1. El “sexo” en el Budismo
El sexo, en si no es malo, mientras no cause daño a
ningún ser (incluyendo en “ser” a uno mismo) y
mientras no te desvíe de tu motivación espiritual
Karma Wangchuck Sengue
2. “Si me hubiera encontrado con otro obstáculo tan
difícil de superar como el de mi sexualidad, nunca lo
hubiera conseguido."
Buda
De Las enseñanzas Zen del Maestro Xu Yun
En Layout “fe” en Tambor del Dharma
3. "Tratando de cultivar el samadhi sin cortar la lujuria es
como cocinar la arena tratando de obtener arroz. No se
puede hacer."
Shurangama Sutra
4. No es que el sexo sea malo en si
pero si lo que quieres es salir del Samsara
el sexo es el principal apego que te mantendrá atado
Así que si quieres salir requieres cortar con la lujuria
Como dice un maestro:
“Si te funciona para el mundo material,
entonces no es espiritual”
Tu decides
5. Es bueno permanecer de vez en cuando para percibir lo
no-hermoso en lo hermoso.
Es bueno permanecer de vez en cuando para percibir lo
hermoso en lo no-hermoso.
¿Por qué razón hay que ver lo no-hermoso en lo hermoso?
Para que no surja ninguna lujuria en mí.
¿Por qué razón debe uno superar lo hermoso y lo no-
hermoso?
Para que uno permanezca atento, con una comprensión
clara y con ecuanimidad.
Cómo combatir la lujuria
Christopher Titmuss. Meditaciones de Buda para cada día. Ed. Prana. Pág. 160. Diciembre 8
Buda
6. Para el adulto es natural amar a una persona del sexo opuesto. El buddhista laico
reconocerá que no hay nada "pecaminoso" o vergonzoso en el sexo, y por lo tanto
no sufrirá de un sentimiento de culpa por el deseo sexual. Al mismo tiempo él o
ella estarán conscientes que el deseo sexual, como cualquier otra forma de deseo,
debe ser regulado y controlado para evitar dañar a uno mismo y a otros.
Una Simple Guía para la Vida
Un corto, claro y sencillo manual sobre como vivir una adecuada vida buddhista laica.
Robert Bagoda
Bogoda
Publicaciones Fondo Dhamma Dana
http://www.dhammavihara.org/cmbt/fdd/fdd008.htm
7. Es muy fuerte la tendencia a sentir apego por los placeres sensuales como la
comida, la música, el sexo, etc. Estos placeres no son en sí mismos malos y,
bien administrados, pueden ser fuente de paz y equilibrio interiores. El
problema está en la excesiva afición o incluso adicción que algunos
desarrollan por ellos, atándose así a algo muy pasajero y que también
produce dolor y sufrimiento.
El sexo es, concretamente, algo que siempre causa muchas preocupaciones.
En sí mismo es igual a cualquier otro placer sensual, pero suele tener más
implicaciones por sus efectos inmediatos en otras personas. En principio,
ninguna actividad sexual es mala siempre que no cause sufrimiento. Por eso
el Buda, al hablar de la doctrina sexual incorrecta, sólo hizo referencia al
adulterio, que supone inmiscuirse en una relación ajena, y a la tentación a los
que han hecho votos, como los monjes y las monjas, a los que se aparta del
camino que han pretendido escoger. Aparte de éstas u otras conductas que
causen daño, en el sexo como en todo es aconsejable guardar la debida
moderación, para evitar caer en una esclavitud sensual que nos hunda cada
vez más en el mundo de los sentidos y las ilusiones del ego. Cada uno es el
mejor juez de sí mismo en este punto.
La Ética del Budismo
http://www.meditationclub.com/etica.htm
8. Sexo
El buddhismo reconoce que la atracción sexual es una realidad universal. Entre los animales, el impulso sexual es regulado por la naturaleza, así que
el apareamiento y la reproducción son determinadas por las estaciones. Entre los humanos no hay tal mecanismo natural, y el hombre, por medio de
un largo proceso de experimentación y ajuste, ha llegado a ciertos tabúes, reglas y reglamentaciones para manejar su instinto sexual de la manera que
le resulta adecuada a él y a sus congéneres. Aunque estas reglas difieren de acuerdo con el tiempo y el lugar, en su totalidad han ayudado al hombre a
emerger del salvajismo a la civilización.
