Tema 1. orígenes, difusión y definición de la bioética
6 b-el siglo xiii a.
1. EL ESPLENDOR DE LA EDAD MEDIA
•
A partir del siglo XII y de modo especial en el XIII, la
Edad Media llegó a su esplendor. Fue entonces cuando
realizó su mejor producción cultural. Se ha llamado la
época clásica de la cristiandad medieval.
El término “Cristiandad” designa un modo de relación
entre la sociedad y la Iglesia en la Edad Media. Los
pueblos de la Europa de entonces forman una gran
comunidad cimentada en la fe cristiana. La Iglesia y el
imperio son las dos caras de una misma realidad, a la
vez espiritual y temporal, a imagen del alma y del cuerpo.
2. • Si hubiera que señalar un rasgo
capaz de caracterizar por sí solo los
tiempos clásicos de la cristiandad
medieval, ese rasgo sería, sin duda
alguna, su increíble vitalidad. Un
signo de vitalidad espiritual de este
período histórico fue el espléndido
florecimiento alcanzado por la vida
religiosa: cluniacenses, cartujos,
cistercienses. Si los siglos XI y XII
fueron los tiempos monásticos, el
siglo XIII, como veremos, será el
siglo de los frailes: franciscanos,
dominicos, agustinos, carmelitas,
mercedarios.
Los siglos de la Cristiandad fueron
también la época clásica de las
ciencias sagradas: la teología y el
3. 5. El siglo XIII
• Llegamos al máximo esplendor de la cultura forjada
lentamente durante la Edad Media. Después de estos
resplandores, comenzará el paulatino declive del medioevo.
• Es el siglo del gran Papa Inocencio III que quiso llevar a
cabo el ideal de una sociedad político-religiosa medieval, en
cuya cima estuviera la supremacía papal. Es un siglo en
que continúan las cruzadas, y en que nacen las grandes
órdenes mendicantes, como la de san Francisco de Asís y
la de santo Domingo de Guzmán. Es también el siglo que
ve aparecer la inquisición, y admira las expediciones de
Marco Polo por el lejano oriente, hasta China. Es el siglo de
las universidades y de las grandes lumbreras intelectuales,
como san Alberto Magno y su discípulo santo Tomás de
Aquino. Es el siglo del arte gótico. Es el siglo de la Carta
Magna o Constitución, que limitaba los derechos absolutos
de los reyes. ¡Interesante siglo!
4. • La cristiandad no sólo promovió el desarrollo de las ciencias
sagradas, sino que dio vida a la institución destinada
específicamente a desarrollar la ciencia y a difundir la cultura
superior: la universidad. Surgen por impulso de la Iglesia las
universidades de París, Oxford, Bolonia. Salamanca.
• A partir del siglo XIII la evolución de la sociedad medieval señaló
nuevos rumbos a las preferencias populares. Existía ahora una
población urbana cada vez más considerable y en las ciudades
se establecieron también las nuevas órdenes de religiosos
mendicantes, que pronto ejercieron un poderoso atractivo sobre
los fieles.
5.
6. ¿Qué herejías azotaron a la Iglesia en este
siglo?
• Primero, los Valdenses. En Francia surgió la herejía de
Pedro Valdés, nacido en Lyon, que un buen día abandonó
sus negocios y partió a predicar el evangelio, dando
ejemplo de pobreza, austeridad y desprendimiento y
arrastrando compañeros de Suiza y Alemania. Atacó las
costumbres de los clérigos relajados e invitaba a volver al
cristianismo primitivo, pero no estuvo inmune de errores
dogmáticos en sus predicaciones. Los “perfectos” entre los
valdenses hacían los tres votos de pobreza, castidad y
obediencia; y los simples seglares se arrogaban el derecho
de celebrar la eucaristía. Sólo admitían el bautismo, la
penitencia y la eucaristía. El papa Lucio III los excomulgó.
7. • Continuaron los albigenses o cátaros. Eran más
peligrosos por su mayor difusión y por su más franco
alejamiento de la fe católica. Se llamaban albigenses por
la ciudad de Albi; y cátaros o puros. No reconocían una
iglesia visible, rechazaban toda autoridad espiritual y
temporal y no admitían ni la guerra ni la pena de muerte.
Sólo tenían un sacramento, el bautismo del espíritu, el
consolamentum, que por lo demás sólo recibían los
“perfectos”; los cuales quedaban obligados después de
su recepción a llevar una vida rigurosamente ascética.
