oprimir a los más débiles. (FLAVIO JOSEFO. Antiguedades Judáicas XX, 8.)


Posteriormente afirma: “En verdad, Cristo fue tan perfectamente formado en él (San Pablo) que
podemos estudiar el carácter de Cristo en el suyo, (en el de San Pablo); y podemos aprender
mucho más de Cristo por el estudio de la vida de Pablo que por la de Jesús” (Esto es verdad porque
el cristianismo es una invención de Saulo; él lo inventó y le dio a Jesucristo la personalidad que quiso, por
eso, si quieres conocer a Jesucristo, estudia a San Pablo; pero, si quieres conocer verdaderamente a
Jeshua bar Jehudá o sea a Jesús de Nazaret, entonces no tomes como guía a San Pablo, porque,
sencillamente no lo conoció ni convivió con él).

Luego escribe: “Los demás apóstoles eran hombres iliteratos, pero él (Saulo) los más completos
adelantos de la época. En la escuela Rabínica aprendió la manera de arreglar, afirmar y defender
sus ideas. Tenemos las pruebas de todo esto en sus epístolas que contienen la explicación mejor
que el mundo posee del cristianismo”. (Saulo no fue discípulo de Gamaliel, pues no lo aceptaba por ser
idumeo, es decir árabe impuro que andaba queriendo conquista a la hija del maestro y, para hacerse pasar
por judío legítimo se practicó, ya adulto, la circuncisión que fue apócrifa en cuanto que no se hizo con el
carácter religioso que tiene para los judíos. Ciertamente Saulo fue un hombre culto, pero se formó en Tarso
al amparo de su tía política Glafira, que era princesa Herodiana, quien le puso preceptores en su residencia
de Tarso, preceptores en la lengua Griega, Ciencias Físico-Matemáticas, Artes, Historia, etc., durante casi
siete años; y no tuvo formación Rabínica. Por otra parte, el comentario de Stalker de que, por ser iletrados
los demás apóstoles, sin Saulo, San Pablo, la personalidad de Cristo o Jeshua bar Jehudá, Jesús de Nazaret,
hubiera desaparecido sin pena ni gloria; lo cual equivale a decir que Cristo se equivocó ya que cometió el
error de no asegurarse su continuidad ya que caprichosamente eligió a sus discípulos analfabetas. Si Cristo
de equivocó entonces no era perfecto y por tanto no era Dios, ni siquiera la persona del Hijo de Dios) .

No sé de dónde sacó StalKer el dato de que la familia de Saulo, San Pable pertenecía a la más
estricta secta de su religión. Voy a transcribir textualmente las palabras e ideas escritas por
Stalker: “Habían dejado la Tierra Santa (Jerusalen) pero no la habían olvidado. Nunca se
mezclaron con los pueblos entre quienes viven; aún en el vestido, alimento, religión y otros
muchos particulares, permanecieron como un pueblo peculiar. Como norma general eran menos
rígidos en sus opiniones religiosas y más tolerantes de las costumbres extranjeras (ellos eran los
extranjeros en Tarso, luego entonces no podían aspirar a modificar sus costumbres milenarias) que los
judíos que permanecieron en Palestina. Pero el padre de Pablo (Saulo) no fue de los que daban
lugar a la relajación de costumbres. Pertenecía a la más estricta secta de su religión. Es probable
que haya salido de Palestina no mucho tiempo antes del nacimiento de su hijo; pues Pablo se
llamaba a sí mismo “hebreo de hebreos”, (mintió deliberadamente) nombre que parecía pertenecer
únicamente a los judíos de Palestina y los que continuaban en muy íntima conexión con ella. De
su madre absolutamente nada sabemos, pero todo parece indicar que el hogar donde Pablo fue
educado fue uno de aquellos de donde se han levantado casi todos los eminentes maestros
religiosos, un hogar de piedad, de carácter, tal vez de algún principio extremo y fuertemente
afecto a las peculiaridades de un pueblo religioso”. Suponiendo, sin conceder, que Saulo hubiera sido
ese que afirma Stalker, educado en el más estricto judaísmo, que no se mezclaron con los pueblos paganos
que los rodeaban (por impuros, no circuncidados), luego entonces, porqué Saulo, saliéndose de toda norma
y de toda lógica desobedeció a los mandatos tan estrictos de su religión y no sólo se mezcló con ellos, sino
que hasta se autonombró “El Apostol de los Gentiles (de los impuros)”. Saulo no fue judío; Saulo fue nieto
por línea paterna del Rey Herodes el Grande y, por tanto árabe, Idumeo, no judío por lo cual su educación
estuvo muy lejos de la Ley de Moisés y del judaísmo.


