En esta presentación se discuten sobre 50 estrategias de enseñanza que facilitan que nuestros estudiantes entiendan y recuerden nuestras explicaciones.
Pequeños cambios que hacen una gran diferencia: 50+ prácticas que impactan nuestra manera de enseñar
1. Pequeños cambios que hacen una gran
diferencia
50+ prácticas que
impactan nuestra manera
de enseñar
2. 1-4
• Conecta con tus estudiantes.
• Planifica de una manera intencional y
estratégica. Tu planificación debe ser capaz de
contestar la pregunta esencial: ¿Cuál es la
intención o meta de esta lección?
• Ocúpate tanto del proceso como del producto.
• Usa el efecto Pigmalión (expectativas altas) para
beneficio de todos tus estudiantes.
3. 5-7
• Enseña vocabulario explícitamente,
asegurándote de que sea relevante al contenido y
usándolo en contexto a través de la lección.
• Algunos estudiantes probablemente necesiten
más de un ejemplo para entender la explicación.
Presenta ejemplos y «esto no es un ejemplo»
para explicar nuevos conceptos. Esto ayuda a los
estudiantes a relacionar el nuevo concepto con
otros términos e ideas.
• Pregunta, pregunta, pregunta…
4. 8-11
• Enséñalos a contestar diferentes tipos de
preguntas (cerradas, abiertas, de comprensión,
para que profundicen, para establecer
conexiones, para dar opiniones, etcétera).
• Pregunta a diferentes niveles.
• Permite más de una respuesta para la misma
pregunta.
• Rétalos con tus preguntas.
5. 12
• Limita el tiempo de lectura en clase. Después de
10-15 minutos debemos intercalar alguna
actividad, aunque sea por unos minutos. (Los
niños pueden regresar a la lectura
posteriormente). Por ejemplo, los estudiantes
hablan con su pareja de trabajo, hacen un
dibujo, escriben un breve resumen de lo que
acaban de leer, contestan un problema relevante
o abrimos una discusión de grupo.
6. 13-17
• Ayúdalos a organizar la información, por ejemplo,
poniéndola en una secuencia o identificando
similaridades (comparar) y diferencias (contrastar).
• Ayúdalos a estructurar su pensamiento, manteniéndolos
en curso y guiándolos usando tantas pistas y sugerencias
como necesiten, pero sin contestar por ellos.
• Estimúlalos a imaginar, examinando otras alternativas y
posibilidades. La pregunta que siempre debe estar
presente en toda lección es: « ¿Y qué tal si…?».
• Inspíralos a descubrir sus objetivos y metas personales.
• Haz el hábito de repasar y de reforzar datos, pasos y
procedimientos ya estudiados.
7. 18
• Comete errores. Piensa sobre esta estrategia detenidamente.
Ordinariamente, los maestros enseñamos la manera correcta de hacer las
cosas; raramente o nunca los estudiantes tienen la oportunidad de ver al
maestro cometer errores. No es de extrañar que la mayoría de los niños
piensen que cometer errores «es malo» (Solo los «tontos» cometen
errores), en lugar de verlos como un elemento importante en todo
aprendizaje. Cometiendo errores intencionales y pidiendo a la clase que los
encuentre y los arregle es una valiosa oportunidad de aprendizaje que no
debemos dejar pasar. Esto aplica a todo tipo de contenido. Por ejemplo,
escribimos algo en la pizarra y decimos a los estudiantes que encuentren los
dos errores. Entonces los involucramos en la tarea de corregirlos y de
completar la tarea correctamente. Este simple procedimiento requiere que
nuestros alumnos apliquen el contenido de lo que aprendieron; también
nos da la oportunidad de evaluar lo que conocen. Todo esto sin perder de
perspectiva que, cuando nuestros estudiantes entienden que nuestro
aprendizaje evoluciona a través de los errores que cometemos, todos
ganamos.
8. 19-21
• Maximiza tu feedback, incluyendo lo positivo y
usando palabras descriptivas con pasos a seguir para
explicar los errores que el estudiante necesita
corregir.
• Simplifica, pero sin alterar la esencia del contenido.
• Refuerza el contenido auditivo (lecturas) con
representaciones no lingüísticas; ejemplos:
imágenes mentales o visualización, modelos físicos,
representaciones pictóricas (dibujos, láminas),
organizadores gráficos y diagramas de flujo o de
procedimiento. De esta manera nos aseguramos de
que nuestro mensaje «pase», llegando a los
estudiantes a través de diversos medios.
9. 22-24
• Asegúrate de que lo visual (lo que ven) refuerce
lo auditivo o lo que te escuchan decir.
• Prepáralos para aprender, explicando y
modelando el aprendizaje activo.
• Enséñales estrategias de aprendizaje y técnicas
para estudiar.
