Es un ejercicio de planificación del control y vigilancia en Reservas de Biosfera, las estrategias se ajustan a la realidad de manejo de estas reservas
Plan de control y vigilancia Reserva de Biosfera Yasuni
1. Propuesta de control y vigilancia para la
Reserva de Biosfera Yasuní
Versión para revisión
Gonzalo Duerto
David Suárez-Duque
Tatiana Castillo V.
Susan V. Poats
CORPORACIÓN GRUPO RANDI RANDI
Junio 2011
2. Documento elaborado como parte de los productos del objetivo 1 del Proyecto: “Disminución de la
extracción ilegal de especies maderables y de fauna silvestre, con fines comerciales, de la Reserva de
Biosfera de Yasuní: generación de alternativas de usos sostenibles de productos maderables y no
maderables del bosque”. Financiado por la Agencia Española de Cooperación Internacional para el
Desarrollo (AECID).
Revisión técnica:
Susan V. Poats (CGRR)
Sugerimos citar este trabajo así:
Duerto, Gonzalo; David Suárez-Duque; Tatiana Castillo V. y Susan V. Poats. 2011. Propuesta de control y
vigilancia para la reserva de biosfera Yasuní. Quito: Corporación Grupo Randi Randi.
Este documento refleja exclusivamente las opiniones e ideas de sus autores y de la organización
responsable. En ningún caso, representa la opinión de AECID y UICN-TRAFFIC.
3. Tabla de contenido
Introducción ........................................................................................................................5
Objetivos ................................................................................................................................... 7
General .................................................................................................................................. 7
Específicos ............................................................................................................................. 7
Metodología .............................................................................................................................. 7
Enfoque general de la propuesta .......................................................................................... 7
Esquema metodológico de trabajo ....................................................................................... 8
CAPÍTULO I: Situación general de la Reserva de Biosfera Yasuní .......................................... 10
Las reservas de biosfera .......................................................................................................... 10
La reserva de biosfera Yasuní .................................................................................................. 10
Alcance geográfico de la RBY .............................................................................................. 11
Actores que operan en la RBY ............................................................................................. 14
La deficiente gobernanza ambiental de la RBY ................................................................... 15
CAPÍTULO II: Análisis de las presiones de la RBY ................................................................. 18
Industria petrolera .................................................................................................................. 18
Fases de la industria petrolera y su gestión ambiental ....................................................... 19
Mapa de actores.................................................................................................................. 22
Principales impactos............................................................................................................ 23
Intensificación y expansión poblacional ................................................................................. 32
Antecedentes de la colonización en la RBY ......................................................................... 32
Mapa de actores.................................................................................................................. 36
Principales impactos............................................................................................................ 36
CAPÍTULO III: Lineamientos estratégicos para la RBY .......................................................... 48
Industria petrolera .................................................................................................................. 49
Impacto 1: Contaminación de cuerpos de agua y suelos .................................................... 49
Impacto 2: Cambios en el uso del suelo .............................................................................. 51
Impacto 3: Incremento de la conflictividad social .............................................................. 53
Impacto 4: Mayor exposición a factores de riesgo ............................................................. 54
Impacto 5: Desequilibrio en el sistema alimentario ........................................................... 55
Impacto 6: Intensificación de procesos de aculturación ..................................................... 55
Intensificación y expansión poblacional ................................................................................. 57
Impacto 1: Ocupación espontánea del territorio ................................................................ 57
4. Impacto 2: Conflictos sociales por la tenencia de la tierra ................................................. 65
Impacto 3: Informal e incipiente desarrollo de la actividad agropecuaria ......................... 66
Impacto 4: Presión sobre los recursos naturales ................................................................ 68
Resumen de estrategias .......................................................................................................... 71
Capítulo IV: Planeación de actividades operativas .............................................................. 74
Actividades específicas para la presión: industria petrolera .................................................. 75
Actividades específicas para la presión: intensificación y expansión poblacional.................. 77
Consideraciones finales ..................................................................................................... 80
Bibliografía ........................................................................................................................ 82
Anexos .............................................................................................................................. 85
Anexo 1.a: Mapa de actores de la industria petrolera en la RBY ............................................ 85
Anexo 2.a: Mapa de actores en la intensificación y expansión poblacional en la RBY ........... 86
Anexo 2.b: Mapa de actores en la extracción ilegal de madera en la RBY ............................. 89
Anexo 2.c: Algunos impactos asociados a la extracción ilegal de madera en la RBY .............. 90
Anexo 2.d: Mapa de actores en el tráfico de fauna silvestre en la RBY .................................. 91
Anexo 2.e: Algunos impactos asociados al tráfico de fauna silvestre en la RBY ..................... 92
Anexos 3.a: Artículo sobre comercio ilegal de fauna en Orellana .......................................... 93
Anexo 3.b: Género, alternativas productivas y soberanía alimentaria: estrategias políticas
para lograr cambios positivos y disminuir la cacería comercial en Yasuní ............................. 94
5. Introducción
La Reserva de Biosfera Yasuní (en adelante RBY), durante casi 20 años, ha permanecido débil,
estática y casi ausente ante las olas y tormentas que arrasan sus recursos naturales y
culturales, y atentan con la tan nombrada ‘megabiodiversidad’ de la Amazonía ecuatoriana. Su
zona central, el Parque Nacional Yasuní, ha sido mejor atendida y cuidada, sin embargo, no han
sido suficientes los esfuerzos alcanzados, y éstos no han repercutido en sus alrededores. Al
respecto, Villaverde et al. (2005), señala que el alcance de la gestión socio-ambiental de la RBY,
por parte del Estado, ha sido limitado, tanto en términos geográficos, como en los ámbitos
socioeconómicos y culturales, y en sus mecanismos de participación social.
En consecuencia, según estudios previos (Villaverde et al., 2005; FOES-REGAL, 2008), se puede
identificar en la RBY problemas de contaminación, de escasez de servicios básicos, de exclusión
social, de violencia, de inseguridad, de conflictos de tierras, de desempleo, de alteración de
ecosistemas naturales, entre muchos otros. De esta manera, sin necesidad de revisar los
estatutos generales para reservas de biosfera, nos damos cuenta que la conjugación entre
desarrollo sustentable y conservación aún está muy lejos en la RBY. No obstante, esto no
impide que empecemos a concebir la conservación, de una manera más amplia e integradora
y, al mismo tiempo, consideremos, de una vez por todas, a la RBY en todas sus dimensiones.1
Según Fontaine y Narváez (2007), la limitada planificación y gestión en torno a la RBY hasta
recientes tiempos, no es más que el reflejo de otras limitaciones en: las capacidades
institucionales, financieras, políticas, socio-organizativas, que se dan entre los actores
involucrados en el manejo de áreas protegidas. Dichos aspectos, entre otros, conforman la
gobernanza ambiental de un área protegida, lo cual refiere a la administración con reglas de
juego, tanto en términos legales como de políticas públicas. Y mientras no aseguremos la
participación social de los actores en los procesos democráticos, no fomentaremos una
gobernanza eficiente (Fontaine y Narváez, 2007). Sin embargo, todo esto implica la
construcción de una nueva visión, que requiere de grandes esfuerzos tanto en el ámbito
estatal, como a nivel de la sociedad civil, ya que lo que está en juego es el replanteo de la
relación entre el Estado y la sociedad (Monteferri et al., 2006).
Diversas personas con experiencia en la zona de la RBY han coincidido que la gestión de la RBY
debe considerar como eje dinamizador a las poblaciones que habitan en ella, como aliados-as
de la conservación, que hasta la actualidad han aparecido como ‘extranjeros-as en su propia
tierra’, mientras que grandes intereses privados y estatales se adueñan de sus tierras
(Villaverde, et al., 2005). Esto comprendería, esencialmente, a la sociedad civil y sus
representaciones, y a las autoridades seccionales y locales que son parte de la RBY.
Debemos reconocer, que la construcción de la nueva visión señalada, en parte, ha empezado
desde fines del año 2009. Una primera muestra de cambio provino del Ministerio del
Ambiente (MAE), al contratar nuevas personas para el liderazgo de la Dirección Provincial de
Orellana, y luego para el mismo Parque Nacional Yasuní (PNY). Estas personas, con experiencia
1
Al respecto Villaverde et al., (2005:271) señala: “*…+ la definición de la RBY no sólo es una necesidad impostergable, sino también
es la única alternativa para lograr la sostenibilidad del PNY y una conjugación adecuada entre la conservación y el desarrollo”.
5
6. previa de investigación sobre la biodiversidad del Yasuní y con visiones de gestión compartida,
participativa, por medio de alianzas con diversos actores locales y regionales, han iniciado
cambios en el estilo y enfoque de la gestión ambiental de la RBY.
Las acciones y cambios antes mencionados han tenido incidencia también en el comité de
gestión de la RBY, creado en el año 2001.2 A pesar de su limitada gestión en la gobernanza
ambiental de la RBY, en sus primeros años de funcionamiento, el comité se presenta como el
espacio estratégico de intercambio, de fomento de futuras alianzas y de propiciar la
investigación y acción a favor de la RBY. Bajo esta visión, en el periodo 2010 – 2011, por
iniciativa del MAE, se ha considerado la participación de los actores sociales del sur de la RBY,
que en el pasado no tuvieron mayor representatividad. Una muestra de ello es la participación
de los gobiernos locales y seccionales de la provincia de Pastaza. Por esta razón, en los dos
últimos años, se ha puesto énfasis en su reconocimiento y legalización, como ente planificador
y de vigilancia para la RBY, que posiblemente se concrete en junio de 2011.3
Uno de los cambios que se ha emprendido en la RBY, tiene que ver con temas de capacitación.
Desde la gestión directa del PNY se ha incorporado un proceso permanente de capacitación-
planificación trimestral dirigido a guardaparques del PNY y a otros-as actores sociales fuera del
PNY. El proceso abarcó la profesionalización y nivelación técnica del equipo de personas que
trabajan directamente e indirectamente en el control y vigilancia del PNY. La planificación e
implementación de este proceso de capacitación correspondió a una alianza efectiva entre el
MAE, Wildlife Conservation Society (WCS) y la Corporación Grupo Randi Randi (CGRR). Cabe
indicar, que el trabajo de CGRR es parte del proyecto: “Disminución de la extracción ilegal de
especies maderables y de fauna silvestre, con fines comerciales de la Reserva de Biosfera de
Yasuní: generación de alternativas de usos sostenibles de productos maderables y no
maderables del bosque (Ecuador)”, financiado por la Agencia Española de Cooperación
Internacional para el Desarrollo (AECID) y la Unión Internacional para la Conservación de la
Naturaleza (UICN), en co-ejecución con Fundación Natura.
