2. Terapia física
Por lo general, pasamos el día realizando miles de acciones, que se nos han hecho costumbre, sin embargo,
nunca nos detenemos a pensar, que si no tuviéramos las herramientas necesarios o si alguna de estas fallara,
no seriamos capaces de llevarlas a cabo.
Estás necesarias herramientas son los huesos, músculos y articulaciones de nuestro cuerpo.
Los huesos son la estructura que sostiene y da forma al cuerpo. Se distribuyen desde la cabeza hasta los pies
y una función de suma importancia que cumplen es dar protección a órganos internos tales como corazón,
pulmones, hígado, bazo, además de soportar el peso corporal.
La unión de uno o mas huesos forman las articulación, están son las encargadas de permitirnos el
movimiento.
Por otro lado están los músculos que constituyen masas de tejidos elástico y resistente que al tirar de los
huesos nos impulsan a movernos.
Los huesos, articulaciones y músculos forman el sistema musculoesqueletico en compañía de de tendones,
ligamentos y cartílagos, permitiéndonos realizar miles de actividades diariamente.
3. Los huesos
Los huesos son el andamio del cuerpo.
Se componen de sales de calcio, sodio, magnesio y otros minerales. El calcio que contienen es fundamental para que estén fuertes y resistan el peso del cuerpo.
Todos juntos suman un total de 206 huesos.
Los huesos se clasifican según su forma:
Planos
Redondos
Largos
Cortos
– Composición del hueso:
Tienen una capa externa, la cual esta revestida por una cubierta fibrosa y dura llamada periostio, en el centro del hueso se encuentra la medula ósea.
La medula ósea sirve para producir glóbulos blancos y rojos, especialmente en las primeras épocas de vida, ya que contiene células madre.
Los glóbulos rojos se encargan de transportar el oxigeno hacia los tejidos y los blancos son coagulantes en caso de una herida.
– Movimiento de los huesos:
Los huesos por si solos no cuentan con movimiento. Deben unirse unos a otros para que puedan moverse de acuerdo a la función que tiene cada uno.
Entonces encontramos articulación muy móviles como el hombro, el codo, la cadera, dedos, muñecas, tobillo, estos están recubiertos por cartílagos y sus uniones se sostienen por medio de ligamentos.
Hay uniones de huesos inmóviles o con movimiento mínimo como las articulaciones del cráneo.
El movimiento de un hueso esta definido por la acción muscular, el motor es esta contracción que va a provocar movimientos de flexión, extensión, aducción o abducción.
En la infancia se fortalecen los huesos, algunos de ellos crecen siendo cartílagos y se calcifican en etapas posteriores. La prevención y el cuidado de los huesos es vital durante esta etapa ya que permitirá
un mayor grado de masa ósea al llegar a la vejez.
En la adolescencia aumenta la densidad ósea, por lo que la alimentación balanceada y el ejercicio regular son se suma importancia.
Durante la edad adulta, los cambios hormonales inciden severamente en la calidad del hueso, por lo tanto, una dieta rica en lácteos, y ajustada en sal y proteínas es requerida para evitar la osteoporosis.
Al llegar a la vejez, se produce una disminución de hueso que ronda entre el 30% y el 50%. Por esta razón es que la prevención en etapas anteriores tiene tanto significado al llegar a esta fase de la vida.