Los restantes sólo recibían el consolamentum en la hora
de la muerte. El Papa Inocencio III invitó al rey de
Francia a una cruzada contra ellos, que desembocó en
una horrible crueldad por ambos bandos.
8. LAS ÓRDENES
MENDICANTES
Ante la relajación de algunos eclesiásticos, Dios no se olvidó de su
Iglesia. Al contrario, hizo surgir las órdenes mendicantes. Sus
fundadores quisieron responder a la llamada del evangelio y a las
necesidades de su tiempo. Fueron sensibles en particular al desarrollo
de la herejía, al movimiento urbano y a la fermentación intelectual.
Las órdenes mendicantes se llamaban así, porque en un tiempo en
que los pastores de la iglesia se enriquecen siempre más, los
monasterios abundan en tierras y en bienes, y la nueva burguesía de
las ciudades se desvive por aumentar sus ganancias, ellos hacen voto
de perfecta pobreza. En un tiempo en que se ahonda cada vez más
la diferencia entre los grandes señores y el pueblo llano, ellos
predican la fraternidad cristiana. Su vida ya no depende de tierras de
labranza ni de rentas. Viven de la limosna. Ya no se llaman monjes,
sino hermanos. Las principales órdenes mendicantes fueron la de los
franciscanos y la de los dominicos.
9. Posteriormente surgieron nuevas órdenes,
llamadas mendicantes, como los
franciscanos y los dominicos, que a
diferencia de otros religiosos no debían
establecer su residencia en un lugar fijo,
actuando como predicadores, misioneros,
inquisidores, canonistas, teólogos o
intelectuales.
Ambas datan de comienzos del siglo XIII.
San Francisco de Asís
La primera se debe a la obra de San
Francisco de Asís, basada en las virtudes
de la fe y la caridad. La segunda, a Santo
Domingo de Guzmán, quienes
renunciaron a los bienes terrenales,
combatieron la herejía y privilegiaron el
conocimiento como medio de lograr sus
aspiraciones religiosas.
Santo Domingo de Guzmán
11. Inicios
Su padre, Félix de Guzmán, era noble acompañante del Rey. Su
madre era la Beata Juana de Aza de quien Domingo recibió su
educación primera.
Cuando tenía seis años fue entregado a un tío suyo, arcipreste,
para su educación literaria. A los catorces años fue enviado al
Estudio General de Palencia, el primero y más famoso de toda
esa parte de España, y en el que estudiaban artes liberales, es
decir, todas las ciencias humanas y sagrada teología. El joven
Domingo se entregó de lleno al estudio de la teología
12. Como Sacerdote
A los 24 años de edad, Domingo fue llamado por el obispo de Osma
para ser canónigo de la catedral. A los 25 años fue ordenado sacerdote.
El Rey Alfonso VIII había encargado al Obispo de Osma, en 1203, la
misión de dirigirse a Dinamarca a pedir la mano de una dama de la
nobleza para su hijo Fernando. El Obispo acepta y como compañero de
viaje lleva a Domingo. Al pasar por Francia, Flandes, Renania e
Inglaterra, Domingo quedó preocupado al constatar la extensión de las
grandes herejías, los cátaros, valdenses y otras herejías procedentes del
maniqueísmo oriental. Estos negaban muchos dogmas de la fe católica,
incluso la Redención por la Cruz de Cristo y los Sacramentos.
13. Vida apostólica
En 1207 Domingo, con algunos compañeros, entre ellos el Obispo de Osma, se
entrega de lleno a la vida apostólica, viviendo de limosnas, que diariamente
mendigaba, renunciando a toda comodidad, caminando a pie y descalzo, sin casa ni
habitación propia en la que retirarse a descansar, sin más ropa que la puesta.
Comprendiendo la necesidad de instruir a aquellas gentes que caían en las herejías,
determinó fundar la Orden de predicadores, dispuestos a recorrer pueblos y
ciudades para llevar a todas partes la luz del Evangelio. Funda centros de apostolado
en todo el sur de Francia. Pero, reconociendo que para combatir las herejías era
necesario una buena formación teológica, busca un doctor en teología que
instruyera a la comunidad. Más tarde, uno de sus discípulos en la orden sería la
lumbrera más grande que haya tenido la iglesia universal: Santo Tomás de Aquino.
Santo Domingo fue un gran amigo de San Francisco de Asís, a quien visito y abrazó
efusivamente.
Santo Domingo poco después fundó la rama femenina de su Orden.
