1. UNIVERSIDAD PANAMERICANA DEL PUERTO
FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES
ESCUELA DE ADMINISTRACION DE EMPRESAS Y CONTADURIA PÚBLICA
CATEDRA: DISEÑO Y EVALUACION DE PROYECTOS
Autora:
Dexy Lorena Segovia Contreras
V-22.338.962
Puerto Cabello, junio 2.022
La economía desarrollada en
la diversidad cultural
2. La Economía Naranja desde muchos años ha generado cada día más un
protagonismo, al mundo de la cultura, la industria creativa y la creación de contenido. Se
denomina, por tanto, universo naranja a todas aquellas actividades que transformen el
conocimiento en un bien o un servicio que trate de fomentar, además del beneficio
económico, el desarrollo de la cultura y la creatividad.
Ahora bien, la Economía Naranja tiene el talento y la creatividad como insumo
principal y es capaz de generar empleo, riqueza y tener un impacto en la calidad de vida.
A su vez, comprende entre otras, la industria del arte, arquitectura, cine, diseño,
publicidad, televisión, editorial, el teatro, la animación, los videos juegos, la música, la
moda, la gastronomía, las artesanías, el turismo y patrimonio cultural.
Así mismo, el objetivo principal de la Economía Naranja es fortalecer y crear
mecanismos que permitan desarrollar el potencial económico de la cultura y generar
condiciones para la sostenibilidad de las organizaciones y agentes que la conforman, en
concordancia con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
En este sentido, Martha Nussbaum, una importante teórica y filósofa del
desarrollo, expuso todo un libro llamado “Sin fines de lucro” y allí razonó el valor de las
humanidades como un eje esencial en la democracia, en donde se encuentran incluidas
las actividades claves de la Economía Naranja.
Es importante señalar, Colombia representa uno de los países de Latinoamérica
con éxito de las políticas que aplicó para fomentar la Economía Naranja, es decir
emblemático ya que en el año 2.017 genero US$6,2 billones resultantes de estas
actividades, obtuvo un crecimiento en las áreas de música, audiovisual y artes escénicas
3. de casi un 30%. Por ende, desde las cifras oficiales de la ONU, Colombia pasó de
exportar US$921 millones productos o servicios relacionados con la Economía Naranja
para el año 2003 a US$1.824 millones en 2012.
Al mismo tiempo, durante una conferencia del Banco Interamericano de Desarrollo
(BID), se presentó la publicación de un libro que trataba sobre la economía cultural y
creativa. Una economía que los autores de dicho libro denominaron “economía naranja”.
En este sentido, Iván Duque y Felipe Buitrago, consultores del BID, daban forma a un
concepto que, bajo su criterio, se presentaba como “una oportunidad infinita”. Así, los
autores resaltaban la necesidad de, al igual que la economía verde, acuñar un concepto
que tratase de potenciar la cultura y la ideación en los países.
La noción de industria como hemos comentado resulta relevante ya que, además,
fortalece también las bases del emprendimiento o creación de nuevas empresas que
unido a la integración de sectores y la circulación de bienes y servicios impulsan el
“ecosistema creativo sostenible”. Igualmente, la infraestructura y las instituciones
resultan menester ya que ayudan a fortalecer los bienes públicos e incentivan la
articulación para el financiamiento del sector. (Duque y Biutrago. 2021)
En resumen, podríamos decir que la economía naranja busca el profesionalizar la
creatividad y la innovación. Además, fomentando la transmisión de conocimiento, así
como de la cultura a generaciones venideras. Así, la idea principal se basaba en el
desarrollo y la extracción del potencial económico del sector cultural y creativo. A su vez,
generando unas condiciones para la sostenibilidad de las organizaciones y agentes que
integran dicho sector. Muy en la línea de, también, como afirmaron los autores, los
Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).