Es muy difícil sustentar una biografía con datos subjetivos, de muy dudosa credibilidad, narrados
por el mismo de quien se está hablando; la labor “apostólica” de Saulo no parte de las enseñanzas,
si es que se puede hablar de enseñanzas, porque Jeshua bar Jehuda al que la iglesia nombra como
Jesús de Nazaret, estaba en plena lucha, campaña política y guerrillera, contra el opresor de su
pueblo, el Imperio Romano y tratando de restablecer el reino de David, del cual él era el príncipe
Delfín. Por lo tanto, no tenía el carácter divino que Saulo le adjudica y toda la hermosísima y
conmovedora descripción que se hace del origen de Jesús, de su familia, de su nacimiento, hasta
de su crucifixión, son un bello y esperanzador cuento, pero solamente eso, un cuento inventado
por Saulo y perfeccionado por la Iglesia, a partir de que Constantino I el Grande lo elevó a la
dignidad divina en el Concilio de Nicea. Por lo demás, el Poder eclesiástico deriva de su condición
de Imperio romano, pero no de su calidad religiosa.
De igual manera, otros autores que escriben la biografía de “San Pablo”, en su calidad de santo,
todos se nutren de la misma fuente, por lo tanto todos le ponen la personalidad y el tratamiento
de santo. Para todos es un judío de cepa, de alta escuela, Rabino, Fariseo, etc. Pero, una persona
de esas cualidades y calidad, primero muerto que “juntarse” con paganos impuros y, menos aún
mezclarse y ser uno con ellos, amén de encabezarlos en su movimiento y establecer una nueva
religión que desplaza al judaísmo incluyendo a Moisés con todo y sus leyes y hasta al mismo Iahvé
con todo y su elevado poder de dominio. Jamás en los Hechos de los Apóstoles o en las Epístolas
evoca a su dios Iahvé ni le ofrece sacrificios en holocausto, es más, cuando se trató de separar al
cristianismo del Judaísmo, Saulo le planteó la disyuntiva a Simón Pedro: O, nos ceñimos a la Ley de
Moisés o a la Ley de Jesucristo (Aunque Jesús no impuso Ley Alguna y según la misma Iglesia
Católica en sus evangelios, el mismo Jesús declara que no vino a cambiar la Ley de Moisés, sino a
cumplirla y hacer que se cumpla. Luego, entonces; ¿por qué Saulo fue rechazado en las
comunidades judías de la diáspora y particularmente de las Sinagogas? Porque era un árabe
impuro e ignorante de la Ley Musaica. Y, se es árabe o se es judío, no se puede ser ambas cosas a
la vez; y Saulo era árabe idumeo, es decir, procedente de la región de Idumea
Pasemos ahora a analizar el reverso de la medalla, pues como dijimos al principio, hay dos
enfoques de la vida de Saulo: La de la Iglesia Católica que le da tratamiento de “Santo” con base
en los textos mismos del Nuevo Testamento, Hechos y las epístolas de San Pablo, cuyos datos son
subjetivos y narrados por la misma persona de quien se escribe ‘su biografía’. La otra cara de esta
moneda es la biografía de Saulo, documentada por hechos históricos rescatados de diferentes
documentos que pudiéramos llamar auténticos o muy cercanos a la realidad de entonces.
En esta versión, Saulo (El San Pablo de la Iglesia Católica), es nieto de Herodes el Grande, hijo de
Antípatro quien a su vez era el primogénito de Herodes y de Doris: Tomado de Wikipedia:
(es.wikipedia.org/wiki/Herodes_I_el_grande).

“Antípater (Ἀντίπατρος) (ca. 46 – 4 a. C.) fue el hijo mayor de Herodes I el Grande y de su
primera esposa Doris. Cuando Herodes se divorció de Doris y se casó con Mariamne I
expulsó a Antípater de la corte, para posteriormente volver a llamarlo para contraponerlo
a los hijos de Mariamne I, Alexandre y Aristóbulo.


Antípater consiguió despertar la sospecha de su padre frente a Alexandre y Aristóbulo, y
Herodes entonces llamó a Doris a la corte y envió a Antípater a Roma para solicitar el favor
de Augusto. Herodes se reconcilió con Alexandre y Aristóbulo, pero Antípater siguió
intrigando hasta que consiguió que Herodes los hiciese matar (año 6 a.C.) siendo entonces
declarado Antípater como su único heredero.
Pero entonces, Antípater intrigó un complot junto a su tío Ferores (hermano de Herodes el
Grande), contra la vida de Herodes. La muerte de Ferores y la denuncia de la viuda de que
había sido envenenado, descubrió todo el complot, pero en aquel momento Antípater
estaba enRoma y desconocía lo que ocurría en Judea. Cuando regresó fue detenido por
Publio Quintilio Varo, gobernador romano de Siria y fue condenado a muerte; Augusto
debía aprobar la sentencia, y para evitar que se llevase a cabo Augusto recomendó que se
le desterrara, pero Antípater fue asesinado en la prisión cinco días antes de morir Herodes
(4 a.C.)
También otro texto, tomado de la misma Web da testimoniko de lo mismo
(es.wikipedia.org/Herodes_I_el_Grande)

Árbol genealógico de la Casa de Herodes

--- = casados
| = desciende de
... = hermano/a
dt = descendiente
ha = hija
n = nacido
m = muerto
c = casado/a
? = no incluido o desconocido

alejandra y Alejandro hijos de Aristóbulo II quien fue hermano de
Hircano II
|
---------------------
| |
Aristóbulo III de Judea ... Mariamne, ha
(m. 35 a. C.) c. Herodes el Grande
último descendiente asmoneo
elegido sumo sacerdote ahogado


Antípater el Idumeo --- Cypros, princesa nabatea
| de Petra
|
|
Herodes el Grande
(74 a. C.-4 a. C.)