10. 25
• Enséñalos a «rescatar», recuperar o transferir la información de su
memoria a corto plazo hacia su memoria a largo plazo (aprendizaje
permanente). El uso de minipruebas es ideal para fortalecer la memoria a
largo plazo de los estudiantes. Previo a usar este procedimiento, explicamos
a nuestros alumnos que el propósito de las minipruebas es exactamente ese:
«mover» y usar la información que aprendieron de manera de que no se les
olvide y resulte más fácil rescatarla de su memoria cuando la necesiten. Por
esa razón, no asignamos puntuación ni grado más allá de «Completado» o
«No completado». Esto elimina el factor ansiedad de la mente de los
estudiantes, permitiendo que expresen lo que saben, no lo que «tienen» que
saber. De tres a cinco veces en la semana nuestros estudiantes contestan 1-2
preguntas relativas al contenido enseñado en la lección anterior. Esto los
obliga a poner en sus propias palabras lo que aprendieron y también, con
una discusión posterior de 8-10 minutos, puede servir a la clase de repaso.
Para el maestro, las minipruebas constituyen una excelente práctica de
evaluación formativa, permitiéndonos ver en curso lo que nuestros
estudiantes entienden, lo que no entienden y lo que tenemos que volver a
enseñar.
11. 26-30
• Entiende y planifica para las diferencias
individuales de cada estudiante.
• Mantenlos comprometidos y entusiasmados.
• Provee oportunidades para que practiquen lo
aprendido.
• Guíalos cuando practican.
• Enséñalos a generalizar su aprendizaje a nuevos
contextos.
12. 31-34
• Enséñalos a trabajar en equipo. El trabajo
colaborativo o en equipo es una gran lección para la
escuela y para la vida que no debemos dejar de
enseñar a nuestros estudiantes. Las tareas en grupo
promueven un ambiente cooperativo, mejorando la
atmósfera en el salón de clases y ayudando a
nuestros alumnos a tener éxito.
• Repite, repite, repite…
• Aprovecha al máximo las experiencias y los talentos
de cada estudiante.
• Proporciona oportunidades para que pausen,
reflexionen y vuelvan a pensar.
13. 35-39
• Enséñalos a autopreguntarse.
• Escúchalos cuando hablen.
• Expande sus contestaciones; siempre pídeles
«un ejemplo más».
• Enséñalos a elaborar sobre sus aportaciones y
contestaciones, comentando: «Dime más…».
• Devuélveles su razonamiento, contestando sus
preguntas con otras preguntas.
14. 40
• Estimula el pensamiento crítico de tus alumnos,
retándolos frecuentemente con estas dos preguntas
claves: (a) ¿Estás seguro sobre eso? y (b) ¿Cómo sabes
que eso es cierto/correcto? Esto los ayuda no solo a
reconocer cuan seguros se sienten de lo que saben, sino
también a examinar el por qué de las cosas que saben.
Una tercera pregunta que nunca debe faltar en nuestro
repertorio es: « ¿Existe otra manera de ver (o de hacer)
esto?» para resaltar que pueden existir múltiples
maneras de llegar a una solución o a una conclusión. Por
su parte, cuando les preguntamos, « ¿Qué necesitas
hacer primero para contestar esta pregunta (o resolver
este problema)?» les estamos enseñando sobre pasos,
procesos y procedimientos.
15. 41-44
• Nunca juzgues como bueno ni malo lo que los
estudiantes digan. Si escuchas algo con lo que no
estás de acuerdo o no te agrada, pregunta: «
¿Qué te hace pensar así?».
• Promueve las discusiones de grupo, redirigiendo
la pregunta o comentario de un estudiante al
resto de la clase.
• Enseña técnicas metacognitivas o a reflexionar
sobre su propio pensamiento.
• Reflexiona, reflexiona, reflexiona…
16. 45-49
• Aprende con ellos.
• Aliéntalos a predecir.
• Condúcelos por el mundo de las inferencias.
• Reconoce sus contribuciones.
• Enséñalos a evaluar (dar opiniones) la
información usando tanto aspectos positivos
como negativos de la misma.
17. 50
• Debe haber una pregunta esencial para cada lección
y los estudiantes deben ser capaces de contestar esa
pregunta al finalizar tu lección. Crear una pregunta
esencial por lección nos obliga a ser intencionales
respecto a lo que queremos que los estudiantes
aprendan, manteniéndonos a los niveles más altos
de enseñanza. Los estudiantes deben ser capaces de
analizar y de aplicar; en otras palabras, nuestros
estudiantes contestan con una respuesta extendida,
no con un simple «Sí» o «No».
18. 51-53
• Aprovecha al máximo las diversas experiencias y
talentos de cada estudiante.
• Enséñalos a debatir.
• No dejes que se rindan.