A partir de la ampliación del alcance de las acciones de capacitación, al considerar otros-as
actores sociales de importancia para el PNY y para la RBY, consideramos necesario plantear
una propuesta de control y vigilancia para la RBY. En primera instancia, nos centramos en
agrupar los aspectos más críticos que afectan actualmente a la RBY -en sus dimensiones
ecológica, socioeconómica y cultural-, desagregar sus implicaciones e identificar los actores
involucrados. Esto nos permitió, encontrar las fuentes generadoras de impacto, a partir de las
cuales planteamos ciertas estrategias, desde el punto de vista de la prevención,
complementadas con otras, encaminadas al monitoreo y al control socio-ambiental.
En resumen, podríamos señalar que esta propuesta no obedece totalmente al significado
estricto de los términos ‘control y vigilancia’,4 sino que se enmarca como un aporte para el
desarrollo de un plan de conservación5 para la RBY.
2
Un análisis general del accionar del comité de gestión de la RBY presentamos en el siguiente capítulo.
3
Comunicación personal de Santiago Bonilla, responsable del Parque Nacional Yasuní, el 07 de junio de 2011.
4
El plan de control y vigilancia, según Arguedas (2009) constituye una parte de la gestión de un área protegida y tiene que ver,
esencialmente, con “*…+ el análisis y planificación de las acciones policiales relacionadas con el tema de atención, prevención y
seguimiento de los actos ilícitos”.
6
7. Por lo tanto, la intención de esta propuesta es ofrecer una mirada integral de las principales
presiones a las cuales está expuesta la RBY, los actores involucrados y las posibles medidas que
podrían prevenir los efectos en los medios biofísico, socioeconómico y cultural. Es decir, con
este documento intentamos complementar y mejorar la gestión hacia fuera del PNY.
Esta propuesta de control y vigilancia de la RBY, al igual que el programa de capacitación,
forma parte del proyecto “Disminución de la extracción ilegal de especies maderables y de
fauna silvestre, con fines comerciales de la Reserva de Biosfera de Yasuní: generación de
alternativas de usos sostenibles de productos maderables y no maderables del bosque
(Ecuador)”, financiado por AECID y UICN, en co-ejecución con Fundación Natura.
Adicionalmente, debemos señalar que este documento constituye la continuación y el
complemento del Diagnóstico de control y vigilancia de la RBY, presentado en noviembre del
año pasado.
Objetivos
General
Desarrollar una propuesta de control y vigilancia para la Reserva de Biosfera Yasuní.
Específicos
Caracterizar las principales presiones que afectan a la Reserva de Biosfera Yasuní.
Identificar los actores involucrados en las presiones estudiadas.
Plantear medidas generales para prevenir y/o controlar los principales impactos
identificados.
Metodología
Enfoque general de la propuesta
En el proceso de construcción de la nueva visión de la conservación, que indicamos
anteriormente, es en el que justamente desarrollamos esta propuesta. Propiciamos, entonces,
el salto del enfoque sesgado de la biología y la ecología, que han distorsionado la esencia y
potencialidades de la gobernanza ambiental, hacia uno más inclusivo apegado al
ordenamiento territorial, regional y local, que reconozca la necesidad de intervenir, de manera
directa, en los procesos de la actividad extractiva petrolera.6
Una de las cuestiones principales que planteamos fue las relaciones de poder que se juegan en
la RBY, los intereses y sus implicaciones. Esto nos llevó a identificar los vacíos evidentes en la
gestión del PNY y sus alrededores. Uno de ellos es la industria petrolera, que si bien es un eje
estructurador del territorio de la Amazonía norte, pasa desapercibida en la planificación y
gestión de la conservación de los recursos naturales en el PNY y en la RBY. Por ello el primer
aspecto fue justamente analizar las implicaciones en torno a la industria petrolera.
5
Este plan obedece, en parte, a la metodología planteada por The Nature Conservancy, en su texto Manual de Planificación para
la conservación de áreas.
6
En función de lo planteado por Cisneros (en Fontaine y Narváez, 2007).
7
8. Complementario a este aspecto, están las poblaciones locales, cuyas necesidades y dinámicas,
tampoco figuran o al menos aparecen muy difusos e incompletos en los procesos de
planificación y gestión de la conservación. De ahí que los procesos de crecimiento y expansión
poblacional en la RBY, han sido parte imprescindible de esta propuesta.
Esquema metodológico de trabajo
La metodología empleada se fundamentó inicialmente en el plan de conservación de áreas,
desarrollado por The Nature Conservancy (TNC),7 que se compone de cuatro aspectos
fundamentales: 1) establecimiento de prioridades, 2) desarrollo de estrategias, 3) toma de
decisiones, y 4) medición del éxito. Aunque esta metodología tiene una tendencia más
ecológica, nos ha servido como punto de partida inicial.
Por lo tanto, el primer punto de establecimiento de prioridades, lo adaptamos y tradujimos a la
determinación de las principales presiones a las que está sometida la RBY. Consideramos que,
en general, toda la RBY debe ser atendida, al ser parte importante de la Amazonía ecuatoriana
y poseer “*…+ una reserva bio-genética inconmensurable y una riqueza cultural conformada
por nueve grupos etnolingüísticos, que representan un tercio de la población regional.”
(Fontaine y Narváez, 2007:21). No haría falta enumerar el listado de especies de anfibios,
mamíferos, plantas y, por supuesto, la riqueza cultural y los servicios ambientales que provee
la RBY al país y al mundo, para comprender su importancia.
Las presiones en las cuales se trabajó fueron las siguientes:
Presión 1: Industria petrolera.
Presión 2: Intensificación y expansión poblacional.
En éstas se desarrolló la identificación de actores y la desagregación en impactos y fuentes de
impacto (causas).
Posteriormente, consideramos el segundo aspecto de la metodología de TNC, que es el
desarrollo de estrategias. En este caso, partimos del análisis de presiones realizado, para
plantear estrategias en función de las fuentes de impacto. Luego, determinamos los aspectos
más importantes a tener en cuenta en cada una de las estrategias y también las principales
responsabilidades y competencias, para su implementación y evaluación. En este último
punto, un aspecto fundamental fue la determinación de competencias de los Gobiernos
Autónomos Descentralizados (GADs), establecidas en el Código Orgánico de Organización
Territorial, Autonomía y Descentralización (COOTAD).
En función de las estrategias generales planteadas para cada una de las presiones analizadas,
desarrollamos aquellas de carácter más operativo. Esta desagregación de las estrategias
contempló la definición de actividades, mecanismos de verificación, responsables y zonas
prioritarias dentro de la RBY. Para esta labor empleamos y adaptamos ciertos planteamientos
desarrollados por Arguedas (2009), que nos ayudaron a profundizar, en cierta manera, los
lineamientos estratégicos generales iniciales. De este modo, a partir del análisis general de
presiones de la RBY y del planteamiento de estrategias generales, construimos una planeación
7
Aunque esta metodología tiene una tendencia más ecológica nos ha servido como punto de partida inicial.
8
9. inicial, conformada por acciones específicas, en función de las zonas prioritarias generales de
la RBY.
De acuerdo con los pasos metodológicos señalados, la propuesta de control y vigilancia se
compone de los siguientes capítulos:
Capítulo I: Situación general de la RBY.
Capítulo II: Análisis de las presiones de la RBY.
Capítulo III: Lineamientos estratégicos para la RBY.
Capítulo IV: Planeación de actividades operativas.
9
10. CAPÍTULO I: Situación general de la Reserva de Biosfera Yasuní
Las reservas de biosfera8
A nivel internacional, las Reservas de Biosfera son propiciadas por la ONU, dentro del
programa ‘El Hombre y la Biosfera’ (MAB por sus siglas en inglés) de la UNESCO. Constituyen
una red mundial formada, actualmente, por 393 reservas de biosfera en 94 países. Este
programa inició en 1970, bajo el objetivo de conciliar el uso de los recursos naturales,
esbozando el concepto actual de desarrollo sostenible. El MAB selecciona lugares geográficos
representativos, de los diferentes hábitats del planeta, abarcando ecosistemas terrestres y
marítimos.
Las reservas de biosfera son reconocidas internacionalmente, aunque permanecen bajo la
soberanía de sus respectivos países. Son seleccionadas por su interés científico, basándose en
una serie de criterios que determinan si un espacio se incluye en el programa. Las reservas de
biosfera contribuyen a satisfacer las necesidades de las generaciones presentes sin
comprometer las necesidades de las generaciones futuras. Esto implica las propuestas y
aplicación de nuevas modalidades de gestión ambiental y de ordenamiento territorial.
Para designar una reserva de biosfera, el país interesado debe proponer zonas de su territorio
que cumplan con determinados criterios, combinado con las siguientes tres funciones:
conservación, desarrollo sostenible y apoyo logístico. Las reservas de la biosfera constituyen
un Red Mundial, en cuyo seno se promueve el intercambio de información, experiencias y
personal científico. De este modo, la red contribuye a alcanzar los objetivos del Convenio de
Diversidad Biológica y el Programa 21, enunciados en la Conferencia de las Naciones Unidas
sobre Medio Ambiente y Desarrollo de 1992.
La función principal de estos espacios es obviamente la conservación y protección de la
biodiversidad. Sin embargo, un punto importante es el desarrollo económico y humano de
estas zonas, así como la investigación, la educación y el intercambio de información entre las
diferentes reservas de la red mundial.
La reserva de biosfera Yasuní
La Reserva de Biosfera Yasuní (RBY) fue declarada como tal por la UNESCO en el año 1989, a
pedido del Estado ecuatoriano. Se declara al Parque Nacional Yasuní (PNY) y a sus alrededores
como reserva de biosfera (Villaverde et al., 2005). En un sentido más específico, la RBY
comprende al PNY, a la Zona Intangible Tagaeri Taromenane,9 al Territorio Étnico Waorani,
territorios de las comunidades kichwa y shuar y zonas correspondientes a poblaciones
campesinas.