Herodes el Grande --- total 10 esposas, 14 hijos

Herodes el Grande --- Cleopatra de Jerusalén
|
Herodes Filipo
m. 34

Herodes el Grande --- Doris
|
Antípatro
m. 4?

Herodes el Grande --- Malthace, samaritana
|
--------------------------------------------------
| | |
Herodes Antipas Arquelao Olympias
n. 20 a. C.? --- Fasaelia,
dt Aretas IV, rey nabateo
'divorciado' para casarse con:
--- Herodías,
dt de Aristóbulo, hijo de Herodes el Grande

Herodes el Grande --- Mariamne n.29? nieta de Aristóbulo II
|


--------------------------------------------------
| | | |
Alejandro Salimpsio --- Fasael Cypros
m. 7 a. C.? m. 7 a. C.? | c.
c. Berenice Cypros Antípater(2)
|
Herodías
c. Herodes Antipas

Herodes el Grande --- Mariamne
| dt de un Simón el Sumo Sacerdote
|
Herodes Filipo

Del Árbol Genealógico de Herodes el Grande, tomaremos solamente la Descendencia de
Herodes casado con Doris, en el esquema puesto en letras rojas y subrayadas. Esta es la
línea de ascendencia de Saulo, (Según Robert Ambelain en su obra El hombre que creó
a Jesucristo, de la Colección Enigmas del Cristianismo Ediciones Martínez Roca, S. A. Título
original: La vie secrete de saint Paúl, publicado por Éditions Robert Laffont, París. Traducción de María Luz Rovira © 1985, Ediciones
Martínez Roca, S. A. 1985.

(Nacimiento de Saúl (Saulo) Hijo en segundo grado de Cypros y de Antipater, el
primogénito de Herodes I el Grande)

En parte, Éste es el cuadro que nos ofrece de día, en el año 8 del reinado de Tiberio César, el mar
de Galilea
“…Pero mientras se efectuaban todos estos preparativos se habían precipitado los
acontecimientos: Cypros, con los rasgos deformados por el dolor, estaba dando a luz. De su boca
torcida se escapaba un gemido in interrumpido, sus brazos estaban abiertos en un gesto patético, y
con las manos arañaba sin cesar los cobertores ya manchados por las aguas amnióticas. Su tórax
de pesados senos, sacudido por torsiones espasmódicas, hacía olvidar el rápido vaivén de sus
muslos, tan separados como si se tratara de un descuartizamiento, y de sus rodillas, que se
levantaban y bajaban sin descanso. Sus negros cabellos, pringosos de sudor graso, le cubrían
medio rostro, y su boca, muy abierta, intentaba conservar el aire como en una agonía
desesperada. Por fin, los riñones se arquearon bruscamente, el vientre se combó un poco más, y un
clamor llenó la estancia: proyectado brutalmente a las manos de la matrona, acababa de venir al
mundo un recién nacido, y ésta, haciéndolo pasar por el fondo de la olla, tiraba de él hacia sí.
Entonces aumentaron, estridentes, los gritos de alegría histérica de las sirvientas. Era un niño... A
partir de ese momento se apresuraron a liberarlo del último lazo materno, aunque sin lavarle las


sanies uterinas, según costumbre, ya que con estas impurezas se tenía que ahuyentar a los malos
espíritus que podían penetrar en él con su primera inspiración.

Mira, Lallah... —dijo la matrona presentándole al niño, al que sostenía desnudo frente a ella,
sujetándolo por las axilas—. ¡Mira! Tu hijo lleva en el hueco entre los riñones el «signo del
bandido»... Puedes estar segura de que será un temible guerrero...

Entonces la madre, a pesar de su debilidad, empezó también a lanzar exclamaciones de alegría:

¡Saúl, hijo mío! ¡Ojalá seas más grande que todos ellos! Aretas te pagará tributo... Los brazos
de tus esposas estarán cargados de brazaletes, y harás la razzia de todas las tiendas, desde
Petra hasta Tophel... ¡Escuchad, mujeres! Este niño arrebatará todos los camellos a nuestros
enemigos, y sobre ellos se llevará a sus mujeres y sus hijas, que dará como esclavas a sus
guerreros... ¡De sus lanzas hará gavillas, y sobre esas espigas de muerte plantará sus cabezas!
¡Y con sus escudos enlosará los cementerios de nuestros padres! Tras él, las ciudades de
nuestros enemigos arderán, con sus palacios y sus templos... Luego volvió a caer sobre su
manchado lecho, agotada por semejante esfuerzo. Entonces las sirvientas volvieron a Cypros
sobre su costado derecho, y se dejaron caer con todo su peso sobre la cadera de ésta, una
detrás de otra. Después la vendaron con una banda ancha de lino, desde debajo de los senos
hasta el pubis, apretando con todas sus fuerzas.

