1. Esta entrada se publicó en cogitaciones-cogitaciones a las 17:08:18 09/01/2011
HTTP://WWW.COGITACIONES-COGITACIONES.BLOGSPOT.COM
Diciembre 13 de 2009
Diario.
Superado por los sucesos que han rodeado a la familia en estos últimos días
en relación a la recaída de la dolorosa enfermedad con la que viene
luchando Pablito hace ya tres años me he visto en la necesidad de consignar
mis sentimientos en negro sobre blanco para exorcizar a los mezquinos
hados que nos han proporcionado este sufrimiento. Recurro a este
subterfugio, para recordarme a mí mismo que hagamos lo que hagamos
siempre estaremos en deuda con la vida, pero también, porque tenemos
angustia y miedo a la soledad y al olvido. Queremos, sin proponérnoslo, que
los días, junto a nuestro transcurrir personal sean verdaderamente vividos y
sentidos de verdad, y transcritos luego, preservados por su fecha. Quizás lo
que aquí escriba por razones obvias de interpretación, por pura deformación
ideológica o por la recreación meramente literaria se alejen un tanto de la
verdad de los hechos escuetos y reales, pero no por insinceridad, ya que
siempre quedaran consignados bajo la salvaguarda de los acontecimientos.
Ayer, preso por la incertidumbre, escribí unos versos, los consigno aquí, tal
como ellos surgieron, sin maquillajes ni arreglos para ser fiel a los principios
que me han guiado a escribir estas páginas. Debo agregar que el día era gris
como las noticias que me llegaban del otro lado del Atlántico transmitidas
por voces angustiadas y llorosas. Yo también lloraba en silencio y se revelaba
mi espíritu contra los dioses por injustos, arteros y crueles. La situación
actual nos supera y nos revela no tanto por el dolor moral y sentimental que
nos causa sino porque nos trae a la memoria el recuerdo imborrable de los
padecimientos y la muerte de Paolita y la no menos dolorosa vivida hace
solo tres años cuando comenzó el viacrucis de Pablito, por todo ello, con esos
mimbres, escribí INCERTIDUMBRE
La noche se fue y con ella sus ojos desbocados,
El miedo y su oscuridad de espanto.
El camino, antes incierto,
2. Se abre, de nuevo, como un lirio a la esperanza.
El alba que se iba por el tragaluz del tiempo
Vuelve a nacer y nos invita a vivir de nuevo,
A hacer cosas distintas,
A dejar sobre la tierra nuestra impronta
Mientras llega el morir, que siempre llega…
Fue larga la noche y tenebrosa,
Recorrimos, en ella, el baldío camino del silencio,
Esa llanura yerma donde los recuerdos
Sucumben al olvido y el alma va temblando
Entre las zarzas espinosas de la muerte.
Al final, agotados y sin fuerzas, vimos la luz.
¡La luz! ¡La luz! ¡La luz!
Qué hermoso ver la luz de la mañana,
El horizonte pintado en rojo y malva,
Sentir el aire, limpio, correr sobre la frente
Y dejar en el ambiente las gotas de roció.
Nacer de nuevo,
Ave fénix que remonta el vuelo,
Recorrer nuevamente los caminos de la tierra,
Conocer, como un sabio, los misterios del agua
Y descubrir los secretos que se lleva el viento,
Porque mas allá de la vida y el misterio
Nos aguarda inagotable el universo…
3. Más, entre el crepúsculo y la aurora
Hay un abismo de agonía, de luces y de sombras:
La luz primera avanza torpemente,
A media luz las cosas se iluminan,
Se abren poco a poco a su esplendor en el presente
Recordando vagamente el ayer, los días idos
Y vuelve, sin más, la cotidiana historia,
Y al final, las huellas que dejamos en la arena
La ola espumosa y silenciosa las borra de la playa.
He querido reflejar mi angustia y detrás de ella adivinaran mi rostro, los
trazos que develan mi estado de ánimo. El rostro nos permite, como al actor
de teatro, ocultarse o manifestarse de diversas formas, pero también
mostrarse tal como son en los momentos supremos de la vida, cuando el
impulso no puede vigilarse y afloran en él la angustia, la cólera, el dolor, el
odio, el amor o la rebeldía suprema tanto más si ella se expresa contra lo que
consideramos injusto. Quisiera hoy tener sosegado el espíritu y el corazón
pero no puedo. Mis manos se elevan al cielo no para pedir clemencia sino
para exigir justicia del omnipresente.