De acuerdo con el buddhismo, la monogamia es la forma ideal de matrimonio, mientras que la castidad y la fidelidad forman la conducta ideal antes
del matrimonio. Pero para lograr el éxito en la vida marital no sólo se necesita esto. Se enfatizan como virtudes a la confianza mutua (saddhà), la
moralidad (sìla), la abnegación (càga) y la prudencia (paññà), que aseguran la felicidad y el éxito conyugal. En otras palabras, la confianza mutua
significa responsabilidad, la moralidad implica fortaleza de carácter, la abnegación o el gozo del servicio sin egoísmo que se ofrece al amado denota
madurez emocional y la prudencia muestra la madurez intelectual. Estas cualidades unen tan estrechamente a los esposos, que se dice que la relación
podría continuar aún después de la muerte, en una existencia futura. Los padres de Nakula están descritos en la literatura buddhista como una pareja
ideal quienes, en su vejez, expresaron el deseo de que su amor trascendiera a la muerte. El Buddha respondió que el deseo se materializaría si ambos
compartieran las cualidades mencionadas anteriormente (A. II, 61-61).
Los vínculos matrimoniales del hombre moderno son tan frágiles y quebradizos porque estas fuerzas emocionales cohesivas se pierden en la
sensualidad. Se pone mucho énfasis en el placer carnal, mientras que se ignoran o se niegan los ajustes de la personalidad y la participación
emocional, que demanda sacrificios y ausencia de egoísmo, respectivamente. Aunque el sexo es un requisito básico importante en el matrimonio,
ciertamente no es la totalidad y la finalidad de la vida familiar. La indulgencia en el sexo por el interés propio nunca trae satisfacción, entonces, ¿por
qué actuar así? En la literatura buddhista, la insaciabilidad de la lujuria se ilustra desdeñosamente por medio del tradicional símil de un perro que
lame un hueso para satisfacer su apetito. Pero el sexo como una expresión del amor conyugal es una experiencia emocional satisfactoria. Si el sexo
fuera el único interés, el hombre no habría necesitado desarrollar una institución como la familia. Los animales también satisfacen su instinto sexual,
pero, comparativamente, en el reino animal no se ha desarrollado nada como la familia humana. La importante función de la vida familiar parece
tener vida para enseñar al hombre una gran lección moral para superar su naturaleza egocéntrica. El hombre inicia la vida en el vientre de su madre
como el parásito más egoísta. Luego pasa a través de las etapas emocionales de egoísmo, amor conyugal y amor paternal. Como hombre maduro y
como padre se pierde completamente en el servicio a su vástago. Su abnegación es tal que hasta renuncia a las posesiones personales, adquiridas a lo
largo de toda una vida de trabajos, a favor de sus hijos. Finalmente, hace un sacrificio emocional cuando su hijo consigue compañía para amar y
apreciar. En su vejez se preocupa por su hijo con ecuanimidad y contentamiento. Esta madurez y cumplimiento emocional es enteramente imposible
si se considera que la sensualidad es el objetivo de la vida conyugal.
Con un Pie en el Mundo
Lily de Silva
Publicaciones Fondo Dhamma Dana
9. Sensualidad y madurez intelectual
Otro efecto enfermizo de la autoindulgencia, que es digno de atención, es la inhibición de las capacidades intelectuales.
El buddhismo pone énfasis en que la obsesión con la sensualidad evita el claro pensamiento, distorsiona la visión, nubla
los hechos, inhibe la sabiduría y destruye la paz mental. Mientras que Buddha hizo estas observaciones hace veinticinco
siglos, ahora, de forma completamente independiente, la investigación médica sobre la glándula pineal indica que el
sexo tiene un efecto inhibitorio sobre la actividad cerebral.