Durante ese tiempo, la matrona había estado aplicando un fuerte masaje al cráneo del bebé, a su
rostro, apretándole la nariz y estirándole los labios, sin prestar atención a sus gritos. A
continuación, tal como se había hecho con la madre, lo inmovilizó estrechamente, como a una
momia egipcia, desde los pies hasta la garganta, manteniéndole los bracitos pegados a lo largo del
cuerpo con ayuda de una venda ancha de lino. Por último, tras haber extraído por succión algunas
gotas de leche del seno izquierdo de Cypros, lo colocó junto a ella, para su primera mamada, y se
fue, acabada su función. Las sirvientas se sentaron de nuevo sobre sus talones, en silencio.

¿Así que le llamarás Saúl, Lallah? —preguntó tímidamente Uakhaiti.
Sí —respondió la herodiana, fatigada—. Porque es un viejo nombre de Idumea, y es deseo del
señor Antipater que se llame así. Entre los reyes que reinaron sobre el país de Edom mucho
antes de que los hubiera entre los hijos de Israel, dicen nuestras crónicas que Saúl, de Rejobot,
junto al río, reinó después de Semia, y que cuando murió, Baaljamán, hijo de Acbor, reinó en
su lugar. Además, ese nombre significa «deseado», y sólo el Señor de los Cielos sabe cuánto he
deseado yo a este hijo...

Hay otras investigaciones como las de Gerlad Massadié, a quien yo reconozco como a su
biógrafo, ya nos describe como vivos los hechos y personajes en torno a la vida de Saulo.

(De la página 13 del libro: “SAULO el Incendiario”. La vida secreta del Apóstol Pablo de Gerald
Massadié. Colección Enigmas del Cristianismo de Ediciones Martínez Roca, S. A., México, 1992.)

…“Le llamaré Saulo, dijo Antípater abajo ya, cuando el cordón umbilical había sido cortado
y anudado.


La concurrencia aplaudió, en efecto, aquel hijo que había sido solicitado ansiosamente y
todos sabían que Antípater no había escatimado sacrificios en la sinagoga, ni tampoco los
pagados a Astarté, cuya torre epónima dominaba el mar, allí, abajo, mientras los amigos,
por su parte, habían acudido a hacer sacrificios en el mithraeum.

Así hizo su entrada en el mundo Saulo, el incendiario, hijo de Antípater, a su vez hijo de
Herodes el Grande y la primera de sus diez esposas y de Miriam, hija de Antígono, el último
de los Asmoneos, es decir, el último descendiente de los ilustres Macabeos”.

Con esta cita y con las precedentes, queda probado que:

Saulo, posteriormente Pablo por su traducción al griego y finalmente “San Pablo”,
reconocido así por la Iglesia Oficial del Imperio Romano de Occidente, ya que era su
Apóstol Fundador y que, gracias al Concilio de Nicea en 325, bajo los auspicios y el control
del Emperador Constantino I el Grande, pasó a llamarse la Santa Madre Iglesia Católica,
Apostólica y Romana que, ni es santa, ni es madre; católica en cuanto a que abarca todo el
universo del Imperio Romano de Occidente, pero no al Imperio Romano de Oriente ni al
resto del mundo y menos aún del universo; pero como no es universal, tampoco es
católica; Apostólica tampoco en virtud de que su fundador San Pablo que se auto-nombro
el “Apóstol de los Gentiles” (El Apóstol 13) que no tenía ni tuvo nunca el reconocimiento
como tal por el único que pudo haberlo nombrado que era Jeshua bar Yehudá o Jesús de
Nazaret o el Cristo, porque cuando Saulo dejó de perseguirlo, ya no estaba Jesús de
Nazaret en escena para entonces; a pesar de los sueños de sus crisis convulsivas, en los
que soñaba ser elegido por aquel a quien él creía o hacía pasar como dios; Romana sí, por
ser los reductos del Imperio Romano de Occidente; así es que, de tan largo nombre, sólo
le queda “Iglesia Romana”, por ser la iglesia del Imperio y, desde la muerte de Constantino
hasta nuestros días es lo que ha ido quedando del Imperio Romano de Occidente.

Decía pues, Saulo fue hijo de Antípater II, a su vez primogénito de Herodes I el Grande,
quien a su vez hijo de Antípater I, alias Antipas y, por línea materna: hijo de Miriam, a su
vez hija de Antígono, y este, hijo de Aristóbulo II. Todo esto lo hacía poseedor de la sangre
real de la Dinastía de los Macabeos y la de los herodianos y por tanto, un príncipe sin
corona.

Con este brevísimo análisis queda de manifiesto que hay dos versiones respecto a la vida
del APOSTOL 13, una piadosa sacada de los propios escritos de Pablo, donde las
referencias a los Hechos de los Apóstoles que son parte importante del Nuevo Testamento
de la Biblia, con los cuales se fundamenta la genuinidad de la propia Iglesia Católica y de
todas las sectas Cristianas, cualquiera que sea su denominación.