Apenas en el año 2001, con el apoyo de la UNESCO, FEPP-Coca y WCS-Ecuador, el Ministerio
del Ambiente (MAE) inició el proceso de concertación con los actores locales para que la RBY
8
Tomado y adaptado de Suárez (2010), Diagnóstico del control y vigilancia de la Reserva de Biosfera Yasuní.
9
En el Capítulo III abordaremos las características de este territorio.
10
11. empiece a cumplir las tres funciones establecidas para las reservas de biosfera (Villaverde et
al., 2005). Se estableció como estructura operativa el comité de gestión,10 un espacio de
participación que gestiona, coordina y promueve acciones de conservación y desarrollo
sostenible en la RBY, en concertación con las poblaciones locales, sus organizaciones y demás
entidades públicas y privadas pertinentes. Según información del responsable del PNY,11 el
proceso de legalización del comité de gestión de la RBY, podría concretarse en este mes.
Alcance geográfico de la RBY
Uno de los aspectos iniciales y fundamentales para concebir y plantear un programa de control
y vigilancia para un área protegida, es conocer su alcance geográfico, para así implementar
estrategias concretas y establecer las medidas de monitoreo y evaluación.
Según el documento: “Línea de base del programa para la conservación y el manejo sostenible
del patrimonio natural y cultural de la reserva de biosfera Yasuní” (FOES-REGAL, 2008), la RBY
ocupa una superficie total de 2’366.182 hectáreas (23.661,8 km2), y se distribuye en cuatro
provincias de la Amazonía ecuatoriana: Napo, Sucumbíos, Orellana y Pastaza. Esta delimitación
preliminar estuvo regida por el criterio hidrológico, por lo tanto, al Norte la RBY está
delimitada por los ríos Coca, Aguarico y Napo, al Sur por los ríos Curaray y Manderoyacu. Al
Este limita con la frontera con Perú, y al Oeste con el río Napo y con la línea límite
suroccidental del territorio waorani. Adicionalmente, debemos destacar que la RBY ocupa
territorios de las nacionalidades indígenas: kichwa, waorani y shuar, y territorios de pueblos
campesinos.
Mapa 1: La Reserva de Biosfera Yasuní
Fuente: Bryja (2009), en Bajaña y Narváez (2009)
Dentro de esta gran extensión de territorio que ocupa la RBY, podemos evidenciar múltiples y
diversas áreas, que van desde áreas urbanas, suburbanas y agrícolas, la más grande e
10
En el último acápite de este capítulo se hace un análisis de la gobernanza ambiental, de la cual hace parte el comité de gestión.
11
Santiago Bonilla, comunicación personal del 07 de junio de 2011.
11
12. importante infraestructura petrolera del país, hasta extensos territorios de bosque primario.
Este gran mosaico territorial que representa la RBY, de algún modo podemos resumir en la
siguiente zonificación general, como para iniciar el análisis de tan compleja y contradictoria
realidad:12
Zona 1: Coca, vértice noroccidental de la RBY, área urbana de la ciudad del Coca y su área de
influencia.
Zona 2: Parque Nacional Yasuní, sector extremo oriental de la RBY, en las provincias de
Orellana y Pastaza.
Zona 3: Zona Intangible Tagaeri-Taromenane, ocupa la parte sur oriental de la RBY, y abarca la
zona núcleo del PNY, de igual manera se localiza en las provincias de Orellana y Pastaza.
Zona 4: Ribera del río Napo, parte extrema nororiental de la RBY, y abarca la franja territorial
adyacente a las márgenes del río.
Zona 5: Territorios de la nacionalidad indígena Waorani, parte centro y sur occidental de la
RBY, en las provincias de Orellana y Pastaza. Comprende 19 comunidades waorani, que desde
1990 ha sido legalizada su propiedad.
Zona 6: Vías, sector noroccidental de la RBY, comprende el área adyacente de las vías: Auca,
Pindo, Zorros y Yuca. Esta zona constituye la de mayor intervención humana debido a la
actividad petrolera y a la colonización.
12
Según consta en el documento antes citado de FOES-REGAL (2008), esta zonificación es de carácter preliminar y referencial en
acuerdo con el Comité de Gestión del Programa Yasuní (2008).
12
13. Mapa 2: Zonas de la Reserva de Biosfera Yasuní
Fuente: FOES-REGAL (2008)
A más de esta zonificación que abarca grandes áreas, en función principalmente de la tenencia
de la tierra, la RBY desde el punto de vista político-administrativo se extiende en los territorios
de 18 parroquias,13 dentro de 5 cantones correspondientes a las 4 provincias amazónicas antes
mencionadas. Como se puede observar en la siguiente tabla:
13
Este número fue modificado respecto de lo presentado en el estudio de línea base de FOES-REGAL (2008), en el último taller
realizado con los GADs en junio de 2011, en el cual se confirmó la incorporación de tres parroquias dentro del cantón Francisco de
Orellana.
13
14. Tabla 1: División político-administrativa de la RBY
Provincia Cantón Parroquia
Napo Tena Chontapunta
Aguarico Cononaco
Capitán Augusto Rivadeneira
Tiputini
Yasuní
Nuevo Rocafuerte
Santa María de Huiririma
Orellana
Orellana Francisco de Orellana (Coca)
Dayuma
Taracoa
El Edén
Alejandro Labaka
Inés Arango
Arajuno Arajuno
Pastaza
Curaray
Shushufindi San Roque
Sucumbíos Pañacocha
Limoncocha
Fuente: FOES-REGAL (2008) y resultados de taller con GADs, junio 2011
Bajo esta rápida revisión del alcance geográfico de la RBY podemos visualizar los principales
usos del suelo del área y, además, identificar los principales actores que operan en este amplio
y diverso territorio.
Actores que operan en la RBY
Para este análisis tomaremos como punto de partida el estudio de Fontaine y Narváez (2007),
quienes estudian y profundizan las relaciones de poder en torno al Parque Nacional Yasuní. Así
distinguimos claramente tres tipos de actores:
Tabla 2: Actores de la RBY según relaciones de poder
Empresas públicas y privadas, gobierno central y
Actores hegemónicos
organismos seccionales
Actores subalternos Comunidades indígenas y campesinas
Actores estratégicos Organizaciones sociales y ONG
Fuente: Fontaine y Narváez (2007)
Las relaciones que se dan entre los distintos actores son las que determinan el uso del suelo en
los territorios que abarca la RBY. En el centro, se encuentra el Estado como
*…] organizador del espacio, garante de los derechos sociales, culturales, económicos y
políticos, contralor de la gestión ambiental empresarial en el área protegida y responsable
del establecimiento de políticas públicas. Sin embargo, el Estado rehúsa consultar a los
actores sociales en los procesos de elaboración de las políticas públicas, lo cual desemboca
en un déficit de gobernabilidad democrática, particularmente patente en la región andino-
amazónica (Fontaine y Narváez, 2007:18).
14
15. En estas relaciones se identifican intereses contrapuestos y tensiones, que principalmente
desembocan en un punto central, la contradicción entre las políticas de Estado. Por un lado,
las políticas de desarrollo que tienen interés en la apropiación e intensificación de la extracción
de los recursos naturales no renovables, como es el petróleo. En el otro, está la política de
conservación de la biodiversidad y la tutela de los derechos colectivos, que aparecen como
elementos complementarios (Fontaine y Narváez, 2007).
Entonces, el Estado frente al capital juega el papel de mediador entre las empresas
transnacionales –especialmente petroleras- y el espacio nacional. Este rol lo ejerce “*…+ a
través de instituciones burocráticas y financieras, que consolidan el control estatal regional y
aquel de las relaciones sociopolíticas entre los diversos actores de la región” (Fontaine y
Narváez, 2007:19).
En el otro extremo, es decir, a favor de la conservación, está la lógica del movimiento
ecologista –con sus diversas expresiones-, que ha sido el principal protagonista de los
conflictos ambientales vinculados con el petróleo en la Amazonía ecuatoriana, desde finales de
los años ochenta. Y en una lógica dual, se encuentran los pueblos indígenas y las
organizaciones sociales, que en parte se aliaron con el movimiento ecologista, y en otra,
realizaron pactos y negociaciones con el Estado y las empresas petroleras para permitir la
extracción del recurso no renovable.
Bajo este panorama general de las relaciones de poder de esta región de la Amazonía
ecuatoriana, podemos destacar que las dos actividades que se encuentran enfrentadas y
contrapuestas, son la industria petrolera y la conservación de la biodiversidad. Por lo tanto,
para nuestro interés de plantear una propuesta a favor de la conservación del patrimonio
cultural y natural de la RBY y del desarrollo sustentable de las poblaciones locales, necesitamos
decisiones políticas consensuadas y democráticas que sean transversales y sostenidas. A lo que
Fontaine y Narváez (2007) denominan gobernabilidad democrática, sin la cual no se logra una
eficiente gobernanza ambiental, la gran debilidad de la RBY.
En tal sentido, gobernanza entendemos como “*…+ un proceso horizontal de interacción social,
que puede ser formal o informal y que define conductas sociales” (Monteferri et al., 2006:89),
pero que implica a la vez, asegurar la participación de los actores en los procesos democráticos
relacionados con la administración de los recursos naturales y de las áreas protegidas; sin que
ésta se constituya en un fin mismo de la gobernanza, sino en un medio (Fontaine y Narváez,
2007).
La deficiente gobernanza ambiental de la RBY
En este punto nos referiremos especialmente al comité de gestión para la RBY, que fue
conformado en el año 2001. Su interés fue articular los diferentes intereses y esfuerzos de los
principales actores involucrados en las políticas ambientales de la reserva, encaminadas a la
integración de una adecuada gobernanza ambiental (FOES-REGAL, 2008). En tal sentido, el
comité de gestión fue creado para
*…+ cooperar con el MAE en la conservación y el manejo del parque y su zona de
amortiguamiento, participar en la definición de la política ambiental, hacer un
seguimiento y una evaluación de los proyectos de conservación, velar por la integridad del
15
16. parque, denunciar las infracciones y los delitos, así como armonizar los objetivos de
conservación y desarrollo local. Para ello, cuenta con el apoyo de un grupo asesor técnico,
que tiene que presentarle líneas de acción prioritaria y ofrecer capacitación y asistencia
técnica para fortalecerlo (Fontaine, en Fontaine y Narváez, 2007:88).