En el hombre, la glándula pineal es una estructura central, con forma de pera, localizada en la parte posterior de la base
del cerebro. Esta glándula sintetiza una hormona llamada melatonina, la cual afecta la conducta, sueño, actividad
cerebral, y la actividad sexual como la pubertad, ovulación y madurez sexual. Mientras que la melatonina estimula la
actividad cerebral, inhibe la actividad sexual. De nuevo se ha reconocido que la luz, la obscuridad, el olfato, el frío, el
estrés y otros mensajes neurológicos afectan la función pineal. La exposición a la luz reduce la síntesis de melatonina y
disminuye el peso pineal. Por otra parte, la luz acelera la actividad de maduración sexual.[4]
Sería útil hacer una comparación de esta información médica con la ideología buddhista. El buddhismo sostiene que los
estímulos sensoriales afectan la actividad mental. Si las puertas sensoriales están bien guardadas (indriyesu guttadvàro
hoti), es decir, si hay control de los estímulos visuales, auditivos, gustativos y táctiles, se hace posible un grado
correspondiente de actividad mental concentrada. La capacidad de fijar la mente en un punto (cittassa ekaggatà) está en
gran parte determinada por el control de estas capacidades sensoriales. En términos de fisiología, parece significar que
dicho control sobre los sentidos ayuda a la síntesis de melatonina en la glándula pineal, lo cual estimula la actividad
cerebral y retarda la actividad sexual. Por lo tanto, con la ayuda de la investigación médica parece posible confirmar el
punto de vista buddhista de que la sensualidad inhibe la madurez intelectual.
Con un Pie en el Mundo
Lily de Silva
Publicaciones Fondo Dhamma Dana
10. Sensualidad y cultura
... Éstas son las ideas buddhistas del cambio social. La sociedad permanece o se desmorona con el crecimiento o la caída de los
valores morales.
Es digno de observarse el hecho de que algunos estudios sociológicos actuales también han revelado que la moralidad y la
cultura están conectadas causalmente. William Stephens observa que al comparar las tribus primitivas con las comunidades
civilizadas, las primeras tienen una gran libertad sexual, tanto premarital como extramarital, y las segundas tienen severas
restricciones sexuales.[5] Dean Robert Fitch ha relacionado la caída de la civilización romana con el deterioro de su moralidad
sexual.[6] La contribución más importante a este respecto, la hizo J. D. Unwin en un estudio llamado Sex and Culture (Sexo y
Cultura).[7] Unwin condujo una investigación sobre la conducta sexual y el nivel de cultura de ocho tribus no civilizadas y de
seis civilizaciones conocidas. Concluyendo que hay una relación definitiva entre la permisividad y el primitivismo, y las
restricciones sexuales y la civilización. La libertad sexual da inicio a lo que él llama una cultura zoística (nivel muerto de
concepción) en donde la gente nace, satisface su deseo, muere y es olvidada una vez que sus restos son desechados. No tienen
capacidad de encontrar racionalmente la conexión causal entre los eventos. Cuando están afligidos por la enfermedad, por
ejemplo, acuden a la brujería y nada más. Cuando está presente cierto grado de restricción sexual, ocasional, premarital o post-
nupcial, el resultado es una cultura manística en la que los antepasados son reverenciados en tiempos de crisis, pero sin un
lugar definitivo para el culto. En el sentido de la expresión externa de la energía humana interna, la cultura, como resultado del
uso de los poderes humanos de la razón, creación y autoconocimiento, sólo llega a ser posible cuando las costumbres sexuales
de monogamia son estrictamente reforzadas. El mecanismo de esta operación es desconocido, así como tampoco se sabe la
forma en que el carbono colocado bajo diferentes escenarios se vuelve carbón o diamante.[8] Todo lo que puede decirse es que
hay un vínculo definitivamente causal entre la conducta sexual y el patrón cultural. En vista de que Unwin llega a esta
conclusión después de haber conducido investigaciones metódicas exhaustivas, es posible sostener que las preguntas
científicas también han confirmado el punto de vista buddhista sobre la relación entre moralidad y cultura.
Con un Pie en el Mundo
Lily de Silva
Publicaciones Fondo Dhamma Dana
11. Lama Ole: ¿Como vive el budismo el mundo del
sexo? ¿La homosexualidad?¿El aborto? nos podría
dar unos pequeños retazos. Gracias.