14. Misión
La misión de los dominicos, predicar para llevar almas a Cristo, encontró
grandes dificultades pero la Virgen vino a su auxilio. Estando en Fangeaux
una noche, en oración, tiene una revelación donde, según la tradición, la
Virgen le revela el Rosario como arma poderosa para ganar almas. Esta
tradición está respaldada por numerosos documentos pontificios.
El 21 de enero de 1217, el Papa Honorio III aprobó definitivamente la obra de
Domingo, la Orden de los predicadores o Dominicos.
En 1220 la herejía de los cataros y albigenses se había extendido por Italia. El
Papa Honorio pone a Domingo a cargo de una gran misión.
Murió en Bolonia el 6 de agosto de 1221
Fue canonizado por Gregorio IX en 1234. El Papa dijo: "De la santidad de este
hombre estoy tan seguro, como de la santidad de San Pedro y San Pablo".
15. • La organización de la orden es democrática. Los cargos son
electivos y temporales. Tan sólo el maestro general es elegido
para toda la vida. No disponen de las rentas de las grandes
abadías, sino que obtienen de las limosnas los medios de
subsistencia. Se dirigen especialmente a las gentes de la ciudad,
a los miembros de las corporaciones y enseñan en las
universidades. En 1216 el papa aprueba esta orden, y adoptan la
regla de san Agustín. El papa Gregorio IX 90 les encarga la
responsabilidad de la inquisición eclesial, de la que hablaremos
más tarde.
16. Los dominicos: es la llamada
Orden de los Predicadores
• Apoyada por el gran papa Inocencio III y aprobada más tarde por
Honorio III en 1216. Fue fundada por santo Domingo de Guzmán,
nacido en España hacia el año 1170.
• Sale al encuentro de los herejes cátaros o valdenses, imitando la
pobreza de Cristo pobre y aceptando las controversias dogmáticas con
ellos. El obispo de Toulouse (Francia) aprueba en el año 1215 al
pequeño grupo de predicadores: “Constituimos como predicadores en
nuestra diócesis al hermano Domingo y a sus compañeros, a fin de
extirpar la corrupción de la herejía, arrojar los vicios, enseñar la regla
de la fe e inculcar sanas costumbres a los hombres”.
• Su programa regular es portarse como religiosos, es decir, hacer los
tres votos de pobreza, castidad y obediencia; ir a pie, predicar la
palabra evangélica, vivir la pobreza de Jesús, alimentándose con lo
que les dan. Fin y objeto de la nueva orden era crear un grupo de
sacerdotes aptos y altamente preparados para predicar al pueblo la
sana doctrina. Dedicaron, pues, los dominicos especial atención al
estudio. Tanto descollaron en las ciencias que, en vida del fundador,
enseñaban ya en la universidad de París. En esa universidad brillaron
de manera especial san Alberto Magno y santo Tomás de Aquino.
18. Le pusieron por
nombre Juan; pero
comenzaron a
llamarle Francisco
porque, cuando
nació, su padre
andaba por Francia.
19. En su juventud no
le interesaban los
negocios ni los
estudios. Pero
tampoco era de
malas
costumbres.
Hacía limosnas, dando vestidos, y le
gustaban los escritos románticos y los
trovadores.
20. A los 20 años tuvo que ir a
la guerra y cayó prisio-
nero. Cuando fue
liberado cayó enfermo
muy grave.
Volvió a la guerra; pero su
vida íntima iba
cambiando, manifestada
en el amor al prójimo, al
repartir sus propios
vestidos.
21. Se dedicó más a la
oración. También
visitaba y servía a
los enfermos en
los hospitales.
Su vida cambió
cuando un día,
aun sintiendo
una gran
repulsa, bajó del
caballo y besó a
un leproso.
22. Después iba por lugares Y Cristo le
apartados llorando sus
pecados, hasta que
respondió:
hizo como su centro de “Francisco, ve y
oración la capilla de san
Damián, que es-
restaura
taba en ruinas. mi Iglesia que,
Un día entró Francisco como ves,
a orar y, ante la imagen
de Cristo Crucificado, está en
preguntó: “Entonces, ruinas”.
Francisco lo entendió
Señor, ¿qué quieres de
mi?” de forma material.
Así pues, vendió su caballo y ropas de su padre y el
dinero lo entregó al sacerdote encargado de la
capilla, quien no quiso aceptarlo.
23. El padre de Francisco llegó a
“san Damián”, golpeó al
joven y lo llevó a casa
encerrándole encadenado.
Pero su madre le puso en
libertad, volviendo
Francisco a san Damián.