El comité de gestión se enfrentó ante el dilema de “compatibilizar” la actividad petrolera con
la conservación de la biodiversidad, actividad extractiva contrapuesta con los lineamientos
para las reservas de biosfera que plantea la UNESCO. En especial, porque es evidente que con
la actividad petrolera no se ha logrado el desarrollo humano sostenible de la región.
Se observa, además, una discontinuidad de las políticas ambientales, corroborada, por
ejemplo, en la interrupción de los procesos de descentralización de los gobiernos de
Sucumbíos y Orellana, iniciada en el periodo 2002-2006, que da cuenta de la descoordinación
actual de éstos con la autoridad ambiental nacional (MAE). Incluso en Orellana podríamos
hablar de un distanciamiento total con el MAE. A esto se suma, la deficiente integración de los
municipios con el gobierno provincial, en particular en la provincia de Orellana, pero que no se
compara con el distanciamiento extremo existente con el MAE (entrevista 01).14
En tal situación, Fontaine (en Fontaine y Narváez, 2007) identifica cuatro problemas
estructurales asociados con la gobernanza ambiental de la RBY:
a) A nivel político, se identifica la debilidad institucional del MAE y de la dirección del
parque, así como la discontinuidad de la política ambiental y la indefinición jurídica de
la figura de la reserva de biosfera.
b) A nivel económico, es evidente la diferencia desproporcionada entre la inversión para
el manejo del PNY y las ganancias de la industria petrolera. Además, un eje del
conflicto dentro del comité de gestión de la RBY, fue justamente la contribución del
sector petrolero en el financiamiento de la conservación.
c) A nivel social, es notable la escasa participación de la sociedad civil en los procesos de
conservación, pese a la intención proclamada por todos los actores institucionales y
económicos, de involucrar cada vez más a las poblaciones locales en los planes de
desarrollo. A ello se atañe la falta de representatividad de las ONG nacionales e
internacionales y la inadecuación de los mecanismos de consulta y participación, en
especial con las poblaciones indígenas (waorani, kichwa, shuar).
d) Por último, a nivel ético, la ineficacia de los mecanismos de rendición de cuentas a los
cuales obedece el MAE, que es agravada por los esfuerzos de los ecologistas radicales
de politizar las relaciones entre este último y las empresas petroleras. En
consecuencia, los conflictos ambientales se vuelven un obstáculo a la cooperación
institucional para la conservación, en lugar de ayudar a volverla más participativa. A
ello cabe agregar la ambigüedad del discurso de algunos líderes indígenas, que
pretenden en público oponerse a la actividad petrolera en su territorio, mientras
negociando en privado compensaciones sociales y financieras con las empresas para
autorizar su ingreso.
14
Entrevista 01, realizada el 02 de febrero de 2011.
16
17. Al ser conscientes de esta problemática de fondo, la gestión en los niveles locales debe estar
en línea con esta situación central, y establecer acuerdos y consensos parciales que faciliten la
optimización de los problemas estructurales de la RBY.
Entonces, apelamos al planteamiento de Fontaine (en Fontaine y Narváez, 2007:127), en el
sentido que “no se trata por lo tanto de proceder a reformas estructurales ni esperar cambios
profundos en el sistema de gobernanza ambiental. El reto consiste más bien en hacer viable el
proceso de participación y de colaboración interinstitucional en el manejo de la reserva de
biosfera con las herramientas existentes –incluido el comité de gestión y el grupo asesor
técnico”. En ese enfoque justamente han sido contemplados los cambios de los dos últimos
años en la gestión de la RBY (2009-2010), al considerar actores que anteriormente no fueron
tomados en cuenta y, en general, al ampliar la visión y acción del comité de gestión. Es decir,
hay un giro significativo alcanzado en la actualidad, que esperemos sea el inicio de cambios
estructurales.
Bajo tal consideración, a continuación, presentamos la conformación del comité de gestión,
que nos servirá de referencia para el planteamiento de las estrategias para el control y
vigilancia de la RBY.
Tabla 3: Conformación del comité de gestión de la RBY
Nombre de la institución u organización Siglas Cargo
Parque Nacional Yasuní PNY-MAE Presidencia
Gobierno Municipal de Francisco de Orellana Directorio
Gobierno Provincial de Orellana GPO Directorio
Estación Científica Tiputini de la Universidad San Francisco USFQ Directorio
de Quito
Instituto para el Ecodesarrollo Regional Amazónico ECORAE -
Brigada de Selva No.19 Napo Directorio
Federación de Organizaciones Campesinas de Orellana FOCAO Directorio
Federación de Comunas Kichwas Unión de Nativos de la FCKUNAE Directorio
Amazonía Ecuatoriana
Nacionalidad Waorani del Ecuador NAWE Directorio
Asociación de Mujeres Waorani de la Amazonía Ecuatoriana AMWAE -
Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador CONFENIAE -
Organización de Pueblos Indígenas de Pastaza OPIP Directorio
Fuente: FOES-REGAL (2008)
Adaptado por: CGRR (2011)
17
18. CAPÍTULO II: Análisis de las presiones de la RBY
Industria petrolera
A través del enfoque general de actores y de relaciones de poder, que presentamos en el
capítulo anterior, identificamos que las políticas de desarrollo del Estado ecuatoriano priman
sobre las políticas de conservación. Es decir, que la extracción de los recursos naturales no
renovables, constituye el eje estructurador del espacio en la RBY, y la conservación se
mantiene incompatible en ciertos intersticios sobrantes del territorio. Es por esta razón, que
hemos considerado a esta presión como la primera y la principal, dentro de la propuesta de
control y vigilancia. Y que, como veremos más adelante, de las actividades de la industria
petrolera se desencadenan otras presiones, que interactúan entre sí.
Justamente afirmamos que la industria petrolera es la presión principal porque los bloques
petroleros en la RBY, ocupan más de la mitad de su territorio en superficie, el 65,26%, y el
50,30% en el PNY. Además, los bloques dentro de la RBY representan casi la tercera parte de
totalidad de la actividad petrolera en el país (FOES-REGAL, 2008:106). Los bloques petroleros
que actualmente operan en la RBY son:
15
Tabla 4: Bloques petroleros que operan en la RBY
No. Bloque petrolero Empresa operadora
1 Bloque 7 Petroamazonas EP
2 Bloque 10 Agip Oil
3 Bloque 14 PetroOriental S.A.
4 Bloque 15 Petroamazonas EP
5 Bloque 16 Repsol-YPF
6 Bloque 17 PetroOriental S.A.
7 Bloque 21 Petroamazonas EP
8 Bloque 31 Petroamazonas EP
9 Bloque ITT EP Petroecuador
Fuente: www.mrnnr.gob.ec
Elaborado por: CGRR (2011)
Es decir, son tres empresas privadas (Repsol-YPF, PetroOriental S.A. y Agip Oil) y dos empresas
estatales (Petroamazonas EP, EP Petroecuador)16 que se encargan del funcionamiento de la
industria petrolera en el territorio de la RBY.
A más de identificar, los bloques petroleros que operan en la RBY, creemos conveniente
conocer cómo es la distribución de la actividad petrolera en los cantones que conforman la
RBY. En la tabla siguiente podemos observar los cantones en donde mayormente se
concentran los pozos petroleros.
15
En esta tabla falta incluir algunos campos petroleros, como por ejemplo el Campo Auca operado por EP Petroecuador, y también
algunos campos marginales. Pero en este caso, hemos identificado únicamente las actividades más representativas dentro de la
RBY, en cuanto a la industria petrolera.
16
Podrían considerarse como dos empresas estatales diferentes, en vista que entre las dos no hay relación en los ámbitos técnico
y administrativo, principalmente (Entrevista 02, realizada el 01 de abril de 2011).
18
19. Tabla 5: Distribución de los pozos petroleros dentro de la RBY
Provincia Cantón Porcentaje (%)
Sucumbíos Cuyabeno 17
Napo Tena 16
Orellana Aguarico 16
Pastaza Pastaza 16
Arajuno 15
Sucumbíos Shushufindi 13
Orellana Orellana 7
Fuente: FOES-REGAL (2008)
Adaptado por: CGRR (2011)
Esta información constituye nada más una referencia, en vista que la industria petrolera –
como lo veremos más adelante-, a más de pozos petroleros, se compone por otras
instalaciones que pueden abarcar áreas muy grandes, como es el caso de los oleoductos y
poliductos. Esta situación depende de la definición de las poblaciones del área de influencia de
cada campo petrolero, en su correspondiente bloque.17 Así podremos conocer
verdaderamente con qué poblaciones las empresas petroleras tienen responsabilidad directa,
según haya fijado con la autoridad ambiental.
Fases de la industria petrolera y su gestión ambiental
Ahora bien, conocemos quienes son los encargados actuales y directos de los bloques, pero
¿cómo es el proceso?, ¿qué actividades son las que componen la industria petrolera? Si
queremos tomar medidas para prevenir los impactos de esta industria, debemos primero
conocer cómo opera, al menos en términos generales, y en especial, diferenciar a cada una de
sus fases. En otras palabras, diríamos que debemos hablar el mismo lenguaje. Para ello
haremos una breve revisión en función de lo planteado en el Reglamento Sustitutivo del
Reglamento Ambiental para las Operaciones Hidrocarburíferas en el Ecuador (RAOH).18
Entonces, el reglamento mencionado, plantea seis fases en la operación técnica de la industria
petrolera:19
a) Prospección geofísica: constituye la fase de recolección de información del subsuelo
que permite conocer la distribución de las formaciones geológicas con posible
acumulación de hidrocarburos.
b) Perforación exploratoria y de avanzada: en esta fase se dispone de un conjunto de
técnicas que permiten ubicar y detectar en el subsuelo formaciones geológicas con
posible acumulación de hidrocarburos.
c) Desarrollo y producción: primero se ejecutan los trabajos necesarios para desarrollar
los campos descubiertos y ponerlos en producción. A partir de allí inicia la explotación
17
El contar con la información actualizada de las poblaciones de las áreas de influencia de los campos petroleros en cada bloque
que opera en la RBY, es un elemento fundamental e indispensable para poder plantear acciones coordinadas entre los actores
involucrados, para prevenir y mitigar los impactos socioambientales de esta industria.