- El sexo se ve como un regalo, como un obsequio. El
cuerpo se percibe como una herramienta a nuestra pareja
o a otros. Homosexualidad es algo mucho más difícil que
una sexualidad normal y trae muchas perturbaciones,
pero uno tiene que tener compasión con la gente. Sobre
el aborto, estamos en contra. Todos nuestros países
occidentales están disminuyendo la población, por lo que
no deberíamos de abortar, sino dar a los niños en
adopción. Pero también existe una vida desde el momento
en el que el óvulo se fecunda con el esperma. De uno o
otro lado, las partes superpobladas alrededor del Ecuador,
y especialmente en los países musulmanes, deberíamos
de pagarles dinero para que mantengan su familias
pequeñas, porque si no nunca tendrán oportunidad de
tener una vida satisfactoria.
12. la indulgencia excesiva en el sexo provoca enfermedades
sociales, de las que la más temida hoy en día es el SIDA. El
Síndrome de Inmuno Deficiencia Adquirida, para que el que no se
ha encontrado aún alguna cura. Por lo tanto, la restricción del
gozo de los placeres sensoriales es la mejor línea de conducta
para quienes desean salud y larga vida.
Con un Pie en el Mundo
Lily de Silva
14. El Tercer Precepto: La abstención de conducta sexual incorrecta, este precepto me comprometo a
observar. (Kāmesu micchācārā veramaṇī sikkhāpadaṁ samādiyāmi.)
a. “Conducta sexual incorrecta es la volición con intención sexual que ocurre a través de la puerta del
cuerpo que causa trasgresión con una pareja ilícita” MA. i 202.
b. ¿Cuál es una pareja ilícita? Para los hombres, el texto enlista veinte tipos de mujeres que son
parejas ilícitas. Éstas pueden ser agrupadas en tres categorías:
(I) una mujer que está bajo la protección de personas mayores u otras autoridades encargadas de su
cuidado. Por ejemplo, una muchacha que es cuidada por sus padres, por su hermano o hermana
mayor, por otros parientes o por la familia completa.
(II) Una mujer prohibida por convención, es decir, parientes cercanas prohibidas por la tradición familiar,
monjas y otras mujeres bajo promesa de observar el celibato como disciplina espiritual y aquellas
prohibidas como parejas bajo la ley del lugar.
(III) Una mujer que está casada o comprometida con otro hombre, aún cuando el lazo que la una a otro
hombre solamente sea por acuerdo temporal. En el caso de mujeres casadas, cualquier otro hombre
que no sea su esposo es una pareja ilícita. Para todas las mujeres, un hombre prohibido por tradición o
bajo reglas religiosas es prohibido como pareja. Para ambos, hombres y mujeres, cualquier unión
violenta, forzada o coercitiva, sea por fuerza física o presión psicológica, puede ser considerada como
una trasgresión del precepto, aún cuando la pareja no sea incluso ilícita. Pero un hombre o una mujer,
siendo viudos o divorciados, pueden volver a casarse libremente si así lo eligen.
c. En un acto completo de conducta sexual incorrecta hay cuatro factores o componentes: (1) una
pareja ilícita, (2) la volición de unirse sexualmente, (3) el acto de unión, (4) consentimiento de la unión.
d. Puertas de acción: cuerpo. e. Raíces concomitantes: apego e ignorancia. f. Raíces
motivadoras: apego, odio e ignorancia. g. Ulteriores consideraciones. Cualidades morales. Falta de
consentimiento.
Curso Introductorio de Buddhismo Theravada
Preceptos
http://btmar.org/content/cursos
16. El tercer precepto, aquí en el retiro, dice: “Me comprometo con el precepto de
abstenerme de cualquier relación sexual”. Cuando se toman los cinco preceptos, el
tercer precepto únicamente se refiere a la abstención de la conducta sexual incorrecta
o inadecuada, pero no a la abstención de toda relación sexual. La conducta sexual
incorrecta es la relación con personas menores de edad, el adulterio, etc. En el grupo
de ocho preceptos, el tercer precepto consiste en la completa abstención de sexo y en
el grupo de cinco preceptos únicamente se rompe el precepto cuando se incurre en
conducta sexual desviada o incorrecta. Ésta es la diferencia.
La Virtud (Sila)
La virtud es el prerrequisito para el desarrollo de la concentración y sabiduría.
Venerable U Silananda
Publicaciones Fondo Dhamma Dana
http://www.dhammavihara.org/cmbt/fdd/virtud(sila).htm