De nuevo volvió su padre, le
golpeó y le dijo que renunciara a
la herencia. Francisco no vio en
ello problema. Pero al decir su
padre que pagara los vestidos
regalados, Francisco contestó
que todo eso pertenecía a Dios.
24. El padre de Francisco le llevó ante el obispo; pero
Francisco se quitó los vestidos y se los dio a su
padre.
25. El padre
protestaba; pero
Francisco le
dijo: “Hasta
ahora tu has
sido mi padre en
la tierra; pero en
adelante podré
decir:
26. El obispo le regaló a Francisco un vestido de
labrador. Francisco hizo sobre el vestido una
cruz con una tiza y se volvió a san Damián.
27. Durante dos años anduvo como un mendigo
trabajando para un monasterio.
28. Pronto
comenzó su
empresa de
reparar la
iglesia de san
Damián.
Alguna vez decía: “Un día habrá aquí un
convento de religiosas que alabarán al
Señor”. Esto sucedió cinco años después
con santa Clara y compañeras.
29. Para poder reparar la iglesia pedía limosnas al
mismo tiempo que predicaba: “El Amor no es
amado”. Tuvo que soportar burlas y
desprecios.
30. A unos 4 kms. de Asís había una
pequeña iglesia abandonada (la
“porciúncula”), que estaba
dedicada a Ntra. Sra. de los
Ángeles. Pertenecía a los
benedictinos a quienes pidió
Francisco permiso para residir
allí.
Era la fiesta de san Matías en 1209, cuando
Francisco oyó en el evangelio del día: “No
llevéis oro… ni dos túnicas, ni sandalias, ni
báculo”. Francisco lo interpretó literalmente y
regaló las sandalias, el báculo y el cinturón. En
adelante llevaría sólo la túnica con un cordón.
31. No fueron fáciles los
comienzos para
francisco. Tuvo
que resistir las
embestidas del
demonio
incitándole a
sentimientos
malos.
En cierta ocasión, sintiendo más fuerte la
tentación carnal, quitándose la túnica, se arrojó
entre zarzas y espinos.
32. El primero fue
Bernardo de
Quintanavalle, rico
comerciante, que
repartió su
hacienda entre los
pobres.
33. El segundo fue Pedro de Cattaneo, el tercero el
hermano Gil, hombre sencillo y bueno. Luego
Silvestre y otros.
34. En 1212 el abad benedictino regaló la capilla a Francisco,
con la condición de que fuese para siempre la principal
iglesia de la nueva orden.
Francisco aceptó, pero sólo
prestada. Por eso los
franciscanos daban a los
benedictinos la cuota de una
cesta de peces del río una vez a
año.
Los
benedictinos
correspondía
n enviando un
tonel de
aceite.
35. En ese año 1212, santa Clara decide seguir a Francisco en su
entrega total a Dios.
La seguirán otras “clarisas”, que se establecen en
“san Damián”.
36. Francisco y sus
compañeros trabajaban
en el campo, y,cuando
no había trabajo pedían
limosna
No podían
aceptar dinero.
Servían a los
leprosos y
obedecían al
obispo.
37. Cuando los “hermanos” fueron doce, Francisco redactó
una regla, que prácticamente se componía de consejos
evangélicos.
Y se fueron a Roma, a pie, cantando y pidiendo
limosna, para exponérselo al papa.
38. El obispo de Asís ya le había hablado muy bien
sobre Francisco y compañeros al cardenal
Hugolino. Este cardenal les acogió en su casa
y les recomendó al papa. Luego fue su
protector.
Dicen que años más
tarde san Francisco,
juntamente con
santo Domingo, fue
a exponer a dicho
cardenal las nuevas
constituciones.
39. Por aquellos días el
papa Inocencio III
había tenido un sueño
viendo cómo “un
hombre pobrecito, de
pequeña estatura y
aspecto despreciable”
sostenía la basílica
lateranense, a punto
de caerse.
40. Varios cardenales le decían al
papa que la propuesta de
Francisco superaba las
fuerzas humanas. No les
parecía bien vivir en tanta
pobreza. Pero el cardenal
Hugolino dijo al papa que
rechazar esta demanda era
injuriar al Evangelio de
Cristo.
El papa dijo a Francisco que
orasen para encontrar una
solución. Y otro día les
recibiría.
41. Cuando otro día se presentaron ante el papa, Francisco le
habló tan hermosamente sobre la providencia divina y
el ser hijos del Rey Celestial, que Inocencio III les
concedió el seguir en esa vida.