18
Registro Oficial No. 265, martes 13 de febrero de 2001.
19
Tomamos como referencia las descripciones de las fases del glosario del RAOH.
19
20. del crudo, para la producción de petróleo, que culmina con el abandono del campo
petrolero.
d) Industrialización: corresponde principalmente a la separación física, térmica y química
de petróleo crudo en sus fracciones de destilación mayores para producir productos y
derivados de petróleo que pueden ser comercializados directamente o usados como
materia prima en otras industrias. En este caso, nos referimos principalmente a la
refinación.
e) Almacenamiento y transporte de petróleo y sus derivados: el petróleo y/o sus
derivados producidos son almacenados y transportados hasta estaciones de
producción y almacenamiento, por medio de oleoductos y poliductos.
f) Comercialización y venta de derivados de petróleo: una vez almacenados, el petróleo
y/o sus derivados son comercializados, tanto al interior del país como fuera.
Estas fases corresponderían a un proceso completo de la industria hidrocarburífera, desde el
estudio para la obtención del petróleo, su producción, procesamiento, transporte hasta su
comercialización. Pero en los bloques petroleros que operan en la RBY no se lleva a cabo el
proceso completo, sino que llega únicamente hasta el transporte del petróleo, listo para ser
comercializado. Por lo tanto, no contempla la industrialización y la comercialización. Así, para
resumir el proceso de la industria petrolera que se desarrolla en la RBY, podríamos considerar
tres actividades básicas.
1) Perforación: una vez que se ha determinado que las formaciones geológicas son
óptimas a través de la prospección física, el siguiente paso consiste en ubicar y
detectar en el subsuelo las formaciones geológicas con posible acumulación de
hidrocarburos, por medio de la perforación del subsuelo con técnicas y equipos
especializados. Al determinar que las características de las formaciones son óptimas
para obtener petróleo, se inicia la producción. En este proceso, se identifican tres tipos
de pozos, que van consecutivamente en la fase de perforación:
Pozo exploratorio: aquel que se perfora para verificar las posibles acumulaciones de
hidrocarburos entrampados en una estructura detectada por estudios geológicos y
geofísicos.
Pozos de avanzada: aquel que se perfora luego de haberse descubierto
entrampamientos de hidrocarburos en una o varias estructura con el fin de delimitar el
o los yacimientos.
Pozo de desarrollo: aquel se perfora en un campo hidrocarburífero con el propósito de
realizar la explotación de sus yacimientos.
2) Producción: consiste en la obtención del crudo del subsuelo, una vez que se ha
determinado que los pozos explorados son productivos. Esta fase requiere de una
infraestructura física fija y de equipos y materiales especializados para el
almacenamiento y separación física del crudo, en petróleo, agua de formación y gas
20
21. natural. Es decir, cuenta con tanques, bombas, tuberías, válvulas, mecheros, entre
otros, que conforman las estaciones de producción.
3) Transporte: el transporte podría considerarse como una parte más de la producción,
pero como atraviesa áreas externas a las instalaciones de producción, constituye una
fase adicional. Esta fase comprende toda la infraestructura que conecta a los pozos de
producción con las estaciones de almacenamiento de petróleo. Es decir, abarca el
sistema de tuberías, bombas y válvulas que conduce el petróleo y sus derivados desde
el origen (pozos) hasta su destino (estaciones de producción).
De este modo, podemos identificar tres fases consecutivas básicas que son comunes a los
diferentes bloques petroleros que operan dentro de la RBY, y que nos ayudarán a comprender,
desde la dinámica de esta industria, los impactos propios de cada una de las fases y
actividades. Precisamente por esto la normativa ambiental para esta industria plantea
distintos requerimientos para la gestión socioambiental aplicables a cada una de sus fases. Sin
embargo, esto no asegura que la prevención y el control sean efectivos,20 por ello es necesario
complementar, mejorar y fortalecer esta gestión ambiental, de tal modo que se reduzca la
presión tan grande sobre la propuesta de conservación que se ha planteado para la RBY, que
tan difusa se presenta en la actualidad.
Debemos ser conscientes que una de las grandes falencias de la gestión ambiental
hidrocarburífera es la no consideración de la participación social. Existe una exclusividad y
hermetismo muy grande por parte de las empresas petroleras y la autoridad ambiental que
impide intervenir a las poblaciones y autoridades locales en la prevención de impactos y en
planificación y ordenamiento de sus territorios.21 Éstas únicamente intervienen cuando los
problemas y conflictos se presentan, y se mantienen expectantes en el exclusivo mundo de la
actividad petrolera en la Amazonía ecuatoriana. Este aislamiento, entre otras cosas, ha
convertido a los estudios de impacto ambiental, planes de manejo ambiental y auditorías “*…+
en instrumentos técnicos estériles, despojados de valor social” (Narváez, en Fontaine y
Narváez, 2007:50).
Otro aspecto de fondo que identifica Narváez (en Fontaine y Narváez, 2007) en la gestión
ambiental, es que ésta no es equiparable con la magnitud económica que representa la
industria petrolera. Y por lo tanto, no cuenta con la importancia política necesaria, que debe
reflejarse en óptimos instrumentos técnicos, jurídicos, económicos y sociales viables y acordes
con los esquemas de conservación del PNY y con los territorios indígenas.
Con este breve análisis de la gestión ambiental de la industria petrolera intentamos dar cuenta
del problema central de la RBY, que tiene que ver con su casi ausente gobernanza ambiental, y
también, observar aquellas variables que componen esta compleja problemática. Esto nos
abrirá la posibilidad de trabajar en acciones pequeñas pero a la vez coordinadas y conectadas
con la estructura general del problema. Siguiendo esta premisa, realizamos un esquema de los
actores involucrados en el desarrollo de las actividades de la industria petrolera.
20
Narváez y Álvarez (2006, en Fontaine y Narváez, 2007:51) señalan que “*…+ la regulación ambiental específica no ha sido
suficiente para contrarrestar los conflictos surgidos a partir del desarrollo de actividades energético-extractivas, las normas
atinentes a la materia no satisfacen los requerimientos reales de este tipo de daños”.
21
En general, se hablaría de un papel de espectadores el que juegan las poblaciones locales.
21
22. Mapa de actores
El análisis de los actores involucrados en el accionar de la industria petrolera en la RBY,
representa precisamente la compleja problemática que refrescamos en los párrafos anteriores.
En este sentido, partimos del análisis general de las relaciones de poder presentado en el
Capítulo II, del presente documento, para así organizar a los principales actores-as que
intervienen actualmente en el desarrollo de la industria petrolera y que están involucrados con
lo que gira alrededor del petróleo.
La identificación de los roles y funciones de los actores en torno a la industria petrolera en la
RBY es de gran ayuda para asignar responsabilidades e identificar competencias al momento
de planificar, implementar y evaluar acciones para la conservación en la RBY.
De acuerdo al mapa de actores22 (ver Anexo 1.A), identificamos que son las instituciones del
gobierno central, el MAE, como autoridad ambiental y el Ministerio de Recursos Naturales No
Renovables (MRNNR), como entes reguladores de la industria petrolera, los que están
facultados y tienen la competencia para impulsar, planificar, regular, controlar, sancionar a
esta industria. Estas competencias exclusivas están fortalecidas por la decisión estatal de
considerar al petróleo como un sector estratégico en la economía nacional. Esta decisión
consta en uno de los artículos del Código Orgánico de Organización Territorial y Autonomía y
Descentralización (COOTAD),23 que plantea lo siguiente:
Art. 111.- Sectores estratégicos.- Son aquellos en los que el Estado en sus diversos niveles
de gobierno se reserva todas sus competencias y facultades, dada su decisiva influencia
económica, social, política o ambiental. La facultad de rectoría y la definición del modelo
de gestión de cada sector estratégico corresponden de manera exclusiva al gobierno
central. El ejercicio de las restantes facultades y competencias podrá ser concurrente en
los distintos niveles de gobierno de conformidad con este Código. Son sectores
estratégicos la generación de energía en todas sus formas; las telecomunicaciones; los
recursos naturales no renovables; el transporte y la refinación de hidrocarburos; la
biodiversidad y el patrimonio genético; el espectro radioeléctrico; el agua y los demás que
determine la ley.
Por otro lado, están los gobiernos locales que no les quedan más que mantenerse al margen
de lo que el MAE establece desde planta central en Quito, al menos en lo que tienen que ver
con la planificación y evaluación ambiental. Como indicamos, en el análisis de las relaciones de
poder en el Capítulo II, el distanciamiento y la descoordinación entre el MAE y los gobiernos
locales, en especial de la provincia de Orellana, es evidente. Esta situación constituye una
traba muy grande para poder abrir la burbuja alrededor de la industria petrolera. Siendo la
única apertura en el momento que ocurren problemas y conflictos, cuando las autoridades
locales intervienen para hacer denuncias, acompañar a los-as afectados-as y dar seguimiento a
la remediación y compensación. Todo esto ha dado lugar, entre otras cuestiones, a procesos
perversos, como el sabotaje a oleoductos y poliductos para inducir derrames de hidrocarburos.
En el caso de algunas poblaciones locales, el beneficio es obtener compensaciones y empleo a
22
Este mapa de actores fue elaborado a partir del análisis de relaciones de poder planteado por Fontaine (en Fontaine y Narváez,
2007), y fue complementado con información del estudio de línea base de FOES-REGAL (2008) y de las páginas de Internet de las
diferentes instituciones y empresas, y también con información proveniente de entrevistas realizadas entre febrero, marzo y abril
de 2011.
23
Registro Oficial No. 303, Martes 19 de octubre de 2010.
22
23. cambio de los daños ocasionados. Y por parte de ciertas empresas remediadoras, su interés es
obtener contratos y proyectos de remediación (Entrevista 02).24
Otro aspecto importante en la operación de la industria petrolera, constituye el proceso de
negociación para el desarrollo de sus diferentes fases. Nos referimos principalmente a la forma
de negociación directa que se da entre las empresas petroleras y las poblaciones locales, con
una ausencia notable del Estado, en especial, al regular y normar las formas y tipos de
compensaciones económicas pactadas.25 Es decir, “*…+ en la RBY las empresas petroleras
cubrieron el vacío dejado por el Estado *…+” (FOES-REGAL, 2008:109). En la mayoría de los
casos bajo la modalidad asistencialista, clientelar y de negociación de prebendas. Esta
representación es liderada, por lo general, por el departamento de relaciones comunitarias de
las empresas petroleras que gestiona las demandas sociales de las poblaciones locales a su
voluntad y discrecionalidad (FOES-REGAL, 2008:109).