Pero, es un hecho real que “ninguna de las partes o pasajes de la Biblia pueden tenerse
por documentos históricos”, especialmente en los documentos del Nuevo Testamento,
que son solamente narraciones tomadas de narraciones que pasaron de boca en boca a
través de los cientos de años, la mayoría tomadas de los propios escritos Paulinos, que
carecen de veracidad porque narran leyendas y, en el mejor de los casos, tradiciones; que


no son hechos históricos documentados. Y este hecho en sí echa por tierra la autenticidad
no sólo de las iglesias cristianas, sino hasta del mismo cristianismo.

Jesucristo es un personaje creado por la imaginación de alguen y no la historia de una
persona real, en realidad es algo así como Don Quijote de la Mancha, del Manco de
Lepanto, don Miguel de Cervantes Saavedra o Cyrano de Bergerac de Edmond Rostand; o
El Carlot de Charles Chaplin; o como Otelo: el moro de Venecia de Shakespeare. Con la
misma propiedad y en el mismo tenor, bien podríamos decir: Jesucristo de Saulo.

Tal vez esto parezca irreverente y hasta blasfemo; pero por doloroso que sea, así es esta
realidad.

Yo, que me consideré siempre un cristiano, más o menos cercano a la Iglesia, hasta
cursillista, con esta referencia podrán aquilatar la magnitud del dolor que he
experimentado paso a paso, al ir descubriendo los datos verdaderamente históricos que
me han ido tirando progresivamente el ídolo. Me costó años de lucha interior, de sentirme
sucio al albergar tales conocimientos y empezar a darlos por verdad. Cuando
definitivamente no me quedó más remedio que aceptarlos como verdad, primero
experimente un enorme sentimiento de indignación contra la Santa Madre Iglesia Católica
que de santa y de madre tiene tanto como de católica y apostólica, absolutamente nada.
Cómo es posible que casi por dos mil años de historia de la humanidad hayan medrado
tanto con esta fantasía salida de la cabeza de un hombre enfermo, precisamente de la
cabeza; de un epiléptico, audaz y ambicioso que no tuvo el menor empacho para mentir y
engañar a tantos inocentes de buena fe que creyeron en sus palabras y lo encumbraron.
Ciertamente Saulo era un hombre de inteligencia superior e hiperactivo, ni duda cabe;
pero era también un príncipe herodiano, heredero al Trono de Herodes el Grande, a
través de su padre Antípatro, mandado degollar por su propio padre Herodes por
conspiración en su contra por la sola ambición de apresurar su ascensión al poder. Saulo
fue un resentido, prosélito por línea paterna y por línea materna quien, a pesar de ser de
sangre real, por ser desheredado y repudiado de la propia familia herodiana, a quien su tío
Herodes Agripa le concedió un puesto en los ediles para que se ganara el sustento, propio
y de Rufo, su hermano menor; que medró o mejor dicho, robó al amparo de su estirpe,
llegando a amasar una de las más grandes fortunas y acumular en su persona un enorme
poder de influencia, tanto entre los representantes de Roma como entre los judíos,
especialmente el Sanedrín que debía su existencia a los Macabeos, de los cuales por línea
materna Saulo era el último descendiente, aunque prosélito, era príncipe.

Con cuanto resentimiento y ambición vivió la mayor parte de su vida, navegando entre el
poder romano y el poder judío que, si bien, le daban relevancia, no podía aspirar a ser
titular de ninguno de ellos, por ser un prosélito.

Tal es la calidad de persona que fue Saulo, Pablo o San Pablo; un hombre conocedor de su
medio, sumamente enterado por ser un actor importante en los acontecimiento de su
tiempo, con una inteligencia superior, pero además enfermo, epiléptico que, según parece
sus crisis convulsivas eran muy frecuentes e intensas, como la que se relata cuando la


iglesia le reconoce como su conversión, que no fue tal, ya que viendo las cosas desde la
perspectiva no creyente, no es sustentable. Así es que no hubo tal conversión y Saulo tuvo
otros motivos, más bien relacionados con la ambición y con el poder que ya para entonces
declinaba en su medio social donde tanto brilló, para unirse a los Nazarenos, los pocos
que quedaban de los doce discípulos de Jeshua bar Yehudá, entre los cuales no figuraba
Saulo. Así es que no tuvo empacho alguno para una vez más mentir, embaucar, engañar e
ingeniárselas para enrolarse nuevamente en el poder, que finalmente logró, ya que su
obra perdura dos mil años después.

Para desenmarañar la madeja en este asunto, iremos poco a poco fundamentando las
afirmaciones hasta llegar a descubrir el final de esta historia, que aunque falsa es una
historia real en sus acontecimientos.


LA SANTA MADRE IGLESIA CATÓLICA, APOSTOLICA Y ROMANA

Está ligada a los acontecimientos de Palestina y de Roma desde su origen, porque su
inventor, Saulo, perteneció a esa sociedad en ese tiempo y, aunque tergiversando los
hechos, y no por desconocimiento, puesto que él mismo fue un actor en ellos, sino por su
intención y su finalidad, acabó ligando a su personaje Jesucristo con Jesús de Nazaret el
Cristo, es decir el ungido, el Mesías esperado por el pueblo judío.