Además les concedió llevar la tonsura como clérigos
para que más
libremente
pudieran
predicar.
42. Así pues, ahora con mayor alegría y entusiasmo
predicaban la palabra de Dios.
43. San Francisco quiso ir a Oriente por dos motivos: para
visitar la tierra de Jesús y para tener la oportunidad de
morir mártir por Jesucristo.
En recuerdo de la devota peregrinación de san
Francisco a los Santos Lugares, los
franciscanos son sus custodios.
44. San Francisco sufrió mucho al ver en Oriente las
malas costumbres de los soldados de las
cruzadas. Y, como quería morir mártir, buscando
predicar a los sarracenos, fue a ver al sultán de
Egipto.
Estaban enfrentados los
ejércitos del sultán con
los cristianos. Era una
gran temeridad querer
pasar de una parte a la
otra. Pero Francisco
con el hermano
Iluminado fue, le
apresaron, le
maltrataron y le
llevaron ante el Sultán.
45. San Francisco le dijo al sultán: “No son los hombres
quienes me han enviado, sino Dios todopoderoso.
Vengo para enseñaros el camino de la salvación…”
Y le hizo una propuesta: la
prueba del fuego. “Que
alguno de tus sacerdotes
entre conmigo en el
fuego…” Como el sultán
vio que el principal se
marchaba, no quiso
aceptar. Tampoco aceptó
que Francisco solo
entrase en el fuego.
Temía a que los soldados
convertidos se pasasen al
campo contrario. .
46. El sultán, impresionado por la sencillez y firmeza de
Francisco, después de escucharle con cierto agrado, le
despidió. San Francisco se volvió desalentado por el poco
éxito.
47. San Francisco estando en Tierra
Santa, recibió malas noticias
sobre el desarrollo de la nueva
orden. Eran muchos y era muy
difícil mantener la unidad, la
pobreza y obediencia sin una
buena organización.
48.
49. Esta reunión se llamó
de las esteras, porque
tuvieron que hacer
muchas chozas con
esteras para poder
acoger a varios cientos
de hermanos venidos
de Italia y de lugares
más extremos.
Esto fue en
Pentecostés de
1221.
50. San Francisco les decía; “Hijos míos, grandes
cosas hemos prometido, pero mucho mayores
son las que Dios nos ha prometido…”
Y les mandaba por santa obediencia a no preocuparse de
lo necesario para el cuerpo y a confiar en la Providencia.
51. La Providencia fue tan grande que de todos los lugares
cercanos les llevaban ofrendas: comida y aun vasijas donde
poder comer. La reunión se convirtió en una fiesta.
52. San Francisco, con la ayuda del cardenal Hugolino y algún
hermano, redactó nuevos estatutos para presentarlos al
papa Honorio III
No era fácil, pues había cierta
oposición por parte de
algunos hermanos dirigidos
por fray Elías de Cortona,
que de hecho era quien
dirigía la orden
externamente. Francisco
iba dejando esta dirección
para dedicarse más al
espíritu.
53. En el año 1223 el papa Honorio III aprueba los estatutos.
54. En la Navidad de ese año 1223, al entrar a rezar en la ermita
de Greccio, sintió el deseo de representar en vivo el
nacimiento del Niño Jesús.
Llamó a la gente,
hizo una cueva, le
trajeron una mula y
un buey, y sintió con
mucho amor la
presencia viva del
Niño de Belén.
Belén
55. Hay algunas leyendas, que son como parábolas vivientes.
Una es la del lobo de Gubbio que san Francisco
amansó. Indica la misma mansedumbre del santo y sus
deseos de paz.
56. En 1224 se retiró san Francisco a una pequeña cabaña
del monte Alberna. Sólo le acompañó el hermano
León. Como estaba muy débil, un campesino le prestó
su jumento.
57. Estando en aquella soledad, vio bajar del cielo un serafín con
seis alas, como de fuego. Apareció luego entre las alas la
efigie de un hombre crucificado. Francisco sintió un gozo y
un dolor intenso a la vez. Al desaparecer la visión, quedaron
impresas en sus manos y pies y costado las llagas de Jesús
crucificado.
58. Después de la fiesta de san
Miguel, bajó del monte.
Llevaba las llagas
impresas como si
fuese una imagen de
Cristo crucificado. Por
eso solía ir metidas
las manos entre las
mangas del hábito, y
en los pies medias y
zapatos.