En ese contexto, la actitud de las poblaciones locales es muy variable y va en función de las
condiciones de vulnerabilidad y fragilidad social. Entonces, aquellas poblaciones con un grado
mayor de vulnerabilidad dependerán aún más de las prebendas de las empresas petroleras.
Evidenciamos también que este comportamiento varía en cada nivel organizacional. Son las
organizaciones de base, las que generalmente receptan los perjuicios y daños
socioambientales, mientras que las dirigencias son las que han creado redes político-
clientelares y, muchas veces, con conductas éticamente cuestionables (Narváez, 2004 en FOES-
REGAL, 2008). Sin embargo, debemos señalar que en muchos conflictos las empresas
petroleras prefieren negociar de manera individual y, en la medida de lo posible, no recurrir a
las representaciones sociales para mantener justamente el “perfil bajo”, tan ampliamente
difundido en la jerga petrolera.
Ante esta ambigua e inequitativa modalidad de negociación y los múltiples atropellos
generados, ha surgido una contraparte que se presenta difusa, intermitente y dispersa en la
RBY. Muchas ONGs26 ambientalistas y en defensa de los derechos humanos, han puesto su
grano de arena, de muy diferente manera, en la RBY. Se identifican algunas con tendencias
extremas, totalmente opuestas a la industria petrolera, mientras que otras, han encontrado
ciertos ámbitos de integración y adaptación a las condiciones actuales.
Principales impactos
Tal como observamos al inicio de este capítulo, las actividades que conforman las distintas
fases de la industria petrolera es muy amplia y diversa, asimismo la gama enorme de impactos
que ha generado y continúa generando.27 Aunque de mayor o menor magnitud, de muy
diferente complejidad, de corto, mediano o largo plazo, los impactos petroleros son percibidos
24
Entrevista 02, realizada el 01 de abril de 2011.
25
Al respecto Cisneros (en Fontaine y Narváez, 2007) señala que el MAE se deslinda de responsabilidades cuando las poblaciones
indígenas y campesinas aceptan la entrada de las empresas petroleras en sus territorios, sin tomar en cuenta los problemas y
conflictos en torno a la delegación de funciones.
26
“El traspaso de funciones a la sociedad civil, asumiendo que las ONG son parte de ésta, ha cambiado la situación de los indígenas
de una defensa étnica en contra del desarrollo y la integración de prácticas de mera sobrevivencia física” (Cisneros, en Fontaine y
Narváez, 2007:172).
27
Vale la pena mencionar que las medidas de prevención y mitigación que se han venido aplicando desde la década de los ’90 en
la industria petrolera -en cuanto a los impactos sociales-, han terminado produciendo mayores impactos que los pretenden
minimizar (Entrix, 2006).
23
24. inmediatamente por la población local. La cual, de alguna manera, ha desarrollado estrategias
de defensa, compensación, rechazo o en el mejor de los casos prevención. Por ello la lista de
impactos es muy larga, y las interrelaciones entre los procesos generados son largas y
complejas a la vez. Además, los daños ocasionados han ocurrido en diferentes magnitudes, en
las distintas zonas de la RBY.
Así por ejemplo Villaverde et al. (2005) identifica algunos impactos directos como: ruido,
infraestructura, contaminación de agua, aire y suelo, por derrames y emisión de gases,
deforestación. Otros indirectos: colonización interna y externa no dirigida a lo largo de las vías
petroleras, cacería, pesca y extracción de madera ilegales. Y problemas sociales como el
alcoholismo, violencia intra familiar, crimen e inseguridad. Aunque estos impactos se
encuentran interrelacionados podemos analizarlos de acuerdo a los diferentes componentes
del medio ambiente. En tal sentido, podríamos considerar un análisis de las afectaciones
específicas a los procesos de los ecosistemas, especialmente los ciclos bio-geoquímicos, flujos
de energía y productividad. Y, además, debemos tomar en cuenta las implicaciones de las
diferentes fases de la industria petrolera en el medio socioeconómico y cultural.28
A partir del mar de impactos atribuidos a la industria petrolera, procedimos a seleccionar
aquellos más representativos que nos serían de utilidad para desarrollar las estrategias de
control y vigilancia, desde un enfoque que se acerque a la prevención socioambiental. Para
esta selección hemos empleado ciertas percepciones y resultados recopilados en el estudio de
FOES-REGAL (2008), y también información del Estudio de impacto y plan de manejo ambiental
del bloque 31, desarrollado por Entrix (2006). En este sentido, seleccionamos los siguientes
impactos como los más importantes para desarrollar las estrategias de control y vigilancia:
Tabla 6: Principales impactos de la industria petrolera en la RBY
No. Impacto
1 Contaminación de cuerpos de agua y suelos.
2 Cambios en el uso del suelo.
3 Incremento de la conflictividad social.
4 Mayor exposición a factores de riesgo.
5 Desequilibrio en el sistema alimentario.
6 Intensificación de procesos de aculturación.
Elaborado por: CGRR (2011)
Impacto 1: Contaminación de cuerpos de agua y suelos
Éste es posiblemente el impacto más evidente reconocido tanto por la población local como
externa de la RBY, y se atribuye mayormente a derrames de petróleo. Bueno, si hablamos del
impacto contaminación de agua y suelo, las fuentes de contaminación son diversas, éstas
dependerán de la fase en la se encuentra la operación del campo petrolero. Es cierto, que la
fuente más grande, en magnitud y peligrosidad, son los hidrocarburos líquidos, sin embargo,
existen otras fuentes que también influyen, pero en un rango menor. Por esta razón, es útil
identificar muy bien la fuente de contaminación.
28
Reyes Fernando y César Ajamil (2005). Petróleo, Amazonía y capital natural.
24
25. Para centrarnos en la fuente principal de la contaminación de agua y suelo, consideramos a las
fugas y derrames ocasionados en los sistemas de producción y de transporte. Es decir, en las
actividades de extracción, separación, transporte y almacenamiento de hidrocarburos. Por lo
tanto, tendremos como principales fluidos: crudo,29 petróleo y agua de formación.30
Para dimensionar un poco el problema de los derrames y la posterior contaminación de
cuerpos de agua y suelos, presentamos, a continuación, una tabla que resume en cifras la
problemática en los últimos años.
Tabla 7: Estadísticas referenciales de derrames de petróleo de las empresas públicas y privadas
Empresa No. de derrames Volumen (BBL) Período
Fase de producción y transporte
Petroecuador 399 11.587
Privadas:
Perenco: 34%
59 22.700 2004-2007
OXY: 10%
SIPEC: 10%
Total Amazonía 458 34.287
Fase de transporte
Petroecuador:
SOTE: 61% - 12.971 2004-2008
Poliductos: 39%
Fuente: FOES-REGAL (2008)
Adaptado por: CGRR (2011)
Con estas cifras, aunque referenciales, podemos deducir que cada tres días se produjo un
derrame en la Amazonía en ese período, sin contar los derrames ocurridos en el SOTE31 y en el
sistema de poliductos (FOES-REGAL, 2008). Vemos, entonces, que los derrames en la industria
petrolera son muy comunes. Pero ¿qué entendemos por derrame? Primero, recurramos a la
definición establecida en la normativa aplicable. Según el RAOH un derrame es el “*…+ escape
de hidrocarburos producido por causas operacionales imprevistas o por causas naturales, hacia
los diversos cuerpos de agua y suelos”. El derrame es considerado un tipo de riesgo, en vista
que es una condición latente o potencial y su grado depende de la intensidad posible de la
amenaza (factores externos) y los niveles de vulnerabilidad existentes (factores internos). La
interacción entre amenaza y vulnerabilidad es lo que origina el riesgo y su magnitud, por ello
su condición dinámica y cambiante. En otras palabras, los derrames son eventos contingentes
y pueden presentarse en diferentes magnitudes, desde accidentes menores hasta catástrofes
(Díaz, 2005).
Cuando hablamos de vulnerabilidad, nos referimos esencialmente a las características y a la
sensibilidad de las condiciones biofísicas y socioeconómicas de las zonas cercanas o por donde
cruza una línea de flujo, o cercanas a una estación de producción petrolera. Pero a nadie le va
a gustar tener un derrame en su propiedad o cercana a ella, y creemos que ningún sitio, por
más degradado que esté, podría estar preparado para receptar un derrame. Claro que en
29
“Crudo: Mezcla de petróleo, gas, agua y sedimentos, tal como sale de las formaciones productoras a superficie” (RAOH, R.O. No.
265).
30
“Agua de formación: Agua que se encuentra conjuntamente con el petróleo y el gas en los yacimientos de hidrocarburos. Puede
tener diferentes concentraciones de sales minerales.” (RAOH, R.O. No. 265). Adicionalmente, su temperatura es muy alta.
31
Sistema de Oleoducto Transecuatoriano.
25
26. términos operativos y legales las empresas petroleras deben tener mucho más cuidado en las
zonas ecológicamente sensibles.
Ahora bien, el alcance geográfico de un derrame en un ambiente acuático puede ser muy
grande, y en puntos muy alejados, se hace más difícil determinar el origen y, por lo mismo, el
nivel de responsabilidad de las empresas petroleras. En correlación con esto, los técnicos de la
NAWE han identificado indicios de contaminación en áreas muy alejadas a las instalaciones
petroleras. Asimismo, señalan que “*…+ casi todos los ríos principales de la RBY están
contaminados con la excepción del río Curaray”32 (Bryja, 2009 en Bajaña y Narváez, 2009:173).
En el siguiente mapa –tomado del mismo estudio-, podemos ver la distribución de los
principales ríos que han sido afectados por derrames de la industria petrolera, desarrollado a
partir de un modelo espacial de evaluación.
Mapa 3: Influencia de derrames petroleros dentro de la RBY
Fuente: Bryja (2009) en Bajaña y Narváez, (2009)
De manera adicional, a partir de un extracto del estudio de FOES-REGAL (2008:112), queremos
presentar una pequeña muestra de la vulnerabilidad, y las consecuencias y formas de
expresión de la contaminación del recurso agua en las poblaciones indígenas de la RBY.