Este tema ha sido ampliamente analizado en mi libro JESHUA, SAULO, CONSTANTINO Y EL
CRISTIANISMO, por lo que en este trabajo lo haremos muy brevemente.

Como ya se dijo, Saulo, Pablo o San Pablo, autor del Cristianismo y por tanto de la materia
prima fundamental para la construcción de la Iglesia Católica, no era judío ni mucho
menos, en realidad era una mezcla de árabe con judío, pero educado al más puro estilo
árabe idumeo. (De Edom), lugar de procedencia de la estirpe Herodiana, de la cual él era
miembro con todas las de la ley; aunque su madre si era judía, noble por cierto, en cuanto
a que era nieta del último de la dinastías de los Macabeos; pero la crianza de Saulo fue
idumea, igual que su padre Antípatro, en la casa de Herodes, su abuelo.

Tuvo una vida muy azarosa en virtud de que, siendo príncipe por ambas líneas ancestrales,
como judío por su madre Miriam era miembro de la Dinastía de los Macabeos, pero
prosélito en virtud de que su abuelo Antígono Matatías, hijo de Aristóbulo II fue degollado
por orden del Rey Herodes I el Grande en el año 37 antes de Cristo. Por línea paterna,
también príncipe en cuanto a que fue nieto del mismo Herodes I el Grande, ya que fue hijo
de Antípatro, primogénito de Herodes y heredero al trono, pero por conspiración contra
su padre, fue degollado en los sótanos del Palacio, por orden de Herodes, su padre, cuatro
días antes de la muerte de Herodes I el Grande. Así pues, para empezar era príncipe por
las dos líneas de ascendencia y proscrito en las dos, por lo que fue desheredado y se creó
a la deriva desde su muy tierna edad.

Tenía 6 ó 7 años cuando ocurrió la muerte de su padre que lo hizo proscrito para la familia
de Herodiana. Recogido por su tía política Glafira, viuda de Alejando (hijo de Herodes),
quien tenía su palacio en Tarso, donde vivía como princesa de Capadocia, hija del rey
Arquelao. Saulo era epiléptico pero de mentalidad muy despierta; su tía Glafira les puso
preceptores para ser educados en su propio palacio, tanto a Saulo como a su hermano
menor Rufo. Durante varios años fueron instruidos en latín y en griego, además de las
materias de aprendizaje en su tiempo. Cuando Saulo tenía doce años de edad, su tía
Glafira se casó con el rey de Numidia, Juba II, cuyo matrimonio duró solamente dos años.
Al disolver el vínculo matrimonial con el rey Juba, Glafira regresó a su palacio y encontró
que los recursos económicos que había destinado para pagar los sueldos de los
preceptores, así como para la subsistencia de sus dos sobrinos, hacía tiempo ya que se
habían agotado y Rufo permanecía en una de las habitaciones alimentado por los criados


pero con muchas carencias y necesidades. Saulo que era mayor, para entonces ronandaba
los 15 o los 16 años de edad, tenía ya más de un año “vagando” por los muelles,
conviviendo con los pescadores y marineros que llegaban al puerto procedentes de todo
el mundo conocido; les hablaba en latín o en griego, era uno más entre los marineros en
las tabernas, con quienes bromeaba y comerciaba; así se ganaba la vida.

La convivencia tan estrecha con los marinos y hombres de mundo le amplió sus
posibilidades de relación con todo tipo de personas y aprendió a sacar ventaja de esto.
Cuando regresó su tía Glafira se preocupó por ellos y lo regresó a casa y restableció su
forma de vida. Poco después la tía Glafira que era aún joven y muy bella, se propuso
casarse con el rey Herodes Agripa, tetrarca de Jerusalén, por lo que organizó el viaje de
regreso a Palestina. Llegaron directamente al Palacio de Herodes y poco tiempo después
se casaron. Saulo, a pesar de su condición de prosélito de la familia herodiana, deseaba
regresar y ser reconocido como un miembro más, para lo cual se entrevistó con su tío, el
rey Herodes Agripa, quien lo informó de su situación de excluido de la familia y
desheredado. A pesar de eso su tío le dio un empleo como oficial en los ediles, con el fin
de que se ganara lo necesario para vivir para él y para su hermano menor Rufo, que era su
dependiente. El Departamento de los Ediles, tenía encomendadas muchas actividades,
tales como: Las festividades de la ciudad, la vigilancia del comercio, pesas y medidas, el
mantenimiento de las calles y banquetas, así como el alumbrado público, la provisión de
agua, las obras públicas en general. Poco después se les agregó el catastro, con lo cual
incrementaron sus presupuestos y sus ingresos. Al principio Saulo ocupaba uno de los
puestos más modestos; pero por su condición de noble herodiano, gozaba de
consideraciones especiales y, poco a poco fue aprendiendo el oficio y subiendo escaños.
Cuando su tío fue destituido por Roma, con la llegada de Quirino, como Cónsul Romano;
Saulo hizo valer su ciudadanía romana que le correspondía por herencia en línea paterna,
a la cual tenía derecho por ser descendiente de Anípatro, alias Antipas, padre de Herodes
el Grande; nacionalidad que le concedió el Senado Romano como recompensa por sus
luchas y servicios a favor de Roma.