59. Previendo que
llegaban los
últimos días de
su vida, quiso ser
llevado a la
“Ponciúncula” y
ser puesto en el
suelo sin ropa
para sentir más la
extrema pobreza.
Pero un hermano
le dijo que
tomase un hábito
prestado en santa
obediencia.
60. Quiso san Francisco que viniera a despedirse Jacoba de
Settesoli, una dama, a quien apreciaba por los bienes que
les hacía a los hermanos. Ella llegó por inspiración divina
trayendo el sayal para amortajarle.
61. Hizo llamar a los hermanos que estaban allí y les exhortó al
amor de Dios, a la paciencia, la pobreza y fidelidad a la
santa Iglesia romana. Bendijo a los presentes y a los ausentes.
Y les decía:
“Por mi parte he
cumplido lo que
me incumbía;
que Cristo os
enseñe a
vosotros lo que
debéis hacer”
Y pidió que le
leyeran la
pasión
según san
Juan.
62. “Cumplidos en Francisco todos los misterios, liberada su
alma santísima de las ataduras de la carne y sumergida
en el abismo de la divina claridad, se durmió en el Señor
este varón bienaventurado”.
(San Buenaventura)
63. Unas semanas antes había dicho
“bienvenida hermana muerte” al entrar
por última vez en la Porciúncula.
Antes de morir, fray
Angel y fray León
cantaron la estrofa
de la “hermana
muerte” y
Francisco se
durmió en el Señor.
Tenía 44
años de
edad.
64. Su entierro
fue una mani-
festación al
mismo tiempo
dolorosa y
triunfal. Mu-
chedumbres
escoltaban el
sagrado
cuerpo.
cuerpo
Pasaron por “san Damián” para que santa Clara
y sus monjas le pudieran besar y tocar sus
llagas. Fue enterrado en la iglesia de san Jorge
de Asís hasta que construyeran el nuevo templo.
65. A los dos años, el 16 de Julio de 1228 era canonizado
san Francisco en Asís por el papa Gregorio IX.
El papa le conocía muy bien, pues había sido su
gran protector, el cardenal Hugolino.
66. Entre las grandes virtudes de san francisco
podemos destacar el DESPRENDIMIENTO de todo
lo terreno para sentirse libre en su dedicación a
Dios.
Hasta llegar
a pedir
limosna
junto a los
más pobres.
pobres
67. Decía: “Quien no ayuda a
otro hombre, no puede
esperar un día la
recompensa de Dios”.
68. Una gran HUMILDAD junto con la “perfecta
alegría” en medio de los desprecios e insultos.
70. San Francisco
pedía
ayudarla
siempre,
especialment
e en tiempos
difíciles. Y
obedeciendo
siempre a los
obispos.
71.
72. Por medio de
las
creaturas
alababa y bendecía al Creador
73.
74. ¿Qué aportaron estas órdenes mendicantes a
la Iglesia y al mundo?
• Lo esencialmente nuevo que aportaban las órdenes
mendicantes, no era en realidad la pobreza personal de
los miembros individuales. Todas las órdenes anteriores
habían observado una vida rigurosamente austera con
renuncia a la propiedad privada, y en ello se habían
distinguido los cistercienses.
• Lo nuevo consistía en que tampoco el convento debía
poseer nada. El convento de los mendicantes no es ya
una abadía con bosques, pesquerías, campo de labor,
colonos y aparceros, sino un lugar que sólo proporciona
el mínimo indispensable para la vida: unas celdas en
torno a una iglesia, acaso un pequeño huerto y nada
más. Para los mendicantes, la patria ya no es el
monasterio, sino la orden.
75. • Desaparece aquella estabilidad, aquel enraizamiento en
el suelo, que desde san Benito había constituido la base
de la vida monástica. Pero esto sólo era posible a
condición de que los miembros redujeran también al
mínimo sus necesidades personales. Los mendicantes
no vivían como unos señores espirituales, análogos a
los feudales, sino como hermanos que convivían con
sus iguales. Practicaban la cura de almas, en forma
desinteresada. La gente no tenía que ir a ellos, sino que
eran ellos los que iban a la gente. La predicación estaba
destinada a todos y no era para forzar, sino para
convencer y motivar a la virtud, a la vuelta al evangelio.
Hasta entonces el pastor de almas había inspirado
respeto, acaso también temor; ahora los mendicantes
inspiran admiración y amor.
• Fue característico de los mendicantes tener una orden
primera – la de los varones-, una orden segunda –la de
las mujeres-, y una orden tercera compuesta por los
seglares que deseaban vivir según el mismo espíritu.