La contaminación del agua “creada por las empresas”, es un problema común percibido
por las comunidades waorani, kichwa y shuar. Las mujeres indígenas aceptan esa
contaminación, y ante la falta de conocimiento sobre los peligros reales de consumir agua
contaminada, acaban por convalidar el envenenamiento del agua como algo habitual a lo
que debe acostumbrarse su familia. Ellas están en permanente contacto con el agua: lavan
la ropa, bajan al río para que los niños se bañen, preparan la chicha. Los derrames de
petróleo por obsolescencia del oleoducto, así como por roturas intencionales y fallas en el
manejo de las instalaciones, son frecuentes. A la contaminación provocada por los
derrames al aire, suelo, a los ecosistemas acuáticos, a la flora y la fauna, deben sumarse
los problemas sobre la salud humana, y sus efectos sobre las actividades productivas
(turismo, empleo, construcción, etc.) y sociales (desplazamiento forzado de población).
32
Entre los más afectados se tiene a los ríos Shiripuno, Tiwino, Cononaco, Tiputini, Yasuní, Nushiño, Indillama, Tivacuno,
Pindoyacu, Blanco, Aguajal, Huamayacu, Yanayacu, Jivino (Bryja, 2009 en Bajaña y Narváez, 2009).
26
27. Así nos damos cuenta que las implicaciones del problema son grandes, y que los grupos de
mujeres y niños son los más expuestos, y por lo mismo, afectados. Y en muchos casos, los
varones adultos que están vinculados con las empresas petroleras, no perciben directamente
este problema de contaminación, pero al mismo tiempo están expuestos a otro tipo de riesgos
de la industria petrolera.
Por otro lado, la amenaza del riesgo de derrames, constituye el estado en el que se encuentran
las instalaciones y equipos petroleros, y el proceso de operación y mantenimiento de los
mismos. En la siguiente tabla resumimos las principales amenazas que podríamos tener dentro
de un sistema de producción y transporte de hidrocarburos.
Tabla 8: Principales amenazas que inciden en la ocurrencia de un derrame por hidrocarburos
Aspectos del sistema de
Fallas más comunes
producción y transporte
Sin soportes de aislamiento.
Emplazamiento de las líneas de Con soportes de aislamiento no adecuados (madera).
flujo Inadecuado diseño en puntos de esfuerzo (curvaturas y
desniveles).
Superficiales sin protección catódica.
Estado de las líneas de flujo Enterradas sin protección catódica.
Desgaste por corrosión.
Mantenimiento del derecho de El derecho de vía no está permanentemente visible.
vía No se realiza un recorrido constante de los derechos de vía.
Mantenimiento preventivo de las No se realiza un análisis periódico de espesores de líneas.
líneas de flujo No se reemplaza la tubería en mal estado.
Válvulas en mal estado y sin las especificaciones técnicas
Válvulas de control
establecidas en la normativa ambiental.
Sistema de detección de fugas en No se cuenta con un sistema de detección de fugas.
el sistema de transporte Deficiente detección de bajas de presión.
No se ha difundido el plan de contingencias en las poblaciones del
área de influencia.
No se cuenta con un sistema abierto de comunicación y monitoreo
con las poblaciones locales.
Plan de contingencias
No se cuenta con la participación de entidades de apoyo como:
Defensa Civil, Bomberos, Cruz Roja, Militares, GADs.
No se realizan capacitaciones, ni simulacros de manera
permanente.
Fuente: Díaz (2010) y trabajo de campo CGRR (abril 2011)
Adaptado por: CGRR (2011)
A partir de estas fallas identificadas como principales,33 podemos plantear medidas necesarias
para prevenir la ocurrencia de derrames y/o fugas, o al menos para controlarlos a tiempo, para
así evitar consecuencias mayores. Vemos que algunas de estas fallas son competencia
exclusiva de las empresas petroleras, en vista que, es parte de sus obligaciones legales cumplir
con las especificaciones de la normativa ambiental.
33
Por ejemplo, en el periodo 2000 – 2003, en los campos operados por Petroecuador, se registró que las principales causas de
derrames fueron la falla de equipos, la corrosión y la negligencia (Reyes y Ajamil, 2005), lo cual tiene correlación con lo que
resumimos en la tabla 8. Sin embargo, debemos indicar que la identificación de amenazas y vulnerabilidades debe ser específica
de cada zona y de cada instalación petrolera.
27
28. Hay otras fallas que involucran a las zonas externas a las facilidades y que comprometen el
bienestar de las poblaciones locales, por ello es indispensable la intervención y participación
de éstas en la prevención de la contaminación. Enfatizamos en este aspecto, en el sentido que,
hasta el momento el nivel de participación de las poblaciones locales, ha sido mayormente en
la etapa de compensación y remediación de derrames. En la mayoría de los casos, es la misma
población local, la que identifica y detecta fugas y derrames. Es decir, constituye una parte
implícita, indispensable y, a la vez, no reconocida de los planes de contingencias de las
empresas petroleras.
Además debemos reconocer, que algunas de las poblaciones afectadas, han visto en la
remediación de derrames una forma de incrementar sus ingresos a través de la vinculación
laboral con la empresa petrolera. De manera complementaria, las compensaciones
económicas recibidas por los derrames también han sido percibidas, como una oportunidad.34
Por lo tanto, observamos un círculo vicioso en la gestión de derrames, que podría abarcar
incluso acciones intencionales para provocar derrames en las líneas de flujo, para así abrir el
negocio de la remediación.
Impacto 2: Cambios en el uso del suelo
Este impacto abarca un sin número de acciones y cambios que están concatenados entre sí,
por ello hemos considerado su agrupación. En un sentido muy general, nos referimos a la
implantación de las instalaciones petroleras (en todas sus fases) en territorios de poblaciones
indígenas y campesinas en la RBY. Esto conlleva, en primera instancia, la etapa constructiva:
deforestación del área, adecuación del terreno, construcción de vías de acceso y de facilidades
(dependiendo la fase petrolera); y, de manera consecutiva, la etapa de operación: perforación,
producción y transporte de hidrocarburos.
En resumen, nos referimos a la atribución de derechos de uso sobre territorios indígenas y
campesinos, por parte de las empresas petroleras, para la normal ejecución de sus actividades.
Es decir, queremos enfocarnos en el salto enorme que se da en el ambiente amazónico, de una
economía de subsistencia de los recursos del bosque a una extracción industrial de recursos,
basada en la obtención de la mayor rentabilidad. En consecuencia, los aspectos
socioambientales más afectados serían los ecosistemas naturales, desde un punto de vista
ecológico, y desde un enfoque socioeconómico y cultural, las economías de subsistencia y
sistemas agro-productivos de las poblaciones locales.
Únicamente para observar una de las consecuencias del cambio en el uso del suelo,
presentamos algunos datos de la deforestación, atribuida a la industria petrolera, en la
Amazonía ecuatoriana:
En términos de recursos forestales, la explotación de petróleo ha significado la pérdida de
6 millones de hectáreas de bosques primarios donde están operando las concesiones.
Cada pozo exploratorio supone despejar un área de 4 ha para la construcción de la
plataforma de exploración (Villaverde, 2005: 145). Además de la deforestación directa
provocada por el petróleo, la construcción de caminos para tener acceso a sitios remotos
34
Entrevista 02, realizada el 01 de abril de 2011.
28
29. en donde hay petróleo, abre las puertas a la extracción de árboles y biodiversidad (FOES-
REGAL, 2008:113-114).
Otro aspecto significativo, constituye la apertura de vías de acceso, que también generan
consecuencias importantes, como la colonización interna y externa, y el incremento y
expansión de actividades agropecuarias y extractivas como la cacería, pesca y tala. Las vías
donde se han generado los mayores impactos son: Auca, Yuca, Zorros, Puma, Pindo, Armadillo,
Maxus (Villaverde et al., (2005). En esta última, existe cierto tipo de vigilancia por parte de
Repsol-YPF, pero de todos modos, se han registrado algunas de las consecuencias
mencionadas.
Así vemos que el cambio en el uso del suelo constituye un tronco central, del cual se
desprenden algunos impactos adicionales, que serán abordados explícitamente en la otra
presión considerada para la RBY en esta propuesta.
Impacto 3: Incremento de la conflictividad social
Para este impacto nos referimos puntualmente a los procesos de negociación, compensación e
indemnización que se dan entre las empresas petroleras y las poblaciones de las áreas de
influencia. En tal sentido, se evidencian conflictos entre las poblaciones locales y las empresas,
y también al interior de las poblaciones y organizaciones sociales. Este proceso es conocido,
dentro del ámbito petrolero, como relaciones comunitarias, y está representado por un
departamento tanto en campo, como en las oficinas en Quito.
Los conflictos entre las empresas y las poblaciones locales han surgido en torno al conflicto de
intereses por el uso del territorio, así resaltan casos de expropiaciones a favor de petroleras. Y
otros, en los que las empresas entregaban obras o recursos económicos a las poblaciones
locales para que no obstaculizaran el desarrollo de las actividades planificadas. En general,
Villaverde et al., (2005) señala que las relaciones entre petroleras y la población local están
marcadas por una mutua desconfianza, en la que, cualquier motivo, por mínimo e
insignificante que sea, es causa de nuevos conflictos.
Ahora bien, los conflictos, en general en la Amazonía, corresponden a dos modalidades: la
primera relacionada con los impactos socioambientales generados por las actividades
petroleras, y la otra por los derechos a compensaciones e indemnizaciones por las
afectaciones causadas. Algo que es importante señalar es que la segunda modalidad, puede
abarcar dos momentos de generación de conflictos, el primero originado al inicio del proceso
de negociación y el otro en la distribución de recursos, como parte de las compensaciones e
indemnizaciones. Este último, particularmente, ha dado lugar a inequidades al interior de las
poblaciones afectadas y, de manera externa, con otras poblaciones (Entrix, 2006).