En esta forma, Saulo continuó ascendiendo en el poder y llegó a la cúpula en los ediles,
donde tuvo la oportunidad de acumular una enorme fortuna personal, así como bienes y
propiedades, amén de un gran poder de influencia en los gobernantes romanos. Se hizo
indispensable entre los procuradores romanos que fueron siendo designados por los
diferentes emperadores romanos; ya que conocía dicho trabajo como la palma de la
mano, y a cada Procurador que llegaba nuevo le servía de instructor y asesor.

Por otro lado, por ser el último descendiente en la dinastía de los Macabeos o Asmoneos,
en función de que su Madre, Miriam era hija de Antígono y nieta del último rey Macabeo,
fundadores del Sanedrín, donde Saulo era muy estimado y gozaba de un alto poder de
influencia. Por tal motivo, Saulo era el comandante general de la Policía Moral cuya
función era mantener el orden moral y religioso entre los judíos.

Estas dos formas, la del poder de influencia sobre los Procuradores Romanos, el último
sobre los que tuvo este poder de influencia fue Poncio Pilatos y, seguramente tuvo mucho


que ver en el juicio contra Jesús de Nazaret “Rey de los Judíos”. También, por el lado
judío, el Sumo Sacerdote, Caifás, procurador ante el Sanedrín, lo tenía en alta estima y
respeto; colaboraban para mantener el orden religioso y moral judío. Por tal motivo,
también tuvo mucho que ver con la sentencia a muerte de Jesús, dictada por Caifás y el
Sanedrín.

Todo esto configura la personalidad de Saulo y pone en claro los motivos por los que lo
perseguía, ya que a esos niveles de gobierno Jesús era tenido por agitador social, ya que
trataba de subvertir el orden social al querer restaurar el reino de David; y no tanto por
conflictos religiosos, que sí los había, en cuanto que Jesús era un Saduceo y el gobierno
judío estaba dominado por Fariseos.

Jesús había enviado a setenta mensajeros, llamados como a él lo llamaban, Nazarenos, a
propagar la idea de su movimiento a las diferentes comunidades judías en la diáspora,
ubicadas por todo el Mediterráneo; le llegó el juicio y ejecución en la Cruz y, los Apóstoles,
la mayoría sus hermanos, todos hijos de María aunque de diferente padre, unos eran hijos
de Judas de Gamala, los hermanos carnales de Jesús y otros eran hijos de Zedbedeo, alias
Alfeo y, por lo tanto herederos del movimiento que Jesús deseaba que lo continuaran, aún
después de él. Los Nazarenos continuaron su labor después de la muerte de Jesús y sus
logros se empezaron a conocer en Jerusalen.

Después de “la muerte” de Jesús, Saulo empezó a perder poder, tanto en el gobierno
romano como en el judío. Para entonces Saulo, que era todo un personaje, empezó a
entrar en conflicto con Poncio Pilatos, por lo cual pérdida de influencia y de estima, ya no
era tan bien recibido en la Procura Romana y se sentía relegado. Las cosas con Caifás
entraron en un estado de desconfianza y temor y, la policía que comandaba había recibido
varias palizas por lo nazarenos, así es que el poder se le escapaba de las manos. Todavía
alcanzó a prender a Esteban, uno de los nazarenos y logró que el Sanedrín en juicio
sumario lo sentenciara a muerte por lapidación, sentencia que ejecutó Saulo como Jefe de
la Policía Moral. Después de este crimen, su actuación se fue tornando gris y cada vez más
desairada; lo cual lo hizo pensar en su situación actual y en su futuro y se dio cuenta de
que ya no había mucho que hacer ahí. Por otra parte, cada vez se escuchaba sonar más
fuerte la penetración de los Nazarenos en la diáspora, especialmente en Roma. Ante la
versión de que Jesús no había muerto en la Cruz y del temor que le producía pensar que si
Jesús era reconocido por el Senado Romano y designado Rey de los Judíos, ¿qué iba a ser
de él, se quedaría del lado de los perdedores? Esa idea lo aterraba y decidió unirse a los
Nazarenos; pero al hacerlo quedaría como traidor ante Caifás y ante el Sanedrín, por lo
que seguramente se enfrentaría a la muerte.

Pensó y encontró la forma de unirse al movimiento Nazareno, entrando sumiso y
entregado a su causa; los Apóstoles que quedaban, no le creyeron pero lo aceptaron
porque pensaron que era menos peligroso tenerlo cerca y de su parte que afuera y como
enemigo; lo interrogaron, le cuestionaron sus actitudes y conductas anteriores, las
vejaciones y malos tratos a los que los había sometido y, como respuesta les hizo ver su
gran arrepentimiento por eso y les habló de su conversión, gracias al episodio que todos


conocemos, del encuentro “sobrenatural” que tuvo con Jesús, cosa que no fue más que
parte de su estrategia para abrirse el paso de entrada y, en el mejor de los casos, sólo una
caída más por crisis epilépticas, las cuales sufría muy frecuentemente.