Las órdenes terceras fueron y son escuelas de santidad.
Figuran entre los primeros terciarios franciscanos santa
Isabel de Hungría y san Luis, rey de Francia.
77. El Monte Carmelo es un monte muy bello y
rico en vegetación ubicado en Palestina y
bañado por el Mar Mediterráneo.
Fue el monte donde numerosos profetas
rindieron culto a Dios.
Los principales fueron Elías y su discípulo
Eliseo.
A finales del siglo XII gran parte de ermitaños
procedentes de Francia e Italia, escogieron al
monte Carmelo como un idóneo lugar para
entregarse a la oración.
Se propusieron orar y santificarse por el bien
del mundo y por la Conversión de los pecadores.
78. Los ermitaños del Monte Carmelo
amaban mucho a Cristo y lógicamente
también a su Madre la Virgen María.
La Virgen del Carmen se llama así por el
lugar de su origen:
“El monte Carmelo”.
Los Carmelitas son los religiosos,
religiosas y seglares que toman su
nombre del Monte Carmelo donde
nacieron y que se proponen, con todas
sus fuerzas, hacer suyo el lema:
conocer, amar, imitar e irradiar a
María siempre y en todo.
79. San Simón Stock
Era un sencillo joven inglés que para entregarse
más a Dios, por medio de la soledad y el
silencio, se escondió en el tronco de un árbol
de donde tomó el apellido, pues eso significa
stock en ingles significa:
“tronco de árbol”.
Esto sucedía a finales del siglo XII.
Simón Stock vivió una juventud entregada a la
oración, a la penitencia y a los actos de caridad
para con el prójimo y tenía un profundo amor a
la Santísima Virgen María.
80. Al enterarse el joven Simón que habían
llegado a Inglaterra unos religiosos que
se llamaban Carmelitas o “hermanos de
la Virgen María”, como él amaba tanto
a María, pidió ser admitido en su
Orden.
Lleno de alegría abrazó su género de vida.
Vistió el hábito de los Carmelitas, hizo
el Noviciado y emitió la profesión.
Procuró desde entonces lo que todos
debiéramos hacer:
Trató de leer muchos libros sobre Ella y
se propuso tres cosas: amarla con todo
su corazón; imitarla lo más fiel posible
y ser apóstol de Ella siempre y en todas
partes.
81. Simón Stock llegó a ser General de la Orden, una noche EL 16 DE JULIO DE
1251 mientras oraba, se le apareció la Virgen María y mostrándole el
escapulario de la Orden le dijo estas históricas palabras:
“Este será el privilegio para ti y todos: que quién muriese con él no
padecerá el fuego del infierno, es decir, el que con él muriese se
salvará”.
82. Pronto se extendió esta devoción hasta llegar a ser devoción católica o
universal.
El escapulario no obra como algo mágico, sino que quien vista este sacramental
de María, si lo lleva con dignidad, es decir, como una especie de memorial de
sus virtudes y de la protección de María, le ayudará a vivir bien la fe y por lo
tanto a alcanzar la salvación.
83. Para gozar del privilegio del Escapulario no basta comprar uno y ponérselo.
Debe imponerlo un sacerdote, y ese primero debe estar bendecido; pero los demás
que se pongan ya no hace falta bendecirlos.
La Medalla-Escapulario debe estar bendecida para que pueda suplir al Escapulario,
pudiendo bendecirla cualquier sacerdote.
84. El escapulario del Carmen es el signo externo de devoción mariana, que
consiste en la consagración a la Santísima Virgen María por la inscripción en la
Orden Carmelita, en la esperanza de su protección maternal.
85. El Escapulario del Carmen es un “memorial” de todas las virtudes, un signo
eficaz de santidad y una prenda de eterna salvación .
86. En 1950 el Papa Pio XII escribió:
“Nadie ignora ciertamente de cuánta eficacia sea, para avivar la fe católica y
reformar las costumbres, el amor a la Santísima Virgen Madre de Dios, ejercitado
principalmente mediante aquellas manifestaciones de devoción que contribuyeron en
modo particular a iluminar la mente con celestial doctrina y a excitar las voluntades a
la práctica cristiana.
87. Debe colocarse, en primer lugar la devoción del Escapulario de los Carmelitas,
que, por su misma sencillez al alcance de todos, y por los abundantes frutos de
santificación que aporta, se halla extensamente divulgada entre fieles
cristianos”
88. El Papa Juan Pablo II, acerca del Escapulario dijo:
"También yo llevo sobre mi corazón, desde hace tanto tiempo, el Escapulario del Carmen!.