Usualmente los conflictos suponen una constante de aceptación y desconocimiento de
convenios, medidas de hecho y, ocasionalmente, el recurso de intervención de las
organizaciones regionales. Entre los factores que terminan por profundizar o producir
conflictos están las negociaciones con criterios heterogéneos, ocultamiento de
información, convenios compensatorios/indemnizatorios inequitativos, el incumplimiento
de acuerdos, la aplicación de medidas coercitivas o el trato discriminatorio (Entrix, 2006:6-
43).
29
30. Las indemnizaciones y compensaciones económicas “*…+ introducen una lógica individualista
que mina la estructura social comunitaria basada en mecanismos de reciprocidad, parentesco,
solidaridad” (Entrix, 2006:6-43). Esta situación se refiere principalmente a las poblaciones
indígenas, que en cierto modo, intentan mantener el sentido comunitario. Caso contrario, con
las poblaciones campesinas, en donde la negociación, desde un inicio, tiene características de
beneficio individual (Villaverde et al., 2005).
A consecuencia del incremento desmesurado de los niveles de conflictividad, al interior de las
poblaciones y organizaciones sociales, se han identificado ciertas divisiones y también la
conformación de nuevas organizaciones. Adicionalmente, por la vinculación laboral, como
parte de las indemnizaciones y de otro tipo de recursos económicos, al interior de las
comunidades, en especial indígenas, se han identificado indicios de diferenciación social. Así
en el caso de la población waorani, existen intermediarios, que son quienes interpelan ante las
petroleras y, a la vez, legitiman y consolidan su autoridad con el resto de la comunidad. En el
caso de la población kichwa esta situación es menos evidente (Entrix, 2006).
Impacto 4: Mayor exposición a factores de riesgo
Al revisar las categorías de residuos del Convenio de Basilea,35 identificamos que el petróleo y
sus derivados están catalogados como peligrosos. Específicamente, dentro de la categoría A3:
Desechos que contengan principalmente constituyentes orgánicos, que puedan contener
metales y materia orgánica. Con esto podemos tener una idea de los riesgos toxicológicos a los
que están expuestas las poblaciones de las áreas de influencia de los campos petroleros y
también el personal que labora al interior de éstos.36 A esto se suman los riesgos mecánicos,
térmicos, eléctricos y demás, característicos de las diferentes fases de la industria petrolera.37
Ante esta realidad, nace la necesidad de implementar medidas de prevención y control
ambiental y también medidas de seguridad industrial y salud ocupacional. Este enfoque
preventivo y de control empezó a ponerse en práctica, en la industria petrolera ecuatoriana,
en la década de los años ’90.
En décadas anteriores, el riesgo era aún mayor porque las medidas de prevención, control y
regulación eran casi ausentes. Justamente un estudio que muestra las consecuencias es el
Informe Yana Curi, que “*…+ hace un análisis sobre la presencia de cáncer en la población de la
zona de influencia del bloque que manejó el consorcio CEPE-Texaco” (Villaverde et al.,
2005:155). “El problema central estaría vinculado con la exposición a los componentes tóxicos
del petróleo a través de inhalación, absorción dérmica o ingestión” (Entrix, 2006:6-41).
Por otro lado, en el estudio de FOES-REGAL (2008:114) se presentan otros resultados que
demuestran algunas afectaciones a la salud, y que a la vez refuerzan la concepción del
insuficiente manejo ambiental actual.
35
El Convenio de Basilea trata sobre el control de los movimientos transfronterizos de los desechos peligrosos y su eliminación y
fue adoptado por la conferencia de plenipotenciarios el 22 de marzo de 1989, y entró en vigor el 5 de mayo de 1992. El Estado
ecuatoriano es parte de este convenio.
36
Dentro del personal de las empresas petroleras, también debemos considerar a los trabajadores kichwa, waorani y campesinos
que están expuestos a estos riesgos laborales.
37
En la página de la Organización Panamericana de la Salud – Colombia, se pueden encontrar algunos estudios que confirman los
riesgos de la industria petrolera, en especial para sus trabajadores. Disponible en: http://www.col.ops-
oms.org/saludambiente/SOIP/Chater.htm
30
31. Un estudio de la Unión de Promotores Populares de Salud de la Amazonía Ecuatoriana
determinó que la gente que vive en áreas petroleras presenta tasas de desnutrición y
mortalidad infantil mayores que el resto de la población (citado por Martínez, 2006: 195).
Al mismo tiempo, las muertes por cáncer en esta población son tres veces más altas que la
media nacional (12%) y cuatro veces superiores a Orellana (7,9%) (Maldonado y Narváez,
citado por Martínez, 2006: 196). Por último, se ha demostrado también que existe un
riesgo de abortos espontáneos 3,34 veces más alto en las mujeres que viven en
comunidades expuestas a los compuestos químicos del petróleo (San Sebastián, 2005).
Cabe indicar que los derrames sería la fuente más grande por la cual las poblaciones locales
tendrían contacto con los hidrocarburos. Además, de los gases producto de la volatilización y
quema de hidrocarburos en las estaciones de producción y almacenamiento.
Otra afectación importante constituye el ruido que está presente en todas las fases de la
industria petrolera, pero en diferentes magnitudes. Podríamos afirmar que en la etapa de
construcción y en la fase de perforación los niveles de ruido son más elevados y a la vez
molestos para las poblaciones aledañas. En estas fases, es importante tener en cuenta,
además, el polvo generado por el constante traslado de vehículos y maquinaria pesada.
Impacto 5: Desequilibrio en el sistema alimentario
Este impacto es más claro en las poblaciones indígenas, en vista que muchas comunidades aún
dependen de la cacería y pesca de subsistencia, recolección de frutos, y de lo producido en las
chacras. Por lo tanto, al reducir el tiempo dedicado a estas actividades por la influencia de la
actividad petrolera, por la vinculación laboral, los varones descuidan temporalmente la cacería
y la pesca. Y de manera complementaria, al incrementar los ingresos económicos provenientes
de la remuneración laboral, las familias reemplazan en parte su alimentación tradicional por
productos procesados.
El resultado de estos cambios, aunque muchas veces ignorados, genera un desbalance en la
dieta de las poblaciones indígenas, y afecta, primordialmente a los grupos más vulnerables,
niños y niñas.
Impacto 6: Intensificación de procesos de aculturación
Los impactos revisados anteriormente, no son más que un reflejo de alteraciones de los
aspectos culturales, particularmente de los pueblos indígenas. En vista que los factores
económico y político están íntimamente ligados con lo cultural. Además, debemos señalar que
las culturas están en permanente cambio, y atraviesan por procesos muy complejos de
transformación. Entonces, al hablar de aculturación, partimos de que las presiones externas
conducen a la represión y anulación de formas actuales propias de cultura, considerando la
sensibilidad de los grupos indígenas. En cambio, al producirse una asimilación equilibrada de
los nuevos elementos, reconocemos a la transculturación (Entrix, 2006).
Bajo este marco conceptual citamos lo desarrollado, en cuanto a las nacionalidades kichwa y
waorani, en el estudio de Entrix (2006:6-46).
Para el caso de la población kichwa:
31
32. La etnia kichwa de la Amazonía constituye el grupo indígena con mayor nivel de contacto
con la sociedad nacional. Esto ha producido un proceso permanente de transculturación
que ha permitido asimilar fenómenos culturales externos. Es común que la valoración de
la pervivencia de elementos culturales se enfoque en aspectos formales (vestimenta,
ritualidad, producción artesanal, etc.); sin embargo, aquella pervivencia radica en el
mantenimiento de estructuras de relaciones sociales. En ese sentido, la permanencia del
estatuto organizativo que tiene el ayllu pone de manifiesto los mecanismos de
continuidad cultural de los kichwa.
El caso waorani:
*…+ se puede observar que los waorani van constituyendo, dentro de los límites que su
situación implica, su propio camino hacia la modernidad por medio de complejas
estrategias que tratan de asimilar las nuevas condiciones a su código étnico haciendo
posible mantener sus posibilidades identitarias. Pese a ello es un grupo muy sensible a las
presiones externas debido al acumulado histórico de contactos que han perfilado un
esquema de relaciones con actores externos sobre el que no pueden ejercer un control
político.
Intensificación y expansión poblacional
Antecedentes de la colonización en la RBY
Villaverde et al. (2005) identifica dos hechos claves que incrementaron la colonización38 de la
Amazonía ecuatoriana en la segunda mitad del siglo XX. El primero corresponde a la
intensificación de las actividades de exploración y explotación petroleras, a partir de 1970, que
dinamizó la ocupación de las provincias de Sucumbíos y Orellana, principalmente. El otro tiene
que ver con la expedición de leyes, como la Ley de Reforma Agraria, en 1973, y la Ley de
Colonización de la Región Amazónica, en 1977 y, de manera complementaria, se crea en 1979
el Instituto para la Colonización de la Región Amazónica Ecuatoriana (INCRAE). Estas dos
políticas de Estado, generaron una ocupación anárquica del territorio amazónico,
particularmente de la zona norte, con el traslado de muchas familias provenientes de distintas
provincias y regiones del país.
Los primeros en llegar se ubicaron a los costados de las vías abiertas para la explotación
petrolera. Los siguientes se iban ubicando a ambos lados (primera línea) en lotes de
aproximadamente 50 hectáreas (250 metros de frente por 2000 metros de fondo).
Cuando la primera línea estaba copada, se instalaban detrás formando la segunda línea (o
primer respaldo) y así sucesivamente hacia adentro. Las líneas de ocupación podían
establecerse también tomando como referencia caminos secundarios (trochas) o ríos y
esteros. En la vía Auca, en la parte más ancha, existen ocho líneas de colonización,
alcanzando ya el límite del PNY (Villaverde et al., 2005:184).
El requerimiento esencial para la legalización de las tierras era trabajarla, es decir, tumbar al
menos un tercio del bosque, para así obtener los títulos de propiedad a través del IERAC.39 En
un inicio el IERAC solicitaba que los-as proponentes estén organizados en cooperativas, pero
poco tiempo después se legalizaban las tierras individualmente. Esta situación ocasionó el
debilitamiento de esta estructura organizativa. Sin embargo, éstas mantuvieron ciertas
38
“Teóricamente la colonización es definida como un proceso a través del cual individuos se asientan, de forman más o menos
permanente, en una zona deshabitada o muy poco habitada” (Tamariz, 1991 en Villaverde et al., 2005:183).
39
Instituto Ecuatoriano de Reforma Agraria y Colonización.
32