Saulo fue aceptado pues por los Apóstoles, como un nazareno más pero no como un
apóstol en virtud de que, el único que podía designarlo ya no estaba con ellos. Le pidieron
que se quedara unos días con ellos para que conociera los mandatos e intenciones de
Jesús, pero Saulo temía por su vida y le urgía salir del país a la brevedad posible, por lo
cual no se esperó y, por tanto no tenía idea de lo que sería su tarea como nazareno.

Emprendió su viaje hacia las comunidades de la diáspora, con la intención de unirse a los
demás nazarenos, cuyas actividades estaban ligadas a las de las Sinagogas, ya que era
asunto exclusivamente judío. Saulo no era del todo judío, su crianza fue idumea en el
Palacio de Herodes el Grande; no fue circuncidado, no recibió educación judía en torno a
la Tora, que es la Ley de Moisés; tenía conocimientos vagos de las antiguas escrituras y de
la historia del pueblo hebreo, pero nada que le pudiera servir para ser un judío más en las
sinagogas, su comportamiento era desordenado y prepotente; pretendía dirigir las
actividades de los rabinos y de los nazarenos; por lo cual pronto chocó con ellos, pues
para los judíos de cepa, un incircunciso es un asqueroso gentil con el que no pueden, de
ninguna manera, convivir ni mucho menos alternar. Su desconocimiento de la Ley lo
condenaba; por lo que poco a poco fue impedido de acercarse a las sinagogas y, empezó a
predicar entre los gentiles, tratando de acarrearlos hacia las sinagogas y convertirlos al
judaísmo, pero estos nuevos feligreses no eran bien recibidos por impuros.

Saulo entró en conflicto, no sólo con los rabinos y con los judíos de la diáspora, sino hasta
con los Apóstoles ante quienes lo acusaron por sus malos comportamientos. Saulo se
aferraba a la idea de que no se podía servir a dos amos a la vez, quería que los judíos se
decidieran a adoptar la Ley de Moisés o la Ley de Jesús; ignoraba que Jesús dijo que él no
había venido a cambiar la Ley sino a hacerla cumplir. De todas maneras, era imposible que
los judíos estuvieran dispuestos a dejar a Moisés y a Iahvé, que era su credo y su tradición
ancestral por la Ley de Jesús, que no existía.

Prácticamente para entonces ya contaba con algunos gentiles adeptos pero que no eran
bienvenidos a las comunidades judías ni a las sinagogas, por lo que Saulo decidió romper
con el Judaísmo y se dedicó a promover a su personaje Jesucristo, que no fue sino un
burdo remedo de lo que era la verdadera personalidad de Jeshua bar Yehudá y su labor
mesiánica.

El hecho es que, a su manera, con lo que él creía que era el “cristianismo”, su invención,
continuó formando y fomentando el crecimiento de las comunidades cristianas pero ya
alejadas de los judíos y de las sinagogas. Recomendó a que, en la casa de uno de los
miembros de cada comunidad, especialmente en la casa del coordinador se pusiera un
altar presidido por la cruz del calvario, sin la imagen de Jesús colgado ni agónico;


solamente la cruz. Ante ese altar se reunían a orar y a celebrar sus rituales, que eran los
Mitráicos, la comunión con pan y agua. “ASÍ NACIÓ EL CRISTIANISMO”.

Con el paso del tiempo, las comunidades cristianas fueron creciendo autónomas, pues no
había una cabeza central; Saulo ya había perdido la suya bajo la espada de Nerón, por
haber incendiado Roma, a causa de lo cual las comunidades cristianas sufrieron
persecución del Imperio por los siguientes 300 años.

El martirio y la persecución fueron buenos propagandistas y, las comunidades cristianas se
extendieron por todo el Imperio Romano, en 312, cuando Constantino I el Grande, llegó al
poder, en todo el imperio se contaban ya más de 1400 Obispos, es decir, jefes de
comunidades cristianas dispersos en todo el Imperio, incluyendo el norte de áfrica (Egipto
y Libia) y en todo Europa. (De estos sólo 318 asistieron al Concilio de Nicea en el año 325 y
muchos de ellos por el interés de defender la postura de Arrio).

Con el Concilio de Nicea, en 325 de nuestra era, nació propiamente la Iglesia Católica al
amparo de Constantino I el Grande y, después de la muerte de éste que trasladó la sede
del imperio a Constantinopla, por lo cual el cristianismo de dividió en dos corrientes: La
Iglesia Católica, con el Papa a la cabeza dominaba en el Imperio Romano de Oriente y, la
Iglesia Ortodoxa el imperio Romano de occidente.

A partir de la muerte de Constantino I el Grande, el imperio Romano de Occidente se fue
poco a poco quedando en las manos de la Iglesia Católica, la cual acabó siendo el Imperio
mismo, hasta nuestros días.


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