Por ello, pido a la Virgen del Carmen que nos ayude a todos los religiosos y las religiosas del Carmelo y a los
piadosos fieles que la veneran filialmente, para crecer en su amor e irradiar en el mundo la presencia de
esta Mujer del silencio y de la oración, invocada como Madre de la misericordia,
Madre de la esperanza y de la gracia".
89. TESTIMONIOS:
Es evidente que la Virgen María quiere revelarnos de manera especial el escapulario.
Reportó Sor Lucia (vidente de Fátima), que en la última aparición (Octubre, 1917, día del milagro del
sol), la Virgen vino vestida con el hábito carmelita y con el escapulario en la mano y recordó que sus
verdaderos hijos lo llevaran con reverencia. También pidió que los que se consagraran a ella lo usaran
como signo de dicha consagración.
90. El Beato Papa Gregorio X fue enterrado con su escapulario solo 25 años después de la
Visión del Escapulario.
600 años mas tarde cuando abrieron su tumba, su escapulario estaba intacto.
91. El Papa Pío XII habló frecuentemente del escapulario.
En 1951, aniversario 700 de la aparición de Nuestra Señora a San Simón Stock, el Papa
ante una numerosa audiencia en Roma exhortó a que se usara el escapulario como
"Signo de Consagración al Inmaculado Corazón de María“
(tal como pidió la Virgen en Fátima).
92. El mismo día que San Simón Stock recibió de María el escapulario y la promesa, el fue
llamado a asistir a un moribundo que estaba desesperado.
Cuando llegó puso el escapulario sobre el hombre, pidiéndole a la Virgen que mantuviera
la promesa que le acababa de hacer. Inmediatamente el hombre se arrepintió, se
confesó y murió en gracia de Dios"
93. San Alfonso Ligorio tenía una especial devoción a la Virgen del Carmen y usaba el escapulario.
Cuando murió lo enterraron con sus vestiduras sacerdotales y con su escapulario. Muchos años
después cuando abrieron su tumba encontraron que su cuerpo y todas las vestimentas estaban
hechas polvo, sin embargo su escapulario estaba intacto.
El escapulario de San Alfonso está en exhibición en su Monasterio en Roma.
San Alfonso Ligorio nos dice:
"Herejes modernos se burlan del uso del Escapulario.
Lo desacreditan como una insignificancia vana y absurda."
94. San Pedro Claver, se hizo esclavo de los esclavos por amor.
Cada mes llegaba a Cartagena, Colombia un barco con esclavos.
San Pedro se esforzaba por la salvación de cada uno.
Organizaba catequistas, los preparaba para el bautismo y los investía con el escapulario.
Algunos clérigos acusaron al santo de celo indiscreto. Sin embargo él continuó su obra
hasta tener mas de 300,000 conversos.
95. San Claudio de Colombiere (director de St. Margarita María)
«Yo quería saber si María en realidad se había interesado en mí, y en el escapulario Ella
me ha dado la seguridad más palpable. Sólo necesito abrir mis ojos, Ella ha otorgado
su protección a este escapulario: 'Quien muera vestido en él no sufrirá el fuego
eterno`.»
96. Dijo también: "Debido a que todas las formas de amar a la Santísima Virgen y las
diversas maneras de expresar ese amor no pueden ser igualmente agradables a ella y
por consiguiente no nos ayudan en el mismo grado para alcanzar el cielo, lo digo sin
vacilar ni un momento,
¡El Escapulario Carmelita es su predilecto!" y agrega
"Ninguna devoción ha sido confirmada con mayor número de milagros auténticos que el
Escapulario Carmelita".
97. Los Mercedarios
El nombre de los Mercedarios proviene de “Orden de
nuestra señora de la Merced”.
Congregación de hombres fundada en 1218 por San Pedro
Nolasco, quien nació en 1180 en Francia.
El fin de esta orden era recuperar los esclavos cristianos
que estaban en manos de los moriscos. Rescataron a
Cervantes fundada) para la redención de los cristianos
cautivos en manos de musulmanes (60.000 hasta 1779).
Los mercedarios se comprometen con un cuarto voto,
añadido a los tradicionales de pobreza, obediencia y
castidad de las demás órdenes, a liberar a otros más
débiles en la fe, aunque su vida peligre por ello.
Actualmente se dedican a las misiones